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Wilson Fonseca
Fabricio Lozada
Jorge
Sanunga
Jairo Toapanta
Escuela Politécnica Nacional
16/10/2014
POLÍTICAS DE EFICIENCIA ENEGETICA-EUROPA
La protección del medio ambiente y del clima es uno de los desafíos globales del siglo XXI y ocupa un
lugar prioritario en la política alemana, en los medios y en la sociedad civil. A nivel internacional
Alemania está considerada como un país a la vanguardia de la protección del clima y pionero en la
implantación de las energías renovables. En 2011 Alemania fue el primer país industrializado en
decidir el abandono definitivo de la energía nuclear. El Gobierno Federal promueve activamente la
protección ambiental, las estrategias de desarrollo respetuosas con el clima y las cooperaciones
energéticas y concibe sus esfuerzos desde una óptica global. La Secretaría que acompaña la
aplicación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tiene su sede en
la ciudad federal de Bonn. Desde 1990 Alemania ha reducido sus emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) en casi un 24%, cumpliendo sobradamente los compromisos adquiridos en virtud
del Protocolo de Kyoto, que entró en vigor en 2005 y preveía alcanzar una reducción del 21% para
2012. En el Índice de Protección Climática 2011 de Germanwatch Alemania ocupa uno de los
primeros puestos. Hace años que Alemania sigue un camino que conjuga la protección climática y
ambiental en aras de una economía sostenible. La clave de este modelo estriba en el incremento de
la eficiencia energética y la expansión de las energías renovables y las materias primas renovables
(MPR).
Desde 1994 la protección de la naturaleza está consagrada como objetivo del Estado en el Artículo
20a de la Ley Fundamental. Una naturaleza intacta, un aire puro y unas aguas limpias son condiciones
necesarias para una calidad de vida y una calidad ambiental elevada en Alemania. En lo concerniente
a la limpieza del aire y de las aguas los indicadores ecológicos apuntan una evolución positiva. Desde
1999 se registra un descenso de las emisiones de GEI originadas por el transporte, y ello a pesar de
que ha aumentado considerablemente el volumen de tráfico: en la actualidad se sitúan por debajo de
los niveles de 1990. Las emisiones de óxido nitroso se han reducido en torno al 50% debido, entre
otras razones, a que los vehículos de motor van equipados con catalizadores. Gracias a la
desulfuración de los gases de combustión, prescrita por ley, las emisiones de dióxido de azufre de las
centrales de hulla y lignito han disminuido un 90%. También ha descendido el consumo per cápita
diario de agua potable, que ha pasado de 144 litros por habitante a 121 litros (la segunda cifra más
baja entre los países industrializados).
Ante las consecuencias del cambio climático (deshielo acelerado de los casquetes polares, especies
en extinción, etc.), insistentemente descritas por los científicos, y visto el constante aumento del
consumo de combustibles fósiles en todo el mundo, las alternativas renovables y respetuosas con el
clima adquieren importancia creciente. El viento, el agua, el sol, la biomasa y la geotermia son
inagotables y no producen emisiones nocivas para el clima. En Alemania el porcentaje de las energías
renovables en el consumo total de energía ya se eleva a más del 10%. Con cerca del 14% de la
potencia eólica mundial, Alemania es, por detrás de China y los EE.UU., el tercer país productor de
energía eólica del mundo. La Iniciativa Offshore europea en el Mar del Norte, que agrupa a Alemania
y otros ocho Estados miembros de la UE, ofrece nuevos potenciales en el uso de la energía eólica. En
fotovoltaica Alemania incluso fue en 2010 líder mundial con una potencia total instalada de 17.300
megavatios, por delante de España y Japón. La iniciativa Desertec, patrocinada en gran medida por
consorcios alemanes, es otra gran inversión europea en tecnología energética sostenible. Según lo
previsto, la energía generada por las plantas solares de Desertec instaladas en el norte de África
cubrirá para 2050 cerca del 15% de la demanda eléctrica de Europa.
