Está en la página 1de 1

DIOS, FAMILIA Y AMIGOS

En nuestro trasegar en el planeta, ilumina cada día con amor, servicio, perdón y misericordia.
Somos simples peregrinos, con un tránsito efímero mientras regresamos a la fuente, al amor
supremo de Dios.

Tus padres fueron el instrumento maravilloso para hacer este camino. A ellos solo gratitud y
respeto. En el atardecer sereno de su existencia, prodígales el mismo calor que recibiste en
la alborada de tus días.

Tus hijos, el privilegio que alarga tu existencia, exprésales tu amor infinito y permite que
hagan su propia hipérbole en el espacio, respetando sus sueños. Sus alegrías y derrotas
siempre serán tuyas. Acompáñalos y bríndales tu apoyo y amor sin esperar compensación
alguna.

Los amigos, regalos de la vida, aquellos que comparten tristezas y alegrías, cómplices de
vuelo, tesoros preciados que con su fidelidad, lealtad y amor incondicional te acompañan en
tus ilusiones y esperanzas.

En el amor de pareja has como las mariposas, que buscan flores hermosas y se regocijan
con la miel de su interior. Belleza, poder y dinero, son referentes, solo que lo esencial está en
el alma.

Hay un amor que asciende, que es el amor universal del Divino Creador que todo lo perdona.
Un amor que desciende que es el amor de familia que siempre te acompaña. Un amor que
se extiende, el amor de pareja, de amigos, que debe construirse cada día.

El éxito es un préstamo, una administración temporal, que debe trabajarse en cada instante
con disciplina y perseverancia. El éxito compartido con tus semejantes te engrandece,
cuando la humildad y la solidaridad te habitan.

Tiempo, tesoro precioso de tu existir traducido en trabajo, bendito trabajo reflejado en


servicio a tus congéneres. Conserva tiempo para amar, para compartir con tu familia y tus
amigos, para contemplar amaneceres, escuchar el canto de un pájaro, regocijarte con las
montañas, con el mar, los ríos, una flor. Tiempo para Dios, tiempo para alegrar tu espíritu.

El servicio mejor reflejo del amor de Dios, es la razón de ser de la existencia. A través del
servicio nos olvidamos del egoísmo, somos portadores de ayuda a los demás, damos lo que
Dios nos ha dado y sentimos gozo siendo dadores alegres. Servir es un estilo de vida, es una
convicción, es una meta, es un deleite.

Como en Itaca, el servicio más que una meta, es el camino que hace feliz el recorrido siendo
útiles a los demás.

DIOS, FAMILIA Y AMIGOS

Carlos Eduardo Gutiérrez V.


Factoring Servimos

También podría gustarte