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Esta mañana quiero enfocarme un poco más en esos cambios que produce el Señor en
nuestras vidas, ya que el domingo pasado mencionamos algunos cambios más bien externos
que hace Dios en quienes lo reciben como Señor y Salvador.
Esta mañana vamos a ver algunos cambios del aspecto interno del ser humano, efectuados
por la presencia de Cristo en su vida. Algo importante que destacar es que, aunque sean
cambios internos, o sea, en el interior de la persona, se refleja externamente en su diario
vivir, ya sea en el trabajo, en el hogar, en el colegio, en el supermercado, inclusive en la
cancha.
LECTURA:
2 Corintios 5:17: “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí, son hechas nuevas.”
1. EL CORAZÓN
En los tiempos del Antiguo y Nuevo Testamento, se pensaba que el corazón era el centro de
las emociones. Tiene que ver con la parte no material del ser humano, tratándose de las
emociones. Principalmente se habla del corazón como el centro de nuestro pensamiento:
“cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7).
Pero, por nuestra experiencia de vida podemos notar una muy estrecha reacción y
diferencia entre el corazón (pensamiento) y la voluntad.
Pensamos; “no, pero yo estaba en lo cierto y puedo enojarme”, “pero yo tengo la razón,
él/ella no tiene por qué enojarse”
Después: “le voy a decir”, le voy a pegar, ya no le voy a hablar, ya no quiero saber nada de
él/ella, “le voy a demandar”.
En el corazón hay innumerables sensaciones de malestar, etc, etc.
Pero, ante todo eso nosotros en la voluntad tomamos la decisión. Lo que Pablo decía es,
enójate, pero no te dejes llevar por esas emociones porque te van a destruir, entonces,
aunque estés enojado, perdona.
No, pero me dejé llevar: y claro que te dejaste llevar si no hay dominio propio del cual
habla la Biblia y le das lugar al diablo antes que a Dios.
Mi experiencia personal….
2. EL ENTENDIMIENTO
Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta.”
Renovar significa: “volver algo a su primer estado, dejarlo como nuevo, reestablecer algo
que se había interrumpido, sustituir una cosa vieja por otra nueva de la misma clase,
reemplazar algo”.
Vuelve a su estado original y hay que empezar a cargarle nueva información, ¿por qué?
Porque estaba lleno de virus, gusanos, troyanos, malware, spyware.
Gál 5:19-21 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios.
Nosotros también necesitamos hacer reseteo de nuestra mente, de nuestro corazón y todo
nuestro ser. Debemos renovar nuestro entendimiento y volver a su estado original.
Antes de la caía dice la Biblia que Adán y Eva no conocieron el pecado. Estaban desnudos
y no se avergonzaban. Ese era el estado original, un estado de santidad.
Debemos renovar nuestro entendimiento, y eso es solo posible con Cristo en nosotros,
escudriñando su Palabra que es lampara a nuestros pies y lumbrera a nuestros caminos (Sal
119:105) y la dirección de su Santo Espíritu.
Algunos enseñan que al recibir a Cristo ya somos llenos del Espíritu Santo, entonces a
veces pienso que quizá algunos hermanos no recibieron bien a Cristo en sus corazones.
1 Samuel 10:6 Samuel dijo a Saul “El Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y
profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
Cuando el Cristo entra a tu vida y el Espíritu Santo empieza a obrar en ti eres mudado, eres
cambiado, eres renovado a otra persona. Tu vida cambia, tu estilo de vida cambia, hasta tu
forma de hablar cambia.
3. LA FORMA DE HABLAR
Juan 3:31 “El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas
terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.”
Este pasaje ciertamente se refiere al Señor Jesús. Él es el que vino del cielo y se entregó por
nosotros.
Sin embargo, los cristianos usamos mucho esas palabras de Pedro y Pablo que dicen que
somos extranjeros aquí en la tierra y que nuestra ciudadanía realmente está en los cielos.
Si dices que sos cristiano hay palabras que debes dejar de usar. Algunos utilizan esa palabra
sin saber lo que realmente significa.
Efesios 4:31-32 “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y
toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
1. EL CORAZÓN
2. EL ENTENDIMIENTO
3. LA FORMA DE HABLAR
Jer 17:10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno
según su camino, según el fruto de sus obras.