Está en la página 1de 15

~

~~'
De cómo Clifford Geertz "c,.
",~l

yllegaron
Pierre Bourdieu
al exilio * .':~ ~
,"

NESTOR GARClA CANCLlNI

LA UNIVERSIDAD,ELSHOPPINGy LOSMEDIOS

La comparación entre estas tres entidades puede ser estimulante para elaborar algunas encruci-
jadas de las ciencias sociales. Habría que estudiar, por ejemplo, a los macrocentros comerciales
y los medios de comunicación como dos escenarios en los que se manifiesta con nitidez el
predominio de lo privado sobre lo público, en contraste con la universidad que tal vez sea el
último lugar en que lo público aún prevalece sobre lo privado. O sería interesante comparar el
shopping y los medios, instancias que representan la reorganización audiovisual y espectacula-
rizada de los bienes y los mensajes, con la universidad, que permanece como uno de los
bastiones donde aún los conceptos someten a las imágenes, y las disquisiciones racionales se
imponen al pen,.,amientoanalógico y metafórico. (Piensen en la resistencia a que los organismos
de difusión universitarios trasciendan los centros de alta cultura y se inserten en las comunica-
ciones masivas).
Pese a la importancia que intuyo en estas investigaciones posibles, aquí me interesa, más
bien, encarar algunos dilemas del trabajo científico confrontándolo con lo que podríamos llamar
la epistemologia implícita de los shoppings y los medios. Se me ocurrió esta relación al encon-
trarme con el libro en que uno de los mayores arquitectos y urbanistas contemporáneos, Ren
Koolhaas, luce un balance de sus tareas: lo tituló S,M, L, XL. Koolhaas sostiene que los urbanis-
tas deben trabajar simultáneamente en todas las escalasy muestra cómo trata de articular en su
investigación urbanística los objetos small, medium, large y extralarge. Sin duda, éste es uno de
los problemas irresueltos de las ciencias sociales, que los shoppings y los medios atienden con
bastante eficacia. Otra habilidad apreciable en los centros comerciales, sobre todo en las tiendas
de departamentos, es la oferta integrada de equipamiento doméstico con bienes de u..,opúblico
y urbano, y también aparatos electrónicos -radios, televisores y equipos de sonido- que
siIV"enpara conectamos con la información y el entretenimiento tran,.,nacionales. Una tercera
característica de los shoppings, acentuada en los años noventa, es su multiculturalidad: combi-
nan productos nacionales y extranjeros, de diversos continentes, industriales y de origen artesa-

.QJnferencia presentada en el Seminario "Pen,~r las ciencias sociales hoy". ¡TESO. Guadalajara. 23 de enero de
1998.

---
~

Cuaderno: De cómo Clifford Geertzy Pierre Bourdieu llegaron al exilio 27


I
,I nal,usandoastutamenteestaflexibilidad paraponer énfasisen la cultura nórdicaduranteNavi-
~ dad, en la iconografíatropicalduranteel veranoy en cualquiero~raregióncuandolo requieren
lasvariacionesde la moda.
Lasuniversidades,en cambio,se asemejanmás a la distribucióncompartimentadadel
comerciotradicionaly núnorista.Nuestrosdepartamentosno parecenpertenecera la núsma
institución: si uno va ál de antropologíasólo conseguirálo que correspondea las culturas
domésticasy locales;si se inscribe en sociologíay economíaencontraráinformaciónsobre las
grandestendenciasdel mundo. Estasregionesdel conocinúentoexigental fidelidad que se ve
mal si el consunúdorconúenzaa relacionarsecon varios departamentosa la vez.
Hacepocosañosque algunosprogramastransdL~ciplinarios y multiculturalesde investi-
gación encaranlas nuevasexigenciasdel saber.Pero son sobre todo autoresque trabajanen
distintasescalasdel conocinúento,coninstrumentosde diferentealcancey en sociedadesdiver-
sas,los que másayudan a entrevercómo podrían ser universidadesque, en este sentido,se
parecieranmása los shoppingsy los medios.Por cierto, hay que decir que estasdos clasesde
actorestienen una epistemologíademasiadosimple, cuyas reglasse reducen a yuxtaponer
objetosde distintasescalasy funciones,o seguiroportunistamentelasvariacionesmulticultura-
les sin problematizarcasinunca la sL~temática globalizadorade los mercados.Lasdiferencias
que lo local hacepersistirdentro de lo globalo los conflictosderivadosde la multiculturalidad
son disimuladosbajo la fácil reconciliaciónde un consumopretendidamenteuniversal,con
operacionestan elementalescomo usar el control remoto para recorrer canalesde diversas
nacionalidades.
Vamosa reunir en estetexto algunasexperienciasde científicossocialesque,despuésde
trabajarun buentiempo sólo con lo smallo lo extralarge,y con los instrumentoslegitimadospor
su disciplina,se interesaronen otros campos,adnútieronpreguntasde procesosnúgratorioso
de la interculturalidadgeneradapor los medios.Con.~cientes de que no bastabaconyuxtaponer
objetosy prál1icassociales,tuvieronque interrogarsesobrecómo hacercoexistirestrategiasde
conocinúentoy de vida diferentes.Construyeronconceptose instrumentosparaexanúnarnue-
vos objetostransdL~ciplinarios y tran.~culturales,
y a vecessólo propusieronnuevasmetáforas
que insinúanpor donde podríamosavanzar.Voy a referirme con mayor exten.~ióna los proce-
sos de dos autores:cómo Clifford Geertzpasó de concentrarseen el conocinúento local a
interesarsepor los collagesinterculturales,y qué le pasó a PierreBourdieucuandoquiso probar
suteoría de los camposy de la dL~tinciónsocioculturalen el estudiode la televisión.

