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Diego Alejandro Burgos Gutiérrez

El Tren de la medianoche
“Por Burgos Gutiérrez Diego Alejandro” – 8-4

- “Y si, este soy yo un tipo solitario que cada día esta mas cansado de lo poco que
disfrutaba la vida y como esta se había vuelto, me encuentro en un viaje de negocios y a
pesar de que me gusta viajar a veces es estresante. Me encuentro con la mirada perdida
vagando por el espacio y encontrándose con la luz de la Luna hermosa como siempre. Esa
noche en ese tren tuve una experiencia inolvidable.
-No se en que momento cerca de la medianoche me desplome en mi asiento y cuando
desperté recuerdo que el tren se había detenido y lo confuso que me sentía cuando mire
por la ventana y no sea absolutamente nada, solo obscuridad y la Luna que todavía se
posaba en el punto mas alto a pesar de que recuerdo que dormí por mucho tiempo, es
como si el tiempo se hubiera detenido. Fui al vagón del operador que estaba vacío y no
fue hasta cuando volví a mi asiento que me percaté que en todo este tiempo yo fui la
única persona en el tren.

Desesperado, trate de salir de ahí y mi última opción fue por acabar forzando la entrada al
tren y cuando Sali ya no tenia ni idea de donde estaba. Y si, aquí estoy yo en una estación
desconocida donde todo era vacío excepto por un sendero que llevaba a una mansión al
final de ese lugar. A pesar de la situación, el ambiente era hermoso y estaba
majestuosamente decorado por plantas y maravillosos faroles lo cual me daba una
sensación de paz y tranquilidad. Sin más opciones me dirigí hacia la mansión y me dispuse
a entrar ya que por mucho que llamaba nadie respondía, la puerta estaba abierta y
aunque no me parecía correcto, entre ya que era lo único que podía hacer. La mansión era
mas grande por dentro de lo que se veía por fuera, era bastante laberíntica pero no tenia
muchas habitaciones y la mayoría de ellos se conformaban por numerosas estanterías con
todo tipo de libros escritos en todos los idiomas conocidos incluidos lenguas muertas.
También había libros famosos incluso libros de historia de todo el mundo. Otra cosa que
conformaban las habitaciones eran unos relojes que estaban detenidos cada uno en una
hora diferente. –“es como si el tiempo no existiera aquí” -dije sin embargo nada de eso
me llamo mucho la atención, lo que me llamo la atención no fue sino un cuadro en que
estábamos yo y mi esposa. –“¿Qué hace esto aquí?”. -me pregunté y no me resistí a la
tentación de tocar la pintura y entonces vi todo, todo lo que había sido mi vida hasta ese
momento todo lo que viví con mi esposa, desde el día que bailábamos en nuestra luna de
miel hasta el día en el que nos enteramos de que ella no podía tener hijos.
Diego Alejandro Burgos Gutiérrez

Ella tenia cáncer y ¿Sabes? Ella falleció ahora esta muerta. Aquel cuadro me mostro
muchísimas mas cosas desde mi infancia hasta todos mis sueños, todo lo que alguna vez
quise, mis sueños rotos y como todo lo que tenia se perdía lentamente parte por parte, mi
familia que era estable hasta la muerte de mi padre que nos sumió en la pobreza y los
amigos que tuve que dejar atrás y los que me dejaron gracias a todo lo que tuve que pasar
y entonces me di cuenta de lo vacío que estaba y lo miserable que me había vuelto, tanto
tiempo desperdiciado y entonces te das cuenta de que nada es para siempre.

Después de ver todo eso estaba perplejo no sabía que sentía, la situación ya no me
extrañaba y entonces volví hacia el tren a través de la mansión como si me supiera el
camino de memoria por mero instinto sin mirar atrás y entonces llegue y después de un
rato pensando acurrucado en mi asiento y después de un rato me quede dormido.

Cuando desperté todo era normal de nuevo y si, aquí estoy yo yendo a trabajar dispuesto
a toma riendas en mi vida por todo lo que algunas quise, lo que vi en ese tren me hizo
reflexionar ya que todo lo que había hecho hasta ahora había sido lamentarme así que
luchare por lo que alguna vez quise, quizá trate de buscar acerca sobre ese tren. Nunca
olvidare lo que vi en el tren de la medianoche.

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