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Domingo 5 abril de 2020

Al inicio de esta Semana Mayor, Semana Santa, te pedimos Señor que


dispongas nuestro corazón, para entrar en comunión contigo, en oración, en
recogimiento interior y exterior, porque necesitamos ser tu consuelo, tu
compañía, necesitamos reparar nuestro pecado, necesitamos Misericordia,
hoy que entras triunfante a Jerusalén, te suplicamos señor entra en nuestras
vidas, entra en nuestra mente y corazón, batimos palmas por tu llegada a
esta nuestra Patria, porque mi Colombia está consagrada a tu Sagrado
Corazón y el Inmaculado Corazón de tu Santísima Madre, hoy te recibimos
como nuestro Rey y Salvador, te damos la bienvenida y te imploramos
quédate con nosotros, pasa tu manito sanadora y liberadora sobre esta
Nación y sobre el mundo entero, ten compasión de aquellos países de pocos
recursos y que su capacidad instalada es insuficiente para atender esta
Pandemia, ten compasión de Ecuador, que está al límite en salubridad con
tantos cuerpos en calles y casas emanando olores fétidos.

Hoy no quisiéramos pedir, pero la situación mundial, nos vuelca a poner


nuestras rodillas en el suelo, a levantar la cabeza y mirar el cielo, a desgarrar
el corazón y tal vez los ojos con lágrimas porque no podemos ser indiferentes
ante tanto dolor humano, te suplicamos Misericordia, por todos los jóvenes,
que te han dicho sí, que a través de grupos juveniles desean buscar tu rostro,
desean encarnar tu evangelio, no permitas que se pierdan en cosas vanas a
través de todo lo que les ofrece el mundo, especialmente en este momento
en que pueden perder el tiempo entre tantas ofertas vacías que se les
presentan en las redes sociales, en la televisión y a través de la música.

Ten compasión mi precioso Jesús, de tantos agricultores, productores,


distribuidores y demás personal que continúan su labor en medio de estas
circunstancias adversas que contrae el aislamiento social, el estar expuestos
a un enemigo oculto. Llénalos de paz interior y confianza en que lo que
dispongas será siempre para nuestro bien, aunque nuestros planes se hayan
truncado, dales y danos sabiduría para entender que todo ocurre porque tú
tienes un propósito, que ni una hoja de un árbol se cae si no es tu voluntad,
ayúdales a entender que éste es un momento de misericordia para todos,
también para ellos para volver el corazón a Dios, para entender que no son
nuestras fuerzas físicas las que nos han tenido en pie, sino es la mano
poderosa de Dios que ha bendecido los campos, las semillas y ha permitido
germinar esos frutos que abastecen nuestras alacenas, pero ahora es el
tiempo de valorar la abundante cosecha que por mucho tiempo nos has
regalado y en este momento debemos racionar.

Bendice Señor esas manos que labran la tierra, bendice esas manos que
recogen los frutos, bendice Señor esos hombros que cargan cada producción
de alimentos y también extiende esa bendición a quienes transportan,
distribuyen y abastecen los puntos de almacenamiento, las cadenas de
distribución al consumidor final.

Así mismo recordamos Señor, tu Santa Palabra, Palabra viva, Palabra que nos
llena de esperanza, cuando tiernamente nos dices: Miren las aves del cielo,
que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros y vuestro Padre Celestial
las alimenta, no valen ustedes mucho más que ellas?

Oramos igualmente por todo el personal asistencial, administrativo, técnico


y operativo, de las clínicas y hospitales del mundo entero, especialmente
por aquellos países donde es insuficiente la tecnología biomédica, los
medicamentos, materiales, insumos y equipos, requeridos para una
atención adecuada de los pacientes.

Ponemos ante tu bendita presencia en este domingo, día del Señor, día de
Gloria, a toda la fuerza pública, policías, militares, fuerza aérea, Cruz Roja y
demás organismos de socorro, que por su vocación de servicio lo dejan
todo porque han encarnado el amor de Dios, arriesgan, donan su vida por la
de otros, así como tú nos enseñaste… Nadie tiene más amor que aquel
quien da la vida por sus amigos, y ellos se ofrecen diariamente con gran
valentía, que gran profesión mal remunerada, en muchos escenarios
señalados y criticados, ellos valientes servidores que están frente a frente a
esta Crisis de Salud Pública, sin más protección que la que les llega de tus
Santas Manos.
Oramos por sus familias que muy seguramente ruegan, claman a Dios cada
vez que los ven salir de casa a enfrenar ese enemigo oculto en cumplimento
de su deber, pero que se quedan con el corazón roto al conocer el riesgo
que ello conlleva.

Llénanos a todos de tu paz y de tu amor, para que nos aferremos más a ti,
por amor, más que por temor, porque el riesgo más grande es la muerte y
finalmente algún día todos vamos a morir, por eso ayúdanos mi Jesús, a
volver el corazón a ti, a volver la mirada a ti, a entender que la vida se
acaba en un segundo, y que solo llevaremos las buenas obras que hayamos
hecho, porque al final seremos juzgados en el amor, y por esto ahora que
estamos con difícil acceso a tus santos sacramentos, te suplico ayúdanos a
conservar la gracia santificante que nos devolviste en nuestra última
confesión, para que podamos vivir esta Semana Santa, en comunión
contigo, aunque sea desde la distancia, pero dando ese gran valor a cada
uno de los días Santos desde hoy, hasta el próximo domingo, acompañando
a tus consagrados a tus Sacerdotes que están haciendo su mejor esfuerzo
por garantizarnos la Santa Eucaristía diaria, protégelos, bendícelos, llénalos
de ti, hazlos Santos y Sabios, para que continúen guiándonos por el camino
que lleva al cielo, para que sigamos aprendiendo tu santa doctrina, para
que sigamos teniendo acceso a tus Santos Sacramentos, para que podamos
sobretodo volver a unirnos a ti a través de la Santísima Comunión, porque
quien come tu cuerpo y bebe tu Sangre tendrá vida eterna.

Y finalmente te suplico levanta Señor tus manitos y regálanos tu Santa


Bendición, ayúdanos tú mismo a permanecer unidos en oración.

Amen.

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