Innovación y fuerza exportadora: las tecnologías verdes
Las medidas del Programa de Energía y Protección Climática no solo contribuyen a la protección del
medio ambiente sino que a la par impulsan el desarrollo de una industria de futuro innovadora e
intensiva en empleo, altamente competitiva a escala mundial y con una creciente presencia en los
mercados exteriores. Alemania produce actualmente una de cada cinco células solares y uno de cada
siete aerogeneradores (datos de 2010). El sector de las energías renovables da empleo a más de
360.000 personas. A esta cifra se suma cerca de un millón de puestos de trabajo en el segmento de la
tecnología ambiental (depuradoras, reciclaje, renaturalización, etc.). En tiempos de imparable subida
de los precios energéticos también operan como motores de empleo las empresas que ofrecen
tecnologías de eficiencia energética (cogeneración energética, construcción y saneamiento
energético, etc.). Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Alemania tiene uno de los
mejores índices de intensidad energética (IIE) del mundo.
Alemania se considera abanderado de la protección del medio ambiente y el clima. Con su objetivo
autoimpuesto, se ha situado a la cabeza a nivel mundial. Ningún otro país industrializado equiparable
dispone de un programa ambiental con un grado de ambición y concreción similares: El Gobierno
Federal tiene el propósito de reducir las emisiones de GEI en un 40% de aquí a 2020 en comparación
con los niveles de 1990. En paralelo está previsto promover consecuentemente la expansión de las
energías renovables y seguir mejorando la eficiencia energética. La meta es que las energías
renovables sean la base principal del abastecimiento energético.
Asimismo, Alemania ha contribuido decisivamente a incluir la temática del medio ambiente y la
protección del clima en la agenda internacional. Fiel a esta línea, durante sus presidencias de la UE y
del G-8 en 2007 Alemania concedió atención prioritaria a los objetivos de protección del clima y a la
política energética. El Consejo Europeo de marzo de 2007, en el que se adoptaron ambiciosos
acuerdos en materia de reducción de GEI, y la Declaración de la Cumbre del G-8 celebrada en
Heiligendamm, en la que los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a “considerar
seriamente” la meta de reducir a la mitad las emisiones de GEI para el año 2050, fueron pasos
importantes para dar una respuesta global al cambio climático.
La Cumbre Mundial sobre el Clima celebrada en Bali a finales de 2007 sentó las bases para el
“proceso post-Kyoto”, en cuyo marco los países industrializados afirmaron su voluntad de intensificar
sus medidas y los países en vías de desarrollo y los países emergentes se incorporaron activamente a
la tarea de la protección del clima. Es éste un factor clave porque, según los pronósticos del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las emisiones mundiales de CO2
deben reducirse a la mitad hasta el año 2050 para que el calentamiento del clima permanezca
controlable durante este siglo. Se trata de evitar que la temperatura media del planeta aumente más
de dos grados centígrados, lo cual de todos modos no se puede lograr solo sobre la base del
Protocolo de Kyoto, que expira en 2012. Pero el plan de aprobar ya en la cumbre del clima de 2009
en Copenhague un nuevo protocolo en sustitución del de Kyoto se vio abocado al fracaso. Así y todo,
la comunidad internacional formuló como objetivo deseable que el calentamiento del planeta se
limite a un máximo de dos grados centígrados por encima del nivel de la era preindustrial. Sin
embargo, en la cumbre no fue posible fijar objetivos vinculantes para la reducción de las emisiones
de CO2. Los compromisos de reducción anunciados en el Acuerdo de Copenhague no son suficientes
para alcanzar la meta de los dos grados.
Más de cien países, que juntos son responsables de más del 80% de las emisiones de GEI, han
comunicado a la Secretaría del Clima de la ONU en Bonn sus objetivos climáticos nacionales, tal como
se acordó en Copenhague. Dichos objetivos todavía no bastan para alcanzar la meta de los dos
grados. La UE es precursora en este campo y se ha declarado dispuesta a reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero como el CO2 en como mínimo un 20% en comparación con 1990 o,
respectivamente, en un 30% si otros países industrializados se comprometen a reducciones
equivalentes. Está previsto aumentar el porcentaje de las energías renovables hasta el 20% y reducir
el consumo de energía otro 20% mediante una mayor eficiencia energética. La aplicación del pacto
climático y energético de la UE en los 27 Estados miembros se efectúa con arreglo a un sistema de
cuotas nacionales. Alemania contribuirá sobreproporcionalmente a la reducción de los GEI.
