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Los seres humanos estamos dotados de una importante cualidad: la imaginación, la cual

nos permite crear cosas nunca antes vistas a través de las imágenes. Las cuales no se
limitan a la reproducción de lo directamente percibido, ya que podemos ver mediante
imágenes lo que no ha sido percibido… directamente, así como también ver algo que
no existe en absoluto ni en forma concreta.

Además el hombre es considerado como ser actuante no solo por observar y reconocer
el mundo sino también por la capacidad que tiene la imaginación de modificarlo y
vincularse con la aptitud de transformar activamente la realidad creando algo nuevo.

Para Piaget quien representa la postura genética, la imaginación conduce al problema de


la técnica o mecanismo estructural, en donde cuestiona la realidad que existe entre la
imitación y la imagen mental, considerando la imitación como un simple
prolongamiento de las acomodaciones características de la inteligencia sensorio-motora
y la imagen mental como una imitación interiorizada. Distingue diversos tipos de
conducta, como son:

1. La imitación diferida, da inicio en ausencia del modelo.


2. El juego simbólico o juego de ficción, desconocido en el nivel senso-motor.
3. Dibujo o imágenes gráficas, en su inicio hay un intervalo entre el juego y la
imagen mental.
4. Imagen mental, no se encuentra huella alguna en el nivel senso-motor y aparece
como imitación interiorizada.
5. El lenguaje, el cual permite la evolución verbal de acontecimientos no actuales.

Luria por el contrario, identifica a la imaginación como la capacidad de fantasía que


tiene el hombre, también, distingue diferentes niveles, como es la imaginación
reproductora que difiere de la creativa, a la vez que identifica que hay distintas causas
que motivan la imaginación, relacionadas con las experiencias concretas que determinan
que se de un pensamiento lógico-verbal. Sostiene que la vida social y la práctica
cotidiana son elementos fundamentales para igualar el grado de imaginación o fantasía
que se da en las personas de acuerdo a su contexto.

Por otro lado y en relación al mismo tema Vigotsky llama imaginación o fantasía a la
actividad creadora del cerebro humano, basándose en una combinación, identificando a
la imaginación o fantasía con lo irreal; lo que no se ajusta a la realidad y que por lo
tanto carece de valor práctico. Plantea que hay cuatro formas básicas que ligan la
actividad imaginadora con la realidad.

La primera forma, es la vinculación de la fantasía y la realidad, la cual está compuesta


de elementos tomados de la realidad y que son extraídos de la experiencia anterior del
hombre. La segunda forma, es cómo se vincula fantasía y realidad, la cual no se realiza
entre elementos de construcción fantástica y realidad, sino entre productos preparados
de la fantasía. En la tercera, se identifica la relación entre la función imaginativa y la
realidad, la cual se da un alcance emocional que se manifiesta por los sentidos
expresados en imágenes. La cuarta, se encuentra conectada con las antes mencionadas,
pero se diferencia sustancialmente en la medida en que puede representar algo
completamente nuevo, no existente en la experiencia del hombre ni semejante a ningún
otro objeto real.
La imaginación es una facultad distinta de la representación y la memoria, aunque de
alguna manera ligada a las dos: a la primera porque la imaginación suele combinar
elementos que han sido previamente representaciones sensibles; a la segunda, porque
sin recordar tales representaciones o las combinaciones establecidas entre ellas no
podría imaginarse nada. La imaginación es necesaria con el fin de facilitar diversos
modos de ordenación de las “presentaciones”.

La imaginación se distingue de la memoria que “trae” representaciones pero no las


imagina.

Umbrales de Imaginación

Imaginación y percepción. La imaginación acompaña nuestras percepciones. La


percepción estimula siempre nuestra imaginación. Tambien incluye la interpretación de
sensaciones, dandole significados y organización (Matlin y Foley). Laorganizacion,
interpretación, analisis e integración de los estimulos implica la actividad no solo de
nuestros organos sensoriles, sino tambien de nuestro cerebro ( Feldam, 1999).

La percepción según Myers “se refiere al modo en que organizamos e interpretamos


mentalmente la información”. Esto significa que se trata de un proceso complejo que
conjuga unaglobalidad de sensaciones: por parte del sujeto,implica, en primera instancia
una toma de conciencia del objeto con el que se relaciona y consecuentemente un
conocimiento del mismo. por ejemplo cuando percibimos un limon las sensaciones (las
que recibimos de nuestros sentidos como olor, gusto, textura, etc) que este nos transmite
se integran en una unidad.

