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SEMINARIO MAYOR “LA ANUNCIACIÓN”

FACULTAD DE TEOLOGÍA
ESPIRITUALIDAD TEOLÓGICA
FACILITADOR: Pbro. David Villegas Ramírez
ALUMNO: Juan de Dios Herrera Rodríguez
CD. ALTAMIRANO GRO. MAYO 2020

ÉXODO CULTURAL DE LA ESPIRITUALIDAD

1. COMENTARIO DE LO LEIDO
Por el título, nos podemos dar una idea del tema a tratar. Se puede pensar en hacer un
repaso sobre la posible salida de la espiritualidad en la cultura, y sí, el autor maneja una
problemática respecto a eso, pero así mismo, busca a la luz del dato revelado, soluciones
posibles y operantes; los divide en tres pasos.

- NECESARIA ACEPTACIÓN DE LAS MEDIACIONES CULTURALES


En este primer punto, se trata de especificar la problemática que vive el hombre en una
sociedad cada vez más secularizada. El Cristianismo, como propuesta de espiritualidad,
y como solución, a través del tiempo y más ahora, se tiene que encarnar en este contexto
histórico y tiene que aspirar a transformar al hombre concreto en su situación cultural. En
el dialogo con cada cultura, el cristianismo se debe de aguardarse no sólo de no dejarse
esclavizar, sino también de toda actitud destructiva que puede corromper su autenticidad
divina, como lo dice el evangelista: “Estar en el mundo, sin ser del mundo”. También, en
cada cultura el cristiano debe de escuchar con diligencia y dejarse guiar por los signos del
Espíritu para que así, se viva en medio de la cultura de acuerdo a los valores evangélicos.
De igual manera la Espiritualidad cristiana por su carácter histórico, debe responder a las
necesidades de cada época y expresarse con las categorías de uso.

- APORTACIONES DE LA ESPIRITUALIDAD A LA CULTURA


El cristianismo con una fe perenne, o sea un estilo de vida que siempre tiene que ser igual
corre el riesgo de no ser “actual y operante” ante las exigencias de los tiempos. Por lo
tanto la palabra de Dios debe de insertarse en cada contexto y adecuarla con el lenguaje
propio, sin distorsionarla.
La aportación que puede hacer la espiritualidad cristiana es, un tipo de depuración sin
contrarrestar hábitos o acciones propios de cada cultura, sino solo ir apartando manías
que atentan contra la dignidad de la persona, dentro de lo que el hombre conoce como
cultura. Que abrecen la espiritualidad como algo “de suyo”.

- SUPERACIÓN DE LA SITUACIÓN DE ANOMÍA


En este último punto, se recalca la incidencia que tienen los cambios bruscos de la
sociedad, en lo concerniente a la espiritualidad, esta sufre un desfase. Pero también, por
la creciente secularización, se alza la pérdida de un estilo de vida o de una espiritualidad.
Ésta se ve desplazada, marginada; haciendo surgir varias interrogantes, pero como todo
esto tiene un transfondo divino, es un dato revelado, puede superarlo:
Primero se propone establecer que, la espiritualidad no es para ciertos grupos, sino para
todos, ya que cada uno tiene la finalidad de una vida en plenitud. Y después, se debe crear
un nuevo estilo que le de frescura a la espiritualidad, ante las amenazas de una sociedad
que se “prostituye al mejor postor”; se debe de hacer dinámica, que siempre atraiga.
2. REALIZAR UN CUADRO SINÓPTICO, RESUMEN O PREGUNTAS Y
RESPUESTAS (RESUMEN)
1. NECESARIA ACEPTACIÓN DE LAS MEDIACIONES CULTURALES
El cristianismo se encarna en la historia y aspira a transformar al hombre concreto en su
situación cultural. Hoy día se constata con tristeza el resultado de este proceso en el
abismo que separa el pensamiento moderno de la doctrina cristiana: "La ruptura
entre Evangelio y cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo". Es preciso
observar que esta ruptura no es nunca completa, precisamente porque toda "experiencia
está definida siempre culturalmente, incluso la religiosa. La experiencia responde y
con ello se ajusta a una situación global. En su 'desprecio' o en su aislamiento, el fiel
sigue dependiendo de lo que combate; las novedades determinan lo que, en las formas
de ayer, va a tener por inmutable y la manera de vivirlo o afirmarlo; el presente le
proporciona las ideas que él invierte creyendo alejarse de ellas". La espiritualidad
cristiana se verá estimulada por el impacto histórico, que podrá ser la secularización o la
injusticia institucionalizada, a repensar la concepción del mundo en el sentido de su
legítima autonomía o a recuperar la dimensión liberadora del mensaje bíblico. La
inculturación de la espiritualidad tiene lugar mediante un trabajo erizado de
dificultades, ya sea porque debe romper el equilibrio alcanzado en la época
precedente, ya porque ha de enfrentarse a culturas nuevas con su bagaje de
categorías poco conocidas y poco verificadas.

