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2.1. Introducción
El país comienza a dar los primeros pasos reales para alcanzar el ansiado crecimiento y marca apoyado
en estructuras sólidas, como la madurez de su sistema democrático y la estabilidad de su economía,
sustentada entre otros aspectos, por la solidez de su sistema financiero.
Bolivia se desenvuelve en la actualidad con nuevas concepciones de país y de Estado que, basadas en
experiencias y esfuerzos de los últimos años, han encontrado una fuente de enriquecimiento
insustituibles e inmejorables en el dialogo directo entre gobernantes y ciudadanos, que en los últimos
años se ha pronunciado unánime por la constitución de una nación sólida, creíble y digna.
En ese contexto, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) ex SBEF, más que un ente
regulador, es el más garante de funcionamiento de un sistema financiero sano y eficiente que, además
de apoyar y de fiscalizar su solvencia, asume como propio el resto de convertirse en un elemento
propulsor del desarrollo nacional.
La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) es una institución de derecho público y de
duración indefinida, con personalidad jurídica, patrimonio propio y
La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) es una institución de derecho público y de
duración indefinida, con personalidad jurídica, patrimonio propio y autonomía de gestión
administrativa, financiera, legal y técnica, con jurisdicción, competencia y estructura de alcance
nacional, bajo tuición del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, y sujeta a control social.
La ASFI tiene por objeto regular, controlar y supervisar los servicios financieros en el marco de la
CPE, la Ley Nº 393 de Servicios Financieros y los decretos supremos reglamentarios, así como la
actividad del mercado de valores, los intermediarios y entidades auxiliares del mismo.
Son objetivos de la regulación y supervisión financiera, respecto de los servicios financieros, de manera
indicativa y no limitativa, los siguientes:
c) Asegurar que las entidades financieras proporcionen medios transaccionales financieros eficientes y
seguros, que faciliten la actividad económica y satisfagan las necesidades financieras del consumidor
financiero.
2.3. Orígenes
Además, la Ley General de Bancos le daba algunas otras funciones que ampliaban el ámbito de su
competencia, para permitirle una eficaz supervisión del sistema bancario y un mejor resguardo de
interés público. Si bien con las obligaciones que le imponía el ordenamiento legal y vigente, el trabajo
de la Autoridad de Bancos y Entidades financieras se mantuvo estático en circunstancia en las que el
sistema financiero no era muy grande.
Producto de la época y las condiciones imperantes, durante las décadas del 50 y 60 la ASFI, ex SBEF
vivió una serie de discontinuidad en su trabajo, principalmente en la estabilidad del personal jerárquico
y se vio sometida discrecionalmente a posiciones inferiores y subordinadas.
Con una visión estatista, que comenzó a partir de la evolución de 1952, La Autoridad de Bancos y
Entidades Financieras tuvo que amoldarse a las condiciones en la que se desenvolvía el país sufrió una
serie de transformaciones que son parte de su historia.
A principios de del año 1970, el país comenzó a vivir una nueva época en el aspecto financiero, con
una reorientación del mismo y de las propias entidades bancarias a la captación de recursos internos y
externos para canalizar al sector productivo.
Con un nuevo panorama, caracterizado por un mayor movimiento económico, el país se vio frente a la
necesidad de educar su sistema financiero y emergente de ella surgió otra necesidad aún mayor: la de
contar con un organismo fiscalizador ágil, moderno y principalmente técnico.
En los hechos, la Ley de 1928 dio las primeras e irrefutables muestras de obsolescencia y las
circunstancias urgían un organismo que, con las características mencionadas, vigilara las nuevas
operaciones, orientará mejor la actividad financiera y se convertirá en una garantía para reducir los
riesgos generados por las nuevas operaciones económicas.
Por ello, y para salvar las dificultades anotadas, el gobierno determino incorporar la SBEF a la
estructura orgánica del Banco Central a través del Decreto Ley 09428, de octubre de 1970, que también
fue conocido como la “Ley del Sistema Financiero Nacional”.
Fue entonces, cuando la ASFI ex SBEF se convirtió en la División de Fiscalización dependiente del
Banco Central.
