Está en la página 1de 7

1

Una teología que favorece la renovación de la misión: La misión como diálogo


profético1

Gabriela Zengarini O.P.

Tres corrientes teológicas fundamentaron la misionología durante el siglo XX, en especial


en el último cuarto de dicho siglo: la misión como participación en la vida y en la misión de
la Trinidad (La missio Dei) ; la misión como continuación de la misión de Jesús de
predicar, servir y testimoniar la justicia del Reino de Dios en proceso del “ya” pero
“todavía no” (por ejemplo la misionología de José Comblin); y la proclamación de Cristo
como el solo salvador del mundo (Redemptoris missio- Juan Pablo II)

Estas tres corrientes contienen los elementos de una síntesis que podría servir
adecuadamente como teología fundamental de la misión al iniciar el siglo XXI y el tercer
milenio, dicha síntesis se puede denominar con el término: diálogo profético

Este paradigma nos ayuda a entender la misión como una pasión por la comunicación,
como un tender puentes: diálogo intercultural, interreligioso, con equidad de género. Pero
para comprenderlo mejor vamos a profundizar en los distintos paradigmas de misión que
nos presentan los evangelios:

Fundamentos Bíblicos: El paradigma de misión en los evangelios sinópticos y en Juan


para una misión como diálogo profético.

I. LA MISIÓN SEGÚN LOS SINÓPTICOS (Mt 10:1-42 // Mc 6:6-13 // Lc 9:1-6; 10:1-


12)

A. Características del misionero / la misionera: (Mt 10:1-42)

 experimenta una llamada por Jesús (v. 1)


 posee la autoridad de Jesús (10:1; 28:18)
 tiene el poder de sanar a l@s enferm@s (10:1, 8)
 predica la venida del reino de Dios (v. 6)
 no sale solo (v. 2; Lc 10:1)
 sabe que todo lo que ha recibido es un don de Dios que tiene que
compartir (v. 8)
 no lleva plata, bolsas, vestidos, zapatos, bastón—sale totalmente
vulnerable al otro (vv. 9-10)
 se queda en un solo lugar, no busca alojamiento mejor (v. 11)
 es instrumento de paz (v. 13)
 corre el riesgo de ser rechazado (vv. 14-15)

1
Cf. BEVANS, S.B. – SCHROEDER, R.P., Teología para la Misión hoy. Constantes en contexto,
España, Verbo Divino, 2009.
2

 es astut@ y sencill@ (v. 16)


 anda con confianza en el Espíritu Santo (vv. 17-20)
 experimenta división en la familia (v. 21, 34-37)
 tiene perseverancia (v. 22)
 su identidad en relación con Jesús (vv. 24-25, 32-33, 40-42)
 Jesús entrega la misión a tod@s l@s discípul@s (Lc 10:1)
B. Otras Dimensiones de La Misión

 La urgencia; la dimensión apocalíptica (Mc 1:14-15; 9:1; 13:30)


 La compasión divina hacia l@s marginalizad@s (Mc 2:1-12; Lc 5:31-32)
 La Liberación (Lc 4:18-19)
 Misión universal (Lc 4:25-27; Mt 28:19; Lc 24:47; Jn 17:20; Hechos 1:8)
 Hacer discípul@s; conducir l@s otr@s a la conversión, a la transformación
de la vida (Mt 28:16-20)
 La enseñanza (Mt 28:20)
 El/la misioner@ es cambiad@ por las personas que le confrontan (Mt 15:21-
28)
 Predicar el perdón y el arrepentimiento (Lc 24:47; Mc 6:12)
 Formar comunidad (Jn 13:34-35; 17:21; Hechos 2:43-47; 4:32-37)
 Dar testimonio (Lc 24:48; )
 El poder del Espíritu (Hechos 2:1-12; Jn 16:13; 20:20)
 La mujer como evangelizadora y misionera (Mc 15:40; 16:8; Lc 8:3; 10:38-
42; 24:1-11; Mt 28:1-10; Hechos 18:26)
 El rol de Los Doce; El liderazgo (Hechos 1:21-26; 1 Cor 15:3-5)

