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Universidad de sucre

Facultad de educación y ciencias

Programa de derecho

Segundo semestre

Teoría Económico

Docente:
Eduardo Blanquicet Ruiz
Economista

Estudiante:
Carlos Andrés Pérez Ortega

14/03/20
Índice

3………………………………………………………………………. Resumen
4……………………………………………………………………........ abstract
5……………………………………………………………………. introducción
6………………………………...……………………………. cuerpo del trabajo
11.…………………………………………………………….…….. Compilación
20……………………………………………………….. Aplicación en Colombia
24……………………………………………………………………… bibliografía
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCION

La crisis económica mundial de los últimos años es una crisis de gran envergadura que
tendrá probablemente importantes repercusiones en años por venir en la teoría
macroeconómica y su enseñanza. Durante esta crisis, los debates de política
macroeconómica de los años 1930, cuando la macroeconomía nació como disciplina con la
publicación de la Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero (1936) de Keynes,
se han repetido nuevamente. Ello se debe, en parte, a la vigencia de la obra de Keynes que
tiene por lo menos dos razones de ser. La primera es que la Teoría General es una obra muy
moderna en el terreno de los hechos debido a que la actual crisis económica y financiera
mundial ha vuelto a poner a los mercados financieros en el epicentro del mal
funcionamiento del sistema económico en su conjunto. Y este es precisamente uno de los
temas centrales de la Teoría General. La segunda es que esta obra es muy relevante en el
terreno de las ideas, tanto para el presente como para el futuro, debido a la vigencia de la
crítica de Keynes a lo que llamó la economía clásica. Y lo es, como argumentaré en este
artículo, porque si sus críticas a los clásicos son válidas, éstas son igualmente aplicables a
la moderna nueva economía clásica. Este trabajo confronta precisamente la crítica de
Keynes a los supuestos de la economía clásica sobre el equilibrio continuo en los mercados
y su crítica a los supuestos que esa economía hace sobre el conocimiento que los agentes
económicos tienen del futuro. Junta estos dos temas y resume lo que me parecen los
mensajes de la Teoría General más relevantes para la situación que vive la economía
mundial hoy en día: la idea que el desempleo involuntario tiene su origen en una falla de
coordinación en los mercados financieros y la idea que la flexibilidad salarial no es una
solución a esa falla de coordinación. Comentan brevemente sobre cómo evolucionó la
macroeconomía después de la Teoría General, contrastando la economía de Keynes con la
de la síntesis neoclásica, la nueva economía clásica y la nueva economía keynesiana.
CUERPO DEL TRABAJO

 El modelo keynesiano y las políticas macroeconómicas

En el modelo keynesiano es en el lado de la demanda agregada donde se determina


la renta real de equilibrio demandada y ofrecida, y no es la oferta la que determina
la
demanda, como vimos en el caso clásico. La demanda agregada, a lo largo de la
cual están en equilibrio los mercados de bienes y de dinero, junto con la oferta
agregada, que en el modelo keynesiano estricto es horizontal, determinan la renta de
equilibrio esta renta de equilibrio demandada determinará el nivel de empleo vía
función de producción, sea este el nivel de pleno empleo o no, Si este nivel de
empleo es inferior al de pleno empleo proveniente del mercado de trabajo, se
originará un exceso de oferta de empleo, denominado desempleo involuntario. La
diferencia entre el nivel de empleo de pleno empleo y el nivel de empleo de
equilibrio propiciado desde el nivel de la demanda agregada recibe el nombre de
paro o desempleo involuntario keynesiano.
Cuando el nivel de empleo de equilibrio es inferior al nivel de pleno empleo, el
salario real es superior al salario real correspondiente al equilibrio del mercado de
trabajo, es decir, en este caso trabajarían menos individuos, pero lo harían a un
salario real mayor. En el modelo keynesiano, este salario real es flexible, pero se
considera que los salarios nominales están fijados vía negociación sindical lo que
provoca que los salarios nominales sean regidos a la baja, pero no al alza. En el
modelo keynesiano la función de oferta agregada en el muy corto plazo es
perfectamente horizontal porque los precios son rígidos7. En lo referente a la
función de demanda agregada, desde una óptica keynesiana se supone que la
inversión depende inversamente del tipo de interés, lo que permite considerar que la
función de demanda agregada es decreciente. La renta de equilibrio demandada es
la que determina la cantidad que se debe producir. La renta demandada y la renta
ofrecida coincidirán y esta será la renta real de equilibrio, esté el mercado de trabajo
en equilibrio o no.

 Políticas en el modelo keynesiano estricto

El análisis de las políticas macroeconómicas suponemos que se lleva a cabo en el


muy corto plazo, de forma que la curva de oferta agregada es horizontal, pues los
precios permanecen fijos.

Efectos de una expansión monetaria: Una expansión monetaria, provocada, por


ejemplo, por un incremento de la cantidad de dinero en términos nominales,
originará un desplazamiento a la derecha de la línea de oferta monetaria. Este
desplazamiento generará un descenso del tipo de interés que conllevará un aumento
de la inversión, de forma que la función de demanda agregada se desplaza hacia la
derecha incrementándose el nivel de empleo, mientras que en el muy corto plazo los
precios se mantienen fijos, dados los supuestos del modelo keynesiano estricto. En
la intersección de la oferta agregada con la demanda agregada se determinará la
nueva renta real de equilibrio.

Efectos de una expansión fiscal: Una expansión fiscal, provocada, por ejemplo,
por un aumento del gasto público, desplaza la curva de demanda agregada hacia la
derecha, originando un aumento de la producción demandada el desplazamiento
hacia la derecha de la demanda agregada provoca un aumento de la producción y de
la demanda de dinero por motivo transacción, lo que origina un aumento del tipo de
interés que dará lugar a un efecto expulsión o desplazamiento de la inversión
privada. En cualquier caso, en el equilibrio resultará un nivel de producción
demandada mayor que el inicial, y paralelamente el nivel de desempleo involuntario
será menor que en la posición inicial.