FORMACIONES
METAINSTITUCIONALES

Analizar a estos dos autoresservirá para plantear el problema de la subjetividady la


objetividaddel conocinúentoen relación con las configuracionesinstitucionales.Comose sabe,
una de lasdiferenciasentre la gnoseologíamodernay la epistemologíacontemporáneaes que
en el pensanúentomoderno la tensiónentre racionalistasy empiristas,y aún luego en la reela-
boraciónkantiana,se concentraen la prioridad del sujeto individual,o en la existenciaindepen-
diente de los objetos(la realidad,el mundo) en la generacióndel conocinúento.Desdeel sigloI

i
~

28 Causas y azares
I

XIX, Marx y Nietzche,y el desenvolvimientoposteriorde lascienciassociales,hicieronevidente


que entre sujeto y objeto existíanmediacionesinstitucionale$,que condicionanlos modos de r

existencia del sujeto y los objetos, así como lo que sucedeentre ellos. Sevolvió importante, ~
entonces,para desubjetivaro desideologizarlos saberesliberar el procesode conocimientode r
la tut~~~religiosa -y .por ~nto eclesiástica-:-, ~olí:ica.-y por ~nto partidaria-, con ~ocual I
adqulno fuerza la universidad como espaCIoInstltuClonalautonomo en el que las CIencias i
podiandesarrollarsesin las coaccionesde quienescreenenverdadesreveladaso en la superio- '
ridad de la concienciade clase. Esteavanceno eliminó las dudas acercade si es posible, e I
incluso deseable,la independenciadel conocimientocientífico; las sospechasaumentaronal ,
percibir nuevoscondicionamientos"externos"-el mercado,los medios- yal descubrirque la I
propia estructurauniversitaria,sus disputaspor el poder académicoy la presiónde influencias I
externasque se refractanen ella, tambiéninfluyen en los temasy programasde investigación, :
los usosy las in.~erciones institucionalesde los conocimientos. I
Cuandoun investigadortrabajaen un laboratorioprivado, o escribefrecuentementepara
revistas,rndio y televisión,y al mismotiempo siguedesempeñándose en la universidad,¿cuáles
su campo principal de experiencia,cómo se articulanlos controlesmercantilesy políticos con
los de lavida académica? Resultaingenuo ya pensarque los condicionamientosdel mercado,de
la política y de los medioscomunicacionalessonmera ideología,en tanto la universidaddaría
un contexto aséptico a la búsquedade la verdad. Se ha vuelto visible cuánto hay en la vida
universitariade mercadoy política, existensuficientesanálisisde congresoscientíficos,revistas
y otrossistemasde seleccióny consagraciónintelectualcomo para encontraranalogíasentrelos
espacios"propiamente"académicosy aquelloscuya lógica primordial no es la producciónde
conocimiento.Lo que diferenciaa la universidadde otrasirlstitucionesno es la inexistenciade
condicionamientosextracientíficos,sino la preocupaciónde hacerexplícitosesos condiciona- I
mientos,desconstruirlosy controlarla influencia que en otras institucionesy otros discursos I
queda escondida.
Hablaré de estosespaciosy circuitoscomo formacionesmetainstitucionalesen sentido
semejanteal que dio RaymondWilIiarnsa la expresión"formaciones"paradesignaralgo que es-
tá másalláde las institucionesconsolidadasy estructuradas,que puede abarcarconjuntoscom- I
plejos de instituciones,redesy movimientosen formaciónpoco institucionalizados.WilIiarnsse
refería a las formacionespara identíficarmovimientos más amplios,por ejemplo tendencias
literarias,artísticas,filosóficasy cientificas-las vanguardias,los movimientosculturalesy polí-
ticos de migrantes:l~s estudiosculturales(WilIiarns,1980Y 1997)- que condicionanlos modos I
de generarconoclffilentos.

