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Contexto histórico.

A partir del golpe de Estado y teniendo como base ideológica la Doctrina de Seguridad
Nacional, se puso en práctica en Chile una política de Estado represiva que tuvo como
objetivo sofocar toda amenaza al nuevo orden establecido, recurriendo para ello a la
detención, la tortura, el asesinato y el exilio. Estas acciones afectaron a miles de chilenos
entre políticos de izquierda, dirigentes sindicales y simpatizantes del depuesto gobierno de
la Unidad Popular.
La violación sistemática de los derechos humanos se llevó a cabo a través de los órganos
estatales ya existentes (Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile, Policía de
Investigaciones), mientras que otros fueron creados especialmente para tal efecto, como fue
el caso de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA, 1974-1977), Comando Conjunto
(1975-1977) y Central Nacional de Informaciones (CNI, 1977-1990, sucesora de la DINA).
Entre 1974 a 1977, la DINA, al mando del coronel Manuel Contreras, actuó en forma
selectiva y sistemática atacando a los dirigentes de los partidos políticos de izquierda que
se encontraban en la clandestinidad, lo que elevó la cifra de detenidos desaparecidos a
1.102 en 1977. Desde 1978 en adelante, la represión tomaría cauces más
institucionalizados, manteniéndose la violación sistemática de los derechos humanos hasta
el fin del régimen militar, como una forma de reprimir los movimientos políticos y sociales
que protestaban por el retorno a la democracia.
Entre los casos más conocidos, se encuentran Caravana de la Muerte (1973), Operación
Colombo (1975), Calle Conferencia (1976), Hornos de Lonquén (1978), caso Degollados
(1985), caso Quemados (1986) y Operación Albania (1987), además de los asesinatos de
Carlos Prats (Buenos Aires, 1974), Orlando Letelier (Washington, 1976) y Tucapel Jiménez
(1982).
Igualmente, lugares emblemáticos de la represión fueron el Estadio Nacional (1973), el
Estadio Chile (1973), el buque escuela Esmeralda (1973), Peldehue (1973), Pisagua (1973-
1974), Chacabuco (1973-1975), Academia de Guerra Aérea (1973-1975), Isla Quriquina
(1973-1975), Tejas Verdes (1973-1976), Cuatro Alamos (1974-1977), Londres 38 (1973-
1974), José Domingo Cañas (1974), Villa Grimaldi (1974-1976) y Venda Sexy (1975), entre
muchos otros.
4. Los interrogatorios ormato Documento Eletrônico(APA)
Saldarriaga, Gabriel. (2009). Psicólogos y tortura: notas sobre la batalla por el futuro de la psicología.
Revista de Psicología Universidad de Antioquia, 1(2), 61-82. Recuperado em 05 de junho de 2017, de
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2145-48922009000100005&lng=pt&tlng=es.

Desde los primeros interrogatorios de prisioneros hubo presencia de personal médico y


psicológico. Estos profesionales ayudaron en la planeación, apoyo, supervisión y aplicación de
los procedimientos para la obtención de información de los prisioneros. Algunos
interrogatorios fueron videograbados; sin embargo, en 2005, las cintas fueron ilegalmente
destruidas por la CIA.9
En mayo de 2002, el psicólogo James Mitchell estuvo como asesor directo en el
interrogatorio, dentro de una de las prisiones secretas de la CIA, del prisionero Abu
Zubaydah, uno de los ayudantes cercanos de Osama bin Laden. En el proceso Mitchell, quien
nunca había sido interrogador y no tenía experiencia en fundamentalismo islámico, urgió
repetidamente el uso de técnicas que quebrantaran las defensas psicológicas del prisionero
con el fin de crear en él un sentimiento de desamparo e indefensión.
Mitchell expresó su creencia en los procedimientos científicos y dijo que él usaba ciencia pura,
sostenida en experimentos que había realizado con perros, los cuales al ser puestos en jaulas
y ser electrocutados arbitrariamente, se les quebraba completamente su deseo de resistir –
los mismos experimentos que Seligman usó para desarrollar su teoría de indefensión
aprendida y que explicó días antes en su conferencia a los psicólogos militares e
interrogadores de la CIA–.10

''Mitchell expresó su creencia en los procedimientos científicos y dijo que él


usaba ciencia pura, sostenida en experimentos que había realizado con perros,
los cuales al ser puestos en jaulas y ser electrocutados arbitrariamente, se les
quebraba completamente su deseo de resistir...''

