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RESUMEN
La valoración del patrimonio natural de la sociedad es uno de los
retos fundamentales de la Economía Ambiental. Valorar económi-
camente los servicios que proporciona la biosfera constituye una
ayuda inestimable para el decisor público que ha de gestionar un
recurso del dominio común. A ello van dirigidas algunas de las
principales iniciativas puestas en marcha en el marco de la Conta-
bilidad Ambiental Integrada: como el cálculo del capital natural o
la elaboración de las cuentas de los recursos naturales. El propósito
de estas líneas es mostrar las dificultades que encuentra el analista
en esta tarea, trazando un paralelismo entre la valoración del patri-
monio natural y la del patrimonio inmobiliario, algo a lo que esta-
mos mucho más acostumbrados.
ABSTRACT
To put a valué on the natural environment is one of the major cha-
llenges facing environmental economics. The public administrator
that has to select the uses of natural and environmental resources
that maximizes social welfare, among a host of competitive possibi-
lities, would certainly appreciate any Information regarding the to-
tal economic valué arising from each one of them. This is the ob-
jective of some of the most popular suggestions put forward in the
framework of the Integrated Social and Environmental Accounting
Systems: the notion of natural capital, or natural resources ac-
counts. The purpose of this paper is to show the main diíRculties
that the analyst will encounter while trying to fulfill their task,
illustrating it with the aid of a much more familiar problem: the
evaluation of urban assets.
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genera para otras entidades nacionales y ocupadas por viviendas. El valor del in-
supranacionales. mueble no parece difícil de aproximar: su
amigo, el experto en el sector inmobiliario,
Conviene, sin embargo, enfriar un poco se fijará en los alquileres netos que pueden
las expectativas a este respecto, señalando obtenerse por los tres tipos de locales habi-
los límites de estos ejercicios de valoración litados en él (comercio, oficinas, viviendas),
(como hacen en primer lugar Constanza et hará los cálculos correspondientes (gestión,
al, y el propio Banco Mundial), las dificul- mantenimiento, riesgo de impagos, etc.), y
tades que enfirentan, y la utilidad de sus re- le proporcionará una cifra aproximada: el
sultados. Este es el propósito de las líneas valor presente de esos flujos de rendimien-
que siguen. Invitaremos para ello al lector a to neto. Por otro lado, no es tampoco exce-
dar un breve paseo por el entorno que se sivamente difícil relacionar este valor del
quiere valorar: un bosque, por ejemplo. Pa- inmueble con la disposición a pagar de la
ra hacer más fácil e intuitivo el ejercicio, se gente en general por satisfacer, en unas de-
trazará un paralelismo entre el tipo de pro- terminadas condiciones, un conjunto de
blemas que habrían de resolverse en este necesidades: vivir, adquirir productos, tra-
ejercicio de valoración y los que el lector en- bajar, etc. Las imperfecciones del mercado
contraría si, en lugar de adentrarse en un es- pueden oscurecer y debilitar este vínculo,
pacio natural como el aludido, se dispusiera pero probablemente no lleguen a eliminar-
a salir de su casa, o de esta facultad desde la lo: el valor del inmueble refleja, de alguna
que escribo, y realizar el mismo ejercicio de manera, la importancia que la gente da a
valoración, pero ahora con respecto no a un las necesidades que puede satisfacer con el
bosque, sino a la propia ciudad en que se acceso a sus servicios, en ese lugar.
encuentra. Para facilitarle la tarea, vamos a
ponerle como acompañante un viejo amigo Trasládese ahora, siquiera mentalmente,
que trabaja en el sector inmobiliario y sabe al otro recorrido que le habíamos propues-
de estas cosas. ¿Cómo iría usted valorando, to, paralelo a éste: ha comenzado usted el
con su ayuda, todo aquello que va encon- paseo en un entorno natural, un bosque, y
trando en su paseo? ¿Qué interpretación ca- se ha formulado la misma pregunta ante lo
bría dar a los valores obtenidos? primero que ha visto: ¿cuánto podría valer
esta hectárea, por ejemplo, con todo lo que
I. LAS FUNCIONES PRODUCTIVAS contiene? Ahora su acompañante es un
Comencemos pues la andadura. Sale usted economista, experto en economía
de casa, se ajusta bien el chaquetón, pues a ambiental, que va a tratar de ayudarle a res-
pesar de que hace sol el aire baja fresco, y lo ponder a la misma pregunta. Para ello, lo
primero que encuentra, enfrente, es un edi- primero que le va a sugerir es que haga
ficio normal y corriente, de cuatro alturas. exactamente lo mismo que le recomendó
A nivel de la calle se abre un comercio y, su amigo el experto inmobiliario: pregun-
justo encima, una oficina: aparentemente, tarse por las fiínciones que están cumplien-
una gestoría. Las dos últimas plantas están do las cosas (árboles, animales, plantas) que
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del patrimonio histórico-artístico. Si el edi- un valor superior, que no puede ser descu-
fico como tal no hubiera tenido ningún va- bierto a partir de la disposición a pagar de
lor, probablemente aceptaría el valor obte- la gente por preservarlo (tampoco a partir
nido. Si, como es el caso, forma parte del de la compensación exigida para renunciar
patrimonio cultural, lo normal es que la so- a él), y que tampoco puede ser expresado
ciedad haya tomado alguna medida al res- en unidades monetarias (esto sería equiva-
pecto que así lo atestigüe: por ejemplo, ca- lente a "rebajarlo" en la consideración debi-
talogándolo y concediéndole algún estatus da). El inmueble en cuestión tiene pues,
de protección.¿Qué complicaciones intro- dos valores distintos e incomparables: un
duce este elemento? Pocas, pero sustancia- valor instrumental, susceptible de ser ex-
les. En este caso, lo más seguro será con- presado en unidades monetarias, y un valor
cluir, como le sugiere su amigo economista, superior, derivado del hecho de formar par-
que el inmueble tiene íios tipos de valor. En te del patrimonio común de la sociedad.
