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La época del CtUTO 3i
36 rrapalanda
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ceñie y al catecwneno en contraposición al mundo que tenía ., lado de le;; problemas vitales, étnicos, económicos, del interior.
antE: si, bárbaro, libre y cierto. La provincia se alzarla contra la Hasta 184( no .se atisba el aspecto p.morá.rnico ni el sentido na-
ciuc'ad, contra Buenos Aires, que ya no era para el mestizo Ar· cional de 13 empresa, En 1853 triunfa por fin. ia unidad y la tesis.
gentina sino Europa; un pedazo de España con su aduana. sus La revolución ciudadana no sospecha '>a que al cancelar un es-
autoridades centrales, su curia. sus leyes. En tal hervor difuso tado de co ;as inauguraba otro. De habe.·lo barruntado y de haber
y e::iconado, América comenzaba a tener conciencia de sí, y su podido deducirlo hasta sus últimas ir.evitables consecuencias,
despertar era violento como el sueño. les próceres se habrían contenido. Los quz :-e lanzaron hacia las
naturales resultas de esa declaración, trajeron la anarquía, im-
plícita, se 5.ín Paz, en la misma declaración de independencia.
Esos tení...tn razón. Los otros aspiraban a ma¡i.tener un estado
nill ~·ENDENCIA. legal, fueJ t·.?, y rec\}rrieron a la monarquia atemperada con so-
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~- La lpoca del cuere 39
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38 Trapalanda
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y es tanto más legitima cuanto más parece no servir· a nadie y
tanto más profunda cuanto parece más inconcebible. ;. ·. ·
tura, en un caudillo que hiciera bandera y causa de •;í mismo y • soldados eran arrastrados por la violencia o. P.9r otro.~ que se
de ellos mismos, como si sus vidas fuesen, en fin, la parte que alistaban por vocación, y desertaban o cambiaban de }ef-!, según
estaba en juego y en peligro: lo que se estaba defendiendo. las alternativas del éxito; al asalto de las ciudades ¡regufa el sa-
Esos militares, como aquellos politicos coetáneos de ellos, no queo. Por el saqueo se llegaba a la conciencja.-de la propiedad y
combatfan por sostener una causa :c.i un orden. Cornbatian por de la inviolabilidad del hogar. Los correntinos, dice Paz, conoce-
crear un motivo de combatir que a todos convenf'lese y embra- dores del procedimiento, se ap~uraban a saquearse ellos mis·
veciera; discutían en los Congresos por encontrar una doctrina mos, con la excusa de que lo hacían para que.- el co1~trario., de
por la cual tomar partido. El ideal iba naciendo, informe, de la.a vencer, ya no encontrara nada. Lavalle terminó:en cauc-.iilo, man-
mismas escaramuzas de las armas y de las discusion~. de modo 'f dando un ejército de gitanos cosmopolitas, .de_ ~prófugos y de ra-
que era muy posible que el héroe quedara retra.s:iúo o que se ·llf meras. ·- ·-,-._~
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anticipara; y, en cualquiera de los dos casos, que apar eciese como -,s ., No había pueblo ni había gobierno; loleféreitos •rallan
la cantidad de soldados, por el arrojo de sus comandantes y por
por
faccioso, contra el sistema. Ambos, ideal y acción, concluyeron
por ccnvtttir esos medí~ de búsqueda en verdadero¡; fines; y el estado físico de las cabalgaduras. En Gamonal perdieron la
cuando llegó el momento de tener una causa y un orden que de-
fender, ya habían abrazado apasionadamente esa búsqueda come i batalla los caballos. Sólo por una agitación inorgánica, infecdosa,
podía llegar a formarse de una conglomeración un pueblo; sólo
;,or la violencia y el yerro slsterr.ático podría formarse un g0-
finalidad. Y, sobre todo: se babia muerto o se había sido deste-
rrado por esa búsqueda; lo que bastaba para consagrar 1a· causa
como lzgftima y patriótica.
l bi;::rno. El gaucho precipitó el estado de conciencia de la totali-
dad, de la unidad, de la función interna del país. Se habfa acos-
tumbrado a vivir sin cabeza, y ese amanecer e.e conciencia se
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42 Trapalanda
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La ép~ca del cuero 43
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. 44 Trapalanda • La. ép~c~ _'1el. cuero 45
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y el sacrificio. El gaucho, sin un. contexto de derecho que se im- turba en la llanura y fue el castellano en su.ranch~; ·alzó la tropa
pusiera a su conciencia. com¡rend16 ar potro y lo hizo su ~ - · del ganado y se enfrentó contra el terrateniente, _.c ontra el homhre·
Habfa entre ellos la misteriosa correspondencia que entre Eqyjge desconocido de la ciudad. Ya se disoció el espiritu del campo, el
y el pato silvestre. Al unfrsele el ganado, no sena para someterlo federal, el párbaro, del espíritu de la ciudad; el unitario. el mo-
a la civilización. para entregárselo al enemigo com11n, que era el nárquico, reuniendo en torno de sus imanes las limaduras de_ in-
hombre de la ciudad, sino para asegurarse su propia libertad po- tereses dispersos. Prefirió vivir en la vastedad de ese dominio
niéndola en el lomo del bruto.
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sin capitular, sin som¿terse al arbitrio del otro advenedizo; amasó /}
su conciencia con el paisaje, ren~gó de toda tradición y de ahí
resultó el gaucho, el señor hambriento, el hombre_de ) a tropa·igno-
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1
RA.CIA. LA ..lCEPT.ACIÓN CONDICIONAL DE LA WLIDAD. rante, proseguidor inarmónico de un sueño frustradq( En la soledad
llegó a considerarse un despojado, una victima de la injusticia del
código y del tribunal distante.¡Estaba haciendo caus~ común con
La tierra concebida y detentada en enormes proporciones na-
el i9~io, al que siguió_mirando con encono y des~reci~ de basta~
da terua que ver con la familia. porque ~nece al célibe y no a
la prole: pertenece a la geograffa y no a las instltuciones priva- do¡"El mismo era un pfoducto de ese prolongado ·sueno de gran1
deza; una víctima del espejismo del desierto, su'=fantasma vivo.
das. Por otra parte, el colono ulterior tuvo que rebajarse a esas
exigencias d~ la naturaleza que lo desmembraban de su origen, Si no podfa sostener la posesión con el derecho, la ' sostendrfa con
de su raza, de su religión, de su paisaje. Sólo podfa cultivar en el cuchillo, instrumento de su faena; si el puerto no le ~rmitfa
extensas superficies, porq~ solamente· la cantidad compensaba la cargar productos y enajenarlos para su trueque por mercancias,
c.istancia y el aislamiento/ No podrfa en adelante ahondar nadá ni lo haría a espaldas de la aduana y mediante la coima y el cohecho,
echar rarees, -ni concentrarse en la familia. ni intensificarse en la hasta que pudiera disponer del puerto. Tan vagas aspiraciones
cultura; tendría que difundirse, que disgregarse, que e:t'....?nderse cuajaron e!l un programa politico, según aconteció con otras mu-
él mismo y convertirse en número, en cifra de estadística, y hasta chas, y ése fue el punto central de la era de organización que
que tomar su significado de persona humana según la cantidad de culmina en 1880, año de la muerte del gaucho.
su ti:?rra o su ganado. Entraba a formar parte de una sociedad El culto del coraje es eso, y tuvo sus poetas y sus panegi-
• anónima de valores subhumanos: tenía que renunciar para siem. ristas, sus devotos que hoy se disimulan en la exaltación de su
pre a1 amor y que entregarse al ·odfo, franco o encubierto, que
es la norma de la distancia y la soledad.
imagen literaria; aunque nunca fue un tema poético sino un
ejemplar etnográfico/ Muchos quedaron como gauchos malo.;; otros,
Frente a él estaba el hombre alzado contra la ley, GUe pros- comenzando en las estancias como capataces y arreadores, llega.
p,eraba y se fon.aleda. No poseía nada, pero simbolizaba una ron a comandantes y generales; de domador-es de potros a presi-
fuerza de discordia y de violencia con su señorfo moral, épico. den~ de !a República; de administradores de saladeros a tiranos
Hubo, pues, el señor sin feudo; el sefior errante, hijo de la planf. o libertadores. "En Pavón -decía Sarmiento--, se decidió el im·
cie y hermano fatfdlco del potro. Hubo el que entroncó su ideal perlo en favor del más de a caballo".
