Está en la página 1de 7

1

El ambiente social que se encuentra en la Catedral Basílica de la asunción de María Santísima

con la creencia social de Guadalajara

Este ensayo forma parte de mi proyecto de Crítica de arquitectura, en el cual abarcare un

amplio espectro de lo que es el ambiente social dentro de Guadalajara asimismo como lo viene

siendo en la religión y las creencias de cada persona y como este puede manifestarse en un

inmueble como lo es la catedral basílica de la Asunción de María santísima y como cada día va

creciendo oh va perdiendo poder. de esta forma empieza con las siguientes preguntas que

podrán ser el principio de cómo se inicia este contexto social como lo es ¿Porque creer en

alguna religión?, ¿Quien trajo a nosotros la religión católica? y ¿Como se sigue fomentando

éste esta práctica de creencia en el municipio de Guadalajara? Empezando con la primera

pregunta tenemos que la religión es un rasgo de la integración étnica porque permite la

conexión identitaria y la pertenencia entre otras dimensiones. Tradicionalmente, la población

mexicana es mayoritariamente católica. Sin embargo, durante el siglo XX, especialmente en la

segunda mitad del año, la composición religiosa de nuestra población cambió

significativamente, de modo que, según el censo, única fuente de estadísticas nacionales sobre

el tema, el catolicismo redujo su ventaja mayoritaria, mientras otras religiones Los credos, en

cambio, aumentaron el número de sus seguidores, especialmente las propuestas cristianas que

se alejaban de la tradición católica, y la población sin ninguna filiación religiosa. Y avanzando a

la siguiente pregunta, que se incorporó la Iglesia Católica Romana en México y se estableció la

Diócesis de Tlaxcala y México. La Arquidiócesis de México fue fundada como diócesis en 1530

y se convirtió en arquidiócesis en 1546. Durante la época virreinal de México (1527-1810)

existían otras nueve parroquias en el país.

Nos trajeron el catolicismo popular traído a América por soldados, marineros, colonos,

misioneros y misioneros españoles y portugueses injertados en las religiones y culturas

indígenas. Para así seguir con la tercera pregunta que como se fomenta en Guadalajara está
2
El ambiente social que se encuentra en la Catedral Basílica de la asunción de María Santísima

con la creencia social de Guadalajara

creencia religiosa que se asentó y promovió tres tipos de acción sectaria: las acciones

benéficas piadosas que datan del siglo XIX, las promovidas por Ortiz y con el obispo Francisco

Orozco y Jiménez (1913) -1936) Acción social combinada, y acción político partidista. Fuerte al

final de un gobierno arzobispal y al comienzo del siguiente (1911-1914). Categorizar acciones

es la esencia de los grupos. Las asociaciones benéficas y devocionales a nivel parroquial y

parroquial incluyen el Consejo de San Vicente de Paúl, Nuestra Señora de la Peregrinación, la

Hija Inmaculada, la Asociación de Mujeres Católicas, Apóstoles de Oración, Velas Eternas y

Santa Asociación Ángeles, Guardia de Honor, Apóstoles, Consejo del Sagrado Corazón,

Madres Cristianas, Catecismo, Propagación de la Fe, Jardinera Eucarística Mariana y Sociedad

Josefina. La dinámica del día a día de tales organizaciones es similar a los clubes sociales,

están organizados verticalmente por el clero, pero se expanden horizontalmente o se nutren de

líderes seculares y bases de membresía, y tienen reglas para guiar a los grupos de actividad e

iglesias, tanto interna como externamente. desde allí y dentro del conocimiento parroquial, se

marca su campo de actuación. Cada semana, los socios se reúnen y siguen sus reuniones

regulares, e incluso hay disposiciones generales en los estatutos. Los socios se reúnen para

preparar y planificar religiosamente el trabajo a realizar. Sin embargo, hay que reconocer que

también hay diferencias, pues la organización social en los espacios públicos enarbola la

bandera de la venganza socioeconómica y política.