primer lugar, un valor instrumental, que
depende de las actividades desarrolladas en No es difícil percibir que algunos de los
él, de las necesidades que se satisfacen con espacios existentes dentro del bosque que
su uso, en este caso culturales y recreativas. está usted igualmente analizando, o de mu-
Como estas necesidades podrían satisfacer- chos ecosistemas, también ofrecen este ser-
se en muchos otros sitios, aunque por su- vicio a la sociedad: permiten disfrutar en
puesto no de la misma forma (con la mis- ellos de una serie de actividades lúdicas y
ma calidad percibida por los demandantes), culturales en contacto con la naturaleza.
incluso de nueva construcción, el valor del Cuando se trata de descubrir este valor, el
arrendamiento del inmueble parece consti- análisis económico propone la utilización
tuir una primera aproximación aceptable a de unos métodos {coste de viaje, valoración
lo que la gente está dispuesta a pagar por contingente) que permiten estimar precisa-
tener acceso al disfrute de una serie de acti- mente la curva de demanda (disposición
vidades culturales y recreativas, en estas marginal a pagar) por los servicios recreati-
condiciones. En segundo lugar, sin embar- vos de estos espacios naturales, y el benefi-
go, además de este valor, puramente instru- cio obtenido por quienes lo visitan (el cam-
mental, el inmueble tiene un segundo tipo bio neto en el excedente del consumidor
de valor: forma parte del patrimonio de un experimentado, como diferencia entre lo
determinado colectivo social. Ahora bien, que se hubiera estado dispuesto a pagar por
este segundo tipo de valor, que condiciona- el disfrute de la experiencia, y lo realmente
rá el tipo de actividades que se consideran pagado). Como es obvio, y al igual que en
compatibles con el mismo, es esencialmen- el caso del teatro, estos métodos sólo per-
te distinto del anterior ya que, a diferencia miten descubrir el valor instrumental del
del primero, no hace referencia a un bien o entorno como soporte para la realización
servicio que pueda ser tratado como una de actividades recreativas (disfrutar de una
mercancía (Anderson, 1993). N o se trata de tarde de campo, escuchar el canto de los
un valor meramente instrumental, sino de pájaros, admirar las maravillas de la natura-
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el impacto de la Catedral sobre la econo- paisaje urbano: las farolas. Cumplen su
mía de la zona. ¿Cómo sería el municipio función, muy útil, sin hacer grandes aspa-
sin ella? ¿Cuántos negocios, puestos de tra- vientos. Algunas son grandes, majestuosas,
bajo (directos, indirectos e inducidos), ren- con varios brazos y elaborados forjados.
tas e impuestos dependen de su presencia, Otras, antiguas, que tuvieron que ser adap-
y del flujo de visitantes que la misma atrae? tadas para funcionar con energía eléctrica,
ofrecen un ambiente cálido y entrañable.
Conviene en cualquier caso, a estas altu- Finalmente, las hay también modernas, de
ras, introducir una pequeña complicación todo tipo y altura. ¿Cuánto vale una farola?
que no le ha pasado desapercibida. Como Si hablamos de una farola normal y co-
probablemente le apuntó su amigo el eco- rriente, la respuesta más probable girará en
nomista, el valor de las viviendas que ocu- torno a su coste de reposición. Pero, ¿y si
paban los últimos pisos del inmueble que esa farola no pudiera sustituirse por otra?
visitaron en primera instancia, está afecta- Tendría que calcularse entonces, dirá usted,
do por el hecho de que la vista que tienen el perjuicio que le supone a la gente pres-
desde la terraza no es otra que la gran plaza cindir de ese foco de luz por las noches.
