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a primera edición de la Radiografía de /a pampfl,

L e·nsayo histórico-sociológico, según la definición


ctel propio autor, data del 933~ Una fecha muy
significativa, mome_n to en el que _el hundimiento de las
Ezequiel Martínez Estrada
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es ranzas en el ro2Teso económico indefinido que ha-


bían · a o e tono a cmco ecemos a me E cid p ro-
yecto emocratizador impulsado por el yrigoyenismo .......
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constituían un acicate para la indagación sobre las raíces ~ "v <
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profundas del drama argentino. - ,Q:~-· = ~
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Implacable cuest1onam1ento de una serie de postulados -.,:,,;~se-
que poco tiempo atrás hubieran parecido inatacables, y ¡;:¡. ., o
a su vez objeto de se\"eras críticas por parte de genera-
ciones posteriores de intelectuales-"subjetivismo", "irra- .-
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cionalismo", "fatalismo tel~rico" han sido algunos de los .
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calificativos que se han esgrimido contra el pensa miento ... ~

de :\fartínez Estrada- , !a Radiografía de la pampa rep re-


senta un hito que no se puede ignorar en la reflexió n de
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los argentinos acerca de su identidad como pueblo :·
como nación. l . _,,·· ·-... .::.~

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La república conservadora
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Peter H . Srnith
C.rne y política en la Argentina . ~-.,.::-:-~-- ··_-·
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F. B. Head
Lis Pampas y los Andes
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La época del CtUTO 3i
36 rrapalanda
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ceñie y al catecwneno en contraposición al mundo que tenía ., lado de le;; problemas vitales, étnicos, económicos, del interior.
antE: si, bárbaro, libre y cierto. La provincia se alzarla contra la Hasta 184( no .se atisba el aspecto p.morá.rnico ni el sentido na-
ciuc'ad, contra Buenos Aires, que ya no era para el mestizo Ar· cional de 13 empresa, En 1853 triunfa por fin. ia unidad y la tesis.
gentina sino Europa; un pedazo de España con su aduana. sus La revolución ciudadana no sospecha '>a que al cancelar un es-
autoridades centrales, su curia. sus leyes. En tal hervor difuso tado de co ;as inauguraba otro. De habe.·lo barruntado y de haber
y e::iconado, América comenzaba a tener conciencia de sí, y su podido deducirlo hasta sus últimas ir.evitables consecuencias,
despertar era violento como el sueño. les próceres se habrían contenido. Los quz :-e lanzaron hacia las
naturales resultas de esa declaración, trajeron la anarquía, im-
plícita, se 5.ín Paz, en la misma declaración de independencia.
Esos tení...tn razón. Los otros aspiraban a ma¡i.tener un estado
nill ~·ENDENCIA. legal, fueJ t·.?, y rec\}rrieron a la monarquia atemperada con so-

La independencia fue un acto y una tesis. Fue, en la cam-


' fismas pa.c que diera estabilidad al gobierno . y regularidad al
comercio. ! Iás que un expedient~ para consolidar un estado de
paña, un acto gestado largam:mte por el estado de inferioridad, cosas, fue un recurso extre!'.:!o para perpetuar un ~stado de cosas
de abandono y de ignorancia en que se había manter.ido a la oue
. había sido derrocado .. i.a guerra civil no sólo está imollcita
.
población; y en la ciudad una tesis, inspirada en doctrinas de- ¿n la revolución, sino quz salva a la revolución. Los :nismos
mocráticas y liberales aún e:i período de ensayo. Como icea, na• cabecillas del movimiento ce emancipación apareci~ron de inme-
ció en los Cabildos y en las Iglesias, al calor de los ciudadanos diato como contrarrevoluc:onarios. La tesis era el moVÍI:liento
adinerados; pero pronto encarnó en las gentes pobres del inte- malogrado, pero del que nac-:rían enteras las con;;ecuencia3 irre-
r:or, sin lo que no hubiese pasado de ser una versión a la pan· mediables. En Liniers y Ál.zaga se fusi.!ó un sistema, como en
americana Hasta entonces el interior no había pensado en la Dorrego una idea 1 . , Ningur.o de esos hechos parecería tener ex-
independetlcia, porque no estaba en sus proyectos un monmien- plicación y, sin embargo, obedecieron a una lógica pragmática
to que exigia unidad, dirección, y que era, en resumen, un asun- de complicados alcances. La fuerza mediterránea y popular bro-
to jurídico y diplomático. Viví.a descontento, sometido a condi- taba de una situación de :1echos y no de derecho; de Aménca.
ciones durísimas, sin cohesión. diseminado en villorrios, ca.serios Esa fuerza caótica consig-..lió arrastrar a las luchas todo lo que
y ranchos. No era un pueblo, ni tenía ninguna de las ideas que no había entrado en los cálculos de los patricios. En nombre d¿
!os pueblos conciben cu~éo están organizados; en cambio la la posesión del ganado, del parce!amiento de la tierra y del libre
ciudad venia incubando sordamente su proyecto, como una ca- tráfico, entablaban guerra c.efinitiva el lit.oral y el ínterior. Pudo
~ª decapitada y viva./Y, sin embargo, el verdadero este.do ¡e· más tard:? verse un ideal democrático, republicano y federal en
volucionario era el del interior, inorgánico, caótico, violer.to/ Lo !o que era sólo cons~cuencia de un viejo rencor que se parapetó
que la ciudad queria, prinC!palmente el puerto, era resolver un en dos máscaras: pol1tica y librecambio; por lo que llamarnos
problema legal, administrati~o, mercanúl. Inmediatar:1e.nte de guerras civiles a las guerr-a.S sbciales.
proclamada, la independencia se dividió en dos : la idea :-evolu· La separación, bajo pret2xto de discrepancia, del l:ruguay
cínaria y el medio revolucionario. Lo que interesaba no era la './ el Paraguay, fue la voluntad de mantener un librecambio a
revolución de principios, la emancipación que s e adoptaba como !()s productos de la ganadería, que por ~or:.tevideo se realizaba
nuevo régimen, sino el conmcto que se planteaba al partirSe ese sin control, y de restar importancia al puerto de Buenos Aires,
mundo sostenido por una u::údad ficticia r¡ue debilitaba a Asunción amenazando poner al servicio de Eu-
Para los promotores de la ciudad, bastaba cambiar algunos :-o pa la r:que~a del Virreinato, como por desgracia ocurrió. Para
c!etaLes del gobierno, de la administración, "Y ni siquiera :a ban· ~¡ interior el problema iba. como se v~. más lejos: se aspiraba a
dera, que es castiza e hiperciúlica, para que se Juzgara rea.iizado !a in depender .cía inclusive de Buenos Aires, de Córdoba y de las
el ideal revclucionar.o. Cre~ que un cambio de no:::ienc!atura o:ra5 ciudades hasta Salta, en su carácter de reductos extranje-
y de insignias bastada, y que el problema había de 3er resuelto
por arbitraje, o por textos de Helvecio, F!Jangieri, !Jably, etc. 1 Loa ·!01 -.ctoa truccmdmtai,n. de historia ntbUca, aoa doa f".•íl••-tN~
!-io ·..eni.an con.ciencia clara ce la magnitud y trascendenci.a del :.,mcn y DorrlPIO, 1'ambl#a lo• do. ,;,110d101 :ruuadeatalN: Pa,o de loe Áad• 7
paso dado, porque eran un !ragmento de la ~letrópoll, desvincu• -:'·Humi,n, aoa d ,e •tto• de duacue.
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~- La lpoca del cuere 39

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38 Trapalanda

ros, hispánicos. Había que independizarlos de la Independencia.


La revolución puso en movim.ienco, agitó e hizo circular un
mundo paralítico, postrado, estancado, y produjo un simultáneo
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y es tanto más legitima cuanto más parece no servir· a nadie y
tanto más profunda cuanto parece más inconcebible. ;. ·. ·

desp2rtar de la conciencia de inferioridad en todo orden. Al po-


nerse en contacto la campaña y la ciudad por las comunicáciones
de tropas, y nad¡) más, aparecieron deslindadas esas dos porcio-
nes antagónicas./La campaña despertó al paso de las huestes,
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~ LA HERENCIA Y SU INTERÉS CO~t"ESTO.

La Colonia había vivido en el hambre, la miseria de toda cla-


pero en cuanto desl)2rtó, el movimiento revolucionario central se se, la ignorancia, el fanatisr::o. En 1810 había llegado a una de las
convirtió en un movimiento retardativo. El papel de protagonis- mínimas de su Yalor económico, a una de sus grandes crisis pe-
tas pasaba automáticamente de la Junta, del Directorio y de los riódicas, irritada por la experiencia de su fuerza en el reciente
generales, a la masa, de la cab2za decapitada al cuerpo acéfalo. El rechazo de las invasiones inglesas. Muchos, es verdad, posefan
desarme de las tropas de Belgrano en Arequito es el error simbó- la tierra que labraban, pero esa tierra no tenía valor efectivo.
lico por antonomasia. La idea de libertad, que d~perlaba al paso $ Rodeando sus huertas mezquinas, los inmensos latifundios se ex·
de los ejérci~ trajo aparejadas la idea y la c:9nciencia de un
pasado infame;'Habfa que librarse también de éL Una nue,ra pers- 1 tendían en feudos de centenares de leguas. La riqueza ·estaba con·
centrada en pocas manos, como el poder diluido · en muchas.
pectiva se ofrecía al alma oscura d2l hijo de la aldea, al bastardo, La Independencia no signüicaba nada para el pobre, para el
con la posibilidad de tomar posesiones en las esferas monopoli- .•
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campesino, y, no obstante, ellos fueron los que la sostuvieron y
zadas por los poderes. centrales. La primera aspiración se dirigió lo;; que encendieron la pur.iicadora hoguera de la ananp.úa. Sig•
a ejercer la dirección local, s~parándola del centro; a desunir. La nificaba para el comerciaz:te exportador y para el saladerista,
Independencia no significaba históricamente más que un pasl) para el contrabandista y el cuatrero, interesados en que no se
decidido y precoz en una marcha fatídica hacia ella, preparada ':olviera por nigún camino a la época de los privilegios, monopo•
por la embolia del comercio y de la inteligencia desde mucho líos, estancos, impuestos y -:.emás gabelas. Cuando generales como
antes. Al soltarse ambas fuerzas contenidas, se abrió una com- San ~lartín, Paz, La Madr:d., intentaron declarar un ideal de p_r
puerta al torrente congelado de una población sostenida en la triotismo y de libertad, r.o se les entendía. Ellos mismos no lo¡
barbarie por los reglamentos y ordenanzas de la Corona. El me- entendieron más allá de su deber; y el angelical Belgrano, poli)
joramiento intuido y la promesa a próximo plazo formaron en gloto y economista, caía e~ raptos mfst/· os ante la enormidad
el alma del campesino, y principalmente del mestizo, una n oción 1 del contraste entre la reai'.dad y el ideal Era una guerra social,
palmaria de distancia entre el ·presenre y el pasado, .entre la ver- r.o de independencia, en cy-~ la segunda/ parte, prevista só!o_~r
dad contemporfaea que se abría sin límites y ese ayer humillante pocos y resistida luego, sé!"Ía !o verdaderamente importantl,f La
exornado con atavíos groseros y metafóricos. Las proclamas de revolución pareció llevar o alivio al hambre y a la ignorancia,
los j~fes que llevaron el movimiento hasta las fronteras del vi- pero bien pronto hambre ~ ignoranc.!.a s~ 70lvieron cont.'"3 ella,
rreinato, encendieron la aspiración a la independencia per.:,0nal, :¡ -entonces la revoluciói:t ~.:edó rezagada y apareció como conser-
y acaso fue, pese a los desórdenes consiguientes, su efecto más vadora y monárquica. Las ~egociaciones er.ranjeras, que fue me•
saludable. Los traficantes clandestinos, los filibusteros de tierra, nester entablar como contt'alllarcha, y los Congresos que sancio·
izaron su bandera bajo pretexto de nacionalismo. Vieron la reha- naban constituciones mixta3 que no regirían. demostraban que el
bilitación moral y la libertad de comercio, y no la poUtica que no éxito estaba asegurado, puesto que la teorfa se encontraba inde-
les interesaba ni comprendían; aunque lo curioso del caso resultó fensa frente al acto. La s::::uación del soldado, al servicio de un
ser qu2, en virtud de pronunciar sin mesura palabras heroicas, acto y de una teoría que estaban ya· en franco desacuerdo, y la
el móvil se desplazó hacia la polltica y el patriotismo. La diver- del patriota militante, fon::an la escena de comedia en el drama.
sidad de banderas probaba la unidad del ideal En ningún momento ce su carrera militar pudo nuestro solf r
En los . estallidos revolucionarios, cada individuo que en ellos dado entrar al combate ~ ánimo resuelto y dispuesto al sacrl- tuK'
participa, pronto se atribuye una parte de los ideales de la :revo- ficio por un ideal o por m:a causa que se le impusiera imperati·
lución, 1.-omo si .SI la hubiera hecho para sí; en un estado incon- vamente, como muy super:-:>r a él y a SU3 instintos de conserva·
gruente, amorfo, el individuo había de asumir el papel cardinal. ción. Cada batalla era una .,.ez más en que se jugaba la vida pot
Pero toda revolución es el punto crítico de una descomposición,


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40 Trapaltmda .:
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L:/t~f~~-del cuero 41
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poca cosa. y por una poc~ cosa que no le era comprensible ni ..
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los corregidores, alcaldes y blandengues erai{ fui--realidad los sis·
amable. Es decir, por una causa nueva. que no contaba aún con
mártires y que comenzaba a exigirlos por razones excesivamente
apremiantes para ser tan nuevas. Este ejército hab(a de termi•
nar por convertir al héroe que los sacaba indemn::!S de la aven- ,,¡:i
t. temas irregulares, anómalos, - que forzosamente hab~ de - caer
deshechos. · · - · - '.z~--c
Sólo una idea vaga, donde no existía unidad de ninguna cla-
se, les llevaba a consentir en la unión federal. :Yuchos de . los
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tura, en un caudillo que hiciera bandera y causa de •;í mismo y • soldados eran arrastrados por la violencia o. P.9r otro.~ que se
de ellos mismos, como si sus vidas fuesen, en fin, la parte que alistaban por vocación, y desertaban o cambiaban de }ef-!, según
estaba en juego y en peligro: lo que se estaba defendiendo. las alternativas del éxito; al asalto de las ciudades ¡regufa el sa-
Esos militares, como aquellos politicos coetáneos de ellos, no queo. Por el saqueo se llegaba a la conciencja.-de la propiedad y
combatfan por sostener una causa :c.i un orden. Cornbatian por de la inviolabilidad del hogar. Los correntinos, dice Paz, conoce-
crear un motivo de combatir que a todos convenf'lese y embra- dores del procedimiento, se ap~uraban a saquearse ellos mis·
veciera; discutían en los Congresos por encontrar una doctrina mos, con la excusa de que lo hacían para que.- el co1~trario., de
por la cual tomar partido. El ideal iba naciendo, informe, de la.a vencer, ya no encontrara nada. Lavalle terminó:en cauc-.iilo, man-
mismas escaramuzas de las armas y de las discusion~. de modo 'f dando un ejército de gitanos cosmopolitas, .de_ ~prófugos y de ra-
que era muy posible que el héroe quedara retra.s:iúo o que se ·llf meras. ·- ·-,-._~
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anticipara; y, en cualquiera de los dos casos, que apar eciese como -,s ., No había pueblo ni había gobierno; loleféreitos •rallan
la cantidad de soldados, por el arrojo de sus comandantes y por
por
faccioso, contra el sistema. Ambos, ideal y acción, concluyeron
por ccnvtttir esos medí~ de búsqueda en verdadero¡; fines; y el estado físico de las cabalgaduras. En Gamonal perdieron la
cuando llegó el momento de tener una causa y un orden que de-
fender, ya habían abrazado apasionadamente esa búsqueda come i batalla los caballos. Sólo por una agitación inorgánica, infecdosa,
podía llegar a formarse de una conglomeración un pueblo; sólo
;,or la violencia y el yerro slsterr.ático podría formarse un g0-
finalidad. Y, sobre todo: se babia muerto o se había sido deste-
rrado por esa búsqueda; lo que bastaba para consagrar 1a· causa
como lzgftima y patriótica.
l bi;::rno. El gaucho precipitó el estado de conciencia de la totali-
dad, de la unidad, de la función interna del país. Se habfa acos-
tumbrado a vivir sin cabeza, y ese amanecer e.e conciencia se

PJlI3QZOS FJlüTOS DE LA LillEltTAD.