II. LA MISIÓN SEGÚN SAN JUAN

A. La Misión Como Diálogo Profético (Jn 4:4-42)

[Sandra Schneiders. The Revelatory Text. HarperSanFrancisco, 1991. Pp. 180-99]

Relato típico: Gen 24:10-61; 29:1-20; Exod 2:16-22


El tema del noviazgo: Jn 2:1-11; 3:27-30
Jesús seduciendo a Samaria como parte integral del Israel Nuevo
Relato Misionero: “los campos están amarillentos para la siega” (v. 35)
Figura Representante: La Samaritana = Samaria, parte del Israel Nuevo
Nicodemo - representa a l@s que no pueden superar las dudas; viene de
noche
La Samaritana: viene al mediodía, en plena luz
[= entendimiento; acogimiento espiritual]
Conversación teológica, desde la teología Samaritana: con énfasis en
Moisés y los patriarcas en vez de David y los reyes
El Mesías esperado: como Moisés (Deut 18:18); Revelará todo;

Restaurará la adoración verdadera - en el Norte, no en el Templo en Jerusalén

Jesús se revela como EGO EIMI, “soy yo” (v. 26) = la revelación a Moisés (Éxodo
3

3:14)

5 maridos = símbolo teológico; como en los profetas, esp. Ósea; 2 Re


17:13-34
Samaria no tiene marido = no está en buena relación con el Dios de Israel (Oseas 2:2)

Una revelación mutua; Intercambio Intercultural, Interreligioso; un proceso


lento.
El efecto: le pidieron que se quedara con ellos (v. 40)
v. 42: “Estamos convencidos de que éste es verdaderamente el Salvador del mundo”

La dinámica en Juan: 1:35-39; 1:41-42; 1:44-52; 20:11-18

B. El modelo de misión en Juan

El modelo de servicio: servicio mutuo entre amigos, igualdad (13:1-20)


Dar la vida por l@s amig@s (15:12-17)
El Poder del Espíritu, La Paz, La Reconciliación (20:21-23):
La base de la misión es compartir la paz (shalôm) que Jesús sopló sobre ell@s (20:22).
Continuar la misión de Jesús, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (1:29);
Jn20:23: Perdonar y reconciliar

Una comunidad de amistad que atrae a otr@s; en el diálogo el/la discípul@ comparte la
palabra, ofrece la reconciliación, la comunión, la presencia. La misión como un “tender
puentes” entre personas, pueblos, comunidades
La Trinidad como una comunión de amor en misión. Fundamento de los cambios en la
teología de la misión hoy.

2. Reino de Dios y Misión

“La presencia universal del Reino de Dios y el sentido actual de la misión”2

En este punto hago una síntesis de la misionología desde la perspectiva del Reino según
José Comblin así como también su pneumatología íntimamente relacionada.

Evangelizar es el centro de la misión de la Iglesia y dice respecto a los evangelios.


Jesús no quiso formular una expresión única y definitiva de su mensaje, más bien quiso que
los discípulos aplicasen su Evangelio a las diversas situaciones en que se encontrasen.
Aunque siempre el mismo, el Evangelio está siendo continuamente descubierto, como que
reinventado, renaciendo en la diversidad de las condiciones humanas. Comprender el
Evangelio es vivirlo de nuevo, reinventándolo en cada situación que surge, recibiéndolo

2
COMBLIN, J. “La presencia universal del Reino de Dios y el sentido actual de la misión”. En La Misión desde
América Latina. CLAR, Bogotá, 1982. Los números que están entre paréntesis son las páginas de este artículo
de Comblin.
4

como respuesta a una interrogación de la vida en el presente. 3 En América Latina queremos


focalizar en la vivencia del evangelio desde la “práctica de la relación” donde la fuerza de
la palabra se expresa en la acción de los más pobres y a su servicio, siendo la mística
popular4 el manantial de donde brota dicha misión evangelizadora.