Mas las repetidas sugerencias de Mitchell causaron tanta incomodidad en los agentes del FBI
que uno de ellos lo cuestionó directamente: ¿sabe usted algo sobre radicalismo islámico?
¿Habla usted árabe? ¿Tiene alguna experiencia en esta área? Y más tarde, cuando el FBI vio
la aplicación de las nuevas técnicas y el tratamiento que se le daba a los detenidos por parte
del equipo de la CIA, estos agentes federales decidieron separarse totalmente de los
procedimientos, temiendo que fueran ilegales y pudieran verse involucrados en
investigaciones posteriores. Hay registros de un agente del FBI informando a sus jefes en la
Dirección Central que, en su opinión, los interrogadores de la CIA deberían ser arrestados.
La CIA quería tomar control del interrogatorio de Abu Zubaydah para aplicar sus nuevos
métodos, y después de una pequeña batalla con el FBI por la custodia del detenido, logró su
objetivo. Abu Zubaydah, ya en manos de la CIA, fue sometido a todo tipo de técnicas
extremas, como por ejemplo, estar metido por 24 horas en una jaula para perros, donde se
le cubrió con toallas para dificultar su respiración, se le aplicó repetidamente ahogamiento
simulado con agua, se dejó que sus heridas se reabrieran y no se atendieran por personal
médico. Lo paradójico de este evento es que cuando el FBI había comenzado el proceso de
interrogatorio, se había logrado tejer un grado tal de transferencia (rapport) con el
prisionero, que había conseguido de éste información que más tarde fue útil. Años después el
presidente G. Bush declaró sobre este interrogatorio en particular:

Sabíamos que Zubaydah tenía más información que podría salvar vidas
inocentes, pero había dejado de hablar. A medida que el procedimiento continuó
fue claro que [el prisionero] había recibido entrenamiento de cómo resistir
interrogatorios. Entonces la CIA usó una serie de procedimientos alternativos.
Estos procedimientos fueron diseñados para ser seguros, para cumplir con
nuestras leyes, nuestra constitución y con nuestras obligaciones con tratados
internacionales. El Departamento de Justicia revisó extensivamente los métodos
autorizados y determinó que eran legales. No puedo describir los métodos
específicos que se usaron, creo que entiende por qué. Si lo hiciera, le ayudaría a
los terroristas a aprender como resistir a nuestros interrogatorios y a mantener
oculta información que necesitamos para prevenir nuevos ataques a nuestro
país. Pero puedo asegurarles que los procedimientos fueron fuertes, seguros,
legales y necesarios (Office Of The Press Secretary, 2006).

Pero si en las prisiones secretas se dio inicio a la aplicación de las nuevas políticas de
interrogatorio, fue en el campo de Prisioneros Delta, en Guantánamo, Cuba, donde estas
técnicas se perfeccionaron y migraron directamente a los manuales militares. Para marzo de
2003 la filosofía, la teoría y las técnicas del nuevo modelo de interrogatorio habían permeado
dentro del ejército y aparecieron oficialmente en el manual de operaciones de la prisión de
Guantánamo. En marzo 27 el comandante de la prisión, el Mayor General del ejército,
Geoffrey Miller, firmó el Manual de Operaciones Standard para el Campo Delta. 11 En este
manual aparece como política oficial del Campo Delta, entre otras, el negarle a algunos
prisioneros cualquier acceso a Monitores Independientes del Comité Internacional de la Cruz
Roja. Se permitió además el uso de técnicas de aislamiento y deprivación sensorial como
formas de ''preparar'' a los detenidos para los interrogatorios. El manual estipulaba que los
prisioneros entrantes serían mantenidos en total aislamiento por las primeras dos semanas,
con el objetivo de crear sentimientos de dependencia hacia los interrogadores y para
''aumentar y explotar la desorientación y desorganización sentida por los nuevos
detenidos''.12
En Guantánamo los detenidos, después de ingresar a la prisión y ser ''ablandados'', eran
sometidos a jornadas de interrogatorios donde unidades combinadas de agentes, soldados,
médicos, psiquiatras y psicólogos, conocidas como los equipos ''biscuit'' por Behavioral
Science Consultation Teams (BSCT), tomaban total control del detenido. ''Su propósito era
ayudarnos a quebrarlos'', le dijo un ex-interrogador al New York Times en el 2005. El ex-
interrogador dijo también que un doctor de uno de estos equipos, habiendo leído el archivo
médico de un detenido, sugirió que la nostalgia del prisionero por su madre podría ser
explotada para persuadirlo a cooperar. (Lewis, 2005). En Guantánamo todos los
interrogatorios estaban cuidadosamente monitoreados y finamente burocratizados. El equipo
''biscuit'' programaba los interrogatorios, algunas veces los monitoreaba detrás de un espejo
y, en otras ocasiones, estaba presentes con el detenido y el interrogador. A cada detenido se
le hacía una evaluación psicológica y un plan para su interrogatorio basado en sus fortalezas
y vulnerabilidades. El equipo tomaba notas sobre cada detenido, cada plan era
individualizado por los científicos del comportamiento que trabajaban para encontrar algo que
pudiera afectar a los detenidos y que quebrara sus resistencias. Un detenido, quien le temía a
la oscuridad, fue puesto a propósito en una celda oscura. A otro (David Hicks) sólo se le
dejaba salir en la oscuridad de la noche y se le impidió ver la luz del sol por años. El nivel de
monitoreo era intenso y se planeaba cada movimiento, incluso hasta el uso del papel
higiénico era controlado. Un detenido describió a su abogado cómo uno de los psiquiatras le
había aumentado el número de cuadros de papel higiénico que le era permitido usar, de cero
a siete cuadros al día.

