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Grupo 5 - Etapa 3 Normatividad Etica
Grupo 5 - Etapa 3 Normatividad Etica
Jenifer Rueda
María Paula Quintero
Andrea Milena Ramírez Mora
María Rubiela Castro
Andrea Viviann Gómez
Grupo 409005_5
Tutor
Nancy Esperanza Flechas Chaparro
Los valores juegan entonces un papel importante, su función es posibilitar una vida en los
mejores términos y armonía en la relación consigo mismo y las demás personas que están a
nuestro alrededor. Encontramos la necesidad de preguntarnos ¿hasta qué punto estos valores en
cumplimiento de su función social realmente promueven una sana convivencia? y ¿qué hace el
mismo hombre frente a situaciones que demandan un accionar justo, solidario, respetuoso etc., si
en muchas ocasiones vemos que su repuesta no es la esperada?
En este intento por entender los comportamientos, entra en acción el papel de profesional que en
su trabajo comunitario intenta dar respuestas encontrándose con un limitado campo de acción
desde el tema de valores. “El descuido explícito de los valores, la insuficiencia de la elaboración
sistemática y explícita de una ética comunitaria y el injustificable sentimiento de superioridad
moral ha tenido como efecto una extensa anomia práctica que el psicólogo comunitario ha
paliado echando mano de los limitados valores deontológicos existentes o los ha ‘absorbido’
experimentando una sensación de fracaso y un estrés tan inmerecidos como difíciles de evitar”
(Sánchez. 2015, pág.17)
Alipio Sánchez Vidal, denuncia una falta de atención sobre el rol de los valores en el ejercicio
de la psicología comunitaria. Recalcando que toda actividad de investigación o intervención
social, no solo implica para el practicante o profesional, una responsabilidad académica con una
institución, sino también una responsabilidad sociocultural y ética, con las comunidades
implicadas en sus actividades. En este sentido, y partiendo de un ajuste en el significado de los
valores tradicionalmente concebidos como individuales (para darle una dimensión grupal o
comunitaria), Sánchez en su artículo propone nuevos valores en la práctica psicosocial y
comunitaria (Autonomía compartida, auto-cuidado, desarrollo humano, empoderamiento y
justicia social), los cuales manifiesta son adecuados para la razón de la psicología comunitaria,
por tal razón se hacen necesarios. Estos valores son de carácter socio-comunitario y
deontológico..
El autor abre su discurso señalando que, como consecuencia del enfoque netamente deontológico
e incluso político, que en un principio se le daba la psicología comunitaria, ésta terminó siendo
valorada bajo los mismos términos y retórica académica, que una ciencia básica o “dura”,
generando una incompatibilidad entre la visión de quien interviene y los objetivos esenciales del
trabajo comunitario. Sánchez refuerza lo anterior, haciendo mención al trabajo de Rappaport
(1977), en donde ya se hablaba de los valores en el campo social, pero de forma más teórica que
práctica y desde un enfoque mayormente deontológico.
Es así como el reconocimiento del otro por parte del profesional en su trabajo comunitario le
permitirá proyectar su accionar, pues no se trata de un individuo sino de un colectivo, puesto que
muchos valores están dados para el análisis individual, debe asumir estos valores desde la
pluralidad. De esta forma nos adentramos a hablar del primer valor propuesto por el autor: la
autonomía compartida, pasando de lo individual en lo que Sánchez señala dos problemas 1.
Fomenta el individualismo y 2. Inadecuado para el trabajo comunitario. Propone entonces una
autonomía positiva combinada con la solidaridad para trascender a una autonomía compartida.
Trabajar con la comunidad bajo el concepto de autonomía compartida, permite que todos los
participantes sean vistos en igualdad de condiciones, aceptándolo así nadie pensará en tener más
poder sobre los otros, ejercicio que considero importante por su significado e incidencia en el
desarrollo del trabajo comunitario, permitirá mejores relaciones y en un ambiente en el que todos
somos iguales el temor a opinar es minimizado, una opción que nos proyecta a transcender, al
reconocimiento del otro y esa interdependencia, a ver la solidaridad como opción, es indicar el
camino hacia el fortalecimiento de lazos entre la comunidad y el profesional.