CLlFFORDGEERTZ:DELCONOCIMIENTOLOCALAL INTERCULTURAL

A fines de la décadapasada,Geertzcaracterizóasílas oscilacionesde los antropólogos:


son personasque alcanzanlegitimidad en tanto demuestran"haber estadoallí" -entre los in-
dios,los otroslejanos-, pero escriben,enseñany organizanlo que estudianparalos que "están
aquí" -en las universidades,los congresos,los sistemasde revistasy de prestigioacadémico.
F I
Cuaderno: De cómo Cliffard Geertzy Pierre Bourdieu llegaron al exilio 29

, Estabrechaentre el lugar en que viven los objetosde estudioy el sitio en donde sonrepresen-
tadoscoloca la cuestiónde la interculturalidaden el núcleo del trabajo antropológico,aunque
,
r durantemucho tiempo las incertidumbresy los conflictosentre ambasinstanciasfueron des-
atendidos.Variascorrientesposmodernasencapsularonel problemaenla escenade la escritura,
como si sólo se tratarade deconstruirlasastuciastextualescon lasque se simulaque la antro-
pologíano es másque una representaciónrealistade lo que existe CGeertz,1989;Clifford y
Marcus).
Me interesadestacarque la crítica a la vez textuale institucionalde Geertzva asociada,en
los mismosaños(de los sesentaa los ochenta),auna reformulaciónde lo que él consideradebe
serel objeto de estudio de los antropólogos.En La intelPretacióndelas cultttrasdefendíauna
descripción"microscópica",no de la aldeasino "en la aldea",y limitaba el trabajoteórico a la
elaboraciónconceptualde lasinmediacionesen lasque cadagrupo establecesu lógica interna
I CGeertz, 1973-1987: cap. 1). Diez años después,en la introducciónal libro Conocimientolocal,
I calificabalas preten.~iones de construiruna teoríasocial generalcomo huecas,"propiasde un
megalómano"CGeertz,1983-1994:12). De igual modo que otros antropólogos,centrabasus
estudios en casosparticulares-la riña de gallos en Bali, las historias religiosasen Javay
Marruecos- para luego ensayarrelacionesanalógicas,no con el fin de extraerregularidades
abstractasde aplicaciónuniversal,sino comprensionesde los puntosde vistade los nativosque
permitan conversarcon ellos, "percibir una alusión,captar una broma" CGeertz,1994:90),e
interpretartodo eso para que seaentendido por los demás.
\ Esdificil establecerleyesuniversalesque fijen relacionesentre causasy efectos,preverel
\ destinode fuerzassubjetivasy objetivas,y codificarsusfuncionescuandolos comportamientos
I socialesson mirados como }ltegas en los que el orden incluye arbitrariedadesradicales:la
etiqueta,la diplomacia,el crimen, las finanzas,la publicidad "se concibencomo 'juegos infor-
mativos'-estructuras laberínticasde jugadores,equipos,movimientos,posiciones,estadosde
información,jugadasy consecuencias, en las que sólo prosperan'los buenosjugadores'-, los
I deseosos y capacesde 'disimularen todaslas ocasiones"'.CGeertz, 1994:37). O sonconcebidos
Sólocomo dramasritualizadosen los que lasdisputaspor el estatus,el podero la autoridadse
gestionanmediante escenificacionespúblicas. La inestabilidadque experimentanlos pensa-
mientos,los sentimientosy las conductasinterpretadascomo juegosy como teatro no permite
explicar a los sujetosbajo determinacionesde estructurasinstitucionalizadas,ni menos aún
esperarque talesdeterminacionesseangeneralizablesa todaslas sociedades.
No por eso Geertzdejó de interrogarsepor la compatibilidadentre las culturas.Pesea
I sostenerque lo que cadapueblo considerareligión,arte o sentido común "varíaradicalmente
; de un lugar y época a la siguientecomo para que podamos tener esperanzasde encontrar
I algunaconstantedefinitoria" (1994:106),
intentó encontrardenominadorescomunesentre algu-
I nas culturas que no violentaran ni ignorasensus diferencias.Así, por ejemplo, halló que el
I sentido común tenía propiedadessemejantesen sociedadesdistintas:naturalidad,practicidad,
transparencia, autenticidady accesibilidad(1994:cap. 4).
Tambiénindagó si la noción occidentalde arte seríalegítimamenteaplicable a diversas
culturas arcaicasy diversasculturas modernas a la vez: no hay un sentido universalde la
belleza, afirma Geertz,sino ciertasactividades"diseñadasen todaspartespara demostrarque
1.
!
I