Años más tarde, siempre en búsqueda de una armoniosa adecuación de su funcionamiento a las
exigencias del momento, el Poder Ejecutiva determino el desprendimiento de la rana de seguro de la
ASFI ex SBEF y se creó la Superintendencia de Seguros y Reaseguros, que contaba a partir del Decreto
Ley 12926, del 3 de octubre de 1975, con legislación propia que hoy en día este poder fiscalización
hacia las entidades de seguros vuelve a ser atribución de la Autoridad de Bancos y Entidades
Financieras.
ETAPAS
La primera etapa, de 1988 hasta 1990, fue de afirmación de la entidad, con los objetivos
mencionados, con el concepto de ingresar a una fase de modernidad que acorde con las
exigencias de los tiempos, cumpliera con los objetivos trazados por el ordenamiento legal.
Los primeros logros de esta etapa, en la que el mismo país sufría una serie de transformaciones
de distintos órdenes, fueron, por ejemplo, la educación de las entidades supervisadas para
responder a una entidad fiscalizadora autónoma, con una organización actualizada y dotada de
sistemas modernos y técnicas renovadas de inspección y control.
La segunda etapa, los primeros pasos de modernización del Estado se encuentran (como se
aprecia en el D.S. Nº 22407) en la remisión del ejecutivo al legislativo del Anteproyecto de Ley
de Organización de los Gobiernos Departamentales y del Anteproyecto de Ley de
Administración Financiera y Control Gubernamental que, posteriormente, se promulgaría como
Ley SAFCO. Luís del Río Chávez, primer superintendente de la restituida SBEF, en la Memoria
de 1988, mencionaría que la ley de 1928 debía modificarse. En la Memoria de 1989, comentaría
que la SBEF elaboraba un borrador para la nueva ley.
La tercera etapa, Luego de las medidas de ajuste estructural (1985) y la Ley SAFCO, entre
otras, se impulsaron las reformas de segunda generación, entre las que destacan: i)
modificaciones a la Constitución Política del Estado (CPE), en la que se reconoce a Bolivia
como país pluricultural y multiétnico, ii) Ley de Capitalización (1994, modalidad de
privatización de las principales empresas estatales), iii) Ley de Participación Popular (LPP,
1994, modelo boliviano de descentralización) y Ley de Descentralización Administrativa (LDA,
1995), iv) Ley de Reforma Educativa (LRE, 1994)) que oficializa la Educación Intercultural
Bilingüe (EIB), v) Ley de Reforma de Pensiones (1996), y vi) Ley del Servicio Nacional de
Reforma Agraria, conocida como Ley INRA (1996), que reconoce las Tierras Comunitarias de
Origen (TCO) de los pueblos indígenas y establece los procesos de saneamiento y titulación de
tierras.
La capitalización, con la Ley Nº 1544, de 21 de marzo de 1994, fue la reforma que buscó cerrar el
círculo iniciado con el ajuste en 1985 para consolidar el nuevo modelo neoliberal. Esta ley autorizó la
conversión de las empresas estratégicas estatales en sociedades de economía mixta, así como la
capitalización de éstas a través del “incremento de su capital, mediante nuevos aportes provenientes de
inversionistas privados, nacionales y/o extranjeros. Los inversionistas privados, nacionales y/o
extranjeros serán seleccionados y los montos de sus aportes determinados a través de licitación pública
internacional.”(Art. 4º.); los mismos que suscribieron un contrato de administración. Asimismo, el
Poder Ejecutivo quedó autorizado para transferir a título gratuito, en beneficio de los ciudadanos
residentes en el país y que al 31 de diciembre de 1995 hubiesen alcanzado la mayoría de edad, las
acciones de propiedad del Estado en las sociedades de economía mixta capitalizadas (Art. 6). Los
fondos de pensiones serían los encargados de la administración de los Fondos de Pensiones de
Capitalización individual, los mismos que después se constituyeron a través de la Ley de Pensiones.
