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TALLER 1

SOCIALES
AMÉRICA
 
Segunda masa continental aislada más grande de la Tierra. Comprende tres grandes
conjuntos o subcontinentes: Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, tiene una
extensión de aproximadamente 42 millones de km2 y está poblado por más de 650 millones
de habitantes. Las Américas es el nombre que a menudo se utiliza para designar todo el
hemisferio occidental. La palabra apareció por primera vez en la Cosmographiae
Introductio (Introducción a la Cosmografía), editada y publicada en 1507 por el cartógrafo
alemán Martin Waldseemüller. El nombre deriva de Americus, el nombre de pila latinizado
del navegante italiano Amerigo Vespucci, cuyas expediciones al Nuevo Mundo describe la
obra. Tal como Waldseemüller usaba la palabra, América designaba específicamente las
tierras descubiertas por Cristóbal Colón, Vespucci y otros exploradores de las Antillas y la
costa del noreste de Sudamérica. El geógrafo flamenco Gerardus Mercator usó la palabra
América por primera vez para referirse a todo el hemisferio occidental en un mapa del
mundo editado en 1538.
 
CONTINENTE
Cada una de las unidades de masa terrestre continua más extensas de la Tierra, formada
básicamente por sial, que se eleva desde el fondo oceánico.
 
CONTINENTE GEOGRAFICO

Un continente se distingue de una isla o una península, no sólo por su tamaño sino también
por su estructura geológica y evolución. Los continentes, por orden de mayor a menor
tamaño, son: Eurasia (convencionalmente considerada como dos continentes; Europa, que
entendida de forma individual es el penúltimo continente en cuanto a extensión, y Asia),
América, África, Antártida y Oceanía.

Los continentes suponen, aproximadamente, el 29% del área total de la corteza terrestre. Al


norte del ecuador se encuentran más de dos tercios de la superficie de tierra continental.
Además, las masas continentales engloban plataformas continentales sumergidas, que
descienden suavemente desde el litoral de los continentes hasta profundidades de unos 200
m; más o menos en este punto comienza un salto más abrupto que se conoce como talud
continental. Si se consideran las plataformas continentales como parte de los continentes, la
superficie continental total aumenta hasta suponer el 35% de la superficie terrestre. Las
islas que se hallan en la plataforma continental de un determinado continente se consideran
parte del mismo. Un claro ejemplo de ello son Gran Bretaña e Irlanda en Europa, el
archipiélago malayo y Japón en Asia, Nueva Guinea, Tasmania y Nueva Zelanda en
Australia, y Groenlandia en América.

CONTINENTE GEOLOGICO
 
En geología, los continentes se definen en términos de estructura de la corteza terrestre más
que como áreas de la superficie terrestre. Los geofísicos han estudiado estos rasgos a través
de los registros sismográficos de las ondas producidas por los terremotos y por algunas
experiencias de explosiones provocadas (ondas primarias y secundarias). Sus datos indican
que el centro de la Tierra es un núcleo caliente y denso, en parte líquido, formado por
níquel y hierro, de más de 6.000 km de diámetro. Rodeando a este núcleo se encuentra un
manto de roca sólida caliente de 3.000 km de espesor, con una parte formada por materia
semiplástica. Este manto, a su vez, se halla envuelto por la capa más exterior de la Tierra, la
corteza, una capa de roca relativamente fría cuyo grosor oscila entre los 5 km, debajo de los
océanos, y los 70 km que puede tener, como promedio, debajo de los continentes.

Debajo de los océanos la corteza consiste en una única capa de rocas basálticas oscuras y


densas, formadas en su mayor parte por minerales de hierro y magnesio. En los continentes
esta capa está sepultada bajo otra capa más gruesa de rocas más ligeras, menos densas,
formadas por aluminosilicatos. Debido a la diferencia de densidad, las rocas más ligeras
flotan sobre las basálticas. Por un principio que se conoce como isostasia, en aquellas áreas
en que las rocas más livianas se elevan más, como ocurre en las grandes cadenas
montañosas, también se hunden a una mayor profundidad; por debajo de estas montañas,
sus raíces más ligeras se prolongan en las rocas oscuras de la corteza terrestre hasta
profundidades considerablemente mayores que las que se hallan bajo las vastas llanuras que
se encuentran en el interior de la mayoría de los continentes.