Las diversas investigaciones que se han realizado demuestran que hay factores basicos
de la percepción que son biologicos

Imaginación y proyección. La imaginación aparece proyectando imágenes mentales


sobré estímulos sin sentido. Shakespeare describe tal proyección en Hamlet:

Hamlet: ¿Veis esa nube cuya forma es semejante a la de un camello?


Polonio: ¡Por Dios!, en efecto, es muy semejante a un camello.
Hamlet: Quizá se parezca a una comadreja.
Polonio: El lomo es como el de una comadreja.
Hamlet: ¿O a una ballena?
Polonio: Igual a una ballena.

Leonardo de Vinci habla en sus notas de haber recibido muchas inspiraciones de las
imágenes que proyectaba sobre piedras húmedas. -La proyección imaginativa sobre
manchas de tinta fue introducida por el poeta alemán Justinus Kerner, quien describió la
intensa relación existente entre la objetividad de las manchas y las proyecciones
individuales del observador, aunque no llegó a comprobar que esa relación producía
distintos resultados en las diversas personas. Estas diferencias de la imaginación
proyectada sobre las mismas manchas de tinta como estímulo fueron utilizadas como
medio para el diagnóstico de la personalidad por Alfredo Binet, creador los modernos
tests de inteligencia y, posteriormente por Herman Rorschach, quien sistematizó este
método. Nos referiremos a estas técnicas cuando expongamos los "métodos
proyectivos" en el diagnóstico de la personalidad. Estos métodos utilizan las
proyecciones imaginativas del sujeto sobre un estímulo como indicación de ciertos
rasgos de la personalidad.

Imaginación y empatía. Cuando un niño golpea con los puños un balón, salta a menudo
imitando el rebote de la pelota. Los espectadores de una carrera de caballos imitan no
rara vez los movimientos del jinete y mucha gente acompaña un ritmo musical con el
pie. El observador se siente parte de la cosa observada. Toda apreciación estética
depende de nuestra capacidad para corresponder con la imaginación a la estructura de
un estímulo. Si vemos una columna muy delgada terminada por pesado capitel,
experimentamos la sensación de lo desproporcionado, identificándonos con la columna
que tiene que soportar una carga demasiado pesada. Cuando hablamos de pinturas
chillonas, de formas inarmónicas, de poemas impetuosos, etc., animamos los objetos
como lo hace un niño, poniéndonos en lugar del objeto. Gran parte de la satisfacción
emocional y artística se deriva de que nos proyectamos sobre el objeto observado con el
cual nos identificamos. Un aeroplano puede producirnos placer porque nos parece haber
superado la ley de la gravedad que nos sujeta a la tierra; el fuego fascina como símbolo
de poder y la montaña como símbolo de grandeza. La empatía produce fantasías
asociadas con impulsos que tienen algo que ver con alguna propiedad del estímulo.

La imaginación y el pasado. La imaginación es determinada por nuestras pasadas


experiencias, repitiéndolas o transformándolas. La repetición es causada generalmente
por el placer que se derivó de la experiencia anterior; sin embargo, las repeticiones de la
imaginación también pueden relacionarse con experiencias horribles, a cuyo recuerdo
no hemos podido adaptarnos en el curso de la vida. La transformación de una
experiencia por la imaginación es, con frecuencia, el resultado de un desengaño que nos
produjo aquélla. Las vivencias de la primera infancia pueden ser influidas por la fantasía
directa o indirectamente, manifestándose esta última sólo de modo incidental. Un
ejemplo de mi propia vida es el siguiente: un amigo mío, mirando los cuadros pintados
por mí, quedó perplejo ante el motivo de uno de ellos que se titulaba "La espiral". Le
expliqué que se trataba de una pintura abstracta sin otro sentido que el de la
composición y que las espirales siempre me habían atraído mucho. Hablando acerca de
mis recuerdos remotos recordé repentinamente un sueño estereotipado de mi primera
infancia en el que yo era tragado por un enorme animal que tenía forma de espiral; me
veía dando vueltas y más vueltas dentro del animal hasta que despertaba presa de
espanto. Comprobé, pues, bruscamente que el motivo de la espiral en mi cuadro estaba
relacionado con esta temprana imaginación.