Si bien los orígenes del catolicismo sociopolítico se originaron en Guadalajara a principios

del siglo pasado, hubo dos precursores de las organizaciones obreras en el siglo XIX, como la

Asociación de Alcaldes (1883), que aún existía a principios del siglo XX. , y la Asociación de

Artistas, Artesanos y Obreros (1894), como lo señalan Ceballos (1991, p. 169) y Barbosa (2004,

pp. 31-36). Según el autor anterior, el Círculo Católico de Guadalajara se estableció en 1901

bajo el paraguas de una corriente de reactivación que se estaba extendiendo a otras ciudades
3
El ambiente social que se encuentra en la Catedral Basílica de la asunción de María Santísima

con la creencia social de Guadalajara

del Eje como Puebla, Pachuca y México. Su líder de la iglesia es Luis G. Romo. Como parte

del movimiento se fomentaba el "buen periodismo", por lo que durante tres años (1901-1904) se

publicó el semanario La Democracia Cristiana, inspirado en la encíclica Graves de Comunidad

de León XIII. Con el lema de “Caridad Cristiana”, nace en beneficio del pueblo.” En 1902 nace

la Asociación de Hermandad del Socorro Mutuo, con características sectarias.

Si recurrimos a algunos aspectos de la teoría de la acción comunicativa podemos afirmar que la

Iglesia es "el espacio social" de la fe. En efecto, toda acción en donde los hombres intentan

entenderse entre sí, a pesar de todos sus límites y fallos, supone una estructura comunicativa

que permita tal comunicación. Entraña un consenso mínimo que permita esa comunicación:

objetivos comunes, expectativas compartidas, y el supuesto fundamental de que se desea y se

es capaz de comunicarse. En ese sentido todo acto comunicativo supone una comunidad de

comunicación "ideal" como condición de posibilidad trascendental para tal comunicación. A la

luz de eso, en un primer nivel de comprensión, podemos concebir a la Iglesia como ese espacio

"ideal" que permite la fe y el encuentro con Dios. Ahora bien, este espacio social mediador

supone algo común entre los sujetos comunicantes, un medio de coincidencia que no se

identifique sin más con esos mismos sujetos, que a su vez son diversos entre sí. Supone

entonces "un 'medio' social diverso de ellos, relativamente autónomo y capaz de conciliarlos

entre sí". Sin embargo, este medio social no se da con total independencia de los sujetos, sino

que se realiza como su expresión objetivada, mediante el lenguaje. La comunidad es el

resultado de la interacción de las personas, pero a la vez, es el espacio posibilitador de esa

misma interacción y comunicación. De ahí que se pueda afirmar que la comunidad es algo más

que la suma de sus miembros.


4
El ambiente social que se encuentra en la Catedral Basílica de la asunción de María Santísima

con la creencia social de Guadalajara

Podemos afirmar entonces que la Iglesia como comunidad de fe ha surgido de la acción del

Espíritu y de la respuesta de fe de los hombres, pero a la vez, es el supuesto teológico de la fe,

y por lo tanto, posee "una prioridad relativa ante los distintos creyentes".

En efecto, así como la comunicación interhumana se realiza en referencia a una comunidad de

comunicación universal, así también la comunidad de los creyentes se constituye en referencia

al reino de Dios presente germinalmente en la Iglesia. Ahora bien, este espacio social de la fe

es el mismo Pueblo de Dios, todos los bautizados, que realizan de una manera común los

diversos modos existenciales de la fe común. Es la forma institucional-sacramental de la Iglesia

y las diversas formas sociales de vida que plasman el modo de vida creyente. Todo ello nace

como expresión objetivada de la fe individual, pero a la vez es más que ella y es anterior a la fe

de cada individuo: le es transmitida a cada generación desde el inicio, salvando con ello la

identidad y la integridad de la fe y por lo tanto de la "res" a la que ella apunta: el Dios revelado

por Cristo.

Así pues, la Iglesia como espacio social de la fe es mucho más que la simple reunión de los

creyentes. Como espacio "vital" de la fe, ella está dada constitutivamente en cada realización

personal, en cuanto sacramento de la presencia y acción de Cristo y del Espíritu, y por lo tanto,

"como fundamento de posibilidad de la fe personal y comunitaria". La Iglesia transmite a cada

creyente la fe común y la articula en cada uno de ellos a modo personal y comunitario, en

cuanto espacio de encuentro con el Dios revelado por Jesucristo. Eso significa que la Iglesia es

sacramento, es decir, signo e instrumento de comunión con Dios y los hombres.