2. PORTACIONES DE LA ESPIRITUALIDAD A LA CULTURA


Una fe con pretensiones de valer para todos los tiempos y un ideal supratemporal
de santidad corren el riesgo de no ser jamás actuales y operantes'', es obvio que la
espiritualidad debe insertarse en la historia y expresarse según las mediaciones culturales
de los diversos lugares y tiempos, a fin de que sea palabra de Dios para el hombre
histórico. La fe cristiana asume las modalidades que recibe y toma de las diversas
situaciones en las que viene a encontrarse, pero reservándose la posibilidad de
renovar sin solución de continuidad semejantes mediaciones culturales; lejos de
dejarse instrumentalizar por lo que asume, se vale de ello para activar a la comunidad
cristiana y convertirse en evangelización". La cultura cristiana debe resistir al mundo;
poner en práctica el arte de la sospecha y la escuela de la desconfianza, manteniendo un
perenne juicio crítico; debe poner en acción procesos biológico -políticos, como el
abandono y el vaciamiento; desmundanizarse progresivamente y ser para el mundo
mismo una reserva (lugar del que obtener algo) crítica y, por su teoría social, una forma
perennemente alternativa, enarbolando la representación no utópica, sino basada en la
promesa de Dios de una patria siempre vislumbrada, pero aún no poseída. Es misión de
la espiritualidad cristiana no solamente impugnar los absolutos terrenos, sino también
vivificar la cultura desde dentro mediante el testimonio de la presencia del Espíritu
[Hombre espiritual], dinamizarla y obligarla a salir de su castillo en nombre de la
esperanza.

3. SUPERACIÓN DE LA SITUACIÓN DE ANOMIA


Es signo de miopía y de cerrazón a los signos de Dios el intento de fijar la
experiencia espiritual petrificándola en una cultura superada o poniendo freno a su
dinamismo. Los cambios rápidos y profundos de la sociedad y de la conciencia humana
han producido un desfase en la espiritualidad. Esta vive una situación de "anomía" por
haberse distanciado de la piedad tradicional, a la que se considera inasimilable por parte
de la actual sensibilidad religiosa; pero todavía no ha encontrado una forma existencial
adecuada a las nuevas exigencias.
Estamos muy lejos de un discurso espiritual global en el que estos interrogantes
encuentren una respuesta satisfactoria; sin embargo, se gestan en el cristianismo actual,
que ha conquistado valores, temas y orientaciones nuevas, susceptibles antes o
después de una síntesis orgánica. Dentro de la inseguridad dominante, destacan
algunas convicciones.

a) El cristiano no puede limitarse a la práctica de un cristianismo a escala


reducida, basado en la observancia de los preceptos; sabe que está llamado a
vivir plenamente la vida del Espíritu, siguiendo la vocación a la santidad; es decir,
a hacerse espiritualmente maduro [>Madurez espiritual].
b) "Se hace necesario crear un nuevo estilo, pues sin un estilo y sin una pauta es
imposible vivir. Se puede 'perder el rostro', pero no se puede vivir 'sin un rostro'.

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