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De mi ansiedad

a tu felicidad
Benayon, Gabriel Dinar
De mi ansiedad a tu felicidad. - 1° Ed. - Panama: el autor, 2015.
180 pag. ; 23x17 cm.

ISBN 978-987-33-7011-3

1. Autoayuda. I. Título
CDD 158.1

Fotografía: Liby Holander

Diseño: Marcela Obermeister y Helen Balaban

Retoque digital: Nicole Sujoy

Compaginación: Gráca Laiglon

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previo del autor que deberá solicitarse por escrito.
Hecho el depósito que marca la ley N° 11.723(Propiedad Intelectual)
Rabino Gabriel Benayon

De mi ansiedad
a tu felicidad
De mi ansiedad a tu felicidad

ÍNDICE

Prólogo 9

Introducción 23

Mi historia 31

Un gigante con pies de barro 43

El motor de la ansiedad 55

¡Quítales su máscara y se darán por vencidos! 67

La ansiedad y la depresión como herramientas Divinas 79

¿Eres el centro del mundo? 91

El ejercicio físico como herramienta espiritual 105

Sirve a tu Di-s con alegría 113

Miedo y ataques de pánico 125

El temor a la muerte 137

La alimentación y el orden 149

La respiración y el alma: socios en la creación 159

La importancia de pensar en positivo 171

Glosario 180
Quiero dedicarte este libro a ti...
De mi ansiedad a tu felicidad

El mundo se llenará con el conocimiento de D-os, como las aguas cubren el mar.
-Isaías 11:9

Educa al joven de acuerdo a Su camino, y cuando envejezca no se apartará de él.


-proverbios 22:6

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De mi ansiedad a tu felicidad

Dichoso aquel que cuida la justicia y hace caridad siempre.


-Salmos 106:3

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De mi ansiedad a tu felicidad

Amarás a tu prójimo como a ti mismo


-Levitico 19:18

“Piensa bien y saldrá bien”

Del Eterno son los pasos del hombre, ¿Cómo podrá el hombre entender Sus caminos?

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De mi ansiedad a tu felicidad

Como el agua refleja el rostro, un corazón responde al otro.


-proverbios 27:1

“Ante todo adquiere sabiduría, y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia”
-proverbios 4:7

Puse a Hashem delante mío siempre.

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De mi ansiedad a tu felicidad

Agradecimientos
Cada individuo tiene una misión particular, pero sin la ayuda de otros no
podría llevarla a cabo. Es por esto que quisiera agradecer a quienes han sido los
verdaderos artífices de que esta obra pudiera ser realizada.

Al Todopoderoso, por haberme permitido llegar a este momento y por


darme la oportunidad de agradecer y dedicar este libro.

A mi maestro y guía, “El Rebe”, quien con su ejemplo, cambió el curso de


mi vida para bien y bendición.

A mi padre, mi mejor amigo, quien de forma incondicional siempre


esta allí para aconsejarme sabiamente y quien también participó en la edición
de esta obra.

A mi madre, que nos enseña con sus acciones que el amor es infinito, pero
que se debe entregar en la justa medida y con la receta e ingredientes correctos.

A mi esposa Nechama Dina, por ser el espejo en el que me reflejo y ser


quien me orienta para que mejore cada día; por su dedicación constante a nuestra
familia y su entrega a la educación en nuestra comunidad.

A mis hijos Débora Miriam, Esther Leah, Menachem Mendel, Chaya


Mushka, Chana Simcha e Yechiel Meir, ¡que son la luz de mi vida!

Al Rabino Eliezer Shemtov, quien como emisario del Rebe, en Uruguay,


ha sido una pieza imprescindible en mi desarrollo espiritual.

Al Rabino Aaron Laine, que es quien me dio la oportunidad de dedicarme


a servir a la comunidad en Panamá y quien me inspira a seguir con alegría esta
meritoria labor.

Al Rabino Moisés Waisberg, quien dedicó parte de su tiempo y entregó


desinteresadamente sus conocimientos para perfeccionar esta obra.

Al Rabino Isi Lapidus, director de la Editorial Bnei Sholem, quien autorizó


el uso de las cartas del Rebe.

A la profesora Pilar Flaster, que se encargó de la edición y corrección


de esta obra.

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De mi ansiedad a tu felicidad

Prólogo

Un hecho básico de nuestra existencia consiste en que cada individuo


experimenta un cierto grado de estrés, de preocupaciones y de ansiedades. Unas
veces, estas vivencias son momentáneas; otras, intensas y duraderas. Tanto
que llegan a afectar nuestra funcionalidad. Por esta razón, es fundamental que
manejemos nuestros pensamientos y emociones para que podamos adquirir
dominio sobre nuestras acciones.

Muchos estudios han abordado el tema de la ansiedad, un sinnúmero de


especialistas lo han tratado y otra cantidad similar de consultantes han preguntado
por él. Es un tema predilecto en las terapias psicológicas. La ansiedad es la más
común y universal de las emociones. Es sinónimo de congoja, preocupación y
desasosiego ante acontecimientos futuros o situaciones de incertidumbre. Es la
anticipación temerosa de un peligro inminente acompañada de un sentimiento de
miedo y descontrol intenso.

Sin embargo, la ansiedad no es del todo negativa, ya que en términos normales


cumple una función adaptativa, incluso, puede llevar a la persona al conocimiento
de su propio ser. Asimismo, puede ser patológica cuando las demandas externas
superan la capacidad de respuesta del individuo y, en tales condiciones, pierde su
rol de acomodación al medio para convertirse en un problema.

Al ser un trastorno tan común, varias de las teorías psicológicas se han


conjugado para darle respuesta. Una por excelencia es la Terapia Cognitivo
Conductual, que ha demostrado su efectividad en la reducción de los síntomas de
ansiedad, preocupación y tristeza.

En estas páginas, el lector podrá encontrar una guía clara y precisa de


cómo disipar la ansiedad y gobernar sobre sí mismo con el fin de incrementar su
calidad de vida. Este libro tiene la particularidad de estar inspirado en la vida del
autor, basado en las enseñanzas de la Torá y apoyado en la Psicología.

El rabino Gabriel Benayon comparte su experiencia y nos lleva a conocer
su vívida historia en relación con la ansiedad y los ataques de pánico. Asimismo,
conduce al lector a una reflexión personal acerca de la propia existencia y nos
aproxima a una forma asertiva de vivir la vida según las enseñanzas de la Torá.

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De mi ansiedad a tu felicidad

El autor relata que los primeros síntomas de ansiedad aparecieron a partir


de un suceso familiar inesperado. A raíz de ello, la forma de representar sus
circunstancias se distorsionaron, lo que provocó que emergieran pensamientos y
sentimientos negativos que afectaban su forma de ser y actuar. Esto lo movilizó
en su búsqueda personal y espiritual, y logró reinterpretar de forma positiva
su realidad a través de la modificación cognitiva, solapó las ideas obsesivas e
intrusivas y las reemplazó por pensamientos constructivos y proactivos. Para ello,
contó con el principal instrumento: la fe en Di-s.

El hecho de poder llevar a cabo su propia recuperación y trasmitirla


para convertirse en ayuda de otros es un ejemplo de resiliencia. Sin dudas, esta
situación lo fortaleció y lo llevó a transformar su dolor y sufrimiento en acción.
Todo lo bueno y lo malo que pasa en este mundo son pruebas, y Di-s solo nos
reta con situaciones que podemos superar. Estos desafíos son para despertarnos,
desarrollar nuestras potencialidades y cumplir la misión de vida.

El rabino, a través de su situación, consiguió una ventaja triple: ser


ayudado por Di-s, desarrollar sus recursos personales y convertirse en ayuda para
otros. Las personas resilientes, como el autor, aprenden a través de sus vivencias a
obtener un gran sentido de compromiso, comprensión y humildad. Además, tienen
una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y están más abiertos a
afrontar los cambios de la vida. A su vez, tienden a interpretar las experiencias
estresantes como una parte más de su existencia y plenitud.

Las personas con gran sensibilidad, compromiso y optimismo surgen


de la crisis, la derrota y el sufrimiento. Según Albert Einstein: “La crisis es la
mejor bendición que puede sucederle a las personas porque trae progresos. La
creatividad nace de la angustia. Quien supera la angustia, se supera a sí mismo.
Sin crisis, no hay desafíos; sin desafíos, la vida es una rutina; sin crisis, no hay
méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Hablar de crisis es
promoverla y callar en la crisis es exaltar el compromiso”.

La valentía del autor en promover y hablar de su crisis hace que personas


que transiten por situaciones similares se vean identificadas, reconozcan su
vulnerabilidad y tengan la voluntad para el cambio personal.

El libro, al mismo tiempo, proporciona herramientas claves para la


consecución del cambio; y para esto, es indispensable confiar en primera instancia
en Di-s, y luego, en nuestras propias capacidades.

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De mi ansiedad a tu felicidad

A saber, Di-s coloca continuamente pruebas para que cada uno de nosotros
demuestre que confía plenamente en Su plan y en que todo está diseñado para el
refinamiento individual. Venimos al mundo a superarnos, a realizar nuestra misión y a
agradecer por todo lo que tenemos. “Confía en Di-s, sé fuerte y envalentona tu corazón”.

A través de la confianza, podremos lograr la sanación personal. El objetivo


terapéutico para encontrarla, es fortalecer hábitos saludables y crear una nueva
filosofía de vida donde impere la búsqueda incansable de la verdadera felicidad,
que sin dudas, es espiritual. Solo a través del apego al Creador podremos obtener
satisfacción por nuestras acciones, así, la incertidumbre, la agonía o cualquier
síntoma de ansiedad se reducirán a su mínima expresión.

Antes de dominar el mundo, debes dominarte a ti mismo,


o sea, dominar tu naturaleza terrenal y los instintos
animales arraigados en ti. Lo logramos siguiendo las
enseñanzas Divinas delineadas en la Torá. Entonces,
incluso nosotros como individuos, podemos influir en el
mundo entero (Igrot Mélej, p. 32).

Lic. Sol Benchimol de Glasermann

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De mi ansiedad a tu felicidad

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De mi ansiedad a tu felicidad

Palabras del rabino Eli Levy


Director de Jabad.com y Beit Jabad Colegiales (Buenos Aires, Arg.)

Una de las principales contiendas de nuestra generación es la que tenemos


que dar contra los problemas de ansiedad, estrés y depresión que aquejan a más
de un tercio de la población de los países desarrollados.

Como editor responsable de la web de judaísmo más visitada en español,


recibo cientos de mails con consultas relacionadas con temas emocionales, entre
los que se incluyen los problemas de ansiedad y sus consecuencias.

Cuando una persona sufre de ansiedad o de fobias, toda su vida se trastoca;


sus relaciones interpersonales, laborales y afectivas se ven dañadas. Si esta
enfermedad no es tratada a tiempo, se va apropiando de la persona hasta llevarla
a la inacción total.

Gracias a Di-s existe la forma de solucionar el problema, sobre todo,


cuando podemos detectarlo a tiempo y trabajar para revertirlo.

Afortunadamente, a partir de hoy, podemos contar con un libro en habla hispana


que encare este tema tan delicado desde la perspectiva del judaísmo y que esté
avalado por la experiencia personal y profesional del autor.

El Rabino Gabriel Benayon comparte su experiencia de vida con nosotros


y nos brinda invaluables herramientas para superar esta dificultad y para ayudar a
quienes se encuentran en una situación similar.

Quizás, encuentren otros libros sobre el tema, pero ninguno de ellos


basado en la eterna sabiduría de nuestra Torá. Si bien el flagelo de los trastornos
de ansiedad es un problema relativamente moderno, el secreto de su cura está
oculto en la Torá desde hace miles de años.

Recomiendo este libro para cualquier persona que esté pasando por un
momento de angustia o depresión o para aquella que tenga a un ser querido en
una situación similar. Es sumamente útil para educadores, padres y maestros,
en especial, para jóvenes en edad adolescente, etapa en la que estos problemas
están más latentes.

Rabino Eli Levy

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De mi ansiedad a tu felicidad

Palabras del rabino Eliezer Shemtov


Director de Beit Jabad de Uruguay

“Uno no llega a entender cuestiones de la Torá hasta no tropezar con ellas


primero”, declararon nuestros sabios1.

En este libro, simple y profundo, el autor aborda un tema de gran


relevancia y complejidad. Cada vez hay más gente que sufre por aquello que
Winston Churchill denominó, también por experiencia personal, the Black Dog, el
perro negro.

La depresión y la ansiedad son dos venenos que paralizan a quien logran


invadir. Como el atentado contra las Torres Gemelas, jaquean el sistema intelectual
y el emocional y así atentan contra su dueño. A diferencia de aquella tragedia, el
enemigo no viene de afuera, viene de adentro; y es mucho más difícil protegerse
contra su efecto devastador.

Y ahí está el gran desafío. La persona que padece depresión no tiene la


fuerza suficiente para combatirla sola, y los que la rodean no tienen las herramientas
necesarias para entender qué es lo que está ocurriendo en la mente y el corazón
de su ser querido. Miran con impotencia cómo una persona, buena, inteligente y
capaz pasa días, semanas, meses y hasta años de su vida sufriendo por causas que
no pueden entender. ¿Cómo y por qué es que cada mañana al abrir los ojos ese ser
querido desea que no hubiera sucedido? No entienden por qué no sale a disfrutar
de la vida, afronta sus desafíos y aprovecha las oportunidades. No entienden. ¿Por
qué no se valora? No entienden.

El autor aborda los distintos aspectos del tema con valentía y con
solvencia. Habla sobre la base de sus experiencias personales. Realmente, conoce
el problema y comparte soluciones que funcionan. No pretende explicar por qué
es que la depresión afecta a quienes afecta; no es un psicólogo. Explica cómo
lidiar con ella. Da una perspectiva práctica del tema.
1- Guitin, 43a

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De mi ansiedad a tu felicidad

Recuerdo la siguiente anécdota:

Se trata de un hombre que no podía conciliar el sueño


porque creía que había gente escondiéndose debajo de
su cama, y eso le producía fobia. Cansado de su problema,
consultó con un psicólogo amigo quien le ofreció curarlo
en seis meses, a razón de dos sesiones semanales por un
costo de USD 100 la sesión.
Salió de la consulta. Lo pensó y no aceptó.
Al año, por casualidad, el hombre y el psicólogo se
encontraron y se pusieron a charlar.
―¿Qué pasó con aquella fobia? ―preguntó el
amigo psicólogo.
―Mira, hice la cuenta y vi que con lo que me costaría la
terapia podía hacer un viaje con mi esposa a China.
―Y… ¿cómo vas con la fobia? ―preguntó sorprendido
el terapeuta.
―El Rabino me la curó por tan solo USD 15 ―contestó
sonriendo el hombre.
―¿USD 15? ¿Cómo hizo?
―Muy fácil. Me mandó comprar un serrucho y con él
serruché las patas de la cama. Ahora, es imposible que
haya alguien debajo de la cama.

Este primer libro del Rabino Gabriel Benayon es un buen ejemplo de esta
tradición rabínica de buscar la solución práctica a los problemas. Comparte honesta
y generosamente sus experiencias personales y los “serruchos” confeccionados en
base a las enseñanzas del jasidismo.

Sin dudas, será una ayuda importante para los que sufren directa o
indirectamente de depresión y ansiedad. También, servirá de incentivo para explorar
más ampliamente las enseñanzas prácticas de nuestra sabiduría milenaria.

Ojalá motive a otros a que compartan sus experiencias de vida, ya sea
como una catarsis, ya sea como una herramienta de ayuda.

Iasher Koaj!
Eliezer Shemtov

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Esta obra no pretende diagnosticar ni pretende remplazar la
tarea del médico en el marco de la salud mental.
Tú has convertido mi duelo en danza, has desatado las cuerdas de mi
cilicio y me has ceñido de alegría. Por ello, mi alma cantará a ti, no
callará, Di-s mi Di-s, te alabaré por siempre.

Salmos 30:12-13
De mi ansiedad a tu felicidad

Introducción

El tema de la ansiedad es considerado en la actualidad como uno de


los temas de consulta más frecuentes y, según algunas estadísticas, afecta a
cerca del 40% de la población. Es por eso que, con el aumento de personas
que sufren de ansiedad, ha crecido sustancialmente la cantidad de libros que
intentan enseñarnos a lidiar con este padecimiento. Ante este fenómeno,
debemos preguntarnos si es verdad que esas obras ofrecen una solución práctica
y consistente o si solo nos inundan de información y estrategias que en última
instancia no conducen a una mejoría real.

Lo especial del libro que tienes en tus manos es que no se trata de una
obra teórica, sino de la transmisión de mi experiencia personal, acompañada de
más de diez años de investigación. Yo sé lo que significa sufrir de ansiedad; he
atravesado, quizá como tú, por los síntomas que la caracterizan: irritabilidad,
sudoración excesiva, nerviosismo, palpitaciones, migrañas, vértigo, y hasta los
agobiantes ataques de pánico. Además, a diferencia del enfoque que aporta la
psicología moderna sobre el tema, este libro está basado en la sabiduría jasídica.

La diferencia entre la perspectiva de la psicología moderna y la visión


de la Sagrada Torá ―tal como se ve expresada en la sabiduría jasídica― radica
fundamentalmente en que nosotros no creemos en accidentes o circunstancias,
sino que somos plenamente conscientes de que todo lo que nos ocurre está
orquestado por el Creador y hecho para nuestro bien. En este libro, descubrirás
cómo la ansiedad no es un enemigo maligno, sino una oportunidad de trascender
y de alcanzar una luz sublime que yace inmersa en las profundidades de tu ser.

La ansiedad es el resultado de una distorsión de la manera en cómo nos


vemos y entendemos las cosas. Para rectificarla, lo primero que debemos hacer es
modificar nuestro modo de pensar. Los sentimientos surgen del pensamiento, por
consiguiente, si te sientes mal, es porque estás pensando mal.

Los pensamientos son ideas que formamos en la mente y nos ayudan a
representar la realidad, darle sentido a las experiencias e interpretar los hechos.
Estas ideas pasan a ser creencias que se van consolidando a través del tiempo
e indican cómo nos percibimos a nosotros mismos, a los demás y a nuestro
entorno. Estas creencias se van construyendo a partir de las relaciones con los
demás (familia, amigos, compañeros de estudio, etc.), el trabajo, los eventos
significativos, crisis vitales y experiencias conmovedoras.

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De mi ansiedad a tu felicidad

El pensamiento tiene la particularidad de que se condiciona y fija a través


del lenguaje, por lo tanto, si utilizamos un lenguaje positivo como: “Di-s está
conmigo”, “Yo puedo”, “Soy capaz”, “Tengo gente que me quiere y apoya”, entre
otros, conseguiremos pensamientos positivos. Por el contario, si utilizamos un
lenguaje negativo: “No soy bueno”, “Soy incapaz”, “Tengo miedo”, “Algo me va
a pasar”…, produciremos pensamientos nocivos y perjudiciales.

Por lo general, cuando la gente conoce a alguien que sufre de ansiedad


o depresión desarrolla de forma inmediata un sentimiento de lástima hacia esa
persona. ¿Quién puede culparlos? Ver a alguien cabizbajo, con los ojos tristes y
el ánimo por el piso puede ser una causa relevante para generar lástima o, en el
mejor de los casos, compasión.

Otro motivo por el que se produce esta reacción es que los profesionales
han confirmado que el proceso para superar la ansiedad es largo y agotador, y
puede llegar a durar varios años o incluso toda la vida.

Como mencioné antes, yo sufrí de ansiedad. Sé exactamente cómo te


sientes y puedo decirte que, en realidad, al ser la ansiedad una distorsión de
nuestra percepción, cuando aprendas a corregir tus pensamientos, se desvanecerá
para siempre.

Cuando alguien comparte conmigo sus problemas de ansiedad, lo primero


que le informo es que tendremos reuniones cortas y que, en poco tiempo, con la
ayuda de Di-s logrará liberarse. De hecho, le advierto que lo más probable es que
no serán necesarios más que diez encuentros. Por esta razón, no me compadezco
de quienes tienen ansiedad ni tampoco me infunden sentimientos de pena,
porque existe un motivo mucho más profundo: sufrir ansiedad es un privilegio. Y
demostrártelo, es la intención primordial de este libro.

Basándome en mi experiencia de los últimos once años, en los que sirvo


como uno de los rabinos en la Comunidad Judía Beth-El en la ciudad de Panamá,
puedo confirmar que las estrategias que voy a compartir son eficaces y prácticas.

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De mi ansiedad a tu felicidad

La mayoría de las personas con quienes he conversado han conseguido


resultados muy positivos y han mejorado radicalmente su calidad de vida.

La razón principal por la que decidí escribir este libro es porque el número
de personas que padecen ansiedad crece cada día. Por este motivo, considero
que tengo la responsabilidad de compartir lo que he aprendido sobre el tema, en
especial, por haber sido testigo de la mejoría lograda por quienes lo aplicaron.
No solo encontrarán sosiego en esta obra aquellos que sufren de ansiedad, sino
también, quienes deben combatir el estrés diario. Aquí hallarán consejos muy
prácticos y sencillos para vivir una vida con total serenidad.

¡Imagínate lo maravilloso que sería una vida libre de estrés! Sentir una
tranquilidad constante y saber enfrentar con paciencia y en forma positiva los desafíos
diarios. Cuántos de nosotros gastamos enormes cantidades de dinero en profesionales,
medicamentos y terapias alternativas con la esperanza de encontrar la solución
a nuestra ansiedad. Sin embargo, todos esos métodos parten de la premisa de que
existen circunstancias negativas y que debemos aprender a lidiar con ellas.

La idea original y novedosa de este libro es que, en verdad, no existen


circunstancias. Nosotros debemos comprender que todo lo que nos ocurre es parte
de un Plan Divino que está concebido hasta en sus más mínimos detalles. Esto
significa que no podemos pasarnos la vida haciendo a los demás responsables de
nuestro comportamiento. Cuando entendemos con propiedad que el Creador sabe
con exactitud qué podemos lograr y cuáles desafíos tenemos que enfrentar para
sacar a relucir nuestro potencial, entonces, vemos la vida como una oportunidad
de trascender y de superarnos. En lugar de considerarnos víctimas de las
circunstancias externas, conseguimos el poder necesario para asumir el control de
nuestras vidas.

Este libro te demostrará que la ansiedad en sí misma no es una maldición,


sino todo lo contrario, una es bendición disfrazada.

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De mi ansiedad a tu felicidad

Quisiera compartir contigo una respuesta dada por el Rebe de Lubavitch a


una persona que se quejaba de los sufrimientos del Pueblo Judío:

Pensemos en un individuo que creció en la selva y nunca


vivió en la civilización, ¿cómo reaccionaría si lo llevaran
a un quirófano y presenciara una cirugía? Con toda
seguridad, al ver a un hombre enmascarado cortando
a otro creería que se trata de un crimen. Se quejaría
manifiestamente y trataría de llamar a la policía para
denunciar esta atrocidad. Si intentaran explicarle que
en realidad se trata de una persona buena y que el
otro le pagó una cuantiosa suma de dinero para que lo
“corte”, no podría entenderlo.
De la misma forma, nosotros nos quejamos de Di-s
y criticamos Su comportamiento. Pero debemos
recordar que somos similares a ese hombre que
viene de la selva: No podemos esperar comprender a
nuestro Creador, y tampoco podemos asumir que lo
que no entendemos es malo.

