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CAPÍTULO III
EL MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL. NATURALEZA,
HISTORIA Y ORGANIZACIÓN
Como se estableció en las primeras páginas del presente estudio, el objetivo del
mismo es analizar la ritualidad del Movimiento Misionero Mundial desde una
investigación etnográfica en el templo central del presbiterio N°7 en Pueblo Libre. Sin
embargo, resulta indispensable, en cuanto se trata de una congregación
internacional, aproximarse de manera general a la naturaleza de la misma. Si bien el
trabajo etnográfico se centra en uno de los templos principales de Lima, la
organización es abrumadoramente mayor a la sede en cuestión. Debido a ello, el
presente capítulo realiza un recorrido por la concepción, historia, finalidad, estructura
organizacional y lógica expansiva que ha permitido que esta iglesia alcance una
presencia literalmente mundial.
Pastor “Marcos”
Hoy en día son 104 presbiterios en todo el Perú. Estamos hablando de
presbiterios, no de templos. La cifra exacta de templos no la tengo, pues
cambia, sin exagerar, cada mes o hasta cada semana. Pero deben ser ya
unos 2000 templos solo aquí en el Perú. En el mundo ya es una cantidad en
la que los números te quedan cortos.
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¿Qué ha permitido y sigue permitiendo que una iglesia que ni siquiera era
considerada dentro del complejo mundo evangélico descrito por Marzal (1988) haya
alcanzado un crecimiento tan significativo? Evidentemente, desde la visión
compartida por pastores y miembros de la congregación, se trata de una muestra de
la “gloria de Dios”. Sin embargo, y aunque no existe forma de refutar dicha afirmación,
pues procede de la concepción no solo socialmente compartida sino legitimada por
la propia iglesia, intentaremos demostrar que su compleja y sofisticada organización,
además de una lógica expansiva estructurada pueden contribuir a una explicación no
mediada por lo que Eliade (1981) entendía como hierofanía y, por tanto, más
amigable con la rigurosidad del discurso académico.
Una segunda definición que podemos rotular como oficial es la que se inscribe en el
directorio de la revista “Impacto Evangelístico”. En ella, el Movimiento Misionero
Mundial se describe, no como una comunidad espiritual o un grupo divino, sino como
una organización compleja y debidamente constituida. Así, se define como “una
organización religiosa sin fines de lucro, debidamente registrada en San Juan (Puerto
Rico) y en la capital federal Washington DC, con oficinas principales en ambas
ciudades, así como en los países donde tenemos obras establecidas” (MMM, 2017).
En esa lógica, podemos sintetizar la definición oficial e institucionalizada del
Movimiento como una comunidad de origen sagrado y, a su vez, como una
organización religiosa legal. Así, es un grupo religioso, pero también es una
institución con personería jurídica.
with a missionary vision to plant new churches wherever God opens new
doors all over the world14 (MMM, 2017, p.4)
De ello se desprende que el Movimiento es, desde el punto de vista religioso, una
agrupación de origen divino. Desde el ámbito jurídico, por su parte, es una
organización sin fines de lucro. Por otro lado, desde lo económico, es una institución
de visión corporativa y global. Además, particularmente, en el Perú, según afirma el
pastor “Willy”, uno de los principales informantes dentro del templo de Pueblo Libre,
es, ante todo, una institución con una misión no solo espiritual, sino principalmente
social. Sin dejar de ser una entidad religiosa, el Movimiento es un organismo que
tiene por misión insertarse en una sociedad que, desde el punto de vista de la
congregación, se caracteriza por estar en crisis.
Pastor “Willy”
Es una institución religiosa como cualquier otra, como lo es la católica, la
bautista o las demás. Es una institución de proyección social que tiene como
finalidad ofrecer un bienestar que alcance a la familia y a la sociedad. Es una
institución que surge porque vivimos en una sociedad en crisis, donde existe
una gran degeneración y perversión social que afecta a las personas y los
gobiernos muestran una falta de interés ante ella.