El llamado a la protección personal, es otro aspecto importante que procura mantener la armonía
consigo mismo (el profesional) protegerse de los posibles efectos como secuelas del trabajo
comunitario que le pueden afectar negativamente. El autocuidado según Sánchez (2015) permite
“Poner límites psicológicos a la disponibilidad del practicante es, en resumen, una exigencia
ética y estratégica relevante para proteger personalmente al practicante y para garantizar su
competencia y beneficencia profesional a la larga” este valor es fundamental y pertinente en
tanto que con el mismo se busca proteger al profesional quién, en los procesos de
acompañamiento es el más descuidado en cuanto a su salud mental y comodidad frente al
proceso.
Por su parte, el desarrollo humano propuesto como valor viene a conjugar la interacción personal
y vinculación social. Estos aspectos propenden por una participación individual dentro de la
colectividad, es decir, una participación en la que sin desconocer lo que es cada individuo (sus
imaginarios y formas de pensar la realidad) participa pensando en que todos pueden salir
beneficiados en el proceso, dejando de lado el egoísmo que resulta ser el primer impedimento en
el trabajo colectivo.
Por último la justicia social, para Sánchez (2015) compete a toda la sociedad; los actores y
sectores sociales específico tienen papeles parciales (idealmente complementarios y
convergentes) en su logro en función de los aportes (educativos, económicos, psicológicos, etc.)
de cada sector y de la contribución que la correcta gestión de esos aportes puede hacer a la
justicia social global. Así visto asumido como un valor que competa a todos, en el que todos
somos responsables y veladores de su cumplimiento.
Los valores propuestos por el autor permiten una labor más justa y minimiza las tensiones que
puede llegar a padecer el profesional, en tanto siempre se ha hablado de que el profesional se
debe involucrar en los procesos, pero pocas veces se detiene en pensar en que también puede
desencadenar estrés y hasta el deseo del profesional por abandonar el proceso. Se dice que la
principal función de los valores es de carácter social, esto es, garantizar una convivencia en la
que es posible vivir en armonía, pero he aquí además la invitación de como carácter ético del
profesional también propender por su salud. Son finalmente la gestión de esos nuevos valores
los que proyectan actualmente al psicólogo en Su praxis en comunidad y como la autonomía en
la gestión de los mismos, muestra grandes resultados para el contexto comunitario.
- Cuadro sinóptico
- Identificación de 3 casos
Caso 1:
Ensayos con Tenofovir en la transmisión de VIH
En Camerún cinco mujeres resultaron infectadas con VIH mientras participaban del estudio
con Tenofir. Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) declararon que las 400 trabajadoras
sexuales que participaron del ensayo, no fueron adecuadamente informadas sobre los riesgos y
sólo se les ofreció información en Ingles a la mayoría de los voluntarios de habla Francesa.
Hubo una falta de medicamentos ARVs para los pacientes infectados durante el ensayo. En
Tailandia, grupos de comunidades claves incluyendo la Red de Usuarios de Medicamentos
Thai (RMT) y el Grupo de abogacía para el Tratamiento de Pacientes con VIH en Thai
(GAVT) declararon que sus preocupaciones habían sido ignoradas por los investigadores del
ensayo y que no fueron consultados sobre el diseño del ensayo hasta que este ya estaba en una
etapa muy avanzada. Ellos están preocupados porque los participantes del ensayo que utilizan
medicamentos intravenosos en Tailandia no tendrán acceso a jeringas limpias y gratuitas a
través de programas de intercambio de agujas.
