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Ejemplo Proyecto Hipertensión
Ejemplo Proyecto Hipertensión
ANTECEDENTES GENERALES
Nombre del proyecto: Proyecto de prevención en un grupo de personas hipertensas entre los 40-
60 años.
Tipo de proyecto: Prevención terciaria, dado que la intervención se hará cuando la enfermedad está
incipiente, previniendo estados más avanzados de la enfermedad.
INTRODUCCION
Los seres humanos se ven enfrentados a múltiples situaciones con relación a la salud.
Entendiendo salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la
ausencia de enfermedades (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2015). Antiguamente el
desarrollo inicial de la Psicología de la Salud, se centraba en investigaciones sobre la salud mental,
el manejo psicológico de enfermedades crónico-degenerativas (cardiovasculares y cáncer), el dolor
crónico y las adicciones (Rodríguez, Rojas, 1998 como se cita en Grau y Flórez, 2005). Con el paso
del tiempo y en la actualidad, se puede afirmar que la investigación en Psicología de la Salud en el
mundo y en América Latina, comprende todos los momentos del proceso salud-enfermedad desde
la promoción de salud y la prevención de la enfermedad, hasta la rehabilitación y el cuidado de
pacientes en estadío terminal, con aproximaciones individuales, grupales y comunitarias, así como
con una gran variedad de enfoques teóricos y metodológicos (Grau y Flórez, 2005).
Con esta panorámica actual de la Psicología de la Salud y desde el marco de la prevención,
el presente proyecto tiene como objetivo, aumentar la adherencia al tratamiento en un grupo de
adultos con hipertensión entre los 40-60 años de edad. Entendiendo que para el contexto
Colombiano y para varios países del mundo, la hipertensión arterial (HTA), es definida como
enfermedad crónica asintomática que se caracteriza por una elevación de presión arterial sistólica
(PAS) mayor o igual a 120 mm Hg. y una presión arterial diastólica (PAD) mayor o igual a 80 mm Hg
(Ministerio de Salud y Protección Social, S.F.).
Así mismo, la HTA es una enfermedad de alta prevalencia en todo el mundo y es la más
sobresaliente entre las enfermedades cardiovasculares. Este mismo conocimiento permite tomar
decisiones acerca de la importancia de controlar las cifras de presión arterial y del impacto que se
espera con las diferentes medidas terapéuticas. Por tanto, la HTA es el factor de riesgo modificable
más importante para la prevención de la enfermedad cerebro-vascular. Dos tercios de los eventos
cerebro-vasculares en el mundo, se atribuyen al control sub-óptimo de la presión arterial (Luengas,
2007). Por tanto, si no se interviene a tiempo las consecuencias incrementarían de manera negativa
en la salud de las personas.
También, “la hipertensión incrementa entre tres y cuatro veces el riesgo de cardiopatía
isquémica, y entre dos y tres veces el riesgo cardiovascular general. La incidencia del accidente
cerebrovascular (ACV) aumenta aproximadamente tres veces en los pacientes con hipertensión
fronteriza, y aproximadamente ocho veces en aquellos con hipertensión definitiva. Se ha calculado
que 40% de los casos de infarto agudo de miocardio (IAM) o de ACV es atribuible a la hipertensión”
(Spector, et al; Berenson et al; Thompson y Furlan; Roomi, Heller y Wlodarczyk; Borghi, et al;
Marmot y Poulter como se cita en OMS, 2014, p. 12).
Específicamente para el año 2013, “los porcentajes más altos de casos de hipertensión
arterial se presentaron en el Distrito Capital, con un 19,39% (468.246); en el departamento de
Antioquia, con un 17,84% (430.732); y en el Valle del Cauca, con un 13,12% (316.724). Las
prevalencias en servicios de salud más altas tanto en mujeres como en hombres se presentaron en
Risaralda, Valle del Cauca y Antioquia (0,09 y 0,06, respectivamente, en todos los departamentos),
aunque no hay evidencia estadísticamente significativa que indique que la prevalencia en servicios
de salud es diferente a la nacional en ningún departamento; el nivel de confianza es del 95%”
(Ministerio de salud, 2014 p. 145).
Entonces, con base a toda está panorámica sobre HTA, podría ser considerada hoy como
una de las principales problemáticas de salud pública. A su vez, hace que se torne relevante y
necesario los programas de control de la HTA, los cuales, tienen como reto principal lograr la
adherencia a los tratamientos (AT), considerado como la clave del éxito en los programas de
intervención en salud, que ayuden a detener y a disminuir las cifras de enfermedades crónicas.
