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UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA

VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA

EMOCIONES Y ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO EN


PACIENTES CON CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Trabajo Especial de Grado presentado por:


Soto, Margelis
Villalobos, Marielba

Maracaibo, abril de 2015

1
EMOCIONES Y ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO
EN PACIENTES CON CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Trabajo Especial de Grado para optar


al título de Psicólogo

Margelis Soto
C.I.: 14.369.395

Marielba Villalobos
C.I.:

2
AGRADECIMIENTOS

MARGELIS

III
AGRADECIMIENTOS

MARIELBA

IV
DEDICATORIA

MARGELIS

V
DEDICATORIA

MARIELBA

VI
ÍNDICE GENERAL

Pág.

TÍTULO II
AGRADECIMIENTOS III
DEDICATORIA V
ÍNDICE GENERAL VII
ÍNDICE DE CUADROS IX
ÍNDICE DE FIGURAS XI
ÍNDICE DE TABLAS XII
RESUMEN XIII

CAPÍTULO I: FUNDAMENTACIÓN 1
Planteamiento y Formulación del Problema 1
Objetivos de la Investigación 7
Objetivo General 7
Objetivos Específicos 7
Justificación de la Investigación 7
Delimitación de la Investigación 8

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO 9


Antecedentes de la Investigación 9
Bases Teóricas de la Investigación 16
Emociones 17
Teorías sobre las Emociones 18
Teoría de las Reacciones Corporales de James –Lange (1884) 19
Teoría de los Procesos Neurales Centrales de Cannon – Bard
20
(1934)
Teoría de Valoración Cognoscitiva de las Emociones de Stanley
21
Schachter (1962)
Conceptualización de Emociones Positivas 22
Teorías sobre las Emociones Positivas 25
Las 3 vías de la Felicidad de Seligman (2002) 25
Teoría de Ampliación y Construcción de Emociones Positivas 26
Tipos de Emociones Positivas 29
Conceptualización de las Emociones Negativas 33
Tipos de Emociones Negativas 34
Diferencias entre las Emociones Positivas y Emociones Negativas 36
Emociones Positivas, Negativas y Salud 37
Afrontamiento 39
Estrategias de Afrontamiento 41

VII
Afrontamiento centrado en el problema 43
Afrontamiento centrado en la emoción 43
Modelo de Lazarus y Folkman (1986) 44
Modelo de Tobin, Holroyd y Reynolds (1989) 45
Escalas Primarias 48
Escalas Secundarias 49
Escalas Terciarias 50
Modelo de Lipowski (1970) 50
Cardiopatía Isquémica 52
Paciente con Cardiopatía Isquémica 53
Mapa de Variables 54

CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO 55


Tipo y Nivel de Investigación 55
Diseño de la Investigación 56
Sujetos de la Investigación 57
Población 57
Muestreo 57
Muestra 58
Definición Operacional de las Variables 58
Técnicas de Recolección de Datos 59
Descripción del Instrumento 59
Propiedades Psicométricas 62
Procedimiento 63
Consideraciones Éticas 63

CAPÍTULO IV: RESULTADOS 65


Análisis y Discusión de Resultados 65
Conclusiones 77
Limitaciones 79
Recomendaciones 80

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 81
ANEXOS 88

VIII
ÍNDICE DE CUADROS

Pág.

Cuadro Nº1: Mapa de Variable Emociones 54


Cuadro Nª 2: Mapa de Variable Estrategias de Afrontamiento 54
Cuadro Nº 3: Opciones de Respuesta del Test PANAS
Cuadro N º 4: Baremo de Corrección e Interpretación para el PANAS 2013 60
Cuadro Nº 5: Opciones de Respuesta del Inventario de Estrategias de
61
Afrontamiento (CSI-V)
Cuadro N º 6: Baremo de Corrección e Interpretación para el Inventario de
61
Estrategias de Afrontamiento (CSI-V) de Pino – Ramírez y Arocha (2014)

IX
ÍNDICE DE FIGURAS

Pág.

Figura Nº 1: Procesamiento neural de un estímulo según Williams James (1884) 19


Figura Nº 2: Procesamiento neural de un estímulo según la teoría de Cannon – Bard
21
(1934)
Figura Nº 3: Teoría de Fredrickson (2001) 28
Figura Nº 4: Esquema conceptual del modelo de Lazarus y Folkman (1986) 46
Figura Nº 5: Escalas del modelo de Tobin, Holroyd y Reynolds (1989) 47
Figura Nº6: Modelo de Lipowski (1970) 51

X
ÍNDICE DE TABLAS

Pág.

Tabla Nº 1: Estadísticos Descriptivos para las Emociones 66


Tabla Nº 2: Estadísticos Descriptivos para las Estrategias de Afrontamiento
68
Centradas en el Compromiso
Tabla Nº 3: Estadísticos Descriptivos para las Estrategias de Afrontamiento
70
Centradas en la Evasión
Tabla Nº 4: Relación entre Emociones Positivas y Estrategias de Afrontamiento 73
Tabla Nº 5: Relación entre Emociones Negativas y Estrategias de Afrontamiento 74

XI
ÍNDICE DE ANEXOS

Pág.

Anexo Nº1: Test Panas de Pino – Ramírez y Esqueda (2013) 89


Anexo Nº 2: Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-V) de Pino – Ramírez
91
y Arocha (2014)

XII
UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA

RESUMEN

EMOCIONES Y ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO


EN PACIENTES CON CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Autoras: Margelis Soto


MarielbaVillalobos
Tutora: Mgs. Rubia Cobo
Fecha: Abril de 2015

El objetivo del estudio fue determinar la relación entre las emociones y las estrategias de
afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica. Se tipificó como una investigación
descriptiva de nivel correlacional y modelo de campo, con diseño no experimental –
transeccional correlacional. Mediante un muestreo no probabilístico accidental se integró
una muestra de 80 pacientes con cardiopatía isquémica, a quienes se aplicó el Test PANAS
de Pino - Ramírez y Esqueda (2013), y el Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-
V) de Pino –Ramírez y Arocha (2014), validados por expertos y con confiabilidad interna
de 0,82 y 0,76 respectivamente. Procesados los datos en el programa SPSS versión 19.0 se
obtuvo que las emociones positivas prevalecieron sobre las negativas, aunque ambas
pueden experimentarse. En cuanto a las estrategias de afrontamiento centradas en el
compromiso destacan la resolución de problemas y la reestructuración cognitiva, mientras
que las centradas en la evasión reportaron las ilusiones como la más empleada. La
correlación entre las emociones positivas y las estrategias centradas en el compromiso fue
débil, positiva y significativa; y las emociones negativas se correlacionaron de forma débil,
positiva y significativa con las estrategias centradas en la evasión. Se concluyó que las
emociones influyen en las estrategias de afrontamiento utilizadas por los pacientes
cardiópatas. Por tanto, se recomendó apoyo psicológico para ayudar a adaptarse al
diagnóstico empleando las emociones y las estrategias de afrontamiento más adecuadas.

Descriptores: Emociones Positivas, Emociones Negativas, Estrategias de Afrontamiento,


Cardiopatía Isquémica.

margelis77@hotmail.com, villalobosmarielba1@gmail.com
C A P Í T U L O I

F U N D A M E N T A C I Ó N

Planteamiento y Formulación del Problema

Las enfermedades crónicas son de larga duración y de evolución lenta, pero su

diagnóstico conlleva una serie de cambios vertiginosos en la cotidianidad de quien la

padece; pues, primeramente, debe entender que su condición de salud lo acompañará por el

resto de su vida y aceptar el hecho que deberá someterse a distintos tratamientos médicos

que causarán desgaste físico, emocional, además de un impacto económico considerable.

Los avances médicos actuales, las mejoras en las condiciones de vida en general, así

como la importante divulgación de conocimientos científicos y la adopción de medidas

preventivas, han disminuido la incidencia de las enfermedades; sin embargo, persiste el

problema de la calidad de vida del paciente. Desde este punto de vista, no es la incidencia o

prevalencia de la enfermedad crónica una medida de la magnitud del problema, sino que su

impacto se mide por la amplitud con la cual los enfermos crónicos y sus familiares viven

una vida aceptable y un buen nivel de adaptación, lo cual se relaciona con la posibilidad de

manejar los problemas generados por su padecimiento (Martos, Pozo y Alonso, 2010).

Entre las enfermedades crónicas con mayor prevalencia e incidencia, la Cardiopatía

Isquémica destaca por afectar a un gran número de personas, sin distinción de raza, sexo,

edad; causando el 16,7% de los fallecimientos anuales a nivel mundial; de los cuales el
80% ocurre en países de ingresos medios y bajos, donde las medidas de prevención son

poco consideradas y no hay acceso equitativo a los servicios de detección temprana;

ocasionando muertes a edades más bajas. Así, el impacto económico y social que genera

esta enfermedad es alarmante, debido a los gastos sanitarios y a la disminución de la

productividad de las personas, pues es la mayor causa de discapacidad en los países

industrializados, es decir, su presencia no distingue de nivel socioeconómico ni del

desarrollo de los contextos nacionales (Organización Mundial de la Salud, 2013; Del Cura,

Pedraza y Gayete, 2010).

Específicamente en Venezuela, la cardiopatía isquémica afecta a un 8% de la

población general y casi al 17% de los mayores de 65 años; siendo la primera causa de

mortalidad con una tasa de 95,7 por cada 100.000 habitantes. Entre tanto, en el estado Zulia

los factores de riesgo asociados a la enfermedad tienen una alta prevalencia, lo cual

convierte a esta patología en un grave problema de salud pública (Argente et al, 2005;

Portillo,Bellorín, Sirit y Acero, 2008; Rojas, Marcano, Dommar y Suárez, 2008).

Es preciso señalar que el diagnóstico de las enfermedades cardiovasculares, en

particular la cardiopatía isquémica, genera en el individuo limitaciones residuales, estados

de ánimo negativos, depresión, aislamiento social, ansiedad, entre otros que ciertamente

conforman un desequilibrio emocional que impide al paciente adaptarse y avanzar en su

nueva forma de vida. No obstante, este panorama varía entre cada individuo y su problema

comportamental ante la enfermedad. Desde el punto de vista positivo, las personas pueden

dar pasos concretos para preservar su salud y evitar las consecuencias más graves de la

patología. Por la parte negativa, el recuerdo constante de la preocupación por la salud,

2
frecuentemente es causa de sentimientos de culpa en el enfermo crónico (OMS, 2013 y

Martos et al, 2010).

En este orden de ideas, el paciente desarrolla una conducta ante la enfermedad, como

respuesta a una determinada situación relacionada con su padecimiento y que no sólo se

refiere al funcionamiento biológico, sino también al personal y social. Es decir, el individuo

experimenta percepciones, pensamientos, sentimientos y modos de actuación que influyen

en el significado personal de los síntomas, la enfermedad y sus consecuencias. Implica

entonces, que las conductas de afrontamiento no solo dependen de los esfuerzos del

paciente y su estado psicológico, involucran además la manera en la que los miembros de la

familia y el círculo de amigos reaccionan ante esas conductas de afrontamiento (Medina,

García y Romero, 2010 y Martos et al, 2010).

En lo esencial, el afrontamiento involucra un proceso cognitivo y conductual donde

los esfuerzos cambian constantemente y se desarrollan para manejar, reducir o tolerar las

demandas internas o internas que sobrepasan la capacidad y recursos del individuo; en otras

palabras, el afrontamiento es un proceso en el cual la persona detecta una amenaza e

implementa comportamientos para minimizar el impacto emocional que esta pueda tener

(Lazarus y Folkman, 1986; López, Riu y Forner, 2004).

Cabe agregar que existen numerosas estrategias de afrontamiento para la enfermedad,

concibiendo estas como la habilidad para afrontar situaciones relacionadas con la patología

y que dependen del contexto y los factores desencadenantes. Tayler y Aspinwall en 1990,

propusieron estrategias activas y aproximativas, como la planificación de soluciones y la

3
afrontación; y estrategias pasivas como la percepción de descontrol, evitación e

inculpación; pero enfatizaron que las primeras son más efectivas para reducir el impacto de

la enfermedad (López et al, 2004).

Por otra parte, el modelo de Lazarus y Folkman propone estrategias de afrontamiento

orientadas al problema, que ocurren cuando la valoración de la situación es positiva y se

orientan a modificar, evitar o minimizar el impacto estresante; mientras que si la valoración

es negativa aparecen las estrategias de afrontamiento dirigidas a la emoción, tratando de

eliminar las emociones negativas utilizando mecanismos que eviten la situación estresante

y regulen las emociones provocadas por el problema (Lazarus y Folkman, 1986):

En efecto, las emociones son parte de los mecanismos de defensa que los seres

humanos utilizan para sobrevivir; los hacen reaccionar ante las situaciones que surgen a su

alrededor y actuar de una manera determinada o simplemente a no actuar, ciertamente

tienen como finalidad proteger al individuo. En términos generales, la emoción es un

pensamiento que llega a estar incorporado debido a la intensidad con la cual está atado a la

propia relevancia personal, y se origina frente a un acontecimiento, lo cual lleva a

experimentar una emoción en específico (Rushworth y Smith, 2011; Cante y Ortiz, 2006).

Las emociones positivas, contribuyen a hacer más resistentes a las personas ante

situaciones adversas y ayudan a construir resiliencia psicológica. Su presencia durante

momentos de aflicción hace más probable el desarrollo de planes a futuro y facilita el ajuste

psicológico; además protegen frente a la depresión, incluso ante experiencias traumáticas

en un corto período. Por consiguiente, las personas resilientes, con estados afectivos

4
positivos ven acrecentados sus recursos y estrategias de afrontamiento; es decir, tienen un

pensamiento abierto, creativo e integrador que facilitaría el afrontamiento eficaz de la

adversidad. Por otro lado, las emociones negativas, se ocupan de indicar los límites y

peligros, y favorecer la supervivencia. En este sentido, la afectividad negativa puede

considerarse como una dimensión general subjetiva displacentera que involucra un amplio

rango de emociones tales como miedo, enojo, congoja y nerviosismo (Fredrickson, 2004;

Fredrickson y Joiner, 2002; Vecina, 2006; Watson, Clark y Tellegen, 1988).

Se entiende que las emociones o afectos positivos, representan la dimensión de

emocionalidad placentera, manifestada a través de motivación, energía, deseo de afiliación

y sentimientos de dominio, logro o éxito. Las personas con alto afecto positivo suelen

experimentar sentimientos de satisfacción, gusto, entusiasmo, energía, amistad, unión,

afirmación y confianza. Se relaciona con la extroversión, el optimismo y la resiliencia. En

contraste, el afecto negativo representa la dimensión de emocionalidad displacentera y el

malestar, manifestada por miedos, inhibiciones, inseguridades, frustración y fracaso. Las

personas con alto afecto negativo suelen experimentar desinterés, aburrimiento, tristeza,

culpa, angustia, vergüenza y envidia. Se relaciona con la sensibilidad temperamental ante

estímulos negativos, labilidad vegetativa, estresores y ambientes desfavorables (Watson et

al, 1988).

En general, las emociones, especialmente, las positivas, facilitan la puesta en marcha

de patrones de pensamiento receptivos, flexibles e integradores que favorecen la emisión de

respuestas más novedosas. Se han hallado datos que adjudican un papel importante de estas

emociones en la salud; como los arrojados por el estudio de Ostir et al en 2000, quienes

5
demostraron una disminución del riesgo de infarto al miocardio y de apoplejía en

individuos que manifestaban emociones positivas. (Vecina, 2006; Fredrickson, 2004;

Vásquez y Castilla, 2007).

Dentro de esta línea de estudio de las emociones, tanto positivas como negativas, y

las estrategias de afrontamiento, los postulados de Lazarus y Folkman en 1986, indican que

cuando alguien se enfrenta a una situación adversa, potencialmente estresante, realiza una

evaluación primaria, es decir un juicio del significado de la situación para calificarla como

estresante, positiva, controlable, cambiante o irrelevante. En el caso de considerarla como

estresora, una evaluación secundaria determinará los posibles recursos y opciones de que

dispone la persona para hacer frente a la situación (Fernández y Martín, 2010).

Considerando que cada individuo determina cómo responderá ante una situación

específica, se plantea la necesidad de realizar la presente investigación para conocer la

relación entre las estrategias de afrontamiento empleadas y las emociones positivas

experimentadas por pacientes con cardiopatía isquémica; y así establecer estrategias en pro

del beneficio de la salud física y mental; modulando la adherencia terapéutica y facilitando

herramientas para hacer menos traumático el cambio del estilo de vida que exige este

padecimiento, contribuyendo, sustancialmente, a elevar la cantidad y calidad de vida e

incorporando al paciente como factor clave para potenciar el autocuidado o autoayuda.

Luego del análisis anterior, surge la siguiente interrogante de investigación: ¿Cuál es

la relación entre las emociones y las estrategias de afrontamiento en pacientes con

cardiopatía isquémica?