Pero podríamos preguntarnos: ¿por qué escoge el adulto un símbolo del terror infantil
como motivo artístico? Constituye éste un complicado problema que ha suscitado
amplias discusiones en la psicología del arte. Aquí sólo podemos indicar brevemente los
dos procesos que parecen intervenir. Uno es el deseo de descargar las angustias
proyectándolas sobre objetos lo mismo que los pueblos primitivos crean máscaras
terroríficas para desprenderse de sus propias angustias. El otro es el intento de
autoliberarse por transposición llamando bello a lo que se experimenta como
deprimente; es un fenómeno similar al eufemismo de dar un buen nombre al objeto que
en realidad es malo. Los griegos, por ejemplo, daban a las Furias el nombre de
Euménides, que significa "bienhechoras benévolas", porque se consideraba peligroso
citarlas con su verdadero nombre.
Como indicamos antes, los símbolos son abreviaturas o estenogramas de las fantasías y
tienen el valor de conjuros o gestos proyectivos. Los trabajos sobre psicología anormal
indican que los ademanes ceremoniales y movimientos neuróticos simbolizan
asociaciones, igual que los símbolos en el arte.

Tipos de Imaginación

La memoria y el aprendizaje están íntimamente relacionadas con la función imaginativa.


Desde los más antiguos filosofos como Aristóteles, hasta los contemporáneos, ha
prevalecido la opinión de que los materiales de nuestra imaginación son iguales a los
acumulados en la memoria. Y, puesto que el material mnémico es captado por nuestros
sentidos, los elementos de la imaginación son los mismos que los de la percepción. La
imaginación no produce nuevos materiales, pero combina los de la percepción y el
conocimiento elaborándolos o simplificándolos. La relación entre imaginación y
aprendizaje se pone de manifiesto por el hecho de que aprendemos mejor las cosas que
están enlazadas con nuestra imaginación. Ésta vigoriza las huellas mnémicas mediante
la visualización, el ritmo, la dramatización y el establecimiento de enlaces. La
imaginación refuerza la memoria, dirige el aprendizaje y establece relaciones entre las
asociaciones. Si durante el recuerdo estas relaciones son las mismas que se asociaron
cuando se produjo la impresión recordada la imaginación origina una reproducción
vívida. Si la reproducción vívida de pasadas impresiones se combina con nuevos
aspectos de las asociaciones, tendremos una imaginación creadora. Si de las
asociaciones experimentadas se derivan nuevos aspectos no experimentados, hablamos
de inventiva.

Distinguiremos dos tipos básicos de imaginación: la reproductiva y la productiva.


Ambas implican varias formas de sensibilidad, una o algunas de las cuales dominan en
el individuo. Estas formas son: visual, auditiva, kinestésica (motora), olfatoria, táctil,
verbal y gustativa. Pueden compaginarse entre sí, pero dominan una o dos. Se ha
observado que la imaginación mixta es la regla, siendo excepcionales los puros. Si
tomamos como ejemplo a los artistas veremos que la imaginación del pintor es
predominantemente visual, aunque algunos artistas modernos, influidos por la música,
tratan de visualizar por abstracción sensaciones auditivas, y otros intentan expresar
movimientos (sensaciones kinestésicas) mediante el ritmo. La imaginación de los
compositores es fundamentalmente auditiva, aunque algunos intentan con el sonido
símbolos visuales. La imaginación de los bailarines es principalmente kinestésica, pero
mientras unos expresan la música con movimientos, otros destacan la relación entre
movimiento y color. La imaginación del escultor es visual y táctil y la de actores y
cantantes es verbal-auditiva y verbalmotora. La repostería participa de la imaginación
gustativa y olfatoria, y a menudo de la visual.

Las normas imaginativas en todo tipo de actividad creadora son de naturaleza abstracta
o concreta. Los pintores, escultores y bailarines demuestran claramente el tipo concreto
al reproducir caracteres naturales o el tipo abstracto al representar conceptos
simbólicamente. También el poeta y el compositor pueden tener la tendencia a
expresarse en forma concreta o abstracta.

La imaginación puede dividirse, además, en objetiva y subjetiva. Si un artista posee una


imaginación objetiva interpreta los objetos tal como los ven la mayoría de las gentes; si
su fantasía es subjetiva, utiliza el objeto como apoyo para fijar sus sentimientos
personales. En términos generales, el primero es impresionista (incluyendo el naturalista
y al idealista) y el segundo expresionista. La imaginación impresionista refleja las
impresiones externas, mientras la expresionista es el resultado de una descarga de la
expresión interna.

