Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
universal designio salvífico de Dios como ley eterna constituye el punto clave
del pensamiento cristiano sobre tal noción4. Es decir: se puede y se debe
llamar ley eterna al decreto por el cual Dios «en él [Cristo] nos eligió antes de
la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia,
por el amor; nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo»5. Se llama
ley porque es una ordinatio o plan de la Sabiduría divina, que «alcanza con
vigor de un confín a otro confín»6, ha creado todas las cosas «y gobierna todo
con benignidad»7. Eterna porque se trata «del misterio que durante siglos
estuvo escondido en Dios, el Creador de todas las cosas» 8, o bien de «las
múltiples formas de la sabiduría de Dios […], conforme al plan eterno que ha
realizado por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro»9; esta ley es eterna, como
lo es la sabiduría de Dios con la cual se identifica.
4
Cfr. E. BURKHART, La grandeza del orden divino. Aproximación teológica a la noción
de ley, Eunsa, Pamplona 1977; A. FERNÁNDEZ, Teología Moral. I, cit., pp. 663-745.
5
Ef 1, 4-5.
6
Sb 8, 1. Cfr. Si 42, 15-26.
7
Sb 8, 1. Cfr. Pr 8, 22-31.
8
Ef 3, 9. Cfr. Rm 16, 25.
9
Ef 3, 10-11.
10
Cfr. J. SORDO - E. COLOM, La ley eterna y su penetración en las criaturas, «Scripta
Theologica» 7 (1975) 163-202.
11
S.Th., I-II, q. 93, a. 1. Cfr. De veritate, q. 5, a. 1 ad 6.
12
Dignitatis humanae, n. 3. Cfr. BEATO JUAN XXIII, Enc. Pacem in terris, 11-IV-1963:
DS 3973; Veritatis splendor, n. 43.
13
Catecismo, n. 1951; véanse también los nn. 1950 y 1952.