Además, la adherencia deficiente al tratamiento, es la causa más importante de la presión arterial
no controlada y solo de 20 a 80% de quienes reciben tratamiento para la hipertensión en situaciones
de la vida real se consideran buenos observantes (Burt et al; Hershey et al; Lucher et al; Costa como
se cita en OMS, 2014).
Es por esto, que los programas de prevención son útiles para los adultos con HTA, dado que
su incidencia es alta y el objetivo fundamental es generar la AT con miras a mejorar su calidad de
vida. También, mejorar la adherencia podría representar una posible fuente importante de
mejoramiento sanitario y económico, desde el punto de vista social, institucional y de los
empleadores (Psaty et al; Jeffery et al. como se cita en OMS, 2014).
MARCO TEORICO
Hipertensión arterial
La hipertensión arterial se define como el nivel de presión arterial sistólica (PAS) mayor o
igual a 140 mm Hg, o como el nivel de presión arterial diastólica (PAD) mayor o igual a 90 mm Hg.
Cuando la PAS es igual o mayor a 160 mmHg, generalmente en personas mayores de 60 años, se
considera hipertensión sistólica y es un factor de riesgo para enfermedad cardiocerebrovascular. Así
mismo, podría referirse como “aquellas cifras de presión arterial que llevan a complicaciones
cardiovasculares en un individuo, de acuerdo con su perfil de riesgo [factores de riesgo
cardiovascular, compromiso de órgano blanco, y posiblemente presencia de marcadores tempranos
de enfermedad]” (Roa, 2007, p. 195).
Por su parte, los cambios terapéuticos en el estilo de vida ayudan al control de la presión
arterial de los hipertensos y disminuyen el riesgo cardiovascular. Deben recomendarse en todos los
individuos, con o sin tratamiento farmacológico asociado. Existe amplia evidencia que indica que
estos cambios son de utilidad en el tratamiento de los pacientes hipertensos, ya que retardan la
utilización de medicamentos o permiten una disminución en las dosis (Burke, et al. como se cita en
Vélez, 2007). En pacientes sin hipertensión arterial establecida (pre-hipertensos), retardan la
aparición de la misma (Vélez, 2007).
Adherencia al tratamiento
Estudios evidencian que la buena adherencia se podría asociar con un mejor control de la
presión arterial y reducción de las complicaciones de la hipertensión. La efectividad del tratamiento
no farmacológico, como la reducción de la ingesta alimentaria de sal, la reducción de peso, la
moderación de la ingesta de alcohol y la mayor actividad física para disminuir la presión arterial, ha
sido demostrada (Lucher et al; Morisky, Levine, Green et al; Psaty et al; Jeffery et al; Nugent et al.,
como se cita en OMS, 2014).
De igual modo, existen factores que contribuyen a la adherencia terapéutica como los
factores socioceconomicos; factores relacionados con el sistema y el equipo de atención sanitaria;
factores relacionados con la enfermedad; factores relacionados con el tratamiento; y factores
relacionados con el paciente (OMS, 2014).
Para lograr explicar las conductas protectoras de la salud y preventivas de la enfermedad diferentes
autores han propuesto teorías para dar respuesta a este fenómeno, tales como el Modelo de
Creencias de Salud (Becker, 1974a,b,c,d; Janz y Becker, 1984; Maiman y Becker, 1974; Rosenstock,
1974 como se cita en Moreno y Gil, 2003), la Teoría de la Utilidad Subjetiva Esperada (Edwards,
1954, 1961 como se cita en Moreno y Gil, 2003), la Teoría de la Motivación por la Protección (Rogers,
1975 como se cita en Moreno y Gil, 2003), la Teoría de la Acción Razonada (Ajzen y Fishbein, 1980;
Fishbein y Ajzen, 1975 como se cita en Moreno y Gil, 2003) y la Teoría de la Autoeficacia (Bandura,
1977, 1978, 1982, 1986 como se cita en Moreno y Gil, 2003), y finalmente, el modelo de Locus de
Control (Rotter,1966 como se cita en Moreno y Gil, 2003).
Por tal razón, el MCS ha sido elegido para el desarrollo de este programa de intervención,
el cual brinda herramientas conceptuales que permiten analizar las conductas que tienen los seres
humanos en función de su salud. También se han logrado desarrollar una serie de investigaciones
utilizando este modelo desde los años 70, en diferentes países se ha respaldado tesis de maestría
y doctorado, como también ha sido utilizado para el diseño de intervenciones en salud, ciencias
aplicadas al comportamiento y educación en salud; para el año 1974 presentan la primera
compilación de evidencias en la práctica utilizando este modelo, describiendo orígenes y
correlaciones teóricas en prácticas preventivas durante el comportamiento de la enfermedad en
enfermos crónicos ( Cabrera, Tascon y Lucumí, 2001).
