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Textos de Etty Hillesum

¡Dios mío, tómame de la mano! Te seguiré de una manera resuelta, sin mucha resistencia. No me
sustraeré a ninguna de las tormentas que caigan sobre mí en esta vida. Soportaré el choque con lo
mejor de mis fuerzas. Pero dame de vez en cuando un breve instante de paz. No me creeré, en mi
inocencia, que la paz que descenderá sobre mí es eterna. Aceptaré la inquietud y el combate que
vendrán después. Me gusta mantenerme en el calor y la seguridad, pero no me rebelaré cuando
haya que afrontar el frío, con tal de que tú me lleves de la mano. Yo te seguiré a todas partes e
intentaré no tener miedo. Esté donde esté, intentaré irradiar un poco de amor, del verdadero
amor al prójimo que hay en mí. (25 de noviembre de 1942) (p. 103)

La lluvia y la tempestad de los últimos días han destrozado el jazmín de detrás de la casa. Sus
flores blancas flotan desparramadas más abajo, en los charcos negros que se han estancado sobre
el tejado del garaje. Pero en alguna parte de mí este jazmín continúa floreciendo, tan exuberante y
tan tierno como en el pasado. Y esparce sus efluvios alrededor de tu morada, Dios mío. ¡Fíjate
cómo cuido de ti! No te ofrezco sólo mis lágrimas y mis tristes presentimientos. ¡En este domingo
ventoso y grisáceo, te traigo hasta jazmín oloroso! Y te regalaré todas las flores que encuentre en
mi camino; son muchas ya verás. ¡Así te sentirás todo lo bien que sea posible en mi casa! Y para
poner un ejemplo al azar: si, encerrada en una estrecha celda, viera flotar una nube a través de la
reja de mi estrecha ventana, te la llevaré. Dios mío, si aún tengo fuerzas para ello. (12 de julio de
1942) (p. 110)

Dios mío, Tú que me has enriquecido tanto, permíteme también dar a manos llenas. Mi vida se ha
convertido en un diálogo ininterrumpido contigo, Dios mío, un largo diálogo. Cuando me
encuentro en un rincón del campo, con los pies plantados en tu tierra y los ojos elevados hacia tu
cielo, el rostro se me inunda a menudo de lágrimas, único exutorio de mi emoción interior y de mi
gratitud. También por la noche, cuando acostada en mi litera me recojo en Ti, Dios mío, lágrimas
de gratitud inundan a veces mi rostro, y eso es mi oración. (18 de agosto de 1943) (p. 200)

Textos de María Clara Bingemer:

El papa dirá, sin embargo, que la novedad del Evangelio de Jesucristo estará en ir más lejos que el
Eros, encontrando la síntesis agápica, hecha no solo de atracción sexual y exaltación física como
también de cariño, cuidado, desvelo por el amado hasta el sacrificio y la oblación de sí mismo. La
marca de Dios en el amor con que se ama en la historia debe traer esas características de donación
y entrega, so pena de no poder auto comprenderse como realmente divino y revelado. (pág. 1)

Después solamente dos semanas en el Consejo, Etty decidió voluntariamente ir para el campo de
Westerbork, como asistente social: una interrupción de su vida que escogió libremente, aun
teniendo la oportunidad de escapar, si así lo quisiera. Sus diarios indican que estaba convencida de
ser fiel a sí misma solamente si no abandonase los que se encontraban en peligro - su pueblo que
sufría - y si usase su energía para traer vida a las vidas de los otros; ser un bálsamo para sus
heridas. El porvenir bien cercano mostraría que ella no sería eximida de la suerte de este pueblo a
lo cual pertenecía. (pág. 4)

Entregada sin reservas al servicio de su pueblo, su deseo crece incesantemente. Y lo expresa con
términos que nos hacen recordar Santa Teresita del Niño Jesús. No le basta apenas Westerbork
microcosmo desde el cual su corazón compasivo y su deseo de donación alcanzan los límites del
universo. A 2 de octubre de 1942 escribe: “...Me gustaría estar en todos los campos a través de
Europa, me gustaría estar en todo el “front”, no deseo estar en seguridad como se dice, quiero ser
con todo esto, quiero ser, en cada lugar, una pequeña parcela de fraternización con aquéllos que
llamamos enemigos. Quiero comprender todo cuanto sucede, me gustaría que todos aquéllos que
yo pueda alcanzar - y yo sé que son numerosos - pero dame salud, oh Dios - comprendan los
eventos del mundo a mi manera.” (pág. 10)

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