La imaginación depende de factores externos e internos. Los primeros pueden ser


explicados tomando ejemplos del arte:
La imaginación depende del tipo de civilización. Si tenemos una colección de pinturas
persas, hindúes, mexicanas, de la antigua Grecia, de la antigua Roma y de la Europa
moderna, distinguiremos de un modo general la civilización oriental de la occidental. La
imaginación que aparece en los artistas persas, hindúes o mexicanos muestra ciertas
características colectivas de la fantasía diferentes de la civilización occidental, en la que
dominan los elementos realistas. También hay ciertos rasgos que distinguen la
imaginación de los adultos normales de la de los niños y de la de los enfermos mentales
y de los que, si así puede decirse, poseen una civilización propia.

La indicada colección de pinturas presenta, además, diferencias culturales. Los cuadros


pintados por artistas persas, hindúes, mexicanos, griegos y europeos se pueden
identificar con facilidad a causa de las características de los estilos culturales.

Si estamos familiarizados con los distintos períodos culturales, observaremos que la


imaginación depende de ciertas tendencias de la época y podremos diferenciar las obras
de arte italianas como pertenecientes al Renacimiento, al gótico o al barroco. En cada
período histórico distinguimos la característica imaginación del individuo; por ejemplo,
durante el Renacimiento surgen las personalidades de Ticiano, Leonardo de Vinci y
Botticelli. La imaginación de un individuo varía en los diferentes períodos de su vida y
cuando conocemos bien las obras de un artista podemos determinar si el estilo de una de
ellas pertenece a la juventud, la madurez o la vejez. Una investigación más profunda nos
lleva a diferenciar las tendencias características de cada período. Los llamados factores
externos que influyen sobre la imaginación son estereotipias que dependen, en alto
grado, de los factores ambientales. Los procesos humanos son muy complejos,
mezclándose los elementos internos con los externos, pero cada tipo de imaginación
abarca los siguientes: civilización, cultura, época, normas individuales, período de la
vida y tendencias.

Los elementos internos de la imaginación son las determinantes psicológicas del


individuo, su tipo de asociaciones, su estado de humor, su estado fisiológico y sus
experiencias individuales. Estos determinantes internos son de naturaleza compleja,
resultado de configuraciones únicas muy difíciles de clasificar; por esto procedemos a
describir observaciones generales de estudiar los detalles.

La actividad onírica

Ensueño. Cuando los deseos no se satisfacen, mucha gente los colma imaginando
situaciones dirigidas hacia el futuro. Estas fantasías son llamadas ensueños, o “soñar
despierto”. Los ensueños de quien fantasea apareciendo como héroe, encuentra
obstáculos insuperable que pueden tener un efecto alentador haciendo que el
fantaseador se dé cuenta de que, comparados con los insuperables obstáculos de la
imaginación, los de la realidad pueden ser vencidos fácilmente.

Los ensueños ocupan gran parte de la vida en la primera infancia cuando la realidad y la
imaginación no están aún claramente deslindadas. Los deseos y actividades del niño
están constantemente limitadas, y a causa de esto el niño escapa a la realidad
refugiándose en la fantasía. Los ensueños del niño no son muy distintos de sus juegos ni
de lo que sueña cuando duerme. Los elementos oníricos y lúdicos del niño están
tomados de sus experiencias en la vida cotidiana y la imaginación le sirve para llenar el
abismo entre la realidad y sus deseos.

Los ensueños del adulto son emocionalmente distintos de los del niño, debido a su
mayor diferenciación entre su propia persona y el mundo circundante. La característica
de los ensueños consiste en que el sujeto está concentrado en sí mismo.

Los ensueños pueden dividirse “accidentalmente” provocados por conflictos


momentáneos comunes a la mayor parte de la gente, y "sistemáticos" basados en
motivos permanentes, a causa de desajustes.

Divagación. Llamamos así a la serie irregular de pensamientos que ocurren durante la


contemplación y la meditación. Mientras nuestro pensamiento normal es
predominantemente abstracto, nuestra imaginación onírica es preponderantemente
concreta.

Sueños. Éstos no son intencionales y parecen seguir sus propias leyes. La imaginación
del soñador puede ser provocada por estímulos externos o internos. Los primeros
pueden proceder del timbre de un despertador, de una corriente de aire, de una
iluminación súbita o de cualquier otro estímulo que afecte nuestros sentidos. Los
internos pueden consistir en tensión orgánica o psíquica o cualquier estímulo de
naturaleza biológica o psicológica que altere el equilibrio del organismo. Tales
estímulos provocan asociaciones que están relacionadas con la respuesta que aquellos
despiertan. La imaginación recibe su eficacia de tres orígenes relacionados con las tres
dimensiones del tiempo: De la respuesta a una situación presente, de motivaciones
basadas en vivencias pretéritas y de las finalidades para el futuro.

