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Las musarañas elefante tienen un cierto parecido con las musarañas, pero son de mayor
tamaño. Alcanzan una longitud corporal de 10 a 31 centímetros y tienen una cola de 8 a 25
centímetros de largo. Su peso varia entre los 25 y 280 gramos. Sin embargo, los más grandes
rincociones (Rhynchocyon) pueden alcanzar un peso de hasta 700 gramos. El pelaje en el
dorso varia, dependiendo de su hábitat, desde un gris amarillento hasta un café rojizo. Los
rincociones y el petrodomo (Petrodromus tetradactylus) tienen, además, rayas y manchas en
el pelaje. La superficie ventral es de un color más claro, mayoritariamente blanco o gris claro.
Estos animales tienen ojos grandes y redondos y un hocico móvil muy alargado en forma de
una trompa (probóscide).
Tienen las patas largas y delgadas. Las patas traseras son más largas que las delanteras. Los
dedos gordos (hallux) y los pulgares son muy pequeños o faltan completamente. Las patas
traseras están concebidas para avanzar a saltos. Como muchos otros mamíferos, las
musarañas elefantes se paran y caminan apoyándose en los dedos de sus patas (digitígrados).
Poseen una larga cola, casi pelada, que tiene cierto parecido a la cola de una rata. Las
musarañas elefante marcan su territorio con las secreciones que producen con las glándulas
odoríferas de la parte inferior de la cola, y con otras glándulas situadas en las patas, el pecho
y el ano. Las hembras poseen de dos a tres pares de pezones.
Las características más importantes para justificar la ubicación de las musarañas elefantes en
un orden propio se encuentran, como en la mayoría de los mamíferos, en el esqueleto, sobre
todo en los huesos craneales.
Una peculiaridad de la constitución de las extremidades son las largas patas traseras, sobre
todo el peroné, la tibia y el metatarso que están alargados. Ambos huesos de la pata están
unidos a dos tercios en el segmento distal. Los huesos del antebrazo están unidos en algunas
especies y en otras se encuentran muy cerca el uno del otro. La columna vertebral está
compuesta de siete vértebras cervicales, trece vértebras torácicas, siete a ocho vértebras
lumbares, tres vértebras sacras y 20 a 28 vértebras caudales.
La fórmula dental de las musarañas elefante es: 0 a 3-1-4-2 / 3-1-4-2 a 3. Esto significa que
estos animales poseen de ningún a tres incisivos, un colmillo, cuatro premolares y dos
molares en el maxilar superior y de tres incisivos, un colmillo, cuatro premolares y de 2 o 3
molares en el maxilar inferior. Los premolares son anchos y asumen la función principal al
masticar. Los molares siempre faltan en el maxilar superior y en maxilar inferior son más
bien chicos o faltan también por completo. El colmillo superior también es ancho y se parece
a los premolares (a excepción del musaraña elefante de trompa dorada). Las musarañas
elefantes pasan por dos etapas de dentición, al igual que la mayoría de los mamíferos; la
primera donde les aparece una dentadura de leche y luego la segunda dentición donde les
surgen los dientes definitivos.
Las musarañas elefante viven en el suelo y son mayoritariamente animales diurnos. Sin
embargo, cuando las temperaturas son muy altas o el acecho por parte de depredadores es
muy fuerte se les ve solo de noche. Como escondite usan agujeros no muy profundos, grietas
en las rocas, troncos huecos, termiteros o nidos de roedores abandonados, ya que son malos
excavadores. A excepción de un par de especies del género Elephantulus, que viven en
pequeños grupos, todas las murañas elefantes viven en parejas. Varias parejas comparten un
territorio y defienden este de cualquier otro intruso.
Al igual que los canguros, utilizan dos tipos de marcha: La lenta, para la que usan las cuatro
patas, y la rápida, en la que usan las piernas traseras para dar largos saltos hacia adelante,
para huir de depredadores o cuando se sienten amenazados. Construyen caminos a través de
la maleza para usarlos como una pista de carreras en caso de emergencia. Este sistema de
caminos puede llegar a ser muy complejo y es, normalmente, mantenido por la pareja. Al
correr, estos animales producen un sonido parecido al de un tambor.
Después de un periodo de gestación de seis a diez semanas, la hembra da a la luz a uno o dos,
raramente tres o cuatro, crías. En condiciones climáticas favorables, la hembra es fértil
durante todo el año y puede llegar a tener tres a cuatro camadas al año. En lugares más
elevados se puede dar una interrupción temporal.
Las crías son relativamente grandes al nacer, cubiertas de pelo y bien desarrolladas. Las
musarañas elefantes son una especie precocial y pueden caminar poco después de haber
nacido. Las madres les dan de mamar a las crías durante un periodo corto de dos a tres
semanas, y después de cinco a ocho semanas los jóvenes llegan a la pubertad. Las
expectativas de vida son relativamente cortas, y en libertad alcanzan raramente los tres años.
La edad más alta conocida de una musaraña elefante en cautiverio fue de 9 años, un
Elephantulus intufi.