6
Objetivos de la Investigación

Objetivo General

Determinar la relación entre las emociones y las estrategias de afrontamiento en

pacientes con cardiopatía isquémica.

Objetivos Específicos

Describir las emociones en pacientes con cardiopatía isquémica.

Describir las estrategias de afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica.

Determinar la dirección, fuerza y magnitud de la relación entre las estrategias de

afrontamiento y las emociones en pacientes con cardiopatía isquémica.

Justificación de la Investigación

La cardiopatía isquémica es una de las enfermedades con mayor prevalencia en la

actualidad, con una alta tasa de mortalidad e incapacidad según reporta la OMS en el año

2013. Esto evidencia la importancia de estudiar cómo una persona que la sufra puede

implementar estrategias de afrontamiento que le permitan disminuir las consecuencias

negativas que para la salud física y mental ocasiona. En esta óptica, las emociones juegan

un papel fundamental porque le brindan al individuo la oportunidad de tener otra

perspectiva de vida que minimice la ansiedad y el estrés.

En atención a lo planteado, cobra una gran importancia realizar un estudio que

vincule las estrategias de afrontamiento y las emociones en pacientes con cardiopatía


7
isquémica, estableciendo cómo es la relación entre las dos variables y sus efectos sobre la

patología de base. Por otro lado, brinda la oportunidad a profesionales de la Psicología,

estudiantes y futuros investigadores de contar con un aporte científico, que podrá ser

tomado en cuenta en los casos similares para brindar apoyo psicológico al paciente.

De igual manera, los resultados del estudio proporcionarán beneficios primeramente a

los sujetos involucrados en el mismo, pues le brindará recomendaciones para afrontar su

enfermedad con una mejor disposición que incrementará el bienestar subjetivo. Por otro

lado, la sociedad en general también obtendrá beneficios al crearse programas de

promoción de las emociones como estrategias de prevención de los factores de riesgo

psicosociales de la cardiopatía isquémica, pudiendo reducir su prevalencia.

Para cerrar, es relevante conocer a nivel científico cómo las emociones coadyuvan a

la disminución de los síntomas de la cardiopatía isquémica y pueden servir como estrategia

de afrontamiento para una enfermedad que se hace crónica y se agrava con el paso del

tiempo alterando emocionalmente al paciente; por lo cual es importante establecer

estrategias para eliminar o minimizar los factores de riesgo de la patología.

Delimitación de la Investigación

La presente investigación tuvo lugar en la ciudad de Maracaibo, Municipio

Maracaibo del estado Zulia; en el período correspondiente a septiembre de 2013 –

diciembre de 2014. La variable emociones se basó en los postulados de Watson, Clark y

Tellegen (1988); mientras los postulados teóricos de Lazarus y Folkman (1986) sustentaron

la variable estrategias de afrontamiento.

8
C A P Í T U L O I I

M A R C O T E Ó R I C O

Antecedentes de la Investigación

Se presentan a continuación una serie de investigaciones relacionadas con las

variables en estudio, los objetivos planteados y las teorías más prominentes que abordan las

mismas. En este sentido, se analizan también la metodología e instrumentos de recolección

de datos para establecer los aportes que cada uno de estudios le brinda a la investigación

propia.

Primeramente, Barrera (2013) en Maracaibo, Venezuela; llevó a cabo un estudio para

determinar la relación entre las estrategias de afrontamiento y el incumplimiento del

tratamiento en pacientes con hipertensión arterial; basándose para el afrontamiento en los

enfoques teóricos de Lazarus y Folkman (1986), Tobin, Holroyd y Reynolds (1984),

Carver, Scheier y Weintraub (1989) y para el tratamiento en Haynes, Taylor Sackett (1979)

y la OMS (2003). El tipo de investigación fue descriptiva, correlacional, de campo con un

diseño no experimental, transeccional, correlacional. La población se constituyó por 101

pacientes diagnosticados con hipertensión arterial.

Se aplicaron el Inventario de Estrategias de Afrontamiento de Tobin, Holroyd,

Reynolds y Kigal (1989), adaptado a la población venezolana por Pino – Ramírez yEsqueda

– Torres (2013), y la Escala de Medición de Incumplimiento del Tratamiento


9
10

Médico cuarta versión (Pino – Ramírez y Esqueda – Torres); ambos mostraron una

confiabilidad adecuada por el coeficiente de alfa de Cronbach. Los cálculos se realizaron

por media aritmética, la desviación estándar y la prueba Z de Kolmogorov – Smirnov.

Los resultados mostraron que los sujetos poseen estrategias de afrontamiento de

resolución de problemas y reestructuración cognitiva, que incumplen menormente con la

ingesta de medicamentos pero hay un índice mayor de incumplimiento en la realización de

ejercicios. Además, existe una correlación baja, inversa y significativa entre las estrategias

de afrontamiento y el incumplimiento del tratamiento médico. Se concluyó que las

estrategias de afrontamiento más usadas se centran en el compromiso del problema y que el

uso de dichas estrategias tiene relación al incumplimiento del tratamiento médico. Como

recomendación, se sugiere realizar programas de intervención de psicoeducación a la

enfermedad que promuevan cambios.

Por su lado, Díaz (2013), en Ciudad de Guatemala, Guatemala, desarrolló una

investigación para establecer la correlación existente entre las escalas de personalidad y

afectividad positiva en un grupo de estudiantes de tercer año de las carreras de Nutrición y

Medicina de la Universidad Rafael Landívar. Se contó con un universo conformado por 72

sujetos comprendidos entre las edades de 19 a 28 años, siendo 67 de género femenino y 8

de género masculino, a quienes se les aplicó el Inventario de Afectividad Positiva y

Negativa (PANAS) y la escala de personalidad EPQ-R. Los resultados de ambas escalas se

analizaron a través del Coeficiente de correlación de Pearson. Se estableció únicamente

correlación negativa entre la escala N (baja) y afectividad negativa. Se recomendó realizar

una evaluación por separado al grupo de alumnos de Medicina y de Nutrición, tanto a los
11

del primer año de la carrera como a los del último grado para establecer y comprender

mejor el perfil del estudiante que aplica y termina cada una de las licenciaturas.

A su vez, Ferrer y Trujillo (2013) en Maracaibo, Venezuela; realizaron un estudio

para determinar la relación entre la percepción de la enfermedad y las estrategias de

afrontamiento en pacientes con arritmias cardiacas. Para la variable percepción de la

enfermedad tomaron los postulados de Leventhal (2001), Benett (2008), Hegger y Orbell

(2003); y para las estrategias de afrontamiento analizaron las teorías de Lazarus y Folkman

(1986), Carver y Col. (1989), Tobin y Col. (1994), entre otros. La investigación fue

descriptiva, de campo con diseño no experimental transeccional. La muestra se obtuvo

mediante un muestreo no probabilístico intencional, siendo de 113 pacientes del IECLUZ.

Como instrumentos emplearon el Inventario de Percepción de Enfermedad IPQ-R y el

Inventario de Estrategias de Afrontamiento CSI-V.

Entre los resultados destacan que los pacientes perciben la enfermedad como crónica

y cíclica, sin que esta influya en su estilo de vida; aunque indicaron que el estrés, el trabajo

y preocupaciones son causas de la misma. En cuanto a la percepción de control personal y

tratamiento, esta fue alta. Sobre la representación emocional manifiestan miedo, ansiedad y

rabia en un nivel bajo. Respecto al afrontamiento, prevaleció el uso de estrategias centradas

en el compromiso con su problema y la emoción, así como mecanismos de negación e

ilusiones.

Se obtuvieron correlaciones positivas y significativas de curso cíclico y

representación emocional con resolución de problemas; atribuciones psicológicas externas


12

con apoyo social y expresión emocional; factores de riesgo con evasión de problemas y

aislamiento social; factor inmunológico y control personal con autocrítica y representación

emocional con ilusiones. Las correlaciones negativas y significativas las arrojaron duración

con resolución de problemas y representación emocional con evasión de problemas.

Concluyeron que a mayor uso de estrategias centradas en el compromiso mayor será la

percepción de la enfermedad como aguda y con curso cíclico, asimismo a mayor uso de

estrategias centradas en la evasión mayor será la percepción de factores de riesgo o

inmunológicos como causa de su enfermedad y tendrán mayor representación emocional.

Por su parte, Ramírez (2013) también en Maracaibo, Venezuela; desarrolló una

investigación para determinar la relación entre la percepción de la enfermedad y las

estrategias de afrontamiento en pacientes con hipertensión arterial; basándose en la teoría

de los reguladores del sentido común de Leventhal (1984) y la teoría de afrontamiento de

Carver. En este sentido, la investigación fue descriptiva correlacional, bajo la modalidad de

campo con diseño no experimental. La muestra fue de 101 pacientes con diagnóstico de

hipertensión arterial, seleccionada por muestreo probabilístico no intencional. Los

instrumentos utilizados fueron el Cuestionario de Percepción de Enfermedad, adaptado por

Pino – Ramírez y Esqueda Torres (2013) y el Inventario de Estrategias de Afrontamiento

de Tobin, Holroyd, Reynolds y Kigal (1989).

Los resultados evidenciaron que los pacientes usan estrategias de afrontamiento tanto

a nivel cognitivo como emocional, predominando las estrategias centradas en el

compromiso. Se concluyó que los pacientes perciben un mayor control de su enfermedad en

la medida que utilizan el apoyo social como estrategia de afrontamiento. También se


13

encontró la presencia de otras estrategias de evasión como las ilusiones y la autocrítica en

relación a las causas percibidas de la enfermedad. Se recomendó profundizar las

investigaciones sobre estrategias de afrontamiento en pacientes con enfermedades crónicas

y propagar más información sobre la verdadera sintomatología de la hipertensión arterial.

Hildendrand (2012), en Perú, llevó a cabo un estudio para explorar las razones para

vivir, la calidad del afecto y la relación entre ambas, en un grupo de 46 mujeres entre 19 y

30 años de edad en un establecimiento penitenciario de Lima Metropolitana. Se utilizaron

el inventario de Razones para Vivir en Adultos Jóvenes (RFL-YA) y la escala de Afecto

Positivo y Afecto Negativo (PANAS). Se exploró el comportamiento de las variables según

características sociodemográficas, como edad, grado de instrucción y procedencia; y

jurídicas, como situación jurídica, tiempo de sentencia, tiempo de reclusión, entre otras. Se

encontró que la razón para vivir más importante en el grupo es Expectativas a Futuro,

mientras la menos importante es Relaciones con Pares. En cuanto al afecto, el grupo

muestra una tendencia a sentir afectos positivos con mayor intensidad que negativos.

Al explorar la relación entre las variables, se encontró que dos áreas del RFL-YA,

Relaciones Familiares y Expectativas a Futuro, correlacionan de manera positiva con

Afecto Positivo, mientras un área, Autoevaluación Positiva, correlaciona de manera

positiva con Afecto Positivo y de manera negativa con Afecto Negativo. En las

comparaciones de grupos se encontró diferencias significativas según grado de instrucción

en Relaciones Familiares, Relaciones con Pares y Autoevaluación Positiva, según situación

jurídica en Relaciones con Pares y según tiempo de sentencia en Afecto Positivo.


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A su vez, Urdaneta (2012), en Maracaibo, Venezuela, llevó a cabo una investigación

para determinar la relación entre la Representación de la Enfermedad y el Cumplimiento

del Tratamiento en pacientes con hipertensión arterial. Fue de tipo descriptiva y

correlacional, con un modelo de campo y diseño no experimental transaccional

correlacional. La muestra se conformó por 245 pacientes con HTA, 94 sujetos masculinos y

151 femeninos con edades entre 22 y 89 años. Se utilizaron dos escalas tipo Likert, el IPQ-

R, y el PANAS que consiste en un conjunto de 20 palabras que describen sentimientos y

emociones, para medir la Representación de la Enfermedad. Para medir el Incumplimiento

del tratamiento se utilizó la EITM. Los resultados demuestran que las dimensiones de la

Representación de la Enfermedad que están significativamente correlacionadas con el

Incumplimiento del Tratamiento son: curso cíclico, consecuencias, causas atribuciones

psicológicas, control personal, coherencia, representación emocional y afecto negativo.

En otro orden, Boehm et al. (2011) en Boston, Estados Unidos; realizaron un estudio

para asociar dos aspectos del bienestar, vitalidad emocional y optimismo, y la enfermedad

cardiaca coronaria en hombres y mujeres de mediana edad. Fueron rastreados 7.492

individuos sin eventos coronarios previos entre 1991 y 1994, evaluando su bienestar

psicológico. Se asoció un menor riesgo de enfermedad coronaria a un bienestar psicológico

positivo. En conclusión, existe una relación entre las variables estudiadas de igual

proporción en hombres y mujeres. Es recomendable investigar si las intervenciones para

aumentar el bienestar conducen a una mejor salud cardiaca.

En otra perspectiva, Davidson et al. (2010), en Nueva York, Estados Unidos;

examinaron si los niveles más altos de emociones positivas están asociados a bajo riesgo de
15

enfermedades coronarias, mediante un estudio prospectivo con 10 años de seguimiento, a

1.739 adultos en la Encuesta de Salud de Nueva Escocia (1995). Un grupo de enfermeras

profesionales realizó entrevistas estructuradas y codificó el grado de afecto positivo hacia el

exterior en una escala de cinco puntos. Para probar que el afecto positivo predice incidentes

cardiacos, se utilizaron la Escala de Síntomas Depresivos del Centro de Estudios

Epidemiológicos, la escala de Hostilidad Medley Cook y el Inventario de Ansiedad Rasgo

de Spielberger. Los resultados mostraron que el incremento de emociones positivas servía

como factor protector contra las enfermedades coronarias, y se sugirió implementar

estrategias para aumentar las emociones positivas y reducir síntomas depresivos.

Seguidamente, Levin y Perozo (2010) en Maracaibo, Venezuela; llevaron a cabo una

investigación para describir las estrategias de afrontamiento implementadas por los

pacientes con enfermedades coronarias en el Hospital Universitario de Maracaibo. El tipo

de investigación fue descriptiva, de campo, transeccional, no experimental. Se seleccionó

de manera no probabilística e intencional una muestra de 70 pacientes con enfermedades

coronarias. Se utilizó el cuestionario Ways of Coping de Lazarus y Folkman (1991), que

mide las estrategias de Afrontamiento a saber: Centradas en el problema y centradas en la

emoción. Los resultados obtenidos muestran que los pacientes coronarios utilizan con

mayor frecuencia las estrategias de afrontamiento centradas en la emoción por encima de

las centradas en el problema, predominando dentro de estas, la reestructuración cognitiva,

seguida de apoyo social, el distanciamiento, el autocontrol y autoinculpación.

Aunada a estas investigaciones, Tindle, Chang, Manson, Rosal, Siegle y Matthews

(2009) en Pensilvania, Estados Unidos; estudiaron el optimismo y las actitudes cínicas y


16

hostiles hacia los demás, relacionándolas con la incidencia de enfermedades coronarias y

mortalidad en mujeres posmenopáusicas. Participaron 97.253 mujeres de la Iniciativa de

Salud de las Mujeres, quienes no padecían cáncer ni enfermedades cardiovasculares al

inicio del estudio. El optimismo fue evaluado por el Test revisado de La Vida Orientada a

la Hostilidad, y el Cinismo mediante la subescala del cinismo del Cuestionario Medley

Cook (1992). Las mujeres optimistas tuvieron menor tasa de enfermedad cardiaca respecto

a las pesimistas; además que este último grupo tiene mayor riesgo de mortalidad sobre

aquellas más positivas. En conclusión, la hostilidad cínica y el optimismo se asocian de

forma independiente con los resultados de salud, por lo cual se sugiere que examinar si las

intervenciones diseñadas para cambiar las actitudes llevarían al riesgo alterado.

Los antecedentes descritos con anterioridad proporcionan una serie de informaciones

de gran utilidad para la investigación en desarrollo. Primeramente, los aportes teóricos y

bibliográficos son importantes al servir como punto de acotación para elaborar las bases y

conceptualizaciones teóricas propias. Segundo, la metodología empleada constituye un

modelo a seguir para construir la sistematización epistemológica del estudio, finalmente los

Test y diferentes pruebas aplicadas fungen como referente para comparar los que se

utilizarán así como para su análisis estadístico. Además, también se obtiene información

sobre los pacientes cardiópatas como sujeto de estudio.

Bases Teóricas

Dentro de este apartado se plantean las doctrinas más recientes de diversos autores

especializados en la materia, consultando fuentes impresas y electrónicas, que proporcionen


17

información veraz para la elaboración del cuerpo teórico que fundamenta la investigación.

En este sentido, se estudian los postulados más importantes relacionados con ambas

variables: estrategias de afrontamiento y emociones positivas, estableciendo la teoría sobre

la cual se fundamenta cada una; así como la posición de autoras que permiten emitir

criterios propios sobre la investigación.