A pesar de las dificultades existentes para alcanzar compromisos, el Gobierno Federal sigue
propugnando un régimen internacional de protección del clima y un nuevo orden climático mundial.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP 17) celebrada en Durban
(Sudáfrica) en diciembre de 2011 supuso un avance con miras a un protocolo post-Kyoto, ya que se
acordó negociar un nuevo instrumento de protección global del clima para el año 2015, que entrará
en vigor a partir del 2020 y también contendrá objetivos de emisión obligatorios para los Estados
Unidos de América y los países emergentes. El Protocolo de Kyoto, que habría expirado en 2012, se
prorroga por un segundo período de validez, si bien no participarán Canadá, Japón ni Rusia. El
volumen de reducción de emisiones de CO2 aún está por fijarse.
Purificar agua y obtener energía: las plantas de depuración de aguas de la ciudad de Wolfsburgo
operan con un método singular. En lugar de verter como es usual el agua purificada en corrientes de
agua, la aprovechan también para otros fines. En la planta depuradora se obtiene agua de riego para
la agricultura, agua para enriquecer las capas freáticas y gases pútridos. Los gases pútridos se
aprovechan para generar electricidad ecológicamente.
La Ley de Energías Renovables (EEG) tiene por objeto impulsar la expansión de las plantas de
generación de energía que utilizan fuentes energéticas regenerativas. La meta es elevar el porcentaje
de las energías renovables en el consumo de electricidad a, como mínimo, el 35 % para el año 2020 y
de forma continuada a partir de entonces. La EEG garantiza a los productores una remuneración a
tarifa fija. Esta ley se inscribe en un conjunto de medidas encaminadas a reducir la dependencia de
los combustibles fósiles y de las importaciones energéticas desde fuera de la UE. Los elementos
esenciales de la EEG alemana fueron asumidos por muchos otros países.
Para cumplir con la normativa la demanda de la vivienda a evaluar debe ser inferior al límite
establecido. Además establece las pérdidas máximas de calor por transmisión a través de la
envolvente.
La certificación comienza en la etapa de diseño, en donde el arquitecto, ingeniero o asesor energético
calcula la demanda (consumo teórico) de energía primaria.En Alemania existen asesores energéticos
(aussteller) que son acreditados por la agencia Alemana de la energía, DENA (Deutche Energie –
Agentur GMBH). Ellos pueden realizar la evaluación inicial del diseño si el cliente lo solicita.
El proceso Alemán ha sido lento y pausado, desde las primeras reglamentaciones en año 1976, hasta
la certificación energética, han pasado 32 años, donde han formado bases sólidas en el mercado de
eficiencia energética, existen profesionales capacitados, mano de obra adecuada, materiales, etc.
Han realizado numerosas investigaciones tecnológicas con el objeto de definir el estándar y han
invertido bastante con el objeto de fomentar edificaciones eficientes, a través publicidad y marketing
de proyectos pilotos, donde además realizan capacitaciones, etc. Alemania, a pesar de su avance
tecnológico, definió una metodología de cálculo sencilla y opcionalmente un software para poder
implementarla a mayor número de viviendas y con esto conseguir de mejor forma los objetivos. Se
prefirió esto, a utilizar una metodología complicada, que dificultara su implementación y con ello,
que redujera el efecto esperado.
El ACI reconoce que para lograr las metas trazadas se necesita asignar recursos económicos para
programas de investigación en ciencias físicas por los siguientes 10 años.
El AEI propone incrementar en forma significativa las fuentes alternativas de energía y tecnologías
limpias para transformar la matriz energética y disminuir la dependencia de los Estados Unidos.La
implementación del EPAct está basada en el progreso de los siguientes puntos:
De acuerdo con lo que estima la Administración de Información de Energía (EIA por sus siglas en
inglés), el consumo global de energía en el 2015 se va a incrementar en un 34% y se espera que el
incremento más grande se dé en los países de economías emergentes como China, India y otros de
Asia. Se estima también que los Estados Unidos y otros países del mundo van a incrementar su
consumo de combustibles fósiles.
Esto ha llevado a los Estados Unidos a cambiar el rumbo para desarrollar y utilizar fuentes
alternativas de energía que sean más limpias y seguras, así como la producción más eficiente de las
fuentes existentes. De esta manera se busca incrementar la seguridad energética y su economía
nacional, disminuir la dependencia en los combustibles fósiles y mejorar el medio ambiente. Entre las
medidas más importantes a tomar se encuentran:
• Dar garantías por préstamos para incentivar la inversión privada en nuevas tecnologías
energéticas
• Darle más importancia y administrar los programas científicos relacionados con energía
El EPAct ha establecido estándares para la eficiencia energética en edificios del gobierno. También
establece estándares de conservación de energía para algunos servicios, auspicia un programa de
cumplimiento de un código de energía para edificios y promueve incentivos para prácticas de
energías inteligentes. Entre las medidas más importantes se encuentran:
El EPAct ha establecido estándares para ciertos servicios como la calefacción, aire acondicionado,
refrigerantes comerciales y algunas tecnologías en iluminación. En enero de 2006 se dieron los
estándares para la eficiencia de 23 diferentes artefactos que consumen energía como calefactores y
estufas, aire acondicionados, ventiladores y luminarias, lavadoras comerciales y residenciales,
lavaplatos y hornos.
El EPAct ha establecido incentivos tributarios para aquellos consumidores que compren y usen
productos EnergyStar® y para empresas, negocios e industrias que usen productos y realicen
prácticas de edificios inteligentes como aislamientos térmicos en puertas, techos y ventanas,
calefacción inteligente y aire acondicionado. En residencias se puede adquirir un incentivo tributario
que asciende al 30% del gasto (hasta 2000 dólares) por la instalación de energía solar para
electricidad y agua caliente.
El EPAct pone a las agencias del gobierno como ejemplo de mejora en la eficiencia de la energía en
todos sus edificios e instalaciones. Sólo durante el año 2007 las agencias del Estado han realizado
proyectos de eficiencia energética por un valor estimado de 86 millones de dólares.
• Reducción del consumo industrial de energía:
El EPAct promueve los acuerdos voluntarios con industrias que consumen cantidades significativas de
energía. En octubre de 2005, se realizó una campaña de ahorro de energía en 200 de las plantas de
mayor consumo de energía en el país. Hasta el año 2007 se ha reportado un ahorro de $225 millones.
Mejoramiento de la eficiencia de energía en el transporte.
Para lograr estas metas, el EPAct estableció los estándares de energías renovables. Estos también
contienen incentivos tributarios para la compra de vehículos que usen fuentes alternativas como
híbridos. Entre las medidas más importantes a tomarse se encuentran:
El EPAct requiere que para el 2012, 7.5 billones de galones de combustibles renovables, como
bioetanol y biodiesel, , por lo menos estén en el mercado para suministro.
El EPAct incentiva a los consumidores estadounidenses a comprar vehículos eficientes como los
híbridos, fuel cell (eléctrico) y vehículos con motores alternativos, los créditos tributarios están
disponibles desde enero de 2006.
En este reporte se identifican tres grupos de áreas de acuerdo a la congestión y por tanto requieren
la atención de los organismos competentes. Aquellas áreas con mayores problemas de congestión
son las llamadas “áreas de congestión crítica”. El segundo grupo, “áreas de congestión preocupante”,
requiere de una observación y estudios futuros para saber si aparecen problemas de congestión. Y
finalmente el tercer grupo, “áreas de congestión condicional”, que hace referencia a las áreas donde
la congestión aún no es aguda, pero existe la posibilidad de que lo sea si la demanda crece. Este
reporte fue publicado en agosto de 2006, se publica cada tres años y es una herramienta importante
para la gestión de mejoras en la infraestructura.
Como resultado del EPAct, el DOE emitirá regulación para la implementación de su rol como agencia
líder para autorizaciones federales y revisiones medioambientales para las instalaciones de
transmisión nuevas.
El EPAct propone a los Departamentos de Energía, del Interior, de Agricultura y de Defensa para
asignar corredores Multipropósito de Energía (para tuberías de petróleo, gas e hidrógeno, así como
instalaciones de transmisión y distribución).
CONCLUSIONES
En el análisis comparativo, las políticas energéticas deben ser hechas a la medida de cada país o cada
caso dado que no existe una de talla única que pueda adaptarse a las diferentes sociedades. Los
países tienen diferentes realidades económicas, sociales, culturales y para lograr un modo que
permita plantear una estrategia efectiva deben considerar recursos humanos, energéticos,
localizaciones geográficas, tecnologías energéticas y medidas legislativas (regulación) eficientes y
funcionales. Como observamos en las políticas energéticas Americana y Europea, el planeamiento de
las mismas están sostenidas en una estrategia y un modelo energético, acorde a su realidad, que
permite la identificación de las áreas de crecimiento y el desarrollo energético. Estos se adaptan de
acuerdo a sus localizaciones geográficas y recursos energéticos; ello se observa con mayor claridad en
la Unión Europea donde los países tienen diferente capacidad de producción y consumo de energía.