Alucinaciones. Una vívida imagen mnémica puede tener para una persona las mismas
cualidades que una percepción real. Cuando las alucinaciones ocurren frecuentemente
constituyen un síntoma de enfermedad mental. En tales casos, su contenido suele
referirse a acontecimientos del pasado representados por imágenes concretas o a
temores y deseos.

El soñador puede sustituirse a sí mismo por la imagen de un héroe y puede simbolizar


su agresividad imaginándose animales peligrosos. En las alucinaciones, el miedo puede
ser simbolizado por ideas de persecución. La alucinación, por tanto, es una forma de
imaginación elevada a tal grado que el individuo pierde el control para distinguir su
propio mundo del circundante y el temor que se produce en ese estado muestra que el
producto mental ha llegado a hacerse más fuerte que la propia persona.
Drogas. Las drogas que tienen una acción sobre las funciones mentales pueden ser
estimulantes o depresivas. Los numerosos estudios realizados indican que el alcohol no
es estimulante, sino que disminuye la sensibilidad, los reflejos y el tiempo de reacción
y, por otra parte, incrementa la imaginación. Los adictos a las drogas dicen
experimentar vívidas imágenes, mientras están bajo sus efectos. La estructura de estas
imágenes depende, en parte, de la educación e intereses previos del sujeto.

Las fantasías que aparecen bajo la influencia de drogas tienen distintas características
que las de los sueños corrientes. La intensidad imaginativa es más fuerte en todos sus
aspectos: el tiempo es una eternidad, el espacio estrecho o amplio, los colores y las
formas se multiplican y el miedo se convierte en pavor. Los adictos tienen la sensación
de moverse lentamente debido al gran número de imágenes que atraviesan su mente. El
estado emocional del individuo sufre cambios totales desde una sensación de gran
energía hasta la de completo agotamiento en que cada movimiento supone un gran
esfuerzo. Después de una exagerada emoción sobreviene una calma completa que
provoca un profundo sueño acompañado de sueños que ponen en libertad pensamientos
secretos e íntimos.

Sinestesia

En algunas personas la percepción y la imaginación están constantemente unidas porque


la percepción con un órgano de los sentidos estimula sensaciones en otro. Un sonido
simple o el sonido de las letras puede evocar una sensación de color. También los
sonidos pueden provocar sensaciones dolorosas, y los números imágenes espaciales,
habiendo otras muchas variedades de "sensaciones combinadas" que se llaman
sinestesias. Hasta cierto punto, todo el mundo puede tener, aunque inadvertidamente,
algunas sensaciones sinestésicas.

La Imaginación en el arte y la invención

Uno de los aspectos básicos de la técnica artística es trasformar el pensamiento en


imágenes intentando convertir sentimientos y problemas en experiencias. La pintoresca
expresión del poeta y el simbolismo artista son transformaciones de pensamientos en
imágenes o sustitución de imágenes que por haberse debilitado al hacerse familiares
necesitan intensificar la impresión habitual.

La selección de imágenes está determinada, en su mayor parte, por la personalidad del


poeta. Marcel Proust, por ejemplo, que a consecuencia de una enfermedad vivió en un
extraño encierro voluntario en su habitación, veía mentalmente el mundo a través de un
vidrio esmerilado. En una imagen de su obra "En busca del tiempo perdido", compara a
los niños jugando, con los murciélagos; en otra asemeja las personas en las ventanas
iluminadas con los anfibios nadando en un líquido espeso; en otra imagen compara los
botes de vela inmóviles en el agua a las mariposillas nocturnas en una vitrina. Todas
estas imágenes parecen denotar la intención del poeta de hacer aparecer la vida como
algo fútil e incongruente. Los murciélagos son ciegos y juegan sin propósito e
incongruentemente. Los seres que nadan en un liquido espeso son torpes y casi
inmóviles. Las mariposillas nocturnas Son el símbolo de sus fútiles esfuerzos volando
alrededor de la luz para morir al fin. Mientras la imaginación trabaja en el sueño y el
ensueño contra la realidad, la que se dirige a obtener un invento está de acuerdo con la
vida real.

