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ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA

HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA

BEATRIZ MOLINA RUEDA


Instituto de la Paz y los Conflictos
Universidad de Granada

Aunque afortunadamente empiezan a aparecer otras visiones oc-


cidentales del mundo árabe islámico, la tradicional tendencia general
a percibir el islam y lo árabe como problema, conflicto y oposición,
no nos ha abandonado del todo. Se trata de una tendencia con raíces
históricas que, convertida en un tópico, no es fácil de erradicar. En efecto,
si hacemos pequeños cortes transversales en la historia de nuestras
relaciones mutuas, encontraremos algunos señalados acontecimientos
que inmediatamente son percibidos en clave de choque o enfrentamiento
y, por consiguiente, como generadores de conflictos (políticos, religio-
sos o culturales) que se resuelven de forma violenta: las Cruzadas son
un foco de conflictos religiosos y militares que enfrentan al Islam contra
la Cristiandad; la caída de Granada es asimismo un acontecimiento
conflictivo de carácter político, que genera violencia y que supone la
«victoria» de Occidente sobre los musulmanes y el anuncio hacia la
Europa moderna; la expedición de Napoleón a Egipto en 1798 señala
un giro en la historia de los árabes que, pese a tener una dimensión
de contactos culturales positivos, presenta no pocas connotaciones de
conflicto violento, por cuanto se convierte en símbolo de la expansión
europea sobre un mundo «ignorante» y «atrasado». Por otra parte, desde
antiguo, se han desarrollado visiones negativas, o cuando menos ses-
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gadas, del mundo árabe islámico: «conquistadores o invasores» en la que sería prácticamente imposible abarcarlo en su totalidad, sin correr el
época de al-Andalus, «mundo exótico e indolente» según la visión del riesgo de ser superficiales o, lo que es peor, tergiversar o malentender algunas
romanticismo, «atraso, tercermundismo e ignorancia» en la época de de las más genuinas representaciones, ideas e interpretaciones de lo islámico.
las colonizaciones, «el enemigo» que representa el Islam frente al Por consiguiente, el primer paso sería clarificar qué entendemos por
Cristianismo en la Edad Media, o el «fundamentalismo islámico» en «islam», es decir, qué realidad histórica, geográfica o cultural abarca,
la época actual. cuáles son los rasgos esenciales de su naturaleza, cuál es su relación y
Esta visión histórica responde a razones posiblemente reales, pero puntos de convergencia o divergencia con «lo árabe», esa otra realidad
también en buena parte a un deficiente conocimiento, cuando no a un que coexiste con el islam desde sus orígenes, etc. Al preguntarnos qué
desconocimiento sin más, de la realidad árabe islámica, la cual es concebida manifestaciones, modelos y realidades se engloban bajo el rótulo «islam»,
de una manera esquematizada y simplista, como si se tratara de una entidad se nos abre un abanico de posibles respuestas: ¿se trata del fenómeno
monolítica y no de la realidad viva, dinámica y diversa que es, como religioso, social y político que hizo su aparición en el siglo VII de la era
cualquier civilización o formación humana producto de las más diversas cristiana?, ¿de la religión que, en sus diversas variantes, practican hoy
interferencias en el tiempo y en el espacio.1 Por eso, adoptando una nueva día más de novecientos millones de personas en unos cuarenta países de
perspectiva y con el ánimo de contribuir a una Historia de la Paz, es todo el mundo?, ¿del islam actual, tan frecuentemente asimilado por los
necesario hacer una relectura de la historia árabe musulmana que trate medios occidentales a los llamados movimientos islamistas o fundamen-
de recuperar, impulsar y difundir el reconocimiento de los factores de talismo islámico?, ¿de las diversas manifestaciones culturales (filosóficas,
paz que le son propios, como por ejemplo la existencia de una solidaridad literarias, estéticas, etc.) que en el mundo árabe islámico se desarrollan
y una cohesión social, la conciencia -en determinados momentos- de unos desde la Edad Media hasta la actualidad?... Las opciones podrían ampliar-
lazos de identidad mediterránea, la utilización de mecanismos para regular se, pero creo que es suficiente para dar una idea de la riqueza y diversidad
la convivencia, o la presencia en el islam de unos valores que pertenecen del fenómeno que denominamos «islam», así como de la dificultad de
a la esfera de la paz. En esta dirección, nos proponemos hacer aquí algunas abarcar todos sus aspectos y circunstancias. Podemos decir que, en rea-
reflexiones sobre los posibles elementos y manifestaciones de carácter lidad, existen tantos «islam» como grupos humanos y culturales a él
pacífico que históricamente han estado presentes en la civilización islámica adscritos.
y que en general han sido obviados en los diversos acercamientos que Aclaremos desde el principio que, dentro de esa amplia gama de
desde Occidente se han hecho a la historia del mundo árabe islámico. representaciones de lo islámico, nuestro análisis se centrará en algunos
Partiendo del origen mismo del Islam y su concepción primigenia en la aspectos concretos de esta historia, considerados como fenómenos cul-
época del Profeta Muhammad, me centraré fundamentalmente en algunos turales propios del islam, pues hay que recordar, por obvio que pueda
aspectos del islam medieval mediterráneo. resultar, que el islam, además de ser efectivamente una religión, es mucho
más, el islam constituye una ley, una política, un fenómeno social, un
modo de vida, una civilización en suma. Y es desde esta perspectiva de
1. ISLAM Y PAZ civilización universal -con unas formas concretas de organización- como
han de enfocarse sus diversas y polifacéticas manifestaciones; incluso
Hablar de paz en el islam supone, de entrada, tener en cuenta las muy cuando hablemos de lo religioso -lo que forzosamente ocurrirá con fre-
diversas y variadas manifestaciones que el término «islam» engloba a lo cuencia- habrá de entenderse y considerarse como parte integrante e
largo de su historia. Se trata de un fenómeno de tal amplitud y complejidad inseparable del fenómeno global que supone la civilización.
En segundo lugar, nos referiremos de manera más concreta al ámbito
de lo árabe islámico, tratando de aproximarnos a algunas de sus mani-
1. Sobre algunos aspectos de la visión occidental de lo árabe, véase MARTÍNEZ festaciones históricas más significativas -ya sean de índole religiosa, social
MONTÁVEZ, Pedro (1994) Pensando en la historia de los árabes, Madrid. 217-227. o intelectual- que nos permitan identificar las pautas no violentas y los
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rasgos «pacíficos» que en muchos momentos han guiado las prácticas y lectura de la historia árabe islámica desde una óptica menos violenta;5
los comportamientos de esa sociedad. La opción no es caprichosa, sino por eso hemos de optar por una nueva perspectiva de lo que implica y
que obedece tanto a razones prácticas como de método, pues, al tiempo presupone la paz, por ese nuevo enfoque que propugna lo que en los medios
que delimita y aquilata una trayectoria histórica e intelectual hasta cierto de la Investigación para la Paz en España se viene llamando la «paz
punto más homogénea, nos permite enlazar con el espacio mediterráneo imperfecta».6
como un elemento que confiere cierta unidad y regularidad a las concep- Partiendo pues de estos presupuestos, entendemos que la paz, en su
ciones e ideas sobre la paz.2 No olvidemos, en este contexto, que el sentido más amplio, puede abarcar múltiples aspectos de la realidad y de
proyecto, o uno de los proyectos, árabe islámico en el mundo moderno la historia de un pueblo. Así, podemos referirnos a una paz formal regulada
y actual contempla como eje básico la dimensión mediterránea.3 Conviene institucionalmente; a una paz social, que en cierto modo deriva de la
recordar asimismo que, si bien es cierto que lo árabe coincide con lo anterior pero que también está mediatizada por un conjunto de percep-
islámico en una gran parte, el islam abarca una realidad más amplia y ciones y comportamientos interiorizados por los individuos y grupos y
constituye un fenómeno de mayor alcance dentro del cual se ubica lo árabe. que va más allá de lo estipulado por las instituciones, abarcando prácticas
Lo que hace que con frecuencia ambos conceptos vengan a confundirse y usos que hacen referencia al plano de lo simbólico y mítico, o al
y asimilarse es su estrecha relación e implicaciones históricas así como imaginario de un pueblo.7 Podemos hablar también de una paz ética o
el crucial papel que el elemento árabe tuvo en la creación misma del islam, de una paz espiritual, en conexión con lo religioso, con los comporta-
de tal modo que puede decirse que el islam nació árabe: su fundador, el mientos del individuo y sus relaciones con lo transpersonal; o referirnos
Profeta Muhammad, era árabe, la lengua que sirvió a su difusión y al ámbito de las relaciones externas; o de las manifestaciones culturales,
expansión fue la árabe -lengua además del texto sagrado-, una amplia donde cabe un conjunto de prácticas, acciones y experiencias que reflejan
mayoría de los árabes son musulmanes y lo islámico es -junto con la lengua el deseo, por parte de los diversos actores, de regular pacíficamente los
árabe y el legado histórico-cultural compartido- el componente esencial conflictos; dichas acciones pueden ir desde manifestaciones religiosas
de la arabidad, al tiempo que constituye uno de los principales factores hasta artísticas, literarias, lingüísticas o tecnológicas. Podemos incluso
de convergencia del mundo árabe.4 hablar de paz intercultural, si atendemos a las constantes relaciones que
