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Cuando se llega a la cocción o clinkerización de las materias primas, se debe tener sumo cuidado
porque ello garantizará la calidad y costo final del producto. Se introduce la materia prima de
forma seca y polvorosa que se transporta por una torre de ciclones que funcionan como
intercambiadores de calor, donde la materia se calienta con los gases provenientes del horno a
1450°C. La arcilla y la caliza molidas entran en el gran horno cilíndrico y rotatorio de 78 metros de
longitud y circulan por el mismo hasta que se funden en lo que se denomina la clinkerización.
Al abandonar el horno, la mezcla es enfriada de manera brusca en enfriadores de satélite o de
parrillas obteniéndose finalmente el Clinker. Naturalmente, los hornos necesitan de combustible
para poder llegar a la temperatura de cocción necesaria por lo que se utiliza coque, petróleo,
carbón pulverizado, residuos orgánicos, gas natural, etc. Lo importante es utilizar el combustible
con el mayor poder calorífico (energía térmica) y menor costo.
Ya casi finalizando el proceso, el Clinker vuelve a pasar por otra molienda pero en ella se mezclan
los sulfatos como el yeso y aditivos como puzolanas o caliza para mejorar la calidad del producto
final. La molienda de cemento se realiza en equipos mecánicos similares a los utilizados en la
molienda de Clinker. En estos equipos, la mezcla de materiales es sometida a impactos de cuerpos
metálicos o a fuerzas de compresión muy grandes. Media vez se obtenga la finura deseada, se ha
finalizado el proceso y se obtiene cemento. Finalmente, este cemento se almacena en silos para
ser ensacado o cargado a granel para luego ser transportado.
Bibliografía