Ya sea el invento una nueva teoría física, la construcción de una máquina o la trama de
un juego, la característica común es que los elementos de la imaginación no son
sumados unos a otros, sino dispuestos en tal forma que producen una nueva función. La
invención es frecuentemente resultado de la actividad onírica. Kekule von Stradonitz,
cuya teoría sobre la composición del benzol es fundamental en química orgánica,
describe el origen de su concepción en la forma siguiente: Sentado en el piso superior
de un autobús comenzó a soñar; los átomos jugueteaban ante él, combinándose los más
pequeños por parejas y rodeando a éstos los más grandes. Pasó gran parte de la noche
describiendo su visión y llegó así a formular su famosa teoría. Un famoso egiptólogo y
un conocido asiriólogo que no podían descifrar una inscripción hallaron la clave en sus
sueños. El matemático francés Henrí Poincaré confiesa que sus ideas creadoras no le
vienen cuando está trabajando en su despacho, sino en los momentos en que deja libre la
imaginación mientras pasea por las calles o va de excursión. Tanto la imaginación
científica como la artística son, con frecuencia, la estructuración de la actividad onírica
y la invención es el acto de encontrar relaciones desconocidas hasta entonces.

Del mismo modo que la memorización, la imaginación creadora también se desarrolla,


al parecer, en varias etapas. La primera fase es de preparación o del deseo que evoca
imágenes centradas alrededor de un problema específico; sigue el período de incubación
en el que se trabaja con esas imágenes; la siguiente etapa es aquella en que la mente se
ilumina repentinamente con la solución y, por último, la fase en que se completan y
verifican los resultados.

Experimentos

La imaginación en las situaciones habituales. Uno de los primeros experimentos sobre


la imaginación fue preparado por Francis Galton, quien hizo un cuestionario sobre la
imaginación. Pedía al sujeto que se imaginase determinados objetos de la mesa donde
desayunaba y formulaba después las siguientes preguntas:

1. Iluminación: ¿Es la imagen oscura o suficientemente clara? ¿Es comparable la


iluminación con la de la escena real?
2. Precisión: ¿Se le presentan todos los objetos con la misma intensa precisión o
con menos que en la realidad?
3. Coloración: ¿Los colores de la porcelana, el pan tostado, la corteza de pan, la
mostaza, la carne, la ensalada o de cualquier otra de las cosas que pueda haber
sobre la mesa, son absolutamente claros y naturales?

Galton observó gran diferencia entre los hombres de ciencia y los profanos. Era de
suponer que los primeros diesen datos más exactos, pero ocurrió precisamente lo
contrario. Los científicos resultaron casi ciegos imaginariamente, mientras muchos de
los legos decían ver la mesa del desayuno con tanta claridad como si estuviesen
sentados ante ella.

Nosotros mismos hemos hecho observaciones similares referentes a las cualidades de la


imaginación al juzgar sobre la personalidad. Al juzgar la personalidad mediante
movimientos expresivos tales como pasear, escribir, gesticular y otros semejantes sobre
las formas de expresión, los hombres de ciencia y especialmente los psicólogos lo
hicieron peor que los profanos. Estando conscientes de lo que se trataba y observando
sus propios actos detenían la libre expresión de la imaginación y su empatía en las
formas de expresión. Generalmente, las mujeres lo hacían mejor que los hombres,
observación que ya había notado Galton.

Imaginación y personalidad. Los psicólogos alemanes han realizado experimentos sobre


la fantasía pidiendo al sujeto que se imagine situaciones poco corrientes. Daremos unos
ejemplos: Se pide al individuo que se imagine un billete de banco redondo. Resultado;
Primero un billete usual, en seguida cortado, dejando las partes cortadas a un lado. Se
pide al sujeto que se imagine un expreso a toda marcha conducido por un caballo.
Resultado: El expreso en movimiento y el caballo delante de él, el movimiento llega a
hacerse muy lento y en muchos vagones desaparece.