~n la vieja tradición feudal. ~o tenfa poder (no tenfa tierra ni Pero ese afán de ·dominio tomaba también bajo el prestigi~
ganado) aunqu2 ante él estaba el planeta cubierto de· aniJnales de algún crimen notorio, el camino de la polltlca, de la influencia
errantes también. Con la conciencia de su pobreza se amalgama. personal, del curanderismo, la baquía y la payada, en la ciencia
ba en híbrida mixtura, la llu.stón de su riqueza. A caballo por la de las finanzas y en el arte pedagógico.
llanura, sin qué ponerse encima, sin hogar ni rumbo, era el caba-
llero de esa nada inconmensurable, cuyo t!tulo de propiedad tenfa Las provinciás marcaban los lfmites del fundo, si bien con
el hombre de la urbe, como antes el rey en la }{etrópoll. Era un un nuevo sentido espiritual. El caudillo simbolizaba un incons-
Quijote de regreso, vencido, el andrajo de un suefio ridículo. Se ciente anhelo de legitimidad en la conducta. de seguridad en la
ganancia; era entre todas las formas del azar que asumfan. las
llenó de orgullo; preflrtó levantarse contra la Justicia que le ne-
gaba la propiedad y no la poffStón de lo que bien podría ser suyo , institU'Ciones en sus orígenes, la menos aleatoria. Pero encamaba
con arreglo a las leyes de la Naturaleza, que conocían a fondo el ¡ una rebeldla contra la clvill.zaclón, que iba a organJzarse, a siste-
curandero, el baquiano y el caudillo. Como el caballero, aU.stó la ' matizarse. El caudillo representaba la soberanía en el -domlnio
de hecho, la jefatura de la cánta y, al mismo tiempo, la personi-
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46 Trapalanda La lpoca. deZ cuero 47
ficaclón de algo orgánico, superior 1 • Del viejo ideal deshecho en chó a desemp-.:ñarlas,- ·m ás bien ·en carácter ·de especulador·e .inter-
harapos. aparecía este nuevo personaje exorbitado con el fraile mediario de si mismo. Desde entonces ha sido, cada dueño- de
por delator . y amanuense. Encarna el ideal de .fijación. en ·aquel algo, el peor ·especulador de su -propia ganancia, el .destructor-_<11::
fermento confuso, una dirección, un sentido, un
cuérpo.. Se ·1e
hizo luego portaestandarte de una doctrina pollticá y el nombre
sus satisfacciones. -- · · ·· ·'" · - -- · : :- =-;-_:,:;
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El ganado quedó equiparado a la · extracción de metales, ~pu·
de federalismo cubrió ese afán de dar forma simétrica a un caos, diendo llamarse industrias extractivas a la ganadería y a la ·agri•
de cohonestar el poder habido por medios ilegfümos, precisamen- cultura; el cuero sirvió de materia prima para una· industria que
te. Pero al menos era un ideal, la forma concreta de la barbarie reemplazaba a la minería y que, sin querer llevarse tan allá, su-
que pretend[a eternizarse can un nombre decoroso. No era cam• plantó a to<ias aqu:?llas que utilizan el hierro, la madera· y hasta
biar de métodos de trabajo, ni dejar una herramienta por otra, i., el mimbre, inclusive en la constrUcción de la vivienda. El cuchi• •
ya que las manos que empuñaban. las armas jamás ejercieron ' llo fue la herramienta de esa industria; pero más bien como la
otro oficio (ni acaso el de las armas). Aun cuando se tratara de espada que eomo el pico y la llana. En Facund.tJ se nos dice qué !
tropa, hubo, naturalmente, el hombre de la tropa, de la aventura
guerrera. que quiso cambiar de oficio y no supo. Porque se tra- .
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valor tuvo en las manos del conquistador v:mido a menos y de
su hijo, el gaucho, y qué significó en adelante en las guerras
taba más bien de iniciar el trabajo, e iba a inventárselo, pues se internas,í El cuchillo fue el utensilio que serviría para establecer
carecla. de experi:mcia .aplicable a las modalidades de esta tierra
n{ieva. Y ante todo era menester despojarlo de cuanto en su misma
calidad de trabajo pudiera colocar al poseedor en situación dis-
tinta a la que había supuesto, muy por debajo de su orgullo. Por-
i un "orbé de cultura", d>ara fijar la fisonomía de la época-qu¿
comprende desde· el primer rebajamiento del soldado·a .:procurarse
el sustento, hasta la guerra de independencia en el norte y el
litoral/ Creó una población flotante en las márgenes del Paraná,
que ya era el fracaso resignarse a obtener la riqueza a costa del del Uruguay y en las orillas del Atlántico, desde Artigas a López
oprobio, e9n la aplicación de sus brazos a la tarea plebeyfsima de Jordán, pronta a emband2rarse con el primer caudillo que le
plantar, cosechar, apacentar, vender. S2 procuró que, al menos, ofreciera ventajas económicas a la salida del producto de que era
el trabajo pareciera ser otra cosa: un ejercicio, el reverso de la dueño sin serlo. La tropa, que eran los campesinos defendiendo
empresa heroica; y que la herramienta semejase, en cuanto fuese sus intereses, quedó con esa tendencia a manejar el arma corta y
posible, un arma. En los primeros tiempos las labores pesadas hasta destrozaba los sables para convertirlos en facones.
quedaron a cargo del indio y de la mujer; después el amo se aga- La caza del amtruz remedaba el juego y no era el juego, sino
la forma de ganarse el pan. Algo de la corrida de toros había en
1 S. ha querido 'Yff en el caucliDo '!DI& rfplica del barón feudal; pao lllÑ la pugna con el bovino a campo abierto; el sacrificio de reses tenia
bien M paree. a - ot.ro peraonaje, que d.aempetl&ba el rol de deuteneoahta en la mucho del degüello que frecuentemente seguía a la victoria. Era
fplca-dramitica de la Edad :Media: el be..114ido. El bandido DO va n-.riamcte todo ello una transferencia: guerra-juego-t.rabajo./Se hizo ~uy
= aa anwodal. Formaba =• aocledad. sp,6cri!a eo11tn otra: tema na prillc:fpioa; cruel el matador de vacas cuando dejó de ser, pará usar palabras
au c6d~. n rito. En Lo, bon4(do1 ha dnerlplo SC11iu.z. aaa cab&Derfa eoa l'll az,pe-
tipo ~o:.!ntico, Carloa :Moor, que M crff llam&do por Dio■ para corNrir por 11 tuco
homéricas, el matador de hombres. Pero, ¿dejó de ser, mientraS
y la ..-pada, a=• toded&d qu• ha perdido IIU ncmnaa de jua\lo=la. El caud.lllo DO ara sacrificaba las bestias, un matador de hombres?
un b&r<>n !nd•I. &i.Do = bandido ,n qulm la naturala& habla p,1Nto 'Cllla IDsfzúta Apane las razones de utilidad, el pastoreo en esa forma
de caceria mayor, representaba conservar las formas del orgullo
lncllu.ci6n 90Clal aiJl ofrecerle, ls,1almaate couútu!daa 7 tuctel. la IOdM&d 7 la
COII~ d• la nrd&den ju1tJcla para q'M ~ra. Era m1l7 16sloo que blTOCan
ni rua proclamu a la Dl'Y!Da Pro'ridccia 7 qll9 r:anclan dqollar m maaa, 7 qu f y del señorío. La agricultura, que vino mucho más tarde con
gentes de otro idioma, significó la rendiqón final del hombre en
loa u.ccrdota tllTieru dtrta wndtncla a IIIS'llirloe 7 rNmplaaulo&. Paaaba Pff la•
elud.d.ae como al usl1 Tfllpclor 7 ua !al.ad4ad. tD lo b&rbuo podla eonnseu
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la persona del hijo, el colono verdadero. /La pulpería también era
ocupación de gringos.