En forma de invitación a situarse en el marco de las relaciones internacionales para entender al

Vaticano y la Iglesia católica mexicana, me limitaré a enumerar una serie de puntos que

merecen un tratamiento profundo.


5
El ambiente social que se encuentra en la Catedral Basílica de la asunción de María Santísima

con la creencia social de Guadalajara

En sentido inverso, México exporta sacerdotes y monjas al mundo entero, y la presencia masiva

de católicos mexicanos en los Estados Unidos tiene un impacto digno de tomarse en cuenta

sobre la Iglesia estadounidense: son los nuevos irlandeses.

El peso de la Iglesia mexicana en América Latina se hace notar, por ejemplo, con la elección

del obispo de Tapachula, Felipe Arizmendi, como secretario general del celam (1995-1999),

luego del obispo de Texcoco, Carlos Aguiar Retes, primero como secretario general (1999-

2003), luego como primer vicepresidente de dicha Conferencia (2003-2007).

Los mexicanos Legionarios de Cristo, fundados por el tristemente famoso P. Marcial Maciel,

un hombre proteico que supo ganarse la confianza absoluta de muchos (desde el hombre más

rico del mundo, Carlos Slim, hasta Juan Pablo II), están presentes en otras partes del mundo.

Para bien y para mal son “la única multinacional mexicana en materia religiosa”, según la

definición de Dionisio Garza Medina, empresario de Monterrey.

Los católicos han sido muy sensibles, desde el pontificado de Pío IX en la segunda mitad del

siglo XIX, a la autoridad del papa, y por lo menos desde Pío XII, a la persona misma del papa.

Inútil recordar el entusiasmo despertado por las visitas de Juan Pablo II a partir de 1979. Es

algo que permite a los protestantes hablar de “papolatría”. Hace dos años que un jesuita

argentino, Jorge Bergoglio, ocupa la silla de Pedro con el nombre de Francisco. Su “estilo

personal de gobernar”, su carga contra la Curia romana, cuando denunció las quince

“enfermedades curiales... alzheimer espiritual… esquizofrenia existencial”, entre otras, su apoyo

a la diplomacia discreta del Vaticano para descongelar las relaciones entre La Habana y

Washington, todo parece anunciar un pontificado importante. Ahora bien: el papa Francisco

está invitado a visitar México. Si las autoridades creen que van a poder capitalizar su visita sin

costo alguno, se equivocan mucho, como lo ha demostrado en febrero de 2014 su famosa


6
El ambiente social que se encuentra en la Catedral Basílica de la asunción de María Santísima

con la creencia social de Guadalajara

advertencia (privada) a un amigo argentino: “Ojalá estemos a tiempo de evitar la

mexicanización. Estuve hablando con los obispos mexicanos y la cosa es de terror”. Así

expresaba su preocupación por el avance del narcotráfico en Argentina. Un papa que no tiene

pelos en la lengua, que sacude a la cúpula de la Iglesia, bien podría despertar, dinamizar a los

católicos mexicanos y a sus eclesiásticos. La reacción hipersensible del gobierno mexicano no

se hizo esperar, aunque sin llegar al incidente diplomático.


7
El ambiente social que se encuentra en la Catedral Basílica de la asunción de María Santísima

con la creencia social de Guadalajara

Referencias

Acosta Muñoz, M. (2018). El pensamiento crítico y las creencias religiosas. Sophia, colección de Filosofía

de la Educación, (24), 209-237.

Díaz, J. M., & Gil, J. C. (2009). Madrid en los años treinta: ambiente social, político, cultural y

religioso. Studia et Documenta: rivista dell'Istituto Storico San Josemaría Escrivá, (3), 13-39.

Quevedo, L. M. Z. La Consagración de la Catedral de Guadalajara a la Asunción de María.

Sánchez, D. P. (2009). Restauración del Románico de Guadalajara. Enciclopedia del Románico en

Castilla-La Mancha: Guadalajara, 1, 57.

También podría gustarte