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Monografia Imaginacion
Monografia Imaginacion
nos permite crear cosas nunca antes vistas a través de las imágenes. Las cuales no se
limitan a la reproducción de lo directamente percibido, ya que podemos ver mediante
imágenes lo que no ha sido percibido… directamente, así como también ver algo que
no existe en absoluto ni en forma concreta.
Además el hombre es considerado como ser actuante no solo por observar y reconocer
el mundo sino también por la capacidad que tiene la imaginación de modificarlo y
vincularse con la aptitud de transformar activamente la realidad creando algo nuevo.
Por otro lado y en relación al mismo tema Vigotsky llama imaginación o fantasía a la
actividad creadora del cerebro humano, basándose en una combinación, identificando a
la imaginación o fantasía con lo irreal; lo que no se ajusta a la realidad y que por lo
tanto carece de valor práctico. Plantea que hay cuatro formas básicas que ligan la
actividad imaginadora con la realidad.
Umbrales de Imaginación
Las diversas investigaciones que se han realizado demuestran que hay factores basicos
de la percepción que son biologicos
Leonardo de Vinci habla en sus notas de haber recibido muchas inspiraciones de las
imágenes que proyectaba sobre piedras húmedas. -La proyección imaginativa sobre
manchas de tinta fue introducida por el poeta alemán Justinus Kerner, quien describió la
intensa relación existente entre la objetividad de las manchas y las proyecciones
individuales del observador, aunque no llegó a comprobar que esa relación producía
distintos resultados en las diversas personas. Estas diferencias de la imaginación
proyectada sobre las mismas manchas de tinta como estímulo fueron utilizadas como
medio para el diagnóstico de la personalidad por Alfredo Binet, creador los modernos
tests de inteligencia y, posteriormente por Herman Rorschach, quien sistematizó este
método. Nos referiremos a estas técnicas cuando expongamos los "métodos
proyectivos" en el diagnóstico de la personalidad. Estos métodos utilizan las
proyecciones imaginativas del sujeto sobre un estímulo como indicación de ciertos
rasgos de la personalidad.
Imaginación y empatía. Cuando un niño golpea con los puños un balón, salta a menudo
imitando el rebote de la pelota. Los espectadores de una carrera de caballos imitan no
rara vez los movimientos del jinete y mucha gente acompaña un ritmo musical con el
pie. El observador se siente parte de la cosa observada. Toda apreciación estética
depende de nuestra capacidad para corresponder con la imaginación a la estructura de
un estímulo. Si vemos una columna muy delgada terminada por pesado capitel,
experimentamos la sensación de lo desproporcionado, identificándonos con la columna
que tiene que soportar una carga demasiado pesada. Cuando hablamos de pinturas
chillonas, de formas inarmónicas, de poemas impetuosos, etc., animamos los objetos
como lo hace un niño, poniéndonos en lugar del objeto. Gran parte de la satisfacción
emocional y artística se deriva de que nos proyectamos sobre el objeto observado con el
cual nos identificamos. Un aeroplano puede producirnos placer porque nos parece haber
superado la ley de la gravedad que nos sujeta a la tierra; el fuego fascina como símbolo
de poder y la montaña como símbolo de grandeza. La empatía produce fantasías
asociadas con impulsos que tienen algo que ver con alguna propiedad del estímulo.
Pero podríamos preguntarnos: ¿por qué escoge el adulto un símbolo del terror infantil
como motivo artístico? Constituye éste un complicado problema que ha suscitado
amplias discusiones en la psicología del arte. Aquí sólo podemos indicar brevemente los
dos procesos que parecen intervenir. Uno es el deseo de descargar las angustias
proyectándolas sobre objetos lo mismo que los pueblos primitivos crean máscaras
terroríficas para desprenderse de sus propias angustias. El otro es el intento de
autoliberarse por transposición llamando bello a lo que se experimenta como
deprimente; es un fenómeno similar al eufemismo de dar un buen nombre al objeto que
en realidad es malo. Los griegos, por ejemplo, daban a las Furias el nombre de
Euménides, que significa "bienhechoras benévolas", porque se consideraba peligroso
citarlas con su verdadero nombre.
