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Ética y Valores. GRADO: 11°2 PERIODO :1


Asignatura

estudiante samuel navas gomez FECHA: 30/04/ 2020

Cordial saludo.
Muchas bendiciones. Espero se encuentren bien junto a sus seres queridos.
ÁREA: ÉTICA SEMANA 10: comprendida de abril 30 hasta mayo 4.

OBJETIVO: Identifica históricamente el origen de la ética.

ORIGEN DE LA ÉTICA

¿De dónde proviene la ética? En esta interrogación se


unen dos cuestiones muy diferentes, una sobre un hecho
histórico y la otra sobre la autoridad. La inquietud que han
suscitado ambas cuestiones ha influido en la
configuración de muchos mitos tradicionales acerca del
origen del universo. Estos mitos describen no sólo cómo
comenzó la vida humana, sino también por qué es tan
dura, tan penosa, tan confusa y cargada de conflictos.
Los enfrentamientos y catástrofes primitivas que éstos
narran tienen por objeto —quizás por objeto principal—
explicar por qué los seres humanos han de someterse a
normas que pueden frustrar sus deseos. Ambas
cuestiones siguen siendo apremiantes, y en los últimos siglos numerosos teóricos se
han esforzado por responderlas de forma más literal y sistemática.
Esta búsqueda no es sólo fruto de la curiosidad, ni sólo de la esperanza de demostrar
que las normas son innecesarias, aunque estos dos motivos son a menudo muy
fuertes. Quizás esta búsqueda deriva, ante todo, de conflictos en el seno de la propia
ética o moralidad (para los fines tan generales de este artículo no voy a distinguir entre
ambos términos). En cualquier cultura, los deberes aceptados entran a veces en
conflicto, y son precisos principios más profundos y generales para arbitrar entre ellos.
Se busca así la razón de las diferentes normas implicadas, y se intenta sopesar
recíprocamente estas razones. A menudo esta búsqueda obliga a buscar, con carácter
aún más amplio, un árbitro supremo la razón de la moralidad sin más.
Esta es la razón por la que resulta tan compleja nuestra pregunta inicial. Preguntar de
dónde proviene la ética no es como preguntar lo mismo acerca de los meteoritos. Es
preguntar por qué actualmente hemos de obedecer sus normas (de hecho, las normas
no agotan la moralidad, pero por el momento vamos a centrarnos en ellas, porque son
a menudo el elemento donde surgen los conflictos). Para responder a esta cuestión es

/
preciso imaginarse cómo habría sido la vida sin normas, e inevitablemente esto
suscita interrogantes acerca del origen. La gente tiende a mirar hacia atrás,
preguntándose si existió en alguna ocasión un estado «inocente» y libre de conflictos
en el que se impusieron las normas, un estado en el que no se necesitaban normas,
quizás porque nadie quiso nunca hacer nada malo. Y entonces se preguntan «¿cómo
llegamos a perder esta condición pre-ética?; ¿podemos volver a ella?». En nuestra
propia cultura, dos respuestas radicales a estas cuestiones han encontrado una amplia
aceptación. La primera -que procede principalmente de los griegos y de Hobbes-
explica la ética simplemente como un mecanismo de la prudencia egoísta; su mito de
origen es el contrato social. Para esta concepción, el estado pre-ético es un estado de
soledad y la catástrofe primitiva tuvo lugar cuando las personas comenzaron a
reunirse. Tan pronto se reunieron, el conflicto fue inevitable y el estado de naturaleza
fue entonces, según expresa Hobbes, «una guerra de todos contra todos» Aún si,
como insistió Rousseau, de hecho, no habían sido hostiles unos con otros antes de
chocar entre sí. La propia supervivencia, y más aún el orden social, sólo resultaron
posibles mediante la formación de normas estipuladas mediante un trato a
regañadientes (por supuesto este relato solía considerarse algo simbólico, y no una
historia real). La otra explicación, la cristiana, explica la moralidad como nuestro
intento necesario por sintonizar nuestra naturaleza imperfecta con la voluntad de Dios.
Su mito de origen es la Caída del hombre, que ha generado esa imperfección de
nuestra naturaleza, del modo descrito -una vez más simbólicamente- en el libro del
Génesis.
En un mundo confuso, siempre se acepta de buen grado la simplicidad, por lo cual no
resulta sorprendente la popularidad de estos dos relatos. Pero en realidad los relatos
sencillos no pueden explicar hechos complejos, y ya ha quedado claro que ninguna de
estas dos ambiciosas fórmulas puede responder a nuestros interrogantes. El relato
cristiano, en vez de resolver el problema lo desplaza, pues aún tenemos que saber por
qué hemos de obedecer a Dios. Por supuesto la doctrina cristiana ha dicho mucho
sobre esto, pero lo que ha dicho es complejo y no puede mantener su atractiva
simplicidad tan pronto como se plantea la cuestión relativa a la autoridad. No puedo
examinar aquí con más detalle las muy importantes relaciones entre ética y religión.
“¿Cómo puede depender la ética de la religión?”). Lo importante es que esta
respuesta cristiana no deduce simplemente de forma ingenua nuestra obligación de
obedecer a Dios de su posición como ser omnipotente que nos ha creado -una
deducción que no le conferiría autoridad moral. Si nos hubiese creado un ser malo
para malos fines, no pensaríamos que tenemos el deber de obedecer a ese ser,
dictase lo que dictase la prudencia. La idea de Dios no es simplemente la idea de un
ser semejante, sino que cristaliza toda una masa de ideales y normas muy complejas
subyacentes a las normas morales y que le dan su significado. Pero precisamente nos
interrogamos por la autoridad de estos ideales y normas, con lo que la cuestión sigue
abierta.

ACTIVIDAD 1
1. Responde:
● ¿Qué opinas acerca de la autoridad?
● es necesaria para mantener los limites y no sobre pasarnos

/
● ¿Qué opinas acerca de la norma?
● necesaria pero deberia ser mas especifica rigurosa pero no esclavizante
● ¿Qué opinas acerca de la tradición?
● nos recuerda el pasado
2. ¿Con tus palabras palabras de dónde proviene la ética?

ÉTICA EN SÓCRATES

Sócrates centró su interés en la problemática del hombre,


al igual que los sofistas, pero a diferencia de ellos, supo
llegar al fondo de la cuestión, como para admitir que era un
sabio en esta materia: “Por la verdad, ¡oh! atenienses, y
por ninguna otra razón me he ganado este nombre, si no es
a causa de una cierta sabiduría. ¿Y cuál es esta sabiduría?
Tal sabiduría es precisamente la sabiduría humana (es
decir, aquella que puede tener el hombre sobre el hombre):
y con esta sabiduría es verdaderamente posible que yo sea
sabio”. ¿Cuál es la naturaleza y la realidad última del hombre? ¿Cuál es la esencia del
hombre? Son las preguntas que trata de responder Sócrates.
Finalmente se llega a una respuesta precisa e inequívoca: el hombre es su alma,
puesto que su alma es precisamente aquello que lo distingue de manera específica de
cualquier otra cosa. Sócrates entiende por alma nuestra razón y la sede de nuestra
actividad pensante y ética. En pocas palabras: el alma es para Sócrates el yo
consciente, es decir, la conciencia y la personalidad intelectual y moral. En
consecuencia, gracias a este descubrimiento “Sócrates creó la tradición moral e
intelectual de la que Europa ha vivido siempre, a partir de entonces” (A. E. Taylor). Uno
de los mayores historiadores del pensamiento griego ha precisado aún más: “la
palabra alma, para nosotros, debido a las corrientes espirituales a través de las cuales
ha pasado a lo largo de la historia, siempre suena con un matiz ético y religioso; al
igual que las palabras “servicio de Dios” y “cura de almas” (también utilizadas por
Sócrates), suena a cristiana. Pero este significado superior lo adquirió por primera vez
en la predicación protética de Sócrates (W. Jaeger).
Es evidente que si el alma es la esencia del hombre, cuidar de sí mismo significa
cuidar no el propio cuerpo sino la propia alma, y enseñar a los hombres el cuidado de
la propia alma es la tarea suprema del educador, que fue precisamente la tarea que
Sócrates consideró haberle sido encomendada por el Dios, como se lee en la
Apología: “Que ésta… es la orden del Dios; y estoy persuadido de que para vosotros
no habrá mayor bien en la ciudad que esta obediencia mía al Dios. En verdad, a lo
largo de mi caminar no hago otra cosa que persuadiros, a jóvenes y viejos, de que no
ese el cuerpo de lo que debéis preocuparos ni de las riquezas ni de ninguna otra cosa,

/
antes y más que del alma, para que ésta se convierta en óptima y otra cosa, antes y
más que del alma, para que ésta se convierta en óptima y virtuosísima; y que la virtud
no nace de la riqueza, sino que la riqueza nace de la virtud, así como todas las demás
cosas que constituyen bienes para el hombre, tanto para los ciudadanos individuales
como para la polis”.
Uno de los razonamientos fundamentales realizado por Sócrates para probar esta
tesis es el siguiente. Uno es el instrumento del cual nos valemos y otro es el sujeto que
se vale de dicho instrumento. Ahora bien, el hombre se vale del propio cuerpo como de
un instrumento, lo cual significa que son cosas distintas el sujeto –que es el hombre- y
el instrumento, que es el cuerpo. A la pregunta de ¿qué es el hombre?, no se podrá
responder que es el cuerpo, sino que es aquello que se sirve del cuerpo, la psyche, el
alma (la inteligencia) es la que se sirve del cuerpo, de modo que la conclusión es
inevitable: “Nos ordena conocer el alma aquel que nos advierte “Conócete a ti mismo”.
Sócrates llevó esta doctrina suya hasta tal punto de conciencia y de reflexión crítica,
que logró deducir todas las consecuencias que lógicamente surgen de ella, como
veremos en seguida.
En griego lo que nosotros llamamos “virtud” se dice areté y significa aquella actividad y
modo de ser que perfecciona a cada cosa, haciéndola hacer aquello que debe ser.
(Los griegos hablaban, por lo tanto, de una virtud de los distintos instrumentos, de una
virtud de los animales, etc.; por ejemplo, la virtud del perro consiste en ser un buen
guardián, la del caballo, en correr con rapidez, y así sucesivamente). En consecuencia,
la virtud del hombre no podrá ser más que lo que hace que el alma sea como debe ser,
de acuerdo con su naturaleza, es decir, buena y perfecta. En esto consiste, según
Sócrates, la ciencia o conocimiento, mientras que el vicio será la privación de ciencia y
conocimiento, es decir, la ignorancia.
De este modo Sócrates lleva a cabo una revolución en la tabla tradicional de los
valores. Los verdaderos valores no son aquellos que están ligados a las cosas
exteriores, como la riqueza, el poder o la fama, y tampoco aquellos que están ligados
al cuerpo, como la vida, la fuerza física, la salud o la belleza, sino exclusivamente los
valores del alma que se hallan todos incluidos en el conocimiento. Por supuesto, esto
no significa que todos los valores tradicionales se conviertan en antivalores, sin más;
significa sencillamente que por sí mismos carecen de valor. Sólo se convertirán en
valores si se utilizan como lo exige el conocimiento, es decir, en función del alma y de
su areté.

ACTIVIDAD 2.
1. Consulta quienes eran los sofistas y cuáles eran sus planteamientos.
2. R/Los sofistas fueron una serie de filósofos griegos que divulgaron su
pensamiento hasta la época de Sócrates, momento en el que fueron duramente
criticados al considerárseles comerciantes del saber y culpables de convertir la
razón en un mero instrumento para ganar discusiones dialécticas. Fueron
defensores del relativismo y el escepticismo y entre ellos destacaron Georgias,

/
Cratilo y Protágoras, el cual afirmó que " El hombre es la medida de todas las
cosas.”
El término "sofista" designa un conjunto de pensadores que asumen el
protagonismo intelectual de Atenas durante la segunda mitad de siglo V a.C.;
por tanto, a partir de la instauración radical de la democracia. Los más
importantes fueron extranjeros: Protágoras de Abdera, Gorgias de Leontino,
Hipias de Elide, Pródico de Queos y Trasímaco de Calcedón. Solamente
Critias y Antifón eran oriundos de Atenas.

3. En un breve escrito argumenta acerca de cómo podría aplicarse la ética de


Platón en nuestra sociedad actual.
para platón la ética un patrón universal para definir el comportamiento humano
y los casos siempre son los mismos o solo se crean nuevos diría yo que
permitiéndonos saber como actúan las personas frente a lo que les pase
4. Redacta una entrevista a 5 personas de tu entorno familiar, las preguntas con su
respectiva respuesta teniendo como base el punto uno de la actividad 1, del
presente taller. R/ la definicion que di yo es la misma en todos mis familiares
creo que es por que todos fuimos criados de manera muy similar.

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