!L
~

i
I

30 Causas y azares

las ideas son visibles, audibles y -se necesita acuñar una palabra en este punto- tangibles,
que pueden ser proyectadas en formas donde los sentjdo..." y a través de los sentidos, las
emociones, pueden aplicarse reflexivamente". ¿Qué es lo que estas actividades tan dispersas
tienen en común? Cuando diversas sociedades las experimentan, permiten "responder o no a la
gente ante las artes exóticas con algo más que un mero sentimentalismo etnocéntrico en ausen- I
cia de un conocimiento de lo que aquellas artes son o de una comprensión de la cultura en la I
cual se originan. (El uso occidental de motivos 'primitivos', aparte de su indudable valor en sí
mismo, sólo l1a acentuado esto; estoy convencido de que muchas personas contemplan la
escultura africana como una derivación de Picasso, y escuchan la música javanesa como si i
estuviese compuesta por un Debus..,yruidoso)" (1994:145-146). 1
No puedo discutir ahora si las propiedades atribuidas por Geertz a un sentido común
intercultural tran..,histórico son verificables. Pero anticipo que sería difícil avalar la existencia de
esos rasgos en el occidente moderno al tomar en cuenta la refutación del psicoanálisis y Grarns-
ci de la supuesta transparencia del sentido común, o, respecto de las sociedades arcaicas, si
pensamos que un modo en que los antropólogos designan el sentido común es como pensa-
miento salvaje, y admitimos lo que Lévi-Straussafirma sobre su sistematicidad. Tampoco parece
aplicable a todo el arte occidental moderno la tesis de que las prácticas consideradas artísticas
son las diseñadas para demostrar que las ideas son vL.,ibles, audibles y tangibles: ni el arte
abstracto, ni otras vanguardias cabrían en tal definición. Pero me detengo, para nuestro propó- I
sito, en el hecho de que Geertz buscó en esta etapa configurar algún tipo de convergencia entre
culturas manteniendo enérgicamente su diversidad y compartimentación. La incisiva observa-
ción de que lo que cada sociedad entiende por arte es lo que le permite interesarse por el arte
de los otros, aunque sea para comprenderlo tan lnal como cuando miramos esculturas africanas
desde lo que sabemos de Picasso, acentúa las diferencias y la inconmensurabilidad, reduce lo
común a una coincidencia formal de experiencias basada en malentendidos.
Algo distinto sucede en los textos de la última década, cuando Geertz critica a los antro-
pólogos que centran los estudios en "totalidades sociales absortas en sí mismas" (1996: 84), en
las "propias clasificaciones que nos separan de los demás", obsesionados por "defender la
integridad del grupo y mantener la lealtad hacia él"; "La etnografía es, o debería ser, una di..,ci-
plina capacitadora. Ya que a lo que capacita, cuando lo hace, es a un contacto fructífero con una
subjetividad variante". Los relatos y escenarios que el antropólogo comunica no tienen por
finalidad ofrecer "una revisión autocomplaciente y aceptable" (87), sino permitir "vernos, tanto
a nosotros mismos como a cualquier otro, arrojados en medio de un mundo lleno de indelebles
extrañezas de las que no podemos libramos" (88).
Por eso, en su texto de 1994, Anti-antin-elativismo, se dedica a desbaratar a la sociobiolo-
gía y el neorracionalismo, que, en vez de enfrentar las nuevas complicaciones de la diversidad,
prefieren refugiarse en la búsqueda de una naturaleza humana descontextualizada. La sociobio-
logía, apoyada en avances de la genética y la teoría de la evolución, pretende encontrar cons-
tantes naturales que establecerían criterios de normalidad aplicables a las distintas culturas, con
lo cual convierte lo demás en "desviaciones". Los neoevolucionistas, a partir de hallazgos de la
lingüística, la informática y la psicología del conocimiento, creen que se puede rein..,talar una
concepción funciona lista de la mente desde la cual se fijen verdades universales. El precio que
f

, Cuaderno: De CÓTlIO
Clifford Geert1.
y Pierre Bourdielt llegaron al exilio 31
I
I
I pagan ambas fugas de las dificultades relativistas, explica Geertz, "es la desconstrucción de la
I alteridad" (1996: 122). .

¿Cómo hacemos cargo de un mundo donde la diversidad no está sólo en tierras lejanas
sino aquí mismo, en "los modales de los japoneses a la hora de negociar", en la migración de
cocinas, vestimentas, mobiliario y decoración que llegan a nuestro barrio, cuando es igualmente
probable que la persona con la que nos encontramos en la tienda de ultramarinos provenga de
Coreaque de Iowa; la de la oficina de correos puede venir de Argelia como de Auvemia; la del
banco, de Bombay como de liverpool. Ni siquiera los parajes rurales, donde las semejanzas
suelen estar más atrincheradas, son inmunes: granjeros mexicanos en el Suroeste, pescadores
vietnallÚtas a lo largo de la costa del Golfo, médicos iraníes en el Mediooeste" (1996: 90).
Geertz propone entender estos cruces interculturalescon una nueva narrativa construida
a partir de la metáfof'J del collage. Para vivir en esta época en que las diversidades se mezclan,
estamos obligados a pensar en la diversidad sin dulcificar lo que nos seguirá siendo ajeno "con
vacuascantinelas acerca de la humanidad común, ni desactivarlo con la indiferencia del 'a-cada-
uno-lo-suyo', ni minusvalorarlo tildándolo de encantador" (1996: 91-92). Se trata, en suma, de
no in.'italamos en las autocertezas de nuestra propia cultura, ni en las convicciones de excluidos
(indígenas, feministas, jóvenes, etcétera) que adoptamos como nuestra nueva casa por genero-
sidad militante. No es esto lo que se espera de una disciplina como la antropología, construida
a través de \'Íajes laboriosos por el mundo. Dice Geertz: "Si lo que queríamos eran verdades
,
caseras,debíamos hahemos quedado en casa". (1996: 124).
En efecto, la trayectoria de la antropología es la de un grupo de occidentales que decidie-
ron estudiar desde el lugar del otro, y fueron descubriendo lo que significaba no hablar desde
su casa. En los últimos años algunos antropólogos advirtieron que muchos de ellos habían
rein.'italadosu hogar en ciertas fortalezas de occidente, como las universidades, los museos o las
oficinas de los ministerios de relaciones exteriores. Los textos, las cátedras,los informes para los
selVicios de seguridad eran también sus residencias atrincheradas. No sólo la crítica textual y las
instituciones académicas y museológicas han desconstruido estos recintos preselVados. Si esa
! crítica se volvió implacable en estas décadas terminales del siglo es porque las migraciones de
I los bienes y mensajes, del tercer mundo al primero, del campo a la ciudad, de las selvas
I indígenas a los cen~ros de poder y con.oci~e~t?, llenaron de otredad y de incertidumbre las
casasde los antropologos y de los demas clentlflcos.
Tampoco el museo puede ser nuestra casa, porque no hay colecciones consolidadas de
objetos ni de saberes, dicen los autores posmodemos. James Clifford, que también utiliza la
metáfora del collage, sostiene que en una época en la que los individuos y los grupos no
reproducen tradiciones continuas sino que "improvisan realizaciones locales a partir de pasados
(re) coleccionados, recurriendo a medios, símbolos y lenguajes extranjeros" (30); "la identidad
es coyuntural, no esencial- (26).
Según Renato Rosaldo, la tarea de exhibir la identidad -más que como operación mu-
seográfica- debe hacerse como si se tratara de una venta de garaje, donde el antropólogo no
trabaja con objetos nuevos o auténticos, sino con objetos usados y acepta que los usos forman
parte de su valor. ¿Por qué elegir la metáfora de la venta de garaje en vez de la del shopping?
Entiendo el valor de la poca solemnidad, del carácter cotidiano y familiar de la venta de garaje.
,.

