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Caso práctico y testimonio de una trabajadora del sector salud.

En el presente informe queremos presentar un caso práctico de una trabajadora del sector

salud, con la intención de demostrar al lector que así como en el caso expuesto (ocultando la

verdadera identidad de la protagonista), día a día miles y miles de trabajadoras en distintos

ámbitos laborales sufren directa e indirectamente algún tipo de violencia expresado en distintas

formas.

Recogimos el testimonio de Silvia *; ella trabaja de enfermera de 24 años recién

graduada, con muchas ganas de seguir aprendiendo las destrezas de su profesión en el hospital

Honorio delgado de Arequipa. fuimos a conversar con ella y le preguntamos cómo es su

desenvolvimiento y el ambiente que vive en su centro de trabajo, definitivamente nos sorprendió

mucho y también nos llenó de decepción la respuesta que ella nos dio al preguntarle si alguna

vez había sido objeto de algún tipo de violencia o acoso laboral por parte de sus compañeros,

jefes superiores o incluso los mismo pacientes, obviamente además de su respuesta

confirmatoria, nos dijo lo siguiente: “es imposible ser mujer y estar en paz, libre de acoso o

violencia sexual aunque sea mínima en esta sociedad”. Nosotros llegamos a la conclusión con

apoyo en otros testimonios que el 99 por ciento de agentes activos en casos de violencia en el

ámbito laboral son varones. Lo que evidencia una clara y evidente cultura machista, esta es

nuestra realidad, vivimos en una sociedad en la que muchos hombres piensan que es correcto

atribuirse la facultad de poder darle un trato a las mujeres como objetos de su pertenencia, como

mercadería sexista, como objetos decorativos, tal cuales arreglos florales, como entes de

compañía, o de servicio doméstico, incluso en el mismo centro de trabajo. Lo más trágico es que

a pesar de ver esta realidad, tenemos un sistema normativo y jurisdiccional tan deficiente en este
aspecto, que así como Silvia, muchas trabajadoras también coinciden que de alguna forma tiene

que aprender a vivir con ello. A soportar los constantes acosos, comentarios machistas, piropos,

incluso agresiones psicológicas, psíquicas, físicas hasta sexuales. Que si no lo pueden soportar

simplemente no podrían durar mucho tiempo en algún puesto de trabajo teniendo eso como

consecuencia inestabilidad lo cual sería mucho peor ya que como personas todos tenemos

necesidades básicas que cubrir.

Como estudiantes de derecho, conversamos con Silvia para darle asesoría sobre cómo

debe proceder y las sugerencias e iniciativas de seguridad que debe tomar en cuenta frente a una

situación ya mencionada, las cuales ya mencionamos en el desarrollo del informe general. Como

reiteramos estamos ante una cruda y muy desagradable realidad en nuestra sociedad, en la que no

se tutela efectivamente los derechos de las personas más vulnerables dentro de esta, como lo son

las mujeres, expuestas ante un sinnúmero de agresiones de todo tipo, esperamos como

estudiantes contribuir a tomar conciencia de la situación tan deplorable del trato y concepto que

se tiene hacia la mujer. Así toda nuestra regulación y principios normativos que amparan el

derecho al menos en nuestro país no queden solamente en un papel siendo pura y muerta

literatura.

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