Caso 2:
“La historia detrás del lío de los micos de Patarroyo”
Fuentes:
García (2012): https://lasillavacia.com/historia/la-historia-detras-del-lio-de-los-micos-de-
patarroyo-34736
Diario El Tiempo (2015) https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-15192320
La importancia de los aportes realizados por Manuel Elkin Patarroyo y su equipo de trabajo,
no solo a la ciencia, sino a la medicina, con su trabajo de búsqueda de una vacuna contra la
malaria, es indiscutible y desde luego, siempre se le reconocerá en Colombia y el Mundo
entero. No obstante, el doctor Patarroyo, según lo mencionado en el artículo “La historia
detrás del lío de los micos de Patarroyo”, publicado el 22 de julio de 2012, en la página web:
www.lasillavacia.com, aparentemente incumple algunas de las disposiciones de la resolución
8430 de 1993. Puntualmente, el artículo 87, del título 5 (sobre investigación biomédica en
animales). En el cual se menciona, por ejemplo, que “Los animales seleccionados para la
experimentación deben ser de una especie y calidad apropiada, y utilizar el mínimo número
requerido para obtener resultados científicamente válidos”. Ante esta situación, Patarroyo en
el 2012, contaba con el permiso de obtener 800 individuos de una especie de mono,
perteneciente al género Aotus para cada período de pruebas, pero según Ángela Maldonado,
fundadora de Entropika (ONG para la conservación de la biodiversidad) y responsable de
muchas de las denuncias hacia el científico, sólo en una ocasión, el laboratorio del instituto de
inmunología de Patarroyo, recibió a más de 900 individuos para someterlos a pruebas (por
encima de la cuota estipulada en el permiso). Por otro parte, otros denunciantes también han
mencionado a lo largo de los años, que en vista de los incentivos económicos que recibe la
tribu indígena que colabora con el investigador y la demanda de sujetos de prueba, se ha
formado una red de comercio ilegal de micos, obtenidos no solo en Colombia, sino también en
Brasil y otros países. Sin olvidar, que cuando se capturan micos hembra con crías,
generalmente las crías terminan siendo vendidas como mascotas silvestres en redes de tráfico
ilegal. Sumado a esto, en la resolución 8430, también se menciona que los animales deben en
lo posible, ser obtenidos de zoocriaderos y permanecer en instalaciones adecuadas para su
bienestar, lo cual, según las denuncias, no se cumple a cabalidad. Finalmente, otra de las
acusaciones contra Patarroyo, es que no parece estar presentando avances realmente
significativos en su investigación, habiendo empleado ya miles y miles de organismos en
experimentación, muchos de los cuales son nuevamente liberados al ambiente y aunque el
investigador afirma que son tratados para no contaminar a otros individuos en estado silvestre,
no hay una supervisión estricta que pueda dar fe de ello. Constituyendo lo anterior, prácticas
que ponen en peligro el ecosistema. Por otro parte, según el fallo de 2012, Manuel Elkin
Patarroyo no contaba con estudios demográficos detallados, que permitieran establecer el
impacto ecológico de extraer semejantes cantidades micos de su ambiente natural.
Caso 3:
La polémica estrategia de Postobón en La Guajira
Entre julio y diciembre de 2017, 3.130 niños recibieron bebidas de la marca Kufu. Sin claridad
sobre el cumplimiento de las exigencias de Minsalud, la empresa examinó a algunos menores
para evaluar efectos de los productos.
Franklyn Gogriyú es un niño de diez años que vive en el resguardo indígena wayuu de
Mayapo, a veinte minutos de Riohacha, en La Guajira. En la segunda semana de diciembre de
2017, Gogriyú salió del comedor de la Institución Etnoeducativa Rural Laachón-Mayapo con
una docena de bebidas Kufu que le habían regalado. Mientras La Liga Contra el Silencio lo
visitaba, con una sonrisa tímida le dijo a su maestro que las compartiría con los cinco
hermanos que lo esperaban en casa. Luego comentó que antes no tomaba “gaseosas”, pero que
ahora lo hacía todos los días.
El niño forma parte de un grupo de 3.130 estudiantes de La Guajira que entre el 24 de julio y
el 15 de diciembre de 2017 recibieron de lunes a viernes un combo que incluye dos bebidas:
una gasificada, con sabor a “mora azul” (fortificada, de acuerdo con el empaque, con
vitaminas B5, B6, B9, B12, magnesio y zinc), y otra que contiene avena y mango, empacada
en una cajita de cartón, fortificada con vitaminas A, C, E y con adiciones de zinc y selenio,
según dice en las etiquetas. Ambos productos, en cuya presentación aparece un oso sonriente y
bonachón, están identificados con la marca Kufu.
La repartición de los combos de Kufu es parte de la primera etapa de Postobón que, según la
compañía le explicó al Invima durante una visita de inspección en octubre de 2017, tiene por
objeto “contribuir a la nutrición de los niños en edad escolar no desnutridos mayores de cinco
años, a través de la entrega del producto en conjunto con la alimentación escolar en los centros
educativos, como un aporte a la prevención de la deserción escolar”.
Hasta diciembre de 2017, Postobón entregó las bebidas a través de la Fundación para el
Desarrollo Panamericano en la Guajira (Fupad), la cual brindó el apoyo técnico para
implementar el programa Kufu.
Desde hace siete años, la Asociación Wayuu Araurayú administra la Institución Etnoeducativa
Rural Laachón-Mayapo, que tiene veintisiete sedes para atender a la población estudiantil de
diferentes comunidades indígenas. La sede principal recibe a 1.200 estudiantes, 200 de los
cuales están internados. Las subsedes, distribuidas en los resguardos, acogen a 1.452
estudiantes más. Durante seis meses, los combos llegaron no sólo aquí, sino también a la
escuela Divina Pastora, en Riohacha, y al Internado Indígena de Nazareth, en Uribia.