I
.32 Causas y azares

Perome pregunto si no debiéramosreunirlas dos imágenes,en oposiciónal museo,para evitar


la tendenciade los antropólogosa preferir las formaspobres,.alborde del desuso,lo de segun-
damanoo tercermundo, con el riesgode quedamossin nadaparadecir a quienesparticipanen
la integraciónmulticulturalmodernade los mercados.
En estalínea cabeuna última referenciaa otro antropólogoque trabajaestareestructura-
ción de la disciplina en una línea convergentecon la de Cljfford Geertz.Piensoen MarcAugé
cuandosugiereextenderel trabajoantropológicoa los no lugaresde la globalización:los shop-
ping centers,los aeropuertos,las autopistas.En esoscircuitos-más que lugares- aprendemos
a conocerlos bienes,los mensajesy laspersonasque transitansin patriasque los contengan.El
viaje es ahora, más que la tarea que distingue al antropólogo,la condición de vida de las
culturas. .
Tanto Geertzcomo estosotros antropólogosse manifiestaninsatisfechoscon la localiza-
ción exclusivamentecomunitariadel trabajoantropológicoy con la reducciónde las relaciones
entre culturasa los términosclásicosde la interetnicidado la yuxtaposicióno encuentroocasio-
nal entresociedadesdiscretas.El actualpensamientoantropológicose estáocupandode formas
transnacionalesde interculturalidad(ademásde los autorescitados,podemosmencionara Ar-
jun Appadurai, Vi[ Hannerzy RenatoOrtiz, entre otros.) Peroaún estamosen los umbralesde
un replanteamientoepistemológicode la disciplinapara establecercriteriosuniversalesde vali-
dación del conocimientobasadosenuna racionalidadinterculturalmentecompartida.Cabeaña-
dir que éste es un desafíono respondidotampoco por otras disciplinasde acuerdo con las
condicionespresentesde la globalización.Paratodos siguesiendouna cuestiónirresueltatraba-
jar con las compatibilidadese incompatibilidadesemergentesen los procesosde integración
regionaly transnacional,

PIERRE
BOURDIEU:ELSOCIOLOGOEN LA TELEVISION

En medio de la desintegraciónparadigmáticay las escasas aspiracionestotalizadorasque


caracterizana lasactualescienciassociales,quedanpocos autores,en el sentidoque Geertzdio
a estaexpresión. "fundadoresde di.~cursividad, estudiososque al mismo tiempo han firmado
sus obras con cierta determinacióny construidoteatros del lenguajeen los que toda una serie
de otros, de manera más o menos convincente,han actuado,actúanaún y sin duda alguna
seguiránactuandodurante algúntiempo" (Geertz,1989:30-31).El atribuye estatalla de autores
a Claude Lévi-Strauss, Eduard Evans-Pritchard, BranislawMalinowskiy RuthBenedict.La vastí- !
simaobra de Bourdieulo hacemerecertanto como Lévi-Strauss la denominaciónde fundador, !
y a mi manerade ver másque los otrostresantropólogosestudiadospor Geertz.Viene renovan- t
do la problemáticateóricay el conocimientoempírico de la antropología,la sociologíade la
educación,la cultura, la estética,la ciencia política y la filosofía. Ha construido un sistema
teórico en la intersecciónde los de Marx, Durkheimy Weber,replanteandolas incompatibilida- I
des entre ellos y probando su propuestaen estudiossobre el campesinado,las clasessociales
urbanas,el sistemaescolary universitario,el desempleo,elderecho,la ciencia,la literaturay el
arte, el parentesco,el lenguaje,la vivienda,los intelectualesy el Estado.En estasinvestigaciones
CUadenIO:De cómo Clifford Geertzy Pien"eBourdieu llegaron al exilio 33