Una segunda cuestión que nos ayudará a aclarar la opción que nos toda comunidad humana establece históricamente con otros pueblos y
lleva a considerar diversos fenómenos y prácticas islámicas dentro del culturas.
campo de la paz, es precisamente el enfoque y conceptualización que sobre
la misma debemos adoptar. Sólo mediante un cambio de paradigma,
proponiendo nuevos modelos de paz, podremos contribuir a una nueva 6. Sobre este concepto véase MUÑOZ, F. A. (1995) «Some notes about Conflict
Regulation in the Ancien Mediterranean. Structural Violence and ‘Imperfect Peace’»,
Papers of the Peace History Commision, IPRA - Malta, Oslo & Oxford, 193-200; y MUÑOZ,
F. A. (1999) «La paz imperfecta: apuntes para la reconstrucción del pensamiento ‘paci-
fista’», Papeles de cuestiones internacionales, CIP, 65, 11-14.
2. Véase MUÑOZ, Francisco A. y MOLINA RUEDA, Beatriz (eds.) (1998), Cosmo- 7. Sobre el papel del imaginario cultural en la configuración de las distintas visiones
visiones de paz en el Mediterráneo antiguo y medieval. Granada. del mundo, que tienen su incorporación en la historia, puede verse SÁNCHEZ CAPDEQUÍ,
3. Véase al respecto MARTÍNEZ MONTÁVEZ, P. (1999) Los árabes y el Medite- Celso (1999) Imaginación y sociedad: una hermenéutica creativa de la cultura. Madrid.
rráneo: reflexión desde el final de siglo. U.A.M. En este sentido, si partimos de que las representaciones míticas constituyen un tipo de
4. Para una aclaración más amplia de los conceptos «islam» y «árabe» y sus inte- manifestación cultural que forma parte de la cosmología, de la visión del mundo, a través
rrelaciones, puede verse por ejemplo RODINSON, Maxime (1981) Los árabes. Madrid; del mito y su simbología podremos acercarnos a las cosmovisiones de paz, y también de
ANTAKI, Ikram (1989) La cultura de los árabes. Madrid; MARTÍNEZ MONTÁVEZ, violencia, que son inherentes al conflicto. Un excelente análisis del mito y sus mediaciones
P. (1997) El reto del islam. La larga crisis del mundo árabe contemporáneo. Madrid. simbólicas en la cultura árabe islámica puede encontrarse en VIDAL LUENGO, Ana R.
5. Véase las propuestas que a este propósito se hacen en el capítulo «El re-conocimiento La dimensión mediadora del mito árabe islámico: la Sirat Baybars. Granada (en prensa)
de la paz en la historia», de. MUÑOZ, Francisco A. y LÓPEZ MARTÍNEZ, Mario, en Véase también, de la misma autora, La regulación pacífica de conflictos en la ‘Sirat al-
este mismo volumen. Malik al-Zahir Baybars’, Tesis Doctoral, Granada, 1999.
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No cabe duda de que todas estas formas o manifestaciones de la paz mente en las monoteístas- se da una serie de elementos subjetivos como
podemos encontrarlas, en mayor o menor grado, en la historia de la concordia, amor, perdón, mediación, etc., que nos acercan a la paz. No
civilización islámica. En lo que sigue trataremos de aproximarnos a algunas obstante, y para no correr el riesgo de dar una visión sesgada, debemos
de ellas, teniendo en cuenta las especificidades que le subyacen. enfocar el fenómeno religioso desde una perspectiva que supere el dua-
lismo entre «lo religioso» como expresión de la relación entre el ser
humano y lo transcendente, que remite exclusivamente al ámbito de lo
2. ELEMENTOS DE SOLIDARIDAD, ARMONÍA Y CONCORDIA sagrado, y «lo temporal» como expresión del vínculo de los seres humanos
entre sí, en el ámbito de lo profano.8 En esta dirección, y en contraste
Como decíamos, el mundo árabe e islámico constituye una realidad con la idea negativa del Islam como una religión intransigente, rígida y
tan rica, variada, múltiple y polifacética, que podemos suponer de entrada fanática, hay que tratar de reconocer y poner de relieve un conjunto de
que en ella debieron darse situaciones y circunstancias de muy diversa valores que son inherentes al ser humano como tal, independientemente
índole. Muchas de ellas serían sin duda generadoras de conflictos, sin de su credo o adscripción religiosa. Encontraremos así en el islam una
embargo en muchas otras se tendería a arbitrar mecanismos y salidas para serie de aspectos positivos -como la tolerancia, la solidaridad o la
una regulación no violenta de los mismos. Y es precisamente en este generosidad- que el creyente asume como una prescripción religiosa, pero
aspecto de desvelar la presencia de alternativas más pacíficas, donde la que no son exclusivamente una formulación teórica del texto sagrado sino
Investigación para la Paz puede desempeñar una importante labor: en que, como veremos, constituyen una práctica, al menos en determinados
primer lugar, contribuyendo a situar los hechos históricos en sus justos momentos de la historia
límites, con el reconocimiento de valores positivos y pacíficos -que No podemos olvidar, por otra parte, la importancia de la religión, de
también forman parte de esa historia- y, en segundo lugar y en última cualquier religión, como un hecho histórico y social que contiene unos
instancia, tratando de generar una dinámica transformadora que ayude a objetivos, no sólo espirituales sino también temporales, como puede ser
pensar y a construir un porvenir más justo y pacífico para esas sociedades. cubrir una serie de necesidades y/o alcanzar ciertos logros sociales y
Si nos detenemos en los primeros momentos de la existencia de la materiales de los individuos. Si el islam, como religión, suministra unos
civilización árabe musulmana, no nos será difícil comprobar que el islam valores espirituales de concordia y solidaridad -que juegan como elemento
contiene en su propia esencia diversos elementos que se sitúan en la esfera convergente dentro del mundo árabe-, como civilización también posee
de las relaciones pacíficas. Me estoy refiriendo obviamente, no a una «paz unos valores y dimensiones profanos y universales. No se puede negar,
perfecta o absoluta», sino a determinados valores, actitudes e ideas que por tanto, que la religión islámica tuvo un efecto social, al intervenir en
operan como fuerzas mitigantes de la violencia en la que pudieran re- la modificación de las condiciones de vida de los individuos y presentar
solverse determinados conflictos. Esas actitudes y valores las encontra- ciertos beneficios a quienes no estuvieran satisfechos con el orden social
remos en primer lugar en el ámbito estricto de lo religioso. Estaríamos anterior. 9 De esta forma el islam -de acuerdo con las circunstancias
pues, al menos aparentemente, ante un tipo de paz espiritual que se históricas y sociales en las que surgió- estaba actuando como regulador
manifiesta en el campo de las relaciones del individuo con Dios y, de las relaciones entre individuos y grupos, como elemento de cohesión
subsidiariamente, con los demás miembros de la comunidad. Habría que
hacer, sin embargo, las matizaciones oportunas a la hora de conceptuar
el islam exclusivamente como un credo religioso, pues ya hemos dicho
que aquél contiene otras dimensiones además de la puramente religiosa, 8. Es en este sentido en el puede hablarse de la dimensión religiosa de la paz,
aunque ésta sea fundamental. Pero incluso la consideración específica del contemplando además la necesidad de expurgar el concepto de religión de su carácter más
puramente institucional y trasladar a un primer plano la dimensión religiosa del ser humano,
carácter religioso del islam no disminuiría en nada el valor de esos que las diferentes tradiciones religiosas expresan de formas distintas. Véase al respecto
elementos pacíficos, puesto que es un hecho comprobado que las religiones PANIKKAR, Raimon (1993) Paz y desarme cultural. Santander, 59 y ss.
establecen unos vínculos especiales con la paz y que en ellas -especial- 9. Esto explicaría en parte el tan señalado éxito y rapidez de la expansión del islam.
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entre los miembros de la naciente comunidad. Para lograr una convivencia de lograr una integración y una convivencia lo más pacífica posible entre
más o menos aceptable que garantizase la supervivencia y la continuidad los miembros de la comunidad), cabe preguntarse hasta qué punto esas
de la nueva religión, había que procurar regular del modo más armonioso actitudes religiosas traspasan el ámbito espiritual e individual para con-
y pacífico posible las relaciones entre los componentes del grupo, y ello vertirse en valores sociales. Aunque sin duda se trata de virtudes y valores
se consigue promoviendo una serie de actitudes y valores como la so- que tienen, en primera instancia, un significado y unas connotaciones
lidaridad, la honradez, la bondad, el amor, la compasión, el perdón, la religiosas, de paz interior, es posible además encontrar en ellas una
generosidad, la justicia, etc. Todos estos conceptos se hallan presentes dimensión que sobrepasa la pura espiritualidad para asentarse en lo tem-
en el texto coránico -fuente primera y principal de todos los preceptos poral, en el ámbito de lo social y lo material, ya que -aparte de propiciar
religiosos y sociales del musulmán- donde se plantean como valores y la tranquilidad de ánimo en el individuo- se convierten en normas que
virtudes ligados a las pautas de comportamiento de los creyentes, y sin regulan las relaciones internas del grupo y el proceso de satisfacción de
duda el seguimiento, por parte de estos creyentes, de unas determinadas necesidades humanas. Esto resulta más claro adoptando la posibilidad de
pautas de conducta aseguraría en buena medida la armonía y concordia interpretar estos conceptos religiosos y morales en términos sociológicos
dentro de la comunidad. modernos. Por ejemplo, cuando en el Corán se habla de concordia como
Sin duda, el «hecho coránico» plantea las bases esenciales de lo que deseo de armonía interior, de paz religiosa, puede interpretarse como un