En La Guajira, los indicadores de desnutrición se encuentran por encima del promedio de los
demás departamentos del país, de acuerdo con un informe del Banco de la República de abril
2017, el más reciente disponible.
Entregar a una población altamente vulnerable como la de La Guajira productos que no han
sido certificados como suplementos nutricionales ni naturales, tal como reconoce Postobón,
produce cuestionamientos éticos.
La empresa sostiene en una nota institucional que se trata de “bebidas fortificadas con
micronutrientes, diseñadas para acompañar los planes alimenticios de los niños”. En un
cuestionario que Postobón le respondió al centro de estudios Dejusticia a finales de 2017, la
empresa dice que “Kufu no es un suplemento nutricional, y mucho menos un medicamento”, y
añade que “tampoco suple los alimentos necesarios para el desarrollo, pero sí acompaña la
alimentación de los niños”. Sin embargo, desde que los primeros informes sobre los combos
Kufu salieron a la luz, médicos, expertos y algunos periodistas han expresado críticas sobre los
motivos y los efectos del supuesto “acompañamiento alimenticio” que da la bebida.
A la cuestionable repartición de los combos de Kufu se suma algo más. Según diversas fuentes
que La Liga Contra el Silencio consultó, entre las cuales se encuentran maestros de la zona,
funcionarios del Ministerio de Salud, la rectora de una de las instituciones y funcionarios de la
Fupad, algunos niños involucrados en la campaña fueron sometidos a pruebas de laboratorio.
En el Ministerio hay alarma, según le contó a La Liga Contra el Silencio un funcionario del
despacho familiarizado con el caso, pues Postobón no solicitó la autorización necesaria para
una “investigación experimental” con una comunidad.
En una conversación telefónica, así como en un correo que la gerencia de comunicaciones de
Postobón le hizo llegar a La Liga Contra el Silencio el pasado 8 de febrero, Postobón sostuvo
que no se trata de una investigación experimental y que no ha faltado a la norma. La empresa
dice que lo que hizo fue un “seguimiento técnico” y que hoy analiza “la información producto
del seguimiento”.
Postobón también enfatiza que “el trabajo que se hizo en este estudio es integral, pues incluyó
también la realización de talleres, sensibilizaciones y capacitaciones en estilos de vida activos
y en hábitos de vida responsables a los padres de familias, docentes y estudiantes de las
instituciones mencionadas”. “Nos interesa conocer el aporte (de) Kufu como bebida fortificada
en minerales y vitaminas en el acompañamiento a la alimentación de los niños que la reciben”,
dice la comunicación.
Sin embargo, el Ministerio de Salud no parece estar conforme con la información que hasta
ahora ha dado la empresa. El 9 de noviembre de 2017, el Ministerio le solicitó a Postobón el
protocolo del estudio que lleva a cabo con la bebida Kufu. Según el Ministerio, la empresa
respondió mediante una comunicación firmada por la directora de Asuntos Regulatorios que
dice que “sobre la solicitud acerca del protocolo de investigación, estaremos enviando esta
información una vez que concluya el estudio y se obtengan los correspondientes resultados.
Estos resultados los podremos tener para marzo de 2018”.
Tres meses después, el pasado lunes 12 de febrero, el Director de Promoción y Prevención del
Ministerio hizo llegar a la Dirección de Asuntos Regulatorios de Postobón una nueva solicitud
de información. Allí le exige a la compañía “el documento que soporta el proyecto (Kufu) que
incluya, entre otros, el objetivo y propósito de la investigación, el protocolo de la misma, los
avances y resultados, así como los demás aspectos relacionados con dicho proyecto (…) de
acuerdo con lo establecido en la Resolución 8430 de 1993”.
Esta resolución dice que “las investigaciones experimentales en comunidades sólo podrán ser
realizadas por establecimientos” que cuenten con un comité de ética, con una autorización del
Ministerio y, en el caso de un menor de edad, con el consentimiento de su representante legal.
Según César Rodríguez, director de Dejusticia, “si Postobón en efecto no cumplió las normas
al realizar las pruebas, es posible suponer una presunta ilegalidad”.
