¿Cómo podemos estar seguros de pasar la eternidad en el
cielo con Dios? Esto es lo que la Biblia dice:
“A la verdad, no me avergüenzo del evangelio,
pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen” (Romanos 1:16a). Dios es el poder, la fuente y la recompensa en la salvación. Debido a que somos incapaces en nuestro pecado, Dios viene y nos rescata.
“Pues todos han
pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). El pecado significa fallar al blanco y quedarnos cortos de la perfección. Debido a nuestra imperfección, no podemos presentarnos delante de un Dios santo.
Porque la paga del pecado es muerte,
mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor (Romanos 6:23). El pecado nos separa de Dios y nos sentencia a la muerte.
Pero Dios demuestra su amor por nosotros
en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). A pesar de que merecemos la muerte eterna, Dios ha abierto un camino para que seamos rescatados por medio del sacrificio de Su Hijo, Jesús.
Que, si confiesas con tu boca que
Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo (Romanos 10:9). Confesar a Jesús como Señor quiere decir que estamos de acuerdo con Dios respecto a nuestro pecado y nuestra necesidad de salvación. Debemos arrepentirnos y confiar solamente en la obra de Jesús para salvarnos.
EBV 2019 Adultos Poster Plan de Salvación (Sesiones 2, 3, y 5)