Está en la página 1de 11

UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE ZACATECAS

GESTIÓN DE PROYECTOS

ENSAYO UNIDAD 1

INGENIERÍA EN ENERGÍA

DANIEL ALBERTO RODRÍGUEZ RODRIGUEZ

1
INTRODUCCIÓN
La ética es un conjunto de varios argumentos o ética empresarial es un tipo de ética
aplicada o ética profesional que analiza los principios éticos y morales que se aplican
en el mundo de los negocios. Comprende todos los aspectos de la conducta de los
negocios y es relevante en cuanto a las conductas individuales de las personas como la
de las organizaciones en su conjunto. Las organizaciones forman parte del tejido social
en el que se desenvuelven, por lo que su comportamiento en el marco de su relació n
con la sociedad es de gran importancia y conviene analizarlo.

La ética empresarial se encuentra relacionada con la filosofía de los negocios, uno de


cuyos objetivos es determinar los propó sitos fundamentales de una empresa. Si el
objetivo de una empresa es maximizar el rendimiento econó mico a sus accionistas,
entonces sacrificar ganancias para otros fines viola sus responsabilidades fiduciarias.
En Estados Unidos y en muchas naciones las entidades empresariales son
consideradas como personas desde un punto de vista legal. Las “empresas como
personas” gozan legalmente de los derechos y obligaciones que poseen los ciudadanos
como personas.

La ética de los negocios, también conocida como ética de la empresa o


ética empresarial, es una disciplina nueva. En Estados Unidos y Europa
fue puesta en boga a finales de la década de 1980 y principios de la
siguiente. Pero la preocupación por la dimensión ética de las actividades
económicas tiene antecedentes en Aristóteles y su rotunda crítica a la
práctica de la usura. Los grandes pensadores de la Edad Media, teólogos
comprometidos con su iglesia, también condenaron la avaricia y la
codicia de los hombres de negocios. A esa época se remonta la idea de
que los negocios son amorales. Se trata de una forma de pensar muy
enraizada en nuestra cultura. Se puede decir, incluso, que la historia de
la filosofía moral es una continua diatriba contra el afán de lucro. Esta
forma de pensar no cambió ni cuando los hombres de negocios
separaron la ética de la economía, a finales del siglo XVIII por influencia

2
de los economistas clásicos, quienes justificaron la economía con un
enfoque utilitarista y, para efectos de análisis, la consideraron un
conjunto de actividades lucrativas ajenas a consideraciones éticas. De
esta época es la tesis de que la ética es una cosa y los negocios otra, la
cual aún ahora atrae la simpatía de muchos propietarios y ejecutivos de
empresa. No obstante, desde mediados del siglo XX diversos autores
han advertido sobre el rápido deterioro de la moral económica, visible
en el aumento de personas que violan las leyes, engañan al consumidor,
contaminan el ambiente, roban a los accionistas, hacen trampas
contables, omiten pagar derechos de autor, utilizan mano de obra
infantil o arriesgan la salud de sus empleados usando tóxicos en la
elaboración de sus productos. Dichos autores han señalado como causa
de estos comportamientos oportunistas el divorcio de la ética y los
negocios. La frecuencia y magnitud de estos escándalos han revivido el
viejo mito de los negocios amorales. Parte del problema radica en la
mayor integración económica mundial. La apertura de las economías
nacionales al libre comercio coloca al mundo de los negocios frente a
grandes tentaciones. La falta de una fuerte conciencia ética, combinada
con la práctica de subcontratar operaciones a quien ofrezca mayores
ahorros en el costo de mano de obra, es fuente de innumerables
abusos. En paralelo, aplicaciones comerciales de Internet, la red mundial
por excelencia, como el comercio y el marketing electrónico se han
convertido en medio de fraudes al consumidor.

