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Presión osmótica

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Esquema de una membrana semipermeable (en amarillo). Las partículas grandes de la sangre (en rojo) no


pueden atravesar la membrana, mientras que las pequeñas sí.

La presión osmótica puede definirse como la presión que se debe aplicar a una


solución para detener el flujo neto de disolvente a través de una membrana
semipermeable.[1] La presión osmótica es una de las cuatro propiedades coligativas de
las soluciones (dependen del número de partículas en disolución, sin importar su
naturaleza). Se trata de una de las características principales a tener en cuenta en las
relaciones de los líquidos que constituyen el medio interno de los seres vivos, ya que
la membrana plasmática regula la entrada y salida de soluto al medio extracelular que la
rodea, ejerciendo como barrera de control.
Cuando se colocan soluciones de distinta concentración, separadas por una membrana
semipermeable (membrana que deja pasar las moléculas de disolvente pero no las de
los solutos), las moléculas de disolvente, pasan habitualmente desde la solución con
menor concentración de solutos a la de mayor concentración. Este fenómeno recibe el
nombre de ósmosis, palabra que deriva del griego osmos, que significa "impulso".[2] Al
suceder la ósmosis, se crea una diferencia de presión en ambos lados de la membrana
semipermeable: la presión osmótica.
Presión osmótica de equilibrioEditar

Esquema del modo de acción de la presión osmótica. En azul se representan las


moléculas de disolvente y en rojo las de soluto. La disolución más concentrada se
denomina hipertónica y la diluida hipotónica. La presión osmótica, consecuencia de la
diferencia inicial de concentraciones, produce el pasaje de moléculas de solvente, a
través de la membrana, hacia la parte de mayor concentración; de esta manera va
disminuyendo la diferencia de concentración y por lo tanto también la presión osmótica.
Además aparece una diferencia de altura h y en consecuencia una presión hidrostática
que, a diferencia de la osmótica, tiende a empujar el solvente hacia la parte diluida. La
diferencia de altura aumenta y por lo tanto también aumenta esa presión hidrostática.
Finalmente las presiones osmótica e hidrostática se igualan, deteniéndose el flujo neto
de moléculas hacia la parte de mayor concentración. La diferencia de concentración se
ha reducido pero no ha desaparecido: la parte concentrada sigue siendo más concentrada
porque la presión hidrostática impide que la presión osmótica alcance la igualación de
concentraciones.

Magnitud de la presión osmóticaEditar


La presión osmótica, como su nombre indica, es una presión, y por tanto tiene las
mismas unidades que el resto de presiones, es decir, Pascales (Pa) en el Sistema
Internacional, aunque tradicionalmente también se utilizan las atmósferas (atm).
La molaridad mide la cantidad de masa del soluto por volumen de disolución. La
molaridad y la presión osmótica son dos magnitudes relacionadas proporcionalmente; el
aumento o disminución de una de ellas produce el mismo efecto en la otra, aunque en
distinta proporción. Del mismo modo, la temperatura (medida en kelvin, K) también
posee la misma relación con la presión osmótica.
A continuación se muestra una tabla con los valores de la presión osmótica
correspondientes a diferentes concentraciones de sacarosa a una temperatura constante
de 293 K (20° C). La concentración se expresa en molalidad y no en molaridad, según
la ecuación de Morse, pero las diferencias son mínimas.
Presión osmótica experimental de disoluciones de
sacarosa a 20 °C[11]

Molalidad (moles de
0,1 1,0 2,0 3,0 4,0 6,0
sacarosa/kg de agua)

Presión osmótica (atm) 2,47 27,2 58,4 95,2 139,0 232,3

Comparación entre presión osmótica y presión hidrostáticaEditar


Al tratarse ambas de presiones, se puede comparar el valor de la presión osmótica con el
de la presión hidrostática en determinadas situaciones. La presión hidrostática viene
dada por:
donde ρ es la densidad del líquido (para agua: ρagua = 1 000 kg/m³), g es la aceleración de
la gravedad (en la superficie terrestre: g = 9,81 m/s²), y h es la profundidad, expresada
en metros.
Con esta fórmula, se puede comparar a qué profundidad de agua correspondería
cualquier valor de la presión osmótica de la tabla anterior. Por ejemplo, a molalidad 1
gsac/kgagua corresponde una presión de 27,2 atm. De este modo, despejando h:
Y convirtiendo atmósferas a pascales (27,2 atm  2 750 000 Pa), obtenemos finalmente la
altura:
Así, la presión osmótica sobre la membrana semipermeable que ejerce la disolución de
un mol de sacarosa en un kilogramo de agua equivale a la presión a 281 m bajo el agua,
un valor realmente elevado.

La presión osmótica como proceso termodinámico irreversibleEditar


Desde el punto de vista de la física, en un sistema binario no reaccionante, en el que los
componentes no llevan carga eléctrica y existe una temperatura uniforme e igual para
los dos reservorios, se tiene que la producción de entropía es:[12]
donde los flujos son simplemente el flujo de difusión relativo del compuesto 1 y el flujo
relativo de velocidades de los componentes:
Las fuerzas termodinámicas son diferencias entre magnitudes intensivas entre los
dos reservoirs: potencial químico y presión:
Las leyes fenomenológicas son:
De lo que se deduce, para una situación estacionaria () que una diferencia de
concentraciones en los reservorios provoca una diferencia de presiones y viceversa. Son
los fenómenos de ósmosis y ósmosis inversa, dados por la relación:
A la diferencia de presiones  que provoca una determinada diferencia de
concentración  se denomina presión osmótica. Los coeficientes  son los coeficientes
fenomenológicos. Además las relaciones de Onsager-Casimir nos dicen que la paridad
del proceso es positiva y .
Relación entre presión osmótica y entropíaEditar
Desde el punto de vista de la termodinámica, se puede relacionar la presión osmótica
con la entropía para explicar el sentido de flujo del disolvente. El paso de disolvente
hacia la disolución representa un aumento de entropía del sistema. Las moléculas de
soluto aumentan su desorden al diluir la disolución mezclándose con el disolvente que
atraviesa la membrana, ya que las moléculas de soluto tienen más espacio para moverse,
lo que representa un mayor número de posiciones disponibles (mayor desorden), y, por
tanto, una mayor entropía. También las moléculas de disolvente tienen mayor desorden
en una disolución que en estado puro. Si el disolvente pasase desde la disolución al
disolvente puro el orden aumentaría, lo cual disminuiría la entropía y no se cumpliría
el segundo principio de la termodinámica. Todo esto demostrable matemáticamente.[10]

Presión osmótica
La presión osmótica se define como la presión hidrostática necesaria para detener
el flujo neto de agua a través de una membrana semipermeable que separa
soluciones de composición diferente. La presión osmótica (p) está dada por:

P = Rt (Cb – Ca) = Rt ΔC Donde p es presión osmótica medida en atmósferas


(atm), R la constante de los gases, T la temperatura absoluta y DC la diferencia de
las concentraciones de solutos a ambos lados de la membrana. La presión
osmótica es una propiedad de tipo coligativa, es decir, depende del número de
partículas. Así por ejemplo una solución de NaCl 0,5 M, si estuviera totalmente
disociada en Na+ y Cl-, sería equivalente a una solución de glucosa 1M.

 - Las soluciones hipertónicas son aquellas, que con referencias al interior


de la célula, contienen mayor cantidad de solutos (y por lo tanto menor
potencial de agua).

 - Las hipotónicas son aquellas, que en cambio contienen menor cantidad de


solutos (o, en otras palabras, mayor potencial de agua).

 - Las soluciones isotónicas tienen concentraciones equivalentes de solutos


y, en este caso, al existir igual cantidad de movimiento de agua hacia y desde
el exterior, el flujo neto es nulo.

Las células animales se hinchan cuando son colocadas en soluciones hipotónica,


algunas como los eritrocitos terminan estallando debido al agua que penetra en
ellas por flujo osmótico (se lisan),

Una de las principales funciones del cuerpo de los animales es el mantenimiento


de la isotonicidad del plasma sanguíneo, es decir un medio interno isotónico. Esto
elimina los problemas asociados con la pérdida o ganancia de agua desde y hacia
las células. Se está hablando por supuesto de una de las claves de la
homeostasis.

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