Al respecto, el director nacional de nutrición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF), Alejandro Gómez, explica que en Colombia se puede hacer investigación de mercado,
pero que ésta debe tener el aval de un comité de ética. “Parece que Postobón quiere acopiar
evidencia de las bondades de un producto, pero no lo puede hacer vulnerando los derechos de
los niños”, dice Gómez. Y añade: “Vamos a investigar”.
“Todavía no se conocen los resultados de las pruebas de laboratorio, pero nos dijeron que con
la ingesta de los Kufu los niños han aumentado sus valores en cuanto a hemoglobina. Y
estamos seguros de que los pone más activos, porque estos muchachos tienen mucha energía”,
dijo la rectora en conversación con La Liga Contra el Silencio.
Al hablar de “valores”, Díaz se refiere a los resultados de las muestras de sangre que, según
dice, les tomaron a los niños en julio de 2017, cuando comenzó lo que ella llama “la estrategia
social Kufu”.
La rectora cuenta que también en ese mes de julio les hicieron controles de talla, peso y
medidas a 130 alumnos en Mayapo. En Riohacha, añade, les hicieron las mismas pruebas de
laboratorio y mediciones a otros 110 niños. Uno de los maestros de Mayapo, entrevistado por
La Liga Contra el Silencio, cuenta que los funcionarios de la Fupad les dijeron que buscaban
“comprobar las ventajas del consumo de Kufu”. El maestro también contó que se les pidió
autorización a los padres de familia. El equipo que investigó esta historia y para ello viajó a La
Guajira no logró tener acceso a las autorizaciones. Pero otros maestros, así como funcionarios
de la Fupad, afirmaron que habían sido solicitadas. Lo mismo asegura la propia empresa.
Diversas fuentes consultadas por La Liga Contra el Silencio también ponen en cuestión que
Postobón hable de Kufu como un “acompañamiento a la alimentación”. “Es muy claro que la
empresa de gaseosas lo que persigue es fidelización con la marca. No es ilegal, pero es
antiético”, dice Diana Vivas, de la organización Educar Consumidores. “Están criando a su
cliente desde chiquito”, dice Diana Guarnizo, de Dejusticia. “El sector privado debería
abstenerse de introducir nuevos productos que no llenan las necesidades nutricionales,
confunden a la población y crean falsas expectativas, anteponiendo intereses privados al bien
común”, dice en un comunicado la Sociedad Colombiana de Pediatría.
3. Fotografías: SI____ NO____
Una vez leído y comprendido, las partes proceden a firmar el presente documento, el día ____
del mes ____del año____, en la ciudad de_____________.
- Paso 4 y 5 del ABP
PASO 4 DEL ABP:
Lista de temas y contenidos que o conocían de la unidad 2
TEMAS/CONTENIDO ARGUMENTO CITAS
S
Autonomía colectiva o Uno de los beneficios de este valor ético es promover (Sánchez,
compartida la solidaridad, la cual es de gran importancia en la 2015, pág.
labor del profesional puesto que facilita el proceso en 18)
la medida en que no se piensa desde lo individual si
no desde lo colectivo.
Permite desarrollar “las potencialidades de persona y
grupos” lo cual a través de un vínculo de
reciprocidad posibilita la realización desde lo
individual como de los “objetivos compartidos”
Desarrollo humano Este concepto nos habla de la relación entre la (Sánchez,
personal y colectivo interacción personal y la vinculación social como 2015,
“claves constructivas del desarrollo de la pág.20)
humanidad”.
Identificar temas y contenidos de la unidad 2 que argumentan el trabajo de grado elegido por el
grupo, citando fuentes.
Opazo, C., H. (2011). Ética en investigación: desde los códigos de conducta hacia la formación
del sentido ético. REICE: Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio
en Educación, 9(2), 61-78.
Polo., S., M. (2014). Ética profesional. Gestión En El Tercer Milenio, 6(12), 69-78. Recuperado
de http://revistasinvestigacion.unmsm.edu.pe/index.php/administrativas/article/view/9863
Tójar, J. C., & Serrano, J. (2000). Ética e investigación educativa. Relieve, 6(2). Recuperado de
https://www.uv.es/RELIEVE/v6n2/RELIEVEv6n2_2.htm
Hernández, G., A. y Sánchez, M. (2016). Diseño y evaluación de una lista de chequeo para la
elaboración del Consentimiento informado. Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic).
Recuperado de http://www.colpsic.org.co/aym_image/files/EntregaFinal_Validaci
%C3%B3ndelaListadeChequeo_DC_vs._3.pdf