Una señal clara del Espíritu Santo es la comunidad, la propia vida de comunidad
que genera vida en las periferias de las ciudades ya es un testimonio de esta presencia.5

Según José Comblin6 la misión evangelizadora es abrir una acción para los
interlocutores, convocar para entrar en una práctica, dar testimonio a través de hechos y
palabras. La transmisión de conocimiento se hace dentro de la práctica. La misión invita a
entrar en el Reino de Dios, es decir, asumir una lucha haciéndola suya, la lucha de los
varones y mujeres que siguiendo el camino de Jesús y viviendo en las márgenes de las
ciudades buscan la liberación de todas las formas de esclavitud.

Aquí evangelio y evangelización se puede traducir como humanización, y un


proceso de humanización lento e intenso que implica liberación, sanación, escucha mutua,
toma de decisiones, priorizar las relaciones, entrega y servicio a los demás. El Espíritu no
tiene un modo propio de actuar; actúa haciendo actuar a los varones y mujeres, o sea,
impulsando lo que es humano, lo que existe de más personal, original y único en cada ser
humano.7

Seguir a Jesús en el Espíritu es crear actos enteramente inéditos y totalmente


condicionados por el preciso momento histórico, totalmente personales y que, no obstante,
redescubren el mismo sentido y la misma inspiración que los de Jesús, son acciones de
liberación del Pueblo de Dios, por las cuales los que no actuaban despiertan y comienzan a
actuar.8

Comprender el evangelio es vivirlo de nuevo, reinventándolo en cada situación que


surge. “La fe es el alma de la acción”9, “y la acción remite a su fuente última que es el
Espíritu Santo”.10 Metz nos recuerda: “En la acción surge una luz, una inteligibilidad, una

3
Cf. JOSÉ COMBLIN, Evangelizar, São Paulo, Paulus, 2010, 5-11.
4
Cf. Documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe Nº
262. De ahora en más este documento se cita A (A 262). El tema de la “mística popular” ha sido recepcionado
en el documento de Aparecida y es fruto del camino de la Iglesia de los pobres en América Latina y de la
teología que fue elaborándose a partir de este camino. Cf. JORGE SEIBOLD La Mística Popular,México, Buena
Prensa, 2006.
5
Cf. JOSÉ COMBLIN, O Espíritu Santo e a Tradição de Jesús (Obra postuma), São Bernardo do Campo,
Nhanduti Editora, 2012, 243.
6
Cf. J. COMBLIN, “La presencia universal del Reino de Dios y el sentido actual de la misión”. En La Misión
desde América Latina, CLAR, Bogotá, 1982, 55-58. JOSÉ COMBLIN, O Espíritu Santo e a Tradição de Jesús
(Obra postuma), São Bernardo do Campo, Nhanduti Editora, 2012, 216-219.
7
Cf. JOSÉ COMBLIN. Tiempo de Acción. Ensayo sobre el Espíritu y la historia. Lima: CEP/CETA, 1986, 43.
8
Cf. J. COMBLIN. Tiempo de Acción. Ensayo sobre el Espíritu y la historia. Lima: CEP/CETA, 1986, 15-151.
9
J. COMBLIN, Evangelizar, São Paulo, Paulus, 2010, 123.
10
J. COMBLIN. Tiempo de Acción. Ensayo sobre el Espíritu y la historia. Lima: CEP/CETA, 1986, 14.
5

legibilidad del mundo que nuestra curiosidad puramente teórica no puede producir”. 11 Las
comunidades populares muchas veces “dicen haciendo”, y su acción es fruto del Espíritu
que se manifiesta en la fuerza del compromiso al servicio de la organización barrial y en la
toma de la palabra para la formación, en el ministerio de la escucha y de la sanación, en el
arte de hacer12 tan importantes para seguir creando estrategias para la vida de los más
pobres, en especial cuando estos están amenazados.

Los últimos documentos del magisterio pusieron la misión en el centro de la


preocupación de la Iglesia, también insistieron en su inserción en el mundo de las
realidades temporales. Cabe a la teología de la misión considerar estas temáticas y tratar
de darle todo su significado. Por eso hoy es relevante seguir ahondado en la misión urbana,
en la cuestión de la violencia, la trata de personas, el delito organizado que amenaza la vida
de nuestros pueblos y comunidades.

Dentro del contexto actual la misión aparece como elemento totalmente ajeno a la cultura y
a la sociedad. No podemos partir de la noción de misión como hace Ad Gentes,
necesitamos buscar los fundamentos de la misión. Estos son los conceptos de Reino de
Dios y Evangelización.

El objeto propio del cristianismo y del evangelio es que el Reino está presente en la
historia, que Dios está instituyendo su reino. Pero muchos no lo reconocen. Las parábolas
según Mateo muestran esto. Con hechos concretos necesitamos mostrarlo de tal manera que
la gente pueda reconocerlo (signos visibles actuales, hechos concretos que manifiestan su
presencia, se trata de reconocer un hecho). Poner el ejemplo de Cuartel V, las misioneras
populares, el Consejo de la Comunidad y sus organizaciones.

El Reino de Dios viene, es movimiento, actividad, transformación, movimiento que


provoca transformación. No es cristiano decir lo que Dios es, sino lo que Dios hace (lo que
el Espíritu Santo hace). Reinar es libertar, vencer, imponer su dominio, el cristianismo dice
contra quién Dios lucha, cómo y con qué armas. El Reino actúa como fermento, como
grano de mostaza. Hay que reconocerlo y confiar.

El Reino de Dios tiene un nombre muy concreto ESPIRITU SANTO, que es principio de
actividad, de lucha, de los hombres transformados, estimulados, llevados por el Espíritu.
Necesitamos mostrar el Reino, y llamar - ANUNCIO, despertar para la acción. Asumir
una práctica, testimonio de verdad- autenticidad, por la perseverancia y el martirio. Cruz-
Combate- Los que no se rindieron.

La evangelización es anterior a la Iglesia, deriva del Reino de Dios, del Espíritu Santo. La
Iglesia está al servicio del evangelio. No es al revés que la misión es para implantar o
fundar iglesia.
11
Ibid. J.B. METZ, 40.
12
Cf. M. CERTEAU, LUCE GIARD, PIERRE MAYOL, A invenção do cotidiano2, Petrópolis, Vozes, 1997.
6

El reino de Dios en el mismo evangelizar: La evangelización no ha de ser vista


sencillamente por su efecto, que es la acción de los hombres a los que llama y a quienes
muestra el Reino de Dios para que lo asuman. Es ella misma, en sí misma, el Reino de
Dios, es un testimonio. Como testimonio es el arma de Dios en este mundo. Dios enfrenta a
sus adversarios mediante el testimonio-palabras y actos- de los hombres que reciben a su
Espíritu. Dios vence al mundo por el testimonio de sus testigos, como lo muestra la teología
de Juan. Dios lucha por el testimonio de los evangelizadores y este consiste en suscitar a
nuevos testigos para el testimonio pueda continuar. Por su actividad de evangelizadores, los
testigos muestran en su testimonio que no ceden ante el mundo y los adversarios. Por ellos,
la palabra de Dios vence. Ella es el mismo reino de Dios. En ella el Espíritu está presente y
actúa. La evangelización es la misma lucha, es testimonio frente a todo pecado,
enfrentamiento con las fuerzas de opresión y destrucción.