combinaanáli..,is estadí..,ticos,
etnográficosy argumentaciones filosóficasestableciendocon..,tan-
tesdebatesepistemológicospara justificarla articulaciónde talesestilosmetodológicosy supe-
rar lasantinorniasentre lo objetivo y lo subjetivo,lo simbólicoy 'lo material.
Siempreme parecióextrañoque una obra dedicadaen forma casiexhaustivaa desentra-
ñar la modernidadcasino se ocuparade esosactorescentralesque son lasindustriasculturales
~ o los medios masivosde comunicación.Su atención a campossimbólicosmuy diversosse
concentróen la cultura de élite, salvo el artículo "Sociologíade la mitologíay mitologíade la
sociología",de 1963.en el que junto conJean-ClaudePasseroncriticó los estudios"masmedio-
lógicos"de esaépoca, la investigaciónsobrela fotografía,hecha con otros sociólogosen 1965,
y un artículolargo de 1973,"Le marchédesbienes~"ymboliques" en el que "el campode la gran
producción",o sealas industriasculturales,es caracterizadoa grandestrazospara oponerlo al
de "producciónrestringida"(retoma estetexto y lo actualizaen un capítulo de Las reglasdel
al1e,de 1992).
Ni sus estudiossobre la moda, ni sobre el deporte, ni el enciclopédicoexamende las
prácticasestéticasde la sociedadfrancesarealizadoen La distinción-<londe apenasen seis
páginashacereferenciasal pasarsobrela televi..,ión- seocuparonde la organizaciónindustrial
de la cultura masiva. Esto propició que las afirmacionescontenidasen sus trabajossobre la
popularizacióndel arte y sobre los gustosde las clasespopularesfueran refutadaspor varios
críticoscomo juicios aristocratizantes (Grignon-Passeron),y que Bourdieuno lograraresponder
másque con defensasteoricistas.Quizá lo másserio es que la ausenciade lasindustriascultu-
ralesy los procesosde comunicaciónmasivaimplica una distorsiónen el papelque adquieren
otrosactoressociales-la escuelay la familia- dentro de una teoríade la reproducciónsocial
que ignora el lugar de formas posescolaresy posfamilaresde socialización.¿Cómose puede
reducir en una conferenciadada jen 1989! "la reproducciónde la estructurade la distribución
del capital cultural" a lo que sucedeúnicamente en "la relaciónentre las estrategiasde las
familiasy la lógicaespecíficade la instituciónescolar"?(Bourdieu,1997).Yen unos poquísimos
párrafosde textos y entrevistas,aún másrecientes,se ocupa del papel de la televi..,iónsólo
como auxiliar de la enseñanzaescolarizada (Bourdieu, 1997:137y 167).
Por eso,la aparición del artículo"L' emprisedujournalisme",de Bourdieu, en 1994,y sus
conferenciasSur la télévision,emitidaspor esemedio en marzode 1996,generarongranexpec-
tativa. Bourdieuelige como eje organizadorde su análisisla noción de "campo periodístico".
Aplicaliteralmentela noción de campo usadaa lo largo de su obra para analizarla religión, la
literatura,la política y otros ámbitos:repite que "un campoes un espaciosocialestructurado,un
campode fuerzas-hay dominantesy dominados,hay relacionescon..,tantes, permanentes,de
desigualdadque se ejercenen el interior de esteespacio- que es tambiénun campode luchas
paratran.o¡formar o conseIVarestecampo de fuerzas"(46). Cadauno de los problemasque se
planteaen relación con la televisiónlo resuelveponiendo a funcionarsu teoríade los campos:
"Siquiero saberhoy lo que va a decir o a escribirtal periodista,lo que encontraráevidenteo
impensable,naturalo indigno de él, es necesarioque yo sepala posiciónque él ocupa en ese
espacio,es decir el poder específicoque detentasuórganode prensay que se lnide,entreotros
índices,por su peso económico, según su participaciónen el mercado,pero tambiénpor su
peso simbólico, másdifícil de cuantificar"(46-47).

