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TRABAJO PRÁCTICO MÓDULO 3, SEMINARIO DE FORMACIÓN DE

PRECEPTORES

CARÁTULA

APELLIDO Y NOMBRES: SIARINI, MARCELO ANTONIO.


DNI: 31.744.606
DIRECCIÓN POSTAL: DORREGO 287, LABOULAYE (CÓRDOBA)
TEL: 03385-429238
E-MAIL: cordobes_lbye@hotmail.com
TÍTULO: “Identidad Cultural y Multiculturalidad”.

INTRODUCCIÓN

La identidad le permite al ser humano, junto a la razón, interactuar con otras


personas presentes en el medio. Nos permite actuar en forma coherente según lo que
pensamos otorgándonos una imagen compleja sobre nosotros mismos y es capaz de
modificarse a lo largo de la vida, lo que permite al ser humano comportante de formas
diferentes según el contexto en el que está inmerso. En una situación de aislamiento, las
características individuales resultan absolutamente irrelevantes y transparentes, por lo
que la interacción con el medio externo es vital para la formación de la identidad. A
través de ese contacto, las diferencias y características individuales son un gran aporte
para la interacción social.
La relación entre cultura e identidad permite revertir necesariamente a un grupo
original de pertenencia del individuo y aparece como concepciones que definen la
identidad a partir de un cierto número de criterios determinantes, considerados objetivos
como el origen común, la lengua, etc. Otra postura “subjetivista” del fenómeno
identitario sostiene que la identidad etnocultural es un sentimiento de pertenencia o una
identificación a una colectividad más o menos imaginaria. Es imposible adoptar una
postura puramente “objetiva” o “subjetiva” para abordar dicha cuestión. Su complejidad
es innata y es partícipe de cualquier grupo social en su heterogeneidad.
El multiculturalismo promueve la no discriminación por razones de raza o cultura,
la celebración y reconocimiento de la diferencia cultural así como el derecho a ella.
Considerado una situación de hecho como una propuesta de organización social, surgió
como una filosofía o pensamiento social de reacción frente a la uniformización cultural
en tiempos de globalización. Es considerado una oposición a la tendencia presente en
las sociedades modernas que buscan la unificación y la universalización cultural.

DESARROLLO

Preguntas realizadas:

 ¿Qué entendés por identidad cultural?


 ¿Qué es para vos una educación multicultural?
 ¿Creés que es necesario ponerla en práctica en tu curso?
 ¿Has sido testigo de algún tipo de discriminación por cuestiones raciales?
 ¿Qué se puede hacer para evitar eso?

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La cuestión multicultural implica determinar en primera instancia qué se entiende
por cultura. En términos generales, es un conjunto complejo que incluye el conocimiento,
las creencias y cualquier otra facultad y hábito que el hombre adquiere como miembro de
la sociedad. Es decir, la cultura comprende el conjunto de prácticas, actitudes, valores y
costumbres propios de una sociedad determinada. Aquí se puede afirmar que la cultura es
lo que determina la denominada identidad cultural. Ésta se politiza en la medida que la
producción de sentido tienden a imponerse según cuáles sean los actores hegemónicos en
los medios que difunden todos estos elementos.
Las construcciones de identidad se deben asumir como dimensiones esenciales
para los modelos y procesos del desarrollo de los pueblos, de lo contrario las
identidades culturales tenderán a convertirse en un grupo de particularismos étnicos y
raciales. La identidad es una construcción que se relata, por lo que la edificación
solidaria del mundo actual requiere buscar nuevos modos de relación entre los diversos
grupos humanos y entre sus culturas. Una buena solución para ello puede ser la aplicación
de una educación intercultural. Si bien ésta debe ser primordial, necesita de la ayuda de
toda la sociedad y de sus instituciones y miembros. Hoy en día, la gente se aferra a su
identidad como fuente de sentido de sus vidas, lo que configura el mapa dramático de
una humanidad convulsionada y se remiten casi siempre a la defensa de identidades
agredidas.
Hoy en día, hay dos términos de moda: la educación multicultural y la educación
intercultural. Han nacido como una revisión del viejo problema de relaciones entre
pueblos y grupos sociales que abarca la realidad social en todo su conjunto, afectando,
por tanto, a las relaciones políticas, económicas, laborales, jurídicas, ecológicas.
Ambos han surgido como modelos de reacción frente a la uniformización cultural en
tiempos de globalización.
El multiculturalismo posee la encrucijada de apuntar al modo como las cuestiones
importantes se rearticulan desde lo cultural o desde un lugar que borre las causas
profundas favoreciendo la diversidad. Desde este lugar, han surgido varios enfoques y
modelos de educación multicultural e intercultural. Por ello, ante lo complejo que
resulta la cuestión multicultural, se han ido formulando distintas respuestas,
orientaciones y programas. Una de ellas es la postura asimilacionista, que plantea la
necesidad de adaptarse a la cultura de la sociedad receptora razonada como superior. La
cultura dominante debería ser el referente obligado en la valoración de las otras. El
multiculturalismo, por su parte, cuestiona el carácter homogeneizador del enfoque
asociacionista y sugiere la revalorización del pluralismo cultural. Desde su lugar, el
enfoque intercultural defiende la necesidad de interrelación de todas las culturas. Contiene
una idea de intercambio entre las distintas partes y de comunicación comprensiva entre
identidades culturales que se reconocen distintas entre ellas. El objeto de estudio no debe
ser entonces sólo la diferencia, sino también la hibridación.
La educación multicultural denomina a una serie de propuestas educativas que
buscan eliminar las desigualdades que perpetúan en el tiempo las disparidades
económicas por la inequidad en el acceso a la educación básica y los resultados de
aprendizaje y promueve la no discriminación por razones de raza o cultura, la
celebración y reconocimiento de la diferencia cultural así como el derecho a ella. No
existe una sola visión sobre su estudio. Hay variaciones ideológicas-teóricas que
van desde una perspectiva conservadora (tolerancia pasiva, coexistencia, simple
reconocimiento a la diversidad) hasta una perspectiva crítica (transformadora de los
contextos que generan la desigualdad y discriminación a partir de la diferencia).
Si la antropología, la ciencia social que más estudió la formación de identidades,
encuentra hoy difícil ocuparse de la transnacionalización y la globalización, es por el

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hábito de considerar miembros de una sociedad como pertenecientes a una sola cultura
homogénea y teniendo por lo tanto una única identidad distintiva y coherente.
La diversidad cultural se debe a los movimientos migratorios, que han sido una
constante a lo largo de toda la historia de la humanidad y se han sucedido prácticamente
en todos los lugares. Existen, desde luego, inconvenientes en estos encuentros, ya que
coexisten en un mismo espacio grupos culturales que se desconocen. Además, poseen
formas distintas de entender la realidad, con las dificultades que eso conlleva.
Suele utilizarse el término "inmigrante" para referirse a las personas que
provienen de lugares pobres, lo que genera una creciente oleada de connotaciones
peyorativas relacionadas con la marginalidad. Esta incorrección suele ir ligada a unas
imágenes mentales simplificadas, compartidas socialmente, que reciben el nombre de
estereotipos, que generalizan, simplifican la realidad y son difíciles de cambiar.
La educación intercultural ha sido objeto de reflexión e investigación muy atendida en los
últimos años. Se la trató desde perspectivas muy distintas y se ha llegado a incluir en
diversos planes de estudio con la consiguiente elaboración de programas y pautas concretas
para ser desarrollada en las aulas. Se la ha concebido como una oposición a la unificación
y la universalización cultural, además de proteger la variedad cultural, centrándose
sobre las frecuentes relaciones de desigualdad de las minorías respecto a las culturas
mayoritarias.
El Estado debe generar un sistema educativo, pedagógico, curricular, evaluativo,
de gestión que tiene como objetivo responder a las demandas culturales, lingüísticas,
educativas en general de los pueblos desde la institucionalidad formal del Estado y sus
áreas de actuación y responsabilidad. Es necesario promover una discusión conceptual
para enriquecer la producción de conocimiento, la reflexión crítica, los diseños de
políticas y programas desde sus orígenes, desde la perspectiva de los Derechos
Humanos, que es un campo de reflexión y acción, de praxis, común, universal, de
amplia adscripción.
La ciudadanía es un concepto universal y también excluyente pues ha sido parte
de un proceso de diferenciación de los hombres privilegiados respecto de los demás.
Cuando el Estado reconoce derechos pero no invierte recursos, entonces los derechos
son solamente formales y no sustanciales. Cuando se menciona la ciudadanía cultural, se
deben conocer las aspiraciones de los grupos subordinados. Es decir, los conceptos
de 'bien común', 'espacio público', 'sociedad civil', porque no se sabe quién tiene la
autoridad de decir lo que es el bien común, de definir los códigos del espacio público, de
establecer qué es la sociedad civil.

CONCLUSIÓN

Las trayectorias individuales se convierten en laberintos a través de la dialéctica


entre el individuo y la sociedad, enmarcadas en una sociedad determinada. Los actores
construyen las identidades a través de un proceso de individualización por para los que
son fuentes de sentido sólo si las interiorizan y construyen su sentido. La identidad
social nunca es unilateral pues necesita de la interacción. Si bien es un proceso, no
genera necesariamente una secuencia, sino que hay dimensiones simultáneas a medida
que transcurre la práctica social. Tiene dos aspectos complementarios entre sí, la
universalización (actuar autónomamente en un marco de referencia universalista) y la
particularización (hacer uso de su autonomía para desarrollarse en su subjetividad y
particularidad).

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La identidad es un requisito necesario para la vida social y ésta lo ha de ser para la
identidad, pero mientras la segunda deriva de procesos inconscientes, la primera se basa
en una norma de pertenencia sobre oposiciones simbólicas. Hay una estrecha relación
entre ambas, ya que la identidad cultural revierte a un grupo original de pertenencia del
individuo. La identidad está elaborada en base a los límites entre los grupos que entran
en contacto.
La distinción entre identidad social, identidad cultural e identidad comunitaria se
presenta para poder destacar elementos relacionados con los procesos de la construcción
de las identidades y de los procesos de identificación. En este caso, la identidad
comunitaria enfatiza la situación grupal entre los miembros identificados con dicha
comunidad. Ésta se concreta en un terreno más controlable o controlado. Se basa sobre
todo en la conciencia de comunidad existente que fomenta la imitación entre sus
componentes facilitando la identificación. La apelación a la identidad es, generalmente,
defensiva y la comunidad ofrece las condiciones para ello.
La interculturalidad es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de
relación de culturas. Es una conducta de las personas o de los grupos humanos en
situaciones de multiculturalidad. Es decir, es saber manejarse entre miembros de
diferentes culturas con quienes se interactúa. Es una realidad cultural y puede tener una
realización adecuada o no en su propósito de permitir desenvolverse en situaciones de
interculturalidad.

BIBLIOGRAFÍA

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4
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