''Otras técnicas repetidamente usadas en Guantánamo eran las posiciones


estresantes, por ejemplo, obligar a alguien a estar de pie por largos periodos de
tiempo, o el ahogamiento simulado...''

Psicólogos involucrados en torturas El Colegio de Psicólogos recibió denuncias sobre


psicólogos involucrados en actividades vinculadas a los organismos represivos, pero la
información era indirecta e insuficiente y se refería a profesionales no asociados al Colegio en
esa época. En 1984 se hizo pública la denuncia del agente del Comando Conjunto, Andrés
Valenzuela, quien en su declaración describió a algunos psicólogos que trabajaban en la
Central Nacional de Inteligencia (CNI) y, anteriormente, en la Dirección Nacional de
Inteligencia (DINA). No obstante, en su declaración no realizó identificaciones, por lo que el
Colegio no pudo iniciar acciones legales.

conceptos a definir : ideología (según marx en Deleule) toda ciencia es en sí misma


ideología, ciencia y técnica como ideología) weber , razón instrumental max horkljkad,

sujeto universal/particular.
citas :
La Asociación de Psicólogos de los Estados Unidos (American Psychological Association
[APA]) ha sido sacudida por las tensiones que se han derivado de la participación de
psicólogos en los interrogatorios duros, en los que se utilizan métodos superiores cali cables
como torturas. Sin embargo, tal vez el asunto de mayor con ictividad ha sido la información
pública sobre la contribución de algunos psicólogos al perfeccionamiento de las técnicas de
tortura en el marco político de la lucha contra el terrorismo. Dichas técnicas han integrado la
investigación cientí ca realizada por miles de académicos en universidades prestigiadas
durante décadas y cuyo nanciamiento provino en muchos casos de la CIA (Lemov, 2006).
La discusión acerca de la ética del ejercicio profesional, así como la resistencia moral y
política ante la participación de los psicólogos y otros profesionales en prácticas que
corroen la dignidad humana, ejercidas en nombre del bien común, no es nueva. En Chile,
durante la dictadura militar (1973-1990), el Colegio de Psicólogos y el Colegio Médico se
vieron involucrados en problemas análogos en relación con la ética de la práctica
profesional y cientí ca en ese período. Durante la década de 1980 los profesionales chilenos
recibieron el apoyo y la solidaridad de los gremios profesionales de otros países, entre ellos
de asociaciones profesionales y académicas de los Estados Unidos. Esos grupos ejercieron
presión sobre distintos organismos de la sociedad chilena y sobre el gobierno, con el n de
impedir que continuaran las violaciones de derechos humanos, en particular, la práctica de
la tortura. La situación surgida en la APA reproduce la discusión sobre las justi caciones
políticas (en nombre de la defensa de la patria y de la seguridad interior del Estado) que
tendrían algunas prácticas anti- éticas en contextos de guerra y de la lucha contra el
terrorismo, como las que se produjeron en distintos países de América Latina durante la
segunda mitad del siglo XX bajo las dictaduras militares y regímenes de facto. En América
Latina, la discusión sobre estos temas desapareció de las esferas académicas y
profesionales con las transiciones políticas, como si las violaciones de derechos humanos
hubieran sido asuntos completamente superados. La discusión en los Estados Unidos abre
interrogantes sobre el condicionamiento político del ejercicio de la profesión. Estos temas
requieren de mayor re exión, precisamente por su recurrencia en un mundo globalizado en
el que, al mismo tiempo que se han alcanzado los más altos niveles de intercambios
académicos y profesionales, los mínimos éticos inherentes al desempeño profesional y a la
convivencia social y política no están garantizados. En el caso de los Estados Unidos, la
resolución de estos dilemas trasciende a los gremios directamente involucrados, incidiendo
sobre los mínimos éticos en la lucha internacional contra el terrorismo. Debat