al flA d t que titaba a lo cieno, En 1I :peor d4I loe c . - M panct& muebo a IN
htro. d• ,.na, qu tamblá tnll bandido-. • 4-dr: tipo• udaodalH a41o cuea4o
ae loe -icmpla arrue&dN a n medlo. Ea ma .._., propldo, el baadldo 7 11 - " '
~ ,,. La mano habituada a la faena tennina por imponer al hombre
la técnica de matar; es exigencia de la mano hábil, y el mazorquero
dl6■ -= la miau - !ll Amtrlca. tali&ado la ■ociadld, ara el tmhrl61l de la ,¡ alcanzó el virtUosismo en el degüello, como cirujano expeno que
~ era en la faena de la res. Aquella caballería andante de la pam·
aocied&4. Podla decir: al Estado 107 Yo, ~ DO habla Eacado. :En Poder 7 IA,
ID loa ~DIOI del cao,; 1lll ~ . .1.. COD el -.:ric'ko deltlllo de carpr ooa. Jo■ ped.-
j pa, llevaba el puñal a la clntcr-a; esa herramienta simbólica al cinto,
dt n ""tblo, d1 Mr Inmolado 7 de que -~ 11 ticmJ>O DO M c:rwr■ra tll '1. "' era todo el disfraz de la miseria avergonzada. "Los unitarios man·
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-18. Tropa.landa
La época. del cuero 49
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daban castrar. los federales degollaban", decla · Mansilla, y -<odo
eso-es-de la técnica del cuchillo más bien que de .las formas' de 1a···
barbarie. ·El hombre que venda con su cuchillo era también el 1
intercesor. Si es arma, lo es tan temi'J)Ie como CÜalquier:·objeto
que sólo . &e emplea como tal eventualmente;-no tiene -~a· ~
entera del arma cuyo destino delimita el uso exclusivo; y _tampo-
co porque sólo falla cuando falla el brazo, de donde la_seguridad
-
t' · que .es el libro del pueblo solitario. Asi quedó ese creador de fa.
laces estructuras, ese monedero falso de los bienes del alma,
cuando la tierra lo hubo sometido. De la nueva esclavitud podría
·1.. no exige que se piense en él, ni en lo que se cOnoce de .él a tftulo
de técnica. · .....,._ - :· ·
El tajo cenero puede gloriar toda la existencia de quien lo
er.girse como súnbolo, la espada con que ganó su pan y la herra· ; aplica; siempre recordó Necochea la vez que, atravesando una
mienta con que salvó su vida. / 1 tropa enemiga, a caballo y en pelo, cercenó hasta la columna ver-
tebral, que era la proeza en el arte del degüello, a un godo que
se le enfrentó. Rosas lo consideró instrum.~ de pros_.elltismo e
hizo un rito de su uso; prohibió llevarlo en domingq{ y Darw1n
cuenta cómo Rosas se hizo q~tigar cierta vez que, por descuido,
EL CCCKILLO.
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50 T r a ~ 'J La lpoca . del cuero 51
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nfa caliente, el derrame de la vida y la afirmación de la existencia :¡ el simulacro; y rara vez el Juego como simple dempstración fes.
personal. Es el arma corta que dificulta la ayuda; el yo minera• _. tlva. La única suerte de exhibición del cuchillo, la clavada, repugna
!izado y objetivo librado a su suerte, a su sino, sln azar; el arma ? a la índole de esta . arma, en cuanto debe soltarse de la mano,
individual, el arma del hombre solitario. · I arrojarse y dirigirse con puntería; todo lo cual es extraño a S11
Sirve, naturalmente, para subrayar la razón, para hablar con ; finalidad y naturaleza. Inclusive la puntería. que exige el punto
sinceridad, y en las manos infantiles del niño ·y de la mujer, es ! fijo, la frialdad en el pulso y. hasta el raciocinio; siendo que la
dócil a la tarea doméstica. Corta el pan y monda la fruta, pero agresión es dirigida, en la pelea, a un punto cualquiera del cuer-
es peligroso llegar al secr:?to de su manejo y al dom.inlo de su .:. po, según lo ofrezca vulnerable el advenario. Y aun en ello no
técnica completa. El conocimiento de su "arte cisoria" es fatal, J hay nada del pulso, de la fria intención, sino del golpe de vista,
como el de hacer un buen verso; se llega por ahí hasta donde no 1 de lo espontáneo, de lo intuitivo, de lo que brota con la instan-
se quisiera. Sirve para matar, y particularmente para matar al taneidad 1nconsciente de ese movimiento opuesto e lndescripti·
hombre, del que exige determinada proximidad de cuerpo a cuer• ble, que en el animal perseguido se llama gambet.i :- 1ue también
po, eliminando cualquier ventaja, cualquier impunidad por ale- existe en su puro valor de defensa en el hombre ngi "!dido.
jamiento. Es la síntesis de todas las herramientas que el hombre Hasta la punta misma del cuchillo actual llegaba en la espada
~· manejó desde sus orígenes. Ameghlno encontró cinco clases de l lo inherente ·al duefio, lo que formaba unidad leal con el brazo.
cuchillos diminutos, de piedra, en nuestra pampa. f Al acortarse hasta ahi dejó al hombre librado a su fuerza, a -su
r Es la única arma que sirve para ganarse el pan con humildad ·
y la que en el rastro de sangre adherida denuncia el crimen. Es
en ocasiones más rápida que el insulto y muy dificil de medir o
arte y a su destino. Esa pane es, además, la seria, la inclemente;
la finta estaba en lo que ha perdido de longitud. No queda ya
" apelación a lo imprevisto ni a la teoría.
graduar en la agresión, porque cuando el alma puede retractarse, Así pequefio puede llevarse entre las ropas y entonces adquie-
la mano ya cumplió el primer impulso, inconsciente; por io cual re el mérito de un amuleto junto a la carne. Como utensilio "in-
diríamos que resulta más veloz que el pensamiento y más pró- terior'' participa de lo mágico. Su fidelidad se siente paso a paso
xima a la voluntad que el pensamiento mismo. Entra hasta el en la marcha pedestre y es la compa.Ma de la pierna. Se lo puede
puño; el indice y el pulgar tocan el cuerpo. Ese contacto que bas- llevar en la cintura, .que es la alt\U'a del cuerpo en que los brazos
taría para perdonar, indica lo consumado sin remedio. descansan con naturalidad. Al costado va el ancho y corto de
Tiene, el cuchillo, el tamaño d2 la parte de la hoja que queda ·desollar. El que se lleva a la espalda, señalándose bajo la ropa.
adherida al pomo, a disposición del duelista, cuando salta la espada agazapado, es el peligroso; cuchillo del domingo, el prohibido. Del
rota: el trozo fiel del arma es eso que sigue firme, el pedazo cabo puede colgarse el rebenque, porque el cabo es todavfa la
seguro. Al quebrars~, pierde lo que pertenecía al azar, a la fábrica, mano.
al obrero que la hizo; lo que salta, roto, pertenece al metal y es Es raro el suicidio con él; es un arma del hombre para afue-
el exceso. El cuchillo tiene un tamaño sin exceso, nada de azar ra, de la empuñadura hacia la punta; no se vuelve contra el amo,
ni de extraño, que es lo que se le ha suprimido justamente. como el perro, que es lo que se le parece más. Puesto que toma
/ El sable, el florete, manejados con rapidez, ofrecen al puño sentido supentlcioso en lo que tiene de amuleto, es propicio por
la resistencia de su longitud; hay una fuerza inerte según la ve• excelencia. La hoja desnuda es la adver-.encia del peligro; declara
locidad y la trayectoria de la punta, que exige a la muñeca que la anchura de la herida •Y au profundidad; es en el al.re como la
los; someta al juego y los haga ceder a la Intención, mientras medida ~ c a del agujero en la carne; hay entre el acero y la
que en el cuchillo la fuerza va de la mano al extremo, sin que la
hoja presente oposJción sensible al impulso. La espada tiene su
~ " carne una milterioaa correspondencia, que ea cortar, y hasta en•
t.rando en la vaina previene que puede herir. La sangre deja lim-
escuela y su estilo; el cuchillo es intuición, autodidáctica. El maes- pio el acero, pero se acumula y oacurece en el lugar en que la
tro no puede enseñar nada al discfpuio_; todo se aprende con el hoja se une al cabo (donde lo que pe.rticlpa del mundo ae une
ejé!rcicio, visteando, sl se po¡ee el indispensable don innato y el a lo que pertenece a la mano); o se la embebe el mango, al ea de
coraje. Es tanto el arte de la mano como del ojo. El lance a cu• cuero o de pata de ciervo. ·
chillo como exhibición carece de sentido (no es un espectáculo: Hay el cuchillo de todos loa d.w, cuchlllo de trabajador, con
es una intimidad), mientras que en el juego de la espada y del mango de madera o encorado, de hoja delga.atada y t1lo curvo de
florete, !a exhibición es el verdadero fin. El cuchillo no admite tanto usarse; y el de lu ttesiu, de corte reetillneo, a1n rastro cui
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de la afilación, de plata, con iniciales y labrado. ~sa es el arma o¡:
ornamental, con la S que es la estilización de la empuñadura, que
ampara y no priva del contacto en el golpe. Hasta puede ll~var
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dos versos inscriptos en la hoja, como el del Chacho. ÉSe es el
facón, más largo, con dos estrías longitudinales, doble filo apenas i
embotado y un arabesr.o arbo~cente, en medio del cual la marca 1A
de fábrica: la armería más que el posesor. El cuchillo es de un
filo, fino, afinadísimo ~n el trabajo delicado dé la chaira o contra ¡
otro, con la voluptuos:dad de un afeite personal. Su filo se prue- ~
~
LAS RUTAS
~
en la defer.sa o el ata.que por presuntos peligros imaginarios, acción, independiente del conter..o de las actividades socialo.
