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CASO

COMBUSTIBLES OCCIDENTALES S.A.


Finanzas

Combustibles Occidentales S.A. es una refinería independiente con más de 30 años en el


mercado. Actualmente, su producción promedio anual de gasolina bordeaba los 3
millones de barriles, mientras que su consumo anual de ácido sulfúrico era de 25,000 Tm.

El ácido sulfúrico era necesario para que la gasolina que producía la empresa se vendiese
como combustible de motores ya que eliminaba sus impurezas. Para conseguir esto, se
bombeaba el ácido en una cámara llena de gasolina para mezclar ambos líquidos. Luego,
se agitaba la mezcla y el ácido se dejaba reposar para, posteriormente, drenarlo y
almacenarlo en depósitos transitorios. En este momento, el ácido no tiene ningún valor
para la empresa, ya que no puede venderse ni desecharse. La forma de deshacerse de este
ácido impuro consiste en cargarlo en camiones cisterna y devolverlo a los fabricantes. Al
devolver el ácido al fabricante, la empresa no tenía necesidad de mantener una unidad de
regeneración, la cual generaba olores desagradables durante el proceso.

Este insumo se compraba cuando se necesitaba, era expedido en camiones cisterna y se


almacenaba hasta el momento de utilizarlo. El precio promedio en ese momento del barril
de gasolina era de US$ 70.0 y el costo del petróleo alcanzaba el 50% del precio de venta
de la gasolina refinada.

Un inconveniente surgía cuando los fabricantes no tenían la capacidad de aceptar


inmediatamente la devolución del ácido impuro. Otras refinerías habían construido
plantas para regenerar el ácido y así, reutilizarlo. En los últimos años, se había
perfeccionado la tecnología para regenerar este subproducto y, por esta razón, la alta
dirección de Combustibles Occidentales se planteó la posibilidad de embarcarse en un
proyecto de esta índole.

El peso total del ácido devuelto era casi igual al del ácido puro y el transporte era pagado
por Combustibles Occidentales, el cual ascendía a US$ 20,000 dólares mensuales. En la
planta del proveedor, el ácido seguía un proceso de combustión que generaba anhídrido
sulfuroso, el cual era regenerado y reconvertido en ácido. Este ácido regenerado no podía
ser devuelto a la empresa porque contenía un alto grado de nitrógeno y no servía para
tratar el petróleo.

Sin embargo, las expediciones por camión a menudo eran lentas y, al devolver el ácido
impuro a los fabricantes, la compañía no podía controlar ni una parte de su suministro de
ácido de la forma que podría haberlo hecho si contara con una planta de regeneración en
su propia refinería. Combustibles Occidentales hizo un estudio que comprobó que este
problema se daba en otros fabricantes de ácido.
La alta dirección había estudiado, en años anteriores, la conveniencia de instalar una
planta de regeneración en la refinería, pero decidió no hacerlo. Actualmente, se había
desarrollado un nuevo método de purificación que no desprendía gases y eliminaba casi
todo el nitrógeno. El costo de una unidad de regeneración capaz de procesar 60 Tm al día
era de unos US$ 2,000,000. El manejo de los equipos de regeneración requeriría algunos
trabajadores especializados, un supervisor y espacio para su instalación.

El costo de regeneración del ácido impuro alcanzaba los US$ 58.0 por tonelada y haría
reutilizable hasta el 90% del ácido impuro (el 10% restante se perdía en el proceso)

El precio que pagaba Combustibles Occidentales por el ácido sulfúrico era de US$ 85.0
por tonelada métrica (este precio se consideraba que se iba a mantener estable durante un
largo período).

¿Qué debía hacer la alta dirección de Combustibles Occidentales?

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