Psicología, Ética y Seguridad Nacional: El Rol de los Psicólogos


Existe aún, sin embargo, otro ámbito disciplinar que merece atención y que ha sido poco

visibilizado. Diferentes testimonios de testigos de la época y también diferentes investigaciones

periodísticas han revelado las actuaciones de profesionales del ámbito de la psiquiatría y psicología

–de manera paradojal las disciplinas más directamente vinculadas a la salud mental.

Específicamente, el gremio de psicólogos ha evitado investigar y referirse a las denuncias y

testimonios que vinculan al profesional Hernán Tuane Escaff, reconocido psicólogo para los

tiempos de la dictadura y quien mantuvo y desarrolló diversas actuaciones al servicio de ese

gobierno.

El colegio de psicólogos ha argumentado la dificultad para acreditar los hechos en que este

profesional aparece sindicado. No obstante, existen testimonios de ex prisioneros políticos y hasta

de un ex agente de la CNI –Andrés Valenzuela– que establecen clara vinculación de psicólogos en

el trabajo de asesoramiento de la DINA Y CNI. Respecto de Tuane, su colaboración con el gobierno

era pública para la época, por lo cual fue identificado por algunos prisioneros durante los

interrogatorios ejecutados en centros de tortura. Se sabe que mantuvo un cargo de importancia en

la secretaría general de Gobierno durante los primeros años de la dictadura. Su área de

especialización declarada parece ser la criminología por cuanto aparece ligado a Policía de

Investigaciones (PDI). Dentro de su trayectoria profesional se encuentra el haber dictado cursos

de capacitación para este organismo, capacitaciones que según sus propias palabras, estaban

orientadas a introducir el rigor científico en las técnicas de interrogatorio. Esta actividad laboral, le

habría significado el cuestionamiento de sus alumnos de la cátedra de “Técnicas de Tratamiento

Psicológico”, en su calidad de docente en la carrera de Psicología de la Universidad de Chile, hecho

que aparece mencionado en la prensa de la época.


Sin embargo, pasa a ganar reconocimiento público desde su participación destacada en uno de los

casos -en la época llamado policial- más oscuros de nuestra historia. Se trata del secuestro,

desaparición, y asesinato de un niño de tan solo seis años de edad: Rodrigo Anfruns Papi. A más

de 33 años de ocurrido, el caso aún es motivo de investigación, pese a haber sido cerrado por los

tribunales en tres ocasiones. La razón por la que la familia aún presiona para su esclarecimiento se

relaciona con la multiplicidad de enigmas y preguntas sin respuesta que quedan aún rondando, en

donde el psicólogo Tuane aparece involucrado. Quienes conocen el caso, saben que Rodrigo en

junio del año 1979 desaparece misteriosamente del antejardín de la casa de su abuela para

aparecer muerto en un sitio eriazo luego de 11 días de intensa búsqueda, encontrándose el cuerpo

en un lugar ampliamente registrado en forma previa. Esta contradicción fue esclarecida en el año

2011 cuando un ex carabinero que participó de la búsqueda confesó a la madre de Rodrigo haber

visto a agentes de la CNI depositar el cuerpo del niño, horas previas al hallazgo del cadáver.

Consta en la información del caso y en expediente judicial de la causa –que estuvo

misteriosamente extraviado– que el Sr. Tuane colaboró como asesor directo de la policía en la

investigación del hecho y fue él quien, supuestamente mediante hipnosis, recibiera la confesión del

único inculpado, el entonces adolescente de 16 años Patricio Pincheira, quien en su condición de

menor de edad termina siendo declarado sin discernimiento y derivado a una institución de

menores de la época. En declaraciones recientes, Pincheira relata haber sido interrogado y

sometido a apremios ilegítimos y amenazas por parte de la policía, como maniobras para obligarlo

a confesar algo que él no había hecho.