muy en !o bajo de la s ubconciencia. La pregunta : ··¿Qué anda
1 Coao lodo aquello que e■ penonal. el T&lor del r,aapo .. de esencia • ~
1
hacirndo'". es el tentáculo depredatorio que :;e esquiva elusiva- ¡
mente con la respuesta: "Aquí andamos". E", ~tt!r . q-:H l& · r,aapeu entraila UA& c,.-'ici611 de -ririlldad. l& eu&l M opraa
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P~:-o ese movimiento subconscientemente defer.sivo aunque orJiAicameste en ti lur,aaie de loe homb,__ L& proaa 111 qne M pl'"lltba ti cor&.~
no t¡..,• de l:1 huah, aillo de la hombri6 a:implemute, y 11111• reftrine • la ecs-
rr.is subcc~scientemente social, no va impregnado e:'.! amor, pues·
qu!a1.a de :a ·mujer. Con lo que ti oonje lDcra tierna de uimel de J&rre u ce..
to que el prójimo sólo le Interesa c-Jmc objeto incó;r-!to. Al con·
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{ EJcist!rla asl en cualquier lsla. Individuo y no ser representativo, :j¡ ' , hombres espectro c1e la parte pret&-ita qu~ ha muerto. En ·su
1\ 1 calidad «Íe 'prófugo ·anda en libertad; el sobreseimiento consegtñ-
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mejor que Sigfrido. El héroe Uene un movimiento parabólico, y . ~~~
éste se concentra en un remolino de sifón, lo mismo que el ani-
mal de garra con su ineluctable soledad central. Como su acción •· •
no tiene proyecciones sociales, desborda con su cuerpo. No en- . ~
-1·•
esquema. y no. hombre,.. encarna_su -idea y no su ideal.- Hagen, , --..
1 do por el caudillo, sin que él lo gestionara, lo convierte en· per-
sonaje cuya función está oficializada, integrándosele s~brepti-
ciamente a la administración pública; y cir cula con el endoso del
Tribunal. Aunque no hace gala de sus r.rnertos ni gusta que se
cuentra manera da influir sobre loo demás sino atajándoles el ~ le hable de ello, superior a la ley, a la indalgencia y al miedo.
1
•
paso. Mata, atemoriza sin buscarlo; su lenguaje de actos ignora' • ~ Natljralmente, es pobre y no conoce ceros oficios que los del
# la premeditación y el arrepentimiento. Nunca queda satisfecho -~t campo.¡A menudo vive a costa de alguna mujer de mala vida,
I ni colmado porque no se impregna, y en cada hazaña parece qu~ '- que admira en él ante todo el alr.--.a de v;irón. Se reduce entonces
,ecomer..z.ara. t;n _prurito inextinguible lo espolea a injertarse en a parásito del prostíbulo, donde su pcdetio es irrefutable. Esta
las cosas por lo mismo que ·no puede combinarse con ellas por } vez también la ramera toma sobre si u n:i carga pecuniaria y
;1JJfo.-
otros medios. Considera a la mujer coxn2 un ser entre otros; no
la compadece ni la desprecia: la usa./La posesión material lo _¡ ~-~
1J•· social, de que libera a la gente honesta : porque ·el dinero con
que mantiene al guapo, releva al comer.!io del pago de tributos.
:;,,'1 ¡<f>,J,- exime de la responsabilidad paternal; su acto marital sin apa-· ·. Esa fiera tiene para comer y vestir y para sus vicios; con lo que
siona_mlento, no trasciende. Es un fantasma cruel. · que pasa; UÍi.. "". ; rara vez exige la contribución en especie. Sin embargo, se le
ser inferior, pues no S2 proye~ta,/Añadida a esa cualidad bravía, J fía en un crédito que nunca se salda y del cual usa con prudencia:
zoológic~ente pura, el sentimiento de lo social, de la finalidad ~ • ·' lo que necesita.
de ;a acción; creada en él la noción del deber, dari.a el adalid y, Contra él nada puede la policía, que paradójicamente lo toma
en la vejez, el patriarca. P_e ro la naturaleza le ha privado de ór- por modelo de entereza, de rectitud, de autoridad sin ostenta-
ganos de relación y de comprensión, si es que no comprende en ción pero absoluta, imitándolo en lo que es posible. En algunos
cloque lo que forma el horizonte vital del carnívoro. caciques hay retratos antiguos de él y ~Ioreira es su réplica
El guapo es un ente solitario, el unigénito del gaucho malo, • romántica y literaria: Don Seg-.1~do Sombra es su Cantar del
el hombre en la limitación de la fiera, rodeado de su propia figu. Mío Cid.
ra. Su habitat natural es el pueblo chico, donde es una fuerza • Producto connatural del pueblo chico o de crecimiento rápido,
del campo que circula sin saludar a nadie, y que no ataca si no exige una cercanía de campo, y el rancho de las afueras para
se le excita. La maldad en él resulta como la abundancia de vello • vivir. Degenera en contacto con seres sumisos. En las ciudades ',
o el olor amar~o en el animal montés: estado de naturaleza. • Y poblaciones mayores decae en el ro~.e, ya retórico, buro- (
Tiene la absoluta respo!!Sabilld.id de sus actos. Cuanto hace es-. crático y politico. Y no es hijo del gaucho malo, sino del extran- 1
irremediable y no podri.a decirse que pudo suceder de otro modo; ; jero pobre que quiere hacer pueblo de la ciudad. _j
es fatalldaci. :Merece respeto, lo mismo que todo lo que no puede J
variar, ocurra lo que ocurra. En la secreta simpatfa con que se
le mira hay, pues, cierto acatamiento a las potestades inexorables
que en él se han aposentado. Y también hay la secreta simpatía HOSTILIDADES DE LA SOL'EDAD.
con lo dañino.
En una sociedad mal constituida, o constituida con descon- Las poblaciones pequeñas de las grandes planicies donde se
tento, el elemento antlsoclal representa una gran pane de los "' encuentran casualmente seres de tan diversos origenes y acaban
sentimientos reprimldoe de la mlsma sociedad: la sociedad la· j por juntarse y tener hijos, más bien que tomar cohesión a me-
tente. De ahi el carácter heroico y simpático que en ai.tmos cuoa · dida que se hacen compactas, fermentan sentimientos disolventes
recubre la maldad del guapo. Es una forma de tomarsa venganza ; que no crean odios fecundos, porque también son superflcial1!1
el pueblo, por delegación en ese infeliz. Con su coraje y su , La pampa es un lugc1r de dispe!'Sión. Contra toda voluntad, la
desafuero, con su paso silencioso hace que la masa honesta de soledad es más fuerte que el trabajo por ser un estado constante
v~cinos recobre el sentido de su fuerza y de su protesta. sof~ - Y estable, y ~ste un estado prec-a.." io. que n:, coordina hondamen-
cadas, contra el orden y la justicia. te con un plan socíal, unánime. :nk--uco. La casa se levanta para
En casi todos los pueblos existe por lo menos uno de eses que sirva de albergue mi:?ntra3 dura la faena y el agua y el
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Las tuerzas telúricas 135
134 Fuerzas primitivu .
---=--..: modo no sería un hecho simbólico. Para el pago de la estip~ad~
un ser ~ vfas de formación, sino el tipo concluído de- una natu. ;#
....... raleza q~e tiene en grande sus mismas formas. No es un. germen ~ indemnización en especie, ·Rosas- tuvo que recurrir a la suscri~ _
nuevo de nada, sino un ser invadido y acabado. En nuestro mun- rii!f clón de otros éstancieros, pues su cabaña, para mayor suerte.
do sin estructuras mecanizadas, el alma, lo más débil y maleable, tíSt. habfa sido saqueada por los indios y diezmad_a por la sequía.
