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INTRODUCCION
1. Generalidades
Significado:
Viene de sapiencia, que significa sabiduría, y esta viene de sapere, que significa saborear.
Varios nombres:
Además de sapienciales (por su contenido espiritual), se les conoce también como libros
poéticos (por su forma) o didácticos (por su enseñanza).
Cuáles son:
Tradicionalmente se ha dicho que son 7 los libros sapienciales, pero… porque en la Biblia
cristiana, desde antiguo se había incluido a los Salmos, y el Cantar de los cantares, entre
los poéticos. Y es cierto que son poéticos, pero no sapienciales. Aunque si hay algunos salmos
sapienciales. Hoy sabemos que, una parte de Tobías, y una parte de Baruc, también pertenecen
a la corriente sapiencial. Pero poniéndonos estrictos, los libros sapienciales son solamente
cinco:
Proverbios, Job, Eclesiastés, Eclesiástico, Sabiduría
Y de estos cinco, tres son los más antiguos y genuinos: Proverbios, Job y Eclesiastés. Y de entre
estos, el más típico libro sapiencial es Proverbios.
También podemos observar que tres son protocanónicos y dos deuterocanónicos.
Temas y finalidad:
Característica sorprendente de esta literatura es la ausencia de lo más típico del pensamiento
israelita: no se mencionan las promesas a los patriarcas, el éxodo, ni a Moisés, ni la alianza del
Sinaí, ni la promesa dinástica a David; excepto Eclo 44-50 y Sab 11-19, que son libros muy
tardíos.
Tienen la finalidad de presentar una profunda reflexión que, iluminada por la fe en Dios, trata
de dar una respuesta a todos los problemas de la vida humana: amor, dolor, muerte, gobierno,
etc.
Autores:
Como Salomón fue siempre para Israel el sabio por excelencia, la mayoría de estos libros fueron
atribuidos a él. Pero solo las dos colecciones de Proverbios, capítulos 10-22 y 25-29 podrían
atribuirse al periodo de la monarquía. El resto de los libros sapienciales son de la época
posterior al destierro (después del 538 a.C.), obra de varios sabios que recopilaron las varias
colecciones de sabiduría cortesana y popular, añadiendo de lo propio, y las atribuyeron a
Salomón, para dar a sus libros mayor autoridad.
a) E g i p t o
La sabiduría egipcia puso su marca en la cultura hebrea. En 1 Re 5,10 se sobrepone la sabiduría
de Salomón a la sabiduría egipcia, pero eso mismo nos habla de la admiración que se tenía de
la sabiduría de ese pueblo.1
Desde el 2400 a.C. hasta el siglo primero d.C., encontramos muchos textos que hablan de
“instrucciones”, donde se transmiten reglas de conducta al “hijo” (=estudiante), quien lleva el
nombre de algún alto oficial o rey. Se trata del comportamiento ético en un servicio oficial,
hasta el desarrollo de un lenguaje adecuado, protocolo y etiqueta cortesanos. En cuanto a la
conducta, debe ir en la línea de la justicia y el orden. Mientras que el necio o indisciplinado es
quien observa la conducta contraria: sin paciencia, ni calma, ni control sobre sí mismo, y cuyo
fin será la ruina.
Algunas de esas “instrucciones” tienen un gran parecido con los libros de los Proverbios y
Eclesiástico, como la Instrucción de Ptahotep (hacia el 2300 a.C), que trata sobre la verdad, la
honradez y la etiqueta en la mesa; en este último punto similar a la descripción de Eclo 31,12-
32,13. También la Instrucción para Merikare y la Instrucción del rey Amenemhet I (siglo XX
a.C.). Las quejas de un campesino elocuente (s. XX a.C) desarrolla nociones sobre la justicia,
y la Canción del arpista que invita a disfrutar el momento presente, ya que nadie puede llevarse
consigo nada a la otra vida y nadie ha vuelto del más allá. Las máximas de Amenemope escritas
al comienzo del siglo X a.C., están en estrecha relación con las sentencias de Prov 22,17-24,22.
Has sido puesto para servir de dique al desgraciado. / ten cuidado, no vaya a ahogarse, pues eres
mas bien para él / como un agua de corriente impetuosa…
1
También Gen 39-48 donde José supera a los demás sabios de Egipto porque teme a Dios.
El canto del arpista (s. XXI a. C.)
Las generaciones se desvanecen y desaparecen, otras ocupan su lugar en el tiempo de los
ancestros.
Los dioses que vivieron antaño reposan en sus pirámides.
Los nobles y los bienaventurados están enterrados en sus tumbas.
Habían construido casas cuyo emplazamiento no existe ya.
¿Qué ha sido también de ellos?
He oído las palabras de Imuthés y de Hordjedef que se citan en proverbios y han sobrevivido a
todo.
¿Qué ha sucedido con sus posesiones?
Sus muros se han desplomado, sus dignidades han desaparecido como si no hubieran existido
nunca.
Ninguno vuelve de allá abajo que nos cuente cuál es su suerte, que nos cuente lo que necesitan, y
tranquilice nuestro corazón hasta que nosotros lleguemos a ese lugar donde ellos ya han llegado.
Que tu corazón, pues se apacigüe. El olvido te es favorable.
Obedece a tu espíritu por tanto tiempo como te sea posible.
Unge tu frente con mirra, vístete con lino fino, perfúmate con las maravillas verdaderas que
forman parte de la ofrenda divina.
Aumenta tu contento para que tu corazón no languidezca.
Sigue tu deseo y tu felicidad, colma tu destino sobre la tierra.
No expongas tu corazón a la inquietud hasta el día en que te alcance la lamentación fúnebre.
Aquel cuyo corazón está hastiado no oye su grito. Y su grito no salva a nadie de la tumba.
Haz, pues, del día una fiesta, y no te sientas harto.
Mira, nadie lleva consigo sus bienes.
Mira, ninguno vuelve de los que se han ido.
b) M e s o p o t a m i a
Hay también textos sapienciales de Mesopotamia que tienen relación con la Biblia. Un texto
sumerio «El hombre y su Dios» y uno acádico «Pediré al señor de la sabiduría» presentan la
situación del justo que sufre, como el tema del libro de Job. Ambos textos mesopotámicos
culpan a su dios de no haber actuado a favor del devoto que sufre.
Otro texto, llamado «El diálogo sobre la miseria humana» o «La teodicea babilónica» (1000
a.C.) ha sido comparado con Job y Ecle. Es un dialogo, al igual que el libro de Job. Los
personajes son una persona que sufre y un amigo. El sufrimiento y el mal no corresponden a
la justicia de los dioses. El que sufre expone los sufrimientos de su vida; mientras que el amigo
lo consuela diciendo que el piadoso recibirá la recompensa. En Job los amigos acusan a Job de
haber pecado. Pero al final, en la «teodicea babilónica» el amigo del personaje que sufre admite
que los dioses son responsables de las inclinaciones malvadas de los hombres, concluyendo el
relato. … Entonces podrá haber continuidad o semejanzas, pero también hay discontinuidad.
Hay también un dialogo que se llama «El diálogo del pesimismo» (1200 a. C.). Es semejante
al Eclesiastés por el hecho de que ambos textos buscan contradicciones, ponen cuestiones en
dos lados y buscan cualquier desventaja posible. En el diálogo del pesimismo se trata de un
amo y un esclavo. Cuando el amo propone una acción, el esclavo concuerda y busca más
razones; pero cuando el maestro propone lo opuesto, el esclavo regresa al tema y señala los
efectos adversos que podrían seguir. El tema al final es la muerte y quizás el suicidio.
b) Su origen y transmisión
La sabiduría nace de la observación de lo que rodeaba al hombre en su vida cotidiana a fin de
sacar de ello informaciones y normas para vivir. Para expresarla, en una civilización oral en la
que todo se transmite d oídas, pronto caen en la cuenta de que el lenguaje racional es
demasiado pobre para sugerir toda la riqueza de la experiencia que se desea transmitir, y
entonces se apela al lenguaje poético o imaginado, para que los oyentes entiendan y sientan
más de lo que oyen. Usamos imágenes que dicen más de lo que dicen: se necesitarían muchas
páginas para explicar cómo anda un hombre que es «tan tieso como el mango de una escoba»,
«penetrar con la vista» o «ver las estrellas». Recordemos al Señor, con aquello de: como te
pones a querer sacar la paja del ojo de tu hermano, sin sacarte primero la viga que llevas en
el tuyo. Y junto a la poesía y a la imagen —para impactar en la memoria—, también se hará en
forma de cápsulas o resúmenes apretados, es decir, los refranes o proverbios.
En un primer momento, fueron la familia y la tribu las sedes del origen, uso y conservación de
la sabiduría. Los dichos no son creados desde el escritorio, surgen de las situaciones y
necesidades humanas, de la vida cotidiana.
En un segundo momento, en la época de Salomón se abren en Israel, al estilo de las que existían
en Egipto, escuelas de escribas para formar a los empleados de la administración y de la
diplomacia. Y lógicamente, para transmitir una sabiduría a los alumnos que tenían que
prepararse para la vida, los instructores acudieron a aquel viejo fondo de sabiduría popular.
Los monarcas se rodearán se sabios llamados consejeros. Ejemplos: Ajitofel consejero de
David aconseja a Absalón (2 Sm 16,20-23); Roboam consultó a los consejeros (1Re 12,6). Para
el profeta Jeremías, el consejo es al sabio, como la palabra le pertenece al profeta (Jer 18,18).
Lo propio del sabio es ofrecer «consejo».
4. Los libros sapienciales: Una visión sucinta
Un libro de oraciones: los salmos de David. Se trata de una colección de 150 poemas.
Muchos salmos están atribuidos al rey David. Esta colección se acabó de formar hacia
el siglo II a.C.
Un libro de cantos de amor: el Cantar de los Cantares. Son cantos que dirige un
amante a su amada y ésta a su amante, alternados a veces con la intervención de un coro.
El amante se presenta como un rey, el rey Salomón; la amada es una muchacha llamada
«la sulamita». Por eso este libro se ha atribuido tradicionalmente a Salomón. Pero por
el lenguaje y la forma poética se considera un libro de la época persa (siglo V-IV a. C.).
El libro de Job cuenta la historia de las desgracias sufridas por este sabio oriental y
presenta una serie de diálogos entre Job y sus amigos sobre el sentido del sufrimiento.
Finalmente Dios habla a Job y le restituye la salud y todos sus bienes. El libro pudo
haber sido compuesto hacia el siglo III a.C.
En estos libros se suele distinguir un tipo de poesía lírica que se encuentra en algunos salmos
y en el Cantar de los Cantares y otro tipo que tiene más bien carácter sapiencial, propio para
transmitir una enseñanza. De ahí de estos libros, unos se designen comúnmente como libros
poéticos (Salmos y Cantar) y otros como sapienciales (Prov, Job, Ecl, Eclo y Sab).2
La poesía hebrea adquiere su ritmo externo mediante los acentos, pero en ella lo realmente
importante es el ritmo interno o conceptual.
2
Aparte de la poesía lírica y sapiencial, en otras partes de la Biblia tenemos poesía épica (Ex 15,1-18); oracional (Nm 10,
35-36 y en Salmos); Oracular (profetas); Elegíaca (2 Sm 1).
3
Estructuras quiásmicas son también los dichos de Jesús: el que se exalta será humillado y quien se humilla será enaltecido;
los primeros serán los últimos y los últimos serán primeros.
Coordinando otra idea con la ya expuesta: «Elevo mi voz al Señor / y me responde
desde su monte santo» (Sal 3,5).
Introduciendo una pregunta: «El Señor está conmigo: no temo: / ¿Qué puede hacerme
el hombre?» (Sal 118,6).
Proponiendo una comparación: «Mejor es refugiarse en el Señor / que confiar en el
hombre» (Sal 118,8).
Mostrando el contraste entre dos situaciones: «El Señor me ha castigado duramente,
/ pero no me ha entregado a la muerte» (Sal 118,18).
La asonancia: Lo mismo que la aliteración, la asonancia tiene que ver con la repetición
de sonidos, solo que en este caso se repiten las vocales. Tal repetición puede contribuir
a crear cierto estado de ánimo, o bien expresar cierta actitud. Por ejemplo, en Is 6,3
cuando hablan los querubines, se escuchan los sonidos firmes de a y o para expresar la
majestad de Dios:
qadosh, qadosh, qadosh, Yhvh tsaba’ot
Malo’ kol ha-arets kabodo
4
En Jue 5,22 las palabras daharot daharot suenan efectivamente como caballos al galope: ¡Resuenas los cascos de los
caballos! Galopan, galopan los briosos corceles!
LOS SALMOS
1. NOMBRE
La palabra Salmos, salió de la palabra griega psalmoi que significa «canciones para
instrumentos de cuerda»; ya que los judíos usaban un instrumento musical llamado psalterion.
Por eso al libro de los salmos también se le conoce como «El Salterio». Los salmos son cantos.
El salmo 92 describe bien esto: Es bueno alabar al Señor y celebrar tu nombre, Dios Altísimo,
proclamar tu amor por la mañana y tu fidelidad toda la noche, con liras de diez cuerdas y
cítara y un suave acompañamiento de arpa.
2. ¿CUANTOS SON?
Son 150 salmos. Unos extensos y otros pequeños. El más largo es el 119 que tiene 176
versículos, y el más corto es el 117 con solo dos.
3. ¿CUANDO SE COMPUSIERON?
No es posible saber con exactitud cuándo se compusieron, pero el salmo 137 nos dice que
estaban en el destierro en Babilonia: A orillas de los ríos de Babilonia estábamos sentados y
llorábamos…5 Por eso se piensa que fue después del destierro en Babilonia cuando se
compusieron, o al menos después de esa fecha se terminó el libro. El destierro en Babilonia
fue del 587-538 a.C.
4. NUMERACION
Cuando uno abre la Biblia ve que tienen doble numeración. Normalmente cuando nombramos
un salmo nos referimos al número que está fuera del paréntesis. Pero los salmos que
escuchamos en Misa están numerados con el número que está dentro del paréntesis. Esto
porque en el original hebreo tienen la numeración que está fuera del paréntesis, mientras que
en las traducciones que se hicieron al griego y latín se numeraron de modo distinto.
5. CLASIFICACION
Aunque pueden hacerse distintas clasificaciones. De modo general podemos clasificarlos en
tres grupos:
►salmos de alabanza (Salmo 100, Salmo 150, etc.)
►salmos de súplica (Salmo 13, Salmo 43, Salmo 51, etc)
►salmos de acción de gracias (Salmo 107, Salmo 138, etc.)
Pero hay algunos que tienen de todo y no es posible clasificarlos en ningún tipo especial, por
ello que se les llama “salmos vagos” (salmo 89, por ejemplo).
5
El grupo «Boney M» hizo famosa la canción By the rivers of Babylon.
69, entre otros. El mismo Jesús cuando va con los discípulos de Emaús, les dice que era
necesario que se cumpliera lo que estaba escrito de El en los Salmos (Lc 24,44).
En el curso del Salterio se omiten los salmos 57, 82 y 108, en los que predomina
el carácter imprecatorio. Asimismo, se han pasado por alto algunos versos de
ciertos salmos, como se indica al comienzo de cada uno de ellos. La omisión de
estos textos se debe a cierta dificultad psicológica, …
Por ejemplo, del Salmo 137 no se dice la parte que dice Babilonia, criminal, quién pudiera
tomar tus niños y estrellarlos contra las peñas. Son salmos un tanto difíciles para la oración,
por eso en la oración publica no se hacen. Cuando uno en lo particular lee esos Salmos, debe
entender con sentido cristiano esas expresiones, dándoles, por ejemplo, algún sentido de lucha
espiritual contra nuestros enemigos espirituales, como pueden ser las pasiones desordenadas,
el demonio, los vicios, etc., esos sí ¡que mueran! … Ef 6,11ss, se nos invita a hacernos
guerreros… que nos pongamos las armas de Dios para la lucha: coraza, escudo y espada.
7. INVITACION
En la Iglesia siempre se han recitado los salmos. Aunque es necesario orar con nuestras propias
palabras, también podemos hacerlo con la misma Palabra de Dios. Podemos pensar que, si la
oración hecha con nuestras palabras humanas es agradable a Dios, debe serlo mucho más si
oramos con su misma Palabra inspirada, como son los Salmos. Por eso, mientras al laico se
les exhorta a rezar la Liturgia de las horas, al sacerdote se le obliga:
9. TITULOS
Muchos de los Salmos llevan una breve introducción a modo de título. Son añadidos
posteriores a la composición del poema y aluden:
b) Al autor: Aparece David 73 veces, Asaf 12, los hijos de Coré 11. Además, se cita a
Hemán, Etán, Moisés (90) y a Salomón en alguna ocasión.
c) A la circunstancia en que fue compuesto.
d) A indicaciones de carácter musical para cantarlo.
Los datos no siempre van en el mismo orden ni se señalan para cada salmo.
La expresión «leDavid» (de David) en el título de un salmo puede significar «de David», «para
David», «sobre David» o «perteneciente a David». La abundancia de esta designación ha dado
pie a atribuir a David los salmos que llevan tal título (y por extensión a todos los que no llevan
título). Cierto que David poseía cualidades musicales y poéticas (cf. 1 Sam 16,16-18; 2 Sam
1,17-27 y 2 Sam 3,33-34). En 2 Sam 22 se pone en boca de David un poema que es reproducido
en recensión distinta en el Sal 18. A la luz de los datos de los libros históricos se ha de
considerar a David, en efecto, como uno de los iniciadores de la lírica en Israel, y por tanto,
autor de salmos de una forma y otra. Merece el título de «suave salmista de Israel» (2 Sam
23,1).
Los títulos no pertenecen al texto de los salmos y cuando estos son recitados litúrgicamente se
prescinde de ellos.
10. FORMACION PROGRESIVA DEL LIBRO DE LOS SALMOS
Una lectura atenta del libro de los salmos hace descubrir algunas repeticiones llamativas que
apuntan a la existencia de colecciones parciales anteriores: entre las repeticiones vemos:
--El Salmo 53 es prácticamente igual al 14
--El 108 es igual a la fusión del 57,8-12 y Sal 60, 6b-14.
--El 40, 14-18 viene como pieza distinta en el Salmo 70.
Atendiendo al modo de referirse al nombre divino, a los autores a los que vienen atribuidos los
salmos, y al contenido en el que coinciden varios salmos contiguos, es posible detectar las
siguientes colecciones previas a la recopilación final:
Una colección «Yahvista» integrada por 3-41. Estos están atribuidos a David, usan
el nombre YHVH. Además, son en su mayoría suplicas individuales llenas de confianza
en el Señor. Contiene también himnos de alabanza a Dios creador y oraciones por el
rey. Se considera la parte mas antigua del salterio.
Una colección «Elohista» que integra un grupo de Salmos de los hijos de Coré (42-
49), otro de salmos de David (51-72) y otro de salmos de Asaf (73-83). Quizás esta
colección se había formado a partir del grupo de salmos de David (51-72), al que se
unieron los salmos de Asaf, pero poniendo uno de estos, el salmo 50, como introducción
a todo aquel conjunto. Después se habría antepuesto los salmos de los hijos de Coré,
resultando así el bloque completo (42-83).
Una colección de cantos a la realeza de Dios (93-100). El tema es Dios como rey.
Lógicamente hunden sus raíces en la época de la monarquía.
El grupo 101-110 (enmarcado por dos salmos reales) tiene como centro la
proclamación del poder de Dios manifestado en la creación y en la historia. Parecen ser
de época postexílica.
El grupo de los «cantos de las subidas» (120-134), determinado porque todos ellos
llevan el mismo titulo. Reflejan el tiempo posterior a la vuelta del destierro.
El Hallel (111-118). Todos ellos (excepto el 115) vienen introducidos con el término
«Aleluya» y sirvieron para la alabanza divina en las grandes fiestas. También son
postexílicos.
Después se dividió el conjunto en cinco partes. Esta división se llevó a cabo mediante la adición
de una serie de doxologías (41,14; 72,18-20; 89,53; 106,48). Todo hace pensar que esta división
artificiosa se hizo para establecer vínculo entre los salmos y la Ley. No tiene en cuenta los
bloques de las colecciones anteriores. Esta forma final del libro cristalizo por los siglos II-I a.C.
Se alaba a Dios, los himnos tienen un carácter teocéntrico, pero se le puede alabar por diversos
motivos: por ser El el rey de Israel, por su poder manifestado en la naturaleza y ser su
creador; porque en la historia ha manifestado su auxilio; por la ciudad donde El reside: Sión;
por el templo del Señor; también se le alaba por el rey, a quien Dios ha puesto para regir a su
pueblo, y se le alaba también por la Ley, el gran don otorgado a su pueblo.
b)Salmos de súplica
Se suplica ante la amenaza de una desgracia o en la desgracia misma, que a veces es presentada
a Dios a modo de lamentación. Por eso esto salmos son llamados también salmos de
lamentación, aunque la súplica siempre va acompañada de expresiones de esperanza. Casi
una tercera parte del salterio son salmos de súplica.
Para mover a Dios a actuar se presentan, en ocasiones, dentro del cuerpo del salmo, los
motivos por los que el orante espera ser escuchado. Estos son:
—Los atributos divinos: misericordia, bondad, justicia, santidad, fidelidad, omnisciencia.
—La confianza del salmista en Dios.
—El arrepentimiento, la debilidad humana, la inocencia frente al acusador, la promesa de
ofrecer un sacrificio o la promesa de alabarle.
Según la intensidad con que aparecen algunos temas, entre los salmos de súplica se pueden
distinguir: Salmos de confianza en Dios (3; 4; 11; 16 y 22); salmos de petición de perdón
(6; 32; 38; 51; 102; 103; 130 y 143); salmos imprecatorios (5; 10; 18; 31; 35; 52; 54; 58; etc).
El salmo 69, un salmo de súplica, es el texto del AT más citado en el NT. Le sigue en número
de citaciones el salmo 22, otro salmo de súplica.
La acción de gracias se despliega en alabanza, por lo que estos salmos a veces se han incluido
en los himnos. No obstante, se distinguen de ellos en que ahora el objeto de atención no es tan
directamente Dios mismo, sino el beneficio que El ha concedido.
Pueden ser colectivos o individuales. Son más abundantes los individuales (30; 31; 92; 107;
116; etc). Las acciones de gracias colectivas son relativamente escasas (66 y 124).
Las referencias al Templo y a la liturgia son más frecuentes que en los grupos de salmos
anteriores. Por las indicaciones de estos salmos es posible de algún modo reconstruir la
reacción del agraciado y el proceso de la acción liturgia del sacrificio de acción de gracias: Tras
ser beneficiado, se dirige gozoso al Templo acompañado de sus amigos y llevando ofrendas a
Dios (66,13). Ya en el Templo tenía lugar propiamente la acción de gracias narrando lo que
había pasado. Luego seguiría el sacrificio de las victimas yendo en procesión hasta el altar.
Con anterioridad se habría purificado. Y, por último, se celebraba el banquete sagrado en el
que se comía parte de la víctima si no era holocausto.
12.T E O L O G I A
En los salmos queda reflejada mejor que en ningún otro libro del Antiguo Testamento, la fe y
la espiritualidad de Israel. De ahí que el libro de los Salmos es el mejor para conocer la manera
de actuar de Dios y para percibir quien es El y qué es el hombre ante El.
A)¿Quién es Dios?
En los salmos se contempla a Dios a través de las acciones que manifiestan su ser. Se ve quien
es Dios en la creación, en la historia y, en la vida personal y social del hombre.
B)¿Quién es el hombre?
El hombre es definido en los salmos por su relación con Dios y su capacidad de elección entre
vivir en la presencia divina o al margen de El.
Ante todo, el hombre es criatura, que desde el vientre hasta la muerte, es sostenido por Dios
y está bajo su mirada (139, 13-16 leerlo). El hombre posee una dignidad superior a la de los
demás seres de la tierra (8,6-7). Esa dignidad consiste en el dominio del mundo y en la
capacidad de admirar las obras del Creador y de alabarle. Pero al mismo tiempo el hombre
es pecador ante Dios, por lo que le llegan la enfermedad y las tribulaciones, de las que espera
salir recurriendo al Señor y pidiendo su perdón y su auxilio (51). En los salmos, el hombre
creyente, fiel a la Ley de Dios, se sabe miembro del pueblo elegido y partícipe de su historia
(22,5-6 leerlo).
El hombre anhela la unión con Dios y quiere gozar de su presencia, que muchas veces se
refleja en el encuentro con El en el Templo (122; 24,6; 42,2). Para lograr esa unión, el hombre
posee un medio que es al mismo tiempo don de Dios: la Ley. El hombre que es capaz de
conocerla y secundarla en su vida se convierte en sabio y temeroso del Señor (1; 19). El
cumplimiento de la Ley divina acarrea ya el éxito y la felicidad en eta vida. El hombre que se
aleja de la Ley divina, que no tiene en cuenta a Dios o piensa que Dios no ve lo que pasa en este
mundo ni actúa en él es calificado como «impío», «soberbio» o «necio».
Los «enemigos», tan mencionados en los salmos, lo son fundamentalmente en cuanto que se
olvidan de Dios y se ríen de sus leyes. Están implicados en el mal y sirven a un poder adverso
a Dios: «Belial» (41,9). Su futuro es claro: también Dios se olvidará de ellos y, en consecuencia,
les sobrevendrán todo tipo de desgracias.
Para los hombres del AT el máximo encuentro con Dios se producía en el Templo de Jerusalén
y los salmos dejan constancia de la añoranza del lugar santo y del gozo de permanecer en él.
En el NT se proclama que Dios se hace presente en la Humanidad de Cristo, nuevo Templo (Jn
2,17-22); en El se ofrece a todos los hombres la posibilidad de un encuentro filial con el Dios
Creador y Redentor. El cristiano aspira no a permanecer en el Templo, sino a vivir en Cristo.
EL CANTAR DE LOS CANTARES
1.Título
( ש'ר הש'ר'ם אשר לשלמהsir hasirim aser liSelomoh) = Cantar de los cantares de Salomón. La
perífrasis “cantar de los cantares” significa canto en grado superlativo.
2.Autor
Viene atribuido a Salomón. Quien fue autor de muchos cantos según 1 Re 5,12: «Pronunció
tres mil parábolas y proverbios, y sus canticos fueron cinco mil». Pero todo hace suponer que
la referencia a Salomón en el título es un añadido:
--El rey, no el poeta, es el que en el libro se identifica con Salomon.
--Y Salomon aparece como uno de los personajes y en tercera persona (1,5; 3,7.9.11; 8,11).
--Además hay en el libro expresiones griegas y persas que suponen una época de composición
mucho más tardia. En 4,13 tenemos la palabra persa pardés (= jardín) que solo aparece en
Neh 2,8 y Ecle 2,5. En 3,9 tenemos una palabra griega que significa “palanquín”.
--El lenguaje, en general, no refleja el ambiente de la corte y pudo ser escrito en el norte del
país donde el influjo extranjero, sobre todo persa, era más fuerte.
La obra no presenta referencias históricas que nos permitan datarla con cierta precisión. El
autor, quien quiera que fuese, lo más probable fue un sabio y poeta del siglo IV a.C. No ha
faltado la opinión de que el libro habría sido escrito por una mujer, dada la fuerza con que
expresa los sentimientos femeninos; pero en realidad expresa con fuerza tanto los sentimientos
de la mujer como los del varón.
3.Estructura
La división del libro y su estructura ha sido objeto de propuestas muy diversas, dependiendo
en cierto modo de cómo se interprete. Hay quienes ven en el Cantar:
5 grandes poemas (1,5-2,7; 2,8-3,5; 3,6-5,1; 5,2-6,3 y 6,4-8,4), precedidos de un
prólogo y seguido de una conclusión y un apéndice.
Otros estudiosos distinguen 8 cantos (los primeros cuatro serian igual que los
anteriores, pero el ultimo se dividiría asi: 6,4-12; 7,1-14; 8,1-7 y 8,7-14). Otros autores
hablan de 13, y los hay que ven hasta 53 cantos menores.
Estas diferencias entre los autores en cuanto al número de cantos da idea de la dificultad de
determinar la extensión de cada uno de ellos.
De acuerdo con los temas que desarrolla, y por la repetición de versos a modo de estribillos, la
estructura hipotética mas probable es la que distingue 5 grandes poemas, cada uno incluyendo
varios cantos menores.
La tradición judía más antigua que se conoce a propósito del Cantar ya lo interpretaba en
sentido alegórico al ver en el amado a Dios y en la amada a Israel. Tenemos el testimonio de
Rabí Aquiba, comienzos del siglo II d. C., pero reflejando una tradición anterior, y recordemos
que, en efecto, el amor entre Dios e Israel venía proclamándose desde la época de los profetas
como un amor esponsal.
Sin embargo, la forma alegórica resulta forzada en bastantes lugares del poema, y en el texto
del Cantar no hay indicación expresa de que deba interpretarse asi. En el Cantar (a diferencia
de los profetas) el lenguaje esponsal nunca se refiere a Dios directamente. Por otra parte, en
los profetas la imagen de la esposa sirve para mostrar la infidelidad del pueblo6, mientras que
6
Excepción Sof 3,14.
en el Cantar la relación esposo-esposa siempre es positiva. En el NT tampoco se encuentran
rastros claros de una interpretación alegórica del texto del Cantar.
Por esas razones, gran parte de la interpretación reciente entiende que su sentido literal
histórico, el pretendido por el hagiógrafo, se ha de buscar en el ámbito del amor humano. Los
cantos serían expresión modélica de ese amor, puesta en boca de Salomon. Es la palabra de la
Revelacion sobre la grandeza y dignidad del amor entre el hombre y la mujer. El carácter de
exclusividad y totalidad que presenta presupone el matrimonio monogámico e indisoluble,,
aunque no aborde esos temas de forma directa. Presentaría el proyecto original de Dios. En
el Cantar encuentra el amor conyugal una de sus más bellas expresiones y la proclamación de
la santidad de ese amor.
Los judíos y casi todos los Santos Padres han interpretado el Cantar en sentido alegórico, con
la diferencia de que estos lo aplicaron al amor entre Cristo y la Iglesia. Asi lo hacen san
Hipolito, Orígenes, san Ambrosio, san Agustin, etc. El comentario cristiano mas antiguo es el
de san Hipolito, pero el primer gran comentarista del Libro es Origenes. En Origenes ya no
hay ninguna huella de la interpretación del poema como un canto de amor humano. El Cantar
es un canto de amor divino y por eso está reservado para los espirituales, los perfectos.
Origenes recoge la tipología de la Iglesia, pero la completa: la amada tambien es el alma
cristiana que, encendida de amor, busca la unión con Dios en la Iglesia. La línea antropológica
abierta por Orígenes tiene pronto su culmen en los escritos de san Gregorio de Nisa sobre el
Cantar. Para el niceno, la esposa es tanto la naturaleza humana como el alma cristiana que se
sienten llamadas por el esposo, el Verbo, a embellecerse y perfumarse con las virtudes, para
acceder a la unión con el amado que se da en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía
que representa el éxtasis de la unión.
Interpretaciones semejantes se dan en otros Padre griegos como Nilo de Ancira, Teodoreto de
Ciro, etc., y de ahí se pasa a los padres latinos. En san Ambrosio aparece ya la tipología de la
Virgen María como la representada por la esposa y, por tanto, modelo tambien para la virgen
cristiana que se desposa con Dios. La tradición lo ha aplicado a la Stma. Virgen Maria,
especialmente en los escritos que tratan de la Asuncion. Para san Gregorio, el Cantar de los
Cantares ilustra la historia del alma que, mediante la ascesis, corre al encuentro y a la unión
con Dios.
Y podemos alargar la lista… san Bernardo, santa Teresa de Jesús, … San Juan de la Cruz en su
Cántico espiritual hace una metáfora sobre la metáfora del amor de Dios que representa el
Cantar. Se trata de una interpretación mística fruto de la excelencia de almas santas que han
encontrado en la palabra inspirada del Cantar de los Cantares una expresión en lenguaje
humano de algo que de por si es inefable, la unión amorosa con Dios. Con tonos parecidos,
comentarios a diversos versículos del Cantar los encontramos en san Buenaventura, san
Francisco de Sales, santa Teresita de Lisieux, etc. Prácticamente, cada alma que ha querido
ilustrar el camino hacia la unión con Dios ha encontrado en las expresiones del Cantar el mejor
modo de hacerlo.