Políticas de oferta: Una política de oferta que eleve la función de producción


desplaza la función de oferta agregada hacia abajo, provocando una disminución del
nivel de precios y un aumento de la producción de equilibrio La reducción del nivel
de precios origina un desplazamiento hacia la derecha de la oferta monetaria que al
interceptar con la demanda de dinero hace que baje el tipo de interés y aumente la
inversión. Por el lado de la oferta, el desplazamiento hacia arriba de la función de
producción agregada que permite producir un mayor nivel de output ofrecido con un
mismo nivel de empleo, generará un aumento de los salarios reales al bajar los
precios debido al desplazamiento de la curva de oferta agregada para el mismo nivel
de salario monetario.

La nueva escuela keynesiana: Los primeros keynesianos minusvaloraban la


eficacia de la política monetaria frente a la política fiscal. Más adelante los
keynesianos reconocieron la efectividad de la política monetaria. En este sentido
debe señalarse que la nueva escuela keynesiana de macroeconomía aparece hacia
mediados de la década de los ochenta en el entorno de la Universidad de Harvard y
del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como réplica a la Nueva
Macroeconomía Clásica. Esta escuela trata de explicar, desde un punto de vista
formal, por qué los precios son rígidos a corto plazo. Los tres hechos fundamentales
en los que se apoya esta escuela para formalizar sus modelos de rigideces nominales
de precios son: la existencia de competencias imperfecta, de rigideces reales y de
fricciones nominales.

La Nueva Macroeconomía Keynesiana acepta la hipótesis de expectativas


racionales, pero rechaza la hipótesis de perfecta flexibilidad de los precios, pues se
supone que los salarios nominales son rígidos a corto plazo y se negocian en
convenios anuales. El endeudamiento, en vez de amortiguar las fluctuaciones, puede
actuar como amplificador de las mismas debido: 1) al efecto riqueza sobre el
consumo, 2) al racionamiento de la oferta de fondos prestables, y 3) al descuido
relativo de los agentes por mantener su solvencia. El resultado es, pues, que, debido
a las imperfecciones en los mercados financieros, la política monetaria podrá incidir
sobre el nivel de actividad, no vía tipos de interés, sino mediante su actuación sobre
la oferta de crédito. Las asimetrías en la información también pueden contribuir a
acentuar el mal funcionamiento en los mercados financieros.

Algunos comportamientos como los señalados se han observado en el origen de la


crisis financiera iniciada en EE.UU. en 2007. Las entidades financieras tradicionales
(banca comercial) empezaron a verse presionadas por los beneficios y crecimientos
que experimentaban otras entidades caracterizadas por comportamientos más
agresivos (banca de inversión). El resultado fue que la gran mayoría de las entidades
financieras dejaron de lado los comportamientos ortodoxos, rutinarios y prudentes,
y aumentaron peligrosamente su endeudamiento. Así mismo, se embarcaron a gran
escala en operaciones cuya naturaleza no conocían muy bien pues conllevaban
operar con derivados y otros productos típicos de la nueva ingeniería financiera.
Ante el señuelo de mayores beneficios potenciales, se olvidaron de que estaban
incurriendo en mayores riesgos. Estos comportamientos se autoalimentaban
mientras la burbuja inmobiliaria y financiera continuaba engordando. Pero cuando
la burbuja se pinchó, todo empezó a desmoronarse. Entonces es cuando se pudo
comprobar que los mercados financieros incurren en graves imperfecciones y que
existen notables asimetrías en la información, pues muchos no sabían lo que estaban
comprando.

Los problemas empezaron a trasladarse a la economía real cuando las entidades


financieras, al tomar conciencia de lo que había ocurrido, empezaron a desconfiar
unas de otras y procedieron a cortar el crédito. Además, pronto empezaron a tener
problema de solvencia (escasez de recursos propios y capital) los que les forzó a
reducir aún más el crédito. Ante esta situación, las empresas y los consumidores se
encontraron sin liquidez para llevar a cabo sus planes de inversión y consumo.

Las fricciones nominales, junto con las imperfecciones reales y la competencia


imperfecta, son las condiciones necesarias y suficientes para que pequeñas
variaciones en la oferta monetaria provoquen fuertes variaciones en la producción, o
lo que es lo mismo, para que el dinero no sea neutral (el dinero es neutral cuando las
variaciones de la oferta monetaria no influyen en las variables reales) y se pueda
romper la llamada dicotomía clásica, situación en la que el dinero actúa como un
velo que no afecta a la producción en términos reales, de forma que por un lado
están las variables que inciden en la economía real y por otro las de carácter
monetario.
 El modelo de la síntesis y la política económica

El modelo de la síntesis fue inicialmente diseñado por el profesor Hicks, y en él se


consideran los precios rígidos o semirrígidos a muy corto plazo, siguiendo las
hipótesis del modelo keynesiano. A corto plazo se supone que tiene lugar un ajuste
lento de salarios, tal como implica la existencia de la curva de Phillips. A largo
plazo, el modelo considera que los precios son totalmente flexibles, aceptando en
este caso un esquema puramente clásico. En la curva de oferta agregada de este
modelo se distinguen tres tramos diferenciados: el keynesiano, que es horizontal, el
creciente, propio de la síntesis y el vertical, defendido por los clásicos. La política
económica en este modelo de síntesis refleja cada una de sus posibles zonas; así,
entre el muy corto plazo y el corto plazo será keynesiana, y a largo plazo será
clásica. Por ello, el modelo de síntesis asume que las políticas keynesianas son
válidas a muy corto plazo, mientras que a largo plazo las que tienen validez son las
de índole clásica.