es lo que cedió primero. Criando ganados, el artesano se ccnvirtlo -m Comprometió a Jos demás en un acto de honor, con maniobras de
en pastor. Vivió junto a ellos, apacentándolos, esquilándolos, deso-
liándolos. aprovechándolos, vendiéndolos, como si estUViera apren- -~
~.f -caudillo que concordaban con la política que habfa expuesto. !!11
su Manual del Estanciero, verdadero código de Hammu~b1 Y
diendo a comprenderlos. Cuando Azara lo vio, junba, y bebfa; $ Tablas de nuestra ley. Esa contribución era común además, y lo
ahora negocia y se contempla con ufanía, que es lo mismo. Mien- ..=
r
interesante estuvo en la estrategia de aquel grande hombre de la
tras pasten las vacas y las ovejas, jugará y beberá Años despu~ :it~· pampa,· en · quien lo informe ·tom6 forma acabada. Como aquel
se babia convertido en ser de limitada voluntad de cierta unila ',;; episodio eran todos, aunque no manejados con tal maestría ni con
teralidad pecuaria. en quien la bondad, si efectivamenta la con- :
serva. toma los visos de una virtud herbívora. No hace otra cosa, ·,_$
no sabe otra cosa. Pero el animal rapaz no se doblega al herb(~o- ~-
el sentido de clave que tiene el Pacto de las Vacas_
Se combatía por ellas, contra ellas y para ellas; las inde1
.
nni]
f' ro, y de la mansedumbre del rumiante extrae su vigor. .~ -
za~ones se pagaban y los daños morales se indemnizaban en esa
morieda; ~ -en el balance quedaban muertos algunos hombr~a de
F •. El ganado en pie, que constitÚyó la base de nuestras. grandJ~ -..:. _.,
fortunas. fue el tendón de las guerras civiles, el esqueleto de la
la tropa./Las fuerzas que entraban en juego. sin embargo, eran
eternas: venfan desde más lejos que los protagonistas y segu!an
Nación y la piedra de escándalo de los gobiernos. Debajo y dentro
.,..
arrastrándolo todo en su giro. Hombres e institucion~ trasudan
de su cuero se vivió. un vaho geórgico que llega desde las llanuras pobladas :f son
Hay una forma de comerciar, de contratar, de emparentar, de ~netrados por un frío milenario aue arranca d~ la tumba del t.
estar melancólicos, de amar, de bailar y de mirar las cosas, que ~
indio. La vida cívica íbase plasmaido c-::>n la sustancia: viva de
( tiene el estilo de esa materia viva o muerta. Entre el gobierno y la pampa; hombres, cosas y hechos podrfan representarse en la ~
~
l manejo de una estancia; entre el funcionario y el capataz; entr~ forma alegórica de los bestiarios medievales; el Estado se encorv
U as ciudades y los frigoríficos bay estrechas similiwdes. Todo ello
e formó al mismo tiempo, diferenciada cada especie de una ne-
en un recio cuero crudo, como se e:mbutfa al culpable, exponién-
dolo luego al sol: olor de sangre fresca y de frescos y lejanos alfal-
bulosa hasta constituir constelaciones delimitadas en una misma
figura zodiacal: Tauros. Mientras nuestros padres peregrinos crefan
que daban forma a este mundo, lo que ya tenia forma en él y lo
informe, que era la rebaba de esa. forma, los modelaban a su
fares impregna la POiítica, las finanzas. el ejercicio de los cargos,
la enseñanza. la literatura y la amistad. Como ~ax del Iom
de buey, instituciones sociedades. centros, clubs, extraen su
fuerza de la pampa, del vacío y de ia desconfianza del herbívoro:
i
il
lA
imagen y semejan.za. De este proceso de formación de un tem-
peramento, de un personaje, de un capitulo de historia, de un
Para el sostenimiento de los ejércitos, la campaña contribuía !t
con su hacienda, y el alambrado fue la primera lección de derecho
predoir.:.nio de casta, condensándose todo de una Vfa Láctea agro- que recibió el cazador de reses. Las tropillas de caballos y los ro-
pecu~ :a. tenemos un ejemplo en la capitulación de Buenos Alre5 deos de vacas proveían al ejército de vituallas y pertrechos; la
frente a Santa Fe. No pen:;.aban Dorrego ni López, Rodrlguez ni ln~ustria de la curtiembre, eJ .saladero y la talabartería -:ésta
Rosas, ~1.- .:: estaban asistiendo a un acto simbólico, en el meridiano entre las mejores del mundo-, prospe«S a la sombra de las gue-
de la época d_el cuero. La capitulaclón, como se sabe. se formall%6 ..... rras civiles, como en las buenas décadas de · Roma. El dueño de
con la entrega de 25.000 vacas, que Rosas se hizo garante de oblar, las h:iciendas, para cuya defensa del indio y del rival se habfan
y que superó con una flligrana de opulencia en 5.146 cabezaS, establecido cuerpos ' de milicias regulares, contribuía en especie
quedando de ese modo vencedor por treinta años. Aparecía en a su sostén; con ellas se hacía luego la guerra para incautarse d
las cláusulas de la capitulación como mdemntzaci6n por los daños otras haciendas 1. Las guerras civiles son, desprovistas de su ata-
c::iusados 3 Santa Fe; pero era un bottn y un golpe maestro. A ~
la derrota moral de López, aceptando la dádiva enherbolada, Rosas, ~. 1 º'Laa neas. amenuadaa por loa India&. ;,ed1aJI la a!nucia de UJl ejhcito.
muchísimo más hábil, le agregó una fiesta en Los Cerrilles, con ~
maJamtx> Y .wrtlja. En todo esto están compllcadas la polftica, la
economía, el arte, América, la prehistoria y la diplomada; de otra
+ Late'O t11da poHedor de ncaa daba una parte 4a !u qne poana para la eonN?'TWd6t.
~el reato:• .. ... que a lo que Uamamoa d o t a ~ :U .-aeaa • ú m.iam&a., (S&naiea-
lol . Hablen podido decir, ~mbifn. que ai laa T&<&a ac,IJWlll&a a loe ej6rdcoa pan
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_, Las Ju,erztu telúricas 139
138 Fuerzas primitivas
iL
un militar afortunado, porque conocia como la palma de la mano
:t provincias ganaderas, y aún lo es por tierras patagónicas y del
el litoral· Faéundo y López sus llanos. Los generales, inclusive
y
•·t,
noreste. Cuatrerismo y contrabando- fueron también formas deri..-
vadas de un sistema legal de comercio 1 antes de la Independencli' ~ 1e • Güemes Paz, tenfan ·que entregarse a baquianos de las regiones.
y a la vez formas supervivientes y atrofiadas del caudillism? ,: Sin planos, en tierras despoblada~ la estrategia queda~a subordi·
totémico y de la fe en sus noas. La elección de jefes por esas tn'bus· -. nada al conocimiento de las regiones. Ramfrez. Herenú, Ibarra.
de chiripá, recaía en aquel que poseyera· r:lás, o mejor calidad dP: ~ maniobraban en sus pagos. seguros del paisaje como bandidos.
ganado, o un recado de montar más rico. Lo que en la german!a- Dorrego fue . derrotado en Gamonal porque !es tácticos de Lópc?Z.
de comité se entiende por poUtlca, por dt!mocracia, por sufragio lo llevaron a parajes de -pastes ...-enenosos. y a1ll sucumbieron las
libre no es mejor ni peor: es eso mism~. y la Ley Electoral es ., cabalgaduras. Rosas conocía por el sabor Ios.· pastos de las cua-
la mitología de los vencedores de las ciudades en quienes enca.- renta estancias tle la provincia ce Buenos Aires. Todos esos hom-
nan los demonios de las llanuras. bres estaban más cercanos a la realidad qt e quienes la estudia-
Representativos de este período son el baquiano y el rastrea- ban. Sabían dónde encontrar jagüeles, haciendas o tropillas de
dor, cuyos avatares últimos pueden verse en los conductores de- refresco.
multitudes y en los improvisadores del saber. El baquiano no necesita haber pasado muchas veces por un
mismo lugar; puede no haberlo visto nunca.. Pero por cierta expe-
,..