1 parecía a la formación de una gástrula. La nueva era surge de la
disolución total de su ninfa, por eso Rosas encarna- el orden y
Artigas el patriotismo. Rosas tenia un sistema y los demás no.
1 Alvear, Lavalle y aun Paz aparecen frente a él como caprichosos,
Los triunfos de los ejércitos encendieron el espíritu de rapi·
fía en los soldad<i.:. Una ambición de poseer, de dominar, los llevó .l desconcertados y hasta anárquicos. Había sistematizado la bar-
barie, y los otros, sin pian muchas veces, con sólo una idea con-
a la formación de partidos que se !anzarfan con pretexto de de- tra ese sistema abierto que tenia la forma de la realidad ambiente,
fender la libertad, contra los que verdaderamente la promovie- venían a resultar 1()5 bárbaros. Aquellos generales de escuela ya
ron. Cada Cabildo se constituyó en centro de una zona de acci6~. té:nian forma definida cuando las cosas apenas comenzaban a
con intereses propios; y no faltó un tal Bernabé Aráoz que pro ,::,mar forma; de 3.!}i et error,. y la talla de QuL'"Oga y Güemes.
clamara autónoma la Rep6bllca del Tucumán. Cada caudmo aspi- ~o era fácil adivinar adónde conducirían ni, por consecuencia,
raba a la hegemonfa de su provincia; la pro,1ncla era él. Só!o cuál seria el partido realmente patriótico.
la de! Uruguay tuvo éxito, favorec!da por su situación margir.al. El papel de grande en el h2ro~mo no se puede mantener
y vallc!a de su condición de productora de la mitad del ganado incólume durante muci:o tiempo. Un militar· que comenzara pe-
que se exportaba, duefía del puerto clandestino para los produc- lear.do por una causa digna, de proseguir en su empeño con te-
tos del Rio de la Plata. El caudUlo era un ser en quien tomaba són y de s2r consecuente consigo durante algunos años, apare-
condencla la provincia. Con retórica !.njustlcia se llama bandc,le- cería combatiendo por una mala causa. Estaban divorciados de
ro y contrabandista al acoplador Ar.:gas, qu~ encarnaba un idea! :.Odo lo que exisda en :orno de t!llos, en razón de perseguir una
ecuménico sin embages; contrabando y bandolerisrr.o eran a !a :dea precisa; y en el transcurso de esos años resultaba quE: venían
sazón las formas regulares de comerciar y mandar. El comer~o a estar en la situación de retrógrados y refractarios ~n relación
controlado por la Casa de Contratación y !a polftir.a ~jercida pc,r
: a las directivas totales del conjunto. San Martín tuvo razón mien·
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42 Trapalanda
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La ép~ca del cuero 43

lo, con el aliciente de que implicaba la guex:ra .contra· su .dueño


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!. tras~las cosas de ~su pals le perntlti21'0~' ~ue · Ja tuviera, pero muy adventicio, y 1a victoria. Por entonces el animal empieza a dar
poco faltó para que sus ideas nobles y desinteresadas no vinle- su norma a la tierra y el hombre seguía si2ndo, también en este
ran a ser algo as[ como traicioneras y ruines por el hecho de Jíl trance, el artefacto de la naturaleza incomprendida y traiciona-
obedecer a un plan. Belgrano tuvo la suerte de morir cuan¿o co- ; da. El ganado transitaba en libertad por 1a llanura, y el domi'.llo
menzaba, lo mismo que Ridavadia, a aparecer en la oposi<'lón; y -.,
j del hombre sobre él era hipotético y en cada caso objetable. F'er•
las desventuras que todos padecieron y la incomprensión de los teneda como bien mostrenco al cazador, es decir, al arreador que
dirigentes, que llegaron a acusarlos de insurrectos y de corrup- i se aventuraba a quitárselo- al indio, quien con legítimo dered10
tores de las costumbres, demuestra que ya no se les entendía. se lo había incorporado al sino de su vida, no a su dominio (lo
Aquellos generales y aquellos estadistas no querían la bar- del indio no era propiedad; él mismo era propiedad). El gan:1do
barie, pero eran productos genuinos de la barbarie, y trabajaban, era libertad, y muy pronto el hombre, que encontró en él una
sin querer, para ella; eran bárbaros porque esos ideales de inde- mina inagotable de dinero, tuvo que violentar otra estructura
pendencia y de unidad nacional. de disciplina, de orden, no pa- r legal: las leyes que le impedían el tráfico del cu~, de ·la ce:..-oa,
saban de ser aspiraciones abstractas, sin base en la tradición l
de la carne, o que lo imposibilitaban de hecho. Aprendió a rom-
ni en la vida histórica argentinas. Eran tesis. Se oponían con 't
~
per otra barrera: la ley. Creó con ese nuevo aspecto de la aven-
'violencia a la realidad y levantaban la indignación trayendo la tura una nue,·a noción de señorío, bien bárbara por cierto, pero
últin:a palabra de las escuelas militares y filosóficas extranjeras, que rigió la v:da de estas comarcas quién sabe hasta dónde. Por
la táctica napoleónica, los -µnif9rmes españoles y las ideas repu- ahí entronca co:i la Independencia (que se preludió con tres pro-
,,,;c\,c~ blicanas de Norteamérica.¡Gúe~ fue mucho más eficaz, amol· clamas en pro del comercio libre de las pieles, y cuyo último tér·
dándose a sus gauchos; de-querer que obedecieran sus planes ha. mino es la Representación de los Hacendados), con las guerras
brfa fracasado. La fuerza de los caudillos sobre los militares de civiles (que ne tuvieron otro más claro objeto que la posesión
escuela, estaba en que no afrontaba.'1. de frente la realidad, sino legal de ese gaczdo), con la s obera~f~ pol[tica (asegurada por el
que la llevaban de ladera. En el mejor de los casos, aun teniendo estanciero gobernador de provinciav y con el Acuerdo de San
ideas claras y generosas, esos ideales civilizados ( como tenfan Nicolás (si no un Congreso de caciques, como d:?Cía Sarmiento,
su razón argelina los cuadros oblicuos con que Mitre fracasó en sí algo como un Pacto de defensa de las vacas, como también él
Cepeda) , resultaban aquí exóticos y , por lo tanto, contrarios al dijo). En fin, ura noción de sefiorfo, bárbara pero obedient.e al
· orden de las cosas. Porque hay que pensar que todo ese caos no mismo mecanisrr:.o de brutalidad y de ensueño del hombre d¿ la
era un accidente, sino un estado constituido, organizado, y que Conquista. ltste fUe el aspecto de aventura que pudo tener inte-
lo que int:?ntaba hacerle desap~r era una té<:nica que no se rés para- aquel nC:mada emigrado de España, desalojado a rastras
ajustaba a esa eclosión de vida sin freno. Nuestra barbarie ha por el árabe a su partida. Porque se figuró encontrar la riqueza
estado, bajo ciertos aspectos, fo!?lelltada por los soñadores de con la libertad, ~~roo pensaron los que después vinieron, mAs/
~dezas. y muchos de nuestros ::nás perjudiciales males se de- expertos. .
ben a que esa barbarie no fue reducida por persuasión a las for- El extranjero fue . apegándose a la Uerra, reconstruyendo l!)
mas civiles, sino suplantada de golpe y brutalmente por todo lo civilización abandonada con los fragm,?ntos y residuos de ella. que
contrario; en qu2, simplemente, se le cambió de signo. i le quedaron: el mestizo se levantó contra él y tomó reaueltamente 1
el partido del ganado contra el partido de la tierra, Aquél, el godo,.)
declinaría hacia el unitario, con sus programas de gobler.io basa•
dos en la posesión fiscal de la tierra y en su usufructo sin respon·
LOS ~"'t:'EVOS V ALOl!.ES.
sabilldad, la enfiteusis inclusive; éste, el patriota, el nuevo ameri·
cano, hacia una concepción más dinámina y atrevida, con su pro•
, La marca ~el ganado vino a :ndicar los lúnltes de la pose11ión grama poUUco (el federalismo) y con su ejército (la montonera),
te?T1:!SU'e. El anca de la vaquillona señalaba en las veinte mil ,j.
que fue la forma que la riqueza ganaderil tomó frente a la rique?.a
leguas que Rosas arrebató al homo pampaetU el área de sus es· territorial, lo que andaba y se ofrecfa frente a 10 que estaba quieto
}'
tancias, y advertfa de la prohlbidón de que nadie se estableciera y se negaba. Hasta el potro sin dueiio fue también un en~ alzado
por alli El animal arrastraba a la tierra. Si la úerra había deJldo contra la ley, puesto que la ley era para él la s~16n, el trabajo
de ser un hallazgo para el descubridor, e1 ganado se~ Giéndo· t
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. 44 Trapalanda • La. ép~c~ _'1el. cuero 45
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y el sacrificio. El gaucho, sin un. contexto de derecho que se im- turba en la llanura y fue el castellano en su.ranch~; ·alzó la tropa
pusiera a su conciencia. com¡rend16 ar potro y lo hizo su ~ - · del ganado y se enfrentó contra el terrateniente, _.c ontra el homhre·
Habfa entre ellos la misteriosa correspondencia que entre Eqyjge desconocido de la ciudad. Ya se disoció el espiritu del campo, el
y el pato silvestre. Al unfrsele el ganado, no sena para someterlo federal, el párbaro, del espíritu de la ciudad; el unitario. el mo-
a la civilización. para entregárselo al enemigo com11n, que era el nárquico, reuniendo en torno de sus imanes las limaduras de_ in-
hombre de la ciudad, sino para asegurarse su propia libertad po- tereses dispersos. Prefirió vivir en la vastedad de ese dominio
niéndola en el lomo del bruto.

i•
sin capitular, sin som¿terse al arbitrio del otro advenedizo; amasó /}
su conciencia con el paisaje, ren~gó de toda tradición y de ahí
resultó el gaucho, el señor hambriento, el hombre_de ) a tropa·igno-
r,v.:s
1

RA.CIA. LA ..lCEPT.ACIÓN CONDICIONAL DE LA WLIDAD. rante, proseguidor inarmónico de un sueño frustradq( En la soledad
llegó a considerarse un despojado, una victima de la injusticia del
código y del tribunal distante.¡Estaba haciendo caus~ común con
La tierra concebida y detentada en enormes proporciones na-
el i9~io, al que siguió_mirando con encono y des~reci~ de basta~
da terua que ver con la familia. porque ~nece al célibe y no a
la prole: pertenece a la geograffa y no a las instltuciones priva- do¡"El mismo era un pfoducto de ese prolongado ·sueno de gran1
deza; una víctima del espejismo del desierto, su'=fantasma vivo.
das. Por otra parte, el colono ulterior tuvo que rebajarse a esas
exigencias d~ la naturaleza que lo desmembraban de su origen, Si no podfa sostener la posesión con el derecho, la ' sostendrfa con
de su raza, de su religión, de su paisaje. Sólo podfa cultivar en el cuchillo, instrumento de su faena; si el puerto no le ~rmitfa
extensas superficies, porq~ solamente· la cantidad compensaba la cargar productos y enajenarlos para su trueque por mercancias,
c.istancia y el aislamiento/ No podrfa en adelante ahondar nadá ni lo haría a espaldas de la aduana y mediante la coima y el cohecho,
echar rarees, -ni concentrarse en la familia. ni intensificarse en la hasta que pudiera disponer del puerto. Tan vagas aspiraciones
cultura; tendría que difundirse, que disgregarse, que e:t'....?nderse cuajaron e!l un programa politico, según aconteció con otras mu-
él mismo y convertirse en número, en cifra de estadística, y hasta chas, y ése fue el punto central de la era de organización que
que tomar su significado de persona humana según la cantidad de culmina en 1880, año de la muerte del gaucho.
su ti:?rra o su ganado. Entraba a formar parte de una sociedad El culto del coraje es eso, y tuvo sus poetas y sus panegi-
• anónima de valores subhumanos: tenía que renunciar para siem. ristas, sus devotos que hoy se disimulan en la exaltación de su
pre a1 amor y que entregarse al ·odfo, franco o encubierto, que
es la norma de la distancia y la soledad.
imagen literaria; aunque nunca fue un tema poético sino un
ejemplar etnográfico/ Muchos quedaron como gauchos malo.;; otros,
Frente a él estaba el hombre alzado contra la ley, GUe pros- comenzando en las estancias como capataces y arreadores, llega.
p,eraba y se fon.aleda. No poseía nada, pero simbolizaba una ron a comandantes y generales; de domador-es de potros a presi-
fuerza de discordia y de violencia con su señorfo moral, épico. den~ de !a República; de administradores de saladeros a tiranos
Hubo, pues, el señor sin feudo; el sefior errante, hijo de la planf. o libertadores. "En Pavón -decía Sarmiento--, se decidió el im·
cie y hermano fatfdlco del potro. Hubo el que entroncó su ideal perlo en favor del más de a caballo".
~n la vieja tradición feudal. ~o tenfa poder (no tenfa tierra ni Pero ese afán de ·dominio tomaba también bajo el prestigi~
ganado) aunqu2 ante él estaba el planeta cubierto de· aniJnales de algún crimen notorio, el camino de la polltlca, de la influencia
errantes también. Con la conciencia de su pobreza se amalgama. personal, del curanderismo, la baquía y la payada, en la ciencia
ba en híbrida mixtura, la llu.stón de su riqueza. A caballo por la de las finanzas y en el arte pedagógico.
llanura, sin qué ponerse encima, sin hogar ni rumbo, era el caba-
llero de esa nada inconmensurable, cuyo t!tulo de propiedad tenfa Las provinciás marcaban los lfmites del fundo, si bien con
el hombre de la urbe, como antes el rey en la }{etrópoll. Era un un nuevo sentido espiritual. El caudillo simbolizaba un incons-
Quijote de regreso, vencido, el andrajo de un suefio ridículo. Se ciente anhelo de legitimidad en la conducta. de seguridad en la
ganancia; era entre todas las formas del azar que asumfan. las
llenó de orgullo; preflrtó levantarse contra la Justicia que le ne-
gaba la propiedad y no la poffStón de lo que bien podría ser suyo , institU'Ciones en sus orígenes, la menos aleatoria. Pero encamaba
con arreglo a las leyes de la Naturaleza, que conocían a fondo el ¡ una rebeldla contra la clvill.zaclón, que iba a organJzarse, a siste-
curandero, el baquiano y el caudillo. Como el caballero, aU.stó la ' matizarse. El caudillo representaba la soberanía en el -domlnio
de hecho, la jefatura de la cánta y, al mismo tiempo, la personi-