Estructuración. La estructuración que aparece en los procesos de la percepción, la


memoria y el aprendizaje aparece también en la imaginación. Los experimentos
realizados en el laboratorio de psicología de la Universidad de Gotinga demostraron que
tanto los elementos que se destacan en la percepción como en la imaginación tienen la
tendencia a desarrollarse en tamaño, amplitud e importancia. La imaginación puede
estimular la memoria por medio de asociaciones. Todos hemos tenido la experiencia de
recordar repentinamente una cosa que habíamos olvidado imaginando situaciones
relacionadas con la que queríamos recordar. Este fenómeno es también característico en
las personas con lesiones cerebrales. Se le pidió a un paciente que nos dijese el nombre
de alguna ópera de Wagner. El enfermo, que era un melómano, contestó: "Mi memoria
es muy mala desde que me dieron ese tiro. Voy a pensar. Conozco muchas cosas de
Wagner. He visto algunas en el teatro. La última que vi fue Carmen, pero ésta no es de
Wagner. Yo mismo he cantado algunas melodías wagnerianas. Una trata de un caballero
y un cisne; una princesa es salvada por un caballero que llega en un cisne, su nombre es
Elsa y él es Lohengrin". A partir del momento en que el paciente recuerda el nombre de
esta ópera, recuerda también el nombre de otras.

El desarrollo de la imaginación aparece frecuentemente en series de sueños. Muchas


personas tienen sueños seriados en los que ciertos temas se desarrollan más y más a
cada sueño. La terapéutica psicoanalítica se basa en este fenómeno del desarrollo de 1os
procesos imaginativos y mucha gente que no asocia ni imagina al principio del
tratamiento va desarrollando su imaginación y sus sueños cada vez con mayor plenitud.
El desarrollo de la imaginación puede estudiarse en experimentos con asociaciones.
Cuando un sujeto repite la misma palabra estímulo durante cierto tiempo, las
asociaciones suelen conectarse cada vez más y su tipo de imaginación parece desarrollar
un proceso de integración continua de las asociaciones.

Teorías acerca de la Imaginación

No poseemos una teoría satisfactoria acerca de la imaginación. A continuación


estudiaremos sus principales características tratando de encontrar un principio general
para sus varias manifestaciones.
Imaginación y percepción. Según David Hume, la diferencia principal entre lo percibido
y lo imaginado estriba en el grado de viveza; las imágenes pensadas son débiles copias
de las percepciones originales. Según este concepto, lo imaginado es una representación
o un eco de lo percibido. La imaginación será, pues, un recuerdo de las huellas dejadas
en la memoria por las percepciones. Se ha observado que las personas a quienes se les
ha amputado un miembro conservan la sensación y la imagen de dicho miembro y que
los artistas que pierden un sentido todavía son capaces de describir los objetos con gran
viveza. Beethoven continuó imaginando y oyendo música después de quedarse sordo.
Los centros nerviosos parecen poseer la capacidad de acumular percepciones. El
fenómeno de las llamadas imágenes accidentales parece ser una manifestación similar a
la imaginación como un reflejo de la percepción. Las impresiones recibidas por nuestros
sentidos pueden persistir con su viveza original después de pasar el estímulo sensorial.
La imagen accidental o percepción persistente puede ser "positiva" como prolongación
de la impresión original, o "negativa" que transforma los colores en el espectro
complementario.

La imagen accidental negativa del disco solar es negra, el rojo cambia a gris, etc. Es un
simple proceso sensorial distinto del fenómeno de lo "déjà vue" (lo ya visto), que
experimentan algunas personas y que consiste en un intenso sentimiento de haber vivido
ya anteriormente una experiencia actual. Este fenómeno que se supone es de origen
encefálico, no ha sido explicado todavía satisfactoriamente.

Imaginación y combinación. Sin embargo, lo característico de la imaginación no reside


en la repetición o sucesión de percepciones, sino en la combinación de muchas previas.
La función de combinar respuestas psíquicas parece estar relacionada con la llamada
sinestesia (sensaciones combinadas) en la que una sensación de cierto tipo sensorial se
asocia con imágenes de otro tipo. La imaginación sinestésica ha influido en el lenguaje
y en el arte con expresiones como "colores chillones" o "duros" colores "fríos" o
"calientes", etc.

Opuesta a la función combinatoria de la imaginación es la "fuga de las asociaciones", en


la que la imaginación se descompone en sus diversas partes, siendo entonces los
pacientes que la padecen incapaces de formar pensamientos y fantasías coherentes. Una
fuga de asociaciones puede aparecer también en personas normales cuando las imágenes
combinadas no concuerdan ni en su significado ni en sus relaciones objetivas, sino sólo
por similitud fonética o por conexiones subjetivas. Por ejemplo: silla-mesa están ligados
objetivamente. "Capataz" es un ejemplo de conexión por similitud fonética. "Silla-Padre
Coloma" representa una relación subjetiva (silla-mi padre se sienta en una silla cuando
me lee las novelas del Padre Coloma).

