1. Ten siempre recta intención (busca agradar a Dios y no a los demás)
2. Sírvele en estado de gracia (confesado), debes abstenerte de hacerlo cuando: has pecado y tienes conciencia de ello. 3. Evita proclamar en Leggins, camisas de tiras, escotes, mini falda, camisas que muestren el abdomen y trajes deportivos. 4. Procura llegar 20 minutos antes y saludar al Señor en el Sagrario, dale gracias por permitirte participar de una Eucaristía más, ya que podría ser la última a la que tengas acceso. (Saluda siempre al dueño de la casa (templo) – Santa Faustina) 5. Haz que tu servicio sea una ofrenda agradable a Dios, siempre para gloria suya y bien de tu alma. 6. Sea cual sea tu papel o participación en el templo, haz el firme propósito de tener tu mente y tu corazón en recogimiento y silencio interior y exterior. 7. Evita distraerte y ser causa de distracción para otros. 8. Conserva siempre una postura amable, respetuosa, evita familiaridades y confianzas excesivas y abusivas con el Santo Sacerdote, ten presente que él representa al Señor y debe rendirle cuentas de su comportamiento y el de sus colaboradores. 9. Nunca interrumpas al Sacerdote cuando está en confesión, podrías causar que quien se está confesando deje de confesar un pecado grave, ten presente que es el Señor quien obra a través del Sacerdote en aquella alma por medio de este santo Sacramento. (es un momento de intimidad con Dios). El templo es un lugar Santo, Consagrado, donde está presente el Señor, él observa todo lo que hacemos, por lo tanto, procura el mayor respeto y reverencia siempre. Si tienes conciencia de haber cometido alguno de estos actos, ofrece actos de adoración y reparación al Corazón Eucarístico de Jesús, ve al Sagrario y pídele perdón, empieza a corregir y enmendar el daño causado. Lucas 12:48 “A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más. Dios te Bendiga. (7/11/2018) JUEVES DE ADORACIÓN Y REPARACIÓN ANTE EL SANTÍSIMO
Jesús te dice:
Te espero para que te lleves mi tristeza
Te espero para que habites en mi divino corazón Te espero para que te unas a las jerarquías celestiales Te espero para que me adores con gran respeto y reverencia Te espero para hacer de ti lámpara del amor divino Te espero para aliviar tu dolor, para susurrarte palabras de amor al oído En mi morada santa siempre encontrarás alivio, descanso, recobrarás fuerzas para seguir luchando, para cargar tu cruz, porque sin cruz no hay salvación. Siempre te estoy esperando para traspasar tu corazón con los rayos de mi amor y ayudarte a alcanzar la Santidad. Haz tú lo posible para adquirir la perfección que de lo demás, de lo imposible me encargo yo, que soy tu Dios. Si tus ojos se abrieran para ver las maravillas que los ángeles y santos contemplan en el cielo, postrarías tu rostro ante mi humilde presencia en la Sagrada Hostia.
Te amo y Te Bendigo, eres mi mejor creación…. Jesús. (8/11/2018)