Para el año 1980 los autores Janz y Becker como se cita en Cabrera, Tascon y Lucumí (2001),
presentan la segunda compilación de estudios en los cuales utilizaron el MCS; los autores revisan 46
estudios donde los componentes del MCS fueron relacionados no solo con las conductas preventivas
en salud sino con las conductas durante la enfermedad en relación con patologías cómo la
hipertensión, diabetes y enfermedad renal.
Este modelo, también fue utilizado para el desarrollo de una investigación en hipertensión
descrito por Correa, Arrivillaga y Varela (2001) en la ciudad de Cali, los cuales toman como base
teórica el MCS y dentro de sus conclusiones manifiestan que este estudio aporta información clave
para el diseño de programas de prevención, orientándolos hacia la claridad de la información sobre
la hipertensión y la reestructuración de ideas que interfieran en conductas salutogénicas. Así
mismo, se implementaron actividades cómo talleres psicoeducativos para comprender las causas,
síntomas, tratamiento y consecuencias de la hipertensión y su relación con los riesgos para la salud,
lo que le permitirá al participante tener información precisa sobre su enfermedad, logrando
reestructurar algunas ideas que tal vez interfieran en la adquisición de conductas preventivas. Esta
propuesta, también sugiere incorporar en futuras intervenciones material gráfico y/o audiovisual
que de forma creativa, la cual contribuya con la adquisición de conocimientos relacionados con
factores de riesgo que a su vez cuestione y confronte información distorsionada. También estos
autores consideran que el abordaje debe implicar la adquisición y reforzamientos de
comportamientos de salud, vinculando métodos educativos bidireccionales, interactivos y
significativos que permitan la participación activa de los individuos intervenidos.
En otra investigación en la Ciudad de Cali, los autores concluyen que las metodologías
creativas y participativas promueven el cambio de creencias o concepciones erradas sobre la HTA,
responsabilidad personal y manejo eficaz de la enfermedad. En esta investigación también hacen
referencia a la vinculación activa familiar para los procesos de asimilación de los estilos de vida y
mantenimiento del mismo, los cuales son fundamentales para ayudar al paciente a generar una
mejor adherencia al tratamiento (Holguín, Correa, Arrivillaga, Cáceres y Varela, 2006).
* Gatillos para la acción (transversal): Taller psicoeducativo al núcleo familiar de la persona hipertensa para comprender las causas, síntomas,
consecuencias, tratamiento de la hipertensión y su relación con los riesgos para la salud, con el fin de que se conviertan en aliados estratégicos.
REFERENCIAS
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Modelo. Revista Facultad Nacional de Salud Pública, 19 (1), 91-101.
Holguin, L., Correa, D., Arrivillaga, M., Cáceres, D. y Varela, M.T. (2006). Adherencia al tratamiento
de hipertensión arterial: efectividad de un programa de intervención biopsicosocial.
Universitas Psychologica, 5 (3), 535-547.
Ministerio de Protección Social (2011). Ley estatutaria 1438 19 enero 2011. Bogotá: Ministerio de
Protección Social.
Ministerio de Protección Social (2015). Ley estatutaria 1751 16 de febrero 2015. Bogotá: Ministerio
de Protección Social.
Ministerio de Salud (2000). Resolución número 412 de 2000. Bogotá: Ministerio de salud.
Ministerio de Salud (2014). Análisis de situación de Salud Colombia. Bogotá: Ministerio de Salud y
Protección Social.
Moreno, E. y Gil, J. (2003).El modelo de creencias en salud: Revisión teórica, consideración crítica y
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Organización Mundial de la Salud (OMS, 2004). Adherencia a los tratamientos a largo plazo pruebas
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Programa de apoyo a la reforma de Salud del Ministerio de Protección Social (2007). Guía de
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Sierra, C., López-Soto, A. y Cocaa, A. (2008). La hipertensión arterial en la población anciana. Revista
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Universidad de Cantabria. (s.f). El modelo de creencias en Salud (Becker 1974; Rosenstock 1974).
Recuperado de: http://ocw.unican.es/ciencias-de-la-salud/ciencias-psicosociales-
i/materiales/bloque-tematico-iv/tema-14.-la-adherencia-al-tratamiento-1/14.4.1-el-
modelo-de-creencias-en-salud-becker-1974