f
.

/
46 Trapalanda La lpoca. deZ cuero 47

ficaclón de algo orgánico, superior 1 • Del viejo ideal deshecho en chó a desemp-.:ñarlas,- ·m ás bien ·en carácter ·de especulador·e .inter-
harapos. aparecía este nuevo personaje exorbitado con el fraile mediario de si mismo. Desde entonces ha sido, cada dueño- de
por delator . y amanuense. Encarna el ideal de .fijación. en ·aquel algo, el peor ·especulador de su -propia ganancia, el .destructor-_<11::
fermento confuso, una dirección, un sentido, un
cuérpo.. Se ·1e
hizo luego portaestandarte de una doctrina pollticá y el nombre
sus satisfacciones. -- · · ·· ·'" · - -- · : :- =-;-_:,:;
:-· ~ .,__. · -- ·
El ganado quedó equiparado a la · extracción de metales, ~pu·
de federalismo cubrió ese afán de dar forma simétrica a un caos, diendo llamarse industrias extractivas a la ganadería y a la ·agri•
de cohonestar el poder habido por medios ilegfümos, precisamen- cultura; el cuero sirvió de materia prima para una· industria que
te. Pero al menos era un ideal, la forma concreta de la barbarie reemplazaba a la minería y que, sin querer llevarse tan allá, su-
que pretend[a eternizarse can un nombre decoroso. No era cam• plantó a to<ias aqu:?llas que utilizan el hierro, la madera· y hasta
biar de métodos de trabajo, ni dejar una herramienta por otra, i., el mimbre, inclusive en la constrUcción de la vivienda. El cuchi• •
ya que las manos que empuñaban. las armas jamás ejercieron ' llo fue la herramienta de esa industria; pero más bien como la
otro oficio (ni acaso el de las armas). Aun cuando se tratara de espada que eomo el pico y la llana. En Facund.tJ se nos dice qué !
tropa, hubo, naturalmente, el hombre de la tropa, de la aventura
guerrera. que quiso cambiar de oficio y no supo. Porque se tra- .
..,
valor tuvo en las manos del conquistador v:mido a menos y de
su hijo, el gaucho, y qué significó en adelante en las guerras
taba más bien de iniciar el trabajo, e iba a inventárselo, pues se internas,í El cuchillo fue el utensilio que serviría para establecer
carecla. de experi:mcia .aplicable a las modalidades de esta tierra
n{ieva. Y ante todo era menester despojarlo de cuanto en su misma
calidad de trabajo pudiera colocar al poseedor en situación dis-
tinta a la que había supuesto, muy por debajo de su orgullo. Por-
i un "orbé de cultura", d>ara fijar la fisonomía de la época-qu¿
comprende desde· el primer rebajamiento del soldado·a .:procurarse
el sustento, hasta la guerra de independencia en el norte y el
litoral/ Creó una población flotante en las márgenes del Paraná,
que ya era el fracaso resignarse a obtener la riqueza a costa del del Uruguay y en las orillas del Atlántico, desde Artigas a López
oprobio, e9n la aplicación de sus brazos a la tarea plebeyfsima de Jordán, pronta a emband2rarse con el primer caudillo que le
plantar, cosechar, apacentar, vender. S2 procuró que, al menos, ofreciera ventajas económicas a la salida del producto de que era
el trabajo pareciera ser otra cosa: un ejercicio, el reverso de la dueño sin serlo. La tropa, que eran los campesinos defendiendo
empresa heroica; y que la herramienta semejase, en cuanto fuese sus intereses, quedó con esa tendencia a manejar el arma corta y
posible, un arma. En los primeros tiempos las labores pesadas hasta destrozaba los sables para convertirlos en facones.
quedaron a cargo del indio y de la mujer; después el amo se aga- La caza del amtruz remedaba el juego y no era el juego, sino
la forma de ganarse el pan. Algo de la corrida de toros había en
1 S. ha querido 'Yff en el caucliDo '!DI& rfplica del barón feudal; pao lllÑ la pugna con el bovino a campo abierto; el sacrificio de reses tenia
bien M paree. a - ot.ro peraonaje, que d.aempetl&ba el rol de deuteneoahta en la mucho del degüello que frecuentemente seguía a la victoria. Era
fplca-dramitica de la Edad :Media: el be..114ido. El bandido DO va n-.riamcte todo ello una transferencia: guerra-juego-t.rabajo./Se hizo ~uy
= aa anwodal. Formaba =• aocledad. sp,6cri!a eo11tn otra: tema na prillc:fpioa; cruel el matador de vacas cuando dejó de ser, pará usar palabras
au c6d~. n rito. En Lo, bon4(do1 ha dnerlplo SC11iu.z. aaa cab&Derfa eoa l'll az,pe-
tipo ~o:.!ntico, Carloa :Moor, que M crff llam&do por Dio■ para corNrir por 11 tuco
homéricas, el matador de hombres. Pero, ¿dejó de ser, mientraS
y la ..-pada, a=• toded&d qu• ha perdido IIU ncmnaa de jua\lo=la. El caud.lllo DO ara sacrificaba las bestias, un matador de hombres?
un b&r<>n !nd•I. &i.Do = bandido ,n qulm la naturala& habla p,1Nto 'Cllla IDsfzúta Apane las razones de utilidad, el pastoreo en esa forma
de caceria mayor, representaba conservar las formas del orgullo
lncllu.ci6n 90Clal aiJl ofrecerle, ls,1almaate couútu!daa 7 tuctel. la IOdM&d 7 la
COII~ d• la nrd&den ju1tJcla para q'M ~ra. Era m1l7 16sloo que blTOCan
ni rua proclamu a la Dl'Y!Da Pro'ridccia 7 qll9 r:anclan dqollar m maaa, 7 qu f y del señorío. La agricultura, que vino mucho más tarde con
gentes de otro idioma, significó la rendiqón final del hombre en
loa u.ccrdota tllTieru dtrta wndtncla a IIIS'llirloe 7 rNmplaaulo&. Paaaba Pff la•
elud.d.ae como al usl1 Tfllpclor 7 ua !al.ad4ad. tD lo b&rbuo podla eonnseu
í
~
la persona del hijo, el colono verdadero. /La pulpería también era
ocupación de gringos.
al flA d t que titaba a lo cieno, En 1I :peor d4I loe c . - M panct& muebo a IN
htro. d• ,.na, qu tamblá tnll bandido-. • 4-dr: tipo• udaodalH a41o cuea4o
ae loe -icmpla arrue&dN a n medlo. Ea ma .._., propldo, el baadldo 7 11 - " '
~ ,,. La mano habituada a la faena tennina por imponer al hombre
la técnica de matar; es exigencia de la mano hábil, y el mazorquero
dl6■ -= la miau - !ll Amtrlca. tali&ado la ■ociadld, ara el tmhrl61l de la ,¡ alcanzó el virtUosismo en el degüello, como cirujano expeno que
~ era en la faena de la res. Aquella caballería andante de la pam·
aocied&4. Podla decir: al Estado 107 Yo, ~ DO habla Eacado. :En Poder 7 IA,
ID loa ~DIOI del cao,; 1lll ~ . .1.. COD el -.:ric'ko deltlllo de carpr ooa. Jo■ ped.-
j pa, llevaba el puñal a la clntcr-a; esa herramienta simbólica al cinto,
dt n ""tblo, d1 Mr Inmolado 7 de que -~ 11 ticmJ>O DO M c:rwr■ra tll '1. "' era todo el disfraz de la miseria avergonzada. "Los unitarios man·

l
-18. Tropa.landa
La época. del cuero 49
'~

,
..
A .•
daban castrar. los federales degollaban", decla · Mansilla, y -<odo
eso-es-de la técnica del cuchillo más bien que de .las formas' de 1a···
barbarie. ·El hombre que venda con su cuchillo era también el 1
intercesor. Si es arma, lo es tan temi'J)Ie como CÜalquier:·objeto
que sólo . &e emplea como tal eventualmente;-no tiene -~a· ~
entera del arma cuyo destino delimita el uso exclusivo; y _tampo-
co porque sólo falla cuando falla el brazo, de donde la_seguridad
-

~ vencido cuya mano tomaba venganza en los rebaños. Se


hizo cruel, porque el cuchillo como instrumento de trabajo es
feroz. y como arma no admite indulgencia. i en si mismo es la eficiencia de esta punta de acero en que con•
cluye el únµetu.. Ninguna da, como el cuchillo, fe en ~ despu&
Se negó a los goces de la vida tranquila y se hizo un s~r de
distancias: no amó el hogar, que era la sutura con el padre. En-
1 de la victori1; el vencedor siente que la victoria es más del mango
que de la boja. Todo el mango cabe en la mano _cerrada que lo
gendró hijos y los renegó; se hizo rico, pero no amó su fortuna
y se la jugó una noche a los naipes o la llevó en el tirador junto
i oprime hasta el mismo nacimiento del filo; tiene ·la _forma justa
para ser asido, y aun cuando ello es peculiar de las armas que se
empuñan, r.__ing,.:na otra es tan para la mano sola; mandibula ce-
al cuchillo; a dondequiera que iba. Estaba solo. El cuchillo, como
la mandíbula de la fiera, dice de la soledad. Vivió como un fora- . rrada con fuerza es )a mano que abarca el cabo. y as! acentúa
t jido; usó de la religión para proclamarla en sus lábaros como la 1 la intencióH en el colmo de la fu~rza concentrada. La mano lo
disyuntiv.1 de la muerte, y en el vivaque del asalto lefa la Biblia, percibe en la esgrima como a la misma voluntad en punta, pues

t' · que .es el libro del pueblo solitario. Asi quedó ese creador de fa.
laces estructuras, ese monedero falso de los bienes del alma,
cuando la tierra lo hubo sometido. De la nueva esclavitud podría
·1.. no exige que se piense en él, ni en lo que se cOnoce de .él a tftulo
de técnica. · .....,._ - :· ·
El tajo cenero puede gloriar toda la existencia de quien lo
er.girse como súnbolo, la espada con que ganó su pan y la herra· ; aplica; siempre recordó Necochea la vez que, atravesando una
mienta con que salvó su vida. / 1 tropa enemiga, a caballo y en pelo, cercenó hasta la columna ver-
tebral, que era la proeza en el arte del degüello, a un godo que
se le enfrentó. Rosas lo consideró instrum.~ de pros_.elltismo e
hizo un rito de su uso; prohibió llevarlo en domingq{ y Darw1n
cuenta cómo Rosas se hizo q~tigar cierta vez que, por descuido,
EL CCCKILLO.
'
~

infringió sus p::-opias órdenes/ Rivadavia prohibió terminantemen-


El cuchillo va escondido porque no forma parte del atavío y , te que se lo usa:a, con lo que también por ese lado atacó un as-
si del cuerpo mismo; participa del hombre más que de su indu· pecto de la religión. Decretaba la supresión de una Orden.
mentaría y hasta de su carácter más bien que de su posición La vaina a.'Tebata el cuchillo al mundo; el cuchillo enva.inado
social Su ~tudio corresponde mejor que a la heráldica y a la está sustraído al mundo de la muert:?. Es un utensilio en reposo,
historia del vestido, a la cultura del pueblo que lo usa: es el aunque nunca permite el ocio completo; tiene del sueño enigmá·
objeto más precioso para fijar el área de una técnica. tico del felino. Debajo de la almohada es el perro fiel, y en la, - /
Es un adorno intimo, que va entre las carnes y la ropa inte- ~ cintura el ojo occipital de la sospecha, de esa mitad del hombre ~-~ · '
rior; algo que pertenece al fuero privado, al secreto de la perso- ' que está a su espalda. Es más que el dinero en el bolsillo y que /,JI!.
na. y que sólo se exhibe en los momentos supremos, como el < la mujer en la casa: es el alimento en cualquier lugar, el reparo ,,. 1,.,. ~~
ln.sulto; pues es también una manera de arrancar una parte re- del. sol y de la lluvia; la ~quilldad en el sueño; la fidelidad en1c,vU"
1
cóndita y de arrojarla fuera. Ezige el recato del falo, al que se el amor; la co:::.fla.nza en los malos caminos; la seguridad en si\
~
parece por similitudes que cien cuentos obsc:?nos pregonan; quien
muestra el cuchillo sln necesidad es un Indecoroso.
• mismo; lo que sigue estando con uno cuando todo puede ponerse l
en contra; lo que b,sta para probar la justicia de la fama y la )
El sable presupone el duelo; el cuchillo es para el duelo a legitimidad de :o que se posee.
pie. Dijo Lugones: Da autoridad porque en manos del obrero es competencia sin
dejar de ser l.::strumento de justicia y llbenad. Con él puede el
Con. el pat'ridtico .sablt indl \·iduo, se ~ la frase de Alberdl, "llevar el gobierno consigo".
l/4 f'tba;ado a cuchUlo. ~o en vano •!l :i.ombre del cuchillo signi.flca también derecho de
gobernar y c.:'! juzgar.
Por su r,amafío impide que nadie tercie ,n la lucha; está lndi· Por él se ;>ercibe a través del brazo y el corte anat.ómia>. el
cadó que el lance tiene intimidad y que excluye al testigo y al t estertor ce la -;-íctima ; y por la sangre que ::noja la mano, la ago-
/. .¡

