Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DISCERNIMIENTO VOCACIONAL1
¿Qué es discernir?2
Discernir es reconocer por dónde nos va llevando y por dónde nos quiere llevar el
Espíritu de Dios, para dejarnos conducir por Él.
Discernir no es simplemente preguntarle a Dios: ¿qué hago?, y esperar
pasivamente una respuesta. Ni tampoco es la mera “obediencia a su voluntad”. La
obediencia a la voluntad de Dios será el fruto del discernimiento.
Cuando discernimos, se establece un diálogo de deseos: entre nuestros deseos
hondos y auténticos y los grandes deseos de Dios sobre nosotros. Hay que
zambullirse en los grandes deseos y aspiraciones personales y llegar a descubrir
que el sueño de Dios sobre nosotros está en consonancia con ellos.
Es un ejercicio de la libertad Cristiana sólo puede discernir y decidir3 quien tiene:
- Libertad y santa indiferencia4.
- Parresía5, osadía, grandeza de ánimo, generosidad (San Ignacio).
- Conocimiento profundo y honesto de sí mismo/a, para no confundir los
deseos auténticos con las compulsiones y/o caprichos.
- Conocimiento auténtico del Dios de Jesús: sus deseos, sus modos de actuar,
sus preferencias…
una cosa de otra, señalando la diferencia que hay entre ellas”. En griego, el verbo es dokimázein,
que designa la acción de probar, con el fin de aprobar o rechazar. Aprobar lo auténtico (dókimos)
y rechazar lo inauténtico (adókimos).
3 El discernimiento, normalmente, termina en una elección.
4 Santa indiferencia, término de San Ignacio de Loyola, no significa dejadez o “no me importa”; sino
que sería la actitud de apertura total a la voluntad de Dios, desapegados/as de nuestro propio
querer.
5 Parresía: decir todo con libertad y verdad, buscando el bien.
2
6 Son mediaciones humanas. Dios siempre se comunica a través de “mediaciones humanas”. Pueden
ser internas: ideas, sensaciones, emociones, sueños, deseos, imágenes. Pueden ser externas: un
texto de la Palabra, un acontecimiento, un encuentro, una frase dicha al pasar, la persona que
acompaña, etc. Pero sólo serán mociones si “tocan” de alguna manera la afectividad, si mueven y
conmueven. Las meras lindas ideas no son mociones; pueden “encandilarnos”, pero no movernos.
4
7 Aquí se entienden por ruidos: dificultades, molestias, incomodidades, cosas que no van…
9
No está de más recordar que, en definitiva, sobre aquello que se discierne, sobre
aquello a lo que hay que decir un sí o un no, nunca se tendrá una certeza absoluta.
Finalmente, habrá que hacer, siempre, un acto de fe.
Creo que el Señor me llama a vivir este camino de vida cristiana, a vivir el evangelio
según este modo de vida.
Creo que eso responde a mis anhelos, deseos, ilusiones más profundas y que, por
tanto, me hará inmensamente fecundo/a y feliz.