l
-

34 Causas y azares

.Aclara que en los comienzos de la televisión, "en los años 50", los participantes en ese I
medio sufrían múltiples dependencias: de los poderes políticos, del prestigio de otras zonas de
la cultura, de las fuerzas económicas y de las suhvenciones estatales. Pero "con los años (el
proceso había que descrihirlo en detalle) la relación se ha invertido completamente y la televi-
sión tiende a devenir dominante económica y simbólicamente en el campo periodístico" (47).
En la Francia de mediados de siglo, el periodi.'imo escrito fijaba las reglas del juego, y dentro de
la prensa Le Mo1we. En la oposición entre los diarios que dan neu~, como France Soir, y los que
ofrecen views, como LeMonde, éste se hallaba bien colocado porque su amplio tiraje le permitía
ofrecer información razonada y al lnismo tiempo contar con suficiente publicidad para s~r
independient~. En la actualidad, la televisión -que optó por el modelo de la información
rápida y superficial- impone al conjunto del campo p~riodístico la tendencia a apelar a los
sentimientos más que "a las estructuras m~ntales d~l público" (52) y convierte la ampliación de
la audiencia en el modo de legitimación generalizado. Luego, los diarios y las r~vistas -para
competir con la televisión- adoptan el estilo talk show, el exhibicionismo de experi~ncias
domésticas, como si la lucha por el rating sólo pudi~ra ganarse apelando al voy~urismo d~ los
~spectadores y lectores. El crecimi~nto del poder simbólico de la televisión obliga al resto d~l
campo p~riodístico a p~rs~guir lo "s~nsacional, lo ~specta(.'Ular,lo extraordinario" (58) antes
r~l~gado a los diarios deportivos y policiacos. Ahora, los aspectos anecdóticos de la vida política
o lo qu~ provoca curiosidad (catástrofes naturales, accidentes, incendios), lo que "no r~quiere
ninguna competencia ~specífica previa", es lo qu~ prevalece. La lógica comercial impone su
p~so a la televisión, la televisión a la prensa, incluso a los periodistas más "puros", yeso arrastra
aun a los campos culturales que eran más autónomos, como la literatura, la filosofía y la ciencia.
Así aparecen los last thinkers de la t~levisión, historiadores convertidos en periodistas, "autores
de diccionarios o de halances del pensamiento contemporáneo ante la grabadora" (68).
Los intelectuales que en otros tiempos, notoriamente en Francia, cumplían respecto de la
comunicación púhlica una función clínica, o sea que usaban el conocimiento de las leyes para
combatirlas, ahora s~ r~signan a la tarea cínica de "servirse del conocimiento de las leyes del
medio para volver sus estrategias más eficientes" (68), vale decir más lucrativas.
En ~sta d~scripción, que concuerda con tendencias observadas por otros especialistas en
los m~dios, se percibe también ~l tono indignado, por mom~ntos desesperado, d~l intelectual
qu~ halló su fortaleza en la autonomía de su campo -y dedicó su vida a teorizarlo para mejor
def~nderlo- y ahora encuentra que hasta los ámbitos más preservados, como la ciencia y el
art~, son subordinados a las fuerzas heterónomas del mercado. Hasta el CNRS,órgano respon-
sable de garantizar la independencia d~l saber ~n Francia, toma cada vez más en cuenta la
consagración que dan los medios a "estos escritores para no ~scritores", "filósofos para no
filósofos" (69). Entonc~s, Bourdieu descubre que ocuparse de la televisión es una tarea necesa-
ria del científico social.
Pero ¿qué puede hacer con la televisión un cíentífico dispuesto a guardar la autonomía de
su oficio? "Para poner en primer plano lo esencial, es decir el discurso, a diferencia (o a la a
inversa) de lo que se practica habitualmente en la televisión, h~ elegido, de acuerdo con el
director, evitar toda búsqueda formal en el encuadre y el enfoque, y renunciar a las ilustraciones
-extractos d~ programas, facsímiles de documentos, estadísticas, etcétera- que, además de
Cuaderno: De cómoClifford Geertzy Pierre Bourdieu llegaron al exilio 35

que hubierantomado un tiempo precioso,habríanenturbiadosin duda la líneade una exposi-