Lo mismo que el Rebe describe en su respuesta sucede con la ansiedad. El


hecho de no entender cuál es su propósito, nos lleva a concluir apresuradamente
que se trata de un problema. A partir de la lectura de este libro, descubrirás que
ese problema podría ser lo mejor que te ha pasado. Verás que se trata de una
oportunidad para superarte, crecer y trascender todos tus límites.

Quisiera comenzar por explicarte cómo funciona la ansiedad. Cuando una


persona hace ejercicio, sus músculos se tonifican y ella se hace más fuerte cada
vez. Lo mismo ocurre con la ansiedad. Los pensamientos negativos que estás
percibiendo se fortalecen cuando te quedas aferrado a ellos. Cuanto más atención

26
De mi ansiedad a tu felicidad

les prestes y más validez les concedas, más se intensificarán. La ansiedad no es un


monstruo que amenaza con destruir tu vida, es solo el resultado de tu negligencia.

Se cuenta que uno de los discípulos del Maguid


(predicador) de Mezritch le preguntó a su maestro
cómo podía liberarse de los malos pensamientos que
lo atormentaban. El Maguid le envió a la casa de uno
de sus seguidores, el Rabí Zeev de Zhitomir. Cuando el
alumno llegó a su destino, comenzó a golpear la puerta,
pero nadie le abrió. Luego de varios minutos, comenzó
a golpear más fuerte, pero fue en vano, no obtuvo
respuesta. Así pasaron las horas hasta la entrada de la
madrugada. Finalmente, la puerta se abrió, y el alumno
entró a la casa de Rabí Zeev tiritando de frío. Pasaron
juntos varios días y el alumno aún no comprendía cuál
había sido la intención del Maguid al enviarlo allí. Antes
de partir, le confesó al rabino el propósito de su visita
diciéndole, “En realidad, ignoro por qué el Maguid me
envió hacia ti”. Rabí Zeev retrucó “¡Él te envió para que
aprendas que el hombre manda en su hogar, y a quien
no quiere, él no tiene que dejar entrar!".

La moraleja es clara, la ansiedad es el resultado de la falta de gobierno


en nuestro hogar, en nuestra mente y nuestro corazón (que son el hogar de los
pensamientos y sentimientos más íntimos). Por eso, tienes que recordar que así
como la ansiedad surgió porque le diste cabida a malos pensamientos, ella se
desvanecerá cuando los ignores y no les prestes más atención.

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De mi ansiedad a tu felicidad

En la sección de la Torá de Vayetzé, leemos cómo Yaacov abandona la


casa de sus padres escapando de Esav.

La Torá relata que, en su camino a Jarán, Yaacov pasa


la noche en el Monte Moriáh. Allí él decide recostarse
a dormir y tiene una visión profética en la cual Di-s se
revela a él y le asegura que no lo abandonará, que lo
protegerá y lo bendecirá.
Al despertar y darse cuenta de que ese lugar era sagrado,
Yaacov erige un altar como muestra de su gratitud y
luego parte hacia Jarán.
Sin embargo, el versículo que describe el momento de su
partida, dice: “Y levantó Yaacov sus piernas, y se dirigió
hacia la tierra del Este”.
Cada palabra que la Torá utiliza es exacta, ¿por qué el
versículo dice “Y levanto Yaacov sus piernas”, en vez de
decir simplemente, “Yaacov se levantó y se dirigió…”?
El comentarista principal de la Torá, Rashí, explica que
cuando Yaacov recibió la excelente noticia que Di-s
estaba con él y lo protegería, sintió en lo profundo de su
corazón una inmensa alegría y se colmó de tanta energía
que pudo levantar sus pies del suelo con motivación.

Mi deseo es que cada página de este libro, sea para ti una gran noticia
de esperanza, inspiración y energía. Y así, puedas levantar tus piernas hacia una
vida donde la ansiedad no corrompa tus dones y cualidades, sino los catapulte y
desarrolle de la mejor manera posible.

La respuesta a todas las dolencias que existen se encuentra en nuestra


sagrada Torá. Sin importar todo lo que te han dicho acerca de la distorsión que
enfrentas, debes saber que la única solución está en la Sabiduría Divina. La
frescura de sus enseñanzas inundará tu corazón de fuerza positiva, sentirás cómo
la pesadez se desvanece y resurgirás con renovado vigor.

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De mi ansiedad a tu felicidad

Le ruego al Santo Bendito Sea que este libro satisfaga la sed de tu alma
y te ayude a remover todo rastro de ansiedad o depresión para encaminarte hacia
una vida libre de estrés y plena de sentido.

Nota del autor

Dos comentarios, antes de empezar.

A fin de preservar la identidad de las personas cuyos ejemplos de vida tomo, los
nombres utilizados en este libro son ficticios.

Al finalizar cada capítulo, encontrarán una carta del Rebe de Lubavitch.

Gabriel Benayon

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Capítulo 1

Mi historia
De mi ansiedad a tu felicidad

La idea de compartir mi experiencia sobre este difícil proceso pretende,


principalmente, crear un nexo y un sincero acercamiento a todas las personas que
atraviesan situaciones similares, y así infundirles el valor para superar estos trances.

Te contaré mi historia personal respecto de la ansiedad para que sepas que


no estás solo y que hay muchas personas pasando por lo mismo. El proceso por el
que atraviesas, yo también lo sufrí.

Nuestros Maestros nos enseñan: “No existe hombre más sabio que aquel
que ha enfrentado un desafío”. Esto significa que, a pesar de que podemos adquirir
gran sabiduría estudiando y leyendo libros, el conocimiento que alcanzamos
cuando superamos una prueba en la vida es infinitamente superior.

En el 2000, estaba estudiando en una yeshivá en la ciudad de Tzfat, Israel.


Mi intención era aplicar al año siguiente para obtener una beca en una renombrada
yeshivá en Morristown, Nueva Jersey. No era una tarea fácil, tanto en términos
económicos como académicos, pero obtuve muy buenas recomendaciones de los
rabinos de Israel y logré ser admitido.

Estaba desbordante de alegría, todos a mi alrededor podían percibirlo.


Había sido admitido en una de las mejores instituciones destinadas a desarrollar
mi potencial como guía comunitario, y ese era uno de los deseos más íntimos
que tenía.

El ciclo de estudios se iniciaba al culminar la festividad de Sucot a finales


de octubre, sin embargo, por ciertas circunstancias, no logré llegar a tiempo.

Era septiembre del 2000, antes de las Altas Festividades,


yo estaba visitando a mi familia en Montevideo. Un
día, aún recuerdo con mucha claridad lo que sucedió,
mi hermana llegó muy agitada y nos dijo que le había
aparecido una protuberancia en el cuello. De inmediato,
nos dimos cuenta de que era posible que pudiera
tratarse de un tumor. Se hacía necesaria con urgencia
una entrevista con un profesional. Una vez que visitamos
al médico, él confirmó nuestras sospechas e indicó una
intervención quirúrgica. Se iniciaron los preparativos
para la cirugía con suma rapidez.

33
De mi ansiedad a tu felicidad

Como es de esperar, los días que antecedieron a la cirugía de mi hermana


Sabrina, quien en ese entonces tenía apenas diecisiete años, fueron muy
angustiantes para toda la familia, pero por fin, seis semanas después, llegó el día.
Mi hermana fue operada y gracias a Di-s la cirugía fue un éxito, sin embargo,
esa experiencia fue la que abrió las puertas para que aparecieran los primeros
síntomas de ansiedad en mi vida.

Desde el momento que me enteré de la situación de mi hermana hasta el


día de la cirugía, mi preocupación fue incesante y en aumento.

La operación tendría lugar dos semanas después de las Altas Festividades,


es decir, unos quince días después del inicio de los estudios en la yeshivá.
Estaba confundido, no sabía qué hacer. Por un lado, sentía la responsabilidad
de quedarme y apoyar a mi familia, en especial, a mi hermana; por el otro,
tenía frente a mí una oportunidad increíble y sabía que lo ideal era empezar los
estudios en la fecha establecida.

Invadido por estas dudas, decidí consultar con una autoridad rabínica,
pero esto no fue de gran ayuda. El rabino me dijo que él no podía elegir por mí,
que debía tomar mi propia decisión.

Me decía a mí mismo: “Debo estar presente”, “No puedo irme como


alguien insensible y darle la espalda a mi familia”.

A su vez, veía cómo mi hermano, quien también había planeando su viaje


a una yeshivá en Israel, fue mucho más decidido que yo. Él pensó con frialdad y
concluyó que lo ideal sería iniciar sus estudios a tiempo, pero nos aseguró que el
día de la cirugía viajaría al Muro de los Lamentos para rezar por ella.

Yo no tuve esa visión y opté por quedarme y aplazar el comienzo de mis
estudios. Hoy reconozco que el verdadero motivo por el cual decidí quedarme no
fue solo para acompañar a mi familia, sino porque sabía que si la operación no
hubiese sido exitosa, no me lo habría perdonado.

Finalmente, partí a la yeshivá en Nueva Jersey con casi tres semanas de


retraso. Desde el comienzo, me resultó una experiencia difícil. El hecho de haber
llegado tarde me puso en una situación complicada. Por un lado, tenía que adelantar
en las lecciones de Guemará; mientras que, por el otro, debía acostumbrarme a las
clases en idish. Y como si esto fuera poco, al pasar los días todo se complicó
aún más.

34
De mi ansiedad a tu felicidad

Era un jueves por la noche, recuerdo que me desperté


muy agitado. Había tenido una terrible pesadilla en la
que veía la tristeza de mis padres ante la desafortunada
noticia de que mi hermana ya no estaba con nosotros
(Di-s libre). En el sueño, esta escena se veía muy real.
Bajé de la cama. Al principio me encontraba intranquilo,
pero luego entendí que se trataba de un mal sueño y
decidí volver a acostarme.

Tan pronto logré conciliar el sueño, esa terrible imagen resurgió en mi


mente; lo mismo ocurrió durante aquella noche tres veces más: despertaba y,
cuando volvía a quedarme dormido, la misma escena regresaba para atormentarme.

A la mañana siguiente, apenas me desperté, corrí a llamar a mis padres


a Montevideo para preguntarles por la salud de mi hermana Sabrina. Mi papá
contestó el teléfono y al percibir mi preocupación me preguntó si yo estaba bien.
Le respondí que sí, que deseaba saber cómo se sentía ella. Mi padre respondió
que gracias a Di-s estaba muy bien. Sin embargo, aún después de escuchar esto,
me sentía ansioso y necesitaba cerciorarme por mí mismo, así que le pedí que la
pusiera en la línea.

Al tomar la llamada, ella se sorprendió mucho. Se me escuchaba muy


preocupado, y ella no lograba entender por qué. La agobiaba con una infinidad de
preguntas sobre su estado de salud. Ella insistía en que todo estaba bien y que no
había nada de qué preocuparse, pero mis temores persistían.

Cuando colgué el teléfono, me di cuenta de que algo andaba mal conmigo,
no era el mismo de siempre. Me sentía muy angustiado sin ninguna razón
aparente. Mis padres y mi propia hermana me habían asegurado de que todo
estaba marchando en forma excelente, pero pese a sus comentarios mis miedos
eran cada vez más intensos. Solo con recordar la terrible pesadilla de la noche
anterior, me deshacía en llanto.

A partir de ese día, conciliar el sueño durante las noches fue una misión
imposible. Mis compañeros no comprendían qué me estaba ocurriendo. Me
sentía muy mal. De repente, comencé a sufrir mareos muy intensos, sentía que en
cualquier momento me podía desmayar y no sabía qué hacer para calmarme.

35
De mi ansiedad a tu felicidad

Todo a mi alrededor parecía muy extraño, como si estuviera viendo una


película proyectada frente a mis ojos, pero de la que no formaba parte. Recuerdo
ese sentimiento de vacío que sentía en el alma y la mente, como si estuvieran en
blanco. Sufría cambios bruscos en la temperatura corporal, sudoración extrema
y falta de apetito. Incluso, los más exquisitos manjares me resultaban insípidos,
como si mi paladar se encontrara aletargado.

Era evidente que algo no estaba bien conmigo. Jamás me había sentido
de esa forma, así que con mucha tristeza decidí que debía regresar a casa y
conseguir ayuda profesional.

Antes de mi regreso, opté por visitar a un médico para ver si me podía


decir qué me estaba pasando y cómo debía proceder. Recuerdo que me recomendó
ir a un psiquiatra. Consciente de lo terrible que me sentía, acepté su indicación.

El psiquiatra que me atendió se dio cuenta de lo mal que estaba y me


recetó un medicamento que ―en su opinión― podría disminuir los síntomas para
que mi viaje a Montevideo fuera más llevadero.

A pesar del objetivo de la medicación, ese viaje fue una de las experiencias
más desafiantes que he vivido. Las pastillas hacían que me sintiera desorientado
y aturdido, pero no combatían los síntomas.

Llegué a casa y recibí todo el apoyo de mis queridos padres, y por


supuesto fijamos de inmediato una cita con una psiquiatra que nos recomendó
un amigo de la familia.

Cuando llegó el día, acudí a la cita. Me sentía optimista. El apoyo de mis


padres y amigos me proporcionaba mucha tranquilidad y confianza. La doctora
conversó conmigo durante largo rato; por último, me diagnosticó un trastorno de
ansiedad y me recetó una serie de medicamentos.

Aún recuerdo ese día vívidamente: al salir del consultorio, mi papá me


pidió que le alcanzara la receta médica, apenas se la entregué él la arrugó y la
lanzó con fuerza a un cesto de basura, y me dijo con determinación:

―Gabriel, ¡tú no vas a tomar absolutamente nada! La curación que


necesitas debe venir de ti mismo.

Al principio la decisión de mi padre fue muy dura para mí, era como si él
me estuviera exigiendo que levantara una carga más pesada de la que yo podía
resistir. Sin embargo, la intensidad de sus palabras y su fe en mi capacidad de
superarme me llenaron de esperanza y convicción.

36
De mi ansiedad a tu felicidad

Mirando en retrospectiva, puedo reconocer que su actitud me obligó a


que me esforzara y a que tuviera el temple necesario para vencer mi ansiedad.
Además, me doy cuenta de que para mí las medicinas hubieran sido la excusa
perfecta. Hubiese sido más simple rotularme de “enfermo” y considerarme la
víctima de las circunstancias que tomar la resolución de luchar con todas mis
fuerzas para combatir ese padecimiento.

Al día siguiente de mi cita con la psiquiatra, una persona cercana a la


familia les sugirió a mis padres que me hiciera un análisis de la glándula tiroides,
pues en algunas ocasiones el mal funcionamiento de esa glándula puede originar
estrés y ansiedad. Aceptamos su consejo y fuimos a consultar a un endocrinólogo.

La doctora, una especialista, me realizó un ultrasonido y determinó que mi


tiroides no estaba funcionando en forma correcta. Entonces, empecé a tomar las
medicinas correspondientes. En los días posteriores, concluimos que la tiroides
era la raíz de mis malestares y la ansiedad fue desapareciendo paulatinamente.

¿Fue solo el mal funcionamiento de la tiroides lo que había producido esos


síntomas? ¿Sería posible que la medicación que me habían recetado fuera la cura
de mi enfermedad?

Al principio pensé que era así, pero luego de consultar con una serie de
profesionales descubrí que, aunque mis exámenes de la tiroides mostraban una
pequeña anomalía, no era racional asumir que solo eso fuera la causa de mi ansiedad.

Al fin, comprendí lo que había ocurrido: como supuse que solo se trataba
de un problema con la tiroides y seguí el tratamiento indicado, empecé a ignorar
la ansiedad y rechazar los pensamientos que la fortalecían. Así, ella se fue
debilitando hasta desaparecer totalmente.

Esta actitud que yo adopté es lo que la filosofía jasídica denomina


Eisej HaDáat, literalmente ‘Remover la atención’. Esta es considerada la práctica
ideal para librarse de los miedos asociados con la ansiedad.

La sabiduría jasídica enseña que los sentimientos nacen


del pensamiento. La atención que les ponemos produce
sentimientos más intensos y los fortalece. Por consiguiente, al
remover nuestra atención ‒Eisej haDáat‒, cortamos el cordón
umbilical que los alimenta y drenamos su vitalidad hasta lograr
que se debiliten y desaparezcan por completo.

37
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 1

Objetivo: Ocupar la mente en un pasatiempo para cambiar los pensamientos


negativos y reemplazarlos por pensamientos productivos y positivos.

Actividad: Busca alguna actividad que siempre hayas querido hacer, como por
ejemplo, aprender a tocar un instrumento, aprender a cantar, hacer un curso de
fotografía, estudiar un idioma. Encárala con entusiasmo. Lleva un registro de las
sensaciones que esta nueva ocupación te produce.

39
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 1
“El valor del vacío”

Una aguja hipodérmica saca sangre con el propósito


de llevar a cabo el diagnóstico y el tratamiento. No
obstante, no es la aguja lo que saca la sangre de las
venas, es el vacío mismo de la jeringa.
Una de las lecciones que hay detrás de esto es que el
valor de un vacío puede ser extremadamente relevante
para la persona que se considere a sí misma “vacía o
indigna” para tener éxito en el servicio Divino.
Un recipiente vacío puede absorber con mayor
intensidad que uno lleno. Del mismo modo, la persona
que está al corriente de sus propias deficiencias puede
ser motivada con más firmeza a estudiar y hacer las
correcciones positivas que sean necesarias. De manera
similar, cuando nos encontramos en una situación en
la que existe alguna especie de ausencia o pérdida,
no es necesario sentirnos abatidos, más bien debemos
aprovechar el vacío mismo como ímpetu para alcanzar
un logro aún mayor.

Adaptado de una alocución del Rebe de Lubavitch. Simjat Tora 5738.


Libro Saludable en cuerpo, mente y espíritu, Vol. III, Carta 27.

41
Capítulo 2

Un gigante con pies de barro


De mi ansiedad a tu felicidad

¡Ver para creer! Las personas estamos acostumbradas a determinar la


realidad de las cosas según su apariencia. Si nos dicen que las apariencias engañan,
asumimos que somos la excepción, que nosotros tenemos el don de ver con mayor
profundidad y que, si lo vemos así, con seguridad, tiene que ser real.

La ansiedad es una distorsión sobre uno mismo, los demás, el mundo y el


futuro. Eso significa que los hechos se interpretan de forma irracional, se le dan
a los acontecimientos más importancia que la que tienen y se exagera el impacto
que causan en nosotros. Esto hace que las creencias nos lleven a desadaptarnos y
que nuestro juicio crítico se vea afectado.

Las distorsiones ocurren por aprendizajes de experiencias pasadas. Cuando


somos pequeños, construimos esquemas o formas de cómo funciona el mundo
basándonos en nuestras vivencias, entonces, la manera de relacionarnos con los
hechos nos da la pauta de cómo los evaluamos.

La ansiedad es una distorsión de la realidad. Lo que significa que cambia la
realidad, la exagera, a tal punto que deja de ser la misma que habíamos percibido
originariamente. Cuando entendemos esto, dejamos de creer en lo que vemos.

¡Sí! Tu ansiedad se presenta como un gigante indestructible y te hace


sentir impotente. Frente a tus ojos se desarrolla una batalla épica, el gran gigante
Goliat contra el indefenso pastor. Pero así como en la historia bíblica David venció
a Goliat, de la misma manera, el pequeño David que tienes dentro, esa chispa
Divina que palpita en lo más profundo de tu ser, está capacitado para vencer al
Goliat que tú enfrentas.

Lo primero que debes hacer es desterrar de tu mente y corazón la existencia


de ese gigante. Tienes que reconocer que lo que estás percibiendo en tu intelecto,
que luego desencadenará y originará sentimientos negativos, no es real.

La ansiedad se desarrolla progresivamente y empeora en forma gradual.
Al principio, los pensamientos negativos producen sentimientos negativos; luego,
esos sentimientos se retroalimentan de los pensamientos y, como consecuencia,
nuestra mente produce ideas más aterradoras. Así es cómo la ansiedad va
incrementándose poco a poco.

45
De mi ansiedad a tu felicidad

A medida que la ansiedad crece y se convierte en un Goliat aparentemente


“indestructible”, la persona se siente disminuida, pequeña e insignificante. Es
cuestión de perspectiva: Frente a ese tremendo gigante que me acecha, soy
muy pequeño.

La ansiedad lleva a dejar de creer en uno mismo y en el


supremo potencial que se posee. Ella drena la integridad
que se requiere para vencerla.

Para ilustrar este concepto, quiero contarte una anécdota que le escuché a
un amigo. Ocurrió con uno de los emisarios del Rebe de Lubavitch:

Debido a su shlijut (servicio comunitario), había


contraído enormes deudas financieras y no estaba en
condiciones de saldarlas, hasta que llegó un día en que
tuvo que enfrentar la situación y fue citado por aquellos
que le habían prestado el dinero para que les pague
la deuda. El rabino estaba nervioso, no sabía cómo
conseguir esa cantidad de dinero.
Al llegar a la oficina, se sentó en la sala de espera.
Estaba muy preocupado. Cerró con fuerza los ojos
y pronunció en su corazón una leve pero poderosa
plegaria: “Señor del Universo, todas las transacciones
que realicé fueron con el fin de promover el judaísmo y
de santificar Tu Sagrado Nombre. Te ruego me ilumines
para que tenga éxito y para que todo se solucione de la
mejor manera posible”.
Con el corazón apesadumbrado abrió los ojos y, en ese
instante, como si Di-s mismo lo acabara de escribir, vio un
cartel pegado en la pared que decía: “Don´t tell your G-d
how big are your problems, tell your problems how big
is your G-d” [No le digas a tu Di-s cuán grandes son tus
problemas, diles a tus problemas cuán grande es tu Di-s].
De inmediato, sintió una fuerza indescriptible y entendió
cómo todos esos problemas eran insignificantes frente
a un Di-s tan grande. Comprendió que aún el gigante
más extraordinario es infinitamente pequeño ante la
grandeza infinita del Creador.

46
De mi ansiedad a tu felicidad

Este es el primer paso: traer a Di-s hacia ti, ser consciente plenamente de
Su Existencia y de Su protección, y así, como por arte de magia, el gigante se
convertirá en un enano.

Sin embargo, aquí no termina nuestra labor, ahora que hemos logrado
que el gigante disminuya su tamaño, es necesario reunir toda nuestra fuerza de
voluntad con el objetivo de vencerlo.

Me encantaría compartir contigo una historia más. Esta es diferente, más


que demostrarnos cómo reducir al gigante Goliat que nos enfrenta, nos muestra al
gigante David, el verdadero gigante. El temple del alma y una férrea convicción. El
hecho de que cuando revelamos nuestro verdadero ser, nada puede interponerse con
nuestro objetivo; como dicen los Sabios, “Nada se interpone frente a la voluntad”.