'
~
50 T r a ~ 'J La lpoca . del cuero 51

.J;
1
nfa caliente, el derrame de la vida y la afirmación de la existencia :¡ el simulacro; y rara vez el Juego como simple dempstración fes.
personal. Es el arma corta que dificulta la ayuda; el yo minera• _. tlva. La única suerte de exhibición del cuchillo, la clavada, repugna
!izado y objetivo librado a su suerte, a su sino, sln azar; el arma ? a la índole de esta . arma, en cuanto debe soltarse de la mano,
individual, el arma del hombre solitario. · I arrojarse y dirigirse con puntería; todo lo cual es extraño a S11
Sirve, naturalmente, para subrayar la razón, para hablar con ; finalidad y naturaleza. Inclusive la puntería. que exige el punto
sinceridad, y en las manos infantiles del niño ·y de la mujer, es ! fijo, la frialdad en el pulso y. hasta el raciocinio; siendo que la
dócil a la tarea doméstica. Corta el pan y monda la fruta, pero agresión es dirigida, en la pelea, a un punto cualquiera del cuer-
es peligroso llegar al secr:?to de su manejo y al dom.inlo de su .:. po, según lo ofrezca vulnerable el advenario. Y aun en ello no
técnica completa. El conocimiento de su "arte cisoria" es fatal, J hay nada del pulso, de la fria intención, sino del golpe de vista,
como el de hacer un buen verso; se llega por ahí hasta donde no 1 de lo espontáneo, de lo intuitivo, de lo que brota con la instan-
se quisiera. Sirve para matar, y particularmente para matar al taneidad 1nconsciente de ese movimiento opuesto e lndescripti·
hombre, del que exige determinada proximidad de cuerpo a cuer• ble, que en el animal perseguido se llama gambet.i :- 1ue también
po, eliminando cualquier ventaja, cualquier impunidad por ale- existe en su puro valor de defensa en el hombre ngi "!dido.
jamiento. Es la síntesis de todas las herramientas que el hombre Hasta la punta misma del cuchillo actual llegaba en la espada
~· manejó desde sus orígenes. Ameghlno encontró cinco clases de l lo inherente ·al duefio, lo que formaba unidad leal con el brazo.
cuchillos diminutos, de piedra, en nuestra pampa. f Al acortarse hasta ahi dejó al hombre librado a su fuerza, a -su
r Es la única arma que sirve para ganarse el pan con humildad ·
y la que en el rastro de sangre adherida denuncia el crimen. Es
en ocasiones más rápida que el insulto y muy dificil de medir o
arte y a su destino. Esa pane es, además, la seria, la inclemente;
la finta estaba en lo que ha perdido de longitud. No queda ya
" apelación a lo imprevisto ni a la teoría.
graduar en la agresión, porque cuando el alma puede retractarse, Así pequefio puede llevarse entre las ropas y entonces adquie-
la mano ya cumplió el primer impulso, inconsciente; por io cual re el mérito de un amuleto junto a la carne. Como utensilio "in-
diríamos que resulta más veloz que el pensamiento y más pró- terior'' participa de lo mágico. Su fidelidad se siente paso a paso
xima a la voluntad que el pensamiento mismo. Entra hasta el en la marcha pedestre y es la compa.Ma de la pierna. Se lo puede
puño; el indice y el pulgar tocan el cuerpo. Ese contacto que bas- llevar en la cintura, .que es la alt\U'a del cuerpo en que los brazos
taría para perdonar, indica lo consumado sin remedio. descansan con naturalidad. Al costado va el ancho y corto de
Tiene, el cuchillo, el tamaño d2 la parte de la hoja que queda ·desollar. El que se lleva a la espalda, señalándose bajo la ropa.
adherida al pomo, a disposición del duelista, cuando salta la espada agazapado, es el peligroso; cuchillo del domingo, el prohibido. Del
rota: el trozo fiel del arma es eso que sigue firme, el pedazo cabo puede colgarse el rebenque, porque el cabo es todavfa la
seguro. Al quebrars~, pierde lo que pertenecía al azar, a la fábrica, mano.
al obrero que la hizo; lo que salta, roto, pertenece al metal y es Es raro el suicidio con él; es un arma del hombre para afue-
el exceso. El cuchillo tiene un tamaño sin exceso, nada de azar ra, de la empuñadura hacia la punta; no se vuelve contra el amo,
ni de extraño, que es lo que se le ha suprimido justamente. como el perro, que es lo que se le parece más. Puesto que toma
/ El sable, el florete, manejados con rapidez, ofrecen al puño sentido supentlcioso en lo que tiene de amuleto, es propicio por
la resistencia de su longitud; hay una fuerza inerte según la ve• excelencia. La hoja desnuda es la adver-.encia del peligro; declara
locidad y la trayectoria de la punta, que exige a la muñeca que la anchura de la herida •Y au profundidad; es en el al.re como la
los; someta al juego y los haga ceder a la Intención, mientras medida ~ c a del agujero en la carne; hay entre el acero y la
que en el cuchillo la fuerza va de la mano al extremo, sin que la
hoja presente oposJción sensible al impulso. La espada tiene su
~ " carne una milterioaa correspondencia, que ea cortar, y hasta en•
t.rando en la vaina previene que puede herir. La sangre deja lim-
escuela y su estilo; el cuchillo es intuición, autodidáctica. El maes- pio el acero, pero se acumula y oacurece en el lugar en que la
tro no puede enseñar nada al discfpuio_; todo se aprende con el hoja se une al cabo (donde lo que pe.rticlpa del mundo ae une
ejé!rcicio, visteando, sl se po¡ee el indispensable don innato y el a lo que pertenece a la mano); o se la embebe el mango, al ea de
coraje. Es tanto el arte de la mano como del ojo. El lance a cu• cuero o de pata de ciervo. ·
chillo como exhibición carece de sentido (no es un espectáculo: Hay el cuchillo de todos loa d.w, cuchlllo de trabajador, con
es una intimidad), mientras que en el juego de la espada y del mango de madera o encorado, de hoja delga.atada y t1lo curvo de
florete, !a exhibición es el verdadero fin. El cuchillo no admite tanto usarse; y el de lu ttesiu, de corte reetillneo, a1n rastro cui
...
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52 Trapal anda
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de la afilación, de plata, con iniciales y labrado. ~sa es el arma o¡:
ornamental, con la S que es la estilización de la empuñadura, que
ampara y no priva del contacto en el golpe. Hasta puede ll~var
1·i
~
dos versos inscriptos en la hoja, como el del Chacho. ÉSe es el
facón, más largo, con dos estrías longitudinales, doble filo apenas i
embotado y un arabesr.o arbo~cente, en medio del cual la marca 1A
de fábrica: la armería más que el posesor. El cuchillo es de un
filo, fino, afinadísimo ~n el trabajo delicado dé la chaira o contra ¡
otro, con la voluptuos:dad de un afeite personal. Su filo se prue- ~

ba sobre la yema del J1ulgar, y la sensación sutil indica su finura


sin filván. Con la uña se aprecia el temple, y golpeando de plano I II
es ofensivo. En el saludo se suele amagar que se extrae y basta
llevar la mano al m.mgo, como se chista al perro demasiado
guardián.
Bien manejado pu~e apenas rasgar la epidermis, y bay una
clase de consumada d1-streza que· consiste en tatuar al adversario
..
~
i

~
LAS RUTAS

como a un esclavo, en ponerla marca como a la hacienda, que EL SE!-IDE:aO DE LA :-.ORIA.


quiere decir vasallaje ;,in manumisión posible.
El mérito del cuchillo está en la punta, lo mismo que en el
florete; pero no termina allí. El florete es sólo un punto; el cu-
c:-jllo está e:: el ápice, mas sigue a lo largo de la hoja. El golp~
i La leyenda atrajo al conquistador :.gnorante; la mitología de
la grandeza, de la libertad y de la fac:.:.ldad del éxito atrajo al co-
lono ignorante. Trapalanda y Fortuna e.:-an dos productos del sue~
ce filo, el hachazo, indica Indulgencia o desprecio, y es así comú ño y de la avaricia insensatos. No ;:ab{a más que un camino
h:ere el ~6:i. al patrón y el gaucho al extranjero. Es también el expedito, y por ahí no podfa seguir soio y pobre. )fo tenia fe; no
golpe del caballero al hombre pobre que va a pie. era un místico cuya conducta tuviera \!!l sentido trascendente; era
un fanático por especulación, que roga'::>a a Dios para que le ayu-
dara en el mal trance y a quien olvidaba luego. ~o tenia carácter;
no estaba estructurado; como la tierra. era un er.al o un pantano.
Vino a cambiar su vida, no para mejo:-3.rla y para que cumpliera
su propio destino; vino a negarse y a perderse. Quiso dar un salto
y probar una aventura, sin romper los vinculas con el pais y las
cosas de origen a las que, empero, =i.ab{a renunciado. Concedfa
una tregua a lo que dejaba, y a toda prisa deseaba obtener su
prov:?cho o arrastrar el mundo en su caida. Su prisa era asincró·
nlca con :a lentitud de la naturaleza. La tierra es lenta y se 1~
puede forzar a que dé en poco tiempo :o que acostumbra realizar
por propia iniciativa sin apuros, pero a la larga la tierra tiene
razón. P,.;ede s :?r invadida, ultrajada e:i su solemne parsimonia;
al fin ella Invade y triunfa. Ese agricultor que la urgió, obtuvo
a lo más '?l goce del estupro. Se hizo :-ico, pero no enriqueció al
pais, nl a :os que no se enriquecían; no :egó nada de su haber, tan
i¡ cerradamente Individual. E!,a fortuna :io fue n~ble, provechosa,
!
!
~n sus manos, porque no s e habla elabo!"ado lentamente y al ritmo
de la riquna común. Poseía cuarenta :eguas de tierra Y cuatro
mil hombres no tenian dónde descansar. ?ara que una región pros·
t
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108 Soledad
..
,~ Dist(l1tcias 109
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vive. En cambio el campesino de nuest..1.s llanuras donde la for- trario, da nuevas variantes al tema del distanciamiento, . que
tuna, antes fácil como el sol y el agua, atrajo ·a los más corajudos, aparecen en el recelo exagerado, entendido como mutismo - na-
vive · con respecto al otro en una propensión de resorte y de ga~ tural del paisano, y en la falta de respeto a toda intimidad. La
tillo amartillado. No porque s[ nuestra llanura es la levigación personalidad ofrece una corteza dura cuando se la aborda de
de las viejas montañas. Ha puesto la vida en sus manos y ya frente; el hombre de la llanura es di2stró en })aliar los rodeos
sabemos que la mano es una de las armas más anti~;:ii; t •" morosos que la dejan en descubierto, como sabe dar con un tajo
soledad conv!ert~ al individuo en el centro de esa circunferencia en la coyuntura de la res. Representativo de este medio es el
infinita que es la llanura y en la llave de esa bóvc?da absurda ~
que es el cielo. Produce en él un sentimiento de diástole hada
lo conviviente inmerso en su propia ignorancia, y ~i:! sístole que
lo contrae frente a lo que; fuera de él, representa la coerción y
guapo.
!1
exige disciplina. Se . agazapa o se dispara en situaciones idénticas, EL GUAPO.
según la mixtión de moléculas anfmicas imponderables. Está
latente en él la ingénita curiosidad del animal de rapiña, en un ' ·\
anhelo de explorar y pre,:alecer, que lo lleva a inquirir en lo que r;,.w ,
encuentra, esos detalles que sirven para el cotejo y la medida
de la estatura y la fuerza de lo que oye y lo que ve. Existencia
alerta y sin párpados. Le interesa !a cantidad y el !a:::1año de las
ti
El guapo es un órgano atrofiado del pueblo, resumen de una
época y albacea del indígena. Flota sin ser influido por ninguna
de !as fuerzas qu:? acondicionan la existencia y rigen la sucesión
de los seres. De manera que está cortado de lo anterior y de lo
que sig-.:e. Extrae de sí mismo las razones para obrar, y nada de
l l
cosas, de las ideas, d:? los recaudes y de los riesgos. Inquiere del
prójimo y de su vida sin otro motivo que el de invadir- y penetrar
un mundo que sospecha semejante, y que le está vedado por lo
lo que le rod2a le enseña ni lo modifica. Encórase en la du:-a
piel de su temperamento y al uso del animal o del filósofo, obe-
clece a un sistema propio, cerrado, criptógamo. Desprovisto ce
l
l
que desconoce. La mansedumbre con que averigua. es el movi- todo ornamento didáctico o convencional, puede par:?cer próxin:o
miento primario de !a vitalidad insurgente que en el niño des· a un tipo esquemático, tal como el árbol seco al "árbol en sí~:
punta s imuitáneo con la capaddad estereoscópica de la vista, pues sin duda tiene en dosis superlativa lo macho del hombre.
cuando destaca los volúmenes en planos de distancia y tiende Sin flexibilidad y sin ambivalencias no contiene ni rastros d2 la
a asirlos. El alma infantil del hombre maduro de la campaña , marioneta que en todos vive. De ahí la seriedad irremediable ce
argentina, y sin duda de las que se le parecen, ahí se detiene, sus gestos. Vive su drama engreído y de verdad, como si iuese
transformando tal iopulso en :.m complejo d:? curiosidad que el autor del asunto. 1
suele confundirse con la ingenua entrega de sf. Como el animal, Bandolero suelto, sin afiliación, sin có:ciplices, avenido a
es curioso en su sole:::ad; escudriña cuando parece i.11teresarse en tolerar hasta cierto puntó el orde:i convencional de las cosas, ce
l
datos insignificantes, y el ojo ti.:nido que echa la :nirada a los cualquier ángulo que s:? le observe se ve que una lógica masculi!:.a
l;
pies está explorándoncs. gobierna su persona. Es bravo por inclinación y no tiene re!.a-
cior:.es con la sociedad, sino consigo/ No participa como compo-
i
Resulta de tales disposiciones, del corte en seco de la nece-
sidad ce t:-abar relac:ones lícitas con el mundo, la tend:.mcia a
vivir · metido. por decirlo asf, en la casa y el cuerpo ajenos. Todas
esas tentativas de establecer una correspondencia humana a
nente de ningún grupo, ni. tiene que ver con nadie, semejante si:l
s2mejantes. Es lo masculino, a lo que amputó lo femenino y ~o
infantil: lo que no recibe influjos del mundo ni trabaja para el
lj::
fondo . s e !:.? frustran porque es un ente solitario. Hasta lo que ~ mundo. Por eso se le llama el "n:acho" 1. En consecuencia es un 1
precicso en él de pronto cambia de orientación y sa convierte ser estéril, que no engendra y que se consume en su propia 1{