¡
riencia de las hierbas, de los colores de la tierra. de Jas. remotas
cumbres; asociando presagios y sugestiones- inÍlnitesimales, Jiga
EL B.4QUL\NO Y EL BASTB.EADOB.. et pedazo de campo o de selva que tiene ante la vista, a un todo
inmenso, a la conformación de ~.:guas y leguas. Conoce los vados
El baquiano posee finos órganos de orientación y dotes dt? y las épocas . en que descienden las aguas, huele las tormentas a
médium. En él parece haber tomado conciencia la tierra del través de mucho tiempo, los pei!g!"os se le acusan con- nitidez de
secreto p. que obedecen sus formas,· colores, consistencia, distri- neurótico varios días antes de p~entársele: calcula las distancias
bución/ Cada accidente está en la inteligencia del baquiano, ligado con precisión de teodolito y sus dictámenes son infalibles.
indefectiblemente con otros, de manera que le basta contel'plar Está dotado de esos órganos sutiles de les insectos y las aves,
un limitadisimo trozo de paisaje para comprenderlo entero/P~ para registrar en su sistema ne!:'".•ioso vibraciones delicadf.simas;
un don de pensar lógicamente, según las formas de los llanos, las pues todo su saber misterioso compete a los dominios de la sensi·
sel~. las montañas, y de sentir intuitivamente la proximid3d bilidad magnética, sin duda. Más bien que e:i el conocimiento de
del agua, los árboles y los seres. Adivinación y rabdomancia al • las cosas externas, hállase en el secreto del modus opera-ndi de la
mismo tiempo: y una infalible memoria estereoscópica, que se • naturaleza; con esa clave re!!Ueh·~ los prob!~as. Es algo seme-
orienta por indlcios apenas visibles, sin que empero llegue a con- jante al olfato del sabueso, en u:i orden más intelectual, más com-
v~..rlos en datos sensibles ni en notas conscientes. Sin pensar. ~
plejo. Interrogado, diflcilmente i)Odria decir por qué toma deter·
s1n recordar, sabe cuál es el camino que hay que seguir, y de minado rumbo y no otro, por qué sospecha que haya a diez leguas
noche lleva en los pies la seguridad del sonámbulo. un rfo. Esas razones que puede dar nos resultarán ridlculas o cap..
En las guerras de la Independencia y en las civiles, fue el ? ciosas, pero acierta: _por la senda que elige se llega a destino y a
táctico y el topógrafo. Su palabra merecía ciega fe. Rivera fue} diez leguas hay, en efecto, un río. Si quiere acorta camino inter·
2 nándose por senderos inexploradas y anunciará a qué hora halla-
1 Bud.olaaa - IN trallcu&ea mtn JUoGnaü -, la Baada Orl,at&I. "'Ha-
~
rán plantas forrajefaS o poblaciones. Le bastan algunas notas o
bla !6"m.N bi.ea u.dclot, que por TtclN de llolcuaanía 7 drpn.ncl6a, qH _.. el diagrama rftm.ico de una frase para comprender toda una sin-
prvpiaa de •• pa.la &la ladulh'ia 7 ala 'f'ida pelltlea", bucabaa . . ,~,ro 6pico ú fon(a de colinas, repliegues pétreos, pantanos. Con un fémur o un
ria. m pn11oN u la Benaaadacl 1oa pa"NCW,la - blud....- ., dnpMt. m diente de ese género de anatomfa., reconstruye el esqueleto de un
~ .-• ffllda • 1UMI ·• elJol, ara tcalM • 111ucll.o (T. F . Upa) . Bada lMO paisaje cuyas secclones se arttc-.llan a sus ojos con inequivoca
• la Dam6 la Iaüada 7 • 1910 la p...._ naturalidad.
2 ?:atra loa eequlmalee de Slberia 7 loa Claa.kchM, NS6a :O. lnbtijoa de ,r.¡.
Tipo gemelo del baquiano es '!l rastreador. 31 rastreador tiene
d - :SoC'C)ru, :. je!acua depende de la r i q - . ben loa BcilMl.a Claulula-. ú / sus antenas en los nervios ópticc.s y está todo ~ en la vista. Si el
la n.- ea rebdo1, ntre 109 ChkdlH :ur.dmo1, de la poeil>Oldtd U colUO"&lr
a.a :.aTlo r-.c-ub!.n-.o de plelea (lllr l'IMCUwwa "" ,.a.u, ... Lssoai) . otro es el intuitivo, el descubridor, el rabdomante, éste es el ana-
r
pe!cepti~Je ~mo _referencia, para deducir . un largo silogismo de -º~ to,'pOsitlvo y apetecible: la fortuna. con infinitos nombres; y·<ana ··-
or1entac1on., :sanniento lo presenta como personaje grave, circwts- .:...:"'~ disposición. fagedénica: la forma cóncav a de lo que no se tiene. EY
pecto, convencido de su capacidad milagrera y de la autoridad de 7· ansía dé poseer ahonda más la· oqueru.d q ue quiere colmarse. Muy
su palabra/ En Calfbar están su figura y su dignidad fijadas para grande es el vacfo · que el hombre de lá pampa riota dentro de s.
siempre. Darwin también ha referido extraordinarios prodigi~ cuando quiere incorporarse 'extem:iones fnmensas de tlt?rra, mul·
de rastreador. El órgano supremo de palpar, oler, pe!lSar, escucilar. '"-( titud de edificios, manadas incontables de ganados, títulos ele obras
imaginar, es el ojo; la naturaleza lo ha dotado ce U!la pupila sa- · escritas, mujeres, einpleos. Eso qu~ b usca es un prét...°Xto; lp que
bia, cerebral Conoce la diferencia entre la hierba q~e se marchita necesita es algo eón que llenar el vado. Aapira a lograr -dectos
sola y la que se marchita por presión de un cuerpo cXtraño; en espirituales por encima de los objetos materiales, y a lo más con-
la huella ve si la bestia va cansada, satisfecha o hambrienta, si sigue multiplicar por especies Iguales to qüe consigu.:? óbtener.
cargada o de tiro, si era macho o hembra, si era reg:da por ira.no Aquello que logra es un sustituto de aquello a que aspira, ·y el
segura o inexperta, si era guiada con o sin apuro. !,lira la tiena . logro le mantiene insatisfecho, con mayor sed: ·
y distingu:.? los montones de polvo dispuestos~r el viento .tas ~ -, 'Vive un estado ·difuso de inquietud, hasta de desasosiego por,
aguas, o por el paso de alguien que se solivia. or la huella del .. algo que no ti2ne, que n o sabe bien qué es, en qué consiste, pero
casco infiere toda una historia detectivesca, el cr.:ninal deja cuya ñecesidad lo roe incesantemente por dentro. Busca una cosa
escrita la m archa, a sus ojos, como en un plano. E.:. las ramas y precisa otra.. Bastaría un poco de paz en el hogar, un ' hijo inte-
encontrará pendientes partículas impalpabl2s e i!:..-'~~les de al- ligente; .Y es preciso, en cambio, acopf.ar fanegas y fa~:::gas ele tl'i•
gún cuen:o que lo rozó. y en las hojas la señal i:::i;:,e_--:::ep.:..:ble de go, vender bolsas . y bolsas de azúcar. edüicar una ciudad. Todo
las m a nos. ~ o es posible apoyarse impuneme!'lte a '.:_es.:::aI:.Sar con- lo que le falta en el orden social, todas !as n ecesidades colectivas,.
t ra el tronco de un árbol. vadear un rio, avar.~ :=-e;n..~do de las experimen"ta como fa llas tróficas ée sí; tod o :.e, GUe no es nutri·
rama en r1."!!a largos trec."-:os; en cada .;;itio queda :.a h~la f resca tivo en la atmósfera q u e r espira y qt:e :-espiran ~ q ue ama; deja
por r:iuch c.;; días y él la ve. Aplica las lupas y ;.:::!.:..."':12.S d e sus de alimentar órganos vitales que .s e e::1pobrece:::. y busca n su ali-
pupilas y E ::i s~guida saoe adónde dirigirse. gana=!ÓO :iempo. La mentación .E!n sustancias sustitutiva.;;. Está desprov isto · de eso3
n atural eza queda manch ada y mustia en dondeq-:;.:e:-a cr..:e haya elementos imponderables que ayudan a vivir, que hacen menos
sido tocaca. Sería imposible desintegrar ese í:istint;:; q::e t an cerca ruda la muerte y que p ermiten mire:: al mw:~o coi:.. alegria sin
está ce la m agia, de la aruspicina y de la v idel'!.C;a o'"':~ca. Y sin" rencor. Confqrme . triunfa en ·el orden :ie la.s coseü matcriilles (ma•
emba r go, torio es claro y lógico. yores emolumentos, renta, fama, bie:::.es) esa p~e cel ser que no
queda satisfecha, que no asimila, n1 se tonifica. lo !leva a qu~
quier a más de aquello que le es aseq-.lib~e. Lo :;-.:e oo-J ene se so-
LOS ? LL'.OS D.C-...L'-óADOS. br evalora entonces en razón de todo !o que :::e ;n.1.co obtener; y
en eso que con.sigue pone su orgul!o. e:naltec:==do el mérito de
haberlo alcanzado. Y asf, automáti~ente, los iciea!es insatisfe•
El que ,ie:1e a ganar dinero, sin :,.::sado encl=a y Ei!1 po~ .r ches, los bien es ansiados, las fruicicnes busc2--a9 en vano, son
n:r dentr o, s2 p ropone muy poco y puede triunfar. ~ -:;ue ::.o pue- desvaloradas y consideradas al fin c:,mo e<>n=-aideales. Poco a
de es ilenar u n desúno ccn dinero, y la pe::-sec.ic:é= ~ :a !'onuna poco acarrea, como las aguas del cie--..!ive, pa:-.ic-.llas de lo alto
~·'.mH.) ~deal exige tar é e o :emprano qu2, asf cor:io :.:: e :-:> ~ e la hacia lo bajo, de lo que le está vedado a lo que s:2 Ie entrega. Aspi· ·
fo r m a ce 10 qu e r: o existe. l o que no existe :ome .:a :c==-a cel oro. ra a ser rico, sin que piense para qué :e servirá :a far.una ; aspira
Todos cor.oce~os a esos ~ánsfugas ce los :de~es ;:::=a.no;; ,:m
a ser Presidente de la ~epública o c e :m Tr.=:_ s in q ue d~bajo
qui::nes la CC<iicia reviste. en la vejez, pir::torescc-3 .;;~ e s di?