Sucedió en la mañana del 18 de julio de 1994. Muchos de


nosotros recordamos con tristeza la terrible tragedia que
ocurrió ese día. En la Argentina, un grupo de terroristas
había colocado explosivos en la Asociación Mutual
Israelita Argentina (AMIA).
Mi padre, que aún ignoraba lo que había sucedido, se
dirigió como de costumbre a su pequeño local. Después
de abrir la tienda y a falta de clientes madrugadores,
encendió el televisor para escuchar las noticias.
Fue en ese instante que se enteró del atentado. Mi padre,
perplejo ante las imágenes y con una sensación de duelo,
amargura, tristeza e impotencia, decidió que algo debía
hacer. ¿Pero qué podía hacer él desde Uruguay si el
atentado había sido en el país vecino?
Durante la tanda comercial, se anunció que esa misma
noche se disputaría uno de los partidos más importantes
del Torneo de Baloncesto Uruguayo. La contienda sería
entre el equipo de la comunidad judía, Hebraica, y el
equipo de Cordón.
Mi padre quedó anonadado. “¡Esto es una locura!”, exclamó.
“¡Aquí tiene que haber un error! Es imposible e inaudito
que después de una tragedia tan terrible, instituciones
judías, como Hebraica y Macabi, se presten a disputar un
encuentro deportivo”.
47
De mi ansiedad a tu felicidad

De inmediato, estableció contacto telefónico con el


presidente de la Asociación Macabi para manifestarle su
desconcierto, sin embargo, este le respondió que, aunque
estaba totalmente de acuerdo, no tenía la autoridad
necesaria para cambiar la fecha del partido.
Ante su respuesta, mi padre revolvió cielo y tierra para
conseguir el teléfono del presidente de la Federación
Uruguaya de Baloncesto. Durante la conversación que
sostuvieron, le planteó que, ante lo sucedido, la comunidad
judía mundial se encontraban de duelo y que, como Macabi
es una institución judía, el partido debía ser suspendido en
honor a las víctimas del atentado.
El presidente le contestó que, si bien entendía su punto,
le era imposible suspender el encuentro. Finalizando la
conversación le dijo: “Si usted considera que el juego
debe ser suspendido, ¡vaya al estadio unos minutos
antes que comience el partido, reúna a los jugadores y
presénteles su disconformidad!”.
Cuando colgó la llamada, mi padre se quedó pensando
en la irónica y desafiante respuesta del presidente de la
Federación y, de pronto, comprendió que esa era la solución.
Él no se iba a quedar tranquilo en que hasta allí había hecho
todo lo posible. Las vidas de esos judíos merecían mucho
más de su parte. Se quedó reflexionando en silencio y se dio
cuenta de que la solución estaba en sus manos.
Sin titubear, se dirigió con paso determinado hacia la
puerta. Mi madre le preguntó asombrada: ¿A dónde vas
a estas horas de la noche?, él le contestó “¡Voy al estadio a
suspender el partido!”.
Las cuatro calles que separaban mi casa del estadio fueron
como los tres pasos que un nadador da en el trampolín
antes de saltar al agua. Ese impulso fue de tal magnitud
que ni siquiera los encargados de pedir los tickets de
entrada lograron detenerlo. Cuando le pidieron que les
mostrara su pase al juego, él simplemente les dijo: “No
vengo a ver el juego... ¡vengo a suspenderlo!”.

48
De mi ansiedad a tu felicidad

Así fue como mi padre llegó a la cancha, donde los jugadores se preparaban
para empezar el juego.

¿Me creerías si te digo que de pronto se encontró en un estadio colmado


de fanáticos hablándoles a los jugadores y explicándoles que no era correcto
realizar el partido? Como dicen nuestros sabios, “Palabras que salen del corazón,
entran al corazón”.

Después de conversar con ellos durante un tiempo, todos los jugadores


decidieron que, por respeto a las víctimas, el partido no debía realizarse. El público
no entendía lo que estaba pasando, pero imaginaron que aquel señor con barba y
gorrita tenía algo que ver.

Esta anécdota es muy valiosa para mí, no solo porque le ocurrió a mi


padre, sino porque demuestra la tenacidad del alma, el poder de la convicción y el
alcance de la voluntad.

49
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 2

Objetivo: Aumentar la autoestima personal.


Actividades: Es importante que recobres la fe en ti mismo. Que te tengas confianza
y que valores tus posibilidades. Ayudar a los otros es el principio del camino. Por
eso, te propongo:

a) Acompaña a personas enfermas.


b) Visita un asilo de ancianos.
c) Encuentra a alguien que necesite de ti y sólo pregúntale cómo puedes ayudarlo.

Anota tus percepciones y registra tus sensaciones internas luego de realizar


la tarea.

51
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 2
“Di-s esta conmigo, ¡no temeré!”

Después de una pausa en la que no he recibido más


correspondencias suyas, me satisfizo recibir su carta
del 8 de Kislev en la cual usted escribe sobre la mejoría
de su salud.
Coincido con el dictamen del profesor que declaró
que su problema proviene de la angustia y la aflicción
(agmat nefesh). Para ser más exactos, deriva en cierto
grado de la debilidad de su confianza en Di-s (Bitajon).
Quien no solo crea el mundo, sino que lo conduce y
extiende Su providencia a todos y cada uno de los
detalles de la vida de un judío.
Cuando reflexione profundamente sobre esto, es seguro
que se convencerá de lo siguiente: “Di-s está conmigo,
¡no temeré! ¿Qué puede hacerme el hombre?”.
Tanto es así, que al hallarse en una situación precaria
el Rey David dijo: “No temeré a ningún mal, porque
Tú estás conmigo”. Por causa de este grado de Bitajon,
David pudo sobreponerse a toda clase de adversidades.

Adaptado de una alocución del Rebe de Lubavitch.


Libro Saludable en cuerpo, mente y espíritu, Vol. III, Carta 43.

53
Capítulo 3

El motor de la ansiedad
De mi ansiedad a tu felicidad

En los capítulos anteriores, hemos discutido cómo debe ser nuestra actitud
frente a la ansiedad y cuál es el enfoque correcto que debemos utilizar para
vencerla. Sin embargo, ahora tenemos que entender cuál es su motor y dónde se
originan los diversos síntomas que la caracterizan.

En primer lugar, debemos reconocer que la ansiedad no es intrínsecamente


negativa. En realidad, cada experiencia de nuestra vida posee un cierto nivel
de ansiedad. Algunas situaciones generan un nivel bajo, y otras producen una
ansiedad elevada. Pero no siempre es destructiva. De hecho, quiero demostrar
cómo, en ciertas ocasiones, faculta al individuo a descubrir un inmenso potencial
que yace en lo más profundo de su ser.

Sucedió cuando yo tenía siete años. Mi hermano y yo


nos encontrábamos un domingo a la tarde en el parque
jugando fútbol con nuestro grupo de amigos. Yo siempre
fui aficionado a ese deporte y mi posición preferida era
la de portero. Ese día, mientras protegía la portería,
me surgió un pensamiento: “Al próximo jugador que
se acerque al arco, le voy a cometer una falta para que
cobre un “penal” y así demostraré mi destreza como
portero”. Lamentablemente, las cosas no se dieron como
yo esperaba. El jugador que venía con la pelota era mi
hermano menor, yo me acerqué lo más que pude y, tal
como lo había planeado en mi mente, le infringí una
falta. Todo ocurrió con mucha velocidad, y yo no me
percaté de la gravedad de mis actos.
Hasta el día de hoy, resuena en mis tímpanos el
grito desgarrador de mi hermano cuando vio su
brazo izquierdo pendiendo de la piel y su cúbito
fragmentado en dos partes. Aquella imagen continúa
indeleble en mi memoria.
Ese parque estaba ubicado a dos calles de la casa de
mis tíos, donde mis padres estaban pasando el rato.
Recuerdo que sin titubear, alcé a mi hermano y lo llevé
en brazos hasta ahí. Recorrí esas dos calles como si
fueran tres pasos. Al llegar, mi hermano fue trasladado
de urgencias al centro de salud más cercano y luego de
varias operaciones lograron reacomodarle el brazo.
Una vez que regresó a casa sano y salvo, todos
empezaron a cuestionar los hechos: “¿Cómo es posible
que Gabriel, un niño de tan solo siete años de edad,
haya logrado cargar a su hermano de seis años por
dos calles con tal facilidad?”. En ese mismo momento,
mi hermana de tan solo cinco años, asombrada con mi
heroica muestra de coraje y fortaleza, me pidió que la
alzara, más no logré hacerlo.

57
De mi ansiedad a tu felicidad

Cuando tuve oportunidad de reflexionar acerca de lo sucedido, entendí que


en el instante en que una persona se enfrenta a un desafío, surgen de su interior
fuerzas que ella misma ignoraba tener.

Considero que es fundamental distinguir entre dos categorías de ansiedad.


Una es la “ansiedad natural”; la otra es la “ansiedad infundada”.

La ansiedad natural es la respuesta normal y espontánea frente a los


estímulos que se presentan. Si una persona está escapando de un león, entonces,
su ansiedad natural se encarga de acelerar su ritmo cardíaco, lo que le faculta
correr más rápido; además, provoca que se agudicen sus sentidos que son los
que facilitan la huida. La ansiedad infundada, como su nombre lo indica, es
injustificada. Sería como el caso de aquel que imagina que lo está persiguiendo
un león y su organismo reacciona en correspondencia. Ese individuo comienza a
generar palpitaciones, sus sentidos se agudizan, pero la gran diferencia es que el
león no existe. Por lo tanto, el grado de ansiedad nunca disminuye. En esos casos,
la persona que padece de ansiedad infundada no reconoce que el león es ficticio y
que su interpretación de la realidad está distorsionada.

La ansiedad natural es efectiva y nos permite responder mejor


a las circunstancias. Sin embargo, la ansiedad infundada nos
ocasiona parálisis e inestabilidad emocional.

Pero ¿qué es lo que permite que surja la ansiedad infundada? Muy


probablemente se trata de la validez que le atribuimos a nuestros pensamientos
negativos. Cuando un mal pensamiento aparece en nuestra mente, somos nosotros
quienes decidimos su veracidad y objetividad.

Lo positivo de la ansiedad natural radica en que es realista. El problema


de la ansiedad infundada es precisamente que la realidad no justifica que estemos
ansiosos y, por consiguiente, los cambios que se producen en nuestro organismo
son en vano. La aceptación de esos pensamientos y nuestro convencimiento de que
representan una amenaza real son la causa de que la ansiedad crezca sin moderación
y deje de ser una respuesta ocasional para convertirse en un estado constante.

58
De mi ansiedad a tu felicidad

En la sabiduría jasídica, se menciona el concepto de Dáat. Se ha traducido


al español como ‘comprensión’. Sin embargo, esta facultad intelectual representa la
aptitud de fusionar nuestro intelecto con una idea específica y de unirnos íntimamente
con ese concepto, a tal grado que se producen sentimientos correspondientes.

En otras palabras, cuando meditamos con profundidad en una idea y


nos vinculamos a ella con todo nuestro ser fijando toda nuestra atención en ese
concepto, es inevitable que emerjan sentimientos acordes a la naturaleza de la
idea en cuestión. Si se trata de una idea acogedora y positiva, esa contemplación
produce sentimientos de amor y aprecio. Si el tema en cuestión está relacionado
con el peligro, entonces, surgen emociones de temor y distanciamiento. Es por
esta razón que, en el Sagrado Libro del Zohar, al Dáat se lo denomina “La llave
que incorpora seis”. Pues existen seis atributos emocionales que forjan nuestra
relación con el Creador, y el Dáat es la llave de esas emociones. Al relacionarnos
íntimamente con un concepto y ligar nuestro intelecto a él, sin dudas, producimos
diferentes emociones, que son las que le proporcionan vitalidad y fervor a nuestra
relación con el Santo Bendito Sea.

Sin embargo, el Dáat puede ser incentivado, también, por nuestra


mala inclinación. Como por ejemplo, cuando introducimos en nuestra mente
pensamientos obsesivos acerca de cuestiones alarmantes y centramos toda nuestra
atención en ellos. Esta mala tendencia consigue sembrar tristeza y preocupación
en el corazón y después se aprovecha de esa debilidad emocional para hacernos
caer en depresión y drenarnos de vitalidad. De esa manera, evita que cumplamos
nuestra labor en este mundo.

Quisiera mostrarte con mayor claridad el papel del Dáat en nuestra vida
y cómo la mala utilización de esta poderosa herramienta puede desencadenar
problemas muy serios:

59
De mi ansiedad a tu felicidad

Se cuenta la historia de un hombre que deseaba alcanzar


iluminación espiritual. Cansado del trajinar cotidiano
y de las preocupaciones triviales, decidió viajar al
lejano Oriente para comenzar una búsqueda hacia su
verdadero ser interior.
Al principio, se dedicó persistentemente a trascender
su ego. Día a día, se esforzaba por colaborar con las
personas de su entorno en todo lo que fuera necesario.
Sin embargo, a pesar de su veloz ascenso espiritual y
la consiguiente paz interior que estaba logrando, este
hombre poseía en su corazón un temor muy agudo.
Por razones inexplicables, sufría de un miedo atroz a
ser mordido por una especie muy venenosa de culebra.
Aunque no era objetivo preocuparse por algo tan
inusual, él vivía con ese pánico oculto.
Cierto día estaba caminando en dirección a su hogar
cuando de repente sintió una mordida. Temiendo lo
peor, se apresuró a matar a la culebra con su zapato. En
forma inmediata, comenzó a desenvolverse su ansiedad:
“¿Cómo es posible que me haya ocurrido esta desgracia?
¡Yo, un hombre de buen corazón, entregado a ayudar
a mis semejantes, cómo puede Di-s hacerme esto!”. Los
pensamientos se desataron sin pausa. “Siento que el
veneno está penetrando en mis venas, puedo percibir
que mi corazón está latiendo muy rápido, estoy sudando
demasiado”; y en pocos segundos, se desmayó.
Un automóvil que pasaba por allí, al ver al hombre
tirado en el suelo, rápidamente, lo levantó y lo llevó a la
sala de urgencias del hospital más cercano. Sin embargo,
mientras los doctores se preparaban para tratarlo, el
hombre falleció.
Los doctores decidieron investigar el caso de todas
formas y, para su enorme sorpresa, descubrieron que no
había veneno en la sangre de este hombre. La culebra
que lo había mordido no era letal.
Más tarde, se comprobó que fue su ansiedad y su obsesión
lo que envenenó su organismo, y no la culebra.

60
De mi ansiedad a tu felicidad

Esta historia nos demuestra el poder del Dáat cuando es explotado por
la mala inclinación. El hecho de obsesionarnos con una idea y de asegurarnos
de que es real la convierte en nuestra realidad, y puede verdaderamente acabar
con nosotros.

El problema es que nosotros nos detenemos en un detalle de una situación


y nos centramos en él con lentes de aumento, ignoramos la totalidad y deducimos
que ese único fragmento define toda nuestra existencia.

La solución radica en remover nuestro Dáat. Si el problema comienza


cuando se lo afirma en cuestiones negativas, entonces, la manera de rectificar
el daño es removiéndolo. Los maestros jasídicos denominan esta actitud “Eisej
HaDáat”, que significa ‘Remover el Dáat’.

Estamos acostumbrados a la idea de que somos unidimensionales, sin


embargo, la realidad es que poseemos una fragmentación interior. Según lo enseña
la sabiduría esotérica, tenemos dos almas.

Una de ellas es “una porción de Di-s de lo Alto”, es la fuente y raíz


de nuestra aspiración por reunirnos con el Ser Divino. La otra representa
los caprichos del ego, la inclinación y la voluntad de solo proveerse de
satisfacciones y provechos personales; su carácter natural es correr detrás del
materialismo, como un animal, cuyos intereses son solo comer, dormir y saciar
sus necesidades físicas. Sin embargo, como la persona, posee inteligencia,
pero utiliza su intelecto para satisfacer sus deseos e inventar estrategias a fin
de aumentar su honor y grandeza. Cuando algo importante se le es requerido,
se justifica con toda clase de argumentos.

En presencia de esta división interna, muchos de los pensamientos y


sentimientos que tenemos, no se originan en nuestro ser verdadero, sino en la
perspectiva distorsionada del alma animal. Por esto, es fundamental entender que
esos pensamientos no nos pertenecen, no son propios.

El Alter Rebe lo compara, a modo de analogía, con un individuo que intenta


concentrarse en su plegaria y mientras tanto hay alguien tratando de distraerlo. De
la misma manera, declara Rabí Shneur Zalman, la persona debe saber que no es
ella la que piensa los malos pensamientos. Cuando reconocemos que son extraños
a nosotros y que no describen nuestra posición actual, ese mismo descubrimiento
facilita la tarea de ignorarlos.

61
De mi ansiedad a tu felicidad

Hace un par de años, vino a verme una persona. Samuel


estaba sufriendo hacía varios meses de una fuerte
ansiedad. Padecía de diversos síntomas, pero el que más
le aterraba era el temor a desmayarse súbitamente. Lo
más grave era que este miedo le surgía cuando manejaba
su automóvil. Como era una persona familiarizada con
las doctrinas del Jasidismo, comenzó a indagar en los
textos en busca de una respuesta. Encontró que grandes
maestros jasídicos, como el Baal Shem Tov, ya habían
dejado instrucciones claras para aquellos que sufrían de
problemas similares al suyo.
La enseñanza básica con la que Samuel se había
topado indica que la persona debe comenzar a cantar
y bailar, como si su corazón rebosara de alegría. Si
el individuo argumentaba que no sentía ganas de
hacerlo, los sabios le exhortaban que bailara de todas
maneras y le prometían que si se comportaba como si
estuviera feliz, la felicidad emergería por sí sola y la
ansiedad se desvanecería.
Consciente de la inmensa y profunda sabiduría de ellos,
Samuel optó por poner en práctica esta estrategia.
Al principio, no fue nada sencillo, pero fue perseverante y,
con el tiempo, empezó a darse cuenta cómo su ansiedad
iba desapareciendo y, al mismo tiempo, su alegría crecía
de manera exponencial cada día que pasaba.

Otra forma de lograr remover el Dáat es a partir de concentrarse en temas


de la Torá. Es indispensable que, preferiblemente a la mañana al iniciar su día
y al anochecer, la persona dedique un tiempo diario para estudiar versículos de
la sección semanal de la Torá junto con algunos textos de los comentaristas. Al
acostumbrarse a introducir en su vida la luz pura y transparente de la sagrada
Torá, su corazón será purgado de todo sentimiento negativo, y la santidad de este
estudio le traerá una enorme paz interior y una verdadera sensación de bienestar.

62
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 3

Objetivo: Colmar la mente con cuestiones santas y positivas.

Actividad: Elige un tema de la Torá que te entusiasme y estúdialo a diario. Para


ello, fija un momento determinado del día, un momento en el que te entregues
por completo. Reserva un espacio de tranquilidad para que puedas concentrarte.
Registra tus aprendizajes.

63
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 3
“Moverse en la dirección correcta”

En respuesta a la carta, en la que usted me escribe


sobre su angustiante estado mental y sus perspectivas
melancólicas y pesimistas en relación con su futuro
cercano, le brindo mi opinión.
Como es de entender, no acepto en absoluto los fundamentos
sobre los cuales basa sus opiniones y conclusiones sombrías y
pesimistas. Lo que quiero decirle es que, según mi parecer, su
estado mental negativo es solo temporal, y sus conclusiones
no tienen asidero en ninguna realidad definitiva.
En consecuencia, cuanto más se esfuerce por erradicar estos
pensamientos melancólicos, más rápido se modificarán su
estado mental y su ánimo para bien. Usted tiene el poder y
la capacidad, con total claridad, de ser beneficioso no solo
para su propia persona, sino también para los demás. Sin
embargo, al igual que con todo, es necesario esforzarse para
revelar y desarrollar este potencial y transformarlo en una
realidad, no obstante, este es un grado de esfuerzo sumamente
alcanzable por todos. Cuando una persona considera que
sus esfuerzos, relativamente breves, la beneficiarán a ella
y, también, a los demás durante muchos años, le será fácil
comprender que sus esfuerzos y empeños para lograr esta
meta, sin dudas, valen la pena.
Estos beneficios incluyen el bienestar espiritual y físico y
traerán aparejada una serie de provechos sin fin.
En la mayoría de los casos, es imposible modificar
radicalmente la estructura mental de inmediato, tampoco es
esto lo que se requiere. Bastará con que al recibir mi carta
decida comenzar a moverse en la dirección correcta, es decir,
dar el primer paso para llevar una vida activa y constructiva.
Una vez hecho, cambie poco a poco, un paso conducirá al
otro. Pronto descubrirá que en un período de tiempo no
demasiado prolongado se encontrará en el camino de una
vida de satisfacción personal y agrado.

Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch.


Libro Igrot Kodesh, Vol. XIII, pág. 147

65
Capítulo 4

¡Quítales sus máscaras y se darán por vencidos!


De mi ansiedad a tu felicidad

Luis viajaba en su automóvil. Iba rumbo a una


importante reunión de negocios. De repente, se percató
de que uno de sus neumáticos estaba pinchado. Su
primera reacción fue estacionar y verificar la gravedad
del daño. Cuando inspeccionó la situación, se dio cuenta
de que era necesario cambiar la llanta afectada lo antes
posible. El inconveniente era que no traía consigo un
gato hidráulico para hacerlo. Luego de contemplar
lo que había ocurrido durante unos segundos, se dio
cuenta de que estaba en el vecindario de Roberto.
Luis y Roberto habían sido grandes amigos durante
muchos años, pero seis meses atrás, hubo una situación
complicada entre ellos que provocó un distanciamiento.
Luis no sentía la suficiente confianza como para
aparecerse en la casa de Roberto y pedirle un favor. Sin
embargo, frente a las circunstancias apremiantes en las
que se hallaba, no tenía otra opción.
Mientras se dirigía lentamente a la casa de Roberto, Luis
se vio invadido por una serie de pensamientos obsesivos:
“Roberto y yo estamos peleados; seguro que él se negará
a prestarme su herramienta; además, él está resentido
conmigo por aquel altercado; es muy probable que le
enfade el hecho de que me atreva a pedirle ayuda”.
A cada paso, los pensamientos de Luis lo llevaban un
paso más cerca de la desesperación. Llegó a destino
y golpeó la puerta con vacilación. En el momento en
que Roberto estaba parado frente a él y antes de que
pudiera pronunciar alguna palabra, Luis le gritó con el
seño fruncido y una actitud desafiante: “No necesito tu
estúpido gato hidráulico”.

Esta historia es una muestra contundente de lo que nos ocurre cuando le


damos rienda suelta a nuestros pensamientos obsesivos. Es verdad que Luis y
Roberto estaban peleados, pero fue la actitud negativa de Luis la que evitó que
ellos hicieran las paces.

69
De mi ansiedad a tu felicidad

De igual modo nos ocurre a nosotros cuando permitimos que los


pensamientos negativos controlen nuestro comportamiento, terminamos
provocando los resultados negativos que deseábamos evitar. Dicho de otro modo,
la obsesión se encarga de que aquello que más tememos, se convierta en realidad.

Los pensamientos obsesivos son ideas o imágenes que repetimos muchas


veces, esto ocurre cuando tenemos puesta la atención en algo de forma extrema y,
a su vez, excluyente del resto de información que nos rodea. Estos pensamientos
tienen la particularidad de ser indeseados y automáticos, por lo tanto, es difícil
lidiar con ellos. Para aliviar la molestia, procuramos controlarlos o prevenirlos,
luchamos contra ellos, pero esto hace que incrementemos su aparición, y el
malestar se exacerba.