será el islam a lo largo de su historia, pues va a marcar, no sólo la norma deseo de armonía social, incluso de paz política, derivado de la pluralidad;
religiosa de los creyentes, o sus concepciones teológicas, sino también la prosperidad como perfeccionamiento espiritual, puede ser igual a
su pensamiento, sus modos de actuación y, en suma, buena parte de las bienestar económico, lo que implicaría satisfacción de necesidades básicas
características culturales, sociales, intelectuales o políticas de toda la (o también hacerse rico a costa de otro, lo que significaría violencia) el
sociedad. Si el texto coránico es la fuente fundamental para cualquier paraíso, que se menciona constantemente como la recompensa espiritual
aspecto de la vida, individual o social, del musulmán, también lo es para por excelencia, podría también entenderse, dentro del contexto social de
el acercamiento a la idea de paz en el islam. En efecto, podemos comprobar la época, como el símbolo de la promesa de una recompensa material
cómo en él quedan reflejadas dos concepciones básicas sobre la paz: una encaminada a cubrir ciertas necesidades básicas; la honradez como virtud
paz interna, ligada a lo religioso, que implica un estado de seguridad y moral que implica honestidad, rectitud, integridad, podría significar ser
bienestar asociado a situaciones de armonía y prosperidad, y, en segundo justo en la realización de operaciones comerciales por ejemplo; la gene-
lugar, una noción de paz activa que atañe a la actitud ante otros grupos rosidad que en el islam se refiere fundamentalmente al precepto religioso
y que -mediante el establecimiento de determinados pactos y acuerdos- de dar limosna, podría significar sin más una buena utilización de los bienes
refleja una voluntad de regular las relaciones con esos grupos de forma materiales que redundaría en una mayor justicia social.11
pacífica10 De este modo, estableciendo una relación entre estos conceptos,
Si -como hemos dicho- el Corán trata de potenciar unos valores de arraigados en el origen de la religión islámica, y la base social y cultural
solidaridad, armonía, armonía, concordia, etc. (seguramente con el objeto que los sustenta podemos llegar a la comprensión de construcciones
posteriores que en el mundo árabe islámico serán representativas de las
dinámicas que intervienen, en variadas circunstancias y épocas, como
estrategias de regulación de conflictos. Recordemos, por ejemplo, la
10. Cada una de estas nociones viene expresada en el Corán mediante una terminología
concreta, con unas connotaciones semánticas y contextuales precisas, que nos permiten importancia que en el islam, como una religión social y no individual,
corroborar que la idea de paz era algo presente en la incipiente sociedad islámica como un
valor y un bien deseable, pero también como una práctica reguladora de las relaciones entre
individuos y grupos. Véase GÓMEZ CAMARERO, Carmen y OTROS (1997) «Una lectura
del Corán desde la paz», MEAH, 46, 113-148; y MOLINA RUEDA, Beatriz (1998) «Aproxi- 11. De hecho el precepto religioso de la zakat, limosna, acabaría convirtiéndose con
mación al concepto de paz en los inicios del Islam», MUÑOZ, F. A. y MOLINA RUEDA, el tiempo en la obligación de contribuir a la comunidad con un tributo, una especie de
B. (eds.) Cosmovisiones de paz en el Mediterráneo antiguo y medieval. Granada, 229-264. impuesto fiscal.
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tiene el concepto de ‘asabiyya, solidaridad social, que en origen no es planteamientos dicotómicos como el tradicional debate sobre si el islam
sino un concepto y una práctica heredada de la antigua sociedad tribal llevó a cabo una «invasión pacífica» basada en una política de seducción,
preislámica. Este principio de solidaridad contribuye en buena medida o si por el contrario su rápida expansión se debió al uso de la fuerza-
a crear una auténtica fraternidad, tras la emigración del Profeta a Medina, que la complejidad del sistema social que presentaba el islam permitió
entre sus seguidores mecanos y los medineses, 12 luego el concepto irá desarrollar diversos mecanismos y estrategias para suavizar los nume-
evolucionando en su adaptación a las diversas necesidades que van surgiendo, rosos conflictos que la nueva situación generaba. Tomando como base
de ahí las distintas formas de ‘asabiyya que se van sucediendo y que van un sistema social basado en la solidaridad, lo que en el siglo VII se puede
desde la solidaridad que une a los miembros de una tribu beduina, la que considerar un progreso, se fueron planteando y potenciando unos valores
une a los miembros de una familia o a los componentes de una formación y prácticas que contribuirían a aminorar las salidas violentas a los
urbana, hasta la denominada «gran ‘asabiyya» que es la que une entre conflictos.
sí a todos los miembros de la Umma, la comunidad de los musulmanes.
A partir del siglo XIV se convertirá en una solidaridad social, base de
la soberanía del Estado, 13 y se utilizará también como un concepto 3. MECANISMOS DE REGULACIÓN PACÍFICA EN EL ISLAM
funcional que permite, mediante distintas formas de alianza, obtener y MEDIEVAL
conservar el poder. 14
El islam establece también desde el inicio los principios de libertad Tras la muerte de Muhammad se inicia un periodo de expansión y
e igualdad política y social, las cuales, a falta de una organización sobre conquista cuya rapidez y eficacia ha dado lugar a describir el islam de
el derecho público, se convierten en nociones jurídicas, tal fue el espíritu esta época como una fase de violentos conflictos, tanto internos (entre
del «Pacto constitucional de Medina» mediante el cual el Profeta Mu- individuos, familias, facciones y grupos) como externos (entre musulma-
hammad, integrando a las tribus judías y árabes en una especie de con- nes y pueblos conquistados). No se puede negar, efectivamente, que ese
federación cuyos miembros se deben protección mutua, plantea históri- intenso y rápido desarrollo de la comunidad islámica trae consigo nume-
camente la coexistencia pacífica entre diversos grupos de creyentes y no rosos problemas: aparecen nuevos conceptos sociales, políticos y legales
creyentes; 15 se establecía así el primer estado islámico basado en la procedentes del contacto con otros pueblos, y lógicamente se requieren
tolerancia y en la unión entre todos los miembros de la comunidad. Más mecanismos nuevos para afrontar la nueva situación, mecanismos en los
tarde, cuando esta comunidad se va ampliando, surgirá la necesidad de que sin duda no hay que descartar la violencia. Sin embargo, no es menos
organizar también la justicia con el fin de poder seguir manteniendo la cierto que en todo este complejo proceso se pueden encontrar también
concordia. numerosas experiencias, circunstancias y realidades en las que se intenta
En suma, analizando los hechos y circunstancias que rodean la regular los conflictos de forma no violenta, de manera que en la sociedad
primera fase de la historia árabe islámica, podemos constatar -superando árabe islámica, como en toda sociedad organizada, se establecen meca-
nismos, como la diplomacia o la negociación, que contribuyen a ami-
norar la violencia, al menos la directa. Estos mecanismos, aunque no ne-
cesariamente descarten la confrontación bélica, han de ser considerados
12. Es cierto que no se da una total continuidad en el desarrollo de esa ‘asabiyya,
sino que en determinados momentos la complejidad de los conflictos que se van produciendo dentro del ámbito de la paz, una paz activa en este caso, en la que inter-
llega a romper los lazos de solidaridad. Esto se refleja, por ejemplo, en un versículo coránico vienen diferentes actores con intereses distintos u opuestos, ya sea a nivel
en el que el Profeta llega a establecer el «principio de autoridad» de Dios (es decir, de interno o externo.
su propia autoridad) con el fin de imponer la paz entre los creyentes. Algunos de estos mecanismos de regulación de conflictos proceden
13. Cf. IBN JALDUN, Muqaddima. Beirut, Dar al-Fikr, s. a., 139-140.
14. Cf. REDISSI, Hamadi (1998) Les politiques en Islam. Le Prophète, le Roi et le de los ya existentes en las sociedades preislámicas, que serían adop-
Savant. Paris, 30. tados por la sociedad árabe islámica, llegando en algunos casos a
15. Véase DELCAMBRE, Anne-Marie (1991) L’Islam. Paris, 8-14. convertirse en disposiciones reguladas jurídicamente e instituciona-
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lizadas,16 al haber sido sancionados en vida del propio Profeta. Así por tamientos con las distintas tribus. De igual modo, los primeros califas
ejemplo, el islam reconoce el sistema de arbitraje que practicaban ante- continuarían la misma política de negociación con las distintas comuni-
riormente las tribus árabes, utilizándolo para tratar de reconciliar a dos dades que se iban incorporando al islam.
grupos musulmanes rivales o arreglar una disputa entre ambos, sistema Sobre la base de estos precedentes, el mundo islámico conocerá a lo
que el propio Muhammad utilizará a lo largo de su vida; así, cuando se largo de la Edad Media distintas formas institucionales de regular los
trasladó a Medina en el año 622, lo hizo al haber sido invitado a actuar conflictos con otras comunidades. En efecto, la ley islámica (sharía)
como árbitro y mediador en las disputas y diferencias internas entre algunas establece mecanismos legales para articular y regular unas relaciones
tribus medinesas. De esta forma, y de una manera indirecta, Muhammad estables con los otros pueblos. Así, la existencia documentada en las
-según las fuentes árabes- «les proporcionó a los habitantes de Medina, fuentes jurídicas e históricas de numerosas formas de pactos, acuerdos
además de una religión, seguridad y una medida de la disciplina social».17 y tratados contradice la idea, tan difundida en ocasiones en Occidente,
Posteriormente continuó desarrollando una amplia diplomacia18 que incluía de que el islam es una religión y una civilización eminentemente guerrera
tanto negociaciones con las tribus de la Península Arábiga como relaciones y violenta, idea basada seguramente en una incorrecta interpretación del
con emires del reino gasaní, en la frontera con Bizancio, o embajadas concepto de yihad que lo equipara a «guerra santa» sin más, cuando su
a los soberanos de otros países como Abisinia, Egipto, Siria o Persia.19 significado es mucho más rico y complejo. Sin entrar aquí a analizar el
Tal vez el mejor ejemplo de esta actividad diplomática sea la mencionada alcance y significado de la doctrina islámica del yihad -lo que excedería
«Constitución de Medina», mediante la que se regulaban las relaciones con mucho el objetivo de este artículo- no está de más recordar que se
entre los miembros de la comunidad, por una parte, y entre ésta y el exterior, trata de un concepto no sólo jurídico sino también teológico con muy
por otra. Otro caso temprano de negociación es el tratado de Hudaybiya, diversas casuísticas de evolución, interpretación y aplicación, y que, si
del año 628, en el que las negociaciones entre musulmanes y mecanos nos atenemos al verdadero sentido del término árabe yihad, veremos que
acabaron con el establecimiento de una tregua de diez años, lo que servirá no significa «guerra» sino literalmente «esfuerzo», y, en principio y en
de precedente profético para las normas que, según la ley islámica, regían sentido estricto, se refería a «esfuerzo en la senda de Dios» que puede
la interrupción del yihad para negociar. 20 Tras la hégira, Muhammad ejercerse tanto de un modo violento como pacífico.21
siguió desarrollando una intensa diplomacia, quizás como un medio En estrecha relación con el desarrollo de la noción de yihad está la
sustitutivo de la guerra, con el fin de reducir en lo posible los enfren- tradicional división del mundo, según el derecho religioso islámico, en
dar al-islam (el territorio del islam), que es considerado también dar al-
salam (territorio de la paz), y dar al-harb (el territorio de la guerra) o
16. La conservación, por parte del islam, de muchas de las prácticas en uso en la Arabia dar al-kufr (el territorio del ‘infiel’)22 El primero se correspondería con
preislámica da idea de la pervivencia de cosmovisiones de una cultura a otra, lo cual el mundo del islam, donde reina, o debe reinar, la paz, mientras que el
contradice la idea simplista de ruptura o enfrentamiento total entre una sociedad y la que,
por circunstancias, viene a sustituirla. Muy al contrario, los hechos históricos demuestran
segundo está constituido por el resto del mundo, es decir los ‘infieles’,
que los contactos y el entendimiento entre culturas y civilizaciones han sido una constante, los no musulmanes, cuya conversión al islam hay que procurar por todos
de manera que puede decirse que -aunque con distintas connotaciones- el tan traido y llevado los medios, incluida la guerra si llega el caso, se trataría entonces de una
concepto actual de «interculturalidad» no es ni mucho menos nuevo. guerra justa cuya última finalidad es conseguir la paz universal bajo el
17. Cf. LEWIS, Bernard (1996) Los árabes en la historia. Barcelona, 50.
imperio del islam. Sin duda este esquema -que ha servido hasta hoy, como
18. La biografía del Profeta nos ofrece ejemplos de un gran número de embajadores
y mediadores que eran enviados y recibidos en el curso de complejos tratos diplomáticos
llevados a cabo por Muhammad con diversas tribus árabes de los alrededores de Medina.
19. Véase GAUDEFROY-DEMOMBYNES, Maurice (1990) Mahoma. Madrid, 147-
157.
20. Sobre el tratado de Hudaybiya puede verse KHADDURI, M. (1962) War and 21. Para más detalles, puede consultarse por ejemplo, E.I. (Encyclopédie de l’Islam),
Peace in the Law of Islam. Baltimore, 210-215, donde puede leerse el texto de dicho 2ª ed., s. v. djihad (por E. TYAN)
tratado. 22. Para estos conceptos, véase E.I., s.v. dar al-harb y dar al-islam (por A. ABEL)
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decimos, para afirmar el carácter belicoso y violento del islam- no es más nidades y pueblos pasarían más tiempo en paz o en negociaciones que
que una fórmula convencional desarrollada cuando el islam deja de ser en guerra. 25 De hecho, se daban entre el islam y las poblaciones no
una pequeña comunidad que se esfuerza (tal es el sentido original de yihad) musulmanas diversas formas de regular los conflictos de forma pacífica,
por sobrevivir y organizarse en un gran estado musulmán que tiene que que hacían que con frecuencia sus relaciones se condujeran sobre la base
elaborar un derecho público e internacional. Prueba de que esta concepción del mutuo respeto e interés y que, pese a la declaración teórica de hostilidad
dicotómica del mundo es una elaboración posterior es que tal división permanente, lo más habitual fuera que los musulmanes llegaran a un yihad
de conceptos no aparece nunca en el Corán. latente o inactivo, tendiendo a permanecer en la «ley de la paz».26
De cualquier forma, incluso ateniéndonos exclusivamente al derecho, Existe además un marco legal que sanciona la posibilidad de establecer
vemos cómo las mismas fuentes jurídicas -además de hablar de yihad y la paz, o al menos cierto tipo de paz. Algunos juristas musulmanes, en
de dar al-harb/dar al-islam- estipulan la licitud y la práctica de treguas y efecto, reconocen la existencia de espacios intermedios entre «el territorio
pactos con soberanos de territorios ajenos al islam, lo cual demuestra que de la paz» y «el territorio de la guerra», es lo que se denomina dar al-
la clásica idea de que ambos mundos se hallan en estado permanente de sulh (territorio de la tregua) y dar al-`ahd (territorio del pacto ).27 El
guerra es más bien una construcción teórica y que en todo caso no nece- primero sería un territorio que, sin haber sido conquistado por el islam,
sariamente alude a una guerra física y real, sino más bien de índole moral, obtiene la paz a cambio de un tributo que le garantiza una tregua. Se trata
lo que no excluye por supuesto que en muchas ocasiones se lleven a cabo en suma de una forma de poder entablar relaciones pacíficas, que segu-
acciones bélicas directas.23 Evidentemente la situación de las relaciones de ramente interesaban a ambas partes, con un estado no musulmán con-
los árabes y musulmanes con las otras poblaciones, como cualquier relación cediéndole su reconocimiento y asegurándole cierta seguridad. Esta si-
humana entre distintos grupos, debía ser mucho más compleja, presentando tuación, estipulada legalmente durante la Edad Media, tiene -igual que
altibajos, avances y retrocesos, confrontación de intereses y posibilidades otros tipos de negociación que hemos visto- unos precedentes históricos
de arreglo de las diferencias, periodos de hostilidad y momentos de tran- que arrancan del Profeta cuando éste estableció un tipo de pacto similar,
quilidad; de manera que ese supuesto estado de guerra, si se analiza con a cambio del pago de un tributo, con los cristianos de Nayran, y siguen
algo más de detenimiento, no hay que entenderlo como un estado permanente con el acuerdo al que llegó, en el año 657, el gobernador árabe de Egipto
de hostilidades, sino que sería -como acertadamente señala Khadduri-24 más con el reino cristiano de Nubia, en el que, a cambio del pago de un tributo
bien algo parecido o equivalente a lo que en la terminología legal occidental anual en esclavos, los musulmanes garantizaban a los nubios una segu-
se denomina «no reconocimiento», lo que no implica la imposibilidad de ridad. 28 La segunda categoría (dar al-‘ahd) consistía en una especie de
iniciar negociaciones y efectuar pactos.
Esa variedad de situaciones y circunstancias queda atestiguada por las
mismas fuentes árabe musulmanas, las cuales contienen multitud de
25. Y no me refiero exclusivamente a las fuentes jurídicas, sino también de otro tipo
referencias que, de no haber sido pasadas por alto con más frecuencia como pueden ser las literarias. Existe, entre otros, un interesante ejemplo al respecto
de lo deseado, nos permitirían afirmar que en realidad aquellas comu- precisamente de una época tan cruenta como la de las Cruzadas: se trata del testimonio
de un cronista árabe del siglo XII, llamado Ousama Ibn Munkidh, que nos relata su propia
experiencia personal en el Jerusalén de aquella época. Este relato, bajo epígrafes tan curiosos
como el de «se lucha, se destripa, se reconcilia uno y luego se vuelve a combatir», nos
23. El problema está en la incorrecta interpretación del concepto islámico de yihad narra el ambiente y costumbres de Jerusalén en plena Primera Cruzada y las relaciones
-que, dicho sea de paso, habría que dejar ya de traducir por «guerra santa»-, pues está amistosas que, pese a la lucha, se daban entre musulmanes y francos. Cf. AZIZ, Ph. (1983)
claro que ningún musulmán aceptará estar en guerra permanente con nadie. Recordemos, Les sectes secrètes de l’Islam. Paris, 152-171.
en este sentido, la existencia de algunos trabajos realizados por orientalistas que contribuyen 26. KHADDURI, M., Op. cit., 145.
a ir despejando y clarificando el complejo sentido e interpretación de yihad, como los 27. Para estas nociones, puede verse E.I.. s. v. dar al-‘ahd (por Halil INALCIK) y
de MORABIA, Alfred (1993) Le Gihad dans l’Islam médieval. Paris, o el amplio capítulo dar al-sulh (por D. B. MACDONALD y A. ABEL)
que le dedica M. KHADDURI en su War and Peace in the Law of Islam, pp. 21-137. 28. Este acuerdo se conoce en las crónicas musulmanas con el nombre de baqt (del
24. KHADDURI, M., Op. cit., 144 latín pactum)
174 BEATRIZ MOLINA RUEDA ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA 175

tierras tributarias que propietarios no musulmanes podían mantener en estas mal llamadas capitulaciones han sido tradicionalmente vistas, por
una zona conquistada por el islam, con la garantía de no ser combatidos parte europea, como una imposición del más fuerte al más débil, puesto
si pagaban un tributo o impuesto. que se trata de un época de predominio musulmán y no europeo; sin
Como consecuencia de este tipo de situaciones legales, que rompen embargo, si lo consideramos desde otro punto de vista, no cabe duda que
la dicotomía guerra/paz, se dan en la historia árabe islámica diversos este tipo de tratado constituía un medio de regulación pacífica desde el
mecanismos de regulación, que han de considerarse como formas de momento en que las actividades comerciales a que se refería suponían
negociación y que permiten a ambas partes mantener intercambios y un beneficio para ambas partes, dándose así un intercambio, y el inter-
relaciones pacíficas de manera temporal o más duradera. En este sentido, cambio es una fuente de relaciones pacíficas.
la legislación islámica contempla varios tipos de tratados, acuerdos o Otro tipo de tratado, de amplio uso en la práctica política árabe islámica,
pactos que se realizaban con frecuencia siguiendo unas cláusulas concretas es el ‘ahd (convenio, pacto), que se utilizaba en los casos de acuerdos
según los casos y que normalmente se plasmaban por escrito. Algunos firmados con las «gentes del Libro», los cuales pasaban a ser miembros
de estos tratados se establecían específicamente con la «gente del Libro», «protegidos» (dimmíes) del estado, pudiendo vivir en tierras del islam bajo
es decir, comunidades pertenecientes a una religión monoteísta, como ciertas condiciones. En este caso no se trata de un tratado temporal, sino
judíos y cristianos, pero también podían efectuarse con pueblos de otras de una especie de convenio o carta constitucional dentro del ámbito del
creencias más alejadas del Islam, en cuyo caso constituían una especie derecho constitucional del islam.
de tratado internacional. Incluso se podía firmar acuerdos con los llamados Podemos concluir de todos estos casos que la práctica del estableci-
«rebeldes» (bagi) musulmanes, es decir, aquellos creyentes que habían miento de tratados y acuerdos entre comunidades islámicas y pueblos
renegado de la fe islámica convirtiéndose así en un enemigo aún mayor extranjeros era una constante en la época medieval, tal vez en contraste
para el musulmán que los propios ‘infieles’. El tipo de acuerdo más con épocas más cercanas a nosotros. Sin duda ese continuo desarrollo de
frecuente era la hudna (tratado), verdadero instrumento de paz cuyo efecto vías pacíficas guarda estrecha relación con la inmensa riqueza y profun-
legal era que las partes interesadas rompían todo tipo de hostilidades entre didad en que se desenvolvió la época medieval musulmana en los más
ellas. El resultado era una paz temporal extendida a los habitantes de una diversos campos del pensamiento y la ciencia, en contraposición a la idea
ciudad o país extranjero mediante un acta oficial, que suministraba las occidental de que la Edad Media fue de manera generalizada una época
condiciones previas a la paz entre musulmanes y no musulmanes, sin de oscuridad e ignorancia. En efecto, sin que hayamos agotado ni mucho
necesidad de llevar a cabo la conquista, es decir la incorporación del país menos las múltiples situaciones y posibilidades pacíficas que se darían,
extranjero a la dar al-islam. sin duda los ejemplos traídos evidencian la presencia clara de mecanismos
Un tipo especial de tratados con estados no musulmanes es el que se de regulación pacífica en el ámbito estatal e internacional. Si a esto unimos
conoce con el nombre árabe de imtiyazat (ahdname en turco) y que tiene las otras categorías de paz, comentadas en el apartado anterior, podemos
lugar sobre todo en la época otomana. Aunque se suele traducir como avanzar la afirmación de que las experiencias y prácticas de paz en las
«capitulaciones», el término original no tiene el sentido moderno de sociedades árabe islámicas son una realidad histórica tanto, al menos, como
«rendición», sino más bien de «concesiones» o «privilegios», pues su los episodios bélicos y violentos.
objeto era garantizar privilegios extraterritoriales a las comunidades de
extranjeros, sobre todo comerciantes europeos, para poder residir en
territorio musulmán y ejercer allí sus actividades comerciales.29 Aunque 4. FORMAS DE CONVIVENCIA PACÍFICA

Uno de los ámbitos donde se pueden apreciar con claridad las posibles
vías de regulación pacífica -y también violenta- es el de las relaciones
29. Véase LEWIS, B. (1990) El lenguaje político del Islam. Madrid, 144-145; y E.I., con los elementos externos, es decir los modos y estrategias que una
s. v. imtiyazat (por J. WANSBROUGH, H. INALCIK, A. K. S. LAMBTON y G. BAER) comunidad utiliza en sus relaciones con otros grupos, comunidades o
176 BEATRIZ MOLINA RUEDA ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA 177

pueblos, con los que en determinados momentos tiene que convivir. En y privilegios; se trata de un contrato indefinido (no de carácter temporal
el caso árabe islámico hay elementos suficientes para afirmar que las como es el caso de los tratados «internacionales») mediante el cual la
relaciones y el comportamiento de la comunidad con otros grupos no comunidad musulmana otorga hospitalidad y protección a los miembros
necesariamente se desenvolvía en la consideración de enemigos con los de otras religiones reveladas que, a su vez, adquieren el compromiso de
que se estaba en permanente conflicto. Hemos visto anteriormente cómo respetar la autoridad del estado musulmán y contraen algunas obligaciones.
la utilización de la diplomacia es una constante desde los primeros tiempos En consecuencia, el dimmí es el no creyente que vive bajo el gobierno
y cómo existe una reglamentación legal para establecer pactos con gentes musulmán aceptando su protección a cambio fundamentalmente del pago
que no pertenecen a la dar al-islam. Pero además de estos pactos y de un impuesto de capitación (yizya) a dicho gobierno.32
acuerdos, el mundo islámico medieval instituye unos mecanismos con- En lo que respecta al contenido específico de los regímenes primitivos
cretos para ordenar los comportamientos y relaciones con la población a que era sometida esta población, no es fácil de determinar porque los
no musulmana que habita, temporal o indefinidamente, en la dar al-islam. documentos que nos han llegado son alteraciones de épocas posteriores.
Un ejemplo claro, y relativamente cercano a nosotros, es el caso de la Hay que suponer que algunas disposiciones, como las referentes al alo-
convivencia en al-Andalus 30 entre el estado musulmán y las comunidades jamiento, abastecimiento, etc., serían de carácter provisional, siendo la
minoritarias de cristianos y judíos. Sin duda esto no es producto del azar, estipulación fundamental que perduró la relativa al pago de un impuesto
ni de las características específicas de una zona determinada; por el específico, cuyo contenido evolucionaría con el tiempo hasta convertirse
contrario, hay que pensar que el modelo de relaciones que en este caso en un régimen fiscal propio de los dimmíes. Por otra parte, la situación
se desarrolla viene determinado por un marco institucional concreto, el de estos no musulmanes iría evolucionando con el tiempo y sufriría
cual, en última instancia, hay que poner en relación con las características variaciones en función, entre otras cosas, de su volumen numérico dentro
del pensamiento árabe musulmán clásico, 31 reflejo de unos mecanismos del estado musulmán. Es posible, no obstante, conocer lo relativo a la
mentales y sociales que van conformando la evolución de la Umma y situación de los dimmíes tradicionales, en la Edad Media, y comprobar
la construcción de la ley islámica. que siguen manteniendo cierta autonomía en su derecho interno y su
Sin perder de vista este telón de fondo sobre el que, en definitiva, habrá régimen fiscal, que con el tiempo llega a ser más parecido al de los
que colocar la explicación de la mayoría de los comportamientos y acciones musulmanes.
de los árabes musulmanes, merecen destacarse dos figuras institucionales Cabe preguntase si el estatus que la dimma concedía a estos no
que, durante el medievo se aplican en las relaciones de convivencia. Me musulmanes supone realmente un elemento positivo en el desenvolvimien-
refiero a la dimma y el aman. La primera -utilizada específicamente con to de las relaciones entre los ciudadanos bajo el estado islámico. De hecho,
comunidades monoteístas no islámicas- consiste en una especie de contrato algunos análisis de orientalistas sobre el particular parecen llegar a la
entre el estado musulmán y el representante de una comunidad no conclusiones no muy alentadoras, cuando se dice, por ejemplo: «la dimma
musulmana, según el cual se garantiza a los miembros de esa comunidad es un pacto de protección de los monoteístas minoritarios, que limita su
un cierto estatus bajo la autoridad musulmana, con determinados deberes participación en la vida ciudadana: están sometidos a un impuesto espe-
cífico y a restricciones de libertad individual (vestimenta distintiva,
prohibición de monturas nobles como el caballo), familiar (estatus per-
30. Sin duda hemos de reconocer la existencia de numerosos elementos y circunstancias
sonal), económica (restricciones en la profesión), de culto (limitación o
que favorecieron la convivencia pacífica en al-Andalus, sin que ello signifique caer en
la ingenuidad de pensar que la integración de las «tres culturas» en al-Andalus fue un prohibición de procesiones y uso de campanas) y cívicas (prohibición de
auténtico modelo de convivencia pacífica ocupar cargos administrativos, políticos y militares). Su aplicación riguro-
31. La construcción del pensamiento medieval islámico se hace desde unos parámetros
distintos a los del conocimiento occidental; de manera que, tanto el derecho, como las
ciencias o la religión se sitúan en planos paralelos y relacionados, sin que puedan desligarse
con precisión. Véase ARKOUN, Mohamed (1984) Essais sur la pensée islamique. Paris,
13-49. 32. Para una información más detallada, véase E.I. s. v. dhimma (por Cl. CAHEN)
178 BEATRIZ MOLINA RUEDA ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA 179

sa (hoy prácticamente no se aplica pero ha dejado sus huellas) conlleva de edificios de culto, ni se veían obligados a ejercer profesiones específicas
la marginación de las comunidades judías y cristianas que, no obstante, sin mezclarse con las otras confesiones, etc.35
seguían viviendo en simbiosis con los musulmanes...»33 El islam medieval extiende esa protección al enemigo, al ‘infiel’,
No parece, sin embargo, que pueda hacerse esta generalización ne- mediante el procedimiento legal del aman36 que contribuye a regular y
gativa de la situación de los no musulmanes en el estado musulmán de flexibilizar las relaciones con otras comunidades no musulmanas. Con-
la Edad Media, sobre todo porque el engrosamiento de esta población sistía el aman en una especie de salvoconducto o promesa de protección
a lo largo de la expansión árabe islámica producirá una dinámica de (la mayoría de las veces oral), gracias a la cual un no creyente puede vivir
intercambio donde ambas partes salieran beneficiadas, de otro modo temporalmente en territorio musulmán. Se trata en este caso de personas
hubiera sido impensable el mantenimiento bajo autoridad islámica de un no pertenecientes a una religión revelada, las cuales tienen la consideración
territorio geográfico tan amplio. De hecho, incluso en el ámbito del de enemigos (harbí o perteneciente a la dar al-harb, el territorio de la
gobierno, donde podía esperarse que los no musulmanes no fueran ad- guerra). El beneficiario de este aman es el musta’min, que adquiere un
mitidos, los dimmíes llegaron a desempeñar un notable papel en la ad- estatus intermedio entre el dimmí y el harbí, otorgándosele el derecho
ministración, es el caso por ejemplo del Egipto fatimí. Por la misma razón, de residir temporalmente en un país musulmán como visitante, momento
la condición de dimmí, en principio limitada a judíos y cristianos, se desde el cual queda protegido de un eventual ataque musulmán, al tiempo
extendió más tarde a otras confesiones menores como sabeos y zoroás- que goza de ciertas ventajas como practicar su religión libremente o unirse
tricos. Otra cuestión es que en determinadas épocas, en especial durante a otras personas de su misma nación para formar una comunidad autónoma
la dinastía abbasí, se diera una interpretación más restrictiva, desde el punto sujeta a sus propias leyes bajo la autoridad de un cónsul nombrado por
de vista doctrinal, de las estipulaciones de la dimma, creándose cierta su propio gobernante, estando además exento del pago de impuestos que
política de rechazo; sin embargo, en la práctica no se llega a la aplicación era obligatorio para el caso de los dimmíes. Este salvoconducto puede
real de esas normas restrictivas. Al margen del aspecto religioso y las ser concedido incluso en periodos de guerra declarada entre musulmanes
polémicas de tipo teológico que se desenvuelven sobre todo en los siglos y la comunidad del harbí en cuestión, y puede otorgarse de manera
VIII y IX, el estatuto legal de que gozaban las gentes del Libro deja un individual o bien con un carácter colectivo para un grupo o incluso todo
espacio amplio para la tolerancia, tolerancia que bajo los principios de un estado, que en este caso adquiría la capacidad de extender a sus
protección, autonomía y pago de un tributo, impide pensar que la situación ciudadanos en el extranjero el privilegio de poder vivir allí. Este proce-
era de hostilidad abierta y total.34 dimiento del aman se continúa en el tiempo, dando lugar al crecimiento
Se puede decir que, en conjunto, la situación de esta población no de comunidades de comerciantes procedentes de estados europeos cris-
musulmana fue esencialmente de flexibilidad y tolerancia, tanto en tianos como Venecia o Génova, de tal manera que el establecimiento
Occidente, al menos hasta el siglo XII, como en Oriente hasta el siglo regular del aman posibilita y favorece, no sólo las relaciones diplomáticas,
XIII. Otro tanto ocurre en el ámbito de la vida cotidiana, donde existen sino además el comercio entre el mundo musulmán y el cristiano, al menos
testimonios de cómo muchas de las prohibiciones teóricas raramente eran hasta el siglo XII. Después de este siglo, con el desarrollo del comercio
llevadas a la práctica, así por ejemplo, no existían barrios especiales en por el Mediterráneo, la institución del aman sería reemplazada en la
los que se les obligara a agruparse, ni restricciones en la construcción práctica por tratados entre las potencias cristianas y musulmanas, que
concederán a los extranjeros más seguridad y derechos.

33. Paul BALTA (1995) L’Islam. Madrid, 79. Este tipo de comentarios es tanto más 35. Sobre los modos de convivencia e influencias mutuas de las comunidades mu-
llamativo si tenemos en cuenta que aparece en una obra de carácter divulgativo, lo que sulmana, cristianan y judía en la Edad Media, puede verse DUFOURQ, Charles E. (1994)
contribuye a afianzar la tópica imagen negativa de lo árabe islámico. La vida cotidiana de los árabes en la Europa medieval, Madrid.
34. Véase REDISSI, H. (1998) Les politiques en Islam. Le Prophète, le Roi et le Savant. 36. Sobre esta institución legal véase LEWIS, B. (1990) El lenguaje político del islam,
Paris, 128 y ss. pp.135-36 y E.I., s. v. aman (por J. SCHACHT)
180 BEATRIZ MOLINA RUEDA ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA 181

Como vemos, el seguimiento de ciertas prescripciones legales con Para ello debemos situarnos en el nivel de las representaciones pro-
respecto a comunidades no musulmanas puede darnos idea de las carac- fundas de la civilización, en las causas últimas que hacen que una civi-
terísticas generales de la convivencia entre musulmanes y no musulmanes, lización o una cultura se conduzca de una determinada manera y no de
tanto en el plano de las instituciones como en el de la vida social y afectiva. otra en sus ideas y comportamientos, en su visión de las cosas y del mundo,
Con toda la complejidad que esas relaciones encierran, y sin pretender en sus relaciones con otras personas y con la naturaleza. En esta estructura
obviar otras realidades, la atención a este campo nos permite corroborar profunda se sitúa, entre otras cosas, la conformación del «pensamiento»
la hipótesis de que en la historia de los pueblos árabe islámicos hay de una sociedad o de un grupo humano. Sabemos que toda civilización
elementos suficientes para reconstruir espacios de paz, tanto a nivel grupal tiene su cosmología, su modo de representar, pensar y enfrentarse a la
como intergrupal. Otro extremo que queda confirmado es la continuidad realidad, su forma de percibir, entender y relacionarse con el mundo, con
y consistencia de las concepciones y modelos que guían a esta civilización la naturaleza, con otros seres y con lo transpersonal. La cuestión es
-lo que no quiere decir ni mucho menos que el islam sea algo monolíti- importante desde el punto de vista de los estudios sobre la paz porque
co-. En efecto, podemos observar cómo la mayoría de los comportamientos dicha forma de entender la realidad va a condicionar en multitud de
y de las concepciones legales siguen una línea coherente cuyo eje pasa, ocasiones -si no siempre- sus comportamientos históricos, tanto intra como
en primer lugar, por la esencia y el carácter genuino de la civilización extragrupales, sus modelos de relación, sus percepciones y sus modos de
islámica en sus orígenes, aunque el paso de los tiempos vaya añadiendo regular los conflictos.
elementos nuevos. 37 Se puede decir en este sentido que las bases del En el caso árabe islámico, los mecanismos legales que el derecho
tratamiento que el islam da a los no musulmanes en la época medieval establece para regular las relaciones, internas y externas, surgen y se
están planteadas por el comportamiento y actuación del Profeta Muha- desarrollan dentro de un marco conceptual que se inserta en el orden del
mmad, por una parte, y por las condiciones de la conquista, por otra. pensamiento árabe islámico clásico. Por consiguiente, explorar las bases
de ese pensamiento nos puede ayudar a un mejor entendimiento de las
razones que guían la elección de determinadas opciones, que en el islam
5. PRINCIPIOS LEGALES QUE ABREN VÍAS PACÍFICAS EN EL pueden abrir vías pacíficas en todo el entramado de relaciones humanas
ISLAM que establece, aunque en ocasiones tengamos que modificar percepciones
y/o renunciar a la aplicación exclusiva de nuestros criterios y paradigmas
Además de exponer, describir y reconocer -como hemos hecho hasta occidentales.
aquí- algunas de las experiencias y de los mecanismos de regulación Sin duda el núcleo esencial de lo islámico -del que se desprenden los
pacífica que el islam propone y practica a lo largo de la historia, podemos principales conceptos, formas de percibir el mundo, modos de relaciones
intentar avanzar un paso más tratando de ubicar estas experiencias con- sociales, comportamientos individuales, etc.- es la sharía, la denominada
cretas en un marco conceptual de mayor alcance; es decir, tratando de «ley islámica», que es a la vez ley revelada, promulgada por el Profeta
desvelar parte de la estructura profunda que subyace a esa realidad tal y sancionada por Dios, y sistema legal que regula las acciones del individuo
como se nos presenta. Lo que nos guía en este propósito es el deseo y y de la sociedad. Se trata pues de un conjunto de preceptos divinos que
la necesidad de ir conociendo mejor al «otro» en su verdadera identidad, regulan los actos humanos, y es de aquí de donde se deriva esa genuina
pues el conocimiento y la comunicación son una premisa básica para característica del islam -a menudo difícil de captar por la mente occidental
avanzar en el estudio de la paz y lograr que ese avance tenga una proyección actual- que es la fusión, sin solución de continuidad, entre lo divino y
hacia el presente y el futuro. lo humano, lo espiritual y lo terrenal, la religión y la política.38 Por otra

37. Como hemos visto anteriormente, el modo de actuación del Profeta constituye 38. Esta cuestión, como es sabido, suscita en nuestra época numerosos debates y ha
en muchos casos un precedente para actuaciones de épocas posteriores. dado lugar a bastantes estudios que tratan, con mayor o menor fortuna, de explicar la cuestión
182 BEATRIZ MOLINA RUEDA ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA 183

parte, no hay que perder de vista que el derecho islámico -que recoge autores han tratado de modificar tal concepción tendiendo a relacionar
todos los mecanismos de regulación que hemos visto- se constituye y se la denominación de islam con el campo conceptual de la paz. 40 Hay, en
desarrolla en torno a una enorme y fructífera actividad intelectual en la efecto, indicios que apoyan esta interpretación: en primer lugar, en el
que el islam medieval cultivó los más diversos campos del pensamiento horizonte de pensamiento del creyente musulmán ese sometimiento a las
y de la ciencia. prescripciones divinas que preconiza la ley islámica cuenta como un valor
Para comprender el sentido de la sharía hay que tener en cuenta el positivo, que puede ponerse en relación con paz;41 no es casualidad, por
sentido del orden social esbozado en los inicios del islam, en la época otra parte, que en árabe salam (paz) e islam procedan de una raíz común.42
medinesa del Profeta: una comunidad agrupada por el dogma de la creencia En segundo lugar, la sharía, cuya fuente primera es la revelación que
en la unicidad divina (tawhid) y la misión profética de Muhammad, donde se manifiesta a través del Corán y el Hadit, es un corpus que transciende
el concepto de Dios se confunde con el de Estado, donde no hay distinción más allá de los primeros tiempos del islam y que se va constituyendo por
entre ley y religión porque es Dios quien prescribe, ordena y prohibe, elaboración de sucesivas generaciones de teólogos y juristas, de manera
mientras que el creyente se somete y obedece. De esta manera, todos los que la paulatina ampliación de la comunidad musulmana originó la
actos humanos competen a la sharía, ya sean de carácter espiritual, es necesidad de recurrir a la ampliación de los elementos de la ley a fin de
decir aquellos que se refieren a las relaciones del individuo con Dios responder a las nuevas exigencias del desarrollo social y político de la
(‘ibadat), o de carácter terrenal, es decir los que regulan la conducta y comunidad, lo que dio lugar a la introducción de Usul al-fiqh, o principios
las relaciones de todo tipo (social, político, económico, jurídico...) entre metodológicos del derecho, como ra’y (opinión personal), qiyas (razo-
los miembros de la comunidad (mu‘amalat).39 Así considerado, y desde namiento analógico), iyma‘ (consenso de la comunidad) e iytihad (es-
perspectivas ajenas, estarían hasta cierto punto justificados los calificativos fuerzo personal).43 Estos nuevos principios, que conforman el núcleo del
de «rígido», «intransigente», «fatalista», «fanático», etc., que con frecuen- horizonte intelectual islámico, -además de abrirnos una vía a la compren-
cia se adjudican al islam. Sin embargo, un esfuerzo por adoptar perspec- sión de la especificidad del conocimiento árabe islámico- son elementos
tivas distintas puede guiarnos hacia una comprensión más amplia del modo que vienen a ampliar la interpretación estricta de la revelación por medio
cómo la sharía modela la mentalidad y la cosmovisión del islam, cons- de métodos de razonamiento y de consenso, lo que nos acerca a una
tituyendo tal vez el carácter más genuino de esta civilización y uno de concepción más abierta, menos rígida, más tolerante y «democrática» de
sus principales logros intelectuales. la ley islámica.
En primer lugar, la cuestión está en estrecha relación con el significado
e interpretación de la propia denominación de islam, donde, frente a las
lecturas clásicas, tanto de árabes y musulmanes como de orientalistas, de
«sumisión, acatamiento y sometimiento (a la voluntad de Dios)», algunos
40. Entre los autores modernos que adoptan esta interpretación, podemos mencionar
al pensador árabe Abdallah LAROUI (véase su estudio El Islam árabe y sus problemas,
Barcelona, 1984, p. 61; y también MENÉNDEZ DEL VALLE, E. (1998), Islam y demo-
cracia en el mundo que viene, 38-40)
41. Aspecto éste que se desprende básicamente de la explicación del concepto de islam
por las propias fuentes árabes. Cf., por ejemplo, la definición de IBN MANZUR , Lisan
de la ausencia de democracia en el mundo árabe islámico que, según la mayoría, se debe al-‘Arab. Beirut, Dar Sadir.
a la incapacidad de construir un estado laico. Véase, por ejemplo, por citar algunos, AYUBI, 42. Es éste un dato lingüístico que no debemos despreciar por cuanto la lengua,
N. (1991) Political Islam. Religion and Politics in the Arab World. London; MENÉNDEZ portadora de cosmología social, nos suministra en este caso el reflejo de la visión del mundo
DEL VALLE, Emilio (1998) Islam y democracia en el mundo que viene. Barcelona; y la organización que se querría imprimir al nuevo movimiento religioso y político que
REDISSI, Hamadi (1998) Les politiques en Islam. Le Prophète, le Roi et la Savant. Paris. surgía en el siglo VII d. C.
39. Para una explicación del dogma y de los preceptos islámicos puede verse: WAINES, 43. Para estos conceptos puede verse MILLIOT, Louis (1953) Introduction à l’étude
David (1998) El Islam. Cambridge; BALTA, P. (1994) Islam. Civilización y sociedades. du droit musulman, Paris; SCHACHT, Joseph (1983) Introduction au droit musulman.
Madrid; JOMIER, Jacques (1989) Para conocer el Islam. Navarra; etc. Paris; o DOI, Abdur Rahman (1984) Shari‘a. The Islamic Law. London, 64-84.
184 BEATRIZ MOLINA RUEDA ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA 185

Pero además de la flexibilidad que puede introducir la aplicación de islámico clásico nos proporciona un marco donde situar muchas de las
los usul al-fiqh, existían durante la Edad Media métodos prácticos legales concepciones y actitudes humanas de las sociedades islámicas, y nos puede
que permiten atenuar la rigidez jurídica de la sharía, posibilitando un ayudar a explicar unos mecanismos de funcionamiento de las mismas,
cierto distanciamiento, aunque no exclusión, del dominio religioso, del los cuales, no por ser diferentes a los occidentales, deben llevarnos a pensar
«lado irracional» de la sharía, que exigía la observancia de la letra antes indiscriminadamente que el islam es sumisión absoluta e irracional a Dios,
que la del espíritu. Tal es el caso de los llamados hiyal (lit. argucias, y que por tanto implica coacción apartándose de los valores de la paz.
estratagemas) o expedientes jurídicos, utilizados frecuentemente en tran- Otro de los principios fundamentales, el iyma‘ (consenso), es un método
sacciones comerciales, o de los shurut (estipulaciones mediante documen- que apela al consenso de los creyentes, dando un amplio margen a la razón
tos escritos), mecanismos ambos que hacen posible establecer una inte- humana y a la opinión individual. Se trata de una especie de estado de opinión
racción y una influencia recíproca entre la teoría jurídica y la práctica. 44 entre los sabios que implica en buena medida la aceptación de la diversidad
Son estas circunstancias -insospechadas si nos quedamos en la pura de opinión de la comunidad. Este procedimiento se convierte así en un
formulación teórica- las que permiten calificar al mundo musulmán de concepto dinámico que remite a la forma de enfrentar las relaciones entre
«mundo peculiar que, no sólo distingue entre teoría y práctica, ideal y los individuos, apelando a la necesidad por parte de los creyentes de una
realidad, sino que además llega a institucionalizar los hiyal, es decir los autoridad humana que mantuviese unida a la comunidad. Otro tanto hay
medios para hacer que, sin renegar de la teoría, la práctica resulte menos que decir del iytihad (esfuerzo personal), concepto asimismo muy produc-
traumática»; 45 ¿no es esto un buen ejemplo de «paz imperfecta»? tivo a lo largo de la historia del pensamiento y las ciencias islámicas clá-
Volviendo a los principios metodológicos del Fiqh cuya aplicación sicas. El iytihad supone un esfuerzo de acercamiento a posiciones más «hu-
es admitida por las principales escuelas jurídicas, podemos observar cómo manas», al buscar y establecer principios de autoridad fuera del Corán y
algunos de ellos introducen también elementos que vienen a modelar y de la revelación divina, y significa al mismo tiempo una adaptación pro-
flexibilizar la rigidez del espíritu de la sharía, al dar un espacio más amplio gresiva a las nuevas circunstancias a la hora de arbitrar soluciones -jurídicas
a la intervención humana. Así, el qiyas es un procedimiento metodológico o de otro tipo- a determinados conflictos y problemas sociales.
que domina todo el entramado del pensamiento árabe musulmán, apli- Recordemos por último otro concepto, presente en el desarrollo de
cándose no sólo en derecho sino en el resto de las ciencias islámicas la teoría legal islámica, que contribuye a poner de relieve la existencia
(filosofía, teología, ciencias de la lengua, etc.). El amplio alcance de este en la historia árabe islámica de ciertas ideas cuya aplicación en la práctica
fundamento legal dentro del pensamiento árabe clásico refleja una cos- lleva implícita la búsqueda de una paz institucional regulada por el derecho.
mología particular que remite a la estructura profunda de la civilización Nos referimos al concepto de maslaha (bienestar público) que la teoría
islámica, abarcando toda una concepción de la razón árabe islámica islámica desarrolla desde el siglo XI y cuya finalidad es asegurar el
-distinta a la razón occidental- que trata de probar la armonía dentro de bienestar y el interés del pueblo, teniendo en cuenta las cambiantes
un sistema perfecto caracterizado por un orden de relación individuo-Dios- necesidades de la sociedad según las épocas y circunstancias. 47 Sin duda
Naturaleza donde -a diferencia del orden occidental europeo- Dios ocupa
el centro y la Naturaleza se limita a ser un intermediario entre Él y el
ser humano.46 Esta concepción propia y específica del pensamiento árabe
árabe (véase M. A. EL YABRI (1986) Nahnu wa-l-turat, Casablanca) que ven en él un
handicap para el avance y modernización del mundo árabe actual. A pesar de todo, la
tendencia a racionalizar y sistematizar que este procedimiento implica pone el contrapunto
a la pretendida rigidez y fatalismo islámicos, suministrando vías de apertura.
44. Cf. SCHACHT, J., Op. cit., 69-75 y 172-73. 47. Es verdad que este concepto, como otros, fue sometido a debates y controversias
45. Cf. MENÉNDEZ DEL VALLE, E., Op. cit., 70-71. por parte de los especialistas y, de hecho, no es aceptado por todas las escuelas del derecho
46. La sistemática aplicación en el pensamiento árabe islámico del qiyas, procedimiento musulmán. Con todo, ello no invalida su valor como testimonio de la existencia de ciertos
análogico-racional, ha sido criticada por algunos orientalistas y también por algún pensador espacios de paz en la legislación islámica.
186 BEATRIZ MOLINA RUEDA ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PAZ EN LA HISTORIA ÁRABE ISLÁMICA 187

estos desarrollos teóricos y su puesta en práctica, más o menos regular, en formas institucionales de articular y regular las relaciones con otras
son elementos que vienen a matizar y modificar la pretendida inmovilidad comunidades y pueblos, rompiendo la dicotomía guerra/paz. No hay que
e inflexibilidad del orden islámico tradicional, acercándonos a concep- perder de vista, por otra parte, que ese continuo desarrollo de vías pacíficas
ciones menos rígidas que coadyuvan a la regulación de los conflictos, en la sociedad islámica medieval tiene como trasfondo un sistema de
al menos en determinados espacios, momentos y circunstancias. En pensamiento propio, que lógicamente condicionará las formas de percibir
definitiva, si -como afirma Waines- el derecho puede considerarse como y enfrentar la realidad, así como la elección de determinadas opciones
un espejo de la sociedad cuyas relaciones se tratan de regular, es un hecho en lugar de otras. Esto, que sin duda puede conferir cierta especificidad
que en el siglo XI, después de cinco siglos de existencia del islam, el a los modos de resolver los conflictos, nos debe guiar hacia una perspectiva
derecho islámico reflejaba un considerable grado de pluralismo y hete- más abierta que -superando el encorsetamiento de modelos exclusivamente
rogeneidad religiosa bastante arraigado si se compara con otras sociedades occidentales- nos coloque ante otras realidades culturales con elementos
de la época,48 y esta heterogeneidad sólo se consigue con grandes dosis igualmente válidos para gestionar la paz.
de tolerancia.
Señalemos por último que no hemos pretendido hacer aquí un análisis
exclusivo ni exhaustivo de la ley islámica -cuestión sobre la que, por otra
parte, existen numerosos y excelentes estudios-. Si nos hemos detenido
en algunas cuestiones jurídicas es porque consideramos que la sharía es
la base y el núcleo esencial sin cuya comprensión no se puede entender
bien el fenómeno cultural del islam y sus más genuinas concepciones y
modos de pensamiento. Creo que la consideración de la especificidad
histórica del pensamiento árabe islámico puede ser una opción productiva
e interesante que nos ayude a descubrir, en su verdadero carácter, la
construcción de elementos y realidades pacíficas en la historia de estas
sociedades. Tal vez abrir una vía de reflexión en esta línea pueda contribuir
a despejar muchos de los resquicios y entramados del complejo y abi-
garrado mundo árabe actual.
Finalmente, a lo largo de este recorrido por algunas de las manifes-
taciones de paz en una importante etapa de la historia del mundo árabe
islámico, creemos haber puesto de relieve que es posible hallar en dicha
historia -como en la de cualquier pueblo- numerosas experiencias y
realidades que pertenecen al campo de la paz , lo que nos permite afirmar
que la paz es un acontecimiento histórico que tiene presencia real en el
mundo árabe islámico. En efecto, la propia complejidad del sistema social
que el Islam presenta en sus inicios permitirá ir desarrollando con el tiempo
diversos mecanismos y estrategias de regulación pacífica, tanto a nivel
interno como externo. Algunas de estas estrategias se convertirán además

48. Cf. WAINES, D., Op. cit., 123.

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