DESARROLLO
El Legado de Adam Smith
Antes de Adam Smith se creía que la economía era un pastel dado, de una dimensió n
fija. Si yo conseguía un trozo mayor de pastel, era a costa de alguien, que debía
renunciar a algo de su porció n. De ahí que la opinió n dominante era que los ricos
llevaban una culpa a cuestas. La religió n lo confirmaba.

3
Smith desveló al mundo que esto era falso. Que existía el futuro y que en el futuro el
pastel podía crecer, y podía haber má s pá stel para repartir. Se murió sin ver cuá nta
razó n tenía. Ahora es una obviedad (no aceptada por los grupos y partidos del rencor
y la envidia), que entre 1776, añ o de la publicació n de "La riqueza de las naciones", y
hoy, la producció n de bienes por capita se ha multiplicado por cifras astronó micas.
Hasta entonces, el mundo apenas crecía, só lo en la medida que aumentaba la
població n. A partir de entonces, se empezó a creer en el futuro como campo de
progreso.

Pero lo importante es no só lo el crecimiento material, sino el cualitativo: se generan


nuevos bienes y con técnicas cada vez má s avanzadas, lo que ha significado un
progreso inconmensurable en bienestar de todo orden, empezando por el má s bá sico,
como la salud y la educació n.

Antes el progreso de las naciones consistía en enriquecerse a costa del vecino. La


forma má s segura y manejable de riqueza era el oro, ergo el objetivo era que los
monarcas acumularan la mayor cantidad posible de oro. No se esperaba que la
cantidad de oro global aumentara, por lo que seguramente se lograría empobreciendo
a los demá s países. El oro permitía financiar ejércitos con los que conquistar nuevos
territorios que añ adir a la corona, lo que acrecentaba la riqueza de la nació n,
empezando por el rey.

Esa mentalidad caduca fue liquidada por Smith, el primer economista en demostrar
que el pastel podía crecer indefinidamente. Es má s, el crecimiento de uno no era a
costa del vecino, al contrario. El crecimiento del beneficio del panadero le impelía a
invertir má s, mejorar su negocio, lo que aumentaba la oferta de pan. La riqueza no era
un bien estanco, sino algo en constante aumento gracias al aumento de la
productividad de todos.

La teoría y la empresa neoclásica


La economía neoclá sica considera a la empresa como un mecanismo que se sitú a entre
el mercado de factores y el mercado de productos, y su actuació n consiste en
combinar los factores para transformarlos en productos.

4
Los precios de los factores productivos y de los productos terminados, al igual que la
tecnología que emplea la empresa en la producció n, vienen dados por el mercado. En
este mercado, que se supone de competencia perfecta, la informació n no es asimétrica,
por lo que todos los participantes del mismo tienen completa informació n.

La teoría de la firma considera a la empresa como la unidad econó mica de producció n.

Bajo el enfoque de esta teoría, la empresa puede ser vista como una caja negra
observable por sus comportamientos externos en el mercado, pero no se analiza lo
que ocurre en su interior.

Los principios que representan la teoría neoclá sica son los siguientes:

 La organizació n debe ser formal.


 Divisió n de trabajo y unidad de mando (un solo jefe por subordinado).
 Especializació n ya sea por finalidad, procesos, zonas o clientes.
 Desarrollo de jerarquías en la organizació n.
 Distribució n y relació n entre la autoridad y la responsabilidad

El empresario indispensable
El capitalismo es un orden o sistema social y econó mico que se encuentra en
constante movimiento, derivado del usufructo de la propiedad privada sobre
el capital como herramienta de producció n, que se encuentra mayormente constituido
por relaciones empresariales vinculadas a las actividades de inversió n y obtenció n
de beneficios, así como de relaciones laborales, tanto autó nomas como asalariadas
subordinadas libres, con fines mercantiles.

Con el surgimiento del capitalismo también surge el empresario como tal, el cual debe
tener como característica los siguientes tres puntos:

1. La empresa es ante todo un nudo de contratos; un conjunto de relaciones


personales, un conjunto de relaciones sociales cuyo objetivo es la ganancia, la que
a su vez es uno de los objetivos de la empresa, pero no el ú nico. Los diferentes
individuos que intervienen comprometen su responsabilidad usando su libertad

5
individual; de ahí el fundamento de la ética en la empresa y, en particular, de la
ética del empresario.
2. El empresario es quien toma las decisiones en la gestió n de la empresa; sobre él
pesa la carga de la responsabilidad adquirida gracias a la libertad para que la
empresa alcance sus objetivos. Esta libertad no puede existir sin los fundamentos
primeros de la sociedad que son los derechos naturales del individuo; el otro
fundamento de la ética del empresario es el sistema de normas universales.
3. El capital pone a su servicio todos los conocimientos, todas las fuerzas naturales,
físicas y mentales de la sociedad del presente y del pasado para la producció n de
ganancias. Es el saber humano acumulado que el capital toma a su servicio.

El dogma fundamental de la ética de la empresa


La ética empresarial es algo de suma importancia en todas las empresas porque es
indispensable para que su éxito sea completo.

La ética es la disciplina filosó fica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la
moral y el comportamiento humano. La ética empresarial es, pues, la rama de la ética
que se ocupa de atender las cuestiones morales en la actividad empresarial.

La ética empresarial es algo de suma importancia en todas las empresas porque es


indispensable para que su éxito sea completo. Una empresa no puede solamente
vender para generar ganancias, sin ocuparse de los valores y los principios éticos,
porque la falta de ética empresarial la llevará , tarde o temprano, al fracaso.

La conducta y los valores de los directores de una empresa es un factor muy


importante para que se desarrolle un ambiente ético en la misma pues son los
directores y principalmente el Director General quien a través de su comportamiento
y valores éticos permean en sus empleados y en la organizació n la cultura ética en la
empresa. Por medio de estrategias, apoyadas por los directivos, el personal se sentirá
motivado para adoptar actitudes éticamente correctas.

6
Adicionalmente, en aquellas empresas donde las políticas y procedimientos buscan
solamente alcanzar ciertos objetivos econó micos, los empleados dejan, con frecuencia,
a un lado los principios éticos. Cuando no hay nada má s importante que cumplir con
las metas comerciales surgen, invariablemente, conflictos internos con el personal,
por la falta de identificació n, lo que, desde luego, afecta de manera directa el
crecimiento y el éxito de la organizació n. En las empresas donde se respetan
los principios éticos, todo el mundo sabe que el logro de sus objetivos no justifica el
uso de cualquier medio.

Para crecer y subsistir, las organizaciones necesitan tener la cohesió n de ciertos


valores y normas que sean compartidos por sus integrantes. Virtudes como
la honestidad, la responsabilidad, la lealtad y el respeto, no son só lo valores
éticos, sino que tienen un valor econó mico palpable porque ayudan a la empresa a
alcanzar sus objetivos y a que la sociedad tenga má s confianza en sus productos o
servicios. Este ambiente de confianza favorece también el acceso a los mercados de
capital, porque los inversionistas siempre quieren financiar a organizaciones
confiables, cuyos dirigentes y colaboradores manden un mensaje de cultura ética en
todo lo que hacen.

Definimos la ética empresarial como el conjunto de valores, normas y principios


reflejados en la cultura de la empresa, cuyo objetivo es alcanzar una mayor armonía
con la sociedad y permitir una mejor adaptació n de los trabajadores en el entorno
laboral, respetando los derechos de los mismos en su doble papel de empresarios y de
personas.

Contestando la pregunta inicial, creo que la palabra indicada en cuanto a la necesidad


de la ética empresarial, no es necesaria sino imprescindible. Una empresa que no
incluya la ética de manera intrínseca en su día a día podrá "tener suerte" y alcanzar en
un momento dado unos beneficios importantes a corto plazo, pero está claro que será
una empresa que desaparecerá del mundo empresarial en breve, ya que seguro que no
habrá tenido ni tendrá un apoyo lejano ni por parte de los trabajadores, que son la
materia prima fundamental de cualquier empresa, y tampoco la aceptació n a nivel
social.
7
Toda la vida se ha escuchado que si se trata bien al cliente, este volverá . Pues bien, en
eso se basa la ética. Si una empresa actú a de forma ética se incrementará la
motivació n y la satisfacció n del trabajador, se generará una cohesió n empresarial y se
mejorará la imagen empresarial. Todo esto se traslada hacia un aumento de la
probabilidad de éxito empresarial.