Si realmente deseamos librarnos de la negatividad, lo primero que debemos


hacer es impugnar los pensamientos que la generan. ¿Por qué las personas aceptan
los pensamientos negativos y, además, les atribuyen validez? ¿Acaso es tan difícil
percatarse de que son ficticios y representan una distorsión?

El problema es que esos pensamientos surgen de nosotros mismos,


entonces, como nuestra propia mente es la que origina los pensamientos, nos cuesta
ignorarlos. Es nuestra confianza en nosotros mismos los que nos lleva a actuar de
esa manera. Nuestros padres invirtieron mucho esfuerzo en enseñarnos a creer
en nosotros mismos. Y esta también es la razón por la cual siempre conseguimos
justificar nuestro comportamiento.

Partimos de la premisa de que somos personas valiosas, por ende, nos


resulta sencillo explicar por qué nos conducimos de determinada manera sin que
nos importe la gravedad de nuestros actos. El principal argumento que utilizamos
‒y para nuestro gran pesar es aceptado incluso en las cortes legales‒ es “las
circunstancias me han conducido a actuar de esta manera”.

Sin embargo, si otra persona cometiese la misma falta, de inmediato la


enjuiciaríamos y criticaríamos su comportamiento. Es fácil ser objetivo cuando
se trata de los demás, pero en el instante en que una mala actitud viene de mí, soy
capaz de justificarla a toda costa. Lo que demuestra esto es que cuando escuchamos
nuestros pensamientos negativos, no estamos atentos a su contenido, sino solo al
hecho de que son nuestros.

70
De mi ansiedad a tu felicidad

Es más, en mi experiencia, los pensamientos se presentan hasta en el


mismo “tono de voz” con el que habla la persona. Cuando uno escucha que su
voz está pronunciando una idea, antes de examinar su veracidad, ya asume que se
trata de algo importante y le otorga validez.

No obstante, debemos comprender que nuestra identidad está fragmentada.


Como dijimos en el capítulo anterior, poseemos dos almas, una que anhela
apegarse a Di-s y posee valores verdaderos, y otra que se comporta por instinto
y persigue la gratificación inmediata. Esta es la encargada de los pensamientos
negativos, pues ella sabe que si consigue que te sientas ansioso, será mucho más
fácil empujarte hacia cualquier vicio y conducirte por el camino de los placeres
banales que tanto desea.

Por lo tanto, tienes que tomar conciencia de que esos pensamientos no


son tuyos. Cuando logramos entender que nosotros no somos los que estamos
generando estos pensamientos obsesivos y que se trata de una artimaña de nuestra
Mala Inclinación, recuperamos la capacidad de ser objetivos y rápidamente nos
damos cuenta que son ficticios, que no representan amenaza alguna.

Si logramos distinguir al autor de esos pensamientos, se torna muy fácil


aplicar otra poderosa enseñanza que el Alter Rebe promulgó en su Libro Tanya,
citando el versículo en Salmos, “Enfurézcanse y no transgredan”, él explica que
la persona debe enfurecerse contra su Mala Inclinación. Tiene que tratarla como
se merece, es decir, como trataríamos a alguien que desea destruirnos. Debemos
gritarle: “Tú, ser despreciable, ¿crees que no sé lo que estás haciendo?, ¿me
consideras tan ingenuo como para caer en tu trampa? ¡Me das asco! ¿Crees que
eres capaz de hacerme daño a mí, un hijo del Rey de Reyes, el Santo Bendito Sea?
¡Debería darte vergüenza!

Encuentra tus propias palabras para intimidar a tu Mala Inclinación. Hazlo


con orgullo y valentía. Recuerda que ella te ha estado victimizando hasta este
momento, pero por fin, estás decidido a desenmascararla y vencerla.

De ahora en más, la Mala Inclinación no tiene permitido invadir tu mente


ni tu corazón, ni robar la paz que tanto te has esmerado en conseguir. Se acabó el
rol de víctima. A partir de este momento, los malos pensamientos deben saber que
no son bienvenidos y que serán tratados con la hostilidad que se merecen.

71
De mi ansiedad a tu felicidad

Una estrategia interesante que aprendí, cuando se trata de lidiar con


pensamientos negativos, me la transmitió el Rabino Eliezer Shemtov (emisario
del Rebe de Lubavitch en Uruguay).

Había un joven en su comunidad que estaba siendo


invadido por pensamientos negativos y obviamente
su estado de ánimo estaba decaído. El Rabino
escuchó con atención su predicamento y luego le dio
el siguiente consejo: Debes tratar al pensamiento con
astucia: cuando se presenta en tu mente y demanda tu
atención, debes decirle así: “Tú eres muy importante
para mí, pero en este momento me encuentro muy
atareado y me resulta imposible darte la atención que
mereces. Con todo, te ruego que me hagas el favor de
regresar mañana temprano, a las diez y media, con
la ayuda de Di-s, estaré libre en ese momento para
atenderte como es debido”.
Te sorprenderás cuando observes que el pensamiento
toma en serio tus palabras y efectivamente regresa a las
diez y media de la mañana. Entonces, una vez más tienes
que impresionarlo: “Señor pensamiento, me avergüenza
haber olvidado nuestra reunión, le suplico me disculpe
y retorne esta noche…”. Cada vez que el pensamiento
aparezca, sigues manipulándolo y dándole largas, hasta
que se dé por vencido.

Lo que está ocurriendo es que al tratar a los pensamientos de esa manera,


alimentas el ego de la Mala Inclinación y le haces creer que ella es dominante y
que está consiguiendo su objetivo. Eso la lleva a disminuir su esfuerzo. Lo que
ocurre en realidad es que tú la estás manipulando a ella; y por lo tanto, mientras
ella se relaja, tú te haces más fuerte. Finalmente, ella pierde toda su fuerza y te
deja en paz.

72
De mi ansiedad a tu felicidad

Quisiera compartir contigo una idea interesante.

El 23 de agosto de 1973, dos delincuentes armados con


ametralladoras entraron en un banco de Estocolmo,
Suecia. Mientras empuñaba su arma, uno de ellos que
se había fugado de prisión, llamado Jan-Erik Olsson, les
anunció a los aterrados empleados del banco que "La
fiesta acaba de empezar". Los dos atracadores tomaron
a tres mujeres y un hombre como rehenes. Durante
las 131 horas siguientes, los rehenes permanecieron
atados con dinamita en una cámara blindada del
banco hasta que fueron rescatados cinco días después,
el 28 de agosto.
Tras su rescate, los rehenes mostraron una actitud
impactante si tenemos en cuenta por todo lo que habían
pasado. En las entrevistas con la prensa, fue evidente el
apoyo que ellos les brindaban a los secuestradores y el
miedo que les provocaban los oficiales que acudieron
en su rescate. Los rehenes habían llegado a pensar que
en realidad los secuestradores estaban protegiéndolos
de la policía.
Una de las mujeres que había caído cautiva mantuvo
después una relación de pareja con uno de los
criminales, y otra creó un fondo de defensa legal para
ayudar con los gastos de la defensa de los delincuentes.
Evidentemente, los rehenes habían creado un vínculo
emocional con sus secuestradores.

Hasta el día de hoy, no existe un consenso entre los especialistas sobre cuál
es la causa de este trastorno. Aunque hay varias teorías y ciertos puntos básicos
que todos aceptan, aún no se sabe qué es lo que motiva un comportamiento tan
extraño, como el que aparece en el relato anterior.

Probablemente, si estás leyendo acerca de este suceso por primera vez


consideres que es algo increíble y absurdo. Pero lo que deseo es demostrarte que
todos nosotros, cada uno en su nivel, sufrimos este trastorno: cuando la Mala
73
De mi ansiedad a tu felicidad

Inclinación aparece con la única intención de atormentarnos y hacernos miserables,


no solo la escuchamos con atención, sino que, incluso, la consideramos una sabia
compañía y creemos que nos está alertando y protegiendo.

De hecho, si un amigo cercano tratara de explicarte en un momento de


estrés que tus temores son irracionales, seguramente le responderías: “Créeme
lo que te digo, esta es la realidad y debería dar gracias a Di-s de que estoy
consciente de ella”.

En otros términos, de forma muy sutil defendemos al enemigo e ignoramos


a quienes nos aman de verdad.

Creo que este trastorno está relacionado con una de las estrategias que
nos han inculcado inconscientemente: “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”.
O sea, cuando nos sentimos indefensos y nos consideramos víctimas de alguna
situación, preferimos aliarnos con nuestros enemigos porque creemos, en forma
ilusa, que de esa forma conseguiremos que nos dejen en paz. Pero lo que se inicia
como una estrategia, termina convirtiéndose en realidad, y acabamos ligados
emocionalmente a la fuerza enemiga.

Es por esta razón que no nos debemos considerar víctimas, sino que
debemos tratar con el enemigo con diplomacia, pero demostrándole que tenemos
el control. Esto nos permite ser dominantes y no aliarnos con él, además de
manipularlo a nuestro antojo y por fin vencerlo.

Otro recurso que está siempre a tu disposición es burlártele en la cara.


Ríete de lo absurdo que es y de lo ridículo que te resulta el hecho de que crea
que puede engañarte con argumentos tan incrédulos. Imagínate que tu Mala
Inclinación aparece con un pensamiento aterrador deseosa de atormentarte, y tú
simplemente sonríes, miras de frente sin ningún tipo de preocupación y dices:
“¿Se trata de una broma? ¿Crees que puedes hacerme dudar? ¿No sabes tú que
Di-s está protegiéndome y que nadie puede hacerme daño porque Él me ama?”.

De esta manera, la Mala Inclinación es humillada por completo, y ya que a


nadie, ni siquiera a ella le agrada que lo degraden y humillen. Finalmente, dejará
de molestarte y tus miedos desaparecerán para siempre.

El instinto negativo utiliza varias estrategias para lograr su


cometido. Nos llena de pensamientos negativos e inseguridades.
No hay que escucharlos. Su intención es llevarnos a la depresión.

74
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 4

Objetivo: Tomar conciencia de la existencia del enemigo interno e identificarlo.


Actividad: Es probable que tengas la mente llena de pensamientos que te acosan.
Es hora de que los ordenes. Haz una lista con aquellas situaciones que te ponen
ansioso. Reléela. Ahora, pregúntate:

a) ¿Cuáles son racionales?


b) ¿Surgen de mi instinto positivo o del negativo?
c) ¿Estos pensamientos me ocasionarán acción o inacción?
d) ¿Me ayudarán o su objetivo es que en poco tiempo me encuentre deprimido?

Una vez que respondas estas preguntas u otras más que puedas incluir, piensa si
es válido seguir invirtiendo tu tiempo, tu vida, en estos pensamientos. Piensa si no
debes eliminar aquellos que te perturban y que solo debes aferrarte a los positivos,
a los que te impulsan hacia delante.

75
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 4
“El esfuerzo conduce al éxito”

Usted escribe sobre su melancolía, abatimiento y tristeza


(mará shejorá veatzvut):
Resulta superfluo exponer en detalle acerca de lo
indeseable de eso contra lo que nuestros santos Nesiim
ya han decretado y que ha sido abordado en el Tanya y
muchos otros lugares: cómo debemos distanciarnos por
completo del atzvut y la mará shejorá.
Se hace dejando de considerar los pensamientos
oscuros. Si no lo puede lograr, es decir, si encuentra
sencillamente imposible dejar de tener pensamientos
negativos, entonces, puede llevarse a cabo no
pensando en sí mismo, sino en Di-s: de qué modo Él es
la esencia del bien.
Cuando se desea de verdad desterrar estos pensamientos
y sensaciones y se hace un decidido esfuerzo por hacerlo,
se tendrá éxito en la búsqueda. Esto va de acuerdo con
el dicho de nuestros Sabios, de Bendita Memoria: “Si te
esfuerzas, tendrás éxito”.

Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch.


Libro Igrot Kodesh, Vol. XIII, pág. 341.

77
Capítulo 5

La ansiedad y la depresión como herramientas Divinas


De mi ansiedad a tu felicidad

En los capítulos anteriores, hemos hablado sobre la actitud que debemos


adoptar para vencer a nuestra Mala Inclinación. En primera instancia, establecimos
que su único objetivo es hacernos daño, y que jamás debemos considerar con
seriedad sus argumentos y, mucho menos, atribuirles validez.

Ahora, deseo que entendamos otra de las consecuencias de acoger los


malos pensamientos.

El Alter Rebe, Rabí Shneur Zalman de Liadí, describe la batalla


contra la Mala Inclinación como si se tratara de un enfrentamiento entre dos
contrincantes. Si en una lucha física entre dos adversarios uno de ellos está
dominado por la pereza y la pesadez, para el otro será muy fácil derribarlo a
pesar de que el primero sea más fuerte. Lo mismo ocurre en la batalla contra
la Mala Inclinación. Resulta verdaderamente imposible vencerla si estamos
con “pereza y pesadez”, la única manera de salir victoriosos es a través de la
verdadera alegría y la apertura del corazón. El Talmud explica que “Si Di-s no
nos ayudara a vencer la Mala Inclinación, no podríamos lograrlo”. Para que Di-s
se manifieste en nuestra vida, tenemos que estar felices. La presencia Divina se
revela solo cuando estamos alegres.

Si aceptamos que nos invadan pensamientos negativos y les permitimos


gobernar sobre nuestros sentimientos, el resultado es justo aquello sobre lo que
el Alter Rebe nos advierte: pesadez y pereza. Más todavía, estos dos síntomas
pueden ser la causa, pero también el efecto. En otras palabras, por causa de la
pesadez y la pereza le damos rienda suelta a los pensamientos obsesivos, y estos
terminan incrementando la misma pereza y pesadez que experimentábamos, y así
se retroalimenta el círculo vicioso.

Si hemos actuado en forma negligente y nuestros sentimientos de ansiedad


se hallan fuera de control, lo peor que podemos hacer es retirarnos a descansar.
Eso sería lo mismo que pasaría si una persona que se viera en peligro decidiera
tomarse una siesta. Si eliges echarte a dormir, estás otorgándole el control de tu
vida a la ansiedad. La solución radica en que hagas lo opuesto: enfréntate a la
pereza y busca actividades que te entusiasmen y demanden ligereza y celeridad.

Uno de los mejores consejos que puedo darte es que hagas ejercicio físico.
La batalla principal se presenta mientras te colocas las zapatillas y piensas que
tienes que salir a la calle, pero créeme, una vez que estés afuera y empieces a
caminar o a trotar, la sangre se oxigenará y tu ánimo cambiará de forma radical en
cuestión de segundos.
81
De mi ansiedad a tu felicidad

Tenemos que estar atentos. Está claro que el miedo y las preocupaciones
no traen ningún beneficio, lo único que logran es que incrementemos los grados
de ansiedad y estrés. Pero ¿qué podemos hacer cuando el fuego ya está ardiendo,
cuando nuestros sentimientos ya están fuera de control?

Ante este interrogante, nos responde el libro Tanya cuando cita en Mishlei
el siguiente versículo: “Bejol Etzev Ihye Motar”, que literalmente significa
‘En toda forma de tristeza, habrá un beneficio’. A primera vista, este versículo
manifiesta lo contrario de lo que venimos diciendo, porque nos dice expresamente
que habrá un beneficio en la tristeza. ¿Qué significa esto?

El Alter Rebe analiza con precaución los términos del Rey Salomón, autor
de Mishlei: “En toda tristeza habrá un beneficio”. Si dijera “En toda tristeza existe
un beneficio”, podríamos pensar que, en realidad, la tristeza posee cierta virtud.
Pero como utiliza la palabra ihye, ‘habrá’, él está afirmando que, aunque la tristeza
es negativa y no tiene nada de bueno, de ella vendrá aparejado un provecho. O
sea, la tristeza no es buena en lo absoluto, pero a pesar de ello, puede llevarnos a
conseguir algo muy bueno.

Lo que el Alter Rebe intenta explicarnos es que existen dos alternativas


para lidiar con la tristeza. La primera consiste en una reacción natural e impulsiva.
La persona al verse abrumada por la melancolía decae emocionalmente, y permite
que los pensamientos negativos dispongan de su estado de ánimo. Esto conduce
a la desesperanza y a la más profunda frustración, además lleva al individuo a
instalarse en un rol de víctima.

Alberto tenía treinta y cinco años y ya habían pasado


varias semanas desde que había roto con Ivana, su novia
desde hacía seis años. Si bien la relación había tenido
muchos altibajos, él la amaba con todo su ser y estaba
convencido de que ella iba a ser su esposa y la madre
de sus hijos. Debido al distanciamiento y pensando que
este era el fin de la relación, su tristeza fue en constante
aumento, al punto tal que al llegar a su casa no tenía
nunca ganas de hacer nada. Aparecían en su mente
pensamientos tales como “¿Es posible que todo haya
terminado así?”, “No podré vivir sin ella”, “No puedo
imaginármela casada con otra persona”, “Nunca me

82
De mi ansiedad a tu felicidad

casaré”, y otros tantos de la misma índole. Una tristeza


profunda lo abrumaba, y los pensamientos obsesivos
le provocaban una tempestad en la cabeza. Sentía
el cuerpo pesado, y se solía encerrar en su recámara
durante largas horas a llorar mientras visualizaba
escenas inolvidables. Sentía culpa por el desenlace de la
relación y pensaba en los errores que había cometido,
reflexionaba severamente en lo que podía haber hecho
para que las cosas fueran diferentes.
Sus emociones y sentimientos le pedían una sola cosa:
olvidarse de todo y echarse a dormir. El creía, en forma
errónea, que el sueño se encargaría de borrar su inmensa
aflicción, pero cuando escuchaba el despertador, ahí
estaban sus sentimientos y la desesperación se mantenía.
Despertarse y darse cuenta de que la tristeza seguía
presente, activaba de nuevo el círculo vicioso de la
ansiedad. Sin embargo, nada de esto iba a regresarle a
su “pareja” soñada.

La segunda y más sabia perspectiva es la que el Alter Rebe reconoce como


merirut, ‘amargura’. La diferencia está en que, mientras la primera debilita, la
segunda nos induce a cambiar. Sentirse amargado implica frustración, no tristeza.
Esta frustración proviene de las expectativas que tenemos en relación con nuestro
verdadero potencial; sabemos que podemos ser mejores, entonces, nos sentimos
frustrados por el bajo desempeño que hemos demostrado. Se trata de una clara
percepción de la capacidad que poseemos, no una reiteración de nuestras fallas.

Al reconocer esto, se puede llegar a experimentar una verdadera


amargura, sucumbimos frente a los malos rasgos, pero son estos los que nos
incentivan a superarnos y enmendar nuestros errores, pues vienen cargados de
intensas energías positivas.

Con relación al merirut, el Talmud expresa que “Del árbol mismo proviene
el mango del hacha que tala el árbol”. Es algo similar a lo que ocurre con el
antídoto que proviene del veneno. Aunque la tristeza en sí no es más que un
veneno insuflado por la Mala Inclinación, cuando la convertimos en amargura, se
transforma en una plataforma desde la cual conseguimos volar más alto.

83
De mi ansiedad a tu felicidad

Además de la amargura que surge de reconocer nuestro desaprovechado


potencial, el Alter Rebe trata también sobre la amargura que proviene de reconocer
nuestras transgresiones y de sentir la responsabilidad del deber de rectificarlas. Lo
que plantea es que, en principio, la tristeza no tiene ningún beneficio, pero si te
sientes triste, debes enfocarte en las cuestiones referentes a tu vínculo con Di-s.
Debes comenzar a reflexionar sobre faltas en las que has incurrido, recordar los
momentos en que permitiste que flaqueara tu compromiso con Él. De esta manera,
podrás canalizar tu tristeza hacia donde pertenece, pues el motivo verdadero por
el cual nos sentimos tristes es porque defraudamos a nuestro Creador. Lo increíble
es que la tristeza nos faculta a retornar a Él; y ya que Di-s es la fuente del bien y
del placer, cuando volvemos a Su camino, alcanzamos una alegría completa.

Cuando nuestra Mala Inclinación se percata de que su artimaña para


destruirnos es lo que nos conduce a ser más felices, inmediatamente, retira su
influencia, y la ansiedad cesa.

Esto es lo que se define como: “El valor de la luz que proviene de la


oscuridad”, es decir, la existencia de la oscuridad ‒llámese también ansiedad o
depresión‒ permite revelar el valor más esencial que posee la luz.

Veamos un ejemplo, si nos encontráramos en un cuarto oscuro y


quisiéramos reconocer sus detalles, necesitaríamos tocar y palpar con nuestras
manos todo lo que se nos pusiera delante. La falta de luz o, mejor dicho, la
oscuridad, en este caso, nos posibilitaría tener una conexión más íntima con los
detalles y particularidades de la recámara. Luego de un gran esfuerzo, podríamos
saber qué hay allí.

Sin embargo, nos faltaría la visión general de las dimensiones del cuarto, y
por consiguiente, podríamos tropezar. Una vez que el lugar se ilumine y recibamos
una visión total, no nos caeremos, pero ya no nos conectaremos con cada detalle
de los que componen la recámara.

Cuando estamos deprimidos o tristes, estamos en una dimensión de
oscuridad; pero en lugar de sufrir o de tener miedo ante la falta de luz, reconozcamos
que en esta situación podemos palpar, tocar y revelar poderes innatos del alma que
en una posición “iluminada” no podríamos alcanzar.

84
De mi ansiedad a tu felicidad

Un día, Alberto se dio cuenta de que no podía seguir


perdiendo el tiempo sumido en su depresión y sus
pensamientos negativos y decidió que estos no iban a
determinar las circunstancias de su futuro cercano.
Entonces, se preguntó “¿Puedo hacer algo para
conquistar a Ivana otra vez?”, “¿Puedo cambiar mi
actitud y no volver a cometer los viejos errores que
afectaron nuestra relación?”.
Pensó que, si no podía hacer nada al respecto, no debería
perder el tiempo meditando en cómo serían las cosas si
aquella situación fuera diferente. Pero obviamente, tenía
el poder de cambiar. Así fue como decidió que haría lo
que estuviera a su alcance para lograrlo y demostrarle
a Ivana los resultados.
Ante todo, debía reconocer los errores, los
malos hábitos y las conductas que provocaron el
distanciamiento de la pareja. No fue una tarea fácil,
porque esto significó ser honesto consigo mismo y
percatarse de sus equivocaciones.
Tomó una pequeña libreta y anotó todos los detalles
de su mal proceder. Y si bien en un principio en
aquella introspección personal, sintió amargura y
dolor, a posteriori, sobrevino una liberación y una
alegría verdadera.
La experiencia estaba atravesada por un sabor agridulce,
pero la amargura de este balance emocional estaba
trayendo como resultado la dulzura que catapulta al
individuo a mejorar y crecer como persona.
Era el dueño de sus decisiones, por tanto, el camino hacia
el futuro estaba en sus manos, independientemente de
su pasado. No debía permitir que su pasado limitara las
buenas decisiones que estaba tomando. Se decía “Cada
día tenemos la oportunidad de empezar de nuevo”,”He
perdido muchas batallas sucumbiendo a mis malos
pensamientos y miedos, pero no me castigaré más
por ello, sé que hay esperanza de atraer a Ivana, todo
depende de mi capacidad de cambiar mi proceder.