En la década de 1960, los geólogos comenzaron a acopiar pruebas de que los continentes


además de flotar, es decir, de moverse hacia arriba y hacia abajo en la corteza terrestre,
también se desplazaban lateralmente yendo a la deriva. La teoría que explica los orígenes y
la historia de la deriva continental se denomina la tectónica de placas. Al trazar las
direcciones que habían tomado los continentes, los geólogos descubrieron que la corteza
terrestre y el manto superior se dividían en un determinado número de placas semirrígidas,
cada una de las cuales tenía unos límites reconocibles y se movía como una unidad.
Algunas de estas placas tectónicas, como la del Pacífico o la de Nazca, están formadas casi
totalmente por corteza oceánica; otras, como las placas de América y la euroasiática, están
formadas básicamente por corteza continental. Los límites de las placas se localizan en
medio de los océanos o en zonas de alta mar, o bien emergen del fondo del mar y se
extienden por tierra firme. Uno de estos lugares es California occidental, donde la falla de
San Andrés, muy propensa a los terremotos, marca el límite entre las placas de América del
Norte y la del Pacífico.
La distribución actual de mares y tierras ha evolucionado durante cientos de millones de
años, en los cuales las masas de los continentes fueron a la deriva, se unieron por
colisiones, se desgarraron, se separaron y se volvieron a unir formando nuevas
combinaciones. Estos movimientos no parece que se hayan debilitado o que hayan cesado,
ni muestran signos de que lo vayan a hacer; por tanto, la distribución del mar y la tierra
firme continuará cambiando mientras que el planeta contenga la energía necesaria para
provocar el movimiento de las placas de su corteza.

FRAGMENTO DE EL ORIGEN DE LOS CONTINENTES Y OCÉANOS.

De Alfred Wegener.

Capítulo 2.

Pero ¿cuál es la verdad? La Tierra no puede tener más de un rostro a la vez. ¿Hubo puentes
continentales, o bien estuvieron siempre los continentes separados por mares profundos? Es
imposible rechazar la reivindicación sobre las antiguas conexiones terrestres si no
queremos renunciar por completo a comprender el desarrollo de la vida en la Tierra. Pero es
igualmente imposible rehuir los argumentos con los que los partidarios de la teoría de la
permanencia rechazan los intercontinentes hundidos. Evidentemente, queda tan sólo una
posibilidad: tiene que existir un error oculto en las suposiciones tomadas como evidentes.
Este es el punto de partida de la teoría movilista o teoría de la deriva. La suposición,
tomada como evidente tanto en la teoría de los puentes continentales como en la de la
permanencia, de que la situación relativa de los bloques continentales no ha cambiado
(prescindiendo de su cobertura de mares someros) debe ser falsa: los continentes deben
haberse movido. Suramérica debe haber estado junto a Africa y formado con ella un único
continente, escindido en el Cretácico en dos partes que luego, como los fragmentos de un
témpano agrietado, se separaron cada vez más en el curso del tiempo geológico, pero los
bordes de estos dos bloques concuerdan todavía hoy. No sólo el gran codo en ángulo recto
que forma la costa brasileña en el cabo San Roque encuentra su negativo en el recodo de la
costa africana en Camerún, sino también al Sur de estos accidentes la forma de la costa es
tal que a cada saliente en la costa brasileña corresponde una bahía de igual forma en la
africana, y viceversa: a cada bahía en el lado brasileño un saliente en el africano. Como
puede comprobarse con el compás sobre un globo terrestre, las distancias concuerdan con
precisión.
Igualmente, Norteamérica ha estado situada en el pasado junto a Europa, y formó un bloque
único con ella y Groenlandia, al menos desde Terranova e Irlanda hacia el Norte. Este
bloque se fragmentó a partir del Terciario Superior (y en el Norte incluso en el Cuaternario)
por medio de una fractura que se bifurcaba en Groenlandia, tras lo cual los fragmentos se
separaron unos de otros. La Antártida, Australia y la India estaban situadas junto a
Suráfrica hasta el comienzo del Jurásico, formando con ella y con Suramérica un gran
contienente único (parcialmente cubierto por mares someros), que en el transcurso del
Jurásico, el Cretácico y el Terciario se fragmentó en bloques aislados, que luego derivaron
en todas direcciones. En el caso de la India, se trata de un fenómeno algo distinto:
inicialmente, un largo bloque cubierto casi totalmente de mares someros la unía por
completo al continente asiático. Tras la separación de Australia por una parte (en el
Jurásico Inferior) y por otra de Madagascar (en el límite entre Cretácico y Terciario), este
largo bloque fue plegado cada vez más por la aproximación de la India a Asia, y constituye
hoy una de las más poderosas cadenas de montañas de la Tierra: el Himalaya y las cadenas
vecinas.
También en otras zonas se presenta la deriva continental en relación causal con el origen de
las montañas: en la migración hacia el Oeste de las dos Américas, su borde anterior se
plegó en la gigantesca cadena andina (que se extiende desde Alaska hasta la Antártida) a
causa de la resistencia frontal del fondo de la cuenca del Pacifico, muy antigua, fría y, por
tanto, rígida. También junto al continente australiano, sólo separado de Nueva Guinea por
un mar de plataforma, se encuentran las elevadas montañas de Nueva Guinea, formadas
recientemente y también en el borde anterior en el sentido del movimiento; antes de su
separación con respecto a la Antártida, la dirección de su movimiento era distinta: la actual
costa Este era entonces el borde anterior. Entonces se plegaron las montañas de Nueva
Zelanda, que se extendían inmediatamente delante de esta costa, y a continuación y debido
a los cambios en la dirección de la deriva, se desligaron y retrasaron, formando arcos de
islas. Las actuales cordilleras del Este de Australia surgieron en una época anterior; se
formaron al mismo tiempo que los pliegues más antiguos en Norte y Suramérica, los que
constituyen la base de los Andes (Precordillera), en el borde anterior de la masa continental
que migraba como un todo antes de la fragmentación.
El citado proceso de la separación de Nueva Zelanda (primero cadena marginal, luego arco
de islas) del continente australiano nos lleva a considerar el fenómeno al otro lado de los
continentes en movimiento, donde los fragmentos quedarían retrasados en la migración de
los grandes bloques, sobre todo cuando ésta tenía lugar hacia el Oeste. Así, las cadenas
marginales se segregan en el borde oriental del continente asiático para formar arcos
insulares; así quedan atrás las Pequeñas y Grandes Antillas con respecto al bloque
centroamericano, lo mismo que el llamado arco de las Antillas del Sur, entre la Tierra de
Fuego y la Antártida occidental; incluso todos los continentes que se estrechan en dirección
meridional presentan una curvatura hacia el Este del extremo aguzado, debido a un retraso
relativo en la deriva. Como ejemplos, citaremos el extremo Sur de Groenlandia, la
plataforma submarina de Florida, la Tierra de Fuego, la Tierra de Graham o la fragmentada
Ceilán.
Se puede observar sin dificultad que esta exposición global de la teoría de los
desplazamientos se basa en la suposición de que los fondos marinos y los continentes están
compuestos de distintos materiales, que en cierta medida representan diferentes niveles de
la Tierra. El más extremo, representado en los continentes, no cubre toda la superficie
terrestre (como veremos, quizá sea más correcto decir que no la cubre ya), y los fondos
marinos representan la superficie libre del siguiente nivel de la Tierra, que asimismo se
supone que existe bajo los continentes. Este es el aspecto geofísico de la teoría movilista.
Si tomamos la teoría de la deriva como base, podemos satisfacer todos los requisitos
legítimos, tanto de la teoría de los puentes continentales como de la teoría de la
permanencia. En concreto, esto quiere decir que hubo conexiones entre los continentes
actualmente separados, pero no intercontinentes que luego se hundieron; y que hay
permanencia, pero no de cada océano o continente individual, sino del área de los
continentes y del área de las cuencas marinas en su conjunto.
La argumentación detallada de esta nueva teoría constituirá el contenido principal de este
libro.
Fuente: Wegener, Alfred. El origen de los continentes y océanos. Madrid: Ediciones
Pirámide, 1983.
 