de ese anhelo haya nada q'Je lo empi:::-? '? lo s cs:.e::ga. La investí·
altrufs!'.:'lo 23 ::ues,ro pioc eer, el propietar.o -::ie :a ; a=~ el actual
c!ura o la riqueza de esa manera cot"~.:.idas se:: ·z.a ~:cción y el
:>uscador -:e : esc::-cs. el ~t=e .:;ubvierte :os ..-~c:cs 7 ~!te::.t.a el e?r.-
;>orio de :05 ::iie::es adul:~.:-ados. i:adáver de una vida gastada ~ín cor.:~
El espectro en que se descompor:e el ~az ée su vis ión, acusa
Todo :o ~u e ".!e ..-er é.:d parece qt;e q .;.:ere e: ;;:.c::.ee.:- de la 3Us rayas n{tldas en los colores de:l ;::.c,:::.er y la :-:.queza.
p ampa : adquir. r, s':'r am:1cc, o temido, sobresalir, ~~. ::o es má~ Ambaa franjas parecen la totalidad -.:,el prisoa ·.ínicamente cuan-
i. ~ ....
1
.,. 166 Fuerzas primitivas- Las fuerzas mecánicQ.f 167
·1
,..• ejercer una venganza de orden trascendental. rindiendo tributo seno aparece desacomodado, un individuo al cual excorian las
"'-t al yo colectivo. Y, a pesar de todo, la usurpación del poder insti-
•1
~
,i
tucional por el poder personal, la absorción de la función pública
formas concretas y concluidas de la .civilidad.
Originariamente, el compadre y el guarango s~n-·pob~i s-~
por ~1 individuo. a veces c<mtribuye a enaltecerla. El juez. el le- ámbito natural es la pobreza en que no falta el pan. "Compadre"
gislador, el funcionario y el vigilante que' haC1?n respetar la inves- fue un tratamiento que se daban las pen:onas de la clase baja.
tidura por la agregación de un factor personal, hablan al incré- Equivalía a camarada o amigo con referencia al parentesco poli·
dulo de modo qu:? comprenda qué es una investidura. Hay en el tico más bien que al lazo de simpatfa. A~imismo, "cuñado'' es un
conjunto de las fuerzas en escena cierta compensación que equi- tratamiento familiar que se prodiga en la campaña entre perso-
libra funciones y personajes. Y en definitiva. en esta comedia de nas de igual clase. Compadre fue et pobre; pero hace tiempo que
equivocacion2S o interludio de quid pro quo, se pierde a la larga ,, los ricos han ingresado en esa familia inmensa de la plebe, en
todo, menos el honor. ese parentesco espurio del carácter: de modo que la palabra ca-
Esta modalidad tfpica del funcionario y del empleado públi· lifica una especie de individuos linajudamente plebeyos. No po-
co, que Agustín Á.lvarez conocía tan bien y despreciaba tanto, es dría decirse de él, como lícitamente del guarango, que los gér-
una variante sublimada del compadre. Y el compadre uno de los menes de descomposición y de discrepancia con el ambiente que
personaj:?S típicos que nos trajo y nos dejó la Colonia. En los 1 lleva consigo, sean antisociales; mucho más exacto es considerar-
,r-.
sainetes españoles abundan, menos sombríos y perversos. De la lo un ser con retraso respecto a la marcha firme del cuerpo so-
galerfa de figuras bárbaras que le debemos, acaso el compadre · 'l,t'. cial : de manera que su actitud d:?Safiadora y hostil conviene con
es el más de sangre. Tipo muy difundido bajo los aspectos los ias modalidades de quien empieza a tener conciencia clara de un
más inesperadc.s, vale la pena de que se lo analice: porque su :esnivel fatídico entre su altura y la talla media de las cosas y
área de acción es vasta y su valor muy representativo. ;::ersonas circundantes. Sabe, pues, que el ambiente ha cambiado.
~oviéndose hacia adelante, y que su relac!ón antropológica con
.él está violentada.
Ser llegado a deshora, posee un orgullo absoluto que le in-
EL CO:'.'.IPADRE.
clina a tirar de lo exterior hacia sí, mejor que a acelerarse para
alcanzarlo. Aunque no conciba intelectualmente, con la cabeza,
:a inferioridad en que v iene a encontrarse con respecto a la rea-
Desde donde concluye el guapo hasta dende comienza el gua- 1idad que connota, la conciencia orgánica de todo su Fulano de
rango. hay la octaVa del compadre. Por algunas notas confina con Tal percibe que en la marcha se rezaga, y ··hace esfuerzos in,;er-
aquella zona del hombre bravo, íntegro, solitario; por otras, apa- .:cs para ponerse al flanco la vanguardia de esa realidad que lo
rece como variedad del hombre sin carácter, facticlo e incompleto a\·entaJa. El esfuerzo para no quedar v:?ncido con que tira hacia
qui! es el guarango. Desde el señorito que iba a desafiar a las la· ;;t!"ás de esa realidad al mismo tiempo que la invade con su per·
vanderas en el río, o a golpear a los serenos viejos; desde el 3ona: el desprecio por el prójimo y el desdén por los valores de
montonero de la "indiada" y la "patota", ti.ar.a el funcionario que -::iv:lización, son los rasgos paladinos. Por anular la distancia ca-
convierte una reglamentación en fuero de su rango, el compadre ~ualment::- queda en descubierto. ~o hay en ese movimiento un
se extiende sobre esa región que es su octava. El valor personal, ;:,lan ni un ardid : son simpl~s fuerzas orgánicas que. encue!ltran
y , por consecuencia o viceversa, la depreciación de lo ajeno, lo en su ademán y en su palabra la forma de cortafrío con que des·
caracteriza; como el guarango, se destaca por el esencial despre- cerraja lo exterior metiéndolo por los puntos vulnerables. Emplea
cio de lo exterior reducido a sus valores gruesos. Asimismo agra- !a ganzúa para penetrar en la sociedad, que no le ha cerrado sus
vian te, porque en este caso hace uso inmoderado de una fuerza de puertas sino que las tiene abiertas por el otro lado que él no ve.
diferente signo de las que están en juego. Y como en muchaS La compadrada resulta. también, una actitud, una fórmula
ocasiones la agresión lisa y llana a lo que le supera encierra un ~e resolver problemas de incompatibilidades con el ámbito, re-
pelígro, que su bravura o su posición no le permite afrontar, ::J já ndolos a conflictos y reyertas donde los puños dan la solu-
recurre al arbitrio de descargarla en un punto débil Oscila entre? c:ón : una da\·e falsa porque tiene de antemano la solución para
el úpo que no tiene en cuenta a la sociedad y el otro que reac- ':'Ja lquier problema. Véase con cu:.dado: en toda compadrada hay
ciona en razón de esa sociedad, el · guapo y el guarango. En &U ·~:1 sofisma de hechos y de personas .
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•• 166 Fuerzas primitivas-
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ejercer una venganza de orden trascendental. rindiendo tributo
al ~-o colectivo. Y. a pesar de todo, la usurpación del poder insti-
tucional por el poder personal, la absorción de la función pública
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seno aparece desacomodado, un individuo al cual excorian las
formas concretas y concluidas de la _clvilidad. _ . __ _ _.. . .