~
en la defer.sa o el ata.que por presuntos peligros imaginarios, acción, independiente del conter..o de las actividades socialo.
muy en !o bajo de la s ubconciencia. La pregunta : ··¿Qué anda
1 Coao lodo aquello que e■ penonal. el T&lor del r,aapo .. de esencia • ~
1
hacirndo'". es el tentáculo depredatorio que :;e esquiva elusiva- ¡
mente con la respuesta: "Aquí andamos". E", ~tt!r . q-:H l& · r,aapeu entraila UA& c,.-'ici611 de -ririlldad. l& eu&l M opraa
; j
P~:-o ese movimiento subconscientemente defer.sivo aunque orJiAicameste en ti lur,aaie de loe homb,__ L& proaa 111 qne M pl'"lltba ti cor&.~
no t¡..,• de l:1 huah, aillo de la hombri6 a:implemute, y 11111• reftrine • la ecs-
rr.is subcc~scientemente social, no va impregnado e:'.! amor, pues·
qu!a1.a de :a ·mujer. Con lo que ti oonje lDcra tierna de uimel de J&rre u ce..
to que el prójimo sólo le Interesa c-Jmc objeto incó;r-!to. Al con·
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il. Distancias 111


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t.i. . ~.
{ EJcist!rla asl en cualquier lsla. Individuo y no ser representativo, :j¡ ' , hombres espectro c1e la parte pret&-ita qu~ ha muerto. En ·su
1\ 1 calidad «Íe 'prófugo ·anda en libertad; el sobreseimiento consegtñ-
~t
. ..
,'.,...
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mejor que Sigfrido. El héroe Uene un movimiento parabólico, y . ~~~
éste se concentra en un remolino de sifón, lo mismo que el ani-
mal de garra con su ineluctable soledad central. Como su acción •· •
no tiene proyecciones sociales, desborda con su cuerpo. No en- . ~
-1·•
esquema. y no. hombre,.. encarna_su -idea y no su ideal.- Hagen, , --..
1 do por el caudillo, sin que él lo gestionara, lo convierte en· per-
sonaje cuya función está oficializada, integrándosele s~brepti-
ciamente a la administración pública; y cir cula con el endoso del
Tribunal. Aunque no hace gala de sus r.rnertos ni gusta que se
cuentra manera da influir sobre loo demás sino atajándoles el ~ le hable de ello, superior a la ley, a la indalgencia y al miedo.
1

paso. Mata, atemoriza sin buscarlo; su lenguaje de actos ignora' • ~ Natljralmente, es pobre y no conoce ceros oficios que los del
# la premeditación y el arrepentimiento. Nunca queda satisfecho -~t campo.¡A menudo vive a costa de alguna mujer de mala vida,
I ni colmado porque no se impregna, y en cada hazaña parece qu~ '- que admira en él ante todo el alr.--.a de v;irón. Se reduce entonces
,ecomer..z.ara. t;n _prurito inextinguible lo espolea a injertarse en a parásito del prostíbulo, donde su pcdetio es irrefutable. Esta
las cosas por lo mismo que ·no puede combinarse con ellas por } vez también la ramera toma sobre si u n:i carga pecuniaria y
;1JJfo.-
otros medios. Considera a la mujer coxn2 un ser entre otros; no
la compadece ni la desprecia: la usa./La posesión material lo _¡ ~-~
1J•· social, de que libera a la gente honesta : porque ·el dinero con
que mantiene al guapo, releva al comer.!io del pago de tributos.
:;,,'1 ¡<f>,J,- exime de la responsabilidad paternal; su acto marital sin apa-· ·. Esa fiera tiene para comer y vestir y para sus vicios; con lo que
siona_mlento, no trasciende. Es un fantasma cruel. · que pasa; UÍi.. "". ; rara vez exige la contribución en especie. Sin embargo, se le
ser inferior, pues no S2 proye~ta,/Añadida a esa cualidad bravía, J fía en un crédito que nunca se salda y del cual usa con prudencia:
zoológic~ente pura, el sentimiento de lo social, de la finalidad ~ • ·' lo que necesita.
de ;a acción; creada en él la noción del deber, dari.a el adalid y, Contra él nada puede la policía, que paradójicamente lo toma
en la vejez, el patriarca. P_e ro la naturaleza le ha privado de ór- por modelo de entereza, de rectitud, de autoridad sin ostenta-
ganos de relación y de comprensión, si es que no comprende en ción pero absoluta, imitándolo en lo que es posible. En algunos
cloque lo que forma el horizonte vital del carnívoro. caciques hay retratos antiguos de él y ~Ioreira es su réplica
El guapo es un ente solitario, el unigénito del gaucho malo, • romántica y literaria: Don Seg-.1~do Sombra es su Cantar del
el hombre en la limitación de la fiera, rodeado de su propia figu. Mío Cid.
ra. Su habitat natural es el pueblo chico, donde es una fuerza • Producto connatural del pueblo chico o de crecimiento rápido,
del campo que circula sin saludar a nadie, y que no ataca si no exige una cercanía de campo, y el rancho de las afueras para
se le excita. La maldad en él resulta como la abundancia de vello • vivir. Degenera en contacto con seres sumisos. En las ciudades ',
o el olor amar~o en el animal montés: estado de naturaleza. • Y poblaciones mayores decae en el ro~.e, ya retórico, buro- (
Tiene la absoluta respo!!Sabilld.id de sus actos. Cuanto hace es-. crático y politico. Y no es hijo del gaucho malo, sino del extran- 1
irremediable y no podri.a decirse que pudo suceder de otro modo; ; jero pobre que quiere hacer pueblo de la ciudad. _j
es fatalldaci. :Merece respeto, lo mismo que todo lo que no puede J
variar, ocurra lo que ocurra. En la secreta simpatfa con que se
le mira hay, pues, cierto acatamiento a las potestades inexorables
que en él se han aposentado. Y también hay la secreta simpatía HOSTILIDADES DE LA SOL'EDAD.
con lo dañino.
En una sociedad mal constituida, o constituida con descon- Las poblaciones pequeñas de las grandes planicies donde se
tento, el elemento antlsoclal representa una gran pane de los "' encuentran casualmente seres de tan diversos origenes y acaban
sentimientos reprimldoe de la mlsma sociedad: la sociedad la· j por juntarse y tener hijos, más bien que tomar cohesión a me-
tente. De ahi el carácter heroico y simpático que en ai.tmos cuoa · dida que se hacen compactas, fermentan sentimientos disolventes
recubre la maldad del guapo. Es una forma de tomarsa venganza ; que no crean odios fecundos, porque también son superflcial1!1
el pueblo, por delegación en ese infeliz. Con su coraje y su , La pampa es un lugc1r de dispe!'Sión. Contra toda voluntad, la
desafuero, con su paso silencioso hace que la masa honesta de soledad es más fuerte que el trabajo por ser un estado constante
v~cinos recobre el sentido de su fuerza y de su protesta. sof~ - Y estable, y ~ste un estado prec-a.." io. que n:, coordina hondamen-
cadas, contra el orden y la justicia. te con un plan socíal, unánime. :nk--uco. La casa se levanta para
En casi todos los pueblos existe por lo menos uno de eses que sirva de albergue mi:?ntra3 dura la faena y el agua y el

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LAS FUERZAS TELúRICAS


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LOS !>!OLDF.S DE TIERRA. .•


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Cuanto más ans10 eí hombre ce la pampa, más esclavo fue,


encerrado en un círculo de alambres de púa. La ambición se le
enredaba en los pies y las manos. aunque no le nada como un
hijo, sino como una tumefacción ele su persona. Tiene el hombre
de la pampa una concepción restringida del mundo, y está cauti· ...,
-:
vo en los límites de esa concepción., en la jaula de su horizonte.
..
t
Cree dominar un sector de la realidad. sobre la que acaso ejerce
señorío, y está convertido en instrumento de esa realidad que no
tiene salida al mundo. Pues no es ni siquiera dichoso.
Luchando contra el medio cambiante, variable y mov"'dizo, l
l.
que tenía la forma acabada de lo bforme, adquirió esa'" cond.ic!o-
nes de instabilidad, de inseguridad, que por reflejo trasmite hoy '
al medio demasiado plástico que !e rodea. Lo que le circunda
expresa su natural idiosincracia, es ..-erdad, pues las cosas · que
hizo quedaron con la señal de sus manes ; pero él es el exponente
de lo que le circunda y ya tiene la !orma acabada de lo inform.e.
A esto podemos llamar "un círculo de alambres de púa.
.. Todo hacer es un recomenzar, después de muchos siglos, de
lo que millares de veces ya ocurr:ó, amasándose el mundo y el
hombre sin usar levaduras.
El mundo primiúvo imponía S\¡5 termas al hombre primitivo;
empero, juntamente cedía con gra:i :acilidad al modelado de sus
dedos. Todavía el limo estaba fresco en su carne. Le bastaban
sus manos; más tarde creó herramientas complicadas. Nada hay
aquí que corresponda al esquema de una máquina, excepto las
fuerzas anónimas que la oxidan. El gaucho, por ejemplo, ·no v a.
.-:"'º~
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134 Fuerzas primitiva.s


Las tuerzas telúricas 135
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un ser en vías de formación, sino el tipo conchúdo de- una natu. :·- ·
-· modo no sería un hecho simbólico. Para el pago de la estip~ad~
t~ raleza que tiene en grande sus mismas formas. No ea un. germen indemnización en especie, ·Rosas- tuvo que recurrir a la suscrip- .
nuevo de nada, sino un ser invadido y acabado. En nuestro mun- ~ ción de otros éstancieros, pues su cabaña. para mayor suerte.
do sin estructuras mecanizadas, el alma, lo más d&ll y maleable, i . habla sido saqueada por los indias y diezmada por la sequía.
es lo que cedió primero. Criando ganados, el artesano se ccnvirUo , .. Comorometió a los demás en un acto de honor. con maniobras de
en pastor. Vivió junto a ellos, apacentándolos, esquilándolos, deso- • ~ 1:audiJlo que concordaban con la polltica que había expuesto en
llándolos. aprovechándolos, vendiéndolos, como si estuviera apren- . . r1 su Manu.al del Estanciero, verdadero código de Hammu~bi y
dlendo a comprenderlos. Cuando Azara lo vio, junba y bebfa; • Tablas de nuestra ley. Esa contribución era común además, y lo
ahora neeoci,a y se contempla con ufanfa, que es lo mismo. Mlen- i-J interesante estuvo en la estrategia de aquel grande hombre de la
tras pasten las vacas y las ovejas, jugará y beberá. Años despu& - pampa; en · quien lo informe ·tomó forma acabada. Como aquel
se habla convertido en ser de limitada voluntad de cierta unila episodio eran todos, aunque no manejados con tal maestría ni con
teralidad pecuaria. en quien la bondad, si efectivamente la con- el sentido de clave que tiene el Pacto de las Vacas.
serva, toma los visos de una virtud herbivora. No hace otra cosa, •-~
no sabe otra cosa. Pero el animal rapaz no se doblega al herbívo- ::.. Se combatía por ellas, contra ellas y para ellas; las indeÍnniJ
za~ones se · pagaban y los ~años morales. se_indemnizaban en e:sa
ro, y de la mansedumbre del rumiante extrae su vigor. . --:...-;.:
moneda; ~ en el balance qued.a ban muertos algunos hombre:. de
•. El ganado en ple, que constitÚyó la base de n u ~ grand~~ la tropa/ Las fuerzas que entraban en juego, sin embargo, eran
fortunas, fue el tendón de las guerras civiles, el esqueleto de la '~ eternas: venfan desde más lejos que los protagonistas y segu~an
Nación y la piedra de escándalo de los gobiernos. Debajo y dentro f arrastrándolo todo en su giro. Hombres e institucion{?S trasudan
de su cuero se vivió. un vaho ge6rgico que llega desde las llanuras pobladas y son
Hay una forma de comerciar, de contratar, de emparentar, de ~netrados por un frfo milenario que arranca d~ la tumba del
estar melancólicos, de amar, de bailar y de mirar las cosas, que indio. La vida cfvica íbase plasma.r:do c-:m la sustancia· viva de
( tiene el estilo de esa materia viva o muerta. Entre el gobierno y la pampa; hombres, cosas y hechos podrlan representarse en la
el manejo de una estancia; entre el fUnclonarto y el capataz; entr~ forma alegórica de los bestiarios medi~-ales; el Estado se encor6¡
, las ciudades y los frigorl!lcos ha! es~chas similiwdes. Todo ello en un recio cuero crudo, como se embutía al culpable, exponié~- /
~ e formó al mismo tiempo, diferenciada cada especie de una ne- dolo luego al sol: olor de sangre fresca y de frescos y lejanos alfal~
bulosa basta constituir constelaciones delimitadas en una misma fares impregna la política, las finanzas. el ejercicio de los cargos.
figura wdlacal: Tauros. Mientras nuestros padres peregrinos crelan la enseñanza. la literatura y la amistad. Como Ayax del lom
que daban forma a este mundo, lo que ya tenla forma en él y lo de buey, instituciones sociedades.. centros, clubs, extraen su
In.forme, que era la rebaba de esa. forma, los modelaban a su fuerza de la pampa, del vado y de la desconfianza del herblvoro:
imagen y semejanza. De este proceso de formac16n de un tem• Para el sostenimiento de los ejércitos, la campaña contribuía
peramento, de un personaje, de un capitulo de hlstDria, de un con su hacienda, y el alambrado fue la primera lección de derecho
predozr.!.nio de cut.a, condenúndose todo de una V!a Uctea agro- Que recibió el cazador de reses. Las tropillas de caballos y los ro-
pecu.!.!~a. tenemos un ejemplo en la capitulación de Buenos A!res deos de vacas provefan al ejército de vituallas y pertrechos; la
frente a Santa Fe. No pen:.aban Dorrego ni López. Rodrfguez ni lndustrla de la curtiembre, el s ~ r o y la talabartería -=ésta
Rosu, ~ '" .:: eAaban uisúendo a un acto slmbóllco, m el meridiano en'tre las mejores del mundo-, · prOtSpetó a la sombra de tas gue-
de la ,poca ~~l cuero. La cap1tulac16n, como se sabe, se formallz6 rras civiles, como en las buenas décadas de· Roma. El dueño de
con la entrqa de 25.000 vacu, que Rolas se hizo ¡ara.nte de oblar, las h:iclendas, para cuya defensa del indio y del rival se habfall
y que superó con una ruJ,n.na de opulencia en 5.146 cabeUS. .~ est.ablecido cuerpos ' de milicias regulares, contribuía en especie
quedando de ese modo vencedor por treinta aJioL Aparecfa en ~. a su sostén; con ellas se hacia luego la guerra para incautarse d
las cltusulu de la capltulaclón como lr)demnlUciót:a por los daftos otras haciendas 1. Las guerras civiles son, desprovistas de su ata-
c:ausad01 3 Santa Fe: pero era un bOtm y un Solpe maestro. A
la derrota moral de Lópes. aceptando la didlva enherbolada, RosU. 1 "Laa Yacaa, ameaazadu por loa lndia,a. :,M1&a la ulnuria de . . ajádt..
muclúslmo más iábU. le qreaó una nesta tn Loa CenWu. coa L•ace nde pollNdor de ncH daba 11aa parte u lu q•u poa(a pan ta COIINr-TWd6L
maJambo y .ortlJa. En todo eat.o estM complicadas la polftlca, la hl rato." ·• . . . que a lo que Uama11101 daf•...t- :.. ueaa a ú aúamaa" (s..r.u.-
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Las tuerzas telúricas 135
134 Fuerzas primitivu .
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fortunas. fue el tendón de las guerras civiles, el esqueleto de la
la tropa./Las fuerzas que entraban en juego. sin embargo, eran
eternas: venfan desde más lejos que los protagonistas y segu!an
Nación y la piedra de escándalo de los gobiernos. Debajo y dentro
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arrastrándolo todo en su giro. Hombres e institucion~ trasudan
de su cuero se vivió. un vaho geórgico que llega desde las llanuras pobladas :f son
Hay una forma de comerciar, de contratar, de emparentar, de ~netrados por un frío milenario aue arranca d~ la tumba del t.
estar melancólicos, de amar, de bailar y de mirar las cosas, que ~
indio. La vida cívica íbase plasmaido c-::>n la sustancia: viva de
( tiene el estilo de esa materia viva o muerta. Entre el gobierno y la pampa; hombres, cosas y hechos podrfan representarse en la ~