85
De mi ansiedad a tu felicidad

Aceptó sus equívocos, reflexionó sobre ellos con dolor


y amargura y tomó la firme decisión de poner “manos
a la obra” para cambiar, aceptando que el cambio
debía darse no solo para reconquistar a su expareja,
sino porque estos cambios implicaban algo positivo e
importante para él como persona. Los cambios que logró
llegaron a ser tan profundos e significativos que, al cabo
de unas semanas, Alberto e Ivana ya estaban fijando
una fecha para su compromiso y posterior casamiento.

El Zohar dice:
“Dichoso el hombre que transforma la amargura en dulzura
y la oscuridad en luz”.

86
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 5

Objetivo: Enmendar el pasado.

Actividad: Toma un tiempo para realizar un balance personal cada noche. Medita
sobre los logros y los equívocos del pasado. Realiza una profunda introspección
para lograr un verdadero arrepentimiento.

Una vez que hayas terminado este balance, registra las conclusiones a las que has
llegado y ve a dormir tranquilo y feliz sabiendo que aquella reflexión rectificó
tu pasado.

87
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 5
“Alerta hacia el enemigo interno”
Con respecto a la declaración del autor de la carta sobre
la sensación de desesperanza que tiene…
Me asombra el hecho de que no esté al corriente de
que el esfuerzo de introducir en su mente sensaciones
de desesperanza y otras similares se encuentra entre
las tácticas más formidables empleadas por la Mala
Inclinación a fin de impedir que se lleven a cabo las
obligaciones y que se cumpla con el propósito de la vida.
La persona cree que no tiene posibilidades de prosperar,
ni ser feliz, entonces, ¿qué esfuerzo se le puede demandar
para que pueda prosperar? Esto es así porque él ya ha
declarado ‒tanto a otros como a sí mismo‒ que ha
abandonado toda esperanza.
Una prueba auténtica de que la fuente de la anterior
sensación de desesperanza proviene de la Mala
Inclinación y no es resultado de una verdadera depresión
clínica, es que sus sensaciones de desesperanza no han
minimizado en lo más mínimo sus deseos por tener
placeres físicos.

Adaptado de una alocución del Rebe de Lubavitch.


Libro Likutei Sijot, Vol. XXXIX, pág. 297.

89
Capítulo 6

¿Eres el centro del mundo?


De mi ansiedad a tu felicidad

Uno de los factores principales de la ansiedad es el ego. En Psicología,


el egocentrismo es la característica que tiene una persona que cree que sus
opiniones e intereses son más importantes que los de los demás. Esta clase de
persona parte de la convicción de que sus pensamientos deben prevalecer por
sobre los de los otros. Lo que piensa, opina, decide, cree y razona está en primer
lugar y es lo más importante. El mundo gira alrededor de su individualidad, y
lo que no se ajusta a eso es rechazado y desvalorizado. El término deriva del
latín ego, que significa ‘yo’. Una persona egocéntrica no puede ponerse en los
zapatos de los demás luego de quitarse los suyos, siempre cree que todos buscan
o deben buscar lo que ella busca.

El hecho de que la persona se considere y esté convencida de que es el


centro del universo y de que su percepción de la realidad es precisa y perfecta,
hace que vea el mundo de una forma distorsionada, y la ansiedad representa un
trastorno y una distorsión en sí misma. Si la persona considera que su perspectiva es
la adecuada y no posee una mínima dosis de autocrítica que le permita contradecir
su visión, librarse de ella se tornará una misión imposible.

Toda ansiedad surge de un temor o de un miedo. Cuando alguien


percibe una amenaza y siente que su bienestar está en riesgo, puede caer
de manera involuntaria en un estado de ansiedad. El miedo y el temor son
manifestaciones activas del ego. El miedo es la preocupación de que el Yo se
vea afectado. Toda inseguridad se inicia a partir de la firmeza con la que una
persona se aferra a su ego.

En una fría noche de invierno, un anciano cocinaba una


sopa para recibir la visita de su hijo que no veía desde
hacía meses. Fue a buscar unas verduras y se dio cuenta
de que no tenía más. “Una sopa sin verduras, no es sopa”,
pensó. Entonces, decidió salir a buscar algunas en la
aldea vecina. Para llegar hasta allí, tenía que atravesar
un pequeño bosque de árboles altos y frondosos.
Iba caminando tranquilamente por el sendero y, de
pronto, el miedo lo paralizó. Algunos metros adelante,
de la rama de un árbol, colgaba una gran serpiente que
impedía su paso.
Se quedó parado mirándola durante un largo rato
hasta que pensó que su hijo estaría pronto a llegar

93
De mi ansiedad a tu felicidad

y no encontraría a nadie en la casa. No quería que


se preocupara o que pensara que su padre se había
olvidado de su visita, por lo tanto, tomó coraje, se armó
con una rama seca y dio unos pasos para azotar al
animal y quitarlo del camino.
Pero en cuanto más avanzó y más se acercó al lugar en
donde estaba la serpiente, pudo notar que el tamaño
era mayor del que creía haber visto. El miedo lo
inmovilizó y se dejó caer al suelo con la rama. Comenzó
a llorar, estaba desesperado y conmovido por no poder
enfrentar al animal.
Su hijo, que ya había llegado a la casa, advirtió que su
padre no estaba e inmediatamente tomó la linterna y
salió por el oscuro sendero a buscarlo. Caminó un buen
rato hasta que, en el silencio de la noche, escuchó el
llanto de un hombre. Cuando se acercó al lugar, se dio
cuenta de que era su padre.
Intrigado, le preguntó qué le pasaba, por qué lloraba
así. El padre lo miró a los ojos con un poco de vergüenza
y le explicó lo cobarde que era por no poder avanzar
por el sendero a causa de la serpiente. El hijo iluminó
con la potente luz de la linterna al árbol, dio unos
cuantos pasos hacia el animal hasta que se acercó
lo suficiente como para darse cuenta de que lo que
colgaba de aquel árbol no era una serpiente, sino una
cuerda atada a la rama.

Muchas son las amenazas que nos atormentan, sin embargo, entre todos
los temores o miedos que nos aquejan considero que el más básico es el temor al
cambio: en el instante en que percibimos que la realidad se altera, perdemos nuestra
zona de confort. Eso nos obliga a salir del universo conocido para enfrentarnos
con una realidad distinta de aquella a la que estamos acostumbrados. Además,
el hecho de penetrar en un terreno desconocido, también, supone la pérdida del
control de la situación, lo que hace que nos sintamos expuestos y vulnerables.
Pero insisto, todo proviene del ego y del temor a que nuestra identidad se vea
afectada de forma negativa.

94
De mi ansiedad a tu felicidad

Entonces, podemos concluir que la ansiedad surge porque estamos


enfocados en nosotros mismos. Mas si tuviéramos en cuenta que en realidad
estamos en este mundo para cumplir una misión Divina y que poseemos todas las
herramientas necesarias para lograrlo, entonces, el miedo disminuiría. Debemos
tomar conciencia de que nada de lo que tenemos nos pertenece. Además, si
pensáramos que, en verdad, nunca tenemos el control total, sino que estamos en
las manos del Creador, con seguridad, seríamos humildes, y esa misma sumisión
nos liberaría del ego y, consecuentemente, de la ansiedad.

Se cuenta la siguiente anécdota que le aconteció al Alter Rebe.

En cierta ocasión, se presentó ante él uno de sus


discípulos y comenzó a hacerle una serie de peticiones,
cuestiones básicas que él necesitaba. El Rebe escuchó
con atención sus pedidos y cuando terminó le dijo con
un tono enérgico: “Veo que estás muy preocupado por
lo que necesitas de Di-s, pero ¿has pensado qué necesita
Di-s de ti?”.
Cuando este jasid salió de la habitación del Rebe, los
demás jasidim que se encontraban afuera vieron su
rostro iluminado y sus ojos relucientes. Entonces, muy
intrigados, le preguntaron qué le había dicho el Rebe. Él
les relató todo el intercambio que habían tenido.
Los jasidim escucharon con mucha atención, pero no
lograron entender de dónde surgía tal alegría, ya que
parecía que el Rebe lo había amonestado. El jasid les
explicó: “Es simple, el Rebe me recordó que Di-s espera
algo de mí, ¿acaso existe algo más inspirador?”.

Si logramos entender que somos los protagonistas del Plan Maestro de


Di-s, que Él espera algo de cada uno de nosotros; si nos percatamos de que somos
indispensables y de que tenemos algo único, entonces, sentiremos que nuestro
valor es infinito y eterno. Nos veremos como si fuéramos el centro del universo;
¡pero no de forma arrogante!, sino con el convencimiento de que Di-s nos necesita
y de que el mundo requiere de nuestra labor.

Otro de los factores agravantes de la ansiedad es la búsqueda de


gratificación material. Hay personas que invierten la mayor parte de su tiempo
95
De mi ansiedad a tu felicidad

y esfuerzo en cuestiones materiales. Pero esto no es inocuo, se hace dejando


de lado el cuidado de los valores esenciales y las prioridades espirituales. Esta
actitud, sin lugar a dudas, genera ansiedad, porque es una de las expresiones
más comunes del ego.

Al iniciar este capítulo, planteamos la idea de que el temor más básico del
ser humano es el temor al cambio. Pero ¿dónde se presentan esos cambios? La
materia es lo único que cambia, el espíritu se mantiene eternamente, además no es
susceptible de las circunstancias de alrededor. El mundo físico está en un estado
constante de cambio, por ejemplo, los descubrimientos tecnológicos avanzan a
un ritmo tan acelerado que nuestras expectativas más exageradas son incapaces
de pronosticar los adelantos que se avecinan. Nuestro cuerpo también cambia.
Sin embargo, la chispa Divina que reside en lo más interior de nuestra alma se
mantiene siempre estable. Las circunstancias externas no pueden ni podrán jamás
afectar el espíritu.

Muchos psiquiatras han informado que es posible que en 2020, la ansiedad


y la depresión sean la primera causa de muerte. Quizá eso se deba a la obsesión
que tenemos por los bienes materiales. Mientras la búsqueda de lo material crezca,
veremos un declive en los valores espirituales.

Dos personas mayores cerca de los ochenta años. Una de


ellas se encuentra ansiosa y preocupada, la otra se siente
tranquila y en paz. La persona que dedicó toda su vida a
perseguir los valores materiales sufre al darse cuenta de
que se le acerca el fin de lo material. En cambio, aquella
que invirtió la mayor parte de su tiempo y esfuerzo en
cultivar los valores del alma está serena pues sabe que
muy pronto estará en el mundo del espíritu.

Hasta aquí hemos visto las consecuencias de estar centrado en uno mismo,
de la ansiedad que producen los temores, de las amenazas que percibimos si algo
se altera en nuestro mundo. Ahora, quiero que profundicemos en un tema en
particular: los actos de bondad.

Debemos tener en claro que uno de los antídotos para vencer los
trastornos de ansiedad es la práctica de actos de bondad. Debemos consagrar
nuestro tiempo a las necesidades de los demás; de esta forma, nos liberaremos

96
De mi ansiedad a tu felicidad

del egoísmo y nos percataremos de que existe una misión de vida superior a la
de saciar nuestros deseos personales. Esa trascendencia nos eleva por encima de
la ansiedad y la depresión.

Para que los actos de bondad posean la facultad liberadora de la que estamos
hablando, tienen que surgir de una verdad superior. No se trata de satisfacer
nuestro deseo personal de sentirnos útiles ni de calmar nuestra conciencia, sino de
entender que existe algo más grande que nosotros, un mundo entero que requiere
de nuestro aporte.

La actitud que debemos adoptar es semejante a la que tenía nuestro


primer patriarca Abraham. La Torá describe cómo él se dedicaba a satisfacer
las necesidades de los viajeros de forma incondicional, pero también les exigía
que alabaran a Di-s y reconocieran que Él domina el mundo. Además, no se
contentaba con ofrecerles solo lo que les faltaba, sino que les otorgaba más de lo
que requerían sin esperar nada a cambio.

Un comportamiento así nos permite lograr la plenitud espiritual, pues


cuando alguien se encuentra en situaciones difíciles, su Esencia Divina aflora. La
vulnerabilidad que generan los desafíos facilita el despertar del alma. Por lo tanto,
si nuestro servicio hacia ese individuo es desinteresado, entonces, este brotará
de la esencia del alma. Al comportarnos de esta manera, se fusionarán nuestras
almas, y esta unión profunda e íntima es la que se convierte en una fuente de
bendiciones reveladas para ambos, para el dador y para el receptor.

Hace mucho tiempo, conocí a Mauricio, un joven de


veintiún años muy carismático y emprendedor.
Tras veinte años de esmero y dedicación, su padre fue
despedido del trabajo. La tristeza ingresó en el hogar
de manera muy intensa, y la moral de su padre fue
decayendo notablemente.
La gravedad de esta situación familiar le robaba el sueño,
él se pasaba la noche pensando qué harían si su padre
no encontraba otro empleo. En esa época, Mauricio era
un estudiante universitario y no tenía posibilidades de
colaborar económicamente en su casa.
Al cabo de unas pocas semanas, comenzó a sufrir
de diversos síntomas: sudoración excesiva, bruscos

97
De mi ansiedad a tu felicidad

cambios en su temperatura corporal, náuseas, entre


otros. Los malestares que estaba experimentando eran
tan violentos que, en cierta ocasión, abandonó sus
estudios a mitad del día para visitar la sala de urgencias
de la clínica que se encontraba al lado de la universidad,
ya que estaba sufriendo de un agudo dolor en el pecho
y temía que se tratara de un ataque al corazón. Los
médicos lo atendieron de inmediato y le diagnosticaron
trastorno de ansiedad.
Frente a este pronóstico clínico se le recetó el
medicamento correspondiente. Al mismo tiempo,
empezó a tratarse con un terapeuta cognitivo. Estos dos
procedimientos, la terapia y la medicación, fueron de
gran ayuda para Mauricio.
Sin embargo, lo que en verdad determinó su mejoría fue el
consejo que recibió de un rabino amigo, quien le dijo que
debía aprovechar ese momento para dejar de enfocarse
en sí mismo y comenzar un proyecto destinado a ayudar
a los demás; de esa forma, conseguiría librarse de los
pensamientos obsesivos y de las imágenes aterradoras
que lo estaban atemorizando.
Al principio, él se hallaba sin fuerzas ni iniciativa para
hacerlo, pero el rabino le aseguró que apenas pusiera
en práctica su consejo, la vitalidad interior de su alma
emergería y sentiría un caudal de energía positiva.
El rabino estaba relacionado con varias familias locales
que tenían niños con “capacidades diferentes”. La idea
era que el joven se convirtiera en un colaborador de
aquellas familias y se volviera una guía para esos niños.
A Mauricio le agradó mucho la oferta del rabino y
decidió que consagraría una hora diaria a esos niños.
Y así empezó a realizar distintas actividades con ellos:
les daba de comer, hacían deportes juntos, y poco a poco
fue desarrollando un gran cariño hacia ellos. Lo más
maravilloso fue que durante ese tiempo él se olvidaba
por completo de sus dificultades familiares. Mientras
jugaba con los niños Mauricio reflexionaba sobre cómo

98
De mi ansiedad a tu felicidad

eran de alegres, cómo a pesar de los desafíos que tenían,


celebraban cada victoria pequeña y la alegría innata de
sus almas brotaba sin impedimento alguno. Luego de
algunas semanas, su ánimo cambió radicalmente hasta
que, por fin, la ansiedad desapareció.
Mientras tanto, la situación familiar también mejoró, su
padre fue contratado por una multinacional y con un
salario mucho mejor que el de su viejo empleo.
Mauricio no abandonó el proyecto una vez que
la ansiedad se desvaneció; al contrario, siguió
otorgándoles a esos niños especiales una parte de su
tiempo, y también involucró a sus amigos universitarios
en esta sagrada empresa.

El secreto de Mauricio fue entregarse por entero con verdad y abnegación


por aquellos que necesitaban de su apoyo.

Si deseamos emular su actitud, entonces tenemos que estar dispuestos a


abandonar nuestra comodidad personal en aras del otro. Debemos aprender de
nuestro primer patriarca Abraham, quien consagró su vida entera a beneficiar a
los demás, pero lo principal es que seamos genuinos y que no lo hagamos para
afianzar nuestras metas egoístas, sino impulsados por la misión Divina que Di-s
nos ha encomendado en este mundo.

Si deseamos vencer totalmente a la ansiedad, debemos invertir


en aquellas cuestiones de carácter eterno, aquellas que no
cambian por las circunstancias, aquellas que mantienen la
integridad por siempre. Esas son las cosas que el tiempo no
puede arrebatarnos: los logros espirituales. Si actuamos de esta
forma, lograremos un equilibrio ideal y nos encaminaremos
hacia una vida plena de sentido.

99
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 6

Objetivo: Suprimir el ego y lograr la humildad.

Actividad: Tienes que tomar conciencia de lo importante que es que te descentres


de tu ego. Piensa en tu entorno, tu comunidad, tu barrio, etcétera. Elige una
institución o un centro comunitario y ofrécete como voluntario en algún proyecto
o programa de ayuda social. Una vez que comiences, registra día a día qué
sensaciones se despiertan en ti.

101
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 6
“¡Di-os nos necesita!”

En respuesta a su carta… en la que usted escribe que se


encuentra muy ansioso y preocupado por su esposa y su
familia, además comenta que tiene serias preocupaciones
en cuanto al sustento y que, en consecuencia, no tiene
la paz mental para comprometerse en el estudio de la
Torá de Di-s.
Me asombra que deje de mencionar en absoluto qué es
lo que está haciendo con respecto a la Torá y las mitzvot
a fin de crear los recipientes y canales por medio de los
cuales recibir las bendiciones Divinas relacionadas con
todas las necesidades y preocupaciones que menciona.
Hay un famoso dicho del Alter Rebe, autor del Tanya (y de
este modo Posek en la porción esotérica de la Torá), y del
Shulján Aruj (y de este modo Posek en la porción esotérica
de la Torá), quien le respondió a un individuo que tenía
una queja similar: “Sus preocupaciones se relacionan
todas con qué es lo que usted necesita, pero no con para
qué usted es necesario”.
Lo anterior se cita en una carta de mi suegro, el Rebe, de
Bendita Memoria, impresa en Kuntres 577. Allí también
menciona que cuando se hace un esfuerzo por lograr
aquello por lo cual se puso al hombre en la Tierra –y,
como dicen nuestros Sabios en la conclusión del Tratado
Kidushín: “Fui creado sin ningún otro propósito fuera
de servir a mi Creador”‒, entonces, Di-s satisface las
necesidades y requerimientos personales.

Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch.


Libro Igrot Kodesh, Vol. VIII, pág. 296.

103
Capítulo 7

El ejercicio físico como herramienta espiritual


De mi ansiedad a tu felicidad

Varios profesionales han explorado sobre la efectividad del ejercicio físico


en relación con la salud física y mental y como tratamiento en diversas patologías,
entre ellas los trastornos de ansiedad. Tanto estos profesionales como aquellos
dedicados al cuidado del cuerpo coinciden en los beneficios que proporciona
una rutina adecuada de ejercicios; incluso, en algunos casos, se ha conseguido
eliminar la medicación.

Todos podemos estar de acuerdo con los beneficios que trae hacer deporte.
Sin embargo, quisiera dedicar este capítulo del libro a analizar el tema desde el
enfoque de la sabiduría jasídica y tratar de explicar por qué esto es así.

En el Tanya, el Alter Rebe explica que cada individuo posee un “alma


animal” que habita en la sangre. Esa alma está constituida por los cuatro elementos:
fuego, tierra, aire y agua. Cada uno de estos elementos es el responsable de alguna
de las características negativas que poseemos.

El fuego, cuya característica es que siempre se eleva, representa el orgullo


y la arrogancia; es lo que hace que nos creamos lo suficientemente competentes
como para alzarnos por encima de nuestros compañeros y amigos. Además, el
fuego personifica la pasión, el sentimiento ardiente con el que incineramos a
quienes nos desafían y a quienes confrontan la percepción que tenemos sobre la
verdad última.

El elemento aire es la base de las palabras vacías, como el chisme, la burla y


la charla banal. De la misma forma en la que el aire es liviano y no posee sustancia,
asimismo, esas palabras no tienen ningún propósito o contenido constructivo.

El agua es la fuente de todos los placeres, pues facilita el crecimiento de


los elementos encargados de darnos placer.

El elemento tierra es el encargado de producirnos pesadez, tristeza,


angustia y depresión. Así como la tierra es pesada y rígida, de la misma manera,
la dimensión terrenal de nuestra alma animal es la encargada de manejar nuestros
sentimientos de desánimo y pesadez. Cuando una persona se siente ansiosa y
deprimida, decide retirarse de inmediato a descansar llevada por la creencia
de que, al despertar, se sentirá mejor. Sin embargo, aunque el descanso puede
desplazar la ansiedad por un tiempo, no es así como se la combate; si optamos por
negarla, ella regresará imprevistamente.

107
De mi ansiedad a tu felicidad

La ansiedad y la depresión se originan en la pereza, que es la causante


de nuestra falta de energía y vitalidad. Esos malestares están relacionados con
el elemento terrestre de nuestra identidad, el que nos transforma en un rígido y
pesado bloque de tierra.

Entonces, lo que tenemos que hacer es tomar nuestra “pala espiritual” y


comenzar a mover toda esa “tierra”. ¿Pero cómo se puede lograrlo?

La manera de hacerlo es incorporando el ejercicio físico a tu vida. Debes


empezar con una actividad simple y básica y, paulatinamente, tienes que ir
incrementando el esfuerzo. Por ejemplo, para comenzar, camina media hora todos
los días. Sal al aire libre. Date la oportunidad de despejarte y aprecia las virtudes
de oxigenar la sangre.

Es probable que mientras lees esto surja en ti el entusiasmo y quieras


poner en práctica lo que te aconsejo, pero debes recordar algo muy importante:
en el momento en que tomes la decisión de hacer un cambio en tu vida, la Mala
Inclinación invertirá grandes esfuerzos en derribarte y hacerte desistir.

Es importante el compromiso con uno mismo. Hay que


plantearse metas moderadas para poder cumplirlas con
dedicación y persistencia. La ayuda del Todopoderoso y nuestra
perseverancia traerán muy pronto resultados maravillosos.

108
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 7

Objetivo: Liberar el cuerpo de los síntomas de la ansiedad.

Actividad: La actividad física es la mejor compañía que podemos encontrar para


encontrar la calma. Camina todos los días 30 minutos, por lo menos. De a poco,
incrementa el tiempo que le dedicas a esta actividad. Al cabo de una semana,
registra los cambios que notas.

109
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 7
“Optimismo Divino”

El Rebe comentaba a menudo cómo el optimismo,


reforzado por la confianza en Di-s, es tan importante
para el proceso sanador como la medicina y los médicos.
En 1977 sufrió un ataque cardíaco severo. Un día
después, insistió en ir a dar una charla, tal como lo había
hecho los treinta y ocho años anteriores.
―Debe cuidar su salud ―insistía el médico―. De no
ser así, hay una posibilidad de recaída del veinticinco
por ciento.
El médico le preguntó al Rebe si comprendía lo que le
había dicho.
―Oh, sí ―dijo el Rebe con una sonrisa―. Usted me dijo
que, incluso, si no cuido mi salud, lo cual le aseguro que
haré, hay un setenta y cinco por ciento de posibilidades
de no tener una recaída.

Adaptado de una alocución del Rebe de Lubavitch.


