CONSTRUCCION DE PROPUESTA PARA LOGRAR EL DESARROLLO
DEL ENFOQUE CURRICULAR BASADO EN COMPETENCIAS
La introducción de las competencias básicas como componente
del currículo y como referente para la evaluación afecta al trabajo educativo en todos sus ámbitos y fortalece la orientación de la enseñanza obligatoria hacia la formación de personas autónomas, capaces de ejecutar tareas complejas, de tomar decisiones informadas sobre su propia vida y de participar en la vida social y ciudadana. Los retos que implica la construcción de una propuesta para lograr el desarrollo de competencias es por una parte mejorar la integración de las competencias en los elementos que conforman el currículo, entender las relaciones entre las distintas áreas de conocimiento facilitando su tratamiento interdisciplinar, y establecer los niveles de las competencias educativas básicas en cada etapa educativa. Se trata también de no solo percibir las competencias básicas como un extra, sino como un componente de la estructura curricular para que, en la práctica docente, sea alusivo a la evaluación y la promoción del alumnado. Como propuesta sugiero que los programas y planes se deben elegir con base al contexto escolar de las escuelas, al profesorado y a la comunidad educativa para así poder orientar la enseñanza obligatoria hacia la adquisición de las competencias básicas por el alumnado desde todas las áreas del currículo. Con la propia elección de nuestros planes se atenderá a su vez el fomento e incorporación de nuevas prácticas, estrategias y metodologías, reforzando, en todo caso, las prácticas educativas actuales que ya han demostrado su eficacia. Sugiero también promover estrategias de trabajo que favorezcan el aprendizaje de las competencias básicas, con un adecuado enfoque didáctico del currículo, que contemple aspectos académicos y funcionales teniendo en cuenta su aplicación en distintos contextos. Y algo que para mí sería muy importante es que cada uno de los involucrados en la formación escolar contribuya en la adquisición de una nueva cultura de evaluación enfocada en la valoración del nivel de competencia que alcanzan los alumnos y alumnas en situaciones de prácticas reales o simuladas en las que será importante aplicar sus conocimientos y recursos, en diversas evaluaciones tanto internas como institucionales. Las evaluaciones diagnósticas deben ser coherentes con esta forma de evaluar, con la finalidad de que sus resultados contribuyan a la mejora de las prácticas escolares y docentes; se deberán tomar en cuenta los elementos característicos del alumnado y los objetivos del plantel, enfocado principalmente a los que tienen más necesidades. Dentro de esta propuesta de adquirir una nueva cultura de evaluación, se deberá reforzar el seguimiento continuo de cada alumno y alumna, con planes específicos, así como también información más completa a los padres de familia, con lo que se favorecerá la atención de la diversidad y la inclusión. Parte de las acciones que se llevaran a cabo será investigar sobre el establecimiento de los niveles de las competencias y los criterios de evaluación; diseñar protocolos para la evaluación, la calificación y la promoción; y difundir prácticas de evaluación formativa, incluida la autoevaluación del alumnado y la retroalimentación.