Como indicamos antes, los símbolos son abreviaturas o estenogramas de las fantasías y
tienen el valor de conjuros o gestos proyectivos. Los trabajos sobre psicología anormal
indican que los ademanes ceremoniales y movimientos neuróticos simbolizan
asociaciones, igual que los símbolos en el arte.
Tipos de Imaginación
Las normas imaginativas en todo tipo de actividad creadora son de naturaleza abstracta
o concreta. Los pintores, escultores y bailarines demuestran claramente el tipo concreto
al reproducir caracteres naturales o el tipo abstracto al representar conceptos
simbólicamente. También el poeta y el compositor pueden tener la tendencia a
expresarse en forma concreta o abstracta.
La actividad onírica
Ensueño. Cuando los deseos no se satisfacen, mucha gente los colma imaginando
situaciones dirigidas hacia el futuro. Estas fantasías son llamadas ensueños, o “soñar
despierto”. Los ensueños de quien fantasea apareciendo como héroe, encuentra
obstáculos insuperable que pueden tener un efecto alentador haciendo que el
fantaseador se dé cuenta de que, comparados con los insuperables obstáculos de la
imaginación, los de la realidad pueden ser vencidos fácilmente.
Los ensueños ocupan gran parte de la vida en la primera infancia cuando la realidad y la
imaginación no están aún claramente deslindadas. Los deseos y actividades del niño
están constantemente limitadas, y a causa de esto el niño escapa a la realidad
refugiándose en la fantasía. Los ensueños del niño no son muy distintos de sus juegos ni
de lo que sueña cuando duerme. Los elementos oníricos y lúdicos del niño están
tomados de sus experiencias en la vida cotidiana y la imaginación le sirve para llenar el
abismo entre la realidad y sus deseos.
Los ensueños del adulto son emocionalmente distintos de los del niño, debido a su
mayor diferenciación entre su propia persona y el mundo circundante. La característica
de los ensueños consiste en que el sujeto está concentrado en sí mismo.
Sueños. Éstos no son intencionales y parecen seguir sus propias leyes. La imaginación
del soñador puede ser provocada por estímulos externos o internos. Los primeros
pueden proceder del timbre de un despertador, de una corriente de aire, de una
iluminación súbita o de cualquier otro estímulo que afecte nuestros sentidos. Los
internos pueden consistir en tensión orgánica o psíquica o cualquier estímulo de
naturaleza biológica o psicológica que altere el equilibrio del organismo. Tales
estímulos provocan asociaciones que están relacionadas con la respuesta que aquellos
despiertan. La imaginación recibe su eficacia de tres orígenes relacionados con las tres
dimensiones del tiempo: De la respuesta a una situación presente, de motivaciones
basadas en vivencias pretéritas y de las finalidades para el futuro.
Alucinaciones. Una vívida imagen mnémica puede tener para una persona las mismas
cualidades que una percepción real. Cuando las alucinaciones ocurren frecuentemente
constituyen un síntoma de enfermedad mental. En tales casos, su contenido suele
referirse a acontecimientos del pasado representados por imágenes concretas o a
temores y deseos.
Las fantasías que aparecen bajo la influencia de drogas tienen distintas características
que las de los sueños corrientes. La intensidad imaginativa es más fuerte en todos sus
aspectos: el tiempo es una eternidad, el espacio estrecho o amplio, los colores y las
formas se multiplican y el miedo se convierte en pavor. Los adictos tienen la sensación
de moverse lentamente debido al gran número de imágenes que atraviesan su mente. El
estado emocional del individuo sufre cambios totales desde una sensación de gran
energía hasta la de completo agotamiento en que cada movimiento supone un gran
esfuerzo. Después de una exagerada emoción sobreviene una calma completa que
provoca un profundo sueño acompañado de sueños que ponen en libertad pensamientos
secretos e íntimos.