Libro Saludable en cuerpo, mente y espíritu, Vol III, pag. 138.

111
Capítulo 8

Sirve a tu Di-s con alegría


De mi ansiedad a tu felicidad

La alegría se desvanece cuando las cosas no resultan como deseamos.


En ese momento, sentimos que se nos quiebra el corazón en mil pedazos, el
universo entero se desploma frente a nuestros ojos, sobreviene un instante de
inmensa frustración, creemos que se trata del final y que para volver a levantarnos
necesitaremos recorrer un camino largo y tortuoso.

De repente, pareciera como si la vida nos arrebatara la tranquilidad,


y quedamos presos de una depresión inevitable. Nos sentimos víctimas de
circunstancias desconocidas que desbaratan todo lo que hemos logrado construir.

Es cierto que las circunstancias juegan un rol importante en nuestras vidas.


Cuando son favorables, podemos sostener un estado de ánimo positivo y gozamos
de una tranquilidad temporal. Sin embargo, esa alegría que proviene de afuera no
es verdadera ni duradera, está subordinada a factores externos.

La verdadera alegría, la genuina, es simple. No proviene de elementos


externos, sino de la verdad interior que define al alma. Es una iniciativa directa de
la Chispa Divina que arde en lo más íntimo de nuestro ser. Aunque suene extraño
y difícil de aceptar, esa felicidad auténtica no es forjada por argumentos que la
vitalizan, sino que emerge cuando remueves las barreras que la obstaculizan. No
se trata de algo que construyes, sino de algo que develas. Cuando quitas todos
los factores que interfieren con su luz, la claridad brota, proviene de una verdad
intrínseca e inmune a los altibajos de las experiencias.

Esa satisfacción momentánea que sientes cuando las cosas fluyen de


acuerdo con tus expectativas, no posee solidez ni consistencia, es artificial,
sofisticada y compleja, no tiene voz propia, solo se alimenta de lo superficial y
lo material. De aquí proviene el regalo que la oscuridad nos obsequia, porque
cuando todo está en orden, caemos con facilidad en la equivocación de atribuirle
nuestra alegría a esos elementos favorables y creemos que nuestra satisfacción
es directamente proporcional a las circunstancias positivas. Pero en el instante
en que la oscuridad aparece y arrasa con ella, nos vemos obligados a descubrir el
verdadero motivo para ser felices, uno que no es proporcional a la realidad creada,
al contrario, es la razón de ser de esa creación, es el catalizador de todo lo que nos
rodea, es una luz que posee el secreto del Ser Supremo y que demuestra el sentido
absoluto de todo lo que existe, incluso de la oscuridad.

115
De mi ansiedad a tu felicidad

En palabras más sencillas, cuando te hayas en un estado de depresión tal


que no encuentras motivos para ser feliz, es entonces cuando tienes la oportunidad
de conectarte con la verdadera alegría de tu ser interior.

Intenta escuchar con atención una melodía jasídica, de aquellas que


transmiten la inspiración Divina que resuena en lo más profundo del alma. Al
hacerlo, una voz irrumpirá en tu interior, se trata del Yetzer Hará que te cuestionará.
¡¿Estás enloqueciendo?! ¡¿Tu mundo se está derrumbando y tú tienes tiempo de
sentarte a cantar?! En ese momento, debes reunir todo tu coraje y exclamar ¡No
se trata de mí, se trata del Eterno!

Piensa en lo siguiente: ¿Qué mérito tiene estar alegre cuando las cosas van
bien? En el instante en que peor te sientes, gracias a tu depresión, puedes revelar
una alegría que no está supeditada a ningún factor externo. Una alegría que no
depende de cómo te sientes ni de cómo resultan las cosas, no está condicionada,
en lo absoluto.

Cuando escuchas que el Yetzer Hará dice que lo que haces es irracional, es
un buen indicio de que estás haciendo lo correcto, porque eso es lo que a él más
le molesta: verte “tranquilo” en medio de la tormenta.

Entona esa melodía como si realmente lo estuvieras haciendo en un estado


de felicidad plena, comienza a bailar como si tu cuerpo no pesara nada, espera
unos segundos y di para tus adentros “No estoy cantando ni bailando por mí, lo
estoy haciendo porque es la voluntad de Di-s”.

Cuando entiendas que se trata de un momento único en tu vida, uno que


surge gracias a la depresión, y que estás cumpliendo la voluntad de tu Creador,
más allá de cómo te sientas, entonces, brotará la alegría verdadera.

Esta alegría puedes revelarla en los momentos más dramáticos porque,


cuando nada amerita ser feliz, la verdadera felicidad puede surgir. Se origina en
un espacio que brilla con luz propia, proviene de la iniciativa del alma y refleja
esa Chispa Divina que impulsa tu existencia en todo momento.

Cuando el Rey David declara en su libro de Salmos: “Ivdu Et Hashem


BeSimjá”, ‘Servid a Di-s con alegría’, se refiere precisamente a esta alegría eterna,
la alegría simple y pura del alma. La palabra ivdu, ‘sirve’, posee la connotación

116
De mi ansiedad a tu felicidad

de Avodat Eved, ‘el servicio de un esclavo’, es decir que así como un esclavo debe
trabajar con un esfuerzo desmedido, también, esta alegría exige gran esfuerzo y
dedicación pues tenemos que despojarnos de todo lo externo hasta demostrar que
la única razón para ser felices es la verdad Divina, y que Su Presencia irradia en
lo más profundo de nuestra alma.

Cuando nos desprendemos de aquellos elementos que creemos que nos


pueden traer felicidad y enfocamos nuestra atención exclusivamente en la verdad
pura y simple, el obsequio preciado de tener una relación íntima e incondicional
con el Rey de Reyes, el Santo Bendito Sea, la alegría brota sin ninguna barrera.

Era la festividad de Pesaj, “el Tiempo de nuestra


Libertad”. El Santo Baal Shem Tov se reunió con un grupo
de sus discípulos más allegados y juntos se dirigieron al
hogar de una pareja que no lograba tener hijos.
Cuando llegaron a la casa, el Baal Shem Tov notó la
profunda tristeza que se había apoderado de esa pareja.
Luego de saludarlos afectuosamente les preguntó “¿Por
qué están tristes? Es la fiesta de Pesaj, tenemos la
‘mitzvá’ de estar alegres”.
La pareja le respondió con pesar: “¿Cómo podemos
alegrarnos al ver nuestra suerte?, llevamos muchos
años juntos, pero Di-s se niega a bendecirnos con hijos”.
El Santo Maestro reiteró su mensaje: “Es la fiesta
de nuestra libertad, deben echar a un lado su
melancolía y celebrar el nacimiento de nuestro
pueblo y el hermoso obsequio de que Di-s nos haya
escogido para Él”. Y sin más preámbulos exclamó
“¡Vamos, levántense!, ¡hay que bailar!”.
Los dos se negaron y le dijeron que, aunque desearan
hacerlo, la pesadez no les permitía despegar sus
cuerpos del suelo.
El Santo Baal Shem Tov no conforme con esta respuesta,
los impulsó “Ustedes tienen que encontrar las fuerzas.
Di-s sabe lo que hace, pero hoy es Pesaj y deben
demostrarle su gratitud por hacernos Su nación”. Y una
117
De mi ansiedad a tu felicidad

vez más, exclamó con firmeza: “¡Levanten sus cuerpos


y bailen! ¡Bailen porque saben que Di-s es maravilloso!
¡Celebren porque reconocen que todo lo que Él hace es
por vuestro bien!”.
Al escuchar las palabras del Baal Shem Tov, ambos
sintieron una fuerte determinación y comenzaron
a bailar y cantar con todas sus fuerzas. Al principio
parecía imposible, pero con el paso del tiempo
su alegría interior irrumpió y sus cuerpos fueron
resucitados por ella. Realmente sintieron que habían
quebrado esa gruesa cobertura que tenían y que no
permitía aflorar la luz del alma. La alegría se tornó
real y ya no tuvieron que esforzarse más para cantar y
celebrar la redención de Pesaj.
En ese momento, el Baal Shem Tov les reveló que su
alegría incondicional y su fe inquebrantable habían
logrado revocar el duro decreto Celestial y que ahora
serían bendecidos con hijos.

Esta maravillosa historia nos muestra cómo se puede alcanzar la alegría


del alma siempre. Sin importar las dificultades que enfrentemos, persiste en lo
más profundo de nuestro ser esa Chispa Divina, y cuando permitimos que aflore,
no hay nada que la detenga.

Al principio de este capítulo, te expliqué la estrategia de liberar tu alegría


interior y te dije “Intenta escuchar con atención una melodía jasídica y baila”.
Además de esta, existe una segunda técnica que resulta indispensable para acceder
a la luz oculta de nuestro ser interior.

Párate frente a un espejo y observa tu rostro. Verás una imagen lúgubre y


triste de ojos opacos y expresión seria. Ahora quiero que sonrías, ¡simplemente
hazlo!, aun si no encuentras razón alguna. Con seguridad, la voz insolente del
Yetzer Hará gritará “¿Acaso perdiste la cabeza? No es tiempo de sonreír. ¡¿No te
das cuenta de que tu vida es un desastre?!”.

118
De mi ansiedad a tu felicidad

Lo maravilloso de esta segunda fórmula radica en que no estás utilizando


una distracción, estás riendo sin ningún motivo. El Yetzer Hará está preguntándote
¡¿Por qué estás feliz?! Y tú le respondes, ¡Porque sí!

Cuando actúas de esta forma, las fuerzas negativas que estaban invirtiendo
su esfuerzo en llevarte a la desesperanza optan por dejarte tranquilo de una vez
por todas pues se percatan de que su influencia negativa es precisamente la raíz de
tu conexión incondicional con Di-s.

Cuando nos encontramos deprimidos y no hay razones o


circunstancias para sentir felicidad, recordemos que podemos
“aprovechar” esta situación para revelar la alegría esencial
de nuestro más profundo ser.

119
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 8

Objetivo: Sentir la verdadera alegría en Di-s

Actividad: Escucha tu canción favorita y baila con ella.


No importa cómo te sientas, entrégate y déjate llevar por tus emociones más
profundas. Enrédate con el sonido de la música y comienza a sonreír. Una vez que
hayas terminado, registra tus sensaciones.

121
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 8
”La alegría, más allá de todo”

En respuesta a su carta escrita en el mes de Adar II,


cuando ha de acrecentarse el grado de júbilo, más
todavía, ya que su carta fue escrita varios días antes de
Purim, cuando el júbilo debe resplandecer:
No obstante lo anterior, el contenido, y lo que es más
importante, el ánimo de sus líneas no es afín a Purim, no
es ni siquiera alegre.
Después de todas las razones y explicaciones que usted
me manifiesta en su carta sobre su desánimo, así y todo,
sigue aun vigente el mandato de Di-s ‒quien no solo es
el Creador del mundo, sino también su Conductor‒ de
que se le ha de servir con alegría.
Sin dudas, Di-s está al corriente de todas las razones que
menciona en sus líneas como causantes de su desánimo,
y no obstante, nos ordena permanecer alegres. Esto nos
enseña tres cosas:
a) Puesto que Di-s demanda de nosotros esta alegría, sin
dudas, nos ha provisto de la capacidad y aptitud para
concretarla, ya que Él “no hace demandas no razonables
a sus criaturas”; y “Cuando Él peticiona, solo lo hace de
acuerdo con la capacidad de cumplir esta petición por
parte de los seres creados”.
b) Incluso en una situación así, en la que parece no haber
nada de qué alegrarse, hay abundantes razones para el
júbilo. Todo lo que se necesita es el deseo de mantener
los ojos abiertos y así poder ver todo por lo que se puede
estar alegre.
c) En virtud de lo explicado en muchos textos, incluyendo
el del Tanya (cap. 26), una actitud de abatimiento es
contraria al servicio apropiado a Di-s: Cuando se quiere
obtener la victoria en la batalla, en particular una
difícil, hay que emprenderla con alegría, como se explica
detalladamente en ese texto.

123
De mi ansiedad a tu felicidad

También es conocido el dicho de mi suegro, el Rebe, de


Bendita Memoria: “Un soldado que va camino al frente
de batalla entona una marcha de victoria y júbilo”,
por más que todavía tenga que lucharla. Porque la
perspectiva de tener fe y convicción firme sobre la
victoria en la batalla venidera, y el júbilo que resulta
de aquel triunfo es algo que fortalece y apresura en sí
mismo la victoria.

Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch.


Libro Igrot Kodesh, Vol. XIV, pág. 481.

124
Capítulo 9

Miedo y ataques de pánico


De mi ansiedad a tu felicidad

Este libro no tiene solo la intención de abordar de manera minuciosa la


naturaleza de la ansiedad, sino que pretende guiarte para que puedas recuperar el
control de tu mente y, también, de tu corazón.

Es probable que ya hayas escuchado algo acerca de los ataques de


pánico. Se han escrito varios volúmenes en los que se describe la forma en que
se presentan, cómo se definen, cuáles son sus síntomas, cuánto duran, y mucha
más información. Sin embargo, debemos preguntarnos, ¿cuántos de esos libros
nos ofrecen una solución concreta, además de sugerencias sobre distintos tipos de
medicamentos y terapias?

Ante todo tratemos de entender qué es. El ataque de pánico es una


experiencia muy violenta en la que se padece miedo, angustia y sensaciones
físicas agobiantes. En muchos casos, no sabemos cómo se origina, aparece
repentinamente, y la persona no entiende qué es lo que le está ocurriendo. Este
hecho genera incertidumbre e incrementa el temor. Durante el ataque de pánico,
surgen en la mente imágenes aterradoras originadas por los desórdenes físicos que
se producen y que inducen la sensación de peligro. Una voz interna demanda con
suma ansiedad: ¡¿Qué me está sucediendo?!

Hace más de dos años, se acercó a mí en busca de consejo


alguien que sufría de ataques de pánico por las noches.
Lo miré y le dije que la solución para dejar de tenerlos
era muy sencilla. Terminé de decir estas palabras y noté
una expresión incrédula.
Pude imaginarme qué pensaba. “¡Yo estoy viviendo un
infierno y este rabino viene a decirme que posee la clave
para dar fin a mis sufrimientos! ¿Qué idea tiene él del
martirio por el que estoy pasando?”.Lo volví a mirar y le
pregunté si sabía cómo se desencadenaban los ataques
de pánico. Ignoraba la respuesta.
Entonces, comencé a explicarle. “Comienzan con algún
síntoma, por ejemplo, sudoración, en ese momento, nos
preguntamos instintivamente ¿Qué está sucediendo?
y la voz interior exclama ¿Será esta una señal de
que algo anda mal conmigo? Mientras la duda se
intensifica, el miedo se incrementa. Finalmente, es ese
miedo el encargado de producir los demás síntomas:
127
De mi ansiedad a tu felicidad

aceleración violenta del ritmo cardíaco y graves


dificultades respiratorias. Nuestra preocupación inicial
se transforma en un “estado de emergencia”. Nos
preguntamos aterrorizados ¿Estoy teniendo un infarto?
El miedo es cada vez mayor y estamos convencidos de
que lo que estamos sintiendo puede ser fatal.
La persona seguía mirándome fijamente, su
silencio demostraba que tenía un creciente interés
en mis palabras.
Con paciencia, continué. El miedo de morir es
indescriptible y termina desencadenando el intolerable
“ataque de pánico”. Yo lo definiría como un terrible dolor
en el alma, que parece infinitamente más insoportable
que cualquier dolor físico.
Hice silencio, y nos miramos por un instante.
Su rostro reflejaba comprensión y un leve rastro de
esperanza. Ávido de que siguiera, me escuchaba con
mucha atención.
Lo miré a los ojos y le dije “Deseo explicarte cómo puedes
librarte de los ataques de pánico para siempre. El motivo
por el cual han logrado afligirte por tanto tiempo es
porque tus miedos te debilitan. Debes comprender algo:
mientras no cambies de actitud, vendrán cada noche,
y en cada ocasión, se producirán con más fuerza. Para
erradicarlos, debes adoptar una actitud diferente.

Cuando una situación particular afecta nuestro estado emocional, y


nos conduce paulatinamente hacia pensamientos obsesivos que generan un
intenso nivel de angustia, es muy factible que como resultado se produzca un
ataque de pánico.

Ocurren debido a nuestra debilidad emocional. Aunque tenemos la


tendencia de pensar que surgen de repente, lo cierto es que resultan de nuestra
debilidad emocional, que se convierte en un terreno fértil para su aparición.

Como mencioné antes, dentro de nosotros existen dos entidades espirituales


que luchan constantemente entre sí. Los maestros jasídicos explican este conflicto
interno utilizando la analogía de dos reyes que libran una fuerte batalla para

128
De mi ansiedad a tu felicidad

apoderarse de una ciudad y someter a sus habitantes a seguir sus dictámenes.


De forma similar, las dos inclinaciones que tenemos luchan a cada momento con
el objetivo de conseguir el control de nuestro organismo, que sería el territorio
que “se disputan” los dos reyes. Así como esos monarcas desean someter a los
habitantes de la ciudad, nuestras dos inclinaciones (el Yetzer Hatov y el Yetzer
Hará) pelean por dominar plenamente cada uno de los órganos del cuerpo físico.

Al comprender este concepto con propiedad, nuestra perspectiva cambia


de inmediato. Imagínate que un individuo se acerca a ti y te pide que empieces
a correr porque existe un peligro inminente. De seguro, tu reacción sería hacerle
caso a sus palabras y hacer lo posible por prevenir el daño. Pero ¿qué pasaría si
ese mismo sujeto siguiera insistiendo en que estás en peligro, mas tú te dieras
cuenta de que no pasa nada malo? Obviamente, dejarías de creer en su advertencia.
Cuanto más si supieras que, en realidad, su intención es perturbarte y distraerte de
cumplir con tus obligaciones; en ese caso, no solo te abstendrías de hacer lo que
te dice, sino que además te enfurecerías con él.

Esto mismo se aplica a tu Yetzer Hará, él se presenta ante ti como un buen


amigo y te sugiere que huyas de esos horribles síntomas que anteceden al ataque
de pánico. Aprovechándose de tu debilidad emocional, en ese momento, sugiere
que estás en un grave peligro y te conduce a la desesperación.

Sin embargo, como ya hemos mencionado, la realidad es que los ataques


de pánico solo comienzan cuando nos dejamos asustar por los primeros síntomas
y permitimos que nuestra mente nos convenza de que estamos en peligro. Esto
significa que el “amigo” que nos previene del peligro es realmente el que origina
en nosotros el estado nervioso que genera el ataque de pánico.

Nuestro primer error consiste en asumir que la advertencia es genuina y


que el sujeto que nos está previniendo es nuestro amigo. Cuando la realidad es que
se trata de nuestro enemigo interno, quien intenta llevarnos a la desesperación y
llenarnos de ansiedad. Se está burlando de nosotros, abusando de la confianza que
le tenemos. Debemos entender que, al tratarse del enfrentamiento contra el Yetzer
Hará, no existe la posibilidad de lograr un empate; si no llevamos la ventaja,
entonces la tiene él.

No debemos creerles a los pensamientos negativos. Ellos intentan


controlarnos a su antojo. Debemos estar atentos y percatarnos
de su farsa. Debemos ignorarlos totalmente; así, los tendremos
en nuestro poder, y nosotros seremos los que decidiremos.

129
De mi ansiedad a tu felicidad

Solo si somos receptores del Yetzer Hará, puede venir un ataque de pánico
pues le permitimos que nos domine.

Analiza cómo actúas antes, durante y luego de un ataque y, a partir de hoy,


haz todo lo contrario. Esta es mi propuesta para que puedas terminar con ellos.

El verdadero problema radica en que le tenemos miedo a los ataques.


Luego del primero, nos inunda un desmoralizante temor y nos preguntamos con
ansiedad “¿Será este el primero de muchos más?”. En realidad, los ataques de
pánico se originan en la cruel manipulación de nuestro Yetzer Hará, que utiliza
todas las tácticas a su disposición para engendrar en nosotros miedo y paralizar
nuestro crecimiento.

Por consiguiente, si deseamos librarnos de este terrible malestar, debemos


erradicar el miedo hacia él. Si en ese instante crítico, optamos por reunir todo
nuestro coraje interior y exclamar fervientemente “¡Adelante! Ven cuando quieras,
¡estoy listo para destruirte!”, desafiamos esa voz demostrándole abiertamente que
no nos intimida en lo más mínimo.

Esta es la intención de las palabras del Rey David en Tehilim, que forman
parte de nuestros rezos diarios: Confía en Di-s, sé fuerte y envalentona tu corazón,
y confía en Di-s. Nadie es santo como Di-s, pues no hay nadie fuera de Ti, y no
hay nadie tan poderoso como nuestro Di-s. ¿Pues quién es Di-s excepto Hashem,
y quién es poderoso fuera de nuestro Di-s?.

De hoy en adelante, mantendrás esta actitud firme ante los ataques de


pánico, y de esa manera los vencerás para siempre.

En la filosofía jasídica, se explica que “un poquito de luz desplaza mucha


oscuridad”. Esto lo podemos apreciar cuando entramos en una habitación oscura
y encendemos un fósforo. Esa ínfima cantidad de luz se encarga de remover gran
parte de la oscuridad presente. Aunque este hecho nos resulta obvio, es importante
que reflexionemos por qué ocurre: en realidad, la oscuridad no posee sustancia
o existencia propia, ella es simplemente la ausencia de luz. Por esta razón, en el
momento en que surge la luz, ella se desvanece.

Lo mismo sucede con los ataques de pánico, ellos solo pueden existir en
la oscuridad, pero cuando incrementamos la luz de nuestro verdadero ser, los
anulamos por completo.

130
De mi ansiedad a tu felicidad

Coloca este mensaje en tu mente, medita sobre él cuantas veces te sea


necesario, y acuérdate de que la única forma de socavar esos malestares es
adoptando una actitud audaz y perseverante, con la certeza de que solo se requiere
un mínimo de luz para que la oscuridad se esfume sin dejar rastro.

Cuando desafíes los temores que te acechan con un cierto grado de osadía,
ellos intentarán aumentar su fuerza, se alzarán cada vez con más intensidad y
tratarán de ahuyentar tu valentía, mas no debes permitir que te hagan desistir.
Recuerda que nunca han podido herirte, cuántas veces te hicieron creer que ibas
a morir o que perderías la cabeza. Sin embargo, sabes muy bien que todo era
una farsa; aquí estás, tu salud es normal y mantienes la cordura. Ellos son unos
embusteros, solo manipulan tu ser interior para que se rinda a sus pies. ¡No más!
Enfréntalos con firmeza y verás cómo huyen despavoridos. Es fundamental que
tengas conciencia de que esos miedos no son tuyos.

Iván estaba preparando el último examen de la carrera


de Medicina, su mente está sumergida en los estudios.
De repente, apareció un vecino y comenzó a distraerlo.
Sin reparar en lo que Iván estaba haciendo, comenzó
a hacerle un sinfín de preguntas: “¿Cómo has estado?
¿Lograste ver el partido de ayer?”, entre otras.
Al principio, nuestro estudiante contestó una a una con
mucha paciencia. Pero en un momento, le pidió que
no lo distrajera más porque estás repasando para su
prueba final.
Sin embargo, el vecino se mantuvo incólume, como si no
hubiera escuchado nada, ignorando las peticiones.
Finalmente, Iván junto fuerza y lo enfrentó. “¡Vete de
aquí!, ¡¿acaso no te das cuenta de que estoy tratando de
prepararme para el examen final?!”.