Originariamente, el compadre y el guarango son pobres: su
por ~1 individuo, a veces cor.tribuye a enaltecerla. El juez. el le- ~ • , ~'-· ámbito natural es la pobreza en que no falta el pan. "Compadre"
gislador, el funcionario y el vigilante que' hacen respetar la inves- :.'.,. ' fue un tratamien to que se daban las pen:onas de la clase baja.
tidura por la agregación de un factor personal, hablan al incré- Equivalía a camarada o amigo con referencia al parentesco polí-
dulo de modo que comprenda qué es una investidura. Hay en el ·' ' tico más bien que al lazo de simpatía. A,;imismo, "cuñado" es un
conjunto de las fuerzas en escena cierta compensación que equi- tratamiento familiar que se prodiga en la campaña entre perso-
libra funciones y personajes. Y en definitiva, en esta comedia de nas de igual clase. Compadre fue el pobre; pero hace tiempo que
equivocacion~ o interludio de quid pro quo, se pierde a la larga los ricos han ingresado en esa familia inmensa de la plebe, en
todo, menos el honor. ese parentesco espurio del carácter: de modo que la palabra ca-
Esta modalidad típica del funcionario y del empleado públi- lifica una especie de individuos linajudamente plebeyos. No po-
co, que Agustín Álvarez conocía tan bien y despreciaba tanto, es dría decirse de él, como lícitamente del guarango, que los gér-
una variante sublimada del compadre. Y el compadre uno de los menes de descomposición y d2 discrepancia con el ambiente que
personaj~ típicos que nos trajo y nos dejó la Colonia. En los lleva consigo, sean antisociales; mucho más exacto es considerar-
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sainetes españoles abundan, menos sombríos y perversos. De la lo un ser con retraso respecto a la marcha firme del cuerpo so-
galería de figuras bárbaras que le debemos, acaso el compadre ' (~ cial : de manera que su actitud d:?Safiac!ora y hostil conviene con
es el más de sangre. Tipo muy difundido bajo los aspectos los :as modalidades de quien empieza a tener conciencia clara de un
más inesperados, vale la pena de que se lo analice : porque su -::esnivel fatídico entre su altura y la talla media de las cosas y
área de acción es vasta y su valor muy representativo. :;::ersonas circundantes. Sabe. pues, que el ambiente ha cambiado.
:::1oviéndose hacia adelante, y que su re!adón antropológica con
¿1 está violentada.
Ser llegado a deshora, posee un orgullo absoluto que le in-
u co:.tPADRE. clina a tirar de lo exterior hacia sí, mejor que a acelerarse para
alcanzarlo. Aunque no conciba intelectualmente, con la cabeza,
:a inferioridad en que viene a encontrarse con respecto a la rea-
Desde donde concluye el guapo hasta dende comienza el gua- 1idad que connota, la conciencia orgánica de .todo su Fulano de
rango, hay la octaVa del compadre. Por algunas notas confina con Tal percibe que en la marcha se re·zaga. y ~hace esfuerzos inver-
aquella zona del hombre bravo, íntegro, solitario; por otras, apa- :;cs para ponerse al flanco la vanguardia de esa realidad que lo
rece como variedad del hombre sin carácter. facticio e incompleto a\·entaja. El esfuerzo para no quedar vencido con que tira hacia
qu~ es el guarango. Desde el señorito que iba a desafiar a las la· ':t!"ás de esa realidad al mismo tiempo que la invade con su per-
vanderas en el río, o a golpear a los serenos viejos; desde el ::ona: el des precio por el prójimo y el desdén por los valores de
montonero de la "indiada" y la "patota", h.ar..a el funcionario que -:i'::Uzación, son los rasgos paladinos. Por anular la distancia ca-
convierte una reglamentación en fuero de su rango, el compadre rnalment::- queda en descubierto. ~o hay en ese movimiento un
se extiende sobre esa región que es su octava. El valor personal, ,1an ni un ardid: son simpJC?s fuerzas orgánicas que. encue!ltran
y , por consecuencia o viceversa, la depreciación de lo ajeno, lo en su ademán y en su palabra la forma de cortafrío con que de.;•
ca"racteriza; como el guarango, se destaca por el esencial despre- cerraja lo exterior metiéndolo por los puntos vulnerables. Emplea
cio de lo exterior reducido a sus valores gruesos. Asimismo agra- !a ganzúa para penetrar en la sociedad, que no le ha cerrado sus
vian te, porque en este caso hace uso inmoderado de una fuerza d! ;iuertas sino que las tiene abiertas por el otro lado que él no ve.
diferente signo de las qu2 están en juego. Y como en muchaS La compadrada resulta. también, una actitud, una fórmula
ocasiones la agresión lisa y llana a lo que le supera encierTa un ~e resolver problemas de incompatibilidades con el ámbito, re-
peligro, que su bravura o su posición no le permite afrontar, : Jj á ndolos a conflictos y reyertas donde los puños dan la solu-
recurre al arbitrio de descargarla en un punto débil. Oscila entre? c:ón : una claYe falsa porque tiene de antemano la solución para
el tipo que no tiene en cuenta a ·la sociedad y el otro que reac- -:1J::ilquier problema. Véase con cu:.dado: en toda compadrada hay
ciona en razón de esa sociedad, el · guapo y el guarango. En SU ·.::1 sofisma de hechos y de personas.
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el sainete toma la forma del puñal verbal.
Sobre lo expuesto y sobre todo lo demás que pudiera decirse en- La agresión y la provocación acaso sean el acto usado como
trando al subconsciente y al humour, además esto: los patses que '"!
pasan muy rápidamente de un estado salvaje a otro civilizado, i
último término de convencimiento, como instancia convincente,
cuando falta un lenguaje capaz de satisfacer con la excusa dada
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marchan con mayor celeridad que el ~r hu.mano. El hombre o recibida. El compadre, a este trasluz, resulta un ser de lenguaje
acompaña a las cosas: el ser humano requiere tiempo para acli- reducido y deficiente que apela a la acción por falta de esa vál-
matarse al progreso, y la civilización, que ante todo es una carga, 1
vula que permite probar sin golpear, y satisfacerse en lo interno
quizá es ya incompatible con el estado fisiológico normal del ser por la conciencia d~ que la palabra ha descargado ya su golpe. .j
humano. Cultura y civiliza,::ión son estados de conciencia tanto ! ,. Hay senador, por ejemplo, que en una banca conseguida con frau-
..... como domlnlo de técnlcas/ El resentido que encontramos en el Af ~
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de palmario, apela a la compadrada cívica para salvar su dieta,
compadre, cuya definlción casual · da Scheler, pued2 ser un hom- · t ... cuando no tiene razones que oponer al que le escarnece. La com-
bre normal. que va desarrollándose normalmente con arreglo a padrada quizá es, en fin, un lenguaje complementario. 4
un proceso fisiológico <le civilización y conciencia de ella; y a lo El fanfarrón que requiere la espada y cala el chapeo es una '
...
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mejor el desequilibrio entre su metabolismo ético-mental y el variedad teatral y gentilicia de este personaje auténtico, que no ~,..
desarrollo de las cosas no prueba su inadaptabilidad cuanto la admite la posibilidad de una apostura en falso, qu:? hace público
ir.j,~ticla q1.1e hay en querer hacerle incorporar con excesiva pre- de s1 el teatro de los demás, porque se vuelve espectador de su i.¡
m-:;n los elementos de un estado social que es, a su vez, un es- propia postura. El compadre, igual que éste, no es tipo psicoló-
tado "?reclpitado" de formas convencionales. Seria en nuestro gico sino social; y su alma, la de una multitud. Necesitan ambos
m;:,áio -?l ~ombre que tiene razón contra el que salta sobre los esta• su espectador numeroso, no del teatro sino del circo, ya que el "'• ;
dios intermedios: yerra en la reacción, pero en esto es irresponsable espectáculo está en ellos pero con la fiera y el arma verdaderas.
también. El compadre como resentido, se opone pues, a un idioma i1i
Aparece en cierto sesgo como producto de una clase moral, de una
de formas, no a un idioma de sustancias, y no puede menos que casta de sudras morales, donde el teatro es todavía un grado de fl
reconocérsele su derecho a la barbarie cuando está justificada por representación superior a las exigencias sociales de su yo; y pro- ¡jj
un contexto invisible, impalp~ble, lntramolecular; y el vercdictO
..:Spontáneo lo confirma cuando exclama: ·•es un producto del
duce para esa sociedad que aplaude en silencio. De ahl que el fan- ...,,
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