Las cuantificaciones del valor en libros de las cinco empresas a capitalizar (YPFB, ENTEL, ENDE,
ENFE, Y LAB) ascendían a 648 millones de dólares; sin embargo, la capitalización logró compromisos
de inversión (en cinco años) por $US 1.671 millones; esto provocó que la inversión extranjera directa
creciera de menos del 1% del PIB, al inicio de los noventa, a más del 10% de ese indicador en 1998 y
1999. Debe mencionarse, sin embargo, que la inversión extranjera directa recibida por Bolivia entre
1994 y 1999 (los cinco años considerados para concretar las promesas de inversión) es superior a los
compromisos de la capitalización en $US 607 millones, es decir que Bolivia recibió más inversión a la
comprometida por las capitalizadas, lo cual puede asociarse a otros sectores, como la minería y las
telecomunicaciones, principalmente.
Otra de las importantes reformas al Estado durante esta década fue la descentralización de
responsabilidades y de recursos de con-participación tributaria (20% de las recaudaciones de renta y
aduana) a los gobiernos municipales (GM), responsables de la jurisdicción municipal, incluida el área
rural, a través de la promulgación de la Ley de Participación Popular N° 1551, de 20 de abril de 1994.
Con la LPP y el proceso de municipalización, el Estado llega -como nunca antes- a todos los confines
del territorio nacional y se inicia un proceso inevitable de “modernización”. Sin embargo, de manera
paradójica, los pueblos indígenas y comunidades originarias se apropian del proceso y se abren
diferentes alternativas, como los distritos y municipios indígenas y la participación política, que
permiten la reafirmación de estas culturas y la vigencia/recreación de sus usos y costumbres, en el
marco del propio espíritu de la LPP. En la década de los noventa, los movimientos y pueblos indígenas
han logrado importantes espacios de reconocimiento a sus demandas sociales, territoriales y ejercicio
de derechos. El carácter multiétnico y pluricultural establecido en el Artículo 1º de la Constitución
Política del Estado (CPE), el reconocimiento de sus organizaciones naturales (personería jurídica) -en
el ámbito de la LPP- y de la TCOS -en la Ley INRA-, el establecimiento de la Educación Intercultural
Bilingüe (EIB) -en el contexto de la Ley de Reforma Educativa- y la creación de una cartera de Estado
(Ministerio/Viceministro) con competencias en los temas indígenas y de comunidades originarias son
muestras de los avances y logros obtenidos por las luchas y movilizaciones de los pueblos y
comunidades indígenas.
La LPP también permitió la organización de la sociedad civil para el control de los recursos, primero al
reconocer la personalidad jurídica de las comunidades y pueblos indígenas, comunidades campesinas y
juntas de vecinos como organizaciones territoriales de base (OTB), las que debían fiscalizar la
administración de recursos del GM; pero, también, se amplió la participación social al establecer la
planificación participativa en la formulación de planes municipales y presupuestos (anuales y
quinquenales), que buscaba transparentar la información y rendición de cuentas y la incorporación,
principalmente del poblador rural, en la gestión pública local, incluidas zonas en las que el Estado no
había sentado soberanía prácticamente desde la creación de la República.
Si bien los GM no demostraron -al inicio de las reformas- capacidad suficiente para la ejecución de los
recursos y las responsabilidades asignadas, su participación en la inversión pública ejecutada se fue
incrementando paulatinamente de 8%, en 1994, (antes de promulgarse la LPP) a 20%, en 1998.
Misión
“Regular, supervisar y controlar el sistema financiero, velando por su estabilidad, solvencia, eficiencia
y transparencia, precautelando el ahorro y su inversión que es de interés público, en el marco de los
principios constitucionales del Estado Plurinacional de Bolivia”.
Visión
“Ser una institución estratégica de regulación, supervisión y control de reconocido prestigio y
credibilidad, comprometida con la transparencia, con recursos tecnológicos y humanos especializados,
que preserva la estabilidad, solvencia y eficiencia del sistema financiero y protege al consumidor
financiero, en el marco de las políticas públicas, para el vivir bien de la población”.
2.8. ESTRUCTURA ORGANICA
Asesoría y Control:
Área de Supervisión:
Oficinas Departamentales
- Oficina Departamental Santa Cruz
- Oficina Departamental Cochabamba
Centros de Consulta
- Centro de Consulta El Alto
- Centro de Consulta Oruro
- Centro de Consulta Potosí
- Centro de Consulta Sucre
- Centro de Consulta Tarija
- Centro de Consulta Cobija
- Centro de Consulta Trinidad
La Dirección General Ejecutiva debe definir las estrategias y políticas para el mantenimiento y
desarrollo institucional de ASFI, dirigir y controlar la ejecución de los planes estratégicos y operativos
de ASFI, con la finalidad de ejercer la regulación, supervisión y control de las entidades financieras
comprendidas en la Ley de Servicios Financieros y las definidas en la Ley del Mercado de Valores.