Esta misma debe ser nuestra respuesta a la ansiedad, debemos tratarla


como si fuera un ser extraño que nos impide avanzar, crecer y cumplir con nuestras
metas. Cuando llega un ataque de pánico, debemos verlo de esta manera, tenemos
que dirigirnos a él como si fuera un ser cuyo único objetivo es paralizar nuestro
crecimiento personal y minarnos el camino.

131
De mi ansiedad a tu felicidad

Quizá, después de leer este capítulo, te surja la pregunta “Si todo esto es
tan simple, ¿por qué no lo pensé antes?”

La respuesta es que cuando ves una persona que quiere molestarte o


desviarte de tu objetivo, es fácil que la desafíes porque te das cuenta con claridad
de sus malas intenciones. Pero si ese enemigo proviene de tu interior, difícilmente
puedas reconocerlo, y en cambio, asumes que se trata de tu enfermedad.

Es posible que con aplicar esta enseñanza una sola vez consigas deshacerte
de los ataques de pánico. En algunos casos, se requieren dos o tres intentos, pero no
más que eso. La idea es demostrarte a ti mismo que eres tú el que posee las riendas
de tu vida, para eso, tienes que incorporar dos valores primordiales: la confianza
en tu Creador y la fe en tu propio potencial. Estos dos elementos contienen toda
la luz que se requiere para erradicar la oscuridad.

132
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 9

Objetivo: Agradecer lo que uno tiene.

Actividad: Es necesario que tengas presente y tomes conciencia de las cosas bellas
que Di-s te ha otorgado en la vida. Cada día agradece por ellas. Haz una lista con
todas ellas. Reléela. Registra tus sentimientos.

133
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 9
”No temerle al miedo”

En respuesta a su carta, en la cual escribe que se siente


temeroso y con pánico.
Por lo general, esta clase de problemas no tiene base
en la realidad (excepto por el hecho de considerar
estos pensamientos y obsesionarse con ellos). Por
consiguiente, el hecho de dejar de centrarse en estas
ideas (hesej hadáat) las elimina por completo. Se sabe
que hesej hadaat no significa entrar en batalla con un
pensamiento en particular, dado que combatir una idea
es lo contrario de dejar de pensar en ella.
Más bien, supone, lisa y llanamente, pensar en otras
cosas por completo: cuando el pensamiento perturbador
irrumpa en la mente, se lo ignorará por completo; con
gran firmeza, no se lo dejará crecer ni se lo combatirá.
Más bien, se lo dejará de lado y se pensará en otra cosa.
Con mayor precisión, son desterrados si se piensa en
temas de Torá y mitzvot: puesto que aún una pequeña
cantidad de luz disipa una gran cantidad de oscuridad.
Se entiende que todo lo anterior puede lograrse
mejor cuando se está sano y fuerte, razón por la cual
debe preguntarle al médico sobre los síntomas y
seguir sus instrucciones.
No obstante –como se expuso con anterioridad‒, hágalo
sin pensar obsesivamente en el tema.
Puede cobrar una confianza adicional en que tendrá
éxito en la búsqueda de librarse de sus temores, ya que
nos encontramos ahora en medio del período de las
Altas Fiestas, en los días en que se nos firma y sella para
bien. En este tiempo, Di-s, la Esencia del Bien, hace que
el bien descienda sobre todos y cada uno de nosotros, de
manera abiertamente revelada.

Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch.


Libro Igrot Kodesh, Vol. XVI, pág. 17.

135
Capítulo 10

El temor a la muerte
De mi ansiedad a tu felicidad

Si analizáramos en profundidad las causas de nuestra ansiedad, llegaríamos


a la conclusión de que la verdadera razón por la cual hay momentos en los que nos
encontramos confundidos y nos quedamos perplejos y paralizados ante el mundo
es el miedo a morir y desaparecer.

Las conversaciones que sostengo con una gran variedad de personas y


los relatos que otras tantas me hacen dejan traslucir la cantidad de temores que
soportan aquellos que sufren tormentos emocionales, pero en definitiva, siempre
llegamos a la conclusión de que el miedo más poderoso, la base de todos nuestros
pesares, es el miedo a la muerte.

Una de las situaciones que más nos enfrenta con este miedo es la de los
viajes en avión. Muchas son las consultas que recibo sobre este tema y que, con
diferentes matices, expresan las mismas preocupaciones; en ellas, se desliza el
inmenso temor a viajar en avión porque es una situación que nos hace sentir
vulnerables y estimula el temor a la muerte.

En una oportunidad, llegó a mí un joven que tenía pavor


de subirse a un avión para emprender cualquier viaje.
Sabiendo que la mayoría de los accidentes de avión
ocurrían en el momento de despegar, en un estado de
nerviosismo total, bajaba la ventanilla para evitar ver
lo que según él podría ocurrir. Y volvía a recuperar
la calma cuando escuchaba el mensaje de “ya hemos
alcanzado la altura correspondiente, pueden aflojarse
el cinturón de seguridad…”.
Si el despegue había sido exitoso y el piloto no se había
dirigido a los pasajeros con comentarios sobre el vuelo,
se preguntaba “¿Estará pasando algo malo?”.
Cuando al fin el avión estaba en un curso estable,
respiraba aliviado, pero luego, si por algún viento
inesperado se llegaba a producir uno de esos
fenómenos físicos que producen turbulencias,
sus nervios surgían nuevamente y el corazón le
comenzaba a latir a mil revoluciones. Su mente no
paraba de pensar en catástrofes.
Durante nuestros encuentros, le expliqué los conceptos
fundamentales que estaban implicados en los episodios
139
De mi ansiedad a tu felicidad

que me relataba y, también, le brindé una serie de


herramientas para resolver sus problemas, bagaje que
detallo en este libro que comparto con ustedes.
A las pocas semanas, sus miedos, gracias a Di-s,
se terminaron.
Cierta vez, le pregunté “¿Hace cuánto que vives y ‘viajas’
con estos temores? ¿Desde cuándo le tienes miedo a la
muerte?”. A lo que me respondió, “Ya son más de diez
años que vivo esta ‘turbulencia’ emocional”.
Luego de escuchar su respuesta, Di-s me “iluminó” con
una frase muy poderosa y le dije “No debemos temer a
la muerte, sino que debemos tener miedo a no vivir la
vida”. Y continué, “Más que el miedo a morir, ¿no tienes
miedo de vivir toda tu vida, hasta el último día, de
esta manera? Una vida llena de ansiedad y confusión,
malestar físico y emocional. ¿Realmente quieres vivir
todos tus días de esta manera?”.

La razón por la cual las personas temen a la muerte ‒como dijimos en los
capítulos anteriores‒ es porque no son conscientes de la misión Divina que las
trajo a este mundo. Pensar en la muerte implica concentrarse en algo que ocurrirá
en el futuro; así, perdemos el enfoque en nuestro presente y olvidamos la misión
que Di-s nos ha encomendado.

El Talmud manifiesta “Los malvados, aun mientras viven, son considerados


como muertos; y los justos, incluso luego de morir, se denominan vivos”.

Según la visión profunda del judaísmo, una persona no se define como


viva solo cuando respira, come o cumple con sus funciones fisiológicas. Uno
puede estar respirando adecuadamente, funcionando de manera óptima y aun así
vivir enajenado de su fuente Divina, de su verdadera vitalidad interior.

Estar vivo implica mantenerse sintonizado con el propósito Divino, que


mantiene todo leal a la misión particular y única que debemos cumplir en este
mundo. Una persona que está viva en el sentido pleno de la palabra es aquella que
no se motiva solo en función de lo que puede recibir de la realidad, sino a raíz de
lo que ella puede aportar al Plan Maestro de su Creador.

140
De mi ansiedad a tu felicidad

La vida va más allá, vivir es estar conectado con un propósito y con


una misión espiritual que nos trasciende. Es algo sobre lo cual pensamos y
reflexionamos. ¿Para qué el mundo me tiene aquí?, y no, ¿Qué quiero obtener
yo del mundo?

Si estás constantemente preocupado por la muerte, pierdes el eje de tu


misión espiritual, ya que ese temor interfiere con la capacidad que posees para
cambiar el mundo en forma positiva. Ese temor te anula y te impide desarrollar
las capacidades y talentos que Di-s te otorgó en beneficio de Su creación. Esto de
alguna manera es “morir en vida”, y a esto es a lo que realmente hay que temer.

Imagina a una persona a quien Di-s le da la capacidad de desarrollar la cura


de una enfermedad muy grave y, en lugar de eso, usa su inteligencia para obtener
beneficio en la bolsa de valores. ¿Podríamos decir que esta persona “vive”?
Algunos pensarán que sí lo está, pero la realidad que nos expresa la sagrada Torá
es que mientras no cumplamos la tarea que nos ha sido encomendada, no estamos
vivos de verdad.

Por esta razón, diariamente, incorporamos en nuestras plegarias la


bendición que reza “Baruj Ata Hashem Mejaie Hametim”, ‘Bendito eres Tú quien
resucitas a los difuntos’.

Esta oración tiene dos connotaciones: por un lado, demostramos la certeza


de que la redención mesiánica debe llegar de inmediato y de que, en ese momento,
Di-s va a revivir a los muertos. Por el otro, nuestros Sabios nos enseñan que se
trata de una súplica personal para que Di-s nos libere de “morir en vida”, que Él
nos ilumine para que estemos enfocados en nuestra misión Divina y nos otorgue
la fortaleza necesaria para persistir con lealtad y compromiso incondicional.

En una oportunidad, estaba conversando con mi amigo


Moisés Waisberg acerca de este mensaje y él me dijo
“Quien no está preparado para morir por Di-s, no está
listo para vivir por Di-s”. En un principio, esta frase me
pareció un poco dura y extrema, pero encierra una
verdad absoluta, profunda y esencial.

Si creemos en el Creador del universo y nos aferramos con fuerza a la


misión que nos legó, entonces, descubrimos que el valor de la vida va mucho

141
De mi ansiedad a tu felicidad

más allá de su expresión física y del tiempo que permanecemos en este mundo
material; pues “la vida siempre está viva”, aunque en cierto punto, Di-s decide
que la vida debe abandonar el cuerpo que la contiene Eso no significa el final, sino
el inicio de una nueva realidad en la que esa vitalidad retorna a su fuente e impacta
la realidad en una forma nueva, no a partir de llenar los recipientes del mundo,
sino a raíz de su trascendencia intrínseca.

La siguiente parábola será fuente de inspiración y entendimiento


para nosotros.

Se cuenta que uno de los ejércitos más poderosos del


mundo estaba preparando un comando de elite que
efectuaría las misiones más desafiantes que se habían
realizado hasta el momento.
Se escogieron los soldados más capaces, y estos fueron
entrenados arduamente durante más de diez años por
los estrategas y comandantes más experimentados.
Debían seguir con exactitud una dieta muy estricta,
eran expuestos a los más rigurosos ejercicios físicos
y mentales, tenían que rendir al cien por ciento de
sus capacidades y la más mínima debilidad o falta los
descalificaba del programa.
Cuando llegó el día de su examen final, que
determinaría si eran capaces de ocupar los puestos
de vanguardia en el ejército, se le ordenó a cada uno
de ellos que subiera hasta la cima de una montaña
cercana. Cuando todos estuvieron allí, les dieron la
más extraña orden: “Salten al precipicio”.
Cada soldado cumplió perfectamente con la primera
consigna de esta última prueba, pero al llegar a la cima,
ninguno tuvo la capacidad de asumir el riesgo de perder
la vida arrojándose al vacío.
De repente uno de ellos lo hizo, los demás observaron
desconcertados la escena. Sin embargo, cuando estaba
a punto de estrellarse contra el suelo, se abrió el piso
y apareció una inmensa red que amortiguó su caída.
142
De mi ansiedad a tu felicidad

Los generales del comando miraron al grupo y


dijeron “Aquellos que no están dispuestos a morir por
nuestro país, no están capacitados para protegerlo de
nuestros enemigos”.
Luego de su fracaso en la misión, la mayoría tenía
una sola pregunta: ¿Cómo supo este soldado que una
red se extendería milagrosamente y que nada malo
le ocurriría?
Él les respondió “¿acaso les parece lógico que el ejército
de nuestro país nos haya tenido aquí por más de diez
años, haya invertido millones de dólares e infinitas horas
para entrenarnos para luego, el último día, arrojar todo
ese inmenso esfuerzo por la borda?

Este mismo análisis se aplica a nuestra vida. Di-s no invirtió toda Su


esencia y su Ser en el proceso creativo para que simplemente tengamos una vida
tan corta ‒cualquier número de años es insignificante en comparación con el
infinito‒ y luego debamos morir, y todo se termina.

El valor de nuestra vida supera el alcance de la vida como la


experimentamos, es una realidad Divina eterna que se manifiesta en forma
óptima en el mundo físico, pero que lo trasciende infinitamente. Cuando
llegamos a comprender esto, nuestras prioridades cambian de raíz, entendemos
cómo todo es incalculablemente pequeño frente al Ser infinito de Di-s y cómo el
único objetivo que justifica estar aquí es consagrar nuestro tiempo y esfuerzo a
satisfacer la misión que Él nos ha encomendado. Entonces, comenzamos a vivir
de veras y conseguimos erradicar toda forma de temor o ansiedad; adquirimos
la certeza inquebrantable de que la vida es eterna y de que nuestra tarea supera
las barreras del tiempo en el que se desenvuelve.

El mejor remedio para no temerle a la muerte es dejar de temerle


a la vida. Debemos enfocarnos en nuestro presente. Vivir es estar
conectado con un propósito y con una misión Divina.

143
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 10

Objetivo: Vivir el regalo del presente.

Actividad:
Cada día es parte del plan Divino. Enfócate en lo que estás haciendo en el presente.
Concentra tus pensamientos en tus actividades cotidianas sin pensar en el pasado
ni el futuro. Al final del día realiza el registro de tu saldo.

145
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 10
“Entendimiento superior”

He recibido su carta, en la cual escribe sobre diversas


cosas que no comprende, como el sufrimiento de su
padre durante la enfermedad de él. En particular, ¿por
qué Di-s haría sufrir a una buena persona?
A juzgar por su carta, es sin dudas innecesario
enfatizarle un concepto evidente: sin dudas, no es
sorprendente que un ser humano no comprenda las
sendas de Di-s, dado que un ser creado y finito no puede
comprender lo infinito.
Lo opuesto, es decir, que el hombre comprenda
los caminos de Di-s, sería más bien sorprendente,
y se debería a la benevolencia infinita de Di-s que
Él le ha revelado al hombre ciertos aspectos de Su
Divina providencia.
Cuando una persona que ha estado enferma sucumbe a
su enfermedad, está claro que la enfermedad afectó solo
el cuerpo físico. Si algo anduviese mal, por ejemplo, con
la sangre del paciente, aquello no puede afectar su vida
espiritual y su alma eterna.
En otras palabras, cuando un paciente se rinde ante
una enfermedad, ello sucede solo porque la unión entre
el alma y el cuerpo ha llegado a su fin, pero el alma es
eterna. Este es uno de los fundamentos básicos de la fe
judía, así como el de muchas otras.
En la Torá se explica y enfatiza con frecuencia que la
vida en esta tierra es solo una preparación para la vida
futura y eterna en el Mundo por Venir.
Aquello se enseña en la muy conocida Mishná de Pirkei
Avot, que expone “Este mundo es como un vestíbulo
hacia el mundo futuro; prepárate en el vestíbulo para
poder entrar en la sala de los banquetes” (Avot 4: 16).
Es imposible describir la vida en el Mundo por Venir, dado
que, incluso en este mundo –es decir, mientras el alma

147
De mi ansiedad a tu felicidad

está conectada con el cuerpo–, el alma se encuentra en


un plano infinitamente superior al de la vida del cuerpo
en el cual está investida; cuánto más así cuando el alma
ya no está distraída por el cuerpo.
Pero en lo que respecta a la vida en esta tierra y la vida
del alma en el mundo futuro, las diferencias no son de
grado sino de clase, y no hay un común denominador
entre ambas.
Al mismo tiempo, debe recordarse que el sufrimiento en
el “vestíbulo”, que es no más que un corredor hacia “la
sala de los banquetes”, es después de todo temporal, y la
ganancia es eterna.

Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch.


Libro Igrot Kodesh.

148
Capítulo 11

La alimentación y el orden
De mi ansiedad a tu felicidad

Existen ciertos momentos en nuestra vida en que las distorsiones


del pensamiento y los trastornos de ansiedad que experimentamos, entre
otras cosas, son causados por algunos desórdenes que tenemos en nuestro
comportamiento diario.

Por ejemplo: basta con descuidar nuestra dieta o las horas de sueño, para
que se descompense todo nuestro sistema nervioso y acabemos presos de los
síntomas de la ansiedad.

Cuando una persona acude a mí en busca de orientación, lo primero que


hago es preguntarle cómo era su actitud de vida antes de sufrir de ansiedad.
El objetivo de mi pregunta consiste en determinar los motivos concretos que
desencadenaron dichos trastornos.

De hecho, en varias oportunidades he descubierto que la razón


del padecimiento no radica en algún desafío o prueba que la persona esté
enfrentando, sino sencillamente en que ha sido negligente consigo misma, ha
descuidado dos elementos primordiales de los cuales depende la buena salud:
el sueño y la alimentación.

Resulta evidente cómo en la mayoría de los casos, el motivo por el que


la persona descuida tanto su dieta como su descanso físico, es precisamente por
la ansiedad general que experimenta. Aun así, se sabe que existen personas que,
incluso mientras sufren de ansiedad, se esfuerzan por mantener constancia en
sus horarios de sueño y son conscientes y cuidadosas con su alimentación, y es
gracias a su rigor que su estado de ansiedad se mantiene manejable y no alcanza
dimensiones extremas.

En cierta ocasión, conocí a una joven que se había propuesto


adelgazar antes de su casamiento. Ella había soñado toda
su vida con vestir ese hermoso traje blanco y deseaba
alcanzar la figura apropiada para lucirlo como una
princesa. En términos concretos, para conseguir su meta
debía reducir “solo” 25 kilos de sobrepeso. Le quedaban
tres meses para lograrlo, entonces, decidió adoptar una de
esas dietas “mágicas” que aseguran resultados milagrosos
en un corto período.

151
De mi ansiedad a tu felicidad

Como seguro supondrán, esta rigurosa dieta no le permitía


ingerir siquiera un gramo de harina; además, la cantidad
de calorías que consumía por día no superaban las 1200.
Para complicar más el asunto, ella misma se abstenía de
cosas que la dieta no le negaba con la idea de que cuanto
más exigente fuera consigo misma, más rápido alcanzaría
su objetivo. Luego de tres días, consiguió perder cerca de
dos kilos, esto la motivó a continuar con su plan.
Finalmente, llegó la semana previa a su boda, había logrado
una figura ideal y estaba preparada para deslumbrarlos a
todos con su hermoso vestido de novia.
Sin embargo, su obsesión por bajar de peso la llevó a
por alto la gravedad del daño que su comportamiento
implicaba para su salud física, mental y emocional.
A medida que cumplía con esa rigurosa dieta, su organismo
empezó a debilitarse en forma gradual. Muchas veces, se
sintió agotada y al borde del desmayo, pero nada de eso le
importaba, su única preocupación era verse hermosa el día
de su boda, nada más. Cuando el cansancio era demasiado
intenso, se apresuraba a tomar varias tazas de café con la
certeza de que eso no la iba a engordar.
Cuando se vio tan cerca de su gran día, sus emociones se
dividieron en dos: por un lado, estaba muy contenta de
haber logrado su meta; pero a la vez, se dio cuenta de
que ese régimen había hecho estragos en su personalidad.
Estaba todo el tiempo cansada, irritable, mareada
y constantemente sentía ganas de vomitar. Al estrés
característico por contraer matrimonio, se le agregaron
los problemas derivados de su gran debilidad física.
Casi siempre, se hallaba al borde del llanto. Comenzó a
experimentar fuertes inseguridades con respecto a su
futuro y la aterrorizaba que sus invitados notaran su
estado de ansiedad.
El momento más esperado de su vida iba transformando
en el momento más difícil de afrontar.

152
De mi ansiedad a tu felicidad

Al llegar el día que tanto había esperado, se dio cuenta


de que ya no estaba lista para hacerlo. Mas debido a la
vergüenza que le ocasionaba tener que aceptar su trastorno,
decidió ignorar sus emociones y entró a la sinagoga como
si todo estuviera transitando maravillosamente. Mientras
se desenvolvía la ceremonia, fue presa de tres ataques de
pánico consecutivos.
Hoy recuerda aquel día tan especial como uno de los
momentos más angustiantes que ha vivido. Con solo
pensar en ese episodio, surge en su interior el sentimiento
de dolor y frustración que la dominó en ese instante.

La joven de la que les hablo no era una persona que se revelara como
alguien muy sensible. De hecho, ella había enfrentado grandes desafíos y pruebas
familiares muy difíciles y se había mantenido equilibrada frente a situaciones que
a otras mujeres podrían haberles ocasionado depresión o ansiedad.

Esto nos indica que la causa de sus ataques no se encontraba en el estrés


que envuelve a la preparación de un casamiento, sino en su comportamiento
extremista en los meses que precedieron la ceremonia.

Esa actitud obsesiva descompensó su sistema nervioso al grado de


ocasionar que aquellas preocupaciones naturales generadas por un matrimonio se
presentaran para ella como un desafío imposible de superar.

Esta historia nos demuestra lo esencial que es una buena alimentación para
mantenernos sanos física, mental y emocionalmente. Por ejemplo: el incremento
en el consumo diario de cafeína puede resultar en un trastorno de ansiedad, el que,
con solo regular ese exceso, puede ser rectificado.

El camino para alcanzar la paz, la serenidad y la espiritualidad


comienza cuando sentamos las bases del orden y la disciplina.

153
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 11

Objetivo: Poner orden en la vida.


Actividad: Tu vida está desordenada, no respetas los horarios de las comidas ni
te fijas en qué comes, duermes poco e ingieres dosis exageradas de café por día.
Pon un alto. Visita a un médico que te indique un régimen de comidas. Aplícalo
con conciencia. Respeta los horarios. Los momentos de comer y dormir deben
ser momentos de relajación y cuidado personal. El orden es el principio de la
tranquilidad.

155
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 11
“Los logros sostenidos se dan paso a paso”

En respuesta a su carta del 19 de Menajem Av, en la cual


pide consejo sobre su falta de orden y cuenta que cuando
decide conducirse de una manera específica aquello no
es duradero y vuelve al modo de conducta previa que es
perjudicial tanto para usted como para otros:
A menudo esto es el resultado de decidir hacer
cosas que se encuentran distantes y muy lejos de la
situación presente, es decir, desea “saltar” cuando el
curso de acción normal debe ser ir mejorando poco a
poco, paso a paso.
Hay, de hecho, circunstancias inusuales en las que el
curso de acción apropiado es “saltar”: ir de un extremo
al otro de un solo golpe. Sin embargo, este no es el modo
de conducta usual, donde se procura lograr un progreso
lento pero sostenido.
Otro consejo que permitirá que sus resoluciones
perduren es compartirlas con un amigo. Esto dificulta
el hecho de dejar de proseguir con la resolución, puesto
que tendría que responderle a su amigo por no continuar
con el cambio.

Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch.


Libro Igrot Kodesh, Vol. XX, pág. 311.

157
Capítulo 12

La respiración y el alma: socios en la creación


De mi ansiedad a tu felicidad

Este capítulo te demostrará cómo a partir de desarrollar una respiración


correcta podrás alcanzar una relajación plena y podrás librarte de todos los
síntomas negativos que conlleva la ansiedad.

Al rectificar tu forma de respirar, lograrás vencer los trastornos de ansiedad


y mejorarás tu calidad de vida, así como el estado integral de tu salud.

Para comenzar, quisiera explicar el trasfondo místico de este concepto.


Se sabe que las letras hebreas son también los elementos Divinos utilizados por
el Creador para darle forma a la creación. Esto significa que, al remitirnos en
hebreo al nombre de algo, accedemos a su definición esencial y descubrimos su
razón de ser.

La palabra hebrea neshimá significa ‘respiración’; y esta misma expresión


está fuertemente relacionada con la palabra neshamá, que significa ‘alma’. El
significado de esta asociación reside en que el alma y la respiración están ligadas
en su esencia.

Por consiguiente, si rectificas tu manera de respirar, conseguirás corregir


también los trastornos de tu alma.

Para llegar a comprender esto vamos a analizar la relación que existe entre
el alma y la respiración. Nuestros Sabios nos enseñaron que “Tal como el alma
llena el cuerpo, de la misma manera Di-s llena el mundo”. Esto significa que la
totalidad de nuestro ser está permeado por el alma. Sin embargo, se sabe también
que existen sedes principales en nuestro organismo, esas son las bases en las que
el alma se manifiesta más y se torna perceptible.

A pesar de que como hemos mencionado antes, el alma penetra todo


nuestro cuerpo. Existen órganos más sensibles a su presencia, y en consecuencia,
más adecuados para que ella se exprese. En la sabiduría jasídica, se enseña que
esos dos recintos fundamentales para el alma son el cerebro y el corazón.

Basándonos en este análisis, podemos empezar a comprender el vínculo


esencial entre el alma y la respiración. Si le preguntáramos a una persona que sufre
de ansiedad cuáles son los órganos que siente más afectados por ese trastorno,
¿qué nos respondería? Sin lugar a dudas, la cabeza y el corazón.

161
De mi ansiedad a tu felicidad

La cabeza porque allí se originan los pensamientos obsesivos, y el corazón


porque es donde se desata el caos emocional.

Ahora estamos en condiciones de entender que la ansiedad ataca los


órganos que albergan al alma, aquellos encargados de su expresión y que le
facilitan el control de todo el cuerpo.

Por esta razón, si queremos superar los padecimientos que nos acarrea
la ansiedad, debemos limpiar de toda impureza el hogar del alma: tenemos que
limpiar nuestra mente y nuestro corazón para purificarlos de cualquier elemento
negativo; de esa forma, permitiremos al alma morar en paz y lograremos un estado
óptimo de salud mental, emocional y física.

Para poder rectificar la neshamá (alma), hay que trabajar


en corregir la neshimá (respiración).

Una forma de darnos cuenta de la conexión que existe entre el alma y la


respiración es reflexionando sobre el relato de Bereshit (Génesis), en el que la
Torá describe la creación del primer hombre, Adam HaRishón. Ahí dice que “Di-s
insufló en sus fosas nasales un hálito de vida”. Al leer esto es probable que nos
surja la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos decir que Di-s sopló?

Evidentemente es imposible atribuirle funciones físicas a Di-s, sin


embargo, nuestros Sabios nos enseñan que “la Torá habla de manera que nuestro
oído inferior pueda comprender”. En este caso, al decir que Di-s sopló, la Torá
desea expresar una analogía. En el sagrado libro del Zohar, se enseña que “Aquel
que sopla, lo hace desde lo más profundo de su ser”.

Veamos el siguiente ejemplo para interpretar estas palabras.

Una persona se encuentra frente a un auditorio. Puede


pasar largo tiempo disertando, hablando y exponiendo
sus ideas sin llegar a sentirse cansada. Sin embargo, si
parara de hacer lo que está haciendo y tomara un globo
y tratara de inflarlo, ese esfuerzo sería mucho más
agotador y extenuante que la charla que estaba dando.

162
De mi ansiedad a tu felicidad

La razón de esto radica en lo ya dicho. Como al soplar dejamos que


participe una energía que proviene de nuestro ser más íntimo, más que al hablar,
cuando intentamos inflar un globo, terminamos mucho más cansados.

Si deseamos retomar el control de nuestra vida, en primer lugar,


debemos retomar el control de nuestra alma, para eso tenemos que aprender a
respirar correctamente.

Pensemos por un momento: Nuestro cuerpo cansado y abatido por la


ansiedad se asemeja a aquel bloque de tierra inerte, a aquel cuerpo original cuando
aún no tenía vida. La ansiedad drena nuestras fuerzas y nos deja en un estado
exánime de la misma manera que el cuerpo del primer hombre era solo un pedazo
de tierra antes de que Di-s le otorgara un alma.

Por consiguiente, nosotros debemos emular el acto primordial del Creador


y soplar en nuestro interior “un alma de vida”. Esto se logra a partir de respirar en
forma adecuada.

Los cabalistas enseñan que la respiración rectificada posee tres facetas:


postura, respiración y meditación.

La postura está relacionada con el cuerpo y también con el nivel inferior


del alma denominado nefesh. Los cabalistas enseñan que el nefesh es la dimensión
del alma que se encarga de dar movimiento al cuerpo. El objetivo de la postura
es preparar al cuerpo para que sea un vehículo apropiado para la luz Divina que
surgirá a través de la meditación.

La respiración se vincula con la dimensión del alma llamada “ruaj”.


Según la sabiduría de la Cabalá, el ruaj es el encargado de la facultad
emocional del alma. Por esta razón, a partir de respirar con calma podemos
canalizar nuestras emociones.

Finalmente, luego de que una persona ya ha consagrado su cuerpo, ha


adoptado la postura correcta y ha dirigido su corazón a partir de la respiración,
debe establecer una conexión intelectual, es decir, elaborar pensamientos
positivos y reflexionar en la grandeza y soberanía del Creador. De esta forma, se
forja una conexión sólida con la Fuente de la Vida y se consiguen beneficios tanto
espirituales como materiales, invitamos a Di-s a morar en ella.

163
De mi ansiedad a tu felicidad

Esta tercera y última etapa está relacionada con la dimensión más alta del
alma de las tres que se invisten en el cuerpo, pues la Cabalá enseña que también
existen dos niveles más que trascienden toda investidura en nuestro organismo.
Pero aquí estamos hablando de las facetas del alma que ejercen sistemáticamente
una influencia progresiva en el cuerpo, que se denomina “neshamá” y que es la
que controla la facultad intelectual del hombre.

A continuación, te presentaré un modelo de respiración que, si lo realizas


en forma correcta, te proporcionará tanto serenidad mental como emocional.

En primera instancia, es fundamental que adoptemos la postura adecuada.


La sabiduría jasídica enseña que no por casualidad el ser humano se mantiene
erguido, esto refleja la supremacía del intelecto por encima de las emociones. Por
eso, nuestra cabeza se mantiene elevada, más alta que nuestro corazón; además,
el hecho de que caminamos erguidos representa nuestra capacidad de mirar hacia
arriba y, al mismo tiempo, mantenemos los pies sobre la tierra.

Para enfocar esta virtud, la posición de la técnica respiratoria que deseo


compartir contigo consiste en ponerse de pie y mantener el pecho extendido, es
decir, que todo el cuerpo esté en forma vertical. Esta postura se asemeja a la
posición de una cuerda que está totalmente estirada, en la que no existe ningún
nudo, es decir, aquellos desórdenes musculares que aparecen por la ansiedad y
el estrés. Además, de esta forma también nos liberamos de los “nudos” que se
forman en nuestro pecho cuando las preocupaciones se apoderan de nosotros.

Cuando estamos concentrados en esta postura, debemos meditar en el


contenido del siguiente versículo: “Una porción de Di-s es Su pueblo (la nación
de Israel), y Yaacov es la cuerda de Su heredad”.

Los maestros jasídicos explican este versículo de esta manera: cada uno de
los integrantes del Pueblo Judío está ligado a Di-s a través de una “cuerda” cuyo
extremo superior se encuentra con Él y su parte inferior está aquí abajo, dentro de
nuestra alma. Cuando vivimos de acuerdo con los lineamientos y dictámenes del
Creador, el vínculo se fortalece, pero si llevamos nuestro extremo de la cuerda a
lugares impuros, también jalamos la parte más alta de la soga a ese lugar impuro.

164
De mi ansiedad a tu felicidad

Ahora que estamos erguidos podemos iniciar la respiración. Es fundamental


que la inhalación sea siempre más corta que la exhalación. Intenta el siguiente
ejercicio: inhala aire durante cuatro segundos, luego contén la respiración durante
dos segundos y finalmente exhala el aire en seis segundos.

Si realizas este sencillo ejercicio cuatro veces al día, verás cómo tu cuerpo
y tu alma se alinean y el equilibrio entre ambos te proporciona paz y tranquilidad.

Es probable que las primeras veces que realices este ejercicio sientas un leve
mareo, no te preocupes, es normal, se debe a que tu cuerpo no está acostumbrado.

La respiración es la herramienta que nos permite canalizar los poderes


del alma y disminuir la ansiedad, pero no es un fin en sí mismo, sino un medio
para alcanzar nuestro objetivo más alto: la meditación prolongada destinada a
introducir en nuestra mente pensamientos positivos y sanos forjando la plena
disposición de sintonizar nuestras vidas con la Voluntad Divina.

Asimismo, la meditación ayuda a prestar atención de manera intencional


en el momento presente, sin juzgar. Nos relacionamos de forma directa con aquello
que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora. El objetivo es desarrollar una
atención plena que permita tomar conciencia de lo que sucede sin excluir y sin
magnificar los sucesos. Es estar donde ya estamos, lidiar con nuestros pensamientos
y emociones, contactar con el presente.

El problema de la ansiedad es que pasamos mucho tiempo del día


negándonos a lo que ya constituye un hecho y resistiéndonos a ello. Esto genera
más tensión e impide que se produzcan cambios positivos. Por esto, la técnica de
meditación permite contactar con la realidad y aceptarla.

165
De mi ansiedad a tu felicidad

EJERCICIO 12

Objetivo: Lograr la relajación corporal y emocional.

Actividad: Comienza eliminando de tu vida conductas sedentarias. Incorpora


actividades que te exijan movimiento. Tres veces al día tomate un tiempo y realiza
los ejercicios de respiración.

167
De mi ansiedad a tu felicidad

Carta 12
“Encontrar la serenidad”

Hay un tema relacionado con la salud física y psicológica


que exige atención. La salud para el judaísmo es
algo muy importante. Tanto que deben hacerse todos
los esfuerzos necesarios, aun cuando no haya una
posibilidad de éxito seguro.
Esto se refiere al concepto de la meditación, que tiene sus
raíces en los mismísimos comienzos. Los comentarios a la
Torá explican que Abraham y los otros patriarcas eligieron
ser pastores para pasar su tiempo en soledad.
Sus vidas no eran vidas mundanas ni estaban enfocadas a
lo físico. Por el contrario, estaban totalmente consagrados
al servicio Divino, por lo que se los llama “la carroza de Di-
s”. [Se eligió esa metáfora porque tal como una carroza no
tiene voluntad propia y está totalmente controlada por su
conductor, de modo similar estaban sus vidas, totalmente
controladas por Di-s].
Eligieron una profesión que les permitiera llevar tal
existencia espiritual y en soledad, sin tener que enfrascarse
en el alboroto de la vida en las ciudades.
Lo mismo sigue siendo así hoy. Hay ciertos aspectos de
la salud psicológica y la calma que pueden alcanzarse
poniéndose fuera de contacto con el barullo y el tumulto
que nos rodean.
Al retirarse en soledad y aislarse por un período, se pueden
alcanzar la salud psicológica y la paz mental.
Este proceso supone apartarse del clamor y el tumulto
callejero, y meditar sobre un objeto que produzca
serenidad y paz mental.
Este modo de conducta fortalece al individuo y vela por su
salud mental.
La meditación debe emplearse solo para aquellos que
la necesiten; un individuo sano desde el punto de vista

169
De mi ansiedad a tu felicidad

psicológico no necesita practicarla. Por el contrario, un


individuo saludable y calmo que empiece a apartarse
dentro de sí mismo por medio de la meditación no hará
sino dañar su salud mental.
El modo de meditación requerido por todos es el que forma
parte integral del servicio espiritual. Así, encontramos la
directiva del Shulján Aruj de que antes de la plegaria hay
que meditar sobre “La grandeza de Di-s y la insignificancia
del hombre”. Esta meditación, no obstante, tiene momentos
determinados –antes de la plegaria– y no está meramente
destinada a mitigar el nerviosismo.
El segundo rasgo crucial es que la meditación debe
basarse en una idea kasher o en temas de la Torá, por
ejemplo, “Shemá Israel”, y los conceptos allí implicados.
Aquello llevará al individuo a una mayor conciencia de
la grandeza de Di-s y la intrascendencia del hombre, una
meditación que esté de acuerdo con la meditación general
que precede a la plegaria.

Extracto adaptado de una alocución del Rebe de Lubavitch.


Libro Sijot Kodesh, Vol. III, pág. 314.

170
Capítulo 13

La importancia de pensar en positivo


De mi ansiedad a tu felicidad

Quisiera compartir contigo una enseñanza jasídica que explica la


importancia de pensar en positivo. En la sección VaYeshev de la Torá se relata el
episodio de la venta de Yosef. Ahí leemos cómo sus hermanos lo arrojaron a un
pozo. la narración lo describe como “un pozo vacío en el cual no había agua”.

Uno de los comentaristas principales de la Torá, conocido como Rashi,


nos pregunta “Si ya dice que el pozo estaba vacío, ¿para qué repite que no tenía
agua? Y responde “Agua no tenía, pero sí tenía serpientes y escorpiones”.

Los Rebes jasídicos nos enseñaron que este es un mensaje para cada uno
de nosotros: La mente se asemeja al pozo; cuando está vacía de agua, se llena de
“plagas y alimañas”.

Tenemos que cambiar y colmar nuestro pozo de agua. “No hay agua,
excepto la Torá”; la Torá es “la Torá de luz” y “un poquito de luz desplaza
mucha oscuridad”. Si nos ocupamos de introducir en nuestra mente las palabras
de la Torá, las enseñanzas inspiradoras y prácticas de nuestros Sabios, entonces,
desaparecen los pensamientos negativos de forma instantánea. Además, la regla
es que la mente humana puede enfocarse solo en un pensamiento a la vez, si
piensas en positivo, de inmediato, te liberas de los pensamientos negativos.

Quisiera compartir contigo una visualización.

Cierra los ojos e imagínate que te encuentras frente a


una gran puerta, pero esta no es la puerta de una casa
o de un edificio, sino un portón aislado en medio de un
sendero desconocido. Es el portal que ingresa en otra
dimensión y que te conduce al Gran Edén, al Paraíso.
Al cruzar accedes a un espacio colmado de paz y
tranquilidad, a una realidad armoniosa en la cual los
celos, la envidia, el odio y todos los demás atributos
negativos no tienen cabida. Aquí reina el silencio y
puedes ver jardines, montañas, un río de aguas pacíficas
que brota de entre las rocas y baña todo a su alrededor.
Esta paz no es algo que hayas sentido nunca antes, se
trata de un espacio Divino en el que la luz brilla sin
restricciones y el tiempo transcurre sin angustia. Es
aquí donde en tu interior, el corazón se alegra e inunda
173
De mi ansiedad a tu felicidad

cada órgano de tu cuerpo de esa alegría legítima que se


apodera de todo tu ser.
En este momento de inmensa paz, quiero que te sientes
en una piedra y mires hacia el valle, respires muy
hondo y tomes una pluma imaginaria para comenzar
a revelarle a tu Creador todos esos temores y pesares
que yacen en tu corazón. No te frenes al transmitírselos,
hazlo tal cual como los ves, no los trates de decorar ni
alivianar, al contrario, demuéstrale a Él que sabes que
aún con lo terrible que son esos “demonios”, tú bien
sabes que a Di-s nada le intimida. Así que redacta esta
carta y sé muy específico. Cuando hayas terminado
toma tu carta y lánzala en dirección al viento. Observa
cómo milagrosamente ella se eleva por los aires, como
si tuviera alas, mírala como se alza cada vez más alto,
impulsada por la integridad de tu alma, por encima de
todas las fronteras que conoces. En cierto momento, la
pierdes de vista, pero estás seguro de que ha accedido
a las ventanas del Palacio Celestial y de que fue llevada
frente al Rey de Reyes, el Santo Bendito Sea.

En este preciso instante abre los ojos, confía por entero en que tu dolor
desaparecerá y en que tu Padre vela a cada momento por tu bienestar. Reconoce
que no existe nada que temer, que no estás solo, sino en los brazos de aquel que
te ama infinitamente, con una intensidad mayor que el amor de un padre anciano
hacia su hijo pequeño nacido en la vejez.

También, quiero que pongas en práctica un consejo que el Rebe de


Lubavitch les daba con frecuencia a quienes estaban luchando contra la
ansiedad y el miedo.

El Rebe le pedía a quien lo consultaba que hiciera un esfuerzo por


memorizar las primeras líneas del capítulo cuarenta y uno del libro del Tanya,
donde se describe la entrega y el compromiso que Di-s tiene con nosotros y cómo
ese compromiso Divino debe ser correspondido a partir de nuestros esfuerzos por
temerle y satisfacer cabalmente Su Voluntad Suprema.

174
De mi ansiedad a tu felicidad

Aquí te entrego una traducción de esas palabras:

Sin embargo, la persona debe tener siempre en mente


cuál es el comienzo del servicio Divino, así como su
núcleo y raíz. Esto quiere decir que, aunque el temor
es la raíz de "aléjate del mal" y el amor es la raíz de
"haz el bien", no obstante, no basta con despertar solo
el amor para "hacer el bien", sino que, al menos, antes
de ejecutar el mandamiento positivo, la persona debe
despertar primero el temor natural que se encuentra
oculto en el corazón de cada judío para no rebelarse
contra el Supremo Rey de Reyes, el Santo, Bendito Sea,
como se declarara arriba, a fin de que este temor se
manifieste en su corazón o, al menos, en su mente. Esto
significa que a fin de despertar dentro de sí esta última
clase de temor, que al menos medite en su mente acerca
de la grandeza del bendito Ein Sof y su Majestad, que
se extiende a todos los mundos, tanto superiores como
inferiores; y que considere además que "Él llena todos
los mundos" y "abarca todos los mundos", como está
escrito: "¿No lleno acaso Yo el cielo y la tierra?". Y con
todo, Di-s deja de lado a las criaturas de los mundos
superiores y a las criaturas de los inferiores, y confiere
su Majestad sólo a Su pueblo Israel, en general, y se la
confiere a él en particular pues la persona tiene el deber
de decir: "En aras de mí fue creado el mundo". Y Él, por
su parte, acepta Su Soberanía sobre sí, que Él sea Rey
sobre él, para servirlo a Él y hacer Su Voluntad en toda
clase de labores serviles.
"Y he aquí, Di-s Mismo está sobre él" y "todo el mundo está
lleno solo de Su gloria" y no solo por ser omnipresente
Él ve todo, sino que, lo que es más Él observa a él en
particular, y "revisa sus riñones y corazón" para ver si
Lo está sirviendo de manera adecuada. Por eso, debe
llevar a cabo su servicio en Su presencia con reverencia
y temor no solo como uno que está en el dominio del
Rey, sino, más bien como uno que está parado delante
del Rey.

175
De mi ansiedad a tu felicidad

El miedo y la ansiedad son el resultado de la percepción de un peligro, de


un riesgo. Esto significa que el temor demuestra nuestra falta de confianza en que
Di-s controla el mundo, en general, y nuestro mundo personal, en particular.

Las palabras del Alter Rebe están dirigidas a esta distorsión del
pensamiento, están destinadas a despertar en nosotros la certeza de que Él Bendito
y Exaltado Sea rige cada detalle de la creación, que su objetivo primordial es
“Revisar sus riñones y corazón para ver si Lo está sirviendo adecuadamente…”,
cuando reflexionamos acerca de esto con verdadera seriedad y concentración, los
miedos desaparecen frente a la Presencia absoluta que controla nuestras vidas
y nos percatamos de que “Di-s es mi pastor, nada me ha de faltar…”, como lo
explicó el Rebe de Lubavitch en varias ocasiones: Si reconozco que “Di-s es mi
pastor”, que Él se dedica a guiarme con fidelidad absoluta en el camino indicado
y que Él me protege de todo lo negativo, entonces, esta misma realización será la
causante de que “nada me ha de faltar”.

Este modo de conducirse engrandece los receptáculos y las


vasijas, que permiten recibir Sus benevolencias en el futuro
inmediato, así como también en el futuro en general.

176
De mi ansiedad a tu felicidad

Ejercicio 13

Ahora que haz terminado de leer este libro, te propongo que reflexiones y medites
sobre la felicidad que haz alcanzado. Repasa mentalmente cada actividad que
hayas hecho. Registra las que ya has incorporado a tu vida. Solo una introspección
sincera y profunda podrá crear en ti un cambio real.
Deseo que Di-s te inspire y te dé la fuerza y la sabiduría para poder poner en
práctica estas herramientas y así lograr una vida libre de ansiedad.

177
De mi ansiedad a tu felicidad

Nuestra santa Torá explica que la medida de


las bendiciones de Di-s depende en un grado
considerable del modo de apreciación en que se
reciban, y que la conducta vaya en consonancia con
estas benevolencias y en reconocimiento de ellas.

179
De mi ansiedad a tu felicidad

Glosario

Ieshivá: academia de estudios judaicos y rabínicos.


Eisej Hadaat: remover la atención.
Yetzer Hará: instinto negativo.
Jasidismo: movimiento iniciado por Rabí Israel Baal Shemtov, el cual se
enfoca en la aplicación de la filosofía esotérica judía con el fin de afianzar la
devoción religiosa.
Torá: los cinco libros de Moises.
Rebe: maestro y lider de los Jasidim
Sucot: festividad judía llamada la fiesta de las cabañas.
Guemará (Talmud): el Talmud es una obra que recoge principalmente las
discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y
dichos, parábolas, historias y leyendas.
Pesaj o Pascua: es una festividad judía que conmemora la liberación del pueblo
hebreo de la esclavitud de Egipto.
Idish: idioma perteneciente a ciertas comunidades judías, se desarrolló tanto en
Europa Central como en Europa del Este.
Mitzva: mandamiento de la Torá.
Teshuva: arrepentimiento, retorno.
Mishna: base de la ley judía oral.
Pirkei avot: recopilación de enseñanzas éticas o máximas de los Rabinos del pe-
ríodo de la Mishná.
Menajem av: onceavo mes en el calendario judío.
Zohar: libro central de la corriente cabalística.
Cabalá: disciplina y escuela de pensamiento esotérico judío.
Shulján Aruj: código judío de leyes.

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