Emociones

Para Pallarés (2010) las emociones se definen como agitaciones o estados de ánimo

producidos por ideas, recuerdos, apetitos, deseos, sentimientos, pasiones, entre otros. Con

propiedad, son impulsos que llevan a una acción; pero, además, pueden crear sentimientos

cuando se hacen conscientes y se interpretan de una manera determinada. De esta manera,

suelen expresarse en público y permiten ayudar a enfrentar los cambios externos.

Por su lado, Vivas et al. (2006) definen las emociones como las reacciones a las

informaciones o conocimientos que el individuo recibe de su entorno. La intensidad de la

reacción está en función de las evaluaciones subjetivas que se hagan sobre cómo la

información recibida afectará el bienestar propio. Claramente, las evaluaciones subjetivas

están influenciadas por los conocimientos previos, las creencias personales, el ambiente

provocativo, objetivos personales, entre otros. Entonces, una emoción depende de lo que es

importante para el sujeto.

De acuerdo a lo expuesto por Velástegui (2014) las emociones son mucho más

amplias que los sentimientos, pues en estas intervienen, además del componente personal o

subjetivo, componentes fisiológicos, conductuales o aquellos derivados del propio estímulo


18

que conduce a la emoción. Entonces, la emoción es un proceso complejo que se manifiesta

en diferentes niveles, sin importar la reducción de un nivel a otro.

En otro orden de ideas, Pallarés (2010) denota el hecho de que cada persona

reacciona de forma diferente ante un mismo estímulo emocional. Cuando parece que el

cambio detectado le puede beneficiar, se produce una emoción positiva que la hace

acercarse a la fuente del estímulo mostrando sentimientos de amor, alegría, paz u otros. No

obstante, cuando se considera que la emoción es peligrosa, se etiqueta como negativa,

produciéndose reacciones de miedo, temor, ira, frustración u otros.

En síntesis, las emociones son las reacciones que cada individuo tiene frente a una

situación determinada proveniente del contexto donde se relaciona. Estas reacciones

dependen con gran significancia de la interpretación subjetiva que la persona haga de la

situación, la influencia del entorno, sus experiencias previas, factores fisiológicos, entre

otros aspectos. Pueden ser tan intensas que conducen a trastornos conductuales, pero al ser

bien manejadas ayudan a afrontar la situación estímulo que la produjo.

Teorías sobre las Emociones

Expone Myers (2006) que las emociones surgen a partir del interjuego de la

activación fisiológica, la conducta expresiva y la experiencia consciente. Sin embargo,

existen dos controversias respecto a este interjuego: la primera, ¿la excitación fisiológica es

anterior o posterior a la experiencia emocional?; la segunda atañe al interjuego entre el

pensamiento y el sentimiento, ¿la cognición es siempre anterior a la emoción? Para tratar de

responder estas dudas, han surgido tres importantes teorías que se explican a continuación.
19

Teoría de las Reacciones Corporales de James - Lange (1884)

De acuerdo con Myers (2006) esta teoría plantea que la emoción es la conciencia de

las respuestas fisiológicas a los estímulos que provocan la emoción. Es la teoría más

antigua y fue propuesta de manera independiente por William James, quien señaló que el

sentido común parece indicar que la percepción de una situación hace surgir el sentimiento

de la emoción y que se producen toda una serie de cambios corporales. Según James, esta

apreciación es incorrecta, y propone justamente lo contrario, son los cambios corporales los

que siguen inmediatamente a la percepción de un acontecimiento.

La Figura 1, muestra la explicación de esta teoría según Soriana y Guillazo (2007).

Figura N°1:

Procesamiento neural de un estímulo según Williams James (1884)

Fuente: Soriano et al (2007)


20

Amplían esta idea Soriano et al (2007) explicando que la base de la teoría propugna

que ante un estímulo emocional hay un procesamiento sensorial del mismo en la corteza

sensorial. A su vez, esta última envía información sobre la naturaleza del estímulo a la

corteza motora, encargada de desencadenar la respuesta física de la emoción, es decir, la

expresión. La sensación consciente de la emoción, el sentimiento, tiene lugar con

posterioridad, cuando el córtex recibe las señales sobre los cambios fisiológicos ocurridos.

Continúan Soriano et al (2007) refiriendo que esta teoría tiene dos evidencias

experimentales que la avalan. Primeramente, se ha podido comprobar que diferentes

emociones correlacionan con patrones específicos de actividad autonómica, endocrina y

motora. En segundo lugar, pacientes con lesiones de la medula espinal parece que tienen

reducciones en la intensidad de algunas de sus emociones. Sin embargo, la teoría no puede

explicar el hecho de que muchas veces el sentimiento consciente emocional permanezca

aunque haya desaparecido la respuesta fisiológica periférica. Según James – Lange, las

emociones son respuestas cognitivas que interpretan cambios fisiológicos en el organismo.

Teoría de los Procesos Neurales Centrales de Cannon – Bard (1934)

Refiere Myers (2006) que esta teoría indica que cuando un estímulo despierta una

emoción, se desencadena simultáneamente respuestas fisiológicas y la experiencia subjetiva

de la emoción. Complementan Soriano et al (2007), planteando que la teoría considera que

la información de un estímulo emocional llega a regiones talámicas especializadas en el

procesamiento sensorial. Esta información es enviada directamente al hipotálamo, el cual

pondrá en marcha los mecanismos que generan respuestas emocionales.


21

Asimismo, a la corteza cerebral llega la información sobre las características

sensoriales del estímulo, por medio de las vías ascendentes talámicas, y la información

sobre el significado emocional del mismo, por medio de fibras nerviosas que suben desde el

hipotálamo. Es en la corteza donde se generará la experiencia consciente de la emoción o el

sentimiento. Según esta teoría, el estado corporal o respuesta física, y la sensación

consciente de la emoción o sentimiento, tienen lugar al mismo tiempo.

Figura Nº 2

Procesamiento neural de un estímulo según la teoría de Cannon – Bard (1934)

Fuente: Soriano et al (2007)

Teoría de Valoración Cognoscitiva de las Emociones de Stanley Schachter (1962)

Myers (2006) señala que esta teoría establece que para experimentar la emoción es

necesario que la persona primero presente excitación física y segundo identifique la

emoción de manera cognitiva. Añaden Gerrig et al (2005) que según Stanley Schachter, la

experiencia de la emoción es el efecto conjunto de la activación fisiológica y la valoración

cognoscitiva; ambas partes necesarias para que ocurra una emoción. Se supone que toda
22

activación es general e indiferenciada, y que la activación es el primer paso en la secuencia

de las emociones. El sujeto, entonces, evalúa su activación psicológica en un esfuerzo por

descubrir lo que está sintiendo, cuál etiqueta emocional es la más adecuada, y lo que su

reacción significa en el contexto particular que está siendo experimentado.

Lazarus (1986), explican Gerrig et al (2005), también fue promotor de esta teoría,

sosteniendo que la experiencia emocional no puede entenderse sólo en términos de lo que

sucede en la persona o en su cerebro, sino que surge de transacciones continuas con el

ambiente, las cuales son evaluadas. También enfatiza que la valoración suele ocurrir sin un

pensamiento consciente. Es decir, cuando el individuo tiene experiencias pasadas que

vinculan emociones con situaciones, no necesita buscar de forma explícita el ambiente, para

una interpretación de la activación.

Ahora bien, existen muchas clasificaciones de las emociones, básicas – complejas,

primarias – secundarias, positivas – negativas – neutras; entre otras. En la presente

investigación, se abordarán las emociones positivas y negativas, por lo cual se profundizan

los conocimientos sobre las mismas a continuación.

Conceptualización de Emociones Positivas

Vivas et al. (2006) señalan que las emociones positivas implican sentimientos

agradables, valoración de las situaciones como beneficiosas, tienen una duración temporal

muy corta y movilizan escasos recursos para su afrontamiento. Entre estas emociones

destacan el amor, la alegría, la felicidad. Por su parte, Bermúdez et al. (2012) expresan que

las emociones positivas están asociadas a conductas de aproximación y a la percepción de


23

oportunidades que las hacen menos automáticas y más susceptibles de ir configurándose

mediante el aprendizaje y las experiencias adquiridas a lo largo del desarrollo vital.

Entre tanto, Bosch (2009) señala que las emociones positivas generan experiencias

subjetivas placenteras, contribuyen a la realización de metas propias y producen bienestar.

Tienen un corto período de duración, formando una asimetría hedónica, pues las emociones

negativas perduran más tiempo; porque el individuo se acostumbra rápidamente al estado

de satisfacción y deja de parecer tan bueno; aunque el estímulo placentero se prolongue;

mientras que no se acostumbra al dolor aunque este estímulo no desaparezca.

Complementa Carr (2007) exponiendo que las emociones positivas, como el placer o

la satisfacción, son indicativos de que algo bueno está sucediendo. De esta manera,

expanden la atención del individuo y lo hace ser consciente de un entorno social, físico y

emocional más amplio. Esta expansión, prepara al sujeto a estar abierto a nuevas ideas y

prácticas, incrementando la creatividad. Puede decirse con propiedad, que las emociones

positivas ofrecen oportunidades de establecer relaciones interpersonales de calidad y de

manifestar una mayor productividad.

También se consideran los postulados de Navarro (2006) quien refiere que las

emociones positivas amplían los modos habituales de percibir la realidad y de pensar e

imaginar; además que acrecientan la capacidad para responder creativamente ante los

problemas y tareas de la vida cotidiana. Entre sus ventajas destacan:

 La alegría acelera al individuo intelectualmente y facilita los movimientos

corporales libres y espontáneos; amplía los contactos sociales y la búsqueda de diversión.


24

 El interés, la curiosidad, la excitación y la sorpresa, conduce al individuo a

investigar, involucrarse y expandir su propio yo, incorporando nuevas experiencias e

información acerca de personas u objetos que han despertado su atención. Esto se ha

denominado pensamiento acelerado, el cual impulsa al sujeto al desarrollo de la

inteligencia, crecimiento personal y actividades creativas.

 La satisfacción, la serenidad y el desahogo brotan en situaciones tranquilas, seguras

y sin complicaciones; también se experimenta cuando el individuo es aceptado por los

demás y se establece una relación de mutuo cuidado y aprecio. Esta situación de

satisfacción receptiva hace que el sujeto integre sus experiencias, expanda su mente y se

sienta unida a las personas y el entorno que le rodea.

Cabe destacar lo propuesto por Greco et al. (2006) sobre los aspectos que debe

cumplir una emoción para considerársele como positiva. Entre estos resaltan:

 El sentimiento provocado por la emoción se percibe como agradable.

 El objeto de la emoción se valora como bueno.

 La conducta que se realiza mientras se experimenta esa emoción se evalúa como

favorable y las consecuencias de la emoción son positivas.

De cierta manera, las emociones positivas deberían formar parte del estilo de vida y

las costumbres cotidianas, pues constituyen un gran beneficio para los individuos,

mejorando la mayoría de los ámbitos de su vida. En este sentido, son una herramienta para

el desarrollo de la persona, de forma que complementan su desenvolvimiento individual,


25

sus relaciones sociales, la forma en la cual puede afrontar determinadas situaciones, sus

habilidades sociales, entre otros constructos.

Finalmente, las emociones positivas son reacciones agradables ante un estímulo que

es percibido por el individuo como provechoso para él; además, generan placer y

satisfacción ante la situación, que incrementan las respuestas favorables como la

creatividad, capacidad de interrelacionar, ideas y pensamientos. Sin embargo, a pesar de sus

beneficios, estas emociones son de corta duración porque la persona se acostumbra

rápidamente al estado de satisfacción.

Teorías sobre las Emociones Positivas

Plantea Greco (2010) que el estudio de las emociones positivas es relativamente

reciente, a pesar de actuar como un factor protector en situaciones de adversidad, optimizar

la salud y el bienestar y construir recursos personales. De ahí, la importancia de identificar,

promover y fortalecer recursos psicológicos que puedan actuar como protectores de salud

mental en el marco de un programa de promoción de salud. En este orden, se exponen a

continuación las dos teorías más prominentes sobre el tópico.

Las Tres Vías de la Felicidad de Seligman (2002)

Para el año 2002 Martin Seligman, como explica en Seligman et al (2006) y Seligman

(2011) propuso descomponer el abstracto concepto de la felicidad en tres componentes: la

vida placentera o las emociones positivas, vida comprometida o compromiso y sentido vital

o vida con significado, en un modelo que denominó las Tres Vías de la Felicidad; y que se
26

explican a continuación. El primer componente se encuentra en las líneas de las teorías

hedonistas de la felicidad, y se trata de experimentar tantas emociones positivas como sea

posible sobre el presente, el pasado y el futuro de la vida. Esta vía promueve el aprendizaje

de habilidades para amplificar la intensidad y la duración de estas emociones agradables.

Continuando con los autores mencionados, el componente referido a la vida

comprometida se refiere a buscar la participación, la implicación y el compromiso en todas

las facetas de la vida en que sea posible: en las relaciones íntimas, en las relaciones con los

amigos, en el trabajo, en las actividades de ocio, entre otros. La hipótesis clínica de

Seligman es que la falta de compromiso en la vida puede acabar siendo uno de los factores

desencadenantes de una depresión o un trastorno de ansiedad.

Finalmente, el sentido vital o la vida con significado, consiste en utilizar las

capacidades y habilidades que le pertenecen al individuo para realizar algo más grande que

él mismo. En este orden de ideas, las actividades que se realizan proporcionan un

sentimiento de fuerza, significado y satisfacción que se relaciona con la felicidad; sobre

todo en aquellas personas que han utilizado la significancia para transformar las

circunstancias desafortunadas en optimistas.

Teoría de Ampliación y Construcción de Emociones Positivas

Fredrickson (2001) explica que tanto la vista centrada en tendencias de enfoque

genérico como la vista centrada en tendencias de acción específicos produce un análisis

incompleto de la función de las emociones positivas, por lo cual desarrolló en 1988 la teoría

denominada Thebroaden-and-buildtheory of positive emotions o la Teoría de Ampliación y


27

Construcción de Emociones Positivas. Ésta afirma que ciertas emociones positivas,

incluyendo la alegría, el interés, la alegría, el orgullo y el amor; aunque

fenomenológicamente diferentes, comparten la capacidad de ampliar momentáneos

repertorios de pensamiento-acción de las personas y construir sus perdurables recursos

personales, que van desde los recursos físicos e intelectuales a los recursos sociales y

psicológicos.

El apoyo empírico para varias proposiciones fundamentales de la teoría de ampliación

y construcción puede extraerse de múltiples sub-disciplinas de la psicología, que van desde

la cognición y la motivación intrínseca de los estilos de apego y comportamiento de los

animales. Esta evidencia sugiere que las emociones positivas amplían los ámbitos de la

atención, la cognición y la acción y que se construyen los recursos físicos, intelectuales y

sociales. En concreto, la autora ha demostrado que las emociones positivas (a) amplían los

repertorios de pensamiento - acción de las personas; (b) deshacen las emociones negativas

persistentes; (c) son combustible resistencia psicológica y (d) aumentan la resiliencia

psicológica y desencadenan espirales hacia arriba, hacia un mayor bienestar emocional.

Continúa la autora, reseñando que en resumen, la teoría de ampliación y construcción

describe la forma de emociones positivas en términos de repertorios de pensamiento-acción

ampliado y describe su función en términos de la construcción de recursos personales

duraderos. De este modo, la teoría proporciona una nueva perspectiva sobre el significado

adaptativo de las emociones positivas. La figura a continuación ilustra los postulados de

Fredrickson.
28

Figura Nº 3

Teoría de Fredrickson (2001)

Fuente: Fredrickson (2001)

Por otro lado, Carr (2007) explica que existen muchas pruebas provenientes de

diferentes estudios clínicos y laboratorios, que avalan la teoría de Fredrickson sobre las

emociones positivas. Hay indicios sólidos de que los estados de ánimo positivos amplían el

repertorio de pensamiento – acción. En su laboratorio, Fredrickson ha demostrado que, con

el tiempo, las emociones positivas y el afrontamiento de mentalidad abierta se refuerzan

mutuamente. El afrontamiento de mentalidad abierta supone considerar un amplio

repertorio de respuestas del tipo pensamiento – acción.

También se ha demostrado, que tras la inducción de un estado de ánimo negativo que

suponía un aumento del ritmo cardiaco, las personas que posteriormente vieron breves

fragmentos de películas que inducían un estado de ánimo positivo presentaban una


29

recuperación cardiovascular más rápida que aquellas que veían fragmentos de películas que

inducían estados de ánimo neutros o tristes. Por otro lado, se dan diferencias individuales

en la capacidad de utilizar las emociones positivas para afrontar con eficacia situaciones

estresantes; por ejemplo, las personas que obtienen una alta puntuación en resistencia

personal muestran una recuperación cardiovascular más rápida tras una situación de estrés

que las que obtienen puntuaciones bajas, la cual está mediada por las emociones positivas.