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l manejo de una estancia; entre el funcionario y el capataz; entr~ forma alegórica de los bestiarios medievales; el Estado se encorv
U as ciudades y los frigoríficos bay estrechas similiwdes. Todo ello
e formó al mismo tiempo, diferenciada cada especie de una ne-
en un recio cuero crudo, como se e:mbutfa al culpable, exponién-
dolo luego al sol: olor de sangre fresca y de frescos y lejanos alfal-
bulosa hasta constituir constelaciones delimitadas en una misma
figura zodiacal: Tauros. Mientras nuestros padres peregrinos crefan
que daban forma a este mundo, lo que ya tenia forma en él y lo
informe, que era la rebaba de esa. forma, los modelaban a su
fares impregna la POiítica, las finanzas. el ejercicio de los cargos,
la enseñanza. la literatura y la amistad. Como ~ax del Iom
de buey, instituciones sociedades. centros, clubs, extraen su
fuerza de la pampa, del vacío y de ia desconfianza del herbívoro:
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imagen y semejan.za. De este proceso de formación de un tem-
peramento, de un personaje, de un capitulo de historia, de un
Para el sostenimiento de los ejércitos, la campaña contribuía !t
con su hacienda, y el alambrado fue la primera lección de derecho
predoir.:.nio de casta, condensándose todo de una Vfa Láctea agro- que recibió el cazador de reses. Las tropillas de caballos y los ro-
pecu~ :a. tenemos un ejemplo en la capitulación de Buenos Alre5 deos de vacas proveían al ejército de vituallas y pertrechos; la
frente a Santa Fe. No pen:;.aban Dorrego ni López, Rodrlguez ni ln~ustria de la curtiembre, eJ .saladero y la talabartería -:ésta
Rosas, ~1.- .:: estaban asistiendo a un acto simbólico, en el meridiano entre las mejores del mundo-, prospe«S a la sombra de las gue-
de la época d_el cuero. La capitulaclón, como se sabe. se formall%6 ..... rras civiles, como en las buenas décadas de · Roma. El dueño de
con la entrega de 25.000 vacas, que Rosas se hizo garante de oblar, las h:iciendas, para cuya defensa del indio y del rival se habfan
y que superó con una flligrana de opulencia en 5.146 cabezaS, establecido cuerpos ' de milicias regulares, contribuía en especie
quedando de ese modo vencedor por treinta años. Aparecía en a su sostén; con ellas se hacía luego la guerra para incautarse d
las cláusulas de la capitulación como mdemntzaci6n por los daños otras haciendas 1. Las guerras civiles son, desprovistas de su ata-
c::iusados 3 Santa Fe; pero era un bottn y un golpe maestro. A ~
la derrota moral de López, aceptando la dádiva enherbolada, Rosas, ~. 1 º'Laa neas. amenuadaa por loa India&. ;,ed1aJI la a!nucia de UJl ejhcito.
muchísimo más hábil, le agregó una fiesta en Los Cerrilles, con ~
maJamtx> Y .wrtlja. En todo esto están compllcadas la polftica, la
economía, el arte, América, la prehistoria y la diplomada; de otra
+ Late'O t11da poHedor de ncaa daba una parte 4a !u qne poana para la eonN?'TWd6t.
~el reato:• .. ... que a lo que Uamamoa d o t a ~ :U .-aeaa • ú m.iam&a., (S&naiea-
lol . Hablen podido decir, ~mbifn. que ai laa T&<&a ac,IJWlll&a a loe ej6rdcoa pan
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:11

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- ...~..-.-
..,:.!:!.. ~

La.s f!'-f!~- telúricas 137


13G Fue,-zas primitivas
..
cabalgaban. el que comfan y el que los acompañaba se convirtie-
A.· ío historiciforme, cuatrerismo organizado según la indisciplina ron en Noa. en espíritus propicios; los enemigos· del rebaño fue-
militar. En eso acabaron las tropas de Lavalle y las de Rosas y
1 los expedicionarios de Alsina y Roca, quienes obtuvieron las tle- __.,¡ ¡ .__, ...
ron Tabú. Enem!~os del rebaño y de la libertad eran primeramenJ
te el ganadero,/ después el saladerista .,t más tarde el estanciero;
- rras para la cría, ademá.JJ! Finalmente, la fundación de la Facul- ~ ,. tos tres gobernaron a su turno. Para esa polftica-religión, los pue-
tad. de Filosofia y Letras implicó la previa creación de la Facú{. blos aboríg->...nes tenfan disposiciones que acentuaron, sin duda,
tad de Agronomía y Veterinaria, sin la cual aquélla se habría ·1os animales corpulentos y resistentes que trajeron los _A delan•
ccnsideradu una entelequia. tados. En un medio tan predispuesto al totemismo transferido, si
Ya el pastor era un soldado; el soldado, un pastor. Xo huho no franco, las misiones jesuíticas exacerbaron la tendencia des-
nL11guna diferencia, durante mucho tiempo, entre la cacería de viándola por cauces artificialmente abiertos. Totemismo y feti·
animales y la cacería de hombres, entre su potlach y su régimen chismo, latentes aún en el gaucho, se encauzaron, pues, por otros
de vida, entre su poligamia y su religión. La caza era una especie atajos, con la veneración de las cosas pegadas al suelo, y en lo
de guerra llevada contra seres cuya posesión se procuraba por alto con imágenes que convirtieron en payés.. La credulidad en
razones de utilidad, de seguridad o, simplement2, de superstición. los amuletos de sustancia totémica y una idea borrosa y sucia de
·, \l ( La guerra desarrelló ese mismo espíritu de dominio contra el la religión y del gobierno libre; y por otra parte las misiones y
\
✓,
semejante; por la ocupación de su territorio, por el despojo d.? las encomiendas como contraideales, produjeron ese otro aspecto
sus bienes, o por razones supersticiosas. Estos tres móviles meo totémico-comercial del estanciero y del cuatrero, cuya potencia
/ recen en algunas historias el seudónimo de política, p2ro en las económica y personal se acrecentaba tangiblemente con el d~
Etnografias reciben más modestos nombres. El pueblo de caza- güello de las reses 1. La montonera- y la mazorca recogieron y
dores · que vivía merodeando en los campos sin dueños reconocido elaboraron la sustancia máter. Convertido el degüello en tarea
las reses de quienquiera, era un pueblo guerrero que, natural- regular y en derecho de horca y cuchillo consuet_u dinario, con su
:-::~nte, hubo de ejercitarse en las armas contra otro, en seguida técnica y provecho propios, trasmiten al degollador su mana de
';!Ue adquirió la noción de la fuerza o de la riqueza. Nuestrcs hicsos razón, libertad, fuerza y fortuna. Esos instintos religiosos com·
ce la pampa vivieron al acecho de una coyuntura favorabl2 de plicados con instintos económicos, sólo pueden ser transfc?ridos,
!le·.-ar la guerra al ejercicio cotidiano del saqueo de rebaños y del y Sarmiento calculó por lo baj o en doscientos años el purgatorio
cegüello de vacas, caballos y ovejas. Formaban, sin que se lo de semejantes faltas. Estas fu erzas primitivas actúan todavia al
; -ropusieran, un clan, con un mana colectivo y formas más o me- sesgo. Hoy en ~endoza y en San Juan, como los diablos en los
!:OS claras de totemismo. Se agrupaban en pagos, según las ca• cerdos, encarnan en las turbas que manejan los politicos totémicos.
racterístíca.s topográficas, en sociedad precaria muy inferior a la
~:-i::m indígena. Pero respondían a un mismo espíritu y eran ca- El clan, con su poder aglutinante, los agrupó en la tropa cam-
paces de solidaridad contra el prójimo. Cualquier residuo o reso- pesina, que erigió de sus misma s filas al caudillo por una nece-
:n_¿;r.cia de vida civilizada, bastaba para dar a esa eventual agru· sidad automática de coordinacón y defensa; y por un imperativo
;,-ación bélico-bucólica, y a ese espfritu de clan la seudoestructura idolátrico. El caudillo era el hombre-payé, que defendia los inte-
-:el ejército y del ideal de partido; con lo que las fuerzas instin· r eses del ciar:, como el poUtico es ahora el pater-familias-payé,
:i\-as y geográficas se sublimaron a la potencia de empresas heroi- que defi ende el hogar y los derechos conculcados por los funcio-
-::-as. comerciales y jurídicas. En el fondo subyacen los tres mó- narios.
·,-Ucs primitivos. Más curioso es el abigeato y sus desarrollos melódicos, pues
La religión de tales agrupaciones aunque se le injerten in· llegó a ser hasta hace pocos años una !ucrativa industria en la
,:¡-,.l!etudes místicas, suele ser el fetichismo y el totemismo: el
:.::cu-mento, el objeto con que se arman en la tarea y la lucha 1 Reaabioa de KA■ fpoca■ prehiat6rica1 u 1A oai.eaiaci6a de la cabcaa del mcmi•
':t:chillo ), el culto del valor y de la libertad. El animal qu? So como trofeo. LA ru•rra ae hacia, ea::-. :oa primitlT'INI, :a11cll&1 ne• para adquirir
cantidad de trofeo&. n6mero de cabeu.a. Par• u.a ,nlebkt 111enero el NCUmio de
tabe&a■ humana■ épi!i ea lo qae para '!l.11 paeblo pa.■tor el r9e11eal0 de cabes.u de
ranado : -..lc!.orl& -, ~l.la. Pellalou. Ra.m!:rn, Aberua..ua. -"'nll&aeda, C-ahaa -, ocro.,
,;.e C?mbati...-aa por !.u del otro b&ado. M •tacabu 'IIA&I a otra■. E ■ la ~ t n ·
;,.-:..',a. E a D"lettro■ d l u M formaa brica.du de comnelaataa pan aclc¡airtr . , _ ,
fueron decapitado&. !:n eeoa crlmenea "T ea la capitalaci6a ~ Rodrlpa eoa Upa
har 1ue Ttr doa u;,ectoe de la mi-. !ilma.
e-:--, ~ • dt !ud.ru de !01 Halteate, --...dudo • la poUc.la.
' º\