14El Movimiento Misionero Mundial es una organización sin fines de lucro que tiene la visión de fundar
nuevas iglesias en los Estados Unidos de América y en sus territorios, y además, la visión misionera de
fundar nuevas iglesias dondequiera que Dios abra nuevas puertas alrededor del mundo.
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Pastor “Willy”
Somos también una iglesia cristiana que tiene, por tanto, una labor cristiana
que, como su nombre lo dice, sigue la labor de Cristo. Es por ello que ese
interés social que tenemos lo tenemos porque viene de Dios. En ese sentido,
el Movimiento Misionero Mundial no es una institución aislada ni
independiente, sino que es parte de la misión cristiana en el mundo, que es
llevar un mensaje de restauración espiritual y, por medio de ella, permitir que
las personas experimenten una liberación de sus vidas, de sus afecciones
morales, sentimentales e incluso materiales.
Con sede central en San Juan, Puerto Rico, ciudad donde fue fundada la
congregación, y en Washington DC, el Movimiento Misionero Mundial tiene al Perú
como uno de los países organizativamente más relevantes. Esto se debe a que en
nuestro país se inició el proyecto de Bethel Televisión, una red de comunicaciones
con cientos de estaciones repetidoras a nivel nacional y con señal digital a nivel
mundial. No obstante, para el presente recorrido histórico, resulta fundamental
reconstruir la trayectoria del Movimiento desde su fundación, tanto legal como
espiritual, en Puerto Rico, como su llegada al Perú y, lógicamente, la creación del
templo de Pueblo Libre.
El origen del Movimiento Misionero Mundial se remonta a 1963, en San Juan, Puerto
Rico. De acuerdo con Chavarría (1995), esta obra “nace en el corazón de Dios”
(p.33). He allí la primera hierofanía: el origen de esta iglesia supone la acción de lo
sagrado en lo profano, pues es Dios, dentro de la versión oficial del origen de la
congregación, quien funda esta iglesia empleando a la persona como instrumento.
No obstante, sí existe un fundador humano, que fue el reverendo Luis M. Ortiz,
predicador pentecostal de origen portorriqueño, tal como se consigna en el
documento citado, que es la historia oficial del Movimiento, elaborada a propósito de
los 30 años de su llegada a Costa Rica.
Siguiendo el texto de Chavarría (1995), hacia 1943, Ortiz viaja a La Habana a servir
en la Iglesia Pentecostal de Cuba, filial de las Asambleas de Dios en ese país. Sirve
algunos años allí, se casa y se establece en la isla. Pero, de acuerdo con la fuente
citada, “el Señor les habló sobre un llamado mundial” (p.35). Ante la negativa de
expandir a la congregación referida para cumplir con el llamado divino, Ortiz, junto a
otros líderes religiosos, entre los que se cita también al pastor Rodolfo González,
decide alejarse de las Asambleas de Dios en 1956 y formar un movimiento
independiente. De ello se deduce que, si bien en su Constitución (1993), el
Movimiento Misionero Mundial se asume como una comunidad de origen divino,
concretamente, según Chavarría (1995), constituye una ramificación de la Iglesia
Pentecostal de Cuba, que es, a su vez, una filial de las Asambleas de Dios del Perú.
En consecuencia, por su origen, el MMM es una congregación derivada del
pentecostalismo tradicional.
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Continuando con las referencias citadas por Chavarría (1995), el reverendo Ortiz y
su equipo “se entregaron al ayuno y a la oración en espera de la guía del Espíritu
Santo” (p.35). Y la respuesta llegaría con el tiempo, pues, pese a las limitaciones
económicas de Ortiz –aunque no necesariamente de su equipo de pastores-, la
nueva iglesia terminaría consolidándose. “Sin dinero, sin posesiones materiales, sin
apoyo de concilio alguno, sin renombre popular, desconocidos y hasta desechados
por la organización” (p.36), el reverendo Ortiz y su equipo de líderes termina
fundando una pequeña congregación que terminaría convirtiéndose en el Movimiento
Misionero Mundial. He allí la segunda hierofanía: la fundación terrenal del MMM fue
mediada por Dios, pues se produjo, al menos según la versión de Chavarría (1995),
con escasos recursos económicos.
