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La entrevista terapéutica
Alfredo Buzzi
Profesor Emérito y Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. CABA. Argentina.
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anamnesis durante la cual el médico se presenta es- facial o midriasis, respiración suspirosa o acelerada
trechando la mano al enfermo, dirigiéndose a él o y movimientos de los globos oculares en zig-zag. Los
ella por su apellido, precedido, según corresponda, mensajes no verbales tienen importancia porque
por Sr o Sra. La actitud del médico está caracteriza- son indicadores más verídicos y fidedignos de los
da por una serena cordialidad y debe ser digna, afa- sentimientos reales del enfermo. Debemos tener en
ble y de buenas maneras. Después de asegurar la co- cuenta que cada persona, dentro de sí misma, man-
modidad del paciente indicándole, si es necesario, tiene una sensación de bienestar, de sentirse acepta-
dónde debe sentarse, le formula una pregunta de or- do por sí mismo y por otras personas, y de mantener
den general, como por ejemplo: ¿cuál es su moles- un cierto nivel de comportamiento. Sus intentos pa-
tia? o ¿qué lo trae por acá? ra mantener esa sensación de bienestar están en
Esta primera etapa es importante, ya que la acti- oposición a la divulgación de información que ex-
tud inicial del médico decide el curso ulterior de la presa y expone sus fracasos, sus debilidades y su in-
entrevista. Esta actitud, además de lo mencionado capacidad para desarrollar tareas que de él se espe-
antes, debe incluir la calidez, la atención y el respe- ran. Estos sentimientos pueden interferir con la ne-
to. Estas cualidades son esencialmente no verbales y cesidad de relatar sus síntomas al clínico. Éste debe
se manifiestan con actitudes más que con palabras. comprender y reconfortar usando un enfoque no-crí-
La calidez o proximidad afectiva es la capacidad de tico para vencer y penetrar esta resistencia natural a
crear un clima de afabilidad en el trato con el pa- confesar cualquier minusvalía. Las expresiones de
ciente. El respeto se manifiesta en el modo de salu- ánimo, comprensión y aceptación por parte del mé-
dar y presentarse al paciente, poniéndose de pie, dico facilitan el relato espontáneo como ninguna
nombrándolo por su apellido y evitando el tuteo. A otra cosa es capaz de hacerlo.
este respecto, deseo consignar una anécdota que me Durante este período de la anamnesis, que bien
parece instructiva. podría definirse como "los primeros cinco minutos",
Un enfermo provinciano, ya entrado en años y aunque pueden ser algo más o menos, es esencial
con atuendo de paisano, es atendido por un joven que se mantenga contacto visual, permaneciendo si-
médico de un hospital capitalino. Después de exa- lencioso y atento. La experiencia enseña que cuan-
minarlo, y para inquirir sobre la terapéutica ante- to menos diga el médico, más dirá el enfermo. Se de-
rior, le formula la pregunta: be resistir el impulso universal a interrumpir al en-
"¿Y a vos cómo te trataban en tu provincia?" fermo con preguntas aclaratorias, ya que así se pier-
"Vea, doctor, a mí me trataban de Usted." de el relato espontáneo, el que además de brindar
El respeto también significa que el problema del una perspectiva del padecimiento, facilita, median-
enfermo le atañe al médico y que éste se preocupa te una anamnesis asociativa, confidencias sobre as-
por él. También el médico demuestra su atención al pectos íntimos vinculados a la enfermedad que son
paciente y a su relato manteniendo contacto visual muy difíciles de obtener como respuestas a pregun-
con él y permaneciendo silencioso. tas directas. En este sentido, es oportuno recordar el
¿Cuáles son los desaciertos más comunes en la apotegma: “Sin haber escuchado no respondas ni inte-
primera etapa de la entrevista? Una enumeración rrumpas en el medio del discurso” (Eclesiástico,
debería incluir no levantarse para saludar al pa- 11:7,8,9,10 y 11).
ciente, no estrecharle la mano, no presentarse ade- Durante esta segunda etapa la actitud silenciosa
cuadamente, dirigirse al paciente sin nombrarlo, tu- y atenta, y el contacto visual por parte del médico
tearlo, según su edad, tratarlo de "abuelo" o "hijo", transmiten al paciente su disposición para escuchar-
no mantener contacto visual, no prestarle atención lo. Aquí la función primordial del galeno es ayudar
dialogando con la enfermera o atendiendo el teléfo- a la narración, para lo cual puede utilizar tres ele-
no e interrumpirlo al poco tiempo de iniciado el re- mentos: la facilitación, la empatía y el apoyo.