~,
_, Las Ju,erztu telúricas 139
138 Fuerzas primitivas
iL
un militar afortunado, porque conocia como la palma de la mano
:t provincias ganaderas, y aún lo es por tierras patagónicas y del
el litoral· Faéundo y López sus llanos. Los generales, inclusive
y
•·t,
noreste. Cuatrerismo y contrabando- fueron también formas deri..-
vadas de un sistema legal de comercio 1 antes de la Independencli' ~ 1e • Güemes Paz, tenfan ·que entregarse a baquianos de las regiones.
y a la vez formas supervivientes y atrofiadas del caudillism? ,: Sin planos, en tierras despoblada~ la estrategia queda~a subordi·
totémico y de la fe en sus noas. La elección de jefes por esas tn'bus· -. nada al conocimiento de las regiones. Ramfrez. Herenú, Ibarra.
de chiripá, recaía en aquel que poseyera· r:lás, o mejor calidad dP: ~ maniobraban en sus pagos. seguros del paisaje como bandidos.
ganado, o un recado de montar más rico. Lo que en la german!a- Dorrego fue . derrotado en Gamonal porque !es tácticos de Lópc?Z.
de comité se entiende por poUtlca, por dt!mocracia, por sufragio lo llevaron a parajes de -pastes ...-enenosos. y a1ll sucumbieron las
libre no es mejor ni peor: es eso mism~. y la Ley Electoral es ., cabalgaduras. Rosas conocía por el sabor Ios.· pastos de las cua-
la mitología de los vencedores de las ciudades en quienes enca.- renta estancias tle la provincia ce Buenos Aires. Todos esos hom-
nan los demonios de las llanuras. bres estaban más cercanos a la realidad qt e quienes la estudia-
Representativos de este período son el baquiano y el rastrea- ban. Sabían dónde encontrar jagüeles, haciendas o tropillas de
dor, cuyos avatares últimos pueden verse en los conductores de- refresco.
multitudes y en los improvisadores del saber. El baquiano no necesita haber pasado muchas veces por un
mismo lugar; puede no haberlo visto nunca.. Pero por cierta expe-
,..
¡
riencia de las hierbas, de los colores de la tierra. de Jas. remotas
cumbres; asociando presagios y sugestiones- inÍlnitesimales, Jiga
EL B.4QUL\NO Y EL BASTB.EADOB.. et pedazo de campo o de selva que tiene ante la vista, a un todo
inmenso, a la conformación de ~.:guas y leguas. Conoce los vados
El baquiano posee finos órganos de orientación y dotes dt? y las épocas . en que descienden las aguas, huele las tormentas a
médium. En él parece haber tomado conciencia la tierra del través de mucho tiempo, los pei!g!"os se le acusan con- nitidez de
secreto p. que obedecen sus formas,· colores, consistencia, distri- neurótico varios días antes de p~entársele: calcula las distancias
bución/ Cada accidente está en la inteligencia del baquiano, ligado con precisión de teodolito y sus dictámenes son infalibles.
indefectiblemente con otros, de manera que le basta contel'plar Está dotado de esos órganos sutiles de les insectos y las aves,
un limitadisimo trozo de paisaje para comprenderlo entero/P~ para registrar en su sistema ne!:'".•ioso vibraciones delicadf.simas;
un don de pensar lógicamente, según las formas de los llanos, las pues todo su saber misterioso compete a los dominios de la sensi·
sel~. las montañas, y de sentir intuitivamente la proximid3d bilidad magnética, sin duda. Más bien que e:i el conocimiento de
del agua, los árboles y los seres. Adivinación y rabdomancia al • las cosas externas, hállase en el secreto del modus opera-ndi de la
mismo tiempo: y una infalible memoria estereoscópica, que se • naturaleza; con esa clave re!!Ueh·~ los prob!~as. Es algo seme-
orienta por indlcios apenas visibles, sin que empero llegue a con- jante al olfato del sabueso, en u:i orden más intelectual, más com-
v~..rlos en datos sensibles ni en notas conscientes. Sin pensar. ~
plejo. Interrogado, diflcilmente i)Odria decir por qué toma deter·
s1n recordar, sabe cuál es el camino que hay que seguir, y de minado rumbo y no otro, por qué sospecha que haya a diez leguas
noche lleva en los pies la seguridad del sonámbulo. un rfo. Esas razones que puede dar nos resultarán ridlculas o cap..
En las guerras de la Independencia y en las civiles, fue el ? ciosas, pero acierta: _por la senda que elige se llega a destino y a
táctico y el topógrafo. Su palabra merecía ciega fe. Rivera fue} diez leguas hay, en efecto, un río. Si quiere acorta camino inter·
2 nándose por senderos inexploradas y anunciará a qué hora halla-
1 Bud.olaaa - IN trallcu&ea mtn JUoGnaü -, la Baada Orl,at&I. "'Ha-
~
rán plantas forrajefaS o poblaciones. Le bastan algunas notas o
bla !6"m.N bi.ea u.dclot, que por TtclN de llolcuaanía 7 drpn.ncl6a, qH _.. el diagrama rftm.ico de una frase para comprender toda una sin-
prvpiaa de •• pa.la &la ladulh'ia 7 ala 'f'ida pelltlea", bucabaa . . ,~,ro 6pico ú fon(a de colinas, repliegues pétreos, pantanos. Con un fémur o un
ria. m pn11oN u la Benaaadacl 1oa pa"NCW,la - blud....- ., dnpMt. m diente de ese género de anatomfa., reconstruye el esqueleto de un
~ .-• ffllda • 1UMI ·• elJol, ara tcalM • 111ucll.o (T. F . Upa) . Bada lMO paisaje cuyas secclones se arttc-.llan a sus ojos con inequivoca
• la Dam6 la Iaüada 7 • 1910 la p...._ naturalidad.
2 ?:atra loa eequlmalee de Slberia 7 loa Claa.kchM, NS6a :O. lnbtijoa de ,r.¡.
Tipo gemelo del baquiano es '!l rastreador. 31 rastreador tiene
d - :SoC'C)ru, :. je!acua depende de la r i q - . ben loa BcilMl.a Claulula-. ú / sus antenas en los nervios ópticc.s y está todo ~ en la vista. Si el
la n.- ea rebdo1, ntre 109 ChkdlH :ur.dmo1, de la poeil>Oldtd U colUO"&lr
a.a :.aTlo r-.c-ub!.n-.o de plelea (lllr l'IMCUwwa "" ,.a.u, ... Lssoai) . otro es el intuitivo, el descubridor, el rabdomante, éste es el ana-
r

140 Fuerzas primitit-as La, fuerzas: telú,ricas 141


t . . ~
-~-
lítico, e~ lógico, la paloma o el pez al que basta un indicio a~-~: que un apetito· c\e_objetosm.al. saciaóo. Hay sók?. nñ: bí~n·· concre-
· '-

pe!cepti~Je ~mo _referencia, para deducir . un largo silogismo de -º~ to,'pOsitlvo y apetecible: la fortuna. con infinitos nombres; y·<ana ··-
or1entac1on., :sanniento lo presenta como personaje grave, circwts- .:...:"'~ disposición. fagedénica: la forma cóncav a de lo que no se tiene. EY
pecto, convencido de su capacidad milagrera y de la autoridad de 7· ansía dé poseer ahonda más la· oqueru.d q ue quiere colmarse. Muy
su palabra/ En Calfbar están su figura y su dignidad fijadas para grande es el vacfo · que el hombre de lá pampa riota dentro de s.
siempre. Darwin también ha referido extraordinarios prodigi~ cuando quiere incorporarse 'extem:iones fnmensas de tlt?rra, mul·
de rastreador. El órgano supremo de palpar, oler, pe!lSar, escucilar. '"-( titud de edificios, manadas incontables de ganados, títulos ele obras
imaginar, es el ojo; la naturaleza lo ha dotado ce U!la pupila sa- · escritas, mujeres, einpleos. Eso qu~ b usca es un prét...°Xto; lp que
bia, cerebral Conoce la diferencia entre la hierba q~e se marchita necesita es algo eón que llenar el vado. Aapira a lograr -dectos
sola y la que se marchita por presión de un cuerpo cXtraño; en espirituales por encima de los objetos materiales, y a lo más con-
la huella ve si la bestia va cansada, satisfecha o hambrienta, si sigue multiplicar por especies Iguales to qüe consigu.:? óbtener.
cargada o de tiro, si era macho o hembra, si era reg:da por ira.no Aquello que logra es un sustituto de aquello a que aspira, ·y el
segura o inexperta, si era guiada con o sin apuro. !,lira la tiena . logro le mantiene insatisfecho, con mayor sed: ·
y distingu:.? los montones de polvo dispuestos~r el viento .tas ~ -, 'Vive un estado ·difuso de inquietud, hasta de desasosiego por,
aguas, o por el paso de alguien que se solivia. or la huella del .. algo que no ti2ne, que n o sabe bien qué es, en qué consiste, pero
casco infiere toda una historia detectivesca, el cr.:ninal deja cuya ñecesidad lo roe incesantemente por dentro. Busca una cosa
escrita la m archa, a sus ojos, como en un plano. E.:. las ramas y precisa otra.. Bastaría un poco de paz en el hogar, un ' hijo inte-
encontrará pendientes partículas impalpabl2s e i!:..-'~~les de al- ligente; .Y es preciso, en cambio, acopf.ar fanegas y fa~:::gas ele tl'i•
gún cuen:o que lo rozó. y en las hojas la señal i:::i;:,e_--:::ep.:..:ble de go, vender bolsas . y bolsas de azúcar. edüicar una ciudad. Todo
las m a nos. ~ o es posible apoyarse impuneme!'lte a '.:_es.:::aI:.Sar con- lo que le falta en el orden social, todas !as n ecesidades colectivas,.
t ra el tronco de un árbol. vadear un rio, avar.~ :=-e;n..~do de las experimen"ta como fa llas tróficas ée sí; tod o :.e, GUe no es nutri·
rama en r1."!!a largos trec."-:os; en cada .;;itio queda :.a h~la f resca tivo en la atmósfera q u e r espira y qt:e :-espiran ~ q ue ama; deja
por r:iuch c.;; días y él la ve. Aplica las lupas y ;.:::!.:..."':12.S d e sus de alimentar órganos vitales que .s e e::1pobrece:::. y busca n su ali-
pupilas y E ::i s~guida saoe adónde dirigirse. gana=!ÓO :iempo. La mentación .E!n sustancias sustitutiva.;;. Está desprov isto · de eso3
n atural eza queda manch ada y mustia en dondeq-:;.:e:-a cr..:e haya elementos imponderables que ayudan a vivir, que hacen menos
sido tocaca. Sería imposible desintegrar ese í:istint;:; q::e t an cerca ruda la muerte y que p ermiten mire:: al mw:~o coi:.. alegria sin
está ce la m agia, de la aruspicina y de la v idel'!.C;a o'"':~ca. Y sin" rencor. Confqrme . triunfa en ·el orden :ie la.s coseü matcriilles (ma•
emba r go, torio es claro y lógico. yores emolumentos, renta, fama, bie:::.es) esa p~e cel ser que no
queda satisfecha, que no asimila, n1 se tonifica. lo !leva a qu~
quier a más de aquello que le es aseq-.lib~e. Lo :;-.:e oo-J ene se so-
LOS ? LL'.OS D.C-...L'-óADOS. br evalora entonces en razón de todo !o que :::e ;n.1.co obtener; y
en eso que con.sigue pone su orgul!o. e:naltec:==do el mérito de
haberlo alcanzado. Y asf, automáti~ente, los iciea!es insatisfe•
El que ,ie:1e a ganar dinero, sin :,.::sado encl=a y Ei!1 po~ .r ches, los bien es ansiados, las fruicicnes busc2--a9 en vano, son
n:r dentr o, s2 p ropone muy poco y puede triunfar. ~ -:;ue ::.o pue- desvaloradas y consideradas al fin c:,mo e<>n=-aideales. Poco a
de es ilenar u n desúno ccn dinero, y la pe::-sec.ic:é= ~ :a !'onuna poco acarrea, como las aguas del cie--..!ive, pa:-.ic-.llas de lo alto
~·'.mH.) ~deal exige tar é e o :emprano qu2, asf cor:io :.:: e :-:> ~ e la hacia lo bajo, de lo que le está vedado a lo que s:2 Ie entrega. Aspi· ·
fo r m a ce 10 qu e r: o existe. l o que no existe :ome .:a :c==-a cel oro. ra a ser rico, sin que piense para qué :e servirá :a far.una ; aspira
Todos cor.oce~os a esos ~ánsfugas ce los :de~es ;:::=a.no;; ,:m
a ser Presidente de la ~epública o c e :m Tr.=:_ s in q ue d~bajo
qui::nes la CC<iicia reviste. en la vejez, pir::torescc-3 .;;~ e s di?
de ese anhelo haya nada q'Je lo empi:::-? '? lo s cs:.e::ga. La investí·
altrufs!'.:'lo 23 ::ues,ro pioc eer, el propietar.o -::ie :a ; a=~ el actual
c!ura o la riqueza de esa manera cot"~.:.idas se:: ·z.a ~:cción y el
:>uscador -:e : esc::-cs. el ~t=e .:;ubvierte :os ..-~c:cs 7 ~!te::.t.a el e?r.-
;>orio de :05 ::iie::es adul:~.:-ados. i:adáver de una vida gastada ~ín cor.:~
El espectro en que se descompor:e el ~az ée su vis ión, acusa
Todo :o ~u e ".!e ..-er é.:d parece qt;e q .;.:ere e: ;;:.c::.ee.:- de la 3Us rayas n{tldas en los colores de:l ;::.c,:::.er y la :-:.queza.
p ampa : adquir. r, s':'r am:1cc, o temido, sobresalir, ~~. ::o es má~ Ambaa franjas parecen la totalidad -.:,el prisoa ·.ínicamente cuan-
i. ~ ....
1
.,. 166 Fuerzas primitivas- Las fuerzas mecánicQ.f 167
·1
,..• ejercer una venganza de orden trascendental. rindiendo tributo seno aparece desacomodado, un individuo al cual excorian las
"'-t al yo colectivo. Y, a pesar de todo, la usurpación del poder insti-
•1
~