Ya casado en primeras nupcias con Yolanda Porro, según el sitio web oficial de la
organización (MMM, 2015), inicia un pequeño grupo de oración en Santiago, ligado
a la Iglesia Pentecostal de Cuba, en 1955. Al año siguiente, se une al grupo que
fundaría el reverendo Ortiz en esa ciudad. Cuando Ortiz debe marcharse de Cuba,
González parte a Camagüey para continuar con el ministerio que, después de 1963,
pasaría a ser el Movimiento Misionero Mundial en Cuba, del que él sería presidente.
Como se había precisado en el parágrafo, la restricción gubernamental a los grupos
religiosos implicó que la nueva iglesia formada pase a la clandestinidad. Según se
registra en el sitio web oficial de la congregación (MMM, 2015), en 1967, Rodolfo
González es enviado a prisión por su proselitismo religioso, lo que pondría fin a las
pretensiones del Movimiento de sostener una obra establecida en Cuba.
Después de estar mucho tiempo en prisión, tal como se expresa en la biografía oficial
del sitio web (MMM, 2015), Rodolfo González inicia distintos procesos administrativos
para conseguir salir de Cuba. En 1981, el gobierno peruano le permitió ingresar al
país. Arribó a Lima con su esposa Yolanda y sus hijos, y poco después formó un
pequeño grupo de evangelización. Para 1983, según esta biografía oficial (MMM,
2015), siempre ligado a la congregación fundada por Ortiz en Puerto Rico, con la
autorización del gobierno peruano, da inicio al Movimiento Misionero Mundial en
nuestro país. Según la propia fuente, se tomó en condición de préstamo el antiguo
cine “28 de julio” en La Victoria y, el domingo 27 de abril de ese año, se realizaba el
primer culto de la congregación en dicho local.
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Ya desde su época en Cuba, Rodolfo González había estado siempre ligado a los
medios de comunicación. Desde los años 50, ya conducía un programa radial
llamado “Avivamiento Pentecostal”. En el Perú, a partir de 1988, se inicia “La hora de
la transformación”, espacio televisivo emblemático de la congregación, en distintas
cadenas regionales. En 1990, debido al crecimiento poblacional y, desde luego,
económico de la iglesia, se adquirió como propiedad del Movimiento el local del cine
“28 de julio” y, además, se alquiló un espacio en Global Televisión para “La hora de
la transformación”. El Movimiento había llegado a difundir sus mensajes religiosos a
nivel nacional.
Pastor “Willy”
Tenemos cerca de cincuenta años en el Perú, gracias a la labor del reverendo
Rodolfo González y a todo un equipo de siervos de Dios que trabajamos por
la misión que hemos recibido de Cristo. Surgimos por el llamamiento de Dios,
no por obra humana, sino porque tenemos esa misión. Esa misión nos ha
llevado a tener 2000 templos más o menos, entre iglesias y anexos. No tengo
la cifra exacta de miembros bautizados, pero no sería exagerado decir que
vamos por el medio millón.
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Evidentemente, para los actores sociales con los que dialogamos durante la presente
investigación, sean pastores o miembros de la iglesia, existe una teodicea
institucionalizada que explica el crecimiento explosivo de su congregación. El objetivo
del presente estudio, en ningún caso, pretende rebatir tal asociación. Únicamente,
creemos que, además de las razones espirituales, subyace una compleja estructura
organizativa que fomenta la expansión de miembros y templos que, justamente,
apela a dichas razones espirituales. A continuación, se intentará comprender cuál es
esa compleja estructura organizacional, sobre la base de la Constitución de dicha
iglesia (1993), el libro de doctrina (1980) e, indudablemente, los testimonios de los
informantes que contribuyeron decisivamente a la aprehensión de la organización
social de la congregación.