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Por Dai Gómez

HAL Y YO
No sé en realidad si sea el sujeto más optimo para emitir un juicio sobre el cómo se
vive con el internet y esta explosión evolutiva de la tecnología y las diversas
comparaciones que tenemos presentes en el texto.

Nací con la tecnología en mi casa, no tan desarrollada como se encuentra hoy en


día, pero si era indispensable, vi el cambio de las tarjetas a los CD’s y la evolución
de los buscadores y de los videojuegos a los cuales soy adicto. Y también me tocó
la extinción prácticamente de los libros, pues aun en la secundaria era forzoso llevar
un diccionario para poder hacer mas rico nuestro vocabulario buscando una palabra
que no entendíamos del léxico de algún profesor, o algún concepto crucial visto en
clase. Esto evidentemente ha quedado en el pasado y gracias a la portabilidad
tenemos todo en nuestros celulares.

La sobre exposición de información de la que somos testigos y hambrientos


consumidores es inimaginable. Parece imposible y fuera de nuestros limites que
podamos analizar y digerir el mar de datos que fluyen en Internet. Pero tal vez esta
inmensa abundancia de información ha creado seres insaciables en donde la causa
la podríamos denominar gula de información.

En el texto se menciona que los fervientes lectores que consumían libros enteros
sin escrúpulos han quedado en el olvido por el constante bombardeo de información
que tenemos a la mano a la hora de leer en la red; pero que justamente esto estaba
ocasionando, en teoría, consumidores mas listos y selectivos. Esto en su momento
pudo haber sido cierto sin recriminación alguna pero hoy en día creo que estamos
perdidos en cuanto al deseo de aprender.

Gracias a los algoritmos y la perfección de los buscadores todo lo tenemos a la


mano y solo nos preocupamos por tener lo indispensable a pesar de la abundancia
de información, pareciera que las nuevas generaciones están tan expuestas a todo
y es tan natural que ya ni siquiera les importa indagar, el sentimiento de curiosidad
parece extinto, mucho menos entienden y por ende no aprenden de todo lo que ven;
nos hemos convertido en criaturas banales que solo están preocupadas en las redes
sociales y no aprovechan la bendición del Internet para convertirse en humanos
Por Dai Gómez

cultos y predilectos desde la comodidad de su casa, auto, hotel, de donde sea,


siempre y cuando tengas acceso a la Web.

Como bien se menciona en el texto: “Los medios no son sólo canales de


información. Proporcionan la materia del pensamiento, pero también modelan el
proceso de pensamiento.” Si nos detenemos a pensar creo que en esta frase está
la clave, al ser todo tan simple, sencillo y practico nuestro pensamiento se ha
estancado en el conformismo, esperando que el buscador nos de lo que
necesitamos. Las nuevas generaciones están en Internet la mayor parte de su
tiempo, pero no están en búsqueda del conocimiento, simplemente no quieren estar
solos y es por lo que el mayor tráfico de usuarios se encuentra en las redes sociales
en donde buscan una identidad alterna a la de sus patéticas y cotidianas vidas en
el mundo real.

También una línea hace hincapié en que hemos llegado a un momento crucial de
nuestra historia intelectual y cultural, por lo que estamos frente a una transición en
nuestra manera de pensar. Si alguna vez ocurrió esta metamorfosis en nuestro
pensamiento en definitiva quedo en el pasado, y ahora nos enfrentamos a una
vertiente más crucial, me parece que estamos frente a una transición entre el pensar
y el no pensar, olvidar el uso de razón y convertirnos en recipientes contenedores
de información que no juzgan y no la enriquecen.

Para rematar me gustaría retomar el fragmento en donde mencionan que se creó


una relación simbiótica entre la computadora y el hombre. Esto está en el pasado
por obvias razones en cuanto al desarrollo tecnológico, pero si bien no se extinguió
esta analogía, si evolucionó. Hemos creado una simbiosis perfecta e irrepetible
entre el ser humano y la Web; la cual se ha convertido en una aleación que parece
inquebrantable y probablemente sea el producto de la inminente decadencia de la
razón.

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