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DOCTRINA No. 3 - CONSENTIMIENTO INFORMADO PDF
DOCTRINA No. 3 - CONSENTIMIENTO INFORMADO PDF
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Doctrina proyectada por Hernández, G., Secretario del Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de
Psicología, y acogida por el Tribunal Nacional mediante Acta No 07 del once (11) de diciembre de dos mil
doce (2012).
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El parágrafo único del artículo 1º de la Ley 1090 de 2006, señala: Por lo anterior y teniendo en cuenta: La
definición de salud por parte de OMS; En la que se subraya la naturaleza biopsicosocial del individuo, que el
bienestar y la prevención son parte esencial del sistema de valores que conduce a la sanidad física y mental,
que la Psicología estudia el comportamiento en general de la persona sana o enferma. Se concluye que,
independientemente del área en que se desempeña en el ejercicio tanto público como privado, pertenece
privilegiadamente al ámbito de la salud, motivo por el cual se considera al psicólogo también como un
profesional de la salud.
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Recientemente, en el ínterin entre la aprobación de la presente doctrina y su publicación, se sancionó la
ley 1616 de 2013, por medio de la cual se expide la ley de salud mental, la cual señala en el artículo 6º,
numerales 13 y 14, el derecho que tiene todo usuario de servicios de salud metal, a exigir que sea tenido en
cuenta el consentimiento informado para recibir el tratamiento, y a no ser sometido a ensayos clínicos ni
tratamientos experimentales sin su consentimiento informado.
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Se invita al lector a consultar, entre otras, las sentencias: T-760 de 2008, T-216 de 2008, T-653 de 2008, T-
560 A de 2007, T-866 de 2006, T-1019 de 2006, T-866 de 2006, T-1019 de 2006, T-1229 de 2005, T-762 de
2004, T-1021 de 2003, T-850 de 2002, T-823 de 2002, SU- 337 de 1999, C-616 de 1997, C-309 de 1997, C-221
de 1994, T-401 de 1994, T-493 de 1993.
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El primer inciso del artículo 13 de la Ley 1090 de 2006 señala: “El presente Código Deontológico y Bioético,
está destinado a servir como regla de conducta profesional en el ejercicio de la psicología en cualquiera de
sus modalidades, proporcionando principios generales que ayuden a tomar decisiones informadas en la
mayor parte de las situaciones con las cuales se enfrenta el profesional de la Psicología, fundamentado en los
principios de beneficencia, no-maleficencia, autonomía, justicia, veracidad, solidaridad, lealtad y fidelidad,
además de las contempladas en la presente ley.”
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Una de las consecuencias de asumir al ser humano en toda su dimensión, es que en la Ley 1090 de 2006 no
se utilizan adjetivos típicos como paciente, para referirse al usuario de los servicios del psicólogo, sino que
se utiliza, precisamente, este adjetivo: usuario.
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El término “capacidad” hace referencia a la posibilidad que tienen las personas para ejercer sus derechos y
obligaciones, siendo incapaces las personas que por diferentes circunstancias no pueden ejercer sus
derechos y obligaciones, como es el caso de los menores de edad. Sobre este concepto se discutirá más
adelante.
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Sin embargo, esta autorización por parte del consultante no es una patente de corso para que el psicólogo
haga púbica la información. El psicólogo suministrará la información a quien se la solicitó y no estaría
autorizado a revelarla a cualquiera que se la solicite. Y tratándose de una actuación judicial, será ventilada al
público sólo bajo la conveniencia y la dinámica procesal.
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El Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de psicología ya se pronunció sobre ese tema mediante
Doctrina No. 2 de 2012
El consentimiento
El consentimiento es la expresión clara, precisa, autónoma y libre que da el usuario, luego de ser
enterado de los pormenores de la intervención psicológica o de evaluación diagnóstica, para que el psicólogo
proceda. Lo anterior implica que el usuario le da permiso al psicólogo para actuar en la psiquis del usuario, en
su comportamiento, que obliga a que el acto mediante el cual se da dicho permiso esté alejado de cualquier
tipo de presión, engaño o viciado de cualquier forma de nulidad por incapacidad de quien da su permiso. En
La capacidad legal
La capacidad legal está consagrada en el Código Civil y demás normas relacionadas, en especial la
Ley 1306 de 2009, que prescribe que la capacidad de las personas se supone, mientras que la incapacidad
legal debe ser decretada por un juez civil en el curso de una actuación judicial. Así lo dispone el artículo 1503
del Código Civil al señalar que “Toda persona es legalmente capaz, excepto aquéllas que la ley declara
incapaces”.
De la lectura del artículo 1503 del Código Civil se deduce que la ley reconoce, además de la
capacidad, la incapacidad. Por lo tanto, desde el punto de vista legal, las personas pueden ser capaces o
incapaces, siendo la capacidad legal de una persona la disposición que tiene ésta en poderse obligar por sí
misma, sin el ministerio o la autorización de otra, al tenor del artículo 1502 del mismo código.
Por tanto, desde el punto de vista legal, toda persona es capaz. Pero puede ser declarada incapaz si
cumple con los requisitos que la misma ley dispone para ello. La ley distingue entre incapaces absolutos e
incapaces relativos. En efecto, el artículo 1504 señala que “son absolutamente incapaces los dementes, los
impúberes y sordomudos, y que sus actos no producen ni aún obligaciones naturales, y no admiten caución”.
Y más adelante señala:
Son también incapaces los menores adultos que no han obtenido habilitación de edad y los
disipadores que se hallen bajo interdicción. Pero la incapacidad de estas personas no es absoluta y
sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos determinados por las
leyes (artículo 1504 del Código Civil).
La importancia de la capacidad legal de las personas radica en que los documentos o contratos,
como el contrato de prestación de servicios profesionales y el Consentimiento Informado, que firmen las
personas pueden o no ser válidos, dependiendo de la capacidad jurídica de quien los firma. El Consentimiento
Informado que debe firmar todo consultante en una relación psicológica, para que sea válido, debe ser
firmado por una persona capaz.
Legalmente, el Consentimiento Informado es un convenio en donde las partes, psicólogo–usuario o
investigador-participante, asumen derechos y obligaciones y, por lo tanto, para poderse obligar mediante su
firma, las partes deben reunir los requisitos que impone la ley, entre ellos, la capacidad. Se recuerda el ya
transcrito artículo 1502 del Código Civil que señala que para que una persona se obligue a otra por un acto o
declaración de voluntad, es necesario que sea legalmente capaz.
En consecuencia, ¿quiénes pueden firmar el Consentimiento Informado? sólo las personas con
capacidad jurídica para ello. Y si la ley dice que “son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y
Bibliografía.
Corte Constitucional (1992). Sentencia C- 449. Relatoría: Bogotá
Corte Constitucional (1996). Sentencia C- 264. Relatoría: Bogotá