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tucional por el poder personal, la absorción de la función pública
formas concretas y concluidas de la .civilidad.
Originariamente, el compadre y el guarango s~n-·pob~i s-~
por ~1 individuo. a veces c<mtribuye a enaltecerla. El juez. el le- ámbito natural es la pobreza en que no falta el pan. "Compadre"
gislador, el funcionario y el vigilante que' haC1?n respetar la inves- fue un tratamiento que se daban las pen:onas de la clase baja.
tidura por la agregación de un factor personal, hablan al incré- Equivalía a camarada o amigo con referencia al parentesco poli·
dulo de modo qu:? comprenda qué es una investidura. Hay en el tico más bien que al lazo de simpatfa. A~imismo, "cuñado'' es un
conjunto de las fuerzas en escena cierta compensación que equi- tratamiento familiar que se prodiga en la campaña entre perso-
libra funciones y personajes. Y en definitiva. en esta comedia de nas de igual clase. Compadre fue et pobre; pero hace tiempo que
equivocacion2S o interludio de quid pro quo, se pierde a la larga ,, los ricos han ingresado en esa familia inmensa de la plebe, en
todo, menos el honor. ese parentesco espurio del carácter: de modo que la palabra ca-
Esta modalidad tfpica del funcionario y del empleado públi· lifica una especie de individuos linajudamente plebeyos. No po-
co, que Agustín Á.lvarez conocía tan bien y despreciaba tanto, es dría decirse de él, como lícitamente del guarango, que los gér-
una variante sublimada del compadre. Y el compadre uno de los menes de descomposición y de discrepancia con el ambiente que
personaj:?S típicos que nos trajo y nos dejó la Colonia. En los 1 lleva consigo, sean antisociales; mucho más exacto es considerar-
,r-.
sainetes españoles abundan, menos sombríos y perversos. De la lo un ser con retraso respecto a la marcha firme del cuerpo so-
galerfa de figuras bárbaras que le debemos, acaso el compadre · 'l,t'. cial : de manera que su actitud d:?Safiadora y hostil conviene con
es el más de sangre. Tipo muy difundido bajo los aspectos los ias modalidades de quien empieza a tener conciencia clara de un
más inesperadc.s, vale la pena de que se lo analice: porque su :esnivel fatídico entre su altura y la talla media de las cosas y
área de acción es vasta y su valor muy representativo. ;::ersonas circundantes. Sabe, pues, que el ambiente ha cambiado.
~oviéndose hacia adelante, y que su relac!ón antropológica con
.él está violentada.
Ser llegado a deshora, posee un orgullo absoluto que le in-
EL CO:'.'.IPADRE.
clina a tirar de lo exterior hacia sí, mejor que a acelerarse para
alcanzarlo. Aunque no conciba intelectualmente, con la cabeza,
:a inferioridad en que v iene a encontrarse con respecto a la rea-
Desde donde concluye el guapo hasta dende comienza el gua- 1idad que connota, la conciencia orgánica de todo su Fulano de
rango. hay la octaVa del compadre. Por algunas notas confina con Tal percibe que en la marcha se rezaga, y ··hace esfuerzos in,;er-
aquella zona del hombre bravo, íntegro, solitario; por otras, apa- .:cs para ponerse al flanco la vanguardia de esa realidad que lo
rece como variedad del hombre sin carácter, facticlo e incompleto a\·entaJa. El esfuerzo para no quedar v:?ncido con que tira hacia
qui! es el guarango. Desde el señorito que iba a desafiar a las la· ;;t!"ás de esa realidad al mismo tiempo que la invade con su per·
vanderas en el río, o a golpear a los serenos viejos; desde el 3ona: el desprecio por el prójimo y el desdén por los valores de
montonero de la "indiada" y la "patota", ti.ar.a el funcionario que -::iv:lización, son los rasgos paladinos. Por anular la distancia ca-
convierte una reglamentación en fuero de su rango, el compadre ~ualment::- queda en descubierto. ~o hay en ese movimiento un
se extiende sobre esa región que es su octava. El valor personal, ;:,lan ni un ardid : son simpl~s fuerzas orgánicas que. encue!ltran
y , por consecuencia o viceversa, la depreciación de lo ajeno, lo en su ademán y en su palabra la forma de cortafrío con que des·
caracteriza; como el guarango, se destaca por el esencial despre- cerraja lo exterior metiéndolo por los puntos vulnerables. Emplea
cio de lo exterior reducido a sus valores gruesos. Asimismo agra- !a ganzúa para penetrar en la sociedad, que no le ha cerrado sus
vian te, porque en este caso hace uso inmoderado de una fuerza de puertas sino que las tiene abiertas por el otro lado que él no ve.
diferente signo de las que están en juego. Y como en muchaS La compadrada resulta. también, una actitud, una fórmula
ocasiones la agresión lisa y llana a lo que le supera encierra un ~e resolver problemas de incompatibilidades con el ámbito, re-
pelígro, que su bravura o su posición no le permite afrontar, ::J já ndolos a conflictos y reyertas donde los puños dan la solu-
recurre al arbitrio de descargarla en un punto débil Oscila entre? c:ón : una da\·e falsa porque tiene de antemano la solución para
el úpo que no tiene en cuenta a la sociedad y el otro que reac- ':'Ja lquier problema. Véase con cu:.dado: en toda compadrada hay
ciona en razón de esa sociedad, el · guapo y el guarango. En &U ·~:1 sofisma de hechos y de personas .
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ejercer una venganza de orden trascendental. rindiendo tributo
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seno aparece desacomodado, un individuo al cual excorian las
formas concretas y concluidas de la _clvilidad. _ . __ _ _.. . .
Originariamente, el compadre y el guarango son pobres: su
por ~1 individuo, a veces cor.tribuye a enaltecerla. El juez. el le- ~ • , ~'-· ámbito natural es la pobreza en que no falta el pan. "Compadre"
gislador, el funcionario y el vigilante que' hacen respetar la inves- :.'.,. ' fue un tratamien to que se daban las pen:onas de la clase baja.
tidura por la agregación de un factor personal, hablan al incré- Equivalía a camarada o amigo con referencia al parentesco polí-
dulo de modo que comprenda qué es una investidura. Hay en el ·' ' tico más bien que al lazo de simpatía. A,;imismo, "cuñado" es un
conjunto de las fuerzas en escena cierta compensación que equi- tratamiento familiar que se prodiga en la campaña entre perso-
libra funciones y personajes. Y en definitiva, en esta comedia de nas de igual clase. Compadre fue el pobre; pero hace tiempo que
equivocacion~ o interludio de quid pro quo, se pierde a la larga los ricos han ingresado en esa familia inmensa de la plebe, en
todo, menos el honor. ese parentesco espurio del carácter: de modo que la palabra ca-
Esta modalidad típica del funcionario y del empleado públi- lifica una especie de individuos linajudamente plebeyos. No po-
co, que Agustín Álvarez conocía tan bien y despreciaba tanto, es dría decirse de él, como lícitamente del guarango, que los gér-
una variante sublimada del compadre. Y el compadre uno de los menes de descomposición y d2 discrepancia con el ambiente que
personaj~ típicos que nos trajo y nos dejó la Colonia. En los lleva consigo, sean antisociales; mucho más exacto es considerar-
!l;~
sainetes españoles abundan, menos sombríos y perversos. De la lo un ser con retraso respecto a la marcha firme del cuerpo so-
galería de figuras bárbaras que le debemos, acaso el compadre ' (~ cial : de manera que su actitud d:?Safiac!ora y hostil conviene con
es el más de sangre. Tipo muy difundido bajo los aspectos los :as modalidades de quien empieza a tener conciencia clara de un
más inesperados, vale la pena de que se lo analice : porque su -::esnivel fatídico entre su altura y la talla media de las cosas y
área de acción es vasta y su valor muy representativo. :;::ersonas circundantes. Sabe. pues, que el ambiente ha cambiado.
:::1oviéndose hacia adelante, y que su re!adón antropológica con
¿1 está violentada.
Ser llegado a deshora, posee un orgullo absoluto que le in-
u co:.tPADRE. clina a tirar de lo exterior hacia sí, mejor que a acelerarse para
alcanzarlo. Aunque no conciba intelectualmente, con la cabeza,
:a inferioridad en que viene a encontrarse con respecto a la rea-
Desde donde concluye el guapo hasta dende comienza el gua- 1idad que connota, la conciencia orgánica de .todo su Fulano de
rango, hay la octaVa del compadre. Por algunas notas confina con Tal percibe que en la marcha se re·zaga. y ~hace esfuerzos inver-
aquella zona del hombre bravo, íntegro, solitario; por otras, apa- :;cs para ponerse al flanco la vanguardia de esa realidad que lo
rece como variedad del hombre sin carácter. facticio e incompleto a\·entaja. El esfuerzo para no quedar vencido con que tira hacia
qu~ es el guarango. Desde el señorito que iba a desafiar a las la· ':t!"ás de esa realidad al mismo tiempo que la invade con su per-
vanderas en el río, o a golpear a los serenos viejos; desde el ::ona: el des precio por el prójimo y el desdén por los valores de
montonero de la "indiada" y la "patota", h.ar..a el funcionario que -:i'::Uzación, son los rasgos paladinos. Por anular la distancia ca-
convierte una reglamentación en fuero de su rango, el compadre rnalment::- queda en descubierto. ~o hay en ese movimiento un
se extiende sobre esa región que es su octava. El valor personal, ,1an ni un ardid: son simpJC?s fuerzas orgánicas que. encue!ltran
y , por consecuencia o viceversa, la depreciación de lo ajeno, lo en su ademán y en su palabra la forma de cortafrío con que de.;•
ca"racteriza; como el guarango, se destaca por el esencial despre- cerraja lo exterior metiéndolo por los puntos vulnerables. Emplea
cio de lo exterior reducido a sus valores gruesos. Asimismo agra- !a ganzúa para penetrar en la sociedad, que no le ha cerrado sus
vian te, porque en este caso hace uso inmoderado de una fuerza d! ;iuertas sino que las tiene abiertas por el otro lado que él no ve.
diferente signo de las qu2 están en juego. Y como en muchaS La compadrada resulta. también, una actitud, una fórmula
ocasiones la agresión lisa y llana a lo que le supera encierTa un ~e resolver problemas de incompatibilidades con el ámbito, re-
peligro, que su bravura o su posición no le permite afrontar, : Jj á ndolos a conflictos y reyertas donde los puños dan la solu-
recurre al arbitrio de descargarla en un punto débil. Oscila entre? c:ón : una claYe falsa porque tiene de antemano la solución para
el tipo que no tiene en cuenta a ·la sociedad y el otro que reac- -:1J::ilquier problema. Véase con cu:.dado: en toda compadrada hay

ciona en razón de esa sociedad, el · guapo y el guarango. En SU ·.::1 sofisma de hechos y de personas.
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1
168 Fuerza& primitiV(l.f
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- L<U fuerzas mecánicas 11>9

es eso mismo retrotraído a la acción, reducido de elemento ima-


L También es una forma del resentimiento/La diferencia entre
:•
ginativo y psicológico a elemento corporal y biológicb. Más que
lo que realmente se es, y lo que se cree ser, alza ese muro fuera el concepto del mmto de la acción supuesta, el gusto de anun-
~
del cual está el mundo y dentro el hombre. Dice Scheler: " ... las ciarla y cumplirla, aunque sea por la espalda. O el lenguaje soez
grandes pretensiones internas pero reprimidas; un gran orgullo cuando acentúa algo cierto y verfdico, un punto exterior inde-
unido a una posición inferior, son circunstancias singularmente fenso; con lo que aquello que hay de tamizado en la sátira y en
favorables, para que se despierte el sentimiento de venganza".

,
el sainete toma la forma del puñal verbal.
Sobre lo expuesto y sobre todo lo demás que pudiera decirse en- La agresión y la provocación acaso sean el acto usado como
trando al subconsciente y al humour, además esto: los patses que '"!
pasan muy rápidamente de un estado salvaje a otro civilizado, i
último término de convencimiento, como instancia convincente,
cuando falta un lenguaje capaz de satisfacer con la excusa dada

marchan con mayor celeridad que el ~r hu.mano. El hombre o recibida. El compadre, a este trasluz, resulta un ser de lenguaje
acompaña a las cosas: el ser humano requiere tiempo para acli- reducido y deficiente que apela a la acción por falta de esa vál-
matarse al progreso, y la civilización, que ante todo es una carga, 1
vula que permite probar sin golpear, y satisfacerse en lo interno
quizá es ya incompatible con el estado fisiológico normal del ser por la conciencia d~ que la palabra ha descargado ya su golpe. .j
humano. Cultura y civiliza,::ión son estados de conciencia tanto ! ,. Hay senador, por ejemplo, que en una banca conseguida con frau-
..... como domlnlo de técnlcas/ El resentido que encontramos en el Af ~

'
de palmario, apela a la compadrada cívica para salvar su dieta,
compadre, cuya definlción casual · da Scheler, pued2 ser un hom- · t ... cuando no tiene razones que oponer al que le escarnece. La com-
bre normal. que va desarrollándose normalmente con arreglo a padrada quizá es, en fin, un lenguaje complementario. 4
un proceso fisiológico <le civilización y conciencia de ella; y a lo El fanfarrón que requiere la espada y cala el chapeo es una '
...
1

mejor el desequilibrio entre su metabolismo ético-mental y el variedad teatral y gentilicia de este personaje auténtico, que no ~,..
desarrollo de las cosas no prueba su inadaptabilidad cuanto la admite la posibilidad de una apostura en falso, qu:? hace público
ir.j,~ticla q1.1e hay en querer hacerle incorporar con excesiva pre- de s1 el teatro de los demás, porque se vuelve espectador de su i.¡
m-:;n los elementos de un estado social que es, a su vez, un es- propia postura. El compadre, igual que éste, no es tipo psicoló-
tado "?reclpitado" de formas convencionales. Seria en nuestro gico sino social; y su alma, la de una multitud. Necesitan ambos
m;:,áio -?l ~ombre que tiene razón contra el que salta sobre los esta• su espectador numeroso, no del teatro sino del circo, ya que el "'• ;
dios intermedios: yerra en la reacción, pero en esto es irresponsable espectáculo está en ellos pero con la fiera y el arma verdaderas.
también. El compadre como resentido, se opone pues, a un idioma i1i
Aparece en cierto sesgo como producto de una clase moral, de una
de formas, no a un idioma de sustancias, y no puede menos que casta de sudras morales, donde el teatro es todavía un grado de fl
reconocérsele su derecho a la barbarie cuando está justificada por representación superior a las exigencias sociales de su yo; y pro- ¡jj
un contexto invisible, impalp~ble, lntramolecular; y el vercdictO
..:Spontáneo lo confirma cuando exclama: ·•es un producto del
duce para esa sociedad que aplaude en silencio. De ahl que el fan- ...,,
11 ,

farrón que hallamos en la literatura, que indiscutiblemente tienP '


medio", o "el padre y los amigos tienen la culpa". De ahí lo que ti:
parentesco con el que vive pie a tierra, no tenga que ver con éste, 1
siempre tiene de genérico y representativo. imposible de transportar a la flcción, porque carece de sentido
El yerro está en que el compadre emplea mayor cantidad de Intelectual, teatral y es sólo un caso espedflco. Los seres anó-
pruebu de la.a necesarias para convencer de que es un inadap- maloo tienen su lugar en la barraca, donde no desnguran su
tado, o mayor cantidad de fuerza de la que necesita para dominar rnor.struosidad: que ella es su ane. En la barraca, que es todo
"salYalldo su honor", para atemorizar o para que lo dejen en lo contrario del teatro.
paz. Se hace inexcusable porque incurre en exceso y alarde des·
medidm, como el que se tlra de un 'rlgsilno piso cuando basta
con mena, de la mitad. La arrogancia no resulta, por tanto, del
comentario sobre los hechos slno de su acútud muda frente a
ellos• .A.un la Jactancia verbal corona siempre una apostura cor,
poral prnia.
:El 11Ulu ,lorio8ul de la comedla 11dlla.na y de los decaden·
tea, como el de la hiJutra en la farsa latina, es un personaje
avanzado de este embrión; personaJ& dl.lktico. La compadrada
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