de la Catedral. Volveremos más adelante Probablemente no sea muy alto: al fin y al
sobre este punto, pero ahora conviene cabo un poco más adelante, en la misma
apuntar el hecho de que la Catedral, crea calle, se encuentra otra similar. Y lo mismo
un determinado paisaje urbano que revalo- ocurre unos pasos más atrás. Ahora bien, ¿y
riza (además del efecto multiplicador apun- si en lugar de desaparecer una única farola,
tado) las propiedades inmuebles que la cir- desaparecieran todas las de la calle? ¿O,
cundan. ¿Forman parte todos estos exagerando un poco, todas las farolas de la
impactos, que también repercuten positiva- ciudad? ¿Sería el valor de todas ellas la su-
mente sobre el bienestar de la sociedad, del ma del valor individual de cada una? La
valor de la catedral? ¿Han de ser computa- respuesta, se apresura usted a afirmar, es
dos como parte del mismo? La respuesta negativa. Si la ciudad no tuviera farolas,
probablemente sea positiva, ya que no se muchas cosas cambiarían (composición de
trata sino de un conjunto de externalidades la población, actividades económicas), y
positivas que la Catedral genera en su en- ello influiría en el valor de todos los in-
torno, aunque, habrá que tratar de diluci- muebles. ¿Cuál es por tanto el valor de las
dar cuáles podrían considerarse simple- farolas? La respuesta, como es obvio, de-
mente pecuniarias, por utilizar un término penderá de las situaciones que se vayan a
ya caído en desuso (redistributivas de ren- comparar, el contexto en el que ha de res-
ta), y por lo tanto no relevantes. ponderse a la pregunta: ¿todas, unas cuan-
tas, para siempre, durante algún tiempo?
4 . LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA
A lo largo de todo el paseo fue usted en- En el bosque que está usted visitando
contrando, sin prácticamente reparar en también hay muchas "farolas": especies ani-
ello, un elemento sencillo e ineludible del males o vegetales que, tomadas unitaria-
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pulsados de las escaleras del templo), éste es surgido en las afijeras de la ciudad? ¿Ten-
un camino que no se puede seguir en este dría el mismo valor? La respuesta probable-
otro tipo de curación. mente será negativa, a pesar de que el edifi-
cio como tal podría seguir prestando
5. TRASCENDIENDO EL VAIX>R MARGINAL exactamente los mismos servicios: tienda
La diferencia entre la pérdida de un lobo de comestibles, gestoría y viviendas. La ra-
(una farola), o de todos los lobos (todas las zón es sencilla: el valor del inmueble en
farolas) de un determinado ecosistema, cuestión depende no sólo de lo que se pue-
¡lustra sobre la diferencia entre el valor de hacer en él, sino de dónde (y de cuándo):
marginal y el valor total de un determinado también de su emplazamiento, de lo que le
activo. Al igual que no tiene mucho senti- rodea. Es más, su propia presencia también
do tratar de valorar algunos servicios de ios tiene una influencia, pequeña o grande, en
ecosistemas por unidad de superficie, como el valor del entorno: si el espacio que ocupa
se vio en el caso de la diversidad biológica, estuviera sin construir, abandonado, proba-
tampoco lo tiene asignar un valor unitario blemente el valor de los inmuebles colin-
a los miembros de una determinada espe- dantes sería menor. Luego el valor de cada
cie, salvo como elemento penalizador y di- uno de los componentes del tejido urbano
suasorio cuando se persigue su protección. influye, y está influido, por el valor y la
presencia de los demás. Precisamente esta
Esta dificultad que surge cuando se aban- es la base en que se apoya la metodología
dona el campo de lo marginal y se pretende de los precios hedónicos (uno de los métodos
abarcar el valor del conjunto es, desgracia- empleados por su amigo el economista para
damente, mucho más omnipresente que lo valorar determinados activos).
apuntado hasta ahora.
Este hecho, sin embargo, tiene conse-
Volvamos un momento atrás en su paseo cuencias de largo alcance cuando se trata
y detengámonos otra vez en el primer in- de valorar un determinado patrimonio.
mueble que ocupó su atención. Su valor
venía dado por el tipo de servicios que En primer lugar, supone una llamada de
prestaba (comercio, oficinas, viviendas) y la atención sobre las condiciones en que pue-
importancia que la sociedad otorgaba a su de llevarse a cabo la denominada transfe-
satisfacción (demanda). rencia de valores. La transferencia de valo-
res, como su propio nombre indica,
No obstante, se ha pasado por alto una consiste en seleccionar los valores económi-
dificultad no desdeñable. El rendimiento cos de un determinado activo ambiental (el
neto de su alquiler nos permitió descubrir valor de sus distintas ftinciones) obtenidos
su valor. Pero, ¿y si ese mismo edificio, en directamente en un estudio de campo que
lugar de estar en su emplazamiento actual, contó con los medios necesarios y despier-
se encontrara en un barrio diferente? ¿en ta, por tanto, confianza, e importarlos para
una de las nuevas urbanizaciones que han alimentar un proceso de valoración que no
REFERENCIAS