Políticas económicas en el modelo de la síntesis:

Efectos de una expansión monetaria en el corto plazo

En el muy corto plazo, los efectos de una expansión monetaria, cuando la curva de
oferta agregada es prácticamente horizontal, son idénticos a los ya comentados en el
modelo keynesiano de precios rígidos. Sin embargo, en el corto plazo el
desplazamiento a la derecha de la función de demanda agregada eleva los precios,
pero no tanto como para superar la tasa de inflación esperada de forma que la curva
de Phillips no se llegará a desplazar, por lo que el movimiento de la curva de
demanda agregada supone únicamente un movimiento a lo largo de la curva de
Phillips. Esto provocará una disminución de la tasa de desempleo y un incremento
de la tasa de inflación.
A largo plazo, sin embargo, estos efectos se irán diluyendo. El alza de los precios y
su traslación a los salarios hará que la curva de oferta agregada se desplace hacia la
izquierda, donde la producción será igual a la inicial. Paralelamente, la aceleración
de la tasa de crecimiento de los precios desplazará hacia arriba la curva de Phillips,
conforme el mercado de trabajo vuelve al equilibrio. Así pues, a largo plazo una
expansión monetaria causa únicamente un aumento del nivel de precios y de los
salarios nominales.
Efectos de una expansión fiscal a corto plazo y a largo plazo
Supongamos que el nivel inicial de la renta es el nivel de renta de pleno empleo y
que tiene lugar una expansión fiscal. Una expansión fiscal, provocada, por ejemplo,
por un aumento del gasto público, hace que la demanda agregada se desplace hacia
la derecha, y en su intersección con la oferta agregada, que suponemos creciente, se
habrá producido una subida del nivel de precios y un incremento de la renta de
equilibrio
Esta elevación del nivel de precios determinará que, para el mismo nivel de salario
nominal, que es rígido a corto plazo, se provoque una caída en los salarios reales. El
hecho de que bajen los salarios reales implica un mayor nivel de empleo de
equilibrio, por lo que la tasa de desempleo será menor que la tasa de desempleo a
largo plazo (u*). En términos gráficos tendría un movimiento a lo largo de la curva
de Phillips inicial, CP0.

Un movimiento hacia la izquierda a lo largo de la curva de Phillips inicial supone


que la tasa de desempleo será entonces inferior a la tasa natural. Ello originará una
aceleración de los precios, lo que supondrá lo que supondrá un desplazamiento
hacia arriba de la curva de Phillips y paralelamente un desplazamiento también
hacia arriba de la función de oferta agregada que finalizará cuando la renta
demandada sea idéntica a la potencial o natural. Esto originará un incremento
adicional del nivel de precios que motivará una disminución de los saldos reales, lo
que ocasionará un aumento del tipo de interés. Este aumento del tipo de interés hará
que tenga lugar el efecto de expulsión de la inversión privada, que compensa la
expansión fiscal inicial.

En términos del mercado de trabajo, el incremento de los precios habrá determinado


una caída en los salarios reales, ocasionando un exceso de demanda en el mercado
de trabajo. Dado que a largo plazo los salarios nominales son flexibles, estos se
ajustarán al alza hasta volver a la situación de equilibrio inicial en el mercado de
trabajo, por lo que no variarán ni el empleo ni el nivel de producción ofrecida, pero
sí el tipo de interés, el nivel de precios y los salarios nominales.
Compilación

El modelo de Keynes, o keynesiano, es una teoría económica enunciada en el siglo


XX por un importante economista británico: John Maynard Keynes. Se trata de un
economista que dedicó la mayor parte de su extensa obra a entender las crisis
financieras. Si se han de destacar tres ideas que describan la obra de Keynes,
podrían ser las siguientes:

 Pensaba que la política económica era la herramienta clave para sacar a un país de
la crisis.
 Su idea era que los gobiernos debían tratar de estimular la demanda que había en la
economía.
 La mejor manera de estimular la demanda sería utilizar la política fiscal, el déficit
público.

¿Quién era John Maynard Keynes?

John Maynard Keynes nació en la ciudad británica de Cambridge, muy conocida


por albergar la famosa universidad, que además fue la primera del mundo que ofertó
entre sus títulos la carrera de Economía y en la que Keynes fue, primero alumno y
más tarde profesor.

Keynes vivió entre los años 1883 y 1946. Dos hechos marcarán su vida en lo
profesional:
 En primer lugar, la Economía como disciplina académica se desgaja en sus primeros
años de vida de la Filosofía, convirtiéndose en una disciplina autónoma.

 En segundo lugar, la Gran Depresión que durante los años 30 vivieron muchos
países y que fue una de las fuentes de los desvelos profesionales de Keynes.
Keynes elaboró una teoría sobre el comportamiento a corto plazo de la economía de
un país y estudió las medidas que se debían tomar para llegar a una situación más
deseable. Además, participó no solamente como teórico académico, sino como
político en la Cámara de los Lores por el partido liberal en la etapa final de su vida o
como participante en conferencias internacionales sobre temas económicos.

¿Cuáles son las principales ideas keynesianas?

En primer lugar, dedicó su carrera a estudiar problemas agregados, como el empleo,


el paro, el consumo, la producción, el ahorro o la inversión del conjunto de un país.
Entiende que estos fenómenos, y las relaciones entre ellos, se rigen por sus propias
reglas, no necesariamente derivadas del estudio de cómo piensan y deciden los
individuos. A Keynes lo que verdaderamente le preocupaba era qué pasaba en el
corto plazo; por ejemplo, el paro o la crisis presentes en su país. A diferencia de
otros economistas, para él, el problema no era la escasez de recursos, sino el paro y
la existencia de recursos sobrantes.

¿Por qué sobraban recursos en los momentos de crisis? La razón sería la demanda
insuficiente para necesitar emplear todos los recursos disponibles. El paro, la
existencia de trabajadores sobrantes, reflejaría una escasez no de recursos, sino de
demanda de los productos que se producen con esos recursos. Un factor importante
para explicar el paro sería que a los salarios les costase bajar cuando bajan los
precios. Si los salarios no bajan y los precios sí, eso supondría que los trabajadores
cobrarían más en términos reales, podrían comprar más cosas cobrando la misma
cantidad.