Imaginación y animación. La imaginación de los niños y de los artistas puede ser tan
vívida que las figuras que imaginan adquieran "vida". En estos casos la imaginación
parece perseguir al sujeto. Ya expusimos el caso de la niña que, habiendo proyectado la
imagen de una bruja sobre una cerilla apagada, llegó a asustarse de su propia
imaginación. El proceso de animar la imaginación está relacionado con la percepción,
especialmente de los niños.

Imaginación y movilización. La imaginación, como respuesta retardada a estímulos de


naturaleza sinestésica, combinatoria y disociadora, está dirigida hacia un fin. Esta
finalidad puede ir desde transformar lo abstracto en concreto hasta un acto de
animación. Este último puede incluir muchas funciones expresivas del organismo. Un
actor o un orador pueden acentuar su expresión imaginativa mediante gestos. Las
fantasías histéricas pueden cambiar funciones corporales y producir fenómenos
biológicos de base psíquica. Así, los movimientos, posturas y gestos faciales son
expresiones concretas de imágenes de la fantasía. Los movimientos del hombre durante
el sueño parecen ser igualmente una movilización total del organismo mediante la
imaginación. Se han hecho algunos experimentos en los que un aparato va registrando la
actividad corporal de un sujeto que da vuelo a su fantasía. Por ejemplo, el individuo está
acostado, con los ojos cerrados y el cuerpo relajado e imaginando que está flexionando
los antebrazos. El registro marca una verdadera contracción de los músculos que el
sujeto imagina flexionar. En los sueños la imaginación muestra otra clase de
movilización del organismo. Los sueños eróticos movilizan el aparato genital; los
deseos frustrados y las actividades olvidadas son liberadas durante la fantasía onírica.
Freud, en su teoría de la realización de deseos, afirma que éstos, impulsando la
actividad de la imaginación, constituyen sus raíces básicas.

Imaginación y equilibrio. Los distintos fenómenos de la imaginación, la repetición de la


percepción, la combinación, la disociación, la animación y la movilización, tendrían, en
una teoría de la actividad orgánica, un común denominador que indicaría los propósitos
generales de la imaginación. La imaginación se representa frecuentemente cosas que
nos faltan.

El pobre imagina ser rico, el enfermo sano, el aislado que está en compañía, etc. En
realidad, la imaginación está básicamente relacionada con la realización de deseos. Sin
embargo, no sólo tenemos fantasías en las que somos el héroe triunfador, sino otras en
las que somos el héroe derrotado y los sueños de miedo, angustia y terror son casi tan
frecuentes como los placenteros. ¿Puede esto ser realmente explicado por una
perversión del deseo como afirma el psicoanálisis?

Los sueños, como Freud dejó establecido, son guardianes del reposo. Si suena la
campana del despertador, podemos soñar que llaman a otro, con lo que podemos
permitirnos continuar en el placentero estado de relajación. Los sueños, como la
imaginación en general, provocan un estado de equilibrio. Una persona con la
imaginación llena de deseos se compensa de las cosas que le faltan y de sus
deficiencias. El imaginar temor y sufrimiento puede servir, en tres formas, para
restablecer el equilibrio: primero como descarga, desechando la ansiedad como el
organismo vomita un veneno. Segundo, como integración de un elemento "extraño". La
repetición de sueños con experiencias traumáticas o de accidentes durante la guerra
puede servir para atenuar su carácter abrumador haciendo que nos familiaricemos con
él. Tercero, los sueños de angustia pueden servir como estímulos cuando la gente se
enfrenta en la realidad con labores difíciles, porque comparadas con las terribles
dificultades experimentadas en sueños, las de la vida cotidiana parecen más pequeñas.

El pensamiento se enfrenta con las limitaciones de la realidad y por ello muchos


pensamientos deben ser eliminados a fin de mantener el organismo en equilibrio con la
sociedad. La imaginación, independiente de las limitaciones sociales, establece el
equilibrio permitiéndonos cierta libertad. Sin embargo, la imaginación parece constituir,
generalmente, un compromiso para establecer el equilibrio entre los estímulos de fuera
y los de dentro.
La tendencia al equilibrio aparece en todas las funciones biológicas, estimulando la
interacción, la regeneración y la defensa. Aparece igualmente en el mundo físico y el
concepto de la unidad del organismo abarca los procesos físicos, biológicos y psíquicos
pareciendo indicar que la tendencia al equilibrio es también la base de las propiedades
más importantes de la mente.

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