En las últimas décadas, con la renovación de los estudios bíblicos, la exegesis ha vuelto a
rescatar el sentido literal del Cantar, pero esforzándose por no perder nunca de vista el sentido
espiritual.
5.Contenido
PRIMER POEMA: la búsqueda y el encuentro del amado (1,1-2,7).
Puede dividirse en tres partes. Comienza cuando la amada sale en busca del amado (1,5-8),
sigue con el encuentro de los amantes y el canto con el que cada uno exalta la singularidad del
otro, y concluye con la quietud de la unión amorosa (2,4-7), expresada con el ruego de no
despertar al amor (2,7).
En la auto presentación que de sí misma hace la amada, parece que ha cometido una falta: asi
lo sugiere el color de su tez y la viña no guardada (1,6). Sin embargo, advierte que conserva su
belleza y acude al amado porque no quiere volver a perderse.
En la lectura alegórica el amado representa a Dios y la amada es Israel quien cautivado por la
bondad de Dios busca constantemente el encuentro con El. Las imágenes usadas invitan a leer
el canto como un dialogo amoroso entre Israel y Dios en los tiempos de la restauración, tras el
destierro (siglos IV-V a.C.). Dios es el amado que, como en otros profeticos que aluden a esa
época, es descrito con la imagen de pastor (1,7; cfr Is 40,11; 49,9-10; Ez 34,14-15; etc.) y la de
rey (1,12; cfr Is 41,21; 43,15; etc.). Algunos rasgos de la amada —se sugiere una falta ya
perdonada (1,6); el ser como una azucena de los valles (2,1-2); el recostarse a la sombra del
amado (2,3); etc.— llevan tambien a pensar en otro pasajes profeticos en los que se describe la
restauración de Israel con términos semejantes: «seré como rocío para Israel; él florecerá como
la azucena… Volveran a sentarse a mi sombra… harán florecer la viña... (Os 14,6-9).
La tradición cristiana contempla a Jesucristo como el Amado y el Buen Pastor. San Gregorio
de Nisa por ejemplo, compuso una bella oración a propósito del pasaje: «¿Dónde pastoreas
pastor bueno …indícame, amor de mi alma,, dónde pastoreas… ¿cómo puedo dejar de amarte,
a ti que de tal manera me has amado, a pesar de mi negrura, …». 7
Se supone la aceptación del amor, con la que concluia el primer poema, que ahora se desarrolla
en la primavera (2,8-17) y por la noche (3,1-5). La acción recomienza: el poema anterior
concluia con el sueño, y este se abre con el despertar. Trata de los momentos del amor —el dia
y la noche—, de los lugares —el campo y la ciudad—, y de los movimientos de que se compone:
la presencia y la ausencia.
Alegóricamente, sobre Israel podemos pensar: La expresión «mi amado es para mí y yo para
mi amado» (2,16), evoca la expresión profetica «sereis mi pueblo y yo sere vuestro Dios». De
la misma manera, que se convoquen, al unisono, el amor esponsal y la naturaleza en plenitud,
trae a la memoria los textos de los profetasque expresaban de esta manera la espera ansiosa de
que Dios se manifestara como amado y protector de Israel (cf. Is 61,10-11; 62,4-5; Os 2,16—23).
Como la fecundidad de la primavera triunfa sobre la esterilidad del invierno,, el amor triunfa
sobre el egoísmo que nos tiene aprisionados en nosotros mismos. Esa era la interpretación
patrística de la primavera aquí expresada. La literatura ascética veía en la viña al alma y en
las raposas, las dificultades que todavía tiene para amar indefectiblemente a Dios: «Deseando,
pues el alma que no le impidan la continuación de este deleite interior de amor, que es la flor
de la viña de su alma, ni los envidiosos y malisiosos demonios, ni los furiosos apetitos de la
7
In Canticum canticorum commentarius, 2: PG 44, 802.
sensualidad, ni las varias idas y venidas de las imaginaciones,, ni otras cualesquier noticias y
presencias de cosas, invoca a los angeles diciendo: que cacen todas estas cosas y las impidad,
de manera que no impidan el ejercicio de amor interior, en cuyo deleite y sabor se están
comunicando y gozando las virtudes y gracias entre el alma y el Hijo de Dios» (S. Juan de la
Cruz).
Busqueda en la noche.
La noche se caracteriza por la ausencia del amado y la búsqueda angustiosa de la amada hasta
que lo encuentra. Alude a las pruebas por las que pasa la amada y que ésta vence con su
perseverancia. Tampoco es dificl aplicar este texto a Israel tantas veces probado.
Comienza con la presentación de los novios (3,6-4,15) y acaba con la unión conyugal y la
invitación a los amigos del esposo para que celebren el acontecimiento con un banquete.
Con la imagen del huerto se expresa la unión nupcial. La esposa como “huerto cerrado” se
ofrece al esposo y éste acepta el don entrando y disfrutando de sus deleites (5,1).
Se puede leer sin dificultad como una metáfora de la alianza esponsal entre Dios , el rey de
Israel, con su pueblo en la época de la restauración, ya que la literatura profetica a la vuelta del
destierro llama esposa y jardín (Is 51,3; 61,11; Ez 36,35; etc.). Israel ya está purificado, no
queda en él ninguna mancha (4,7)y ofrece su integridad a Dios, el esposo. Al final invita a la
alegría y a la celebración (5,1) como hacían los profetas al vislumbrar el momento de la
restauración de Israel (Is 25,6—9; 54,1-55,12; etc.).
Como la protagonista en este poema es la amada, puede leerse como la alegoría del amor de
Israel por su Dios, amor que, aunque no siempre fue completamente fiel, recuerda los
momentos de plenitud y sabe que está llamado a consumarse.
La tradición ascética leyó este poema como ilustración de los estados del alma en el amor a
Dios, en donde conviven luz y oscuridad, devoción y sequedad, consuelo y desolación. Tambien
como la necesidad de estar en vela para recibir la visita de Dios… Cristo quiere hallar en vela a
su Esposa.
En el poema anterior la amada cantaba la singularidad del amado, y ahora es éste quien
singulariza a la amada (6,4-10). Aquí ya no hay búsqueda, sino admiración, recuerdo y
posesión.
PROVERBIOS
1.Primera aproximación
TITULO: Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
VARIAS COLECCIONES: Vea el texto… Prov 1,1; 10,1; 22,17; 24,23; 25,1; 30,1; 31,1.
Respecto del autor del libro, sabemos que la tradición de Israel atribuía a Salomón una
sabiduría extraordinaria, ya lo dice 1 Re 5,12… «pronuncio 3,000 parábolas y sus canticos
fueron 1005». Y en el libro los proverbios más antiguos encajan con el contexto histórico de la
monarquía (siglos X-VI a.C). Por eso es probable que el núcleo original del libro fuera una
recopilación de esos proverbios, bien en forma oral o escrita, que se completó más tarde (en
torno al año 700 a.C.) con la colección de los «proverbios que copiaron los hombres de
Ezequías, rey de Judá» (25,1), que quizá estuvieron destinados para la instrucción de los
jóvenes en la corte de Jerusalén. Más tarde se irían añadiendo una tras otra las demás
colecciones de diversas procedencias, hasta que el redactor final le dio su forma actual. Por
otra parte, la repetición de frases dentro de la segunda colección, hace suponer que el redactor
ha recopilado en ella colecciones más breves en las que se repetían algunos proverbios… Cfr.
10,1=15,20; 10,2b=11,4b; 10,6b=10,11b; 10,8b=10,10b; 10,13b=19,29b.
En la redacción del libro, realizada por un autor cuyo nombre no conocemos, se compuso
un largo prólogo, con un estilo propio e inconfundible, para que sirviera de introducción al
«manual» y animase a su aprendizaje (Prov 1-9) y se le puso también el colofón final de la
«mujer fuerte o ideal». Esta última fase del proceso tuvo lugar en la época post-exílica y se
culminó durante los últimos años de la dominación persa en el siglo IV a.C. Sin embargo,
todavía no estaba fijado el orden en que se introducían las colecciones, como muestra el hecho
de que la versión griega tengan distinta disposición.
