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EL ANIMISMO INFANTIL

Reseña por Jenny Vega García

Aureliano Sainz Martin, director de línea de investigación en el arte y la educación,


catedrático de escuelas universitarias: Didáctica de la expresión artística de la universidad
de Córdoba, es arquitecto y ha desarrollado su trabajo en proyectos de edificación y en
ámbito educativo sus líneas de investigación están centradas en el estudio de los lenguajes
visuales, la imagen, la publicidad gráfica y el arte infantil; por esto, en este capítulo 6 del
libro “El animismo en el arte infantil” nos muestra

Como dice el autor, la base del animismo es el desarrollo egocéntrico del ser humano en
sus primeros años, ya que desde la antigüedad los seres humanos nos hemos preocupado
por descubrir lo que somos y para qué, y en torno a responder esa pregunta hemos hecho
muchas cosas para descubrirlo, como por ejemplo hacer figuras a nuestra imagen y
semejanza. El animismo es la tendencia a considerar los cuerpos y objetos del mundo real
como vivos e intencionados[ CITATION Aur \l 9226 ].

Es por esta razón que los niños así como los humanos primitivos hacen interpretaciones y
sonidos de todos los objetos que les rodean, sin preocuparles siquiera si tienen vida o no,
según Jean Piaget, los niños en sus primeros años de vida no distinguen entre lo inerte y lo
vivo, simplemente el mundo es una caja de sorpresas llena de días nuevos en los que el niño
va aprendiendo y conociendo cosas nuevas de su entorno y de ese entorno el niño logra
alimentar su imaginación para así poder dar vida a objetos inanimados sin siquiera darse
cuenta, este tipo de cosas, así como en nuestros antepasados van innatas en nuestro ser, solo
que a medida que vamos creciendo nos vamos volviendo seres “racionales” y tenemos la
vaga concepción que crecer es dejar de creer o de imaginar, por ello en la mayoría de los
estudios del ser en su imagen o en su representación más pura e inocente, siempre son los
niños objetos de estudio.

Por otra parte está el dibujo, el cual es otro tipo de lenguaje del que se pueden interpretar
cosas alrededor del desarrollo cognitivo de los niños, en sus inicios, los niños no tienen
clara la concepción de figuras o cuando aprender a tomar el lápiz lo único que les interesa
es hacer garabateo, los niños empiezan a hacer representaciones de la realidad cuando se les
enseña, porque de lo contrario el niño por sí solo no es consciente de hacer representaciones
graficas de su entorno y las cosas que lo rodean. A este garabateo lo llaman el
antropomorfismo gráfico y a medida que va transcurriendo el tiempo en el entorno del niño
el empieza a hacer representaciones del sol, de la luna, las estrellas, las nubes y de la figura
humana, empiezan a ser conscientes de las partes del cuerpo que poseemos los seres
humanos y después sigue el animismo terrestre, que es cuando su relación con el entorno es
de completa confianza y empiezan a querer hacer representaciones de animales y plantas y
en algunas ocasiones de casas.

La representación o dibujo del sol aparece en el niño casi al mismo tiempo que la figura
humana, esto por lo general se da a partir de los cuatro años. Los niños en sus dibujos
suelen darle importancia a los elementos naturales, y la concepción de la importancia del
sol como elemento natural perdura en el niño como parte de sus representaciones graficas
hasta mas o menos los 10 años, cuando aparecen las primeras manifestaciones de realismo
visual, por ello vemos que el sol se dibuja de una forma cuando se es niño y de otra cuando
se es más grande. El sol por los niños es representado de muchas formas como por ejemplo,
el sol saliendo de entre las montañas, o en una esquina de la hoja con la típica
representación de un circulo y unas rayas que representan la luz que irradia el sol, al sol se
le hacen ojos y boca o a veces una carita feliz, y si pensamos esto mas allá, debemos tener
desde temprana edad la concepción que el sol como es luz, es representación de felicidad y
lo que es y está iluminado es mejor y más alegre. Además de esto, el niño crece creyendo
que el sol y la luna lo persiguen y es a medida que uno va creciendo que se va dando cuenta
que no es así, por eso, se cree que esas figuras naturales son importantes en las
representaciones de los niños, ya que los niños se encuentran en constante contacto con
estas figuras y desean una explicación al “porqué”.

Después del sol encontramos la luna y empezamos a ver diferencias entre el día y la noche,
con esto también se hacen representaciones graficas de oscuridad y luz, no es común que si
les pedimos a unos niños hacer un dibujo de un paisaje hagan uno de la noche, ya que como
lo he mencionado antes los seres humanos desde nuestros comienzos filosóficos hemos
creído que lo que es iluminado es mejor ya que vivimos con temor a lo conocido y aún más
a lo desconocido y creemos que en la oscuridad no estamos tan seguros como el la
luminosidad.

Seguido al sol y a la luna encontramos otros elementos celestes como lo son las estrellas y
las nubes, los niños después de empezar sus primeros dibujos fuera del garabateo sienten la
necesidad de perfección (cosa que viene de nuestra antigüedad más primitiva) y las estrellas
se convierten en un reto por la dificultad que nos genera poderlas representar. Además, los
niños suelen añadirle a sus figuras naturales carácter humano, porque no comprenden que
son un ente vivo diferente a la vida humana y por ello en la mayoría de sus dibujos de
elementos naturales sus nubes, soles, estrellas y lunas tienen ojos y boca y en algunos casos
nariz.

Por otra parte se encuentran los animales, en estas representaciones el niño es consciente en
su subconsciente que los animales con seres vivos distintos a los humanos con
características similares así en sus primeras etapas de desarrollo no se preocupe por querer
entenderlo y según Aureliano Sainz Martin el niño siente más cercana y confianza a las
figuras e animales como el mono y el oso. Después de los animales nos encontramos con
las plantas y este animismo se expresa a través del saber y el sentir; los dibujos de la
naturaleza están por lo general comúnmente representados por árboles y montañas
inmóviles dentro del dibujo, a estos no suelen hacérseles ojos ni bocas. Y por último
Aureliano Sainz Martin menciona la representación de la casa, y anqué esto es un poco más
estructurado el niño representa la casa como si fuera un rostro, con los ventanas cada una a
cada lado de un cuadrado como si fueran ojos y en la mitad la puerta como si fuera una
boca y el techo estaría representando el cabello.

El animismo es una forma interesante de desarrollar nuestra capacidad imaginativa, por ello
yo creo que este tema Aureliano Sainz Martin lo ha abordado desde los niños, porque
cuando se es niño la imaginación no tiene límites, cosa que desafortunadamente vamos
perdiendo con el tiempo a medida que vamos creciendo y nos vamos convirtiendo en seres
“racionales” y no somos conscientes del desuso de la imaginación, porque la imaginación
no se pierde, siempre esta con notros ahí, lo que pasa es que deja de usarse y debemos ser
racionales y entender que el animismo va innato en nuestro ser y en nuestra evolución
como especie.

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