Las emociones positivas pueden contrarrestar e incluso prevenir los efectos nocivos

que acarrean las vivencias derivadas de situaciones estresantes, que alteren física y

mentalmente al individuo; pues tienden a favorecer una apreciación más saludable de las

dificultades y un afrontamiento más funcional de las mismas; además incrementan los

aspectos cognitivos para prevenir fracasos y fomentan actitudes más tolerantes y

persistentes ante situaciones poco favorables y muy pesimistas.

Tipos de Emociones Positivas

Humor: de acuerdo con Fredrickson (2001), generar buen humor o estar involucrado

en actividades que generan risa es algo muy positivo. El buen humor ayuda a ver la vida

más despreocupada, donde se puede apreciar el lado bueno de las adversidades, donde el

sujeto hace felices a los demás y se divierte. Aleja de la ira, la culpa y demás emociones

negativas, ayuda a ver las cosas desde una mirada más relajada y a afrontar las dificultades

de la vida más como un juego de aprendizaje que como una amenaza paralizante.

Cuando se ríe, la persona libera endorfinas, se siente más distendido, fortalece el

sistema inmunológico y reduce las hormonas que pueden causar tensiones. La risa provoca
30

efectos catárticos y procesos de relajación general de los músculos del cuerpo. También

regula el ritmo cardíaco, baja la presión arterial y mejora la inmunidad. Es un factor

protector de la salud e incluso al fingirla, se pueden obtener estos beneficios.

Por otro lado, Belenchón, Livianos, Pino y Sierra (2008) indican que el humor es un

estado afectivo de duración prolongada y no necesariamente de carácter reactivo, estable y

persistente. Es un tipo de afecto de instauración más lenta y progresiva que las emociones,

corresponde a una predisposición o marco emocional. Agregan Vanistendael et al (2013),

que puede definirse como la capacidad de sonreír ante la adversidad, siendo una forma de

realismo optimista, donde la persona no niega su problema pero lo aborda desde una

perspectiva positiva, permitiendo el ajuste cognitivo, la liberación de tensión emocional,

mejorar las relaciones sociales, recuperar la confianza en sí mismo e integrar los elementos

contradictorios reduciendo su tensión hasta un nivel razonable.

Gratitud: explica Fredrickson (2001) que estar agradecidos por los grandes, pequeños

y medianos detalles de la rutina coloca al individuo en un estado de ánimo alegre y pleno.

La persona suele ser tan poco consciente de todas las cosas buenas que posee. Siempre

tiene algo que agradecer, como la salud, las relaciones, el trabajo, las habilidades, la

capacidad de salir adelante. La gratitud tiene que ver con ser agradecidos con los demás,

con aquellas personas que han demostrado su amor o su interés en diversos momentos y

esta gratitud tiene el poder de profundizar relaciones.

En otro orden, Charro y Carrasco (2013) exponen que en general, la gratitud se

considera como una actitud, con diversidad de matices: moral, emoción, hábito, rasgo de
31

personalidad y respuesta de afrontamiento. Puede expresarse a los otros, a otros

impersonales como la naturaleza o hacia fuentes no humanas como Dios o los animales. En

este sentido, tiene los componentes cognitivo, emocional y de compromiso que permite

reconoce el beneficio, el benefactor y el beneficiario.

Admiración: para Fredrickson (2001) se despierta ante aquellas personas que poseen

una capacidad y un talento que puede servir de inspiración o modelo a seguir. Se puede

intentar aprender de esa persona y no pensar por qué tiene esa capacidad que uno como

individuo no posee, pues todos los sujetos son capaces de desarrollar lo necesario para

llegar a lo que desea.

Ruiz (2010) señala que la admiración es una emoción intelectual; donde se produce

un recorrer incesante del objeto, en cuya visión aparecen a cada momento aspectos

originales que detienen la mirada y la lanzan luego hacia otros puntos cercanos, los cuales a

su vez la impelen hacia otros, de donde la mirada sale tan cargada de recuerdos y de

imágenes que, al volver a posarse en el punto de partida, encuéntralo cambiado,

enriquecido y renovado, como si por vez primera lo apercibiese.

Se distingue de las otras emociones en que la unión sentimental del sujeto con el

objeto no se hace penetrando el objeto en el sujeto, sino por el contrario, yéndose la mirada

y los pensamientos tras el objeto, el cual permanece como inmóvil, aguardando la llegada

del sujeto sin buscar acercarse a éste. Así, pues, se le llama emoción intelectual; siendo

eminentemente objetiva y desinteresada; es emoción en donde el objeto domina en todo

instante al espíritu y, por decirlo así, lo encadena.


32

Alegría: según Fredrickson (2001) el individuo que siente alegría es porque logra lo

que desea, es sinónimo de satisfacción personal. En los momentos de alegría es cuando el

sujeto se siente más seguro y abiertos a nuevas experiencias y oportunidades. Situaciones

para estar alegres pueden ser muchas, como el compartir una cena con amigos, enterarse de

una buena noticia.

En la propuesta de Izquierdo (2001), es un sentimiento de contento y satisfacción

interior que se produce a consecuencia o reacción frente a algo positivo que le ha pasado a

una persona. En este sentido, es un estado de ánimo porque depende de la experiencia

subjetiva e individual. Es un estado afectivo fundamental que permite desencadenar

sensaciones gratificantes que se dispersan por el plano psíquico, produciendo esperanza.

Orgullo: a diferencia de la creencia popular, Fredrickson (2001) explica que el

orgullo no es algo malo. Los logros implican sacrificio, por ejemplo sacrificio de tiempo,

inversión de paciencia, superar obstáculos diversos. El sujeto no debe esconder sus logros,

pues se está privando de la experiencia de sentirse satisfecho y de reconocer todo lo que ha

hecho gracias a sus propias manos, y terminaría por quitarse valor ante sus propios ojos,

atentando contra su propia estima. Además, cuando se sabe capaz de lograr cosas,

incrementa su confianza para futuras aventuras y desafíos.

Segura (2007) indica que se reconocen dos tipos de orgullo, uno sano y otro maligno.

El primero, se basa en la alegría y respeto hacia el propio sujeto, hacia sí mismo, al darse

cuenta de la propia valía o de una acción bien hecha. Mientras que el orgullo maligno, es la

conciencia de esa valía pero acompañada de altivez y desprecio hacia los demás.
33

Amor: expone Fredrickson (2001) que el sujeto debe aprender a amarse a sí mismo,

pues esto es fundamental ya que todo comienza el individuo. En el amor hacia los demás

hay que tener en cuenta con qué tipo de personas se relaciona, si benefician o

emocionalmente o por el contrario, quitan toda la energía. Se debe ser consciente, si como

ser humano se dependientes o se deja libres a los demás. El amor por las cosas que se hacen

también es fundamental, ya sea por la propia carrera, el trabajo o incluso pueden ser las

tareas del hogar. Las cosas que se eligen hacerse deben hacer con cariño, entregarse a una

tarea y hacerla con dedicación brinda mucha satisfacción también.

Conceptualización de las Emociones Negativas

La afectividad negativa, en lo expuesto por Watson et al (1988), citados por Carr

(2007), es un sistema conductual de inhibición orientado a la evitación. La función de este

sistema es provocar una conducta de evitación e inhibir la conducta de aproximación para

mantener al organismo lejos de situaciones que pueden suponer peligro, dolor o castigo.

De esta forma, Fredrickson (2001), propone que se entienden como aquellas que

implican sentimientos desagradables, valoración de la situación como dañina y

movilización de diversos recursos para su afrontamiento, que tienden a ser diferentes de los

relacionados con las emociones positivas. De ellas las más importantes son: miedo,

ansiedad, ira, hostilidad, tristeza y asco.

De acuerdo con Fernández – Abascal, Marín y Domínguez (2003), los efectos del

estado de ánimo negativo son más confusos que los positivos. Esto puede ser debido, a que

las personas con estados de ánimo negativos desean frecuentemente cambiarlos por los
34

positivos, comportándose de forma inconsciente con su estado emocional. Al contrario,

aquellas personas con estados de ánimo positivos tratan de mantenerlos el máximo tiempo

posible. En general, los estados de ánimo negativos pueden provocar efectos perjudiciales

como:

 Menos satisfacción con el trabajo o con el estudio.

 Más negativo en su evaluación con los demás, es decir, peores apreciaciones sobre

el rendimiento académico o laboral.

En cambio, los estados de ánimo negativos pueden producir un procesamiento de la

información más sistemático, profundo y realista mostrando que las emociones positivas no

siempre se asocian con una mejor ejecución. En concreto, las personas con estado de ánimo

negativo rechazan los estereotipos y es difícil que sean convencidos por argumentos débiles

o superficiales.

Tipos de Emociones Negativas

Miedo – Ansiedad: según Sandín y Chorot (1995), puede ser definida como una

respuesta del organismo que se desencadena ante una situación de amenaza o peligro físico

o psíquico, cuyo objeto es dotar al organismo de energía para anular o contrarrestar el

peligro mediante una respuesta (conducta de huida o de agresión). La distinción entre fobia

y miedo podría concretarse en que la reacción de miedo se produce ante un peligro real y la

reacción es proporcionada a éste, mientras que en la fobia la respuesta de ansiedad es

desproporcionadamente intensa (o innecesaria) con la supuesta peligrosidad del estímulo.


35

Tristeza: Piqueras, Ramos, Martínez y Oblitas (2010), señala que la tristeza-

depresión, al igual que cualquier otra emoción, tiene una función filogenética adaptativa

para recabar la atención y el cuidado de los demás, constituir un modo de comunicación en

situaciones de pérdida o separación, o ser un modo de conservar energía para poder hacer

frente a ulteriores procesos de adaptación.

Beck, Rush, Shaw y Emery (1983), indica que desde el punto de vista de la relación

entre las emociones negativas y la respuesta de estrés, la experiencia de estado de ánimo

triste dependería de la evaluación cognitiva realizada sobre la demanda situacional y los

recursos que posee el sujeto para afrontar la situación, que en tal caso sería negativa y con

frecuencia predominaría cuando el estresor/es se cronifica/n.

Ira: en lo expuesto por Lazarus (1991), la ira es considerada una emoción negativa

por la mayoría de los teóricos de la emoción. Esta emoción puede ser concebida atendiendo

a tres tipos de definiciones de la valencia emocional, es decir, las emociones se pueden

entender como positivas o negativas en base a: (a) las condiciones que evocan la emoción;

(b) las consecuencias adaptativas de la emoción o; (c) la experiencia subjetiva de la

emoción.

Así, en primer lugar, la ira puede verse como negativa debido a las condiciones que

evocan la dependiendo del resultado de una situación particular. Finalmente, la ira se podría

ver como positiva o negativa en función de la sensación subjetiva o evaluación de la

emoción, dependiendo de si un individuo siente placer/ gusto o displacer/aversión tras la

experiencia subjetiva de ira emoción, ya que suele ser evocada por acontecimientos
36

aversivos. En segundo lugar, la ira se puede calificar como positiva o negativa cuando es

entendida desde el punto de vista de sus consecuencias adaptativas.

Asco: es conceptualizado por Chóliz (2005) como una de las reacciones emocionales

en las que las sensaciones fisiológicas son más patentes. La mayoría de las reacciones de

asco se generan por condicionamiento interoceptivo. Esta reacción emocional suele darse

ante estímulos desagradables (químicos fundamentalmente) que son potencialmente

peligrosos o molestos. Suele ser muy proclive a los condicionamientos aversivos, siendo

los Estímulos Condicionados mayoritariamente olfativos o gustativos.

Diferencias entre las Emociones Positivas y Emociones Negativas

Las emociones negativas, según Vivas et al. (2006) implican sentimientos

desagradables, valoración de la situación como dañina y la movilización de muchos

recursos para su afrontamiento. Destacan en este grupo el miedo, la tristeza, la ira, la

frustración, el asco. Explican Bermúdez et al. (2012) que ambos tipos de emociones,

positivas y negativas, tienen una función básicamente adaptativas bajo situaciones

estresantes, las emociones negativas pueden llegar a convertirse en desadaptativas y

asociarse a interacciones disfuncionales que perpetúan las reactividad psicofisiológica;

provocando conductas perjudiciales para el individuo y su entorno. Mientras que las

positivas, pueden actuar en muchas ocasiones como un muro para afrontar y contener las

situaciones de estrés diario, de modo que al potenciar la experiencia de las emociones

positivas se podrá reparar el deterioro producido por la adaptación al estrés y reducir su

impacto en el futuro.
37

Asimismo, Bosch (2009) explica que al margen de la percepción del individuo, las

emociones positivas o negativas no son buenas o malas en sí mismas, simplemente se

denominan así porque generan un estado agradable o desagradable en el individuo.

Complementa lo expuesto Weiten (2006) diciendo que existen más emociones negativas

que positivas, y que las primeras tienen efectos más fuertes.

A modo de conclusión, el punto clave que diferencia las emociones positivas de las

negativas es la percepción que sobre la situación a afrontar tenga el individuo, pues esta

varía de un sujeto a otro. En este sentido, cada emoción es una forma de adaptarse a un

hecho, bueno o malo, pero la emoción negativa conlleva la desventaja que puede

convertirse en desadaptativa, ocasionando desajustes psicológicos.

Emociones Positivas, Negativas y Salud

Plantean Bermúdez et al. (2012) que diferentes investigaciones prospectivas como las

desarrolladas por Moskowitz et al. en 2008, han aportado evidencias de que las emociones

positivas, originadas de manera original o inducidas experimentalmente, predicen

consecuencias más positivas a corto y a largo plazo. Ahora bien, según indica Navarro

(2006) sacan a las personas del aislamiento social y las retornan a la acción creativa y

entusiasta, a la vez que optimizan el funcionamiento del sistema cardiovascular y ayudan a

neutralizar los efectos de las emociones negativas. También aceleran la mejoría fisiológica

en el caso de heridas y enfermedades, al favorecer la respuesta del sistema inmunológico.

Al respecto de las emociones positivas y la salud cardiovascular, Paz (2013) señala

que estudios recientes muestran una relación favorable entre las emociones positivas y la
38

salud física de pacientes con eventos cardiovasculares, además, dicha asociación es

independiente de la ausencia de los factores psicosociales negativos, como la depresión y la

ansiedad. Es decir, que el beneficio no se explica por la ausencia de los mismos, sino que

parece tener un efecto beneficioso propio e independiente.

En cuanto a las emociones negativas, coinciden Chóliz (2005) y Martín (2005), las

emociones influyen sobre la salud-enfermedad a través de los diferentes trastornos clínicos

así como a través de sus propiedades motivacionales para modificar las conductas

saludables (ejercicio físico moderado, dieta equilibrada, descanso, ocio, entre otros) y no

saludables (abuso de alcohol, tabaco, sedentarismo). Pero no solo la ansiedad, la depresión,

la ira patológica o el asco patológico pueden afectar adversamente a una condición médica,

sino que la evidencia empírica nos muestra que bien de forma específica bien asociadas a

enfermedades físicas existe una alta prevalencia de problemas de ansiedad, depresión e ira

que evidentemente han de ser tenidas en cuenta.

Por otro lado, relacionando las emociones negativas con las patologías cardiacas,

Fernández – Abascal et al (2003), refieren que varios estudios han mostrado que la

depresión es un factor de riesgo significativo de enfermedad coronaria, infarto de miocardio

y mortalidad cardiaca, así como también la ansiedad y el estrés. Más concretamente, se ha

relacionado la afectividad negativa como estado emocional de los pacientes con los

trastornos cardiovasculares.

Los mencionados autores, señalan que otro de los factores asociados a los trastornos

cardiovasculares relacionado con la afectividad negativa ha sido el Complejo Hostilidad-


39

Ira-Agresión o Síndrome Ira-Hostilidad-Agresión (AHI). Este síndrome ha recibido

atención tanto como componente del Patrón de Conducta Tipo A como de forma aislada,

siendo el que más se ha relacionado con la enfermedad cardiovascular, en especial el

componente de Hostilidad. El complejo o síndrome AHI (Agresividad-Hostilidad- Ira) está

formado por la ira, que es el componente emocional, la hostilidad, que hace referencia al

componente cognitivo y la agresividad, que se refiere al aspecto conductual. Dicho

síndrome está relacionado con trastornos psicofisiológicos, especialmente las alteraciones

cardiovasculares.

Afrontamiento

La historia individual de cada persona en su contexto cultural, socioeconómico y

político, influye tanto en el proceso de enfermar como en la prevención de los trastornos y

enfermedades, el mantenimiento de un nivel de salud óptimo y cómo afronta el sujeto su

enfermedad. En este sentido, es vital para los pacientes que padecen de cardiopatía

isquémica, sin menos del resto de las distintas afecciones, un afrontamiento eficaz y

eficiente de su condición en pro de una alta calidad de vida, que minimice a su vez el

impacto psicológico que esta enfermedad pueda ocasionar.

En primer lugar, cabría hacer una distinción entre el concepto de adaptación y el de

afrontamiento. Así, indican Lazarus y Folkman (1986) que la adaptación es un amplio

concepto que incluye la rutina, automatismos, modos de seguir adelante, mientras que el

afrontamiento incluye algún tipo de estrés. En este sentido, existe una diferencia importante

entre las conductas automáticas propias de la adaptación y las conductas de esfuerzo


40

relacionadas al afrontamiento; que radica básicamente en el aprendizaje y la experiencia,

pues las conductas adaptativas aparecen casi sin que el individuo las note o se sienta

desbordado, mientras que los esfuerzos de afrontamiento son fácilmente distinguibles, pues

el sujeto debe empeñarse en manejar la situación.

Una vez hecha la acotación anterior, se plantea la definición propuesta por Lazarus y

Folkman (1986), autores clásicos del estudio sobre el afrontamiento, la cual explica que

éste es la puesta en práctica de un conjunto de esfuerzos cognitivos y conductuales

constantemente cambiantes para manejar las demandas específicas internas o externas que

son evaluadas por la persona como excedentes o desbordantes de sus recursos. En esta

conceptualización, se evidencia que para que surja el afrontamiento, el individuo debe

experimentar alguna situación que considere estresante y esté en posición de dirigir sus

acciones conductuales y/o cognitivas para responder ante la misma.

En otra perspectiva, Vázquez, Crespo y Ring (2012) señala que el término

afrontamiento se ha adaptado del vocablo anglosajón “coping” y de modo general, se

refiere a la serie de pensamientos y acciones que capacitan a las personas para manejar

situaciones difíciles. Consiste entonces en un proceso de esfuerzos dirigidos a manejar del

mejor modo posible, reduciendo, minimizando, tolerando o controlando; las demandas

internas y ambientales.

En síntesis, el afrontamiento representa un conjunto de acciones cognitivas y

conductuales, que experimenta el individuo ante una situación determinada que sobrepasa

sus límites o recursos personales para responder a la misma; por lo cual necesita de nuevas
41

reacciones que le permitan manejar con la mayor efectividad posible el escenario al cual se

enfrenta, tanto interna como externamente.

Si se toman en cuenta los postulados de Lazarus y Folkman (1986) y el contexto de la

investigación, el afrontamiento puede definirse como el conjunto de respuestas

conductuales y cognitivas de los pacientes ante la cardiopatía isquémica, comprendiendo lo

que significa la enfermedad para el sujeto; y lo que en consecuencia, el individuo piensa y

hace para reducir o eliminar las amenazas que se relacionan con la enfermedad.

Entendido lo qué es el afrontamiento, desde la perspectiva de sus mayores

propulsores, y adaptando las definiciones al estudio que se realiza, se presentan a

continuación las conceptualizaciones relacionadas con la variable estrategias de

afrontamiento, consideradas por numerosos estudiosos como los enfoques más efectivos

para que el individuo comprenda y maneje su enfermedad.

Estrategias de Afrontamiento

De acuerdo con Fernández - Abascal (1997) las estrategias de afrontamiento son los

procesos concretos que se utilizan en cada contexto y pueden ser altamente cambiantes

dependiendo de las condiciones desencadenantes. Ciertamente, no se trata de una simple

respuesta ante una situación catalogada como estresante por el individuo, sino que operan a

nivel consciente, a diferencia de los mecanismos de defensa que son automáticos; y

requieren la puesta en marcha de respuestas forzadas.

Paralelamente, Lazarus y Folkman (1986) definen las estrategias de afrontamiento

como todos los esfuerzos cognitivos y conductuales que se ponen en práctica para manejar
42

una situación estresante. Complementan lo expuesto, López et al (2004) al explicar que

estas requieren una actitud activa y una conducta manifiesta, que cumpla las dos funciones

básicas que se le asignan a las estrategias: regular las emociones y resolver el problema.

Los postulados de Bermúdez et al (2012) sobre el tema, consideran que las estrategias

de afrontamiento representan una serie de procesos que, junto a la valoración cognitiva,

actúan como factores mediadores dentro de la relación de estrés entre la persona y la

situación. Destacan de estas, las siguientes características:

 Representan lo que el individuo piensa, hace y siente con el objetivo de adaptarse;

por lo cual suponen un esfuerzo intencional.

 Es necesario considerar el contexto en el que suceden para entenderlas, pues son

acciones que no ocurren en el vacío, sino que se ponen en marcha ante las demandas que

plantea cada situación en particular.

 Las estrategias empleadas pueden variar conforme se va desarrollando la

interacción estresante, o por cambios temporales. Al mismo tiempo, pueden transformar las

valoraciones cognitivas que se realicen a lo largo de la transacción del estrés.

 La eficacia de las estrategias de afrontamiento va a depender de los efectos que

estas tengan a corto y largo plazo. En consecuencia, no puede hablarse de estrategias

intrínsecamente eficaces o ineficaces. Cualquiera de ellas puede funcionar mejor o peor

dependiendo de la persona, el contexto y la interacción que se establezca entre ambos.

Es necesario destacar que existe un número casi ilimitado de estrategias de

afrontamiento, y que pueden ser agrupadas en categorías generales para su mejor


43

comprensión. Sobre esta base, Lazarus y Folkman (1986) explican que las estrategias

pueden desempeñar dos funciones básicas: alterar la situación estresante para regularla o

cambiarla; y/o regular las respuestas emocionales que dicha situación esté provocando en el

individuo. A continuación, se detallan estas estrategias con mayor precisión.

Afrontamiento Centrado en el Problema

Según Oldham, Bender y Skodol (2007) el afrontamiento centrado en el problema se

refiere a los esfuerzos para resolver un problema que supone una amenaza o disminuir su

impacto realizando una acción directa. Bermúdez et al (2012) añaden que incluye

estrategias como definir diferentes alternativas para solucionar el problema, planificar qué

acciones se van a llevar a cabo o establecer prioridades. En general, este afrontamiento se

pone en marcha cuando se considera que se puede modificar la situación estresante.

Afrontamiento Centrado en la Emoción

Explica Oldham et al (2007) que el afrontamiento centrado en la emoción se refiere a

los esfuerzos para reducir las emociones negativas surgidas en respuesta a una amenaza

cambiando la forma como se atiende o interpreta la misma. Entre las estrategias de este

tipo, Bermúdez et al (2012) señalan culpabilizarse, imaginar que el problema no existe o

buscar un sentido positivo a la situación. En general, este afrontamiento se utiliza cuando el

individuo cree que no puede hacer nada ante la situación estresante.

Sobre estos tipos de afrontamiento, Lazarus y Folkman (1986) sostienen que no

pueden ser considerados como excluyentes, pues puede ocurrir que una misma estrategia
44

cumpla dos funciones a la vez. Aunado a esto, los autores afirman que el afrontamiento

centrado en el problema no puede resultar efectivo si no se actúa también sobre la respuesta

emocional, siendo preciso recurrir al afrontamiento centrado en la emoción. Una

característica fundamental dentro del proceso de afrontamiento es que cada individuo puede

utilizar diferentes estrategias en diferentes situaciones, es decir, que existe una

especificidad en cuanto a la utilización de una determinada estrategia en función de la

situación o problema a la cual se enfrente.

Seguidamente, se presentan algunos modelos desarrollados para explicar las

estrategias de afrontamiento, iniciando con la propuesta propulsora de su estudio, el modelo

de Lazarus y Folkman (1986); luego se exponen los postulados de Tobin, Holroyd y

Reynolds (1984), para cerrar con Lipowski (1970), quien propuso un modelo para explicar

el afrontamiento ante una enfermedad física.

Modelo de Lazarus y Folkman (1986)

Paula (2007) explica que este modelo es denominado Teoría Transaccional del Estrés

y Afrontamiento, donde la transacción implica que el estrés no se encuentra ni en la persona

ni en el ambiente, sino en la conjunción de una persona con sus motivaciones y creencias, y

un ambiente que introduce amenazas, daños o desafíos. Pero, también la transacción supone

un proceso, dado que la relación de estrés no es estática sino que cambia como resultado de

las constantes interacciones entre el sujeto y el medio.

La relación estresante sucede cuando las demandas evaluadas agotan o exceden los

recursos personales; de forma tal que la unidad de análisis es la continua transacción o


45

encuentro, que es evaluada por el individuo como pérdida, daño, amenaza de daño o

desafío. En el proceso de estrés, la evaluación de la persona resulta fundamental según

proponen Lazarus y Folkman (1986), considerando el enfoque cognitivo del estrés como

una teoría fenomenológica. Así, distinguen tres (3) tipos de evaluación cognitiva que

median entre el estímulo y la respuesta: primaria, secundaria y reevaluación.

De acuerdo con Oblitas (2009). La evaluación primaria se centra en la situación, se

produce en cada intercambio con alguna demanda interna o externa. Intervienen cuatro

modalidades a) la anticipación de un daño posible; b) los daños o pérdidas resultados de la

amenaza; c) la valoración que hace el sujeto que conlleva resultados inciertos y d) y los

beneficios, que son la valoración positiva que no induciría al estrés; cabe destacar que las

tres primeras conducen a estrés.

La evaluación secundaria, continúa explicando Oblitas (2009), ocurre

inmediatamente a la primaria, y consiste en la propia eficacia que tendrán las medidas que

adopte el sujete para hacer frente a la situación. Se trata de los recursos o estrategias de

afrontamiento o habilidades de coping que incluyen recursos físicos y psicológicos y las

aptitudes para resolver el problema. Finalmente, la reevaluación es la retroalimentación que

ocurre mientras el individuo interactúa con las demandas, para realizar las correcciones

necesarias para cambiar la conducta.

Cuando se completan las evaluaciones, el individuo comienza a implementar las

estrategias de afrontamiento, lo cual de acuerdo con el autor de la teoría, son los esfuerzos

cognitivos o conductuales constantemente cambiante que se desarrollan para manejar las


46

demandas externas e internas, evaluadas como desbordantes o excedentes de los recursos

del individuo. Se entiende que son conductas dirigidas a dominar, tolerar, reducir o

minimizar las situaciones que amenazan al sujeto. La teoría considera más los esfuerzos

que los resultados, y el manejo de la demanda estresante. La figura 4, muestra una

esquematización del modelo de Lazarus y Folkman.

Figura Nº 4

Esquema Conceptual del Modelo de Lazarus y Folkman (1986)

Fuente: Lazarus y Folkman (1986)

Según Oblitas (2009) este modelo asigna tres estrategias al afrontamiento centrado en

el problema: a) confrontación, que comprende las acciones directas para alterar la situación;

b) búsqueda de apoyo social, son las acciones para buscar consejo, información, simpatía o

comprensión y c) búsqueda de soluciones, son las acciones orientadas a buscar las posibles

alternativas de solución.
47

En cuanto al afrontamiento centrado en la emoción, comprende cinco (5) estrategias:

a) autocontrol, son los esfuerzos para regular sentimientos y acciones; b) distanciamiento:

esfuerzos para separarse de la situación; c) reevaluación positiva, son los esfuerzos para

crear un significado positivo centrándose; d) autoinculpación, se orientan a verse como

responsable de los problemas por medio de autorreproches o autocastigos; y e) escape /

evitación, dirigidas a evitar la situación de estrés.

Modelo de Tobin, Holroyd y Reynolds (1989)

Considerando el afrontamiento y sus estrategias, Tobin et al (1989) determinaron tres

(3) escalas para las estrategias de afrontamiento, denominadas primaria, secundaria y

terciaria. En total, presentan 14 subescalas en un Inventario de Estrategias de

Afrontamiento, divididas de la siguiente manera: ocho (8) escalas primarias, cuatro (4)

escalas secundarias y dos (2) escalas terciarias. La figura 5 muestra su esquematización.

Figura Nº 5

Escalas del Modelo de Tobin, Holroyd y Reynolds (1989)

Fuente: Pino – Esqueda Torres (2013)


48

Escalas Primarias

Estas escalas comprenden ocho (8) subescalas relacionadas directamente a las

secundarias y son resolución de problemas, reestructuración cognitiva, apoyo social,

expresión de emociones, evasión de problemas, ilusión, aislamiento social y autocrítica.

a) Resolución de problemas: se refiere a las estrategias conductuales y cognitivas

diseñadas para eliminar la fuente del estrés mediante el cambio de la situación estresante.

b) Reestructuración cognitiva: permite hacer uso de estrategias cognitivas que alteran

el significado de la transacción estresante para que sea evaluada como menos amenazante,

por lo general busca el lado positivo de la situación, y lo ve desde una nueva perspectiva.

c) Apoyo social: es la búsqueda de apoyo emocional, la presencia relativa de recursos

de apoyo proveniente de otras personas significativas para los sujetos como la familia y

amigos producen transacciones interpersonales que implican la expresión de afecto.

d) Expresión de afecto: se refiere a la liberación y manifestación de los estados

afectivos producidos a partir de la situación estresante.

e) Evasión de problemas: se refiere a la negación de problemas y a la evitación de

pensamientos o acciones sobre la situación estresante.

f) Ilusiones: se basa en las estrategias cognitivas que reflejan la incapacidad o

renuencia a replantear o alterar simbólicamente la situación. Esto se relaciona con la

esperanza y el deseo que tienen los sujetos respecto a que las cosas sean mejores.
49

g) Aislamiento social: aislamiento por parte del individuo respecto de su familia y

amigos, especialmente en lo que respecta a la propia reacción emocional ante el estrés.

h) Autocrítica: incluye los juicios negativos que se hacen los sujetos a sí mismos

basándose en la situación problemática. Implica la culpa y las ofensas por parte de los

individuos hacia ellos mismos.

Escalas Secundarias

Están compuestas por cuatro (4) subescalas, las cuales son compromiso centrado en el

problema, compromiso centrado en la emoción, evasión centrada en el problema y evasión

centrada en la emoción; las mismas se detallan a seguir.

a) Compromiso centrado en el problema: involucra las estrategias de comportamiento

y las cognitivas para cambiar la situación o el significado de la misma para el individuo.

Estos esfuerzos de afrontamiento se enfocan básicamente en la situación estresante en sí.

b) Compromiso centrado en la emoción: refleja la comunicación abierta de

sentimientos hacia otros, así como el aumento de la participación social, especialmente con

la familia y amigos. Estos esfuerzos de afrontamiento se enfocan en la reacción emocional

del individuo ante una situación estresante.

c) Evasión centrada en el problema: consiste en la negociación, evasión e inhabilidad

o renuencia a mirar una situación de una manera distinta, así mismo refleja las estrategias

conductuales y cognitivas para evitar la situación.


50

d) Evasión centrada en la emoción: implica el cierre de uno mismo y sus

sentimientos, así como la necesidad de criticarse y culparse a sí mismo.

Escalas Terciarias

Se encuentran conformadas por el compromiso y la evasión; en este modelo se da una

analogía con las estrategias de Lazarus y Folkman (1986); así las estrategias consideradas

centradas en el problema se relacionan con el compromiso; mientras que las catalogadas

como centradas en la emoción, se relacionan con la evasión. Se explican brevemente.

a) Compromiso: refleja los intentos del individuo de comprometerse para manejar la

situación estresante de la persona ambiente. Mediante estas estrategias de afrontamiento,

los sujetos se comprometen en una negociación continua y activa en el ambiente estresante.

b) Evasión: considera estrategias que probablemente revelan la evasión del individuo

hacia las personas y su medio ambiente. Los individuos que hacen uso de esta,

generalmente no comparten sus sentimientos con otros, evitan incluso los pensamientos

acerca de las emociones, y no inician acciones para cambiar la situación.

Modelo de Lipowski (1970)

Tal como explica Gutiérrez (2004), Lipowski (1970) elaboró uno de los primeros

modelos de afrontamiento referido específicamente a sujetos en situaciones de enfermedad

física. Partiendo de este contexto, define el afrontamiento como toda actividad cognitiva y

motora que utiliza una persona enferma para preservar su integridad física y psíquica, para

recuperar las funciones deterioradas de un modo reversible y para compensar en lo posible


51

cualquier deterioro irreversible. Este autor también considera importantes los factores

ambientales, tanto de tipo social como físico, subrayando la importancia de la calidad de las

relaciones sociales que mantenga el sujeto (apoyo social). Por último, el tipo de

afrontamiento de la enfermedad estará también en función de factores intrapersonales, tales

como la edad, la personalidad, las creencias, los valores, las habilidades personales y la

inteligencia más específicamente.

Figura Nº 6

Modelo de Lipowski* (1970)

Fuente: Gutiérrez (2004) *Los textos fuera de recuadros se relacionan con el modelo de Lazarus y Folkman (1984)

Ahora bien, se han descrito tres modelos diferentes para explicar las estrategias de

afrontamiento, evidenciándose coincidencias importantes entre Lazarus y Folkman (1984) y

Tobin et al (1989); como el hecho de que el estrés no se determina por la persona o

situación en particular; sino por la interacción de la evaluación que el individuo realiza

respecto al estímulo y las demandas que este estímulo le generan.


52

No obstante en el contexto de la presente investigación se toma como punto de

referencia el modelo propuesto por Tobin et al (1989), pues proporciona un inventario de

estrategias de afrontamiento sencillo, que ha sido adaptado por Pino – Ramírez y Esqueda –

Torres (2013); el cual permitirá comprobar el comportamiento que desarrollan los enfermos

crónicos, en este caso, con cardiopatía isquémica.

Por otro lado, numerosos estudios como el de Cuartas, Lotero, Lemos, Arango y

Rogers (2008) han identificado al estrés como una de las causas o factores de riesgo para el

desarrollo y la progresión de las cardiopatías isquémicas, siendo esta enfermedad una de las

principales causas de muerte en el mundo según cifras emitidas por la Organización

Mundial de la Salud (2013), y con una alta prevalencia en el estado Zulia tal como reportan

Portillo et al (2008), se considera importante investigar su relación con las emociones

positivas y el estrés, como fenómeno particular. En este orden, se presentan sus aspectos

teóricos más relevantes.

Cardiopatía Isquémica

López (2008) indica que la cardiopatía isquémica incluye las alteraciones que tienen

lugar en el miocardio debido a un desequilibrio entre el aporte de oxígeno al miocardio y la

demanda del mismo, en detrimento de aquel. Puede manifestarse de diversas formas como

anginas estables o síndrome coronario agudo. Complementan Fernández et al. (2008)

refiriendo que la cardiopatía isquémica es un desequilibrio entre el aporte coronario y las

necesidades o demandas miocárdicas de oxígeno. Se manifiesta clínicamente por:

 Isquemia silente, que no produce síntomas.


53

 Infarto de miocardio, implica necrosis cardíaca.

 Angina de pecho, definida como dolor u opresión que generalmente afecta el tórax.

Puede ser una angina por esfuerzo, la cual es provocada por ejercicio u otras

situaciones que alteren el aporte del oxígeno. También existe la angina en reposo, asociada

a un aumento brusco y transitorio del tono vascular coronario. Finalmente, la angina

inestable, que implica la fisura o rotura de la placa arterioesclerótica, estimulando la

agregación plaquetaria y los vasoespasmos coronarios.

En otro orden de ideas, Argente et al. (2005) señalan los factores de riesgo

relacionados a la cardiopatía isquémica; los cuales son:

 Factores mayores modificables: como la dislipidemia o alteraciones en el

colesterol, hipertensión arterial, tabaquismo.

 Factores mayores no modificables: sexo masculino, enfermedad coronaria precoz

en un familiar en primer grado, como padre, madre o hermanos menores de 55 años de

edad.

 Factores menores modificables: diabetes, obesidad, sedentarismo, estrés, gota.

 Factores menores no modificables: sexo femenino en la posmenopausia,

enfermedad coronaria familiar tardía, en mayores de 56 años de edad.

Paciente con Cardiopatía Isquémica

De acuerdo con Cuartas et al (2008) diferentes investigaciones desde la década de los

años 50 hasta la actualidad, han encontrado que la personalidad tipo A está asociada a las
54

patologías cardíacas, tanto como componente de vulnerabilidad y como aspecto importante

a analizar frente al curso de las mismas. Este patrón conductual define a aquellas personas

que presentan una respuesta autonómica al estrés, por la activación del Sistema Simpático

Adrenal; y que son las más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares. En

términos generales, los rasgos psicológicos que lo caracterizan son: hostilidad, impaciencia,

competitividad, alta necesidad de control e indefensión.

Entretanto, Laham (2008) indica que en la década de los años 90, Denollet introdujo

la personalidad Tipo D o personalidad de distrés. De acuerdo con su propulsor, está

fuertemente relacionada con la mortalidad en pacientes coronarios. También promovería la

enfermedad de modo indirecto. Las conductas nocivas a la salud coronaria, como el

tabaquismo, el sedentarismo y el alcoholismo, pueden potenciarse bajo estos rasgos de

personalidad. Pero, además esta personalidad incide negativamente en la adherencia a los

tratamientos médicos y a las terapias de rehabilitación médica y psicológica. Las tendencias

a inhibir conductas en la interacción social puede afectar la calidad del apoyo social

potenciando el estrés psicológico de la enfermedad coronaria. En virtud del elevado nivel

de estrés psicosocial crónico de las personas coronarias con perfil tipo D aumentaría el

riesgo a sufrir isquemia de miocardio, arritmias ventriculares y eventos agudos fatales.

No obstante lo antes expuesto, en la actualidad se han incrementado las

investigaciones sobre emociones negativas, en particular depresión y ansiedad y su relación

con la enfermedad coronaria, como explica la mencionada autora; las cuales concluyen que

algunos pacientes coronarios, bajo distrés, y socialmente inhibidos, presentarían un mayor

riesgo de padecer episodios agudos, respecto de otros coronarios.


55

Por otro lado, según Kloner (2006) el estrés se reconoce como un factor muy

importante a estudiar en el campo de las cardiopatías, pues se ha evidenciado la relación

entre el estrés y los factores de riesgo, que son intermediarios en los marcadores

fisiopatológicos en el proceso de las enfermedades coronarias. Complementan lo expuesto,

Rosengren et al (2004), quienes explican que existen dos estresores relacionados a la

cardiopatía isquémica: el estrés agudo, como el producido por un terremoto, y el estrés

crónico causado por un estrés laboral no controlado o por cuidar un enfermo, por ejemplo.

Expuestos los postulados anteriores sobre las variables en estudios y la cardiopatía

isquémica como enfermedad asociada, se muestran a continuación los mapas de variables

que guían la investigación.


56

Cuadro Nº 1

Mapa de Variable Emociones Positivas

Variable Dimensión Indicadores Ítems


Ánimo 1
Entusiasmo 3
Afectos positivos Inspiración 5
Atención 7
Activación 9
Emociones
Temor 2
Irritabilidad 4
Afectos negativos Nerviosismo 6
Intranquilidad 8
Miedo 10

Cuadro Nº 2

Mapa de Variable Estrategias de Afrontamiento

Variable Dimensión Subdimensión Indicadores Ítems


Compromiso Resolución de 1,9,17,25,33,41,49,57,65
centrado en el problemas
problema Reestructuración 2,10,18,26,34,42,50,58,66
Compromiso cognitiva
Compromiso Apoyo social 4,12,20,28,36,44,52,60,68
centrado en la Expresión de 3,11,19,37,35,43,51,59,67
emoción afecto
Estrategias de
Evasión Evasión de 5,13,21,29,37,45,53,61,69
afrontamiento
centrada en el problemas
problema Ilusiones 6,14,22, 30, 38, 46, 54,
62,70
Evasión
Evasión Autocrítica 7,15,23, 31, 39, 47, 55,
centrada en la 63,71
emoción Aislamiento 8,16,24, 32, 40, 48, 56,
social 64,72
C A P Í T U L O I I I

M A R C O M E T O D O L Ó G I C O

Tipo y Nivel de Investigación

Atendiendo a los objetivos de la presente investigación, esta fue de tipo descriptiva

pues pretendía recolectar información sobre las variables en estudio para caracterizarlas y

medirlas sin ninguna manipulación, presentando sus características resaltantes en relación

con el contexto de estudio. En este sentido, Hernández, Fernández y Baptista (2010)

explican que las investigaciones descriptivas especifican las cualidades del fenómeno que

se analice a la par que miden varios atributos de la variable o variables involucradas.

En cuanto al nivel de la investigación, fue correlacional puesto que se busca

establecer la relación entre la variable emociones positivas y la variable estrategias de

afrontamiento en los pacientes con cardiopatía isquémica. Sobre este aspecto señalan

Hernández et al (2010), que los estudios correlaciones tienen por objeto conocer la relación

o grado de asociación entre dos o más variables en un contexto determinado, además que

permiten saber cómo se comporta una variable en relación a otra frente a una situación

específica.

Finalmente, el modelo es el estudio de campo ya que la información se recopiló

directamente de la fuente objeto de análisis, pacientes con cardiopatía isquémica. Al

respecto, Sabino (2006) indica que este tipo de estudio recoge los datos de interés en el
56

contexto donde ocurre el fenómeno y con el trabajo del investigador, es decir, toma en

consideración el entorno y los sujetos que viven la realidad.

Diseño de la Investigación

De acuerdo con el propósito de la investigación su diseño fue no experimental –

transeccional correlacional; pues no se manipularon las variables en estudio; además que

los datos fueron recopilados en un momento único en el tiempo. Al respecto, explican

Hernández et al (2010) que en las investigaciones no experimentales se observan los

fenómenos tal como se dan en su contexto natural, sin modificarlos deliberadamente;

mientras que el diseño transeccional correlacional permite establecer relaciones entre dos o

más variables en un momento determinado.

La representación gráfica del diseño de investigación se muestra a continuación:

Se mide y se describe la relación E EA

E = Emociones.

EA= Estrategias de Afrontamiento.

En lo relacionado con las fuentes de invalidación, estas son aquellas que atentan

contra la validez interna de un experimento. Para el estudio que se desarrollan se aplican

tres y se toman estas fuentes por el tipo de investigación, sus propósitos y la forma en la

cual se realizará el muestreo y definirá la muestra a analizar. A continuación se presenta

cada fuente y su definición según el criterio de Campbell y Stanley (1996).


57

a) La maduración, indica los procesos internos de los participantes que operan como

consecuencia del tiempo y afectan los resultados.

b) La inestabilidad de mediciones, participantes y/o componentes, ocurre cuando las

personas que realizan las mediciones no tienen una preparación previa, o cuando no se

garantizan la calidad de instrumentos de medición.

c) Métodos de selección, en la selección de la muestra de un diseño descriptivo, la

manera como se seleccione puede invalidar los datos obtenidos, pues cuando la muestra es

intencionada, se puede incurrir en un sesgo, o lo que es lo mismo, que la muestra

examinada tenga valores mayores o menores de la población.

Sujetos de Investigación

Población

Hernández et al (2010), definen la población como el conjunto de todos los casos que

concuerda con determinadas especificaciones. Para los fines de estudio, la población estuvo

constituida por los pacientes con diagnóstico de cardiopatía isquémica que asisten a dos

importantes centros de salud del municipio Maracaibo, que suman 450 pacientes sin

distinción de género o edad.

Muestreo

Se llevó a cabo un muestreo de tipo no probabilístico, definido por Arias (2012)

como el procedimiento de selección en el que se desconoce la probabilidad que tienen los


58

elementos para conformar la muestra. Específicamente, se utilizó el muestreo causal o

accidental, sobre el que el citado autor refiere se trata de elegir arbitrariamente los

elementos sin juicios o criterios preestablecidos. Este muestreo se asienta, generalmente,

sobre la base de un buen conocimiento de los estratos de la población y/o de los individuos

más representativos o adecuados para los fines de la investigación, en este caso pacientes

con cardiopatía isquémica. Para realizarlo, se fijan unas cuotas que consisten en un número

de individuos que reúnen unas determinadas condiciones. Una vez determinada la cuota se

eligen los primeros que se encuentren que cumplan esas características.

Los criterios establecidos fueron:

 Ser mayor de 18 años.

 Tener más de 5 años de diagnóstico con la enfermedad.

Muestra

Establecidas las técnicas de muestreo, la muestra estuvo constituida por 80 pacientes

con diagnóstico de cardiopatía isquémica que acudieron a consulta dos días, en los centros

de salud tomados como referencia.

Definición Operacional de las Variables

La variable Emociones se define operacionalmente mediante las puntuaciones

obtenidas por el Test PANAS de Pino - Ramírez y Esqueda (2013), que mide la variable

mediante sus dimensiones afectos positivos y afectos negativos y su relación con la

condición de salud.
59

La variable Estrategias de Afrontamiento se define operacionalmente a partir de los

puntajes obtenidos en el Inventario de Estrategias de Afrontamiento de Pino – Ramírez y

Arocha (2014); el cual mide la variable a partir de sus dimensiones compromiso y evasión

con sus respectivos indicadores.

Técnicas de Recolección de Datos

Descripción del Instrumento

Este instrumento fue desarrollado originalmente por Crawford y Henry (2004), su

traducción y adaptación fue realizada por Pino-Ramírez y Esqueda (2013), (Crawford &

Henry, 2004). En la versión en español fue necesario utilizar cinco jueces expertos

bilingües que evaluaron la correcta traducción de los ítems del PANAS. Esta escala

consiste en un conjunto de palabras que describen sentimientos y emociones, tanto

positivas como negativas; para responder el paciente debe escoger el número que mejor

represente su opinión de acuerdo a la escala. El cuadro Nº 3 muestra las opciones de

respuesta del instrumento.

Cuadro Nº 3:

Opciones de Respuesta del Test PANAS

Escala cuantitativa Significado


1 Nada
2 Ligeramente
3 Moderadamente
4 Bastante
5 Mucho
6 Totalmente
Para la corrección e interpretación del instrumento, se separan los reactivos que
60

miden Afecto Positivo (AP) y Afecto Negativo (AN), posteriormente se suman los ítems de

cada dimensión (cinco para cada una, de acuerdo con el mapa de variable del Cuadro Nº 1)

y luego de dividen entre el número de ítems, el cual dará como resultado la valoración

emocional dada a la enfermedad, representada por la media obtenida para cada dimensión.

Esta valoración se interpretará de acuerdo al baremo del Cuadro Nº 4.

Cuadro Nº 4

Baremo de Corrección e Interpretación para el PANAS de

Pino –Ramírez y Esqueda (2013)

Puntuación Interpretación
5,00 ≤ 9,10 Muy Bajo
> 9,10 ≤ 13,20 Bajo
> 13,20 ≤ 17,30 Medio Bajo
> 17,30 ≤ 21,40 Medio Alto
> 21,40 ≤ 25,50 Alto
> 25,50 ≤ 30,00 Muy Alto

El Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-V) de Pino –Ramírez y Arocha

(2014) consta de 72 ítems con el propósito de encontrar el tipo de situaciones que causa

problemas a las personas en su vida cotidiana y cómo enfrentan estos problemas, mediante

evocar una situación o hecho muy estresante para el individuo. Para ello, la persona

determina el grado en que hizo lo que cada frase contenida en el instrumento indica en la

situación que pensó. Para ello colocará el número que mejor refleje su opinión en la casilla

que se encuentra al lado izquierdo de cada afirmación, de acuerdo a la siguiente escala

mostrada en el Cuadro Nº5.

Cuadro Nº 5: Opciones de Respuesta del


61

Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-V)

Escala cuantitativa Significado


1 Nunca lo hice
2 Lo hice muy poco
3 Lo hice algunas veces
4 Lo hice frecuentemente
5 Lo hice mucho
6 Lo hice siempre.

Para la corrección e interpretación del instrumento, se separan los reactivos que

miden de acuerdo a las posteriormente se suman los ítems de cada indicador (de acuerdo

con el mapa de variable del Cuadro Nº 2) y luego de dividen entre el número de ítems, el

cual dará como resultado la valoración o utilización de cada estrategia de afrontamiento,

representada por la media obtenida para cada dimensión. Esta valoración se interpretará de

acuerdo al baremo del Cuadro Nº 6.

Cuadro Nº 6

Baremo de Corrección e Interpretación para el Inventario de Estrategias de


Afrontamiento (CSI-V) de Pino –Ramírez y Arocha (2014)

Puntuación Interpretación
1,00 ≤ 1,83 Muy Bajo
> 1,83 ≤ 2,66 Bajo
> 2,66 ≤ 3,49 Medio Bajo
> 3,49 ≤ 4,32 Medio Alto
> 4,32 ≤ 5,15 Alto
> 5,15 ≤ 6,00 Muy Alto

Propiedades Psicométricas.

Para el Test PANAS (2013) el estudio psicométrico se realizó con una muestra de
62

339 sujetos, 140 con diagnóstico de arritmia y 169 con diagnóstico de hipertensión arterial.

La edad promedio fue de 49,82 ± 8,49 años, predominando el género femenino en la

muestra (58,70%). La validez de la prueba fue obtenida a través del Análisis Factorial de

Componentes Principales con Rotación Varimax. Los resultados indican una estructura de

dos factores, de cinco reactivos cada uno, que explican el 59,09% de la varianza. Los

coeficientes Alfa de Cronbach para cada factor fueron de 0,82.

Mientras que para el Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-V), sus

desarrolladores escogieron el CSI (Coping Strategies Inventory) para establecer sus

propiedades psicométricas en muestras de pacientes con enfermedades crónicas. El análisis

incluyó la traducción y re-traducción del instrumento, validando, a través de jueces

expertos, ambas versiones. La versión en español latinoamericano de 72 reactivos fue

aplicada a 795 pacientes (59.9% mujeres), con enfermedades crónicas: hipertensión

(n=134), arritmia (n=132), Insuficiencia Renal Crónica (n=132), Diabetes (n=180) y

Discapacidad motora (n=216). La edad promedio de la muestra fue de 51,84±14,01 años

(rango: 18-92) y la del tiempo de diagnóstico 4,47±4,50 años (rango: 6m-30 años). La

confiabilidad de las escalas primarias fue obtenida tanto por el método test-retest como por

el índice de homogeneidad Alfa de Cronbach, que oscilaron entre 0.72 para la subescala de

Evitación de Problemas y 0.94 para Autocrítica, por lo cual se consideró confiable para

medir las estrategias de afrontamiento en pacientes con enfermedades crónicas.

Procedimiento

Para la realización de la presente investigación, se llevan a cabo los siguientes pasos:


63

Se estableció la población y la muestra, mediante el muestreo causal o accidental,

caracterizándoles por ser pacientes con cardiopatía isquémica, que asisten a consulta en los

centros de salud de referencia.

Se seleccionaron los instrumentos más pertinentes de acuerdo a la operacionalización

de las variables, el PANAS de Pino-Ramírez y Esqueda (2013) para la Variable Emociones

Positivas y el Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-V) de Pino-Ramírez y

Arocha (2014) para las Estrategias de Afrontamiento.

Se reportaron las propiedades psicométricas de los instrumentos en cuanto a validez y

confiabilidad.

Se aplicaron los instrumentos a la muestra seleccionada.

Se procesaron los datos y reportaron los resultados.

Se establecieron conclusiones y recomendaciones.

Consideraciones Éticas

Para la realización de esta investigación se tomaron en cuenta los preceptos

contenidos en el Código de Ética de la Federación de Psicólogo de Venezuela (1981), en lo

concerniente al ámbito de la investigación. Se ajusta a los más estrictos basamentos

científicos y éticos, tal como implica el artículo 54 del mencionado código. En relación al

artículo 55, la investigación está supervisada por personas técnicamente preparadas,

científicamente entrenadas y es realizada por personal preparado.


64

Acatando el artículo 57, la investigación respeta la autonomía del individuo al velar

por su integridad física y mental; informando a los sujetos en estudio sobre la naturaleza del

mismo, sus alcances y consecuencias. Según el artículo 60, el investigador debe garantizar

el anonimato de los sujetos implicados en la investigación; lo cual es totalmente cumplido,

al avalar la confidencialidad de las respuestas emitidas.

El artículo 63 contempla la posibilidad de comunicar los resultados de la

investigación a otros estudiosos y especialistas; lo cual se hace al culminar el reporte final

del mismo.
C A P Í T U L O I V

R E S U L T A D O S

Análisis y Discusión de Resultados

A continuación, se presentan los resultados obtenidos mediante la aplicación de los

instrumentos de recolección de datos seleccionados en función de los propósitos del

estudio: Registro de Afectos Positivos y Negativos de Pino-Ramírez y Esqueda (2013) para

la variable Emoción y el Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-V) de Pino-

Ramírez y Arocha (2014) para la variable Estrategias de Afrontamiento. Ambos, fueron

aplicados a un total de 80 pacientes con cardiopatía isquémica que cumplían los criterios de

inclusión muestral.

La información suministrada fue vaciada en un base de datos creada en el paquete

estadístico SPSS versión 19.0 y procesados en función de las necesidades de la

investigación y los baremos correspondientes a cada instrumento. De esta forma, se

calcularon medidas de tendencia central para obtener la medición de cada variable por

separado, y luego se establecieron las correlaciones estadísticas pertinentes para establecer

si existe o no una relación entre las emociones y las estrategias de afrontamiento en

pacientes con cardiopatía isquémica.

Se inicia el análisis en respuesta a los propósitos establecidos al inicio de la

investigación, se presentan a continuación los resultados obtenidos por la aplicación de


66

Registro de Afectos Positivos y Negativos de Pino-Ramírez y Esqueda (2013), en función

del primer objetivo específico, describir las emociones en pacientes con cardiopatía

isquémica se tienen los datos contenidos en la tabla siguiente.

Tabla Nº 1

Estadísticos Descriptivos para las Emociones

Mínimo Máximo Media Desviación Típica Nivel


Emociones 8,00 30,00 20,5250 5,86984 Medio Alto
Positivas
Emociones 5,00 30,00 17,1500 6,63916 Medio Bajo
Negativas

Al analizar la Tabla Nº 1, se observa una tendencia por parte de los pacientes con

cardiopatía isquémica de utilizar las emociones positivas como una forma de afrontar la

realidad, lo cual le permite responder de una mejor manera a los problemas asociados a la

misma; siendo en este caso particular, la cardiopatía isquémica. Fredrickson (2001), explica

que estas emociones, representan un repertorio de pensamientos – acciones amplio que le

brinda al individuo la posibilidad de construir recursos personales duraderos en función de

afrontar sus problemas.

Comparando con otros estudios, se presentaron similitudes con el realizado por

Davidson et al (2010), quienes encontraron que un nivel alto de emociones positivas se

relaciona con un bajo riesgo de enfermedades coronarias; sirviendo estas como un factor

protector ante tales padecimientos. También hubo semejanzas con Tindle et al (2009),

donde se evidenció que el optimismo como emoción positiva, coadyuva a las mujeres a

disminuir sus padecimientos coronarios, sus síntomas y mortalidad asociada.


67

Retomando a Fredrickson (2001), las emociones positivas le confieren al individuo la

posibilidad de construir recursos perdurables tanto físicos e intelectuales como sociales y

psicológicos; que le permiten tener una mayor cantidad de acciones o pensamientos para

hacer frente a una situación, disminuir las emociones negativas relacionadas y aumentar la

resistencia psicológica.

Asociando esto con los resultados obtenidos, puede afirmarse que una vez el sujeto ha

entendido su padecimiento y aceptado el mismo, las emociones positivas le brindan un

cúmulo de recursos para hacer frente a los aspectos relacionados con la cardiopatía

isquémica; enfatizando que es una enfermedad crónica que ocasionaría recaídas a lo largo

del tiempo que afectarían el bienestar emocional del paciente, en mayor o menor medida

dependiendo de sus recursos.

En cuanto a las emociones negativas, obtuvo una media menor a la arrojada por las

emociones positivas, es decir, los afectos positivos predominaron sobre los negativos en los

pacientes con cardiopatía isquémica que fueron objeto de estudio. Entendiendo que estas

emociones se ocupan de indicar los límites y peligros, y favorecer la supervivencia, según

explican Moriondo, De Palma, Medrano y Murillo (2012); es posible afirmar que el sujeto

cardiópata necesita experimentar las emociones negativas para establecer los límites

adecuados que le permitan tener una mejor calidad de vida en relación con su enfermedad.

Estos resultados se relacionan con la investigación de Urdaneta (2012), quien

encontró que en los pacientes que padecen hipertensión arterial predomina la emoción

positiva sobre la negativa; lo cual también se evidenció en el estudio de Mendoza y Puello


68

(2012), que arrojó una representación de la enfermedad por parte de sujetos con

hipertensión arterial donde predomina la valoración positiva sobre la negativa. Por otro

lado, contrasta con los resultados de Rueda y Pérez – García (2007), donde las emociones

negativas como enfado manifiesto y quejas son de alta prevalencia, influyendo en estilos de

vida poco saludable y de presentar sintomatología cardiovascular respectivamente.

Cabe destacar que Piqueras et al (2010), reportan que se ha relacionado la afectividad

negativa como estado emocional de los pacientes con trastornos cardiovasculares; y como

señalan Watson et al (1988) esto refleja la tendencia a experimentar emociones negativas a

través del tiempo y de situaciones. En este sentido, atendiendo a los resultados del estudio,

el paciente con cardiopatía isquémica puede sentir estos estados negativos por un nuevo

tratamiento, una recaída en su enfermedad o el cambio en el estilo de vida.

Ahora bien, para dar cumplimiento al segundo objetivo específico de la investigación,

describir las estrategias de afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica, se aplicó

el Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI-V) de Pino- Ramírez y Arocha (2014);

que arrojó los resultados mostrados en las tablas a continuación.

Tabla Nº 2
Estadísticos Descriptivos para las Estrategias de Afrontamiento Centradas en el
Compromiso
Desviación Nivel
Mínimo Máximo Media
típica
Resolución de 1,11 6,00 4,6639 1,02508 Alto
problemas
Reestructuración 1,78 6,00 4,5611 ,97008 Alto
cognitiva
Apoyo social 1,00 6,00 4,2944 1,18649 Medio
Alto
Expresión de 1,56 6,00 3,9736 1,03980 Medio
afecto Alto
69

Analizando la Tabla Nº 2, se encuentra de acuerdo con la media que la estrategia más

utilizada por los pacientes con cardiopatía isquémica es la resolución de problemas, es

decir, estos individuos tienden a eliminar la fuente del estrés mediante el cambio de la

situación estresante, empleando medios conductuales y cognitivos. En este caso, la

enfermedad como tal no puede eliminarse, pues es una condición crónica con la cual el

paciente debe vivir, pero si puede utilizar formas de adaptarse a ella evitando los factores

que incrementen riesgos a su salud física y mental.

Otra estrategia muy utilizada es la reestructuración cognitiva, según indica la media

contenida en la Tabla Nº 2, lo cual implica que muy frecuentemente estos pacientes buscan

el lado positivo de su condición, enfocándose en nuevas perspectivas que le permitan

evaluarla como menos amenazante, de manera que, desde el aspecto cognitivo, alteren el

significado de esta enfermedad como un estresante, pudiéndose adaptar a la misma.

Seguidamente, la estrategia de afrontamiento apoyo social también es muy

frecuentemente utilizada, esto quiere decir que los sujetos con cardiopatía isquémica

tienden a buscar apoyo emocional, afectivo o psicológico de las personas que representen

un significado importante en sus vidas, como la familia, pareja, amigos; donde las

expresiones de afecto coadyuven a adaptarse a la enfermedad y afrontar los distintos

sucesos relacionados con la misma.

En cuanto a la estrategia expresión de afectos es la menos utilizada por la población

objeto de estudio, aunque es frecuente que se aplique, tal como indica la media obtenida en

los resultados y que puede verse en la Tabla Nº 2. En este sentido, el paciente con
70

cardiopatía isquémica busca la forma de liberar sus emociones, manifestando los estados

afectivos, positivos o negativos, que le produzca su enfermedad, siendo esta su factor

estresante.

Tabla N º3

Estadísticos Descriptivos para las Estrategias de

Afrontamiento Centradas en la Evasión

Desviación Nivel
Mínimo Máximo Media
Típica
Evasión de 1,67 5,67 3,4583 ,96547 Medio Bajo
problemas
Ilusiones 1,89 6,00 4,2417 1,01601 Medio Alto
Autocrítica 1,00 6,00 3,5833 1,39300 Medio Alto
Aislamiento 1,00 6,00 2,9597 1,29278 Medio Bajo
Social

En cuanto a las estrategias de afrontamiento centradas en la evasión, analizando la

Tabla Nº 3, se evidencia que las ilusiones son la más utilizada por los pacientes con

cardiopatía isquémica; donde la persona no es capaz de alterar simbólicamente su situación,

replantearse o ser incapaz de comprenderla y adaptarla a ella. Esto se puede relacionar con

el hecho de que se considere un posible error en el diagnóstico, cuando se presenta por

primera vez al sujeto, con la necesidad de que la situación mejore pudiendo cambiar

algunos hábitos con la esperanza de cambiar su condición.

También la autocrítica es empleada por los pacientes cardiópatas que son objeto de

estudio de la investigación, aunque con menos frecuencia que la estrategia anteriormente

señalada. En este sentido, el sujeto tiende a presentar una serie de juicios propios, negativos

y despectivos que se relacionen con su enfermedad, inculpándose y ofendiéndose por estar


71

en esta situación. Aquí, pueden observarse críticas por la alimentación, por el hecho de no

practicar ejercicios con frecuencia, por los hábitos personales, cumplimiento del

tratamiento, entre otros.

Finalmente, las estrategias menos utilizadas, según sus medias contenidas en la Tabla

Nº 3 fueron la evasión de problemas y el aislamiento social; en orden descendente. Esto

implica que si bien el paciente puede tender a negar su condición o evitar pensar en la

misma para no tener que concretar acciones que le permitan afrontarla; aunado a una

posibilidad de aislarse de su círculo social; no lo hace con frecuencia; incluso no busca

aislar sus reacciones emocionales frente a la enfermedad como factor estresor.

Los resultados obtenidos son similares a los de la investigación que realizara en su

momento Barrera (2013), pues este autor encontró que los pacientes con hipertensión

arterial utilizan con mayor frecuencia las estrategias centradas en el compromiso del

problema, especialmente la resolución de problemas y la reestructuración cognitiva.

Asimismo, presenta semejanzas con el estudio de Ferrer et al (2013), quienes hallaron que

los pacientes con arritmias cardíacas utilizan estrategias centradas en el compromiso,

aunque también prevalecen las centradas en la emoción.

Otras coincidencias se evidencian al comparar con el estudio de Ramírez (2013),

donde los pacientes con hipertensión arterial utilizan las estrategias centradas en el

compromiso, pero fue el apoyo social la que se reportó como más empleada a diferencia de

esta investigación donde fue la resolución de problemas la forma prevalente en pacientes


72

con cardiopatía isquémica. Respecto a las estrategias centradas en la evasión, existe

similitud, pues las ilusiones y la autocrítica arrojaron mayor presencia.

Las discrepancias pudieron determinarse al comparar los resultados con los obtenidos

por Marín (2006), pues las mujeres con cáncer de mama tienden a utilizar un estilo de

afrontamiento centrado en la emoción. Y en general, féminas con cáncer de mama y de

cuello uterino se centran en la emoción en su mayoría (55,0% de la muestra empleada por

la investigadora referida), cuando están en el Estadio I y II de los padecimientos.

Ahora bien, los pacientes con cardiopatía isquémica, según los resultados obtenidos,

tienden a emplear estrategias de afrontamiento centradas en el compromiso. De acuerdo

con el modelo de Tobin et al (1989), esto supone que el individuo se compromete a manejar

aquella situación que le produce estrés, en este caso la enfermedad cardíaca que padece.

Específicamente, se utilizan con mayor frecuencia las centradas en el problema, resolución

del problema y reestructuración cognitiva, implicando acciones que buscan cambiar el

significado de la enfermedad o los posibles perjuicios para la salud que esta conlleva; de

manera que el sujeto pueda adaptarse a las nuevas situaciones que experimenta.

Como explica Lazarus (1983), la eficacia de las estrategias de afrontamiento depende

de la controlabilidad de la situación o de centrarse en el problema; ejemplo de ello serían

enfermedades como diabetes, cáncer, asma y en el caso particular de las cardiopatías

isquémicas; donde la aproximación en formas de conductas de vigilancia y autobservación

para un mejor diagnóstico, tratamiento y cuidados, resultan en una estrategia conveniente.

No obstante, esto no implica que la evasión no sea útil en determinados momentos; por lo
73

cual es posible afirmar que la eficacia de cualquier estrategia de afrontamiento depende del

contexto y la persona.

Para responder el último objetivo de la investigación referente a determinar la

dirección, fuerza y magnitud de la relación entre las emociones y las estrategias de

afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica; es necesario describir las

asociaciones y correlaciones entre las variables; lo cual se realizó estadísticamente

mediante el coeficiente de correlación de Pearson y cuyos resultados se presentan a

continuación.

Tabla N º4
Relación entre Emociones Positivas y Estrategias de Afrontamiento
Variable: Estrategias de Afrontamiento Emociones Positivas
Resolución Problemas Correlación de Pearson 0,331**
Sig. (bilateral) 0,003
Reestructuración Cognitiva Correlación de Pearson 0,298**
Sig. (bilateral) 0,007
Apoyo Social Correlación de Pearson 0,425**
Sig. (bilateral) 0,000
Expresión emociones Correlación de Pearson 0,328**
Sig. (bilateral) 0,003
Evasión Problema Correlación de Pearson 0,031
Sig. (bilateral) 0,785
Ilusiones Correlación de Pearson 0,037
Sig. (bilateral) 0,742
Autocrítica Correlación de Pearson 0,124
Sig. (bilateral) 0,272
Aislamiento Social Correlación de Pearson 0,049
Sig. (bilateral) 0,666
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Interpretando los datos contenidos en la Tabla Nº 4, se evidenciaron correlaciones

positivas significativas entre las emociones positivas y las estrategias de afrontamiento

centradas en el compromiso, tanto en la parte del problema como en la emoción. En este


74

sentido, se afirma que existe una relación débilmente positiva entre el apoyo social y las

emociones, la cual fue la de mayor cuantía, lo que indica que el hecho de ser un sujeto con

un sentido de humor optimista, que se manifiesta alegre permite al cardiópata isquémico

contar con mayor apoyo, cuando él mismo lo solicita. La siguiente relación significativa fue

la encontrada entre la resolución de problemas y las emociones positivas, lo cual era de

esperarse por ser esta estrategia la más empleada por el grupo objeto de estudio. Por otro

lado, la expresión de emociones obtuvo una relación similar con las emociones positivas; y

fue la reestructuración cognitiva la relación más débil.

Tabla N º5
Relación entre Emociones Negativas y Estrategias de Afrontamiento
Variable: Estrategias de Afrontamiento Emociones Negativas
Resolución Problemas Correlación de Pearson 0,112
Sig. (bilateral) 0,323
Reestructuración Cognitiva Correlación de Pearson 0,241*
Sig. (bilateral) 0,031
Apoyo Social Correlación de Pearson -0,078
Sig. (bilateral) 0,491
Expresión emociones Correlación de Pearson 0,181
Sig. (bilateral) 0,109
Evasión Problema Correlación de Pearson 0,300**
Sig. (bilateral) 0,007
Ilusiones Correlación de Pearson 0,095
Sig. (bilateral) 0,403
Autocrítica Correlación de Pearson 0,155
Sig. (bilateral) 0,170
Aislamiento Social Correlación de Pearson 0,348**
Sig. (bilateral) 0,002
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Al analizar los resultados contenidos en la Tabla Nº 5, se evidenciaron correlaciones

positivas significativas entre las estrategias de afrontamiento centradas en el problema y las


75

centradas en la emoción, en tres de sus formas, respecto a las emociones negativas. En esta

perspectiva, se encontró una relación débilmente positiva entre el aislamiento social,

estrategia centrada en la evasión, y las emociones negativas; lo cual podría asociarse con el

hecho de que el enfermo de cardiopatía isquémica considere mantener oculto los

sentimientos como ansiedad, miedo o nerviosismo que puede causarle su condición.

También se encontró una correlación débilmente positiva entre la evasión del

problema y las emociones negativas; lo que permite considerar que el sujeto enfermo tiende

a evitar los pensamientos relacionados con su enfermedad y puede negar su existencia,

mostrando emociones como ira o enfado, que le ayuden a mantener un estado de ánimo

relacionado con supuestos causantes del mismo para no aceptar que provienen de la

condición de salud que padece.

Otra correlación débilmente positiva se encontró entre la reestructuración cognitiva y

las emociones negativas; donde el paciente cardiópata busca hacer frente a su problema

mediante estrategias cognitivas que alteren el significado del mismo, pero, en este caso, en

lugar de relacionarla con una perspectiva positiva lo hace con la visión pesimista de su

situación; lo que podría generar un estado de alto estrés.

Comparando los resultados obtenidos en este objetivo con otras investigaciones

realizadas antes de la presente, se hallaron similitudes con el estudio de Ferrer et al (2013),

pues estos encontraron que existen correlaciones positivas significativas entre el curso

cíclico de la enfermedad y la resolución de problemas en pacientes que padecen arritmias

cardiacas. La atribución psicológica externa se correlacionó con la estrategia apoyo social y


76

con la expresión emocional, cuando se analizaron las estrategias centradas en el

compromiso; destacando que la variable en estudio era la percepción de la enfermedad.

En cuanto a las estrategias de afrontamiento centradas en la evasión, las correlaciones

en la investigación de Ferrer et al (2013), fueron positivas y significativas entre las

estrategias evasión de problemas y aislamiento social y el indicador de percepción de la

enfermedad factores de riesgo, ambas en el presente estudio se correlacionaron positiva y

significativamente con las emociones negativas.

La autocrítica se correlacionó positivamente con los indicadores causas-factores

inmunológicos y control personal, en el antecedente mencionado; sin embargo en la

presente investigación esta estrategia de afrontamiento centrada en la evasión no se asoció

significativamente con las emociones positivas o negativas; lo que es un aspecto de

discrepancia entre ambos estudios.

Para cerrar, en función del objetivo general, determinar la relación entre las

emociones y las estrategias de afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica que

responde a la interrogante de investigación: ¿Cuál es la relación entre las emociones y las

estrategias de afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica?, se tiene que esta es

una relación, en general, débilmente positiva y significativa; por lo cual las emociones

representan, en sus afectos positivos o negativos, un recurso que el paciente puede utilizar

como estrategia al afrontar su condición de salud; es decir, se emplean aspectos como el

entusiasmo o la irritabilidad para manejar la situación estresante que supone su enfermedad.


77

CONCLUSIONES

Habiendo realizado el análisis de los resultados obtenidos en la investigación,

posterior a la aplicación de los instrumentos para la recolección de datos y las

contrastaciones teóricas, se llegó a las siguientes conclusiones.

Respecto a describir las emociones en pacientes con cardiopatía isquémica, se

encontró que las emociones positivas, en forma de afectos positivos, prevalecen sobre las

negativas, en forma de afectos negativos, por lo cual el paciente objeto de estudio se

presenta interesado, alerta, exaltado y fuerte en lo relacionado con la enfermedad que

padece. Esto podría explicarse por el hecho de que tales sujetos tienen un diagnóstico de

data larga, y el tiempo transcurrido le ha permitido entender su condición, adaptarse a la

misma y recurrir a las emociones positivas como una manera de aliviar la carga que puede

representar la enfermedad.

Por otro lado, al describir las estrategias de afrontamiento en pacientes con

cardiopatía isquémica, se observó que las más usadas son las estrategias centradas en el

compromiso (resolución de problemas, reestructuración cognitiva, apoyo social y expresión

de afecto), lo que se pudiera relacionar con la data de la enfermedad y el hecho de que el

paciente se involucre en mejorar su condición al entender su situación. Respecto a las

estrategias centradas en la evasión, las ilusiones fueron las más reportadas, quizá porque la

incapacidad de realizar alteraciones simbólicas sobre la enfermedad, lleven al paciente a

plantearse medidas de cambio, como alimentación, hábitos o tratamientos, creyendo que así

podrá modificar su problema de salud.


78

En cuanto a determinar la dirección, fuerza y magnitud de la relación entre las

emociones y las estrategias de afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica; estas

fueron débiles, positivas y significativas entre las emociones positivas y las estrategias de

afrontamiento centradas en el problema: resolución de problemas, reestructuración

cognitiva, apoyo social y expresión de emociones. Esto implica que el paciente cardiópata

puede utilizar las emociones positivas para centrarse en su problema, la condición de salud

que padece, de forma que trabaje activamente en adaptarse y tomar medidas para el manejo

de las situaciones que se deriven del mismo.

Las emociones negativas, por otra parte, se relacionaron también débil, positiva y

significativamente con las estrategias centradas en la evasión aislamiento social y evasión

del problemas; mientras que en igual magnitud y fuerza se relacionaron con la

reestructuración cognitiva, estrategia centrada en el problema. Tales resultados,

evidenciarían que el paciente con afectos negativos tiende a mostrarse temeroso, irritable,

nervioso, asustado e intranquilo ante su enfermedad recurriendo a evitar el problema

negándolo o no pensando en que lo tiene; pudiendo recurrir también a c una

reestructuración cognitiva negativa y pesimista de la situación.

Finalmente, atendiendo a los resultados obtenidos, y en función del objetivo general

de este estudio, determinar la relación entre las emociones y las estrategias de

afrontamiento en pacientes con cardiopatía isquémica, existe la posibilidad de afirmar que a

mayor prevalencia de afectos positivos el paciente con cardiopatía isquémica empleará

estrategias de afrontamiento centradas en el problema; y, contrariamente, cuando hay una

prevalencia de afectos negativos se recurre a estrategias centradas en la evasión.


79

LIMITACIONES

En ciertos casos, la edad de los pacientes dificultó la aplicación de los instrumentos

de recolección de datos, puesto que ciertas limitaciones visuales o motoras les impedían

llenar los cuestionarios por sí mismos.

El nivel educativo también fue una limitante, muchos sujetos no entendían las

preguntas, debiendo las investigadoras explicarlas en términos sencillos, y otros reportados

como analfabetas debían ser interrogados puntualmente; lo que impedía el

autocumplimiento de las escalas y prolongaba el tiempo de aplicación.

Durante la aplicación, factores distractores como ruidos, intervención de otros

pacientes y desorden en la sala de espera, dificultaban el entendimiento de los sujetos

respecto a los que se les preguntaba.

Algunos sujetos se retiraban del sitio sin haber culminado los cuestionarios, pues

entraban a consulta.

Falta de compromiso en las respuestas, pues la extensión de los instrumentos causaba

fatiga y cansancio en los sujetos.


80

RECOMENDACIONES

De la investigación y las conclusiones, se derivan una serie de recomendaciones

puntualizadas a continuación:

Llevar a cabo investigaciones similares, donde se discriminen variables

sociodemográficas como edad, género, nivel socioeconómico, tiempo de diagnóstico y

grado de instrucción, para establecer comparaciones entre estas y las variables que se

analizaron en la presente investigación.

A las instituciones participantes en este estudio, se les recomienda realizar talleres y

charlas educativas en sus instalaciones dirigidas a los pacientes con cardiopatía isquémica y

sus familiares, donde se brinden conocimientos sobre la enfermedad.

También a las instituciones se sugiere contemplar el apoyo psicológico a los

pacientes, mediante sesiones individuales o grupales, que le permitan adaptarse a su

situación, mediante el uso de las emociones y estrategias de afrontamiento, coadyuvantes a

eliminar las amenazas propias de la enfermedad, motivando al autocuidado y atendiendo las

necesidades psicológicas de cada sujeto.


81

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88

ANEXOS
89

ANEXO Nº 1
TEST PANAS DE PINO – RAMÍREZ Y ESQUEDA
(2013)
90

PANAS

Traducción y Adaptación Pino-Ramírez y Esqueda-Torres, 2013

Esta escala consiste en un conjunto de palabras que describen sentimientos y

emociones. Lea cada una y coloque, en el recuadro a la izquierda de cada palabra, el

número que mejor representa en qué medida usted experimenta estas emociones en

relación a su condición de salud.

Para responder escoja el número que mejor represente su opinión, de acuerdo a la

siguiente escala:

1 = Nada 4 = Bastante
2 = Ligeramente 5 = Mucho
3 = Moderadamente 6 = Totalmente

R Emociones R Emociones

Muy animado (a) Nervioso(a)


Temeroso(a) Atento(a)
Entusiasmado(a) Intranquilo(a)
Irritable Activo(a)
Inspirado(a) Asustado (a)
91

ANEXO Nº 2
CSI -V DE PINO – RAMÍREZ Y AROCHA (2014)
92

Inventario de Estrategias de Afrontamiento

Tobin, Holroyd y Reynolds, 1984

Versión en español Pino-Ramírez y Arocha, 2014

Edad: ___________ Sexo: __________Estado Civil: ______________________ Nivel de

Instrucción: _________________ Lugar de aplicación: ____________________________

Diagnóstico: ____________________________Tiempo de Dx _____________________

El propósito de este cuestionario es encontrar el tipo de situaciones que causa

problemas a las personas en su vida cotidiana y saber cómo enfrentan estos problemas.

Piense durante unos minutos en un hecho o situación, relacionado con su salud, que

haya sido muy estresante para usted. Por estresante entendemos una situación que le

causa problemas, le hace sentirse mal o que le cuesta mucho enfrentar. Lea cada frase y

determine el grado en que usted hizo lo que cada frase indica, en la situación que pensó

previamente. Para ello coloque el número que mejor refleje su opinión en la casilla que se

encuentra al lado izquierdo de cada afirmación, de acuerdo a la siguiente escala:

Respuesta Valor
Nunca lo hice 1
Lo hice muy poco 2
Lo hice algunas veces 3
Lo hice frecuentemente 4
Lo hice muchas veces 5
Lo hice siempre 6

Esté seguro de responder a todas las frases. No hay respuestas correctas o incorrectas;

sólo se evalúa lo que usted hizo, pensó o sintió en ese momento.


93

Inventario de Estrategias de Afrontamiento


Tobin, Holroyd y Reynolds, 1984
Versión en español Pino-Ramírez y Arocha, 2014
Uso Valor Uso Valor
Nunca lo hice 1 Lo hice frecuentemente 4
Lo hice muy poco 2 Lo hice muchas veces 5
Lo hice algunas veces 3 Lo hice siempre 6

Uso Situación
1. Me concentré en los pasos que debía seguir
2. Traté de ver la situación desde otro punto de vista
3. Encontré maneras bajar la presión
4. Acepté simpatía y comprensión de otra persona
5. Dormí más de lo usual
6. Deseé que el problema se solucionará por si mismo
7. Me dije a mi mismo(a) que si no fuera tan descuidado no me pasarían estas
cosas
8. Traté de guardar mis sentimientos sólo para mí
9. Cambié algo para que las cosas salieran bien
10. Busqué alguna señal de esperanza y traté de ver el lado positivo de la
situación
11. Hice algunas cosas para desahogarme
12. Encontré a alguien que me supo escuchar
13. Continué como si nada estuviese ocurriendo
14. Deseé que ocurriera un milagro
15. Me di cuenta que el problema se produjo por mi culpa
16. Pasé más tiempo solo(a)
17. Me mantuve firme en mis convicciones y luché por lo que quería
18. Me dije a mi mismo(a) cosas que me ayudaron a sentirme mejor
19. Expresé mis emociones
20. Hable con alguien sobre cómo me sentía
21. Traté de olvidarlo todo
22. Me hubiera gustado no involucrarme nunca en esa situación
23. Me culpé a mí mismo(a)
24. Evité a mi familia y amigos
25. Diseñé y seguí un plan de acción
26. Mire las cosas desde un punto de vista diferente e intenté hacer lo mejor que
pude con lo que tenía disponible
27. Deje salir mis sentimientos para reducir el estrés
28. Simplemente pasé más tiempo con las personas que me agradan
94

Uso Situación
29. No dejé que me afectará, me negué a pensar en eso.
30. Deseé que la situación se fuera o terminara de algún modo.
31. Me critiqué a mí mismo(a) por lo que ocurrió
32. Evité estar con otras personas
33. Le hice frente al problema
34. Me pregunté qué era realmente importante y me di cuenta que las cosas no
eran tan malas después de todo
35. Dejé, de alguna manera, salir mis sentimientos
36. Hablé con alguien muy cercano a mí
37. Decidí que el problema era de otra persona y no mío
38. Deseé que la situación nunca hubiera comenzado
39. Me insulté después de haberme dado cuenta que fue mi culpa
40. Evadí hablar con otras personas acerca del problema
41. Sabía lo que tenía que hacerse, así que duplique mis razones esfuerzos e
intente con más fuerzas hacer que las cosas funcionaran
42. Me convencí de que las cosas no eran tan malas como parecían
43. Deje salir mis emociones
44. Dejé que mis amigos me ayudaran
45. Evité a las personas que me estaban que causaban el problema
46. Tuve fantasías o deseos sobre cómo podrían resultar las cosas
47. Me di cuenta que era personalmente responsable de mis dificultades y me di
una lección a mí mismo(a)
48. Pasé tiempo sólo(a)
49. Fue una situación complicada, así que tuve que trabajar duro para que las
cosas salieran bien
50. Me aleje del problema para ver las cosas desde otro punto de vista
51. Mis sentimientos eran aplastantes y solo explotaron
52. Le pedí algún consejo a un amigo o familiar al que respeto
53. Hice de la situación algo ligero y me negué a tomar la situación seriamente
54. Creí que si esperaba lo suficiente, las cosas podrían salir mejor
55. Me juzgue por permitir que esto me ocurriera
56. Mantuve mis sentimientos y pensamientos para mí mismo(a)
57. Traté de solucionar los problemas en esta situación
58. Cambié la forma de mirar la situación, de manera que las cosas no se vieran
tan mal
59. Me puse en contacto con mis sentimientos y solo los dejé salir
60. Pasé algún tiempo con mis amigos
61. Cada vez que pensaba acerca de la situación me molestaba, así que sólo dejé
de pensar en eso
62. Deseé poder cambiar lo que ocurrió
63. Fue mi error y necesitaba sufrir las consecuencias
64. Evité que mi familia y amigos supiesen lo que estaba ocurriendo
95

Uso Situación
65. Luché para resolver el problema
66. Analicé el problema en mi mente varias veces y finalmente vi las cosas de
manera diferente
67. Estaba enojado y realmente exploté
68. Hablé con alguien que se encontraba en una situación similar
69. Evité pensar o hacer algo con respecto a mi situación
70. Pensé en cosas fantásticas o irreales que me hacían sentir mejor
71. Me dije a mi mismo lo estúpido(a) que había sido
72. Evité que los demás supieran como me estaba sintiendo

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