ción que quería ser argumentativay demostrativa"-advierte B<;>urdieu en el prefacio escrito
parala publicaciónde susconferenciastelevisivas(6-7). Ademásde colocarestascondiciones,
negándosea usarlos recursosaudiovisualesde estemedio de comunicación,dedicala nUtadde
su primera conferenciaa despreciarlas obras que son escritas"para asegurarinvitacionesa la
televisión" (11)y los procedimientosde ese medio que coloca como antinómicosdel trabajo
intelectual:la dramatización,la espectacularización que lleva a interesarsepor lo extraordinario,
"la búsquedade la exclusividad"y la tendenciaa describir-prescribiendo sobrequé y cómo se
debe pensar(18-21).El sociólogo,en cambio, busca"volver extraordinariolo ordinario", sus-
penderel sentido común,porque "las producdones másaltasde la humanidad,las matemáti-
I cas,la poesía,la literatura,la filosofía,todasesascosashansido producidascontra el equivalen-
i te de la mediaciónde audiencia,contrala lógica del comercio"(29).
Hay algunaspáginasespléndidasen estaargumentación,por ejemplocuandohabla so-
bre el enlacenegativoque existe en la televisión"entrela urgenciay el pensamiento".Pregunta
"sise puede pensaren medio de la velocidad"sin ser repetidorde ideasrecibidas,que a su vez
fueron antes recibidas por otros, porque en esaprisa del "fast-food cultural" no es posible
plantearel problemade la recepción.Pero,salvounaspocasobservacionesincisivas,predomi-
na en su análisisy en las condicionesestilísticasque elige para intervenir en la televisión,un
rechazoa usar,problematizary por tanto entenderla dinámicapropia del medioy las oportuni-
dadesde pensara travésde imágeneselectrónicas.En un tiempo que ha tendido tantospuentes
entre escriturase imágenes,que ha reflexionadosobrelos vinculos entre imágenespara entre-
tener y para conocer(desde la antropologíavisual hastaGodard y Wim Wenders),trazar un
cordónsanitariorígido entre discursosgnoseológicosy discursoscomunicacionales o especta-
culareses desconocerla historia o consagrarel epi.~temocentrismo.
Essintomática,en este sentido,la reducciónque Bourdieuhace en susconferenciasdel
campomediáticoo televisivoal "campoperiodistico".La casitotalidadde losejemplos,tomados
de lasprácticasinformativasde la televisióny la prensa,intelectualizala problemáticacomuni-
cacional.Nunca estudia,como parte del campo,las funciones lúdicas,de entretenimiento,de
los medios.Cita una vez a RaymondWilliarns,pero no recoge su examen mássofisticadoy
matizadode la culturay la comunicación,que incluye"lasestructurasde sentimiento"(Williarns,
1980:1;0-158). Por tanto, tampoco se preguntapor los problemasespecíficosdel lenguaje
televisivo,los tipos de interacciónque establececon diversosreceptoresy la posibilidad de
elaborarcríticamenteesosvínculos.
Lasociedadno apareceen Sur la télév(Sion másque como un conjuntohomogéneode es-
pectadores,contradiciendola crítica a la nociónde opinión pública que Bourdieurealizó en un
textofamoso,"La opinión pública no existe" (Bourdieu,1990:239-2;0).No reconocelos varios
tipos de audiencia,ni lasdiversasestrategiasseguidaspor los mediosrespectode diferentesdes-
tinatarios.Tampocotrata el papel del ombudsman,de lasasociacionesde televidentes,ni las
complejasparticipaciones,máso menossimuladasy controladas,en los programasque aceptan
la di.~cusión del público. Ni el papeldiferentede distintosinformativos,de los programasque pa-
rodiana otros programasde la televisióno auspicianel debate.Sólo analizala desigualdistribu-
ción de la palabra, la manipulaciónde la urgencia,del reloj, para interrumpiry controlar(3;).

I
I

I
I
~

36 Causasy azares

Esto último conduce a discutir el lugar en que el científico socialpuede situarsepara


hablar de lo que cuestionasu práctica.En tal sentido,es e}ocuentelo que ocurrió cuando
Bourdieupanicipó en el principal programade los que existenen la televisiónfrancesadedica-
dos a cuestionarcómo latelevi..,ióninforma de la vida social."Arret sur images",el 23de enero
de 1996.Bourdieuaceptó-después de variasnegativas- asistira un programaque contestaría
la pregunta"¿Latelevisiónpuede hablar de los movimientossociales?" Como se trataríade las
grandeshuelgasque habíanocurrido en Franciaen diciembrede 1995,y Bourdieullabíaexpre-
sado su adhesióna ese movimiento,pidió que su posturano fuera mencionadaparaque no se
pensaraque el análisissociológicode cómo informaba la televisiónestabacondicionadopor
sus opiniones políticas. Cuando comienza el programa,antes de que Bourdieu exponga su
análisis,la presentadoraseñalasu posiciónfavorableal movimientode protesta.Bourdieu escri-
bió luego de la emisión un anículo en el que se quejó de este procedimientoy porque lo
interrumpieronvariasveces;dijo que él había elegido cienasimágenesde la huelga y luego
agregaronotras,y que era tramposohaber identificado a Alain Peyrefittecomo "escritor"y no
como "senador"de un panido de derecha, a Guy Sormancomo "econornL.,ta" y no como
"consejero"del primer ministro. Concluyeque "no se puede criticar a la televi..,iónen la televi-
sión" (Bourdieu, 1997a:35-36).
En el anículo de respuestael coordinadordel programa,Daniel Schneiderman, observa
que el malestarde Bourdieureside en que no se le permitió controlartotalmenteel desarrollo
de la emisión.Respectode la manerade identificar a quienesintervinieron,le preguntapor qué
los panicipantesdebíansernombradossegúnsusposicionesideológicasy políticasmientrasél
pretendíaque no se dijera si habíaestadoa favor de los huelguistas.Másaún: le recuerdaque
cuando le preguntaronantes del programaqué debíanescribirbajo su nombre, él respondió:
"nada".(Schneiderman:38-39)
¿Desdedónde habla el científico social?¿Desdeun no lugar?Bourdieusostieneque esaes
la manerade conquistarla mayor objetividadposible; Schneidermancita a Daniel Bougnonx,
profesorde comunicaciónque en una emisiónposteriordel mismoprogramainterpretóque no
había mejor manerade -significarque en BourdieuestáDios" (39).
Uno de los mejoresexégetasde Bourdieu,Lolc]. D. Wacquant,anotaque en la críticade
la escuelaheclla en La reproduccióny en el estudio del sistemauniversitariofrancésexpuesto
en Horno académicus,este autorsostieneuna "filosofíaantiintelectualistade la práctica"(Bour-
dieu- Wacquant:13).Agregaréque en ningún lugar estoes másclaro que en el libro El sentido
práctico, donde muestraque la lógica con que pensamosy actuamosen lo social,o sea el
habitus,está arraigