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E-BOOK
LAS #3 SOLUCIONES
INFALIBLES CONTRA LOS
PROBLEMAS DE CONDUCTA
CANINOS
Cómo conseguir una convivencia perfecta con tu perro
ESCRITO POR
P A R T E 4 : EXTRAS 18
P A R T E 5 : MÁS INFORMACIÓN 20
5
1
0
CÓMO
INTRODUCCIÓN
CORREGIR LA TENSIÓN
INTRODUCCIÓN
DE LA CORREA DURANTE EL
PASEO
INTRODUCCIÓN
¿Te has parado a pensar alguna vez el motivo por el que vemos a tantos y tantos perros
con problemas de conducta? A pesar de que el perro es, sin lugar a dudas, el principal
de todos nuestros animales domésticos. Amigo, compañero y familia, las funciones que
desempeñan los perros son innumerables: nos ayudan con nuestro trabajo, nos ayudan
a cuidar de otros animales, de nuestra propia familia o de nuestras casas, nos mantienen
en forma, nos dan compañía, diversión y toneladas de amor y cariño.
Pues bien, a pesar de eso, ¿por qué descuidamos tanto su bienestar, hasta el punto de
carecer de la más mínima formación que garantice su correcta integración en la vida con
los humanos?
Porque los perros tienen claro lo que son y cómo deben comportarse.
Otra cosa es que tú esperes que tu perro sea otra cosa diferente de lo que es. Y ahí es
donde pueden empezar los problemas.
Así mejor.
Curiosamente, los principales problemas tienen que ver con conductas que nosotros,
los humanos, les exigimos que tengan (por ejemplo, acudir a la llamada); o, por el
contrario, que no manifiesten (por ejemplo, ladrar).
Los cinco problemas más frecuentes que escuchamos los profesionales de la educación
de perros urbanos son:
- Mi perro tira de la correa durante los paseos.
- Mi perro es desobediente y no viene cuando le llamo.
- Mi perro es una aspiradora y se come todo lo que encuentra por el suelo.
- Mi perro se asusta o se sobresalta con cualquier clase de ruidos.
- Mi perro ladra sin parar.
Lo primero que tenemos que entender es que, aunque todas ellas nos parezcan
conductas anómalas, en realidad parten de comportamientos naturales en los perros.
Lo que pasa es que, al no tener cubiertas sus necesidades físicas, mentales y
emocionales, se transforman en conductas desadaptativas que no tienen cabida o nos
parecen indesesables en una sociedad urbana. De ahí la importancia en
reconducirlas, en favor de una convivencia feliz para todos.
En esta ocasión vamos a reunir en un único volumen los 5 problemas de conducta más
frecuentes en los perros, los cuales van a poder ser neutralizados si trabajamos las 3
soluciones infalibles y letales que proponemos.
¡Vamos a empezar!
L O S C I N C O P R O B L E M A S D E C O N D U C TA
MÁS FRECUENTES EN LOS PERROS
Aunque se trata de problemas que ya hemos tratado en nuestros diferentes cursos, e-
books, capítulos de nuestro podcast, talleres, entradas del blog... etc., etc., etc. (en
resumidas cuentas: hemos hablado de todo esto en mil y un sitios), no por ello vamos a
dejar de machacarlos porque no dejan de llegarnos consultas de propietarios para los
que este tipo de conductas siguen siendo un grave y continuo inconveniente en la
relación con sus perros.
Así de sencillos y relajantes son los paseos que los perros dan en un ambiente natural.
No hace falta ser un hacha para darse cuenta de que los paseos en manada poco se
parecen a los paseos que los humanos les obligamos a dar: caminatas lineales mientras
tienen que permanecer atados a una correa.
Ante esta limitación que le obligamos a aceptar al colocarle una correa enganchada del
cuello, que le impide acceder a donde quiere y cuando quiere, la tendencia inicial del
perro es la de empezar a tirar para conseguir su meta. Este es un momento clave, ya
que, si empezamos a ceder ante la tensión de la correa y a permitir que el perro acceda
a capricho a donde quiera en todo momento, le estaremos enseñando, sin pretenderlo,
que esta es la manera en que debe hacer las cosas para conseguir lo que desea.
El perro obtiene su premio cuando consigue acceder a base de tirones hasta el lugar,
persona o perro al que intentaba llegar, y esa es la manera en que se va reforzando cada
vez más y más esta conducta.
Para revertir esta situación hay que trabajar sobre el sistema cognitivo del perro.
Instaurado el problema, el perro entiende que la tensión en la correa es la manera de
alcanzar sus metas. Lo que hay que conseguir es que asocie precisamente la idea
contraria: que aplicando tensión en la correa nunca conseguirá lo que quiere.
Ahora ya conoces uno de los principales motivos por los que tu perro no acude a tu
llamada: no le molan nada las consecuencias.
Pero hay otro motivo tan importante como ese. Y es que tu perro no
entiende que cuando dices su nombre o cualquier otra palabra ("ven", "aquí", "toma",
"venga") lo que tiene que hacer es irse contigo. Porque no se lo has enseñado. Para él
solo son palabras sin sentido porque no tiene asociada ninguna acción con esas
órdenes. Y tu perro sigue y sigue a lo suyo, esquivándote cada vez que intentas
atraparlo.
Al final, para evitar que los paseos se conviertan en una tortura, puedes acabar tomando
la determinación de no soltar a tu perro bajo ningún concepto. Y esto no va a hacer sino
provocar otros problemas, ya que si un perro no tiene la oportunidad de correr,
interactuar con otros perros u olisquear aquí y allá, no desgastará suficiente energía. La
fatal consecuencia de todo ello será la aparición de importantes problemas de
convivencia y de comportamiento.
Para que una llamada empiece a ser efectiva y el perro aprenda a acudir a ella
diligentemente, debe reunir dos condiciones:
- Aportarle algún beneficio (premio) al perro solo por acudir.
- Que ese beneficio sea más apetecible que cualquier otra cosa que el perro esté
haciendo en ese momento.
Bueno, déjame decirte que, si no fuera así... tu perro no sería un perro normal y
tendríamos que empezar a preocuparnos (guiño, guiño).
Si algo que hay en el suelo aparenta ser comida, huele a comida y sabe a comida... ¿por
qué no voy a comerlo? Ese es el razonamiento irrefutable de un perro y, por mucho que
intentes cambiarle de idea, tienes la batalla casi perdida.
Ten en cuenta que el sentido más desarrollado de los perros es el olfato. Antes que por
la vista o el oído, como nos sucede a los humanos, los perros inspeccionan el mundo a
través del olfato. Entre ellos se reconocen y comunican con multitud de señales olfativas,
la conducta sexual se desencadena casi siempre al olor de las hembras en celo y, por
supuesto, el apetito se despierta ante la presencia del olor a comida.
Esto también, como tantos otros problemas, podemos ayudarte a controlarlo, aunque
eliminarlo por completo es realmente difícil. Bien es cierto que hay perros cuyo impulso
para coger comida del suelo es algo menos pronunciado. Así que si tu perro ya trae de
serie ese instinto algo más moderado de lo habitual, ten por seguro que te merecerá la
pena intentar eliminárselo o reducírselo a través de un adecuado aprendizaje.
Casi ninguno de los sonidos que habitualmente se escuchan en las ciudades son
agradables a los oídos de nuestros perros. Algunos de ellos, por ser muy frecuentes o
por tener una intensidad moderada, puede que no les despierten ningún tipo de
reacción ni malestar. Pero hay otros que, en cambio, pueden acabar siendo un auténtico
martirio:
- El sonido del motor y gases de los autobuses, camiones y, en general, vehículos
de gran tonelaje.
- El paso y silbido de los trenes.
- Los martillos neumáticos y, en general, toda la maquinaria de obra.
- Algunos electrodomésticos, como el aspirador, el secador o la lavadora.
- Los timbres.
Y luego están esos otros ruidos que se llevan la palma por su capacidad para
aterrorizar de manera intensa (y a veces hasta mortal) a nuestros perros:
- Las tormentas.
- Los petardos.
- Los fuegos artificiales.
En este tema es especialmente importante que te pongas las pilas e inicies cuanto
antes un entrenamiento con el que exponer al cachorro a este tipo de estímulos hasta
conseguir su habituación. Si dejas pasar la etapa de cachorro desperdiciarás el
momento óptimo y será mucho más difícil que el perro no desarrolle miedos ante
determinados ruidos en el futuro. Cuanto más tiempo dejes pasar, peores serán los
resultados y mucho más difíciles de conseguir.
Tienes más información en el episodio 28 del podcast, dedicado justo a cómo ayudar a
los perros a superar su miedo a los petardos.
¿Y de quién es la culpa?
No extenderemos nuestro dedo acusador, sobre todo porque estamos seguros de que
conoces la respuesta.
Tienes más información en el episodio 43 del podcast, dedicado a los perros que ladran
demasiado.
2
3
LAS TRES SOLUCIONES
DEFINITIVAS Y LETALES A LOS
PRINCIPALES PROBLEMAS DE
COMPORTAMIENTO
Socializar significa exponer al cachorro a todos los animales y personas posibles en los
mismos entornos y situaciones que se va a ir encontrando después a lo largo de su vida.
Esta exposición debe hacerse de forma gradual y procurando hacer siempre de todo
ello una experiencia positiva, para que el perro no tenga en el futuro ningún tipo de
problema.
¡Quieto parado! Lo último era solo una broma, una manera de decir... ¡con todo lo que
se te ocurra!
¿Cuáles son los principales problemas que vas a evitar gracias a una buena socialización?
Pues, aparte de librarte de algunos de los que hemos expuesto aquí, de propina habrás
conseguido sortear problemas cada vez más frecuentes, como la reactividad contra
perros o personas y perseguir motos o corredores.
¿Cuáles son las principales situaciones a las que debes habituar a tu cachorro? Toma
nota, que son muchas:
- Exposición a todo tipo de ruidos.
- Electrodomésticos y otros elementos del hogar (timbres, televisión, radio,
persianas, etc.).
- Manipulación física (el perro tiene que dejarse tocar las patas, el lomo, las
almohadillas... y permanecer tranquilo).
- Viajar en coche.
- Contacto con el agua siempre que sea posible (piscinas, ríos y mar).
- Subir y bajar por distintos elementos con formas irregulares, como
rocas, puentes, los bancos del parque...
- Pisar todo tipo de superficies: madera, azulejos, suelos deslizantes, goma,
hierba, alcantarillas, rejillas, etc.
- Montar en ascensores y cintas de correr.
- Entremezclarse entre la multitud, por ejemplo en calles peatonales durante las
horas más comerciales.
- Estar solo.
- Tener mucha actividad.
- Aburrirse.
- Exponerse a la lluvia.
- Cambiar de rutinas, entornos y compañías.
Es tremendamente injusto que tú le exijas a tu perro hasta ese extremo. ¿No es, acaso,
mucho más sencillo que nosotros intentemos aprender su lenguaje en vez de exigirles
a ellos que aprendan el nuestro?
Desde un trabajo bien hecho a favor de la comunicación entre ambos, ya no será tan
difícil entrenar ejercicios como, por ejemplo, acudir a la llamada o pasear sin tensión en
la correa. ¿Te imaginas la diferencia entre un entrenamiento que se desarrolle entre
gritos, ladridos y mucha deseseperación, y un entrenamiento en el que impere el buen
entendimiento, el respeto y la calma por ambas partes?
Pues eso.
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LA APLICACIÓN DE LAS
SOLUCIONES DEFINITIVAS Y
LETALES: LA PREVENCIÓN MÁS
EFECTIVA CONTRA LA
APARICIÓN DE PROBLEMAS DE
COMPORTAMIENTO
Esperamos que te haya quedado claro cómo puedes vacunar a tu perro contra esos
terribles males del comportamiento que, en la inmensa mayoría de las ocasiones,
nosotros mismos provocamos.
Para empezar, el periodo comprendido entre las seis semanas y los cuatro meses de
edad es crucial para el cachorro. Es el momento óptimo para exponerle a todo tipo de
personas y animales (proceso de socialización), siempre de forma progresiva y
positivizando al máximo cada experiencia.
Algo muy importante que ganarás al seguir estas pautas es que dispondrás de tu propia
fuente de recursos para ayudar a tu cachorro a ser un adulto equilibrado y feliz. Así, ya
no tendrás que hacer experimentos siguiendo los consejos baratos de supuestos
expertos que poco o nada van a poder solucionarte. El trabajo que gira en torno a estos
tres grandes conceptos es bastante invisible y poco vistoso, pero todo buen profesional
los reconoce como las soluciones clave contra la mayor parte de problemas del
comportamiento.
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EXTRAS
EXTRAS
¿Hay algo que no te quedó claro?
Ningún problema!
Te compartimos tres vídeos explicativos en los que vas a poder profundizar todavía más
en lo que has aprendido con este ebook.
https://mascotasurbanas.com/?page_id=12196&preview=true
Eso sí…
Hay que ponerse manos a la obra, así que… ¡¡a trabajar con tu perro!! Vas a ver cómo,
en el momento que comiences, vuestra relación va mejorar todavía más. Hasta límietes
inimaginables!
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