Decir que la Iglesia es misionera es enunciar su fin, su norma definitiva, la regla que
le impone su actividad y su modo de ser. La iglesia se hace a ella misma en el
testimonio que da frente al mundo. La iglesia es solamente Iglesia de Dios en la lucha
por la palabra y las obras. Antes de la Iglesia hay la misión que la regula y la disciplina.
Pues la Iglesia está sometida al evangelio no como una letra, como a una ley sino como una
actividad viva, como un enfrentamiento con el mundo de pecado.

La misión nueva antropología:

La misión es una nueva manera de ser hombre. Ella envuelve la totalidad del ser humano.
Ella es una condición humana. La misión puede ser llamada en determinadas circunstancias
a formular doctrinas. Pero su acción no se hace en forma de doctrinas. Ella es una acción, y
su acción consiste en llamar a otros para entrar en la misma acción. La acción es un
movimiento que tiende a envolver siempre más personas. La misión es abrir una acción
para los interlocutores, convocar para entrar en una práctica. La transmisión de
conocimiento se hace dentro de la práctica. La misión invita a entrar en el Reino de Dios, es
decir, a asumir una lucha haciéndola suya. Algunos aceptan y otros no aceptan. Así el
mundo se divide y la lucha se articula.

La nueva condición humana es aceptar la lucha que es el Reino de Dios. La misión


descubre una condición humana en la que cada cual, en unión con los demás, tendrá que
descubrir su papel y asumirlo personalmente dentro del conjunto. Obliga a salir de un
individualismo para asumir su responsabilidad.

La verdad del hombre es el abrirse para el mundo externo, asumirlo en una lucha total,
buscar su transformación en todas sus dimensiones, y aceptar las condiciones de la lucha en
el Reino de Dios.

La opción fundamental de la misión no tiene por objeto una religión, sino la condición
humana. Dios no es el objeto de la misión sino su fundamento. Ella es la misma actividad
7

engendrada por el Espíritu de Dios en el hombre. Su objeto es el reino de Dios y el reino es


el hombre nuevo y libre.

¿Trabajar para la transformación del mundo o bien reclutar nuevos miembros para la
Iglesia? ¿Qué es la misión?

3. El documento de Aparecida refleja esta nueva teología de la misión: Vamos a


reflexionar los siguientes números a partir de lo trabajado hasta ahora:

362: Asumimos el compromiso de una gran misión en todo el continente, que nos exigirá
profundizar y enriquecer todas las razones y motivaciones que permitan convertir a cada
creyente en un discípulo misionero. Necesitamos desarrollar la dimensión misionera de la
vida en Cristo. La Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la
comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del
continente. Necesitamos que cada comunidad cristiana se convierta en un poderoso centro
de irradiación de la vida en Cristo. Esperamos un nuevo Pentecostés que nos libre de la
fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente, una venida del Espíritu que renueve
nuestra alegría y nuestra esperanza. Por eso se volverá imperioso asegurar cálidos espacios
de oración comunitaria que alimenten el fuego de un ardor incontenible y hagan posible un
atractivo testimonio de unidad “para que el mundo crea” (Jn 17, 21).

548: Esta V Conferencia, recordando el mandato de ir y de hacer discípulos (cf. Mt 28, 20),
desea despertar la Iglesia en América Latina y El Caribe para un gran impulso misionero.
No podemos desaprovechar esta hora de gracia. ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés!
¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos
para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras
vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de esperanza! No podemos quedarnos
tranquilos en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las direcciones
para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más
fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia,
que El nos convoca en Iglesia, y que quiere multiplicar el número de sus discípulos y
misioneros en la construcción de su Reino en América Latina! Somos testigos y
misioneros: en las grandes ciudades y campos, en las montañas y selvas de nuestra
América, en todos los ambientes de la convivencia social, en los más diversos “areópagos”
de la vida pública de las naciones, en las situaciones extremas de la existencia, asumiendo
“ad gentes” nuestra solicitud por la misión universal de la Iglesia.

También podría gustarte