Sinestesia
Ya sea el invento una nueva teoría física, la construcción de una máquina o la trama de
un juego, la característica común es que los elementos de la imaginación no son
sumados unos a otros, sino dispuestos en tal forma que producen una nueva función. La
invención es frecuentemente resultado de la actividad onírica. Kekule von Stradonitz,
cuya teoría sobre la composición del benzol es fundamental en química orgánica,
describe el origen de su concepción en la forma siguiente: Sentado en el piso superior
de un autobús comenzó a soñar; los átomos jugueteaban ante él, combinándose los más
pequeños por parejas y rodeando a éstos los más grandes. Pasó gran parte de la noche
describiendo su visión y llegó así a formular su famosa teoría. Un famoso egiptólogo y
un conocido asiriólogo que no podían descifrar una inscripción hallaron la clave en sus
sueños. El matemático francés Henrí Poincaré confiesa que sus ideas creadoras no le
vienen cuando está trabajando en su despacho, sino en los momentos en que deja libre la
imaginación mientras pasea por las calles o va de excursión. Tanto la imaginación
científica como la artística son, con frecuencia, la estructuración de la actividad onírica
y la invención es el acto de encontrar relaciones desconocidas hasta entonces.
Experimentos
Galton observó gran diferencia entre los hombres de ciencia y los profanos. Era de
suponer que los primeros diesen datos más exactos, pero ocurrió precisamente lo
contrario. Los científicos resultaron casi ciegos imaginariamente, mientras muchos de
los legos decían ver la mesa del desayuno con tanta claridad como si estuviesen
sentados ante ella.
La imagen accidental negativa del disco solar es negra, el rojo cambia a gris, etc. Es un
simple proceso sensorial distinto del fenómeno de lo "déjà vue" (lo ya visto), que
experimentan algunas personas y que consiste en un intenso sentimiento de haber vivido
ya anteriormente una experiencia actual. Este fenómeno que se supone es de origen
encefálico, no ha sido explicado todavía satisfactoriamente.
Imaginación y animación. La imaginación de los niños y de los artistas puede ser tan
vívida que las figuras que imaginan adquieran "vida". En estos casos la imaginación
parece perseguir al sujeto. Ya expusimos el caso de la niña que, habiendo proyectado la
imagen de una bruja sobre una cerilla apagada, llegó a asustarse de su propia
imaginación. El proceso de animar la imaginación está relacionado con la percepción,
especialmente de los niños.
El pobre imagina ser rico, el enfermo sano, el aislado que está en compañía, etc. En
realidad, la imaginación está básicamente relacionada con la realización de deseos. Sin
embargo, no sólo tenemos fantasías en las que somos el héroe triunfador, sino otras en
las que somos el héroe derrotado y los sueños de miedo, angustia y terror son casi tan
frecuentes como los placenteros. ¿Puede esto ser realmente explicado por una
perversión del deseo como afirma el psicoanálisis?
Los sueños, como Freud dejó establecido, son guardianes del reposo. Si suena la
campana del despertador, podemos soñar que llaman a otro, con lo que podemos
permitirnos continuar en el placentero estado de relajación. Los sueños, como la
imaginación en general, provocan un estado de equilibrio. Una persona con la
imaginación llena de deseos se compensa de las cosas que le faltan y de sus
deficiencias. El imaginar temor y sufrimiento puede servir, en tres formas, para
restablecer el equilibrio: primero como descarga, desechando la ansiedad como el
organismo vomita un veneno. Segundo, como integración de un elemento "extraño". La
repetición de sueños con experiencias traumáticas o de accidentes durante la guerra
puede servir para atenuar su carácter abrumador haciendo que nos familiaricemos con
él. Tercero, los sueños de angustia pueden servir como estímulos cuando la gente se
enfrenta en la realidad con labores difíciles, porque comparadas con las terribles
dificultades experimentadas en sueños, las de la vida cotidiana parecen más pequeñas.