Para llamar la atención del discípulo, así como para facilitar que retuviera en su memoria la
enseñanza, se empleaban varios recursos de dicción. Por ejemplo, es muy frecuente el
paralelismo (a lo que ya aludimos en la introducción a la materia).
3.Estructura y unidad
ESTRUCTURA. En su forma actual según el texto hebreo, el libro presenta una estructura
clara. Tiene al inicio un amplio prólogo (que es una larga invitación a dejarse educar);
después del prólogo vienen varias colecciones y cierra el libro un epílogo (el canto de la
mujer fuerte, que representa a la sabiduría).
La UNIDAD del libro viene dada por la figura de Salomón. El autor real compone el amplio
prologo como si fuera Salomón; introduce la sabiduría de este rey y la de otros sabios que
vendría a ratificarla; y al final, el poema de la mujer perfecta que ejemplifica aquella sabiduría.
Se trata por tanto de una recopilación que ha sido cuidadosamente planeada.
4.Contenido
EL PROLOGO
El prólogo se caracteriza por contener poemas sapienciales amplios en los que un padre
(maestro) amonesta a su hijo o en los que habla la sabiduría personificada recomendándose a
si misma, o siendo confrontada con la estupidez. A veces aparecen algunas interrupciones
como el poema de la pereza (6,6-11), el de la malevolencia (6,13-15) y el de las cosas odiadas
por Dios (6,16-19). Con todo ello, el prólogo parece responder a un fin educativo: la
preparación de jóvenes cada a los problemas y riesgos del mundo de los adultos, de forma que
puedan llegar a ser miembros sabios y responsables de ese mundo. Ese modelo está
condensado en la idea que aparece al principio al final del prólogo:
«El temor del Señor es el principio del saber, los necios desprecian
sabiduría e instrucción» (1,7) y «Principio de sabiduría es el temor del
Señor, y el conocimiento del Santísimo es discernimiento» (9,10).
El temor de Dios no es solamente el punto de partida para adquirir a sabiduría, sino su mismo
contenido, su sustancia. El temor del Señor consiste en la inteligencia y comprensión de la
relación entre Dios y el hombre. En contraste el necio, en cuanto opuesto al sabio, es el que
rechazando la sabiduría rechaza a su creador, rechaza a Dios.
En su desarrollo, el prólogo incluye 10 lecciones del maestro a su discípulo, al que suele
dirigirse llamándolo «hijo mío». El final del prólogo, la sabiduría y la necedad invitan al
banquete que han preparado y cada uno debe discernir a donde ha de dirigirse.
EL EPILOGO (31,10-31)
Se trata de un poema acróstico que describe a la mujer ideal. Esa figura de mujer representa
la sabiduría personificada y puede ser el punto culminante del libro. En efecto, en el conjunto
del libro de los Proverbios, este epilogo se ha de leer en relación con el prólogo donde se había
presentado la Sabiduría personificada como una mujer que invita a todos al banquete
preparado en su casa. Ahora, en esta mujer fuerte que sabe hacer lo oportuno en todas las
circunstancias concretas de la vida, queda reflejada de nuevo la Sabiduría que Dios ha dejado
impresa en el orden de las cosas creadas.
5.El libro de los Proverbios en el conjunto de la Sagrada Escritura y de
la Revelación
En la tradición cristiana, por otra parte, se aprecia mucho la educación en las virtudes que
proporciona el libro de los Proverbios. Los Padres de la Iglesia recurren a este libro en la
instrucción de los cristianos para formar su carácter de acuerdo con el orden de la naturaleza,
de modo que luego puedan acoger mejor la manifestación de los misterios divinos. Así se
expresa, por ejemplo, san Ambrosio al comienzo de sus catequesis para los recién bautizados:
«Hasta ahora os hemos venido hablando cada día acerca de cuál ha de ser
vuestra conducta. Os hemos ido leyendo los hechos de los patriarcas o los
consejos del libro de los Proverbios a fin de que, instruidos y formados por estas
enseñanzas, os fuerais acostumbrando a recorrer el mismo camino que nuestros
antepasados y a obedecer los oráculos divinos, con lo cual, renovados por el
bautismo, os comportéis como exige vuestra condición de bautizados» (en
Tratado sobre los misterios).
JOB
1.Argumento de base
El protagonista Job es un hombre íntegro, natural de Us (ciudad situada al sur de Edom) que
sufre grandes reveses en sus posesiones, en su familia y en su propia salud. Tras defender su
inocencia ante los amigos que le visitan y escuchar la voz del Señor, acaba callando, y entonces
Dios le otorga de nuevo los bienes con mayor abundancia aún.
2. Estructura
El marco narrativo, casi enteramente en prosa, que comprende el prólogo (cc. 1-2) y el
epílogo (42,7-17).
Dos monólogos (cc. 3 y 29-31).
Diálogos de Job con sus amigos (4-27).
Poema sobre la Sabiduría (28).
Los discursos de Elihú (32-37).
La teofanía, con los discursos de Yahveh y las respuestas de Job (38,1-42,6).
EPILOGO
En esta sección se narra como el Señor censura a los tres amigos de Job y cómo le restituye lo
perdido ampliamente. Job «murió anciano y colmado de días». Entre los bienes otorgados
por Dios, destacan siete hijos y tres hijas hermosísimas.
5.El problema del sufrimiento del justo
En el Antiguo Testamento, todo lo que ocurre tiene su causa en la voluntad divina, y el
sufrimiento se explica como castigo por el pecado. En contraposición, la felicidad se considera
como premio por la justicia.
El libro de Job presenta al mismo tiempo una crítica radical al tipo de religiosidad basado
en el «do ut des», es decir, en apoyar la fidelidad a Dios únicamente en la motivación de recibir
bienes de El en este mundo. Job busca algo más: ver a Dios y experimentar su presencia. Es
lo que consigue al final y entonces sí que puede quedar tranquilo aún en medio de su
sufrimiento.
En el prólogo se quiere enseñar que Dios pone a prueba la integridad de los justos: estos han
de demostrar que temen a Dios de balde (1,9). El sufrimiento tiene carácter de prueba. Job
supero la prueba, permaneció fiel bendiciendo a Dios, y no llegó a pecar con sus labios.
Estos discursos constituyen el elemento sapiencial de la obra y son su centro. Dentro de esta
parte en verso se distingue el elogio de la sabiduría. Esta sección ocupa un lugar
preeminente dentro del libro y constituye un colofón de la discusión entre Job y sus amigos.
Es un himno de exaltación de la sabiduría en el que se la describe como un objeto más valioso
que el oro o las piedras preciosas, e inaccesible al hombre. Es probable que el autor sagrado
compusiera este bello poema para señalar en el centro del libro que el hombre es muy limitado
para comprender intelectualmente todo lo que Dios conoce, y que el camino para aproximarse
a El es «el temor del Señor» (28,28). Este mensaje da fin a la discusión entre los sabios, pero
sobre todo abre y anticipa la lección del Señor en los discursos finales.
«Si es verdad que el sufrimiento tiene un sentido como castigo cuando está
unido a la culpa, no es verdad, por el contrario, que todo sufrimiento sea
consecuencia de la culpa y tenga carácter de castigo» (San Juan Pablo II,
Salvifici doloris, n. 11).
Los discursos de Elihú tienen como base los diálogos anteriores y hacen referencia a las
palabras de Job y tambien mencionan las argumentaciones de los amigos. En conjunto, las
palabras de Elihú añaden una interpretación nueva del dolor humano: Dios podría utilizarlo
como castigo del impío, de acuerdo con la opinión de los interlocutores anteriores, pero
tambien como prueba y corrección del justo.
La teofanía y el subsiguiente discurso del Señor constituyen la culminación de la trama del
libro: después de que cada uno de los personajes han expuesto sus opiniones sobre la actitud
de Job y sobre el sentido del sufrimiento, y después de que el propio Job ha solicitado una y
otra vez el veredicto divino, la presencia del Señor viene a ser el remate perfecto de la discusión.
El Señor desautoriza a los amigos que negaban la posibilidad de una manifestación de Dios
para responder a Job y acredita a éste que ansiaba encontrarse con El.
El contenido de los discursos de Dios coinciden con los anteriores en la consideración de las
criaturas como reflejo del poder y de la sabiduría de su Hacedor, pero difieren radicalmente en
el tono. El Señor no se enfrenta con las opiniones de Job ni lamenta su situación angustiosa,
ni siquiera responde directamente al requerimiento sobre su inocencia. Dios muestra la
sabiduría y con que rige la creación y su poder para dominar los grandes monstruos Behemot
y Leviatán; y eso como respuesta a Job significa que el sufrimiento del inocente también entra
en los proyectos divinos aunque el hombre no entienda cómo. Job se siente confortado por esa
visión del Señor.
A los dos discursos del Señor siguen sendas respuestas de Job. Llama la atención su brevedad,
pero sirve para resaltar su significado. Ante la manifestación de Dios, el hombre sólo puede
guardar silencio y reconocer su pequeñez.
1.Título
Este libro en la Biblia hebrea se llama «Qohélet» porque así se denomina al autor de las
enseñanzas recogidas en él: «Palabras de Qohelet, hijo de David, rey de Jerusalén» (1,1). En la
versión griega ese término fue traducido por «Ekklesiastés». El significado exacto del término
Qohélet no está claro, pero sabemos que viene de Qahal ( )קהלque significa «asamblea» y de
ahí sale Qohélet () קהלת. Su traducción griega Eclesiastés deriva del verbo que significa
«llamar», por tanto, podemos decir que Qohelet puede designar al que reúne con su llamada a
una asamblea (ekklesía). Por esto Martín Lutero llamó a este libro «El Predicador».
2.Slogan
Al principio y al final lo dice: «Vanidad de vanidades, todo es vanidad» (1,2 y 12,8).
3.Estructura
No es fácil esquematizar el libro, ya que los argumentos se repiten desde el mismo punto de
vista (todo es vanidad). Este es a grandes rasgos su contenido: Un prólogo (1,1-11), el cuerpo
del libro (1,12-12,8) y un epílogo (12,9-14).
b)Pesimismo:
Si hay una nota que caracterice generalmente a Qoh entre los autores antiguos y modernos ésta
es la de pesimismo. El comienzo del libro es un plano inclinado que nos lleva a esta conclusión:
«Vanidad de vanidades -dice Qohélet-; vanidad de vanidades, todo es vanidad» (1,2). La
sentencia, con algunas variaciones, se va repitiendo a través de todo el libro hasta el final en
12,8: «Vanidad de vanidades -dice Qohélet-, todo es vanidad». Las interpretaciones que los
autores dan de hebel (=viento/vanidad) pueden ser variadas, pero el tono de pesimismo es
común a todas ellas. De la misma manera, éste ha sido el aspecto que ha inspirado a tantos
autores, ajenos al ámbito de la teología, literatos y filósofos especialmente. Por ejemplo, Bo
Isaksson escribió: «El rasgo pesimista en Qohélet, que yo preferiría llamar agonía del vacío o
sentimiento del absurdo...»; H.H. Schmid, sin embargo, es más contundente: «En el mundo,
como lo ve Qohélet, no hay apenas lugar para el hombre, ni siquiera en un lugar limitado».
En cuanto al origen del pesimismo de Qohélet unos lo han visto fuera de Israel, en Egipto o
Mesopotamia (cfr. El Dialogo del Pesimismo: «Siervo atiéndeme»), otros en Israel (situación
socio-política que se vivía en su tiempo).
c)Escepticismo
Qohélet es un investigador incansable, aunque en él se dé la paradoja de que sólo se fía de sus
comprobaciones y, al mismo tiempo, desconfía de sus propias posibilidades.
Generalmente se reconoce que el escepticismo hace dudar a Qohélet «solamente de las
posibilidades humanas, no de la realidad de Dios». Como apuntamos en otro lugar, Qohélet
jamás pone en duda la existencia de Dios; de lo que sí duda (y hasta lo niega) es de poder llegar
a conocer cómo Dios está presente y actúa en el mundo y en la historia. Duda también de
cualquier sistema que asegure al hombre poder llegar a conocerle con toda seguridad o a los
enigmas de la naturaleza y de la vida humana, «de todo aquello que sucede bajo el sol».
d)Otras calificaciones
A Qohélet se le han aplicado otras muchas calificaciones, como determinista, cínico, nihilista,
epicúreo; cada día son menos frecuentes estas acusaciones, pero todavía se dan.
Defensa de Qohélet:
1. A Qohélet se le ha echado en cara que es un ser contradictorio. Al decir esto, generalmente
se piensa de modo cartesiano y occidental. El modo de pensar de Qohélet es típico del ámbito
semita, que también es lógico, por supuesto; pero a su manera: más comprehensivo, más vital,
con más alusiones, menos definido. Qohélet se enfrenta a la realidad y la quiere reflejar como
la v8e. La vida está llena de contradicciones.
2. Optimismo relativo. No es que se pretenda eliminar de Qoh los lugares abiertamente
pesimistas; simplemente se incluyen en el juicio global los muchos pasajes que presentan otra
visión de la realidad. Un pesimismo absoluto en Qoh no puede mantenerse a no ser que se
quiera mutilar el texto, eliminando de él las invitaciones a la alegría, tan típicas de Qohélet.
Tiene una «suave melancolía».
3. ¿Qué decir del escepticismo de Qohélet? Ciertamente no es un escepticismo paralizante.
Uno de los más grandes defensores del escepticismo de Qohélet, J. Pedersen, afirma de él:
«Pero lo que es característico del Eclesiastés, como judío, es que a pesar de toda su amargura
y de la falta de confianza que caracteriza su teoría, en la práctica no desespera; recomienda una
perseverancia tenaz, un esfuerzo infatigable para probar todas las posibilidades (11,1-6). En
teoría, se queda con los brazos cruzados; en la práctica, actúa».
Algunos niegan abiertamente que Qohélet sea un escéptico; otros lo aceptan sólo en parte. Esto
quiere decir que se admite que Qohélet pone en duda casi todo lo que antes de él se había
aceptado sin titubeos, que relativiza gran parte de nuestros conocimientos y apreciaciones.
4. Sobre el determinismo y fatalismo en Qohélet observamos algunas precisiones muy
atinadas, que dejan muy claro tanto la libertad de Dios en sus actuaciones como la del hombre
al plegarse a las disposiciones divinas. Dios es soberano en el ejercicio de su gobierno (cf. 3,14;
7,13; 9,1); pero esto no hace peligrar la libertad del hombre que Qoh supone en muchos pasajes
(cf. 3,16-17; 4,17-5,6; 7,29).
Las lamentaciones de Qohélet no tienen como centro la libertad o falta de libertad del hombre,
sino el no poder conocer hasta el fondo las cosas y los acontecimientos, sobre todo los
inminentes, y el no poder introducir cambios a placer.
.
5. ¿Es posible todavía liberar a Qohélet de las acusaciones que se le han hecho de epicúreo,
hedonista y cínico? Ciertamente no se puede negar lo evidente, sus afirmaciones: «Esto es lo
que yo he comprendido: La felicidad perfecta consiste en comer y beber y disfrutar de todo el
trabajo con que uno se fatiga bajo el sol los pocos días de la vida que Dios le ha dado. Tal es su
paga» (5,17). Y como ésta otras muchas (cf. 2,24a; 3,12.22a; 8,15a; 9,7-9a; 11,7-12,1a9).
En primer lugar, no es censurable sin más invitar a gozar en la vida de los bienes de este mundo.
Todo depende de cómo se quiera conseguir. Una es la forma que propone Epicuro y los
verdaderos hedonistas, y otra muy distinta la que propone Qohélet.
En realidad la obra presenta una fuerte unidad de principio a fin. Da la impresión de que es obra
de un solo autor que presenta las insatisfacciones y desgarramientos de la existencia humana. Lo
que parecen proposiciones opuestas respondería a las contradicciones que presenta la vida.
El autor muestra una ansia de felicidad que no encuentra por ninguna parte, por eso según el, hay
que contentarse con el placer relativo de las cosas pequeñas. Teniendo en cuenta los generos
literarios empleados en la antigüedad, hoy se ve con cierta claridad que el autor usa el genero
llamado «diatriba». Esta consiste en presentar personajes ficticios que exponen sus opiniones;
el autor se identifica con algunos de ellos al mismo tiempo que va presentando las opiniones
contrarias a las suyas. En cada respuesta, a veces no se indica expresamente el cambio de
interlocutor. Así, van apareciendo afirmaciones y contraafirmaciones. Es un género que se
emplea en la literatura griega y habría sido por influjo helenístico como llegó a ser conocido y
empleado por el autor del Eclesiastes. Este, a partir del personaje de Qohelet, en cuya boca pone
su enseñanza y con el que se identifica cuando habla en primera persona, va exponiendo su propio
pensamiento intercalando las ideas con las que está en desacuerdo. Pero en realidad, emplea a su
modo el género de la diatriba, sin ofrecer indicaciones claras acerca de a quien corresponden las
distintas afirmaciones. De ahí que no siempre es fácil deducir qué está tomando del ambiente y
qué se ha de considerar afirmación propia del autor.
.
6.Mensaje
Como sabemos, en el AT todavía no se alcanzó la plenitud de la Revelacion, y respecto del libro de
Qohelet, será necesario que venga Daniel y el segundo de Macabeos para que se afirme que tras
la muerte, Dios retribuirá a los mártires resucitandolos de nuevo a la vida. Ya a las puertas del
NT ser cuando se enseñe claramente la inmortalidad del alma y la retribución de los justos tras la
muerte. La ausencia de estas verdades explica la incertidumbre acerca del mas alla del autor de
Qo. Por eso se ve impulsado a afrontar la vida resaltando el escaso valor de las acciones humanas:
no hay que obrar bien para lograr un premio en el cielo, sino porque asi ha de hacerse para vivir
felices aquí.
Qo no es un pesimista sin más, como se ha dicho sino un hombre realista ante un estado de cosas
que no satisfacen por su misma limitación. De ahí que l obra pueda ser punto de partida para la
búsqueda de algo superior que, en definitiva, se obtiene por gracia u no por la capacidad humana.
Quizas en este sentido significa una profunda preparación para recibir la llegada de Jesucristo al
mundo.
La conciencia de la vanidad de la vida y de las acciones humanas, expresada con tanta fuerza por
Qo, es asumida en profundidad por san Pablo cuando enseña que el hombre no puede justificarse
por sus obras, sino por la gracia que recibe de Dios. Frente a la impotencia de la capacidad
humana para entender el sentido último de la vida, el Apóstol afirma que en Jesucristo se nos ha
dado toda la sabiduría e inteligencia, revelándonos el Misterio de la voluntad de Dios Padre (Ef
1,7-9), o lo que es lo mismo, tal como lo ha enseñado el Concilio Vaticano II: «el misterio del
hombre solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (G.S 22).
Qohelet testimonia que era imposible desvelar el misterio del hombre antes de Cristo.
ECLESIASTICO
1. Su inspiración.
No lo tienen como inspirado ni judíos ni protestantes. Los padres apostólicos (didaché 4,6 y
Epistola de Bernabe 19,9) y los apócrifos del AT lo citan como escritura inspirada (1 Henoc
30,15 y 42,2-3.11).
Y el hecho de que los judíos no lo admitieron como libro sagrado hizo que surgieras dudas sobre
su canonicidad en algunos escritores cristianos como Rufino, Origenes, Eusebio y Jeronimo,
aunque lo citan con frecuencia.
2. Nombre
En los escritos rabínicos: «Instrucción de Ben Sirac». En manuscritos griegos cristianos:
Sabiduría de Jesús, hijo de Sirac (o brevemente: Sabiduría de Sirac). A partir del siglo III se
hace frecuente llamarle Eclesiástico, quizá por el uso que se hacía de él en la Iglesia para la
instrucción de los catecúmenos o neófitos. Esta denominación es la prevalente en el área latina
hasta la actualidad, aunque parece hoy ir ganando terreno la de «Jesús ben Sirac o Sirácida.
3. Estructura y contenido
Se puede decir que la idea central del libro es: «Quien se aferra a la Ley alcanzara la sabiduría»
(15,1). Por ello, el libro se ha escrito para os que «desean instruirse y conformar sus costumbres
para vivir con arreglo a la Ley» (prólogo 13-14). De ahi, de la estructura de ley copia su
estructura.
Está divido en cinco partes, cada una de las cuales comienza con una introducción doctrinal
de carácter sapiencial-teologico, y a continuación se añade una colección de consejos. Estas
cinco partes van precedidas por el Prólogo del traductor griego y seguidas por dos
epílogos.
4. Autor y época
El prologo nos da los datos. Jesús, hijo de Sirac, hijo de Eleazar de Jerusalen. Su nieto, el
traductor griego, dice haber llegado a Egipto el año 132 a. C. De ahí se deduce que la traducciion
griega debio ser hecha después de esa fecha. El autor fue maestro de Jerusalen, y regentaba
una bet.midrash (51,31), es decir, una escuela para estudios de los libros sagrados del judaísmo.
Como Ben Sirac no parece conocer la revuelta macabea, se supone que escribió su obra unos
sesenta años antes de la traducción de su nieto (190-180 a.C.). En el libro no aparece ninguna
referencia a los acontecimientos acaecidos bajo el reinado de Antioco IV Epifanes (175-164 a.
C.), que impuso por la fuerza la helenizacion de la tierra de Israel. Y por otro lado, por lo que
dice 50,1ss, parece que pudo conocer personalmente al sumo sacerdote Simon II, que ejercio
su oficio hasta el 196 a.C.
5. Texto
El texto hebreo se perdió en los primeros siglos de la era cristiana por no haber sido recogido
en la Biblia hebrea. Los fragmentos hebreos recientemente encontrados suponen casi el 80%
del texto total. Pero este texto no es muy fiable, pues no está cuidado.
En griego, tenemos dos recensiones:
La primera recension llamada texto primario. Es la más breve y aparece en los
primeros códices unciales de la versión de los Setenta (Vaticano, Sinaitico,
Alejandrino, de los siglos IV y V d.C.) y en algunos códices minúsculos de gran
importancia. Esta recension es la que llego a constituir el «textus receptus» de las
ediciones impresas en los últimos siglos.
La segunda recension es denominada texto secundario. Tiene 134 versículos más,y se
conserva en muchos manuscritos griegos, asi como en citas de escritores eclesiásticos.
Parecen que las dos recensiones griegas corresponden a dos textos hebreos diferentes, pues
ambas se hallan atestiguadas en los manuscritos hebreos encontrados.
1.Estructura
Tres partes.
2.Fecha
Debió ser escrito con anterioridad a las cartas de san Pablo, ya que este parece reconocerlo (Rm
1,8-32 y Ef 6,11-17). Segunda mitad del siglo primero… Alguien llega a hablar del año 20 ac.
Es el ultimo libro del AT.
3. Autor
Judío de la diáspora en Egipto, buen conocer de la cultura helénica, pero en abierta polémica
con el politeísmo. Aprovecho con capacidad critica y a la luz de la religión del Dios Unico, las
aportaciones ciertas de la filosofía griega.
El autor se expresa con un lenguaje comprensible para la cultura griega, teniendo en cuenta las
adquisiciones de la ciencia de su tiempo (7, 17-21 y 8,8) y se dirige a los judíos que viven en la
diáspora, que corren el peligro de dejarse llevar por el prestigio de la ciencia pagana helenista.
En este libro convergen el legado sapiencial de Israel y las aportaciones de la razón humana
aprendidas de la cultura griega. Si en los otros libros del AT la Palabra de Dios se da en moldes
fundamentalmente semitas, en este, se hace oír con términos y expresiones helenistas,
abriéndose asi a un mundo cultural más amplio.
4.Aportaciones peculiares
--La clara distinción entre alma y cuerpo en la antropología, base imprescindible para
comprender el mensaje escatológico del NT.
--La creencia firme en la vida del más allá de la muerte, con la consiguiente inmortalidad del
alma.