Tuane, a propósito de su rol protagónico en la resolución del caso, escribe un libro titulado

"Rodrigo: Una interpretación criminológica", publicado por Editorial Planeta Chilena, en 1982. Sin

embargo, su planteamiento nunca ha sido acogido por los familiares de la víctima. Paola Papi,

madre del niño, ha sido enfática en señalar que ese texto le parece una validación de la versión

oficial del caso, la que hoy aparece cuestionada. Respecto de Tuane y sus declaraciones, en el fallo

de la corte de Apelaciones de Santiago del uno de abril de 2010 se concluye que en su declaración

constan marcadas contradicciones, como por ejemplo la obtención de un dibujo de Pincheira con

escritura en inglés, en circunstancias que el niño no manejaba ese idioma. Estos antecedentes

permiten introducir serias sospechas respecto del grado de participación que le pudiera caber en la
distorsión de la verdad en un caso altamente sensible y para el que se maneja la tesis del móvil

político.

Otros antecedentes de su trayectoria ligada a la dictadura se relacionan con el asesoramiento en

materia de manejo y manipulación de la opinión pública. Su nombre aparece en una serie de

documentos caratulados como "Campaña de penetración sicológica masiva", los cuales fueron

encontrados en un subterráneo de La Moneda en el año 2004. Estos documentos, con firma de

Tuane, tienen data del 19 de noviembre de 1973 y fueron dirigidos a la Junta militar bajo el título

“Sobre la necesidad de realizar una campaña psicológico-masiva tendiente a destruir el marxismo

como ideología”. En definitiva corresponde a un trabajo encargado en el contexto del cargo que

este psicólogo desempeñaba en el Departamento de Relaciones humanas de la Secretaría General

de Gobierno. En estos escritos Tuane y sus colaboradores sugirieron el temor de que militantes y

dirigentes políticos de la Unidad Popular comenzaran a ganar espacios entre los habitantes,

fundamentalmente "por la vía pacífica”, ante lo cual sugerían la necesidad de llevar adelante una

campaña de adoctrinamiento de la población. Esta operación tenía como objetivo mantener a la

población bajo "la amenaza de castigos angustiosos" para que vieran al gobierno militar "como

única solución al problema llamado marxismo". Expresa Tuane en estos escritos: “La campaña

tiene como objetivo fundamental actualizar los factoresneurotizantes que traumatizaron al

ciudadano Chileno durante el régimen de la UP.”

Bajo este esquema es posible visualizar la utilización de conocimientos derivados de la psicología

social tales como herramientas de persuasión que fueron puestos al servicio de un diseño

ideológico que buscaba legitimar el orden dictatorial impuesto. Sin duda se pueden leer

reminiscencias de la maquinaria persuasiva de quien fuera artífice de propaganda de Hitler, el

icónico Goebbels. Los principios doctrinarios aplicados por Tuane son los mismos, persuadir

mediante la manipulación psicológica con el objetivo de introducir una ideología en la población y

así obtener el apoyo irrestricto. Sin duda, una psicología muy lejana al ideario del bienestar

colectivo y de promoción de la dignidad de las personas. Es por ello que, en una época como la

que vivimos, en que poco a poco como país y sociedad hemos comenzado a asumir estas verdades

largamente negadas y manipuladas, se hace urgente fijar los parámetros del actuar ético en pos

de educar a las nuevas generaciones y garantizar que nuestra dolorosa historia de ignominia y

salvajismo no se vuelva a repetir. Solo la memoria nos puede librar de incurrir en el camino
traumático que transitáramos durante tantos años. En mi calidad de psicóloga, profesional de la

salud mental y habiendo ejercido la docencia universitaria miro con preocupación y espanto las

malas prácticas que involucran la utilización del conocimiento disciplinar para fines contrarios al

servicio a las personas y a la promoción de sus derechos esenciales. Señalo enfáticamente que la

disciplina de la psicología no puede estar al servicio de ideologías contrarias al desarrollo integral

del ser humano ni prestarse para validar y legitimar el poder, menos por la vía de causar

sufrimiento a personas, en circunstancias que precisamente debemos apuntar al alivio del

sufrimiento humano y la promoción de sus derechos fundamentales.

http://www.elclarin.cl/web/noticias/politica/9190-la-mente-del-horror-psicologia-al-servicio-
de-la-dictadura.html

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