Por todo ello, creo que es fundamental la ética empresarial. Es obvio que una empresa,
que ofrece un buen producto por un precio ajustado, hace participes a sus
trabajadores de la marcha de la empresa, les retribuye con un salario justo, añ ade
valor a los accionistas, atiende a los proveedores y se preocupa por su entorno natural
y social, llegará muy lejos y permanecerá má s tiempo en el mercado y por supuesto
que será un bien para la sociedad.

Un ambiente de respeto laboral contribuye a que el trabajo sea má s eficiente. Las


entidades que observan una conducta ética en la mayoría de sus actividades y de
verdad y transparencia en sus datos financieros, disfrutan de una gran ventaja frente a
la competencia: credulidad y fidelidad pú blica y la confianza de la gran mayoría de sus
trabajadores.

La ley del Valor


La ley del valor es un concepto en la crítica de la economía política de Karl Marx,
primero expuesto en su polémica «La miseria de la filosofía» (1847) en respuesta
a Pierre-Joseph Proudhon (quien había publicado «Filosofía de la miseria»), y con
referencia a David Ricardo. Má s en general, se refiere a un principio normativo de la
ciencia econó mica de intercambio de los productos generados por el trabajo humano:
la relació n de valores de cambio de dichos productos en el comercio, por lo general
expresada por el precio en dinero, son proporcionales a las cantidades de trabajo
humano medido en el tiempo empleado directa o indirectamente para fabricarlos o
producirlos, lo que Marx también llamó el tiempo de trabajo socialmente necesario
para la correspondiente fabricació n o producció n.

Por lo tanto, el valor de intercambio de productos bá sicos (productos


intercambiables) se rige por su valor, el cual es equivalente a una cantidad de trabajo

8
humano (Teoría del valor-trabajo). En Das Kapital, Marx expone que esa cantidad es la
relació n entre la cantidad de trabajo socialmente necesario para producir un bien
reproducible, y la correspondiente cantidad de trabajo socialmente necesario para
producir una unidad de oro

La ley del valor pretende explicar qué regula la proporció n en que se intercambian las
mercancías entre sí. Las distintas proporciones en que se intercambia una mercancía
por las demá s debe poder reducirse a una expresió n comú n y distinguirse solamente
proporció n en que contienen ese patró n o medida comú n. La ley del valor parte del
hecho de que la sustancia comú n entre las diferentes mercancías en tanto productos
sociales es el trabajo humano. El valor y por tanto la proporció n de valor está
determinada por las cantidades de trabajo-tiempo humano que se requiere para
producir las mercancías.

Si un producto requiere en total 100 horas de trabajo humano para producirse, y el


producto B tiene 5 horas de producció n, la proporció n en que se intercambiará en el
mercado esas mercancías A y B gravitará a una tasa de alrededor de 1:20 (uno de A es
20 unidades de B), porque A es un valor mayor que B en esa proporció n.

La relació n de comercio nunca será n 20:1, 1:5, 1:100, o 500:1 (a menos que hubiera
una excepcional escasez o exceso de oferta de estos productos, o un intercambio
desigual se llevaría a cabo). Por esa razó n, la mayoría de los mercados comerciales es
regular y predecible en gran medida, en lugar de caó tico y arbitrario; las normas de lo
que valen los productos en relació n con los demá s son en su mayoría conocidos y
claramente establecido, incluso si las personas carecen de un conocimiento exacto de
los precios.

La ley del valor se origina en los "términos de intercambio" establecido para los
diferentes productos. Si un productor tiene que ofrecer demasiado de su propio
producto para obtener un producto diferente, esto tiene consecuencias directas en el
tiempo adicional que tiene que trabajar para sostener a sí mismo y en el comercio de
sus productos. En la vida prá ctica, rara vez hay productores "estú pido", que saben
cuá les son las consecuencias para su tiempo de trabajo si el comercian en condiciones

9
desfavorables; ya que se sabe con bastante exactitud la cantidad má xima de producto
que está n dispuestos a comerciar para obtener otro producto, y tratan de obtener el
mejor retorno de su propio producto. Con el tiempo, y con mayor integració n del
mercado, relativamente estable será n los valores para los productos que existen
independientemente de la productividad de los productores individuales. En esa
situació n, cada productor tiene que adaptar su producció n a los valores socialmente
aceptados (necesarios), el promedio de los términos de intercambio para los
productos varían só lo dentro de má rgenes relativamente estrechos, y por lo tanto, las
actividades productivas se enmarcan en el dominio de la ley del valor, que vincula " la
economía de la mano de obra a tiempo" con "la economía del comercio".

El á mbito de aplicació n de la ley del valor se limita a “la nueva producció n de los
productores, los productos de mano de obra reproducible”, aunque puede influir
indirectamente en el comercio de otros bienes o activos. Así, la ley no se aplica a todos
los bienes o activos en una economía, y no "manda" el conjunto de la economía, que
incluye, obviamente, mucho má s activos de todo tipo. Los productos primarios son un
caso especial, lo que Marx analiza en su teoría del Alquiler diferencial y absoluto. Los
precios del mercado mundial para los productos primarios en cualquier momento
pueden ser fuertemente influenciados por el rendimiento de las cosechas y las minas
en diferentes países.

En el nivel má s bá sico, la ley del valor específica "el contenido de mano de obra" como
la sustancia y la medida de valor econó mico, y sugiere que el comercio – con los
demá s cosas igual- evoluciona hacia el intercambio de equivalentes (la medida en que
todos los socios comerciales intenten "hacer que su dinero valga la pena"). En la base
del proceso de negociació n es el de economizar tiempo humano, y "normal" el
comercio de los coeficientes se conoce, o aceptada, por los agentes econó micos.

Sin embargo, para Marx, la verdadera preocupació n era la de comprender y analizar la


forma en que la ley del valor determina y regula el intercambio, es decir, có mo el
equilibrio de la producció n de los productos y la demanda de los mismos se podría
lograr, en una sociedad basada en el plano universal, como el capitalismo de mercado,
y có mo se rige por el trabajo a tiempo. Trata de hacer esto empezando con supuestos
10
simplificadores y, después, con una progresiva consolidació n de una compleja
estructura teó rica. Su teoría apunta específicamente a captar capital en movimiento,
es decir, có mo, a través de la circulació n y la diná mica del capital, una modificació n de
los gastos de trabajo social se concilia (o no debe conciliarse con) con las necesidades
sociales cambiantes. En el tercer tomo de Das Kapital, que tiene como objetivo
mostrar có mo el beneficio de la competencia se ve limitada por la ley del valor, y có mo
esto configura el desarrollo de la producció n capitalista.

CONCLUSIÓN
En retrospectiva, la forma en que el capitalismo impacto en como las empresas se
manejaban, ha venido revolucionando la manera de hacer las cosas, y lo má s increíble
es que esto cambia constantemente debido a la globalizació n, si bien es cierto que
tienes que ganar dinero cuando fundas una empresa, tienes que ser un empresario
con equilibrio, ya que debes equilibrar siempre la parte econó mica y la ética. Como
bien se dice, el pastel alcanza para todos, y si bien es cierto que es saludable la
competencia entre empresas, también es real, que existe una delgada línea entre
competencia y odio. Es por eso que todo este tipo de temas como la herencia de Smith,
son un claro ejemplo de có mo se debe manejar una empresa.

11

También podría gustarte