 
ACTIVIDAD

1. de donde surge el nombre de América

R/ surge en honor de américo Vespucio explorador y cartógrafo italiano.

2. que es un continente

R/es una unidad de tierra de dimensiones importantes. y separadas por océanos, y en


general separados por diferentes accidentes geográficos.

3. cuales son las principales características de un continente

R/ que dichos continentes están separados por 5 océanos, atlántico,

Indico, glacial, ártico, la mayor parte de los continentes se si sitúan

O comparten parte del hemisferio norte.

4. cuales son los continentes


R/ Europa, África, así, América, Oceanía, y la Antártida.

5. que islas hacen parte del continente Europeo

R/ estas son las que hacen parte: Santorini. Madeira Portugal, creta, Zákinthos,

Fuerte ventura, islas canarias, Jersey reino unido, mallorca islas baleares, isla de capril
Italia

6. que es el centro de la Tierra

R/ es un aura de misterio rodeada. lo que se esconde bajo la superficie, No obstante,


resulta

Sorprendente.

7. en que consiste la isostasia

R/ es la condición de equilibrio gravitacional a la que tiende la zona externa de la geosfera

(corteza Y el manto contiguo).

8. que es tectónica de placas

R/ son: fragmentos de la litosfera, compuesta por la parte superior. Y la corteza terrestre

Se comparten como una capa fuerte , relativamente fría y rígida.


9. donde limitan las placas de América del norte y la del pacifico

R/ la placa Norteamérica es la placa continental en la que se asientan América del norte.

(incluyendo Groenlandia) los archipiélagos de cuba y las Bahamas en el mar caribe, la

Parte occidental del océano atlántico norte, (hasta la dorsal meso atlántica), la mitad
occidental

Y de Islandia, una parte del océano.

10. Explique en que consiste el fragmento del origen de los continentes de Alfred Wegener

R/  la formuló basándose, entre otras cosas, en la manera en que parecen encajar las formas
de los continentes a cada lado del océano Atlántico, como África y Sudamérica, de lo que ya se
habían percatado anteriormente Benjamín Franklin y otros. También tuvo en cuenta el parecido de
la flora fósil de los continentes septentrionales y ciertas formaciones geológicas. Más en general,
Wegener conjeturó que el conjunto de los continentes actuales estuvo unidos en el pasado remoto
de la Tierra, formando un supercontinente, denominado Pangea, que significa «toda la tierra».

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