Apoyo y Control
Efectuar el control interno posterior mediante la evaluación de los Sistemas de Administración, las
operaciones de la entidad y los controles incorporados a ellos, emitiendo recomendaciones dirigidas a
optimizar los instrumentos de control interno implementados, los cuales permitan asegurar el logro de
los objetivos institucionales.
JEFATURA DE ADMINISTRACIÓN
JEFATURA DE FINANZAS
Administrar los recursos financieros de ASFI a través de los sistemas de presupuesto, tesorería y
contabilidad integrada, en cumplimiento a la normativa vigente y a fin de coadyuvar al logro de los
objetivos institucionales.
JEFATURA DE TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN
Administrar la Gestión Documental de ASFI, a través del Sistema de Gestión Documental, para el
acceso oportuno de la información y la preservación del patrimonio documental institucional, en
cumplimiento a la normativa vigente y a fin de coadyuvar al logro de los objetivos institucionales.
Área de Supervisión
Dirigir y coordinar las actividades de las Direcciones del área de supervisión, verificando el
cumplimiento de sus objetivos y la atención oportuna de trámites en materia de supervisión y control
del sistema financiero, gestionando los flujos de información desde y hacia la MAE. Coordinar con
otras áreas funcionales de ASFI temas de regulación y control.
Ejercer la supervisión y control de las Entidades de Intermediación Financiera con el fin de cumplir con
lo establecido en la Ley de Servicios Financieros, la Recopilación de Normas para Servicios
Financieros y la legislación vigente.
Regular y controlar las actividades de los participantes del Mercado de Valores, así como a las
Sociedades Controladoras de Grupos Financieros, mediante la supervisión y fiscalización, con la
finalidad de mantener el Mercado de Valores sano, seguro, transparente y competitivo.
Brindar asesoramiento y apoyo legal, a la Dirección General Ejecutiva y a todos los niveles
organizacionales de ASFI, para coadyuvar en la toma de decisiones. Atender los procesos judiciales y
administrativos de ASFI, en el ámbito de sus atribuciones y competencias, pudiendo coordinar sobre
estas materias con las distintas Direcciones de ASFI, cuando así se lo requiera para la defensa de los
intereses institucionales.
Regular las actividades del sistema financiero a través de la emisión de reglamentación específica y
normativa prudencial de carácter general, que posibiliten la supervisión y control de entidades
financieras, de valores y de sociedades controladoras de grupos financieros regulados por la Autoridad
de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
Defender y proteger los derechos del consumidor financiero, frente a los actos, hechos u omisiones de
las entidades financieras, a través de la atención de los reclamos en segunda instancia. Promover y
desarrollar una cultura financiera en la población a través de educación financiera que permita la
comprensión de los productos y servicios financieros.
Instancias de Coordinación
COMITÉ DE CAPACITACIÓN
Establecer y recomendar políticas para orientar las actividades institucionales relacionadas con la
capacitación del personal de ASFI en todos sus niveles. Además de aprobar en forma preliminar planes,
programas y proyectos de capacitación y recomendar postulaciones a eventos de capacitación de los
servidores/as públicos/as de ASFI.
COMITÉ DE TECNOLOGÍAS Y SEGURIDAD DE LA INFORMACIÓN
Coordinar y establecer las políticas y prioridades para la administración de las Tecnologías y Seguridad
de la información en función a las actividades y tareas desarrolladas por la Jefatura de Tecnologías de
Información y Comunicación, y el Oficial de Seguridad de la Información.
COMITÉ DE NORMAS
Revisar y aprobar de manera preliminar los proyectos de reglamentos elaborados por la Dirección de
Supervisión de Valores, la Dirección de Soluciones y Liquidaciones en el ámbito de su competencia,
así como los proyectos de reglamentos que conllevan una decisión institucional, para la emisión de
norma acorde con el Plan Estratégico Institucional y alineados a los objetivos de ASFI.