lato de sus molestias respondiendo a la pregunta de La facilitación es un mensaje verbal o no verbal
orden general formulada por el médico. A este res- que incita al paciente a seguir hablando y a decir
pecto, conviene consignar que el 70 por ciento de los más sin guiarlo ni especificar el tópico a considerar.
médicos interrumpen a sus pacientes dentro de los Estos mensajes pueden ser verbales: "continúe", "me
20 segundos de iniciada la entrevista para formular- gustaría oír más", "y entonces", como también para-
le preguntas, lo que los lleva a creer que su tarea en verbales ("uh uh") o gestuales, como el movimiento
la anamnesis es responder preguntas. Como lo afir- de la cabeza con signo afirmativo.
mó Michael Balint hace ya muchos años, el médico La empatía es una actitud que reconoce los sen-
que hace preguntas obtiene respuestas, pero nadas timientos del paciente y demuestra aceptación por
más. En el mismo sentido, el literato y médico irlan- tenerlos y expresarlos. Al ponerse transitoriamente
dés Oliver Goldsmith (1728-1774) expresó en el siglo en el lugar del paciente el médico le transmite la
XVIII: Ask me no questions and I will tell you no fibs comprensión que experimenta por sus molestias. Ex-
("No me hagas preguntas y no te diré falsedades"). presa una sintonía y solidaridad emocional sin pre-
La segunda etapa de la entrevista comienza con juzgar ni compartir ética o ideológicamente los con-
el relato espontáneo del enfermo sobre sus moles- tenidos mencionados. En la empatía hay un com-
tias. Aquí el facultativo deberá estar atento a las se- promiso emocional con neutralidad. De lo que se
ñales no verbales, como expresiones faciales, gestos, desprende que la apreciación emocional de los sen-
posturas, señales autonómicas como transpiración timientos del paciente no significa afectado por
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ponder a una manifestación del enfermo con una impredecible priva al enfermo de cualquier control
respuesta empática, seguida inmediatamente de de la entrevista y al mismo tiempo indica una falta
una pregunta indirecta. Por ejemplo, Paciente: de respeto hacia él. Ante las preguntas repetidas por
"Tengo varios problemas, pero no puedo dejar de el médico por su falta de atención es el propio pa-
preocuparme por los dolores de cabeza." Médico: ciente el que suele encargarse de señalárselo.
"Parece que el dolor de cabeza es lo que más le Durante la cuarta etapa el médico se encarga de
molesta (respuesta empática). ¿Qué más me pue- obtener una información específica que no ha sido
de contar acerca de eso?". referida hasta ese momento. Con este fin recurre a
k) Las preguntas indirectas no llevan signo de inte- preguntas directas, también llamadas “con respues-
rrogación, inducen a hablar libremente y pueden ta acotada”. Estas preguntas pueden ser respondidas
ser usadas como expresiones de interés en el pro- por sí o por no, o por una frase corta. Limitan las po-
blema. Deben utilizarse todo lo posible porque in- sibilidades de expresión del paciente y tienden a ser
dican el interés del médico por el paciente. Tam- acusadoras, sobre todo si van precedidas por un ¿por
bién tienen un tono menos acusador que las pre- qué? Las preguntas tipo "lista" o "menú" dan al pa-
guntas directas. Las preguntas indirectas son ciente un número de alternativas, con adjetivos o
también excelentes para una confrontación no frases descriptivas para ser usadas. En algunas clíni-
amenazante ante discrepancias en el relato del cas es común entregarle al enfermo una lista de sín-
paciente. Por ejemplo: "Pareciera que este dolor le tomas y enfermedades antes de ser entrevistado por
molesta más de lo que Ud lo admite", "me pareció el médico. Esta práctica, si bien facilita la tarea de
que Ud dijo antes que se fatigaba", "me pregunto recoger los datos pasados y presentes del padeci-
porqué Ud no se mostró preocupado por la biop- miento, tiene el inconveniente de dar la impresión
sia". al paciente que su tarea es responder preguntas. Pa-
l) Las preguntas indirectas deben usarse para intro- ra formular las preguntas directas recordemos a los
ducir un tópico, ya que le dan al paciente una cinco servidores que mencionó el escritor inglés Rud-
mayor libertad para elegir una respuesta. Las pre- yard Kipling (1865-1936) cuando se le preguntó el
guntas directas deben reservarse para obtener los método que seguía al escribir sus novelas. Sus cinco
últimos datos de un tópico determinado. nombres están precedidos por la letra W: Why? (¿Por
Los errores que suelen cometerse en la tercera qué?), Where? (¿Dónde?), When? (¿Cuándo?), Who?
etapa de la entrevista se refieren a la técnica para (¿Quién?) y What? (¿Qué?).
formular las preguntas. Hay que estar en guardia La quinta etapa comprende la finalización y el
con las preguntas con respuesta sugerida ("¿le calmó cierre de la entrevista. El médico debe enviar señales
el dolor al ponerse la tableta debajo de la lengua?", al paciente que la entrevista está llegando a su con-
"¿se levanta varias veces a orinar por la noche?", clusión natural. La duración de una entrevista es
"¿al comer se le pasa el dolor?". Las preguntas con variable y depende del tiempo disponible y de la ac-
tono acusador ponen el paciente a la defensiva y titud del médico clínico. En Gran Bretaña la dura-
comprometen el rapport: "¿porqué no tomó el anti- ción promedio es de siete minutos, mientras que en
biótico?", "¿está seguro que tomó sus medicamen- nuestro país suele alcanzar los quince minutos. Los
tos"?, "¿porqué decidió quedar embarazada?", "¿por- médicos nos quejamos de la falta de tiempo, de las
qué no me llamó por teléfono?". Hay preguntas que decisiones institucionales y del excesivo número de
pueden ser atemorizantes: "¿hay antecedentes de pacientes. Sin duda, el factor tiempo es importante,
cáncer en su familia?", "¿no sabe que ese medica- pero también importa la calidad del vínculo y la ha-
mento puede producir daño hepático?". Deben evi- bilidad del médico. Lo que suele faltar no es sólo
tarse las preguntas múltiples "¿cómo durmió ano- tiempo, sino también contacto emocional.
che? … ¿mejoró el dolor?", ya que asumen relacio- Una de las maneras de indicarle al paciente que
nes que no existen necesariamente o bien conside- la entrevista está terminando es preguntarle si le
ran que no hay otras alternativas. Limitan la capa- quedan preguntas por hacer. Si el paciente no atien-
cidad del paciente para expresar sus verdaderos sen- de o no entiende las señales del médico, éste debe
timientos al incluir una respuesta implícita en la decirle que el encuentro debe terminar. El comenta-
pregunta. También hay que cuidarse de lanzar al rio final siempre debe estar a cargo del médico. De-
paciente con una larga serie de preguntas directas, be comprender un resumen general de la situación,
que lo confunden y limitan su capacidad de com- lo que demuestra al paciente que se ha comprendi-
prensión para responder. Por ejemplo: "¿tuvo fiebre, do su problema, un eventual pedido de exámenes
dolores articulares o escalofríos?". Es más grave to- complementarios justificando sus razones y una in-
davía "bombardearlo" con preguntas sucesivas sin dicación escrita sobre la terapéutica a seguir (dieté-
darle tiempo y oportunidad para contestar las ante- tica, farmacológica, kinésica o quirúrgica). Una in-
riores. dicación concreta del día y la hora del próximo en-
Al hacer preguntas sobre áreas sensibles, como cuentro fortalece la confianza y la capacidad de es-
al tomar la historia sexual, se debe avisar al pacien- pera del enfermo.
te el tema que se va a tocar y pedirle permiso para Los siguientes errores suelen observarse durante
hacerlo. Muchos médicos, ellos mismos ansiosos en la quinta etapa: terminar la entrevista bruscamen-
tópicos sensibles, tienden a lanzar este tipo de pre- te, sin avisarle antes al paciente, por ejemplo, po-
guntas brusca e inesperadamente. Esta estrategia niéndose de pie o abriendo la puerta del consultorio;
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crónica, puede ser de naturaleza endógena, y en es- con los colegas que lo han asistido antes o bien que
te caso alterna con períodos de excitación, lo que se se han cometido errores en el diagnóstico o trata-
conoce como trastorno bipolar. miento. Hay que presumir, entonces, que el mismo
Los pacientes deprimidos tienen posturas evoca- sentimiento va a surgir en la situación actual. Un co-
doras cuando ponen la cabeza baja con los hombros mentario despectivo o descalificador sobre el ámbito
caídos y al sentarse tienden a hundirse en la silla. En del consultorio conlleva un mensaje parecido.
el rostro, además de una expresión triste y abatida, Detrás de las expresiones encolerizadas o deroga-
puede verse un pliegue en el párpado superior y las torias del enfermo puede esconderse la ansiedad. La
cejas en posición lateral descendente. Suelen referir gente colérica suele estar atemorizada e indica que
síntomas como apatía, cansancio y fatiga, infelici- se siente amenazada. El médico debe descubrir y
dad, trastornos digestivos como anorexia y estreñi- ayudar al enfermo para que vislumbre los peligros
miento, y alteraciones del sueño como despertar reales o imaginarios que provoca su cólera o cual-
temprano. La falta de interés sexual y la impotencia quier otra respuesta negativa hacia el médico.
son frecuentes. El dolor de espalda, de cintura o de El médico no debe dejar de ser amable con el pa-
cabeza pueden ser a veces síntomas depresivos. La ciente enojado o suspicaz, aunque sin intentar con-
convicción de que su situación personal es insoluble graciarse con él ni mostrase a la defensiva. En lugar
es frecuente ("esto ya no tiene arreglo", "ya se hizo de contestarle del mismo modo, el médico debe pre-
todo lo que se podía hacer"), así como la vivencia de guntarle al paciente la causa de su enojo, utilizando
imposibilidad de ayuda. Tambien son frecuentes los preguntas indirectas, dándole tiempo para que ex-
pensamientos escapistas y suicidas. prese su molestia, sin interrumpirlo ni intentar justi-
La depresión secundaria a una enfermedad cró- ficarse. Por ejemplo: "Tengo la impresión que está un
nica está aumentada en aquellos que no han podi- poco enojado ahora. ¿Hay algo que le molesta?"
do expresar su enojo o frustración, y también en los Una pregunta directa, que adopta un tono acusador,
que no han tomado conciencia de sus reacciones sería menos apropiada: "¿Por qué está enojado?". Si
emocionales a todo lo que significa estar crónica- la formulación de una pregunta indirecta no es su-
mente enfermo. En otros casos la depresión es la ficiente para evocar una respuesta, se puede utilizar
consecuencia de un sentimiento de culpa, como ocu- alguna hipótesis para explicar la causa del enojo:
rre cuando un empleado no puede trabajar al estar "Parece enojado ahora. ¿Tuvo que esperarme mucho
enfermo y enfrenta dificultades económicas para tiempo?". Esta técnica, que permite y facilita la ver-
mantener a su familia. El enfermo deprimido suele balización de las emociones del enfermo, en este ca-
brindar poca información en forma espontánea, su so el enojo, es mucho más productiva que intentar
relato es lento y aburrido, y responde con dificultad argumentar con él. Los intentos para modificar las
a las preguntas, asimismo, sus contestaciones son emociones mediante la confrontación tienden a in-
breves, imprecisas y poco detalladas. tensificarlas más que a disminuirlas.
Uno de los problemas más difíciles para el estu- En la habilidad para llevar a cabo una entrevis-
diante de medicina es entrevistar a un paciente eno- ta que tenga valor terapéutico confluyen el arte y la
jado o antagónico. La actitud usual es responder de ciencia de la medicina. Los aspectos científicos del
la misma manera, lo cual interrumpe invariable- encuentro con el paciente comprenden las aptitudes
mente el proceso de comunicación. Es más útil, y a del médico para recoger e interpretar los síntomas y
la larga más constructivo, averiguar cuál es la cau- los signos a fin de elaborar un diagnóstico correcto y
sa de su enojo. Esta emoción y sus variantes, como un pronóstico confiable, sobre los cuales estará ba-
la ira, la rabia y el antagonismo, puede tener distin- sado un tratamiento eficaz. El arte de la entrevista
tos orígenes. La fuente del enojo puede estar dentro responde a aquellas cualidades del médico, en parte
del paciente y ser un rasgo caracterológico. También innatas y en parte cultivadas como son el interés y
el enojo tiene que ver con las consecuencias de la en- el respeto por el paciente, su calidez y autenticidad,
fermedad o con alguna dificultad burocrática vincu- su empatía y su capacidad para establecer y mante-
lada con ella. Un resultado perjudicial o negativo ner el rapport. De todo esto surgirá una relación y
del tratamiento también es capaz de ocasionar una alianza terapéutica.
enojo. Lo menos frecuente es que el enojo esté pro-
ducido por el accionar del médico, si bien éste pue-
de hacer o dejar de hacer cosas que lleguen a moles-
tar al enfermo como hacerlo esperar indebidamente
o infligirle dolor sin advertirlo previamente. Lo ha-
bitual, entonces, es que el médico sea inocente y que Bibliografía
represente para el enfermo alguna imagen hacia 1. Barilari, M.J.; Grasso, L. La vida del enfermo y su inter-
quien tiene una fundada causa como para sentirse pretación. Anamnesis. Buenos Aires, 1948. 305 páginas.
2. Barilari,M.J. El sentido humano del médico. Buenos Ai-
enojado.
res, 1969. 454 páginas.
Siendo el médico una figura de autoridad, lo ha- 3. Bañuelos, M. El arte médico. Barcelona, 1945. 215 pá-
bitual es que el enojo no sea expresado abiertamen- ginas.
te, sino que se mantenga escondido o disimulado. Es- 4. Ferrari, H., et al. Asistencia institucional. Nuevos desa-
to debe sospecharse cuando un paciente en la prime- rrollos de la Interconsulta médico-psicológica. Buenos
ra entrevista expresa que no ha quedado satisfecho Aires, 1979. 222 páginas.
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