Cuando el poder adquisitivo de los salarios aumenta, más gente querría trabajar y
menos empresas contratar a los trabajadores, que les resultan caros. Se genera paro,
lo que deprime el consumo y esa caída de la demanda hace que los precios bajen
más. Entraríamos en un círculo vicioso. Por lo tanto, los salarios serían incapaces de
adaptarse a las nuevas circunstancias, de modo que no hubiese más gente queriendo
trabajar que empresas requiriendo contrataciones. El mercado fallaría en este
aspecto.

La solución a la demanda insuficiente sería el empleo de la política económica. Los


gobiernos serían los encargados de estimular la demanda, en concreto, a través de la
política fiscal (del empleo del déficit público), de la política monetaria (intentando
que bajasen los tipos de interés) y de la política cambiaria (las devaluaciones o
depreciaciones de la moneda). Keynes era claramente partidario de la política fiscal.
Pensaba que los consumidores consumían una proporción de la renta de la que
disponían (después de los impuestos). Ya que el gasto financiado con
endeudamiento público no reduce la renta de la que disponen los ciudadanos, el
déficit público conseguiría incrementar la demanda.

¿Keynes practicaría recortes para salir de la crisis?

Es difícil saber lo que recomendaría hoy, con todas las novedades que sus
seguidores y críticos han aportado, casi siete décadas tras su muerte. Pero es
altamente probable que no. Keynes incrementaría el gasto del Estado. El Estado
gastaría lo que no gastan los agentes privados, porque él cree que el problema es
una demanda que no llega a todo lo que somos capaces de producir. El problema
son los trabajadores parados, las máquinas paradas, la importante cantidad de
recursos disponibles y sin uso que se acumulan durante una crisis. Cuando el Estado
gaste, por ejemplo, en obras públicas, pagará a las empresas adjudicatarias de las
obras y éstas a los obreros, a sus proveedores, a quienes les han prestado dinero.

Así, los trabajadores tendrán dinero en el bolsillo para gastar, de forma que se
incrementará la demanda de las empresas a las que adquieran los bienes y servicios
esos trabajadores. Esas empresas funcionarán a mayor rendimiento y se creará
empleo. Como cada consumidor gasta una proporción de lo que dispone, incrementa
el gasto de los demás, porque su gasto será renta para otro. Ese otro consumirá
también una parte de lo que le pagan. No es un proceso sin fin, porque con cada fase
solamente se gasta una parte (la otra se ahorra), de forma que los incrementos
adicionales son cada vez más pequeños, pero el gasto se multiplica.

De lo que se trata es de que el Estado, gastando sin retirar dinero del bolsillo de los
consumidores, endeudándose, conseguirá levantar la demanda. Esa mayor demanda
será la que conseguirá poner en marcha algunos de los recursos no empleados, como
trabajadores en paro o máquinas paradas.

¿Cuál ha sido la influencia posterior de Keynes?

Los trabajos keynesianos originaron una importante repercusión posterior. Algunos


de sus seguidores han tratado de formalizar un modelo keynesiano
matemáticamente. Keynes, pese a su formación en Estadística y otros campos de las
Matemáticas, no era muy partidario de la matematización de la Economía, pero sí
muchos de sus seguidores. Otra línea de seguimiento del pensamiento keynesiano es
la que busca fundamentar los modelos de inspiración keynesiana en el estudio de las
decisiones de los individuos, en lo que se denomina Microeconomía, que hoy es la
pieza clave de todo el análisis económico.

También se ha trabajado mucho en ampliar los modelos keynesianos para incluir el


efecto del sector exterior, de las relaciones con otras economías; al igual que otras
investigaciones se han centrado en la relación entre inflación y desempleo y la
posibilidad de elegir políticamente entre ambos. Del mismo modo que Keynes se
preocupó por situaciones en las que los salarios serían incapaces de adaptarse a
nuevas circunstancias, algunos economistas estudian razones y circunstancias por
las que los precios de los productos podrían ser incapaces de cambiar para equilibrar
la oferta y la demanda.

Pero no todo han sido seguidores cercanos, sino que sus planteamientos también
han sido criticados. Así, se le achaca que quizá subestimó la importancia de la
escasez de recursos para explicar algunas crisis económicas. Por ejemplo, si el
petróleo es más caro, tenemos menos recursos para producir. Muchos han sido los
escépticos sobre el papel de los gobiernos para sacar a los países de la crisis.
Algunos dicen que las medidas fiscales que propone Keynes llevan su tiempo, que
quizá las crisis se resuelvan antes de poder llevar adelante los estímulos fiscales.

Otros dicen que existen dificultades para planificar la política económica. Entre
ellas estarían un insuficiente conocimiento de la realidad, las dificultades para tener
datos fiables o la escasez de instrumentos de política económica y la abundancia de
objetivos. Otros economistas señalan que hay que tener muy en cuenta las
reacciones de las familias y empresas. Dicen que se forman una idea, una
expectativa, de cómo les va a afectar la política que va a realizar el gobierno y
actuarán en consecuencia, lo que puede desbaratar la iniciativa del gobierno.

Otra crítica importante es la de aquéllos que preguntan sobre el largo plazo. En


primer lugar, el déficit podría ser insostenible a largo plazo, lo que podría causar
una crisis. En segundo lugar, si los ciudadanos se forman expectativas sobre el
futuro, las que tuviesen sobre el largo plazo podrían ser determinantes de lo su
comportamiento hoy. Finalmente, hay quienes están muy preocupados por los
factores que determinan el futuro a largo plazo de los países. En definitiva, cuáles
son las fuentes del crecimiento económico.

John Maynard Keynes fue un importante economista con una extraordinaria


repercusión que se traslada mucho más allá de su intensa vida académica, sino casi
70 años más tarde. Y, a buen seguro, seguirá siéndolo en el futuro. Desde el
principio, tuvo seguidores y detractores, como Hayek. Mantuvo debates con
economistas como Cassel. E influyó en otros economistas, como por ejemplo
Sraffa. Todavía hoy, muchos economistas de inspiración keynesiana critican la
austeridad. También se escriben muchos libros críticos con el keynesianismo.

LA MACROECONOMÍA DESPUÉS DE LA TEORÍA GENERAL

En cuanto a lo que ocurrió con la macroeconomía keynesiana después de la Teoría General


quiero poner el acento en tres temas. El primero se refiere al supuesto de salarios nominales
dados (que Keynes mantuvo hasta el capítulo 19 de la Teoría General en que analiza el caso
general de flexibilidad de salarios y precios). El segundo se refiere a la pérdida de
relevancia en la síntesis neoclásica, que se origina en el modelo IS-LM de Hicks, de las
expectativas sobre el futuro en la determinación del nivel actual de actividad económica y
empleo. El tercero tiene que ver con la reintroducción del segundo postulado de la
economía clásica en la macroeconomía pos Teoría General

El papel del supuesto de salarios nominales dados

Como lo ha hecho ver Patinkin, para Keynes la rigidez de los salarios nominales es más una
recomendación de política económica que un supuesto de comportamiento ¡Cómo podría
ser de otra manera si la gran depresión de los años treinta del siglo pasado registró una
deflación sin precedente de los salarios nominales! En cambio, en la síntesis neoclásica, y
más aún entre los nuevos keynesianos, la rigidez de los salarios nominales (o de los precios
en algunas versiones) se convirtió en un supuesto clave para la existencia de un equilibrio
con desempleo. Ello abrió las puertas para la resurrección de la principal conclusión de la
economía clásica: con precios y salarios plenamente flexibles, la economía tiende al pleno
empleo.
El comentario de Kalecki al profesor Pigou (1943), publicado en el Economic Journal de
1944, está ahí para recordarnos la falla en el razonamiento que conduce a esa conclusión.
En ese comentario de dos páginas, Kalecki argumenta que el efecto positivo sobre la
demanda agregada del aumento en los saldos monetarios reales, provocado por la deflación,
se verá contrarrestado con toda seguridad por el aumento en el valor real de las deudas de
empresas y familias y su efecto negativo sobre la demanda agregada. Esto es así, argumentó
Kalecki, porque en una economía monetaria moderna los saldos monetarios son, en su
mayor parte, depósitos bancarios que tienen, como contraparte en la hoja de balance de los
bancos, activos de los bancos que son, a su vez, deuda de empresas y hogares.
El argumento de Kalecki implica, en términos del modelo de oferta y demanda agregada de
los libros de texto, que la curva de demanda agregada (en espacio nivel de precios, nivel de
producto) no tiene por qué tener pendiente negativa. Y, por lo tanto, el desplazamiento
hacia abajo de la curva de oferta agregada, resultante de la caída de los salarios nominales,
no tiene porqué llevarnos a un equilibrio con pleno empleo. Este es un tema, como ya lo
mencioné al final de la sección anterior, que ha sido enfatizado también por otros
keynesianos.

Las expectativas sobre el futuro en la síntesis neoclásica


Como lo ha argumentado Leijonhufvud (1968), un tema central de la Teoría General es
cómo opiniones cambiantes sobre el futuro son capaces de influir en el nivel actual de
ocupación. El vínculo crucial es la inversión que afecta a los niveles presentes de actividad
económica y de empleo y que, como ya lo mencioné, es una decisión Inter temporal que
depende de las expectativas sobre el futuro. Es interesante observar que la ausencia de las
expectativas sobre el futuro en la determinación del nivel de ingreso de equilibrio inferior al
de pleno empleo es la principal objeción de Keynes al modelo IS-LM de Hicks. En efecto,
en la correspondencia entre Keynes y Hicks después de que Hicks formulara su modelo IS-
LM en “Mr. Keynes and the classics” (1937), Keynes le escribe a Hicks que tiene poco que
agregar a su formalización excepto porque la función de inversión (en la que Hicks hace
depender la inversión del nivel de ingreso presente) debería depender de condiciones
futuras (porque las empresas invierten, no para producir en el presente, sino para producir
en el futuro). Es interesante también que esto es prácticamente todo lo Keynes tiene que
agregar a la formulación de Hicks
Ese tema central se perdió en la síntesis neoclásica, lo que abrió las puertas para la
reemergencia de modelos de optimización Inter temporal en la nueva economía clásica (y
también entre los nuevos keynesianos) que, en cierto modo, echaron fuera de la bañera al
bebé junto con el agua sucia: es decir, reintrodujeron correctamente la importancia de las
expectativas sobre el futuro en la que la Teoría General había hecho tanto hincapié, pero
descartaron los necesarios supuestos sobre la incertidumbre fundamental que tienen los
agentes económicos acerca del futuro.
La reintroducción del segundo postulado de la economía clásica y con ello del
supuesto de equilibrio continuo en el mercado de trabajo
Las puertas para que avanzara la contrarrevolución se abrieron de par en par con la
Presidential Address de Milton Friedman a la American Economic Association en 1968
(“El papel de la política monetaria”). Esa ponencia es un hito porque marca, hasta donde
puedo ver, el momento en el que, en la macroeconomía post Teoría General se reintroduce
el supuesto que el mercado de trabajo despeja en todo momento, es decir que el mercado de
trabajo está en equilibrio continuo. En efecto, el modelo implícito de Friedman en esa
ponencia supone que ese mercado siempre está en equilibrio y los efectos de la demanda
agregada sobre el nivel de actividad, provocados por choques monetarios, se dan como
resultado de fluctuaciones en la oferta de trabajo, sin que ello implique cambios en el nivel
de desempleo. Estas fluctuaciones en la oferta de trabajo son el resultado de que los
trabajadores confunden temporalmente los aumentos en salarios nominales con aumentos
en salarios reales (lo que conduce a un aumento de su oferta de trabajo) al no darse cuenta
de inmediato que los precios, al igual que los salarios nominales, también aumentan con la
expansión monetaria. Pero en todo este proceso, el mercado de trabajo está siempre en
equilibrio y los trabajadores pueden en todo momento vender la cantidad de trabajo que
desean a los precios y salarios que perciben. En otras palabras, una expansión (o
contracción) de la demanda agregada no afecta el nivel de actividad reduciendo (o
expandiendo) el desempleo: los trabajadores siempre están en su curva de oferta de trabajo
deseada. El segundo postulado de la economía clásica se vuelve a cumplir.
El famoso modelo de Lucas (1972) no es más que una variación sobre el mismo tema. El
modelo es esencialmente el de Friedman, con dos diferencias. Primero, en el modelo de
Lucas los agentes económicos son en cierta forma pescadores que pescan diferentes tipos
de peces, a diferencia del modelo de Friedman en el que los agentes son empresas y
trabajadores. Segundo, en el modelo de Lucas los agentes económicos tienen expectativas
racionales (en lugar de expectativas adaptativas como en Friedman). Debido a la falta de
información completa, los agentes económicos confunden también temporalmente cambios
en el nivel general de precios con cambios en los precios relativos, haciendo así que el
dinero pueda no ser neutral a corto plazo. Es precisamente por el hecho que ahora las
expectativas son racionales y de que hay información incompleta que es necesario hacer
una distinción entre los efectos de choques monetarios anticipados —que son neutrales aun
en el muy corto plazo— y los de choques monetarios no anticipados que no son neutrales
en el corto plazo.

LA EDAD OBSCURA DE LA TEORÍA MACROECONÓMICA


Desde entonces hemos vivido en lo que Paul Krugman ha llamado “la edad obscura de la
macroeconomía” (Krugman, 2011). En estos años, los últimos treinta, piensa Krugman,
sucedieron dos cosas. En primer lugar, se destruyó conocimiento previamente acumulado
con consecuencias sociales nefastas. En efecto, se repiten hoy, con una fe que no existía
hace treinta o cuarenta años, las mismas falacias que se decían en los años treinta antes y
después de la publicación de la Teoría General. Para la ortodoxia, por ejemplo, el
desempleo involuntario (cuando se admite su existencia, lo cual es raro) vuelve a ser
resultado de la rigidez a la baja de los salarios nominales y, más sorprendente y notable
aún, se atribuye a Keynes esa explicación del desempleo Considérese, por ejemplo, la
siguiente cita de Gary Becker (2009) de la Universidad de Chicago y premio Nobel de
Economía:
Keynes y muchos economistas anteriores a él enfatizaron que el desempleo aumenta
durante las recesiones porque las tasas de salario nominal tienden a ser inflexibles a la baja.
La forma natural en que los mercados usualmente eliminan una demanda insuficiente por
un bien o servicio, tal como el trabajo, es por la vía de una reducción del precio de ese bien
o servicio. Una caída en el precio estimula la demanda y reduce la oferta hasta que éstas se
vuelven aproximadamente iguales entre sí. La inflexibilidad a la baja de los salarios impide
que eso ocurra rápidamente cuando hay una demanda insuficiente de trabajadores.
Véase también sobre el mismo tema lo que dice Robert Barro (2009) de la Universidad de
Harvard (citado por Krugman, 2011):
John Maynard Keynes sostuvo que el problema radicaba en que los precios y los salarios
tenían un nivel excesivamente alto. Sin embargo, ese problema podía solucionarse
fácilmente a través de una política monetaria expansiva, de tal forma que los precios y los
salarios no tendrían que caer. Al igual que en los años treinta del siglo pasado, de acuerdo
con la ortodoxia un aumento del gasto público necesariamente desplaza un monto igual de
gasto privado. En este sentido, Krugman (2011) cita a John Cochrane (2009) de la
Universidad de Chicago:
Primero, si no se imprime dinero, éste tiene que venir de algún lugar. Si el gobierno nos
pide prestado un dólar, ese dólar no los vamos a gastar o a prestarlo a una empresa para que
realice una nueva inversión. Cada dólar en que se incrementa el gasto público debe
corresponder a un dólar menos de gasto privado. Los puestos de trabajo creados a través de
un gasto estimulador son compensados por pérdidas de empleos causadas por la caída en el
gasto privado. Se pueden construir caminos en vez de fábricas, pero el estímulo fiscal no
nos puede ayudar a construir más de ambos. Esto es contabilidad, y no necesita un
argumento complejo para describir el fenómeno del desplazamiento (crowding out).
Sobre el mismo tema, Krugman (2011) cita también a Niall Ferguson, historiador de la
Universidad de Harvard, (en Soros et al., 2009), una cita extraordinaria en un momento en
que la tasa de interés de corto plazo había caído ya prácticamente a cero y la base monetaria
se había multiplicado varias veces:
Ahora estamos en la fase de terapia ¿y qué terapia estamos siguiendo? Bueno, es una muy
interesante porque tiene dos componentes contradictorios. Uno es el prescrito por el Dr.
Friedman es decir, Milton Friedman que ha sido administrada por la Reserva Federal:
inyecciones masivas de liquidez para evitar el tipo de crisis bancaria que causó la Gran
Depresión a principios de la década de 1930. Yo estoy de acuerdo con esa. Es correcto
hacer eso. Pero hay otro componente de la terapia que es administrado de forma simultánea,
que fue prescrito por el Dr. Keynes John Maynard Keynes y esta parte de la terapia implica
la generación de un déficit que excederá el 12% del PIB el corriente año y la emisión, por
lo tanto, de una gran cantidad de nuevos bonos.
Existe una clara contradicción entre estas dos políticas, y estamos tratando de tenerlas a
ambas. No se puede ser monetarista y keynesiano al mismo tiempo —por lo menos no sé
cómo se puede hacer, porque si el objetivo de una política monetarista es mantener la tasa
de interés baja y mantener una liquidez alta, el efecto de la política keynesiana es presionar
al alza la tasa de interés. Después de todo, 175 000 millones de dólares es una gran cantidad
de nuevos bonos puestos en el mercado de bonos en el momento de la recesión, y todavía
no sabemos bien quién los comprará. Ciertamente, no serán los chinos. Eso funcionó bien,
en los buenos tiempos, pero lo que yo llamo quimérico, el matrimonio entre China y
América, está alcanzando su final. Tal vez termine en un divorcio escandaloso.

Todo esto ayuda a explicar por qué Krugman afirma que si todo lo que supiéramos cuando
la actual crisis estalló fuera la macroeconomía de los años 1950 habríamos estado mejor
preparados para enfrentarla. Y también porqué Robert Lucas, de la Universidad de Chicago
y premio Nobel de Economía, podía decir con confianza, en plena edad obscura, sólo cinco
años antes de la crisis reciente lo siguiente:

Mi tesis en esta lección es que la macroeconomía en este sentido original [como un campo
distinto dentro de la economía desde los años cuarenta] ha tenido éxito: su problema central
de prevención de la depresión ha sido resuelto, para todo propósito práctico, y de hecho ha
sido resuelto desde hace muchas décadas. De manera que un primer aspecto de la edad
obscura es la destrucción de conocimiento. El segundo aspecto es que, en estos años, ha
predominado una visión de la macroeconomía en la que se supone que los agentes
económicos, con gran información sobre el funcionamiento de la economía y basados en las
correspondientes expectativas racionales, formulan sus planes óptimos de producción,
inversión, consumo, trabajo y ocio, y los mercados, en equilibrio continuo, se encargan de
volver consistentes entre sí esos planes óptimos. Otra manera de referirse a esta visión es,
en la expresión de Buiter (1980), como la macroeconomía del Dr. Pangloss.

¿Cómo pueden estos modelos walrasianos dinámicos, con equilibrio continuo en todos los
mercados, explicar los ciclos económicos, la alternancia en la economía de periodos de
auge y empleo alto seguidos de recesiones y alto desempleo, uno de los fenómenos más
importantes que dieron origen a la macroeconomía? La moderna nueva economía clásica
tiene dos principales respuestas a esta pregunta. Una está basada en la existencia de
perturbaciones monetarias (choques de demanda agregada que como en el modelo Lucas-
Phelps dan lugar a fluctuaciones del producto en presencia de información imperfecta). Ya
comenté sobre el mecanismo que permite que la demanda agregada tenga un efecto sobre la
actividad económica. La otra respuesta está basada en perturbaciones reales, en particular
choques tecnológicos que, en la literatura sobre ciclos económicos reales, conducen a
fluctuaciones del producto a través de varios mecanismos posibles de propagación (entre
otros, la sustitución entre trabajo presente y futuro). En este caso, la demanda agregada no
cumple ningún papel. Creo que sobra decir que estas explicaciones del ciclo económico no
tienen nada que ver con la crisis actual, la cual, esperemos, se encargará de echarlas y junto
con ellas al segundo postulado de la economía clásica al basurero de la historia de la
macroeconomía. Y esperemos que, en el caso del segundo postulado de la economía
clásica, esta vez sea la definitiva.

Aplicación en Colombia

Keynesianismo en Colombia

El sistema económico de John Maynard Keynes, llamado el Keynesianismo, se basa en la


idea de que el Estado debe intervenir en la economía del país para trabajar a favor de los
ciudadanos. El problema que tiene hoy en día Colombia es la falta de interés del Estado
Colombiano en el flujo económico y la repartición de recursos. La falta de inversión lleva a
la desigualdad de oportunidades para conseguir empleo, y aunque haya gente que quiera
trabajar, el gobierno no les ofrece las herramientas para lograrlo. Esto causa un incremento
en la pobreza, ya que la capital del país se estanca en una porción pequeña de la población.
Se debe aplicar las leyes del Keynesianismo, usando como base la idea de que el estado
debe garantizar empleo a través de la infraestructura, generando empleo, y con esto, salario
y gasto.

Cuando un niño nace en una familia pobre en Colombia, se puede predecir el futuro que va
a tener. Las oportunidades económicas del país se basan en los recursos que tuvieron los
niños durante su infancia, los que la familia les pudo proveer, asegurándoles su lugar en la
sociedad y el camino que van a tomar durante su vida. Es un ciclo que no va a acabar, ya
que el gobierno colombiano hace poco para brindarles a las generaciones de jóvenes
oportunidades para obtener un trabajo decente, y así, ganar plata. A consecuencia de esto, la
riqueza del país se queda en las clases sociales más altas, ya que, con más capital, son
capaces de conseguir oportunidades económicas sin la intervención del estado; pero para la
mayoría no es así. Una idea importante del Keynesianismo es que las empresas deben evitar
guardar mercancía y dinero porque así la economía no circula bien. Esto se debe aplicar a la
economía colombiana ya que los recursos económicos del país no fluyen bien debido a que
las empresas más grandes se mantienen con la mayoría. Es importante el flujo de la plata
para que así ningún ciudadano la esté perdiendo y se pueda ganar un salario que apoye un
estilo de vida decente. Aunque exista el salario mínimo, muchos colombianos siguen
viviendo en pobreza, pero con el Keynesianismo, se puede evitar que las empresas se
aprovechen de sus trabajadores.

MODELO DE ECONOMÍA MIXTO

En Colombia se ha implementado desde: El modelo liberal, El modelo keynesiano, Hasta


un nuevo modelo Neoliberal

MODELO KEYNESIANO
EL MODELO DE ECONOMÍA LIBERAL
• Colombia es un estado neoliberal que en momentos en crisis tiene gran acción el modelo
keynesiano.
• De una u otra manera la implementación de este tipo de modelos a llevado a Colombia a
ser un país emergente
La economía colombiana se basa en la división de sectores que son:
• Sector primario o sector agropecuario.

Colombia durante el siglo XXI Colombia en periodo 2002 a 2009 ha sido significativa para
el desarrollo del país, se tiene la sensación de un lugar más seguro tanto para sus habitantes
como para el inversionista extranjero, pasando de ser la séptima economía latinoamericana
más fuerte a ocupar el lugar número cuatro, gran aporte han hecho los turistas extranjeros
registrando1.1 millones de visitantes en 2002 y 2.5millones en 2009.

LA LLEGAD DE UN NUEVO MODELO ECONOMICO EN COLOMBIA


-el estado garantiza un mínimo de servicios que mejore sus condiciones de vida.
-la prosperidad depende del fluir continuo de un volumen suficiente de gasto en la
economía.

NEOLIBERALISMO ECONÓMICO
observa la realidad social, que se refiere a los procesos de producción, distribución y
consumo de bienes y servicios.
Busca explicar la economía y predecirla.
El gobierno ejerce su función organizando la actividad económica y buscando un equilibrio
entre las empresas y los sectores sociales
El Estado interviene con la intención de regular la actividad económica.
Confía en la capacidad del mercado para su autorregulación.
La transición de una economía proteccionista basada en el modelo de sustitución de
importaciones, a un modelo neoliberal de apertura económica en la década de los noventa,
trajo efectos a la economía colombiana.
• Reducción estatal: Se busca que el Estado sea más eficiente y sea más fácil de controlar.
• Apertura comercial: Se busca, por medio de la eliminación de aranceles, que las
importaciones y las exportaciones funcionen más fluida y efectivamente.
• Ajuste estructural: Por medio de los procesos de ajuste se busca que la economía de los
países sea más eficiente.
-Considera contraproducente el excesivo intervencionismo estatal en materia social o en la
economía y defiende el libre mercado capitalista avalista del equilibrio institucional y el
crecimiento económico de un país

-Defender y promover constantemente, para lograr el desarrollo máximo de la economía


global, la libre competencia económica. Sin embargo, para lograr esto es obvio que se
deben llevar a cabo algunas reformas para que tales pretensiones sean posibles.

Keynes en Colombia
todo el mundo se volvió Keynesiano. Ante la severa recesión de las principales economías
del planeta, se predica, con razón, la necesidad de elevar el gasto del gobierno.

En Colombia el alcance del nuevo keynesianismo fue definido por el Fondo Monetario
Internacional. La misión del Fondo encontró que el déficit del gobierno podría llegar a ser
casi un punto del PIB más alto que el previsto para 2009 (los recaudos caerán a causa del
menor crecimiento económico y de la baja de los precios de algunos productos básicos; y
algunos egresos aumentarían por las mayores tasas de interés). En lugar de exigir un ajuste
en los gastos, el Fondo recomendó que se permitiera el aumento del déficit fiscal para
contrarrestar la caída de la demanda agregada.

El Fondo planteó que la financiación del mayor déficit fiscal se podría realizar por medio
de emisiones adicionales de TES, títulos que serían adquiridos por los bancos colombianos
(éstos tendrían una mayor disponibilidad de recursos debido a la menor demanda de crédito
del debilitado sector privado). Algunas líneas adicionales de crédito de la banca multilateral
completarían la financiación requerida. Caso cerrado.

Hasta aquí ha llegado el keynesianismo reciente en Colombia. En México, en cambio, el


gobierno propuso un plan de emergencia de US$5.000 millones, que apunta a realizar, de
urgencia, varias obras de infraestructura. Otros países también han preparado planes de
emergencia para hacer frente a la crisis.

En Colombia, ni la oposición política ni los keynesianos de siempre han presentado


propuestas más ambiciosas de reactivación por medio del gasto, al parecer, por cuatro
razones.

En primer término, no se quiere proponer gastos adicionales que le darían munición


electoral a un presidente que podría estar buscando (sin reconocerlo) una segunda
reelección. Los keynesianos no reeleccionistas prefieren pasar de ortodoxos antes que
cooperar pasivamente en una empresa política que rechazan con el alma.

En segundo lugar, un grupo de economistas sostiene que todavía no ha llegado la recesión,


el evento que canta la hora del keynesianismo. Aduce que un crecimiento de 2% en 2009
aún no amerita medidas de emergencia como las de Estados Unidos (donde se espera una
caída del PIB del 4% en el cuarto trimestre de este año).

En tercer lugar, otros argumentan que, si se propone, por ejemplo, un plan de gasto
adicional de, digamos, US$2.000 millones, surgiría claramente un serio problema de
financiamiento. Sería difícil conseguir crédito multilateral (ya está copado) y habría que
presionar aún más el mercado de TES, con el riesgo cierto de un alza de la tasa de interés.
Estaríamos, dicen, en medio del clásico crowding-out.
Por último, aun si se decidiera gastar más en infraestructura, no habría proyectos de primer
nivel, listos, que permitieran que ese gasto adicional se inyectara en pocas semanas en los
flujos económicos. Dado el atraso de su preparación, por ejemplo, las obras de la Ruta del
Sol o la de las Américas no podrán comenzar en 2009 y, en algunos casos, ni siquiera en
2010.

Todos estos factores se han conjugado para que exista en Colombia un consenso sobre
cierta moderación fiscal. Por ello, surgió la paradoja de que la audacia keynesiana en
nuestro medio ha estado a cargo del FMI, una entidad que fue en el pasado monotemática
en materia de recortes al gasto.

Bibliografía
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 Becker, 2009. How to increase employment. Becker-Posner-blog.com The Becker-


Posner blog [blog]. Disponible en: <http://www.becker-posner-
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 Bénassy, J.P., 1975. Neo-Keynesian disequilibrium theory in a monetary


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 https://www.elespectador.com/opinion/keynes-en-colombia-columna-98624

 Krugman, P., 2011. Mr. Keynes and The Moderns. En: University of
Cambridge, Cambridge Conference Commemorating the 75th Anniversary of the
publication of The General Theory of Employment, Interest, and Money. 20-21 de
junio de 2011. Cambridge, MA: University of Cambridge.      

 Primera, J. G. P. (2013). La teoría económica del desarrollo desde Keynes hasta el


nuevo modelo neoclásico del crecimiento económico. Revista Venezolana de
Análisis de Coyuntura, 19(1), 123-142.

 Galindo, M., Angel, M., & GRACIELA, M. (1994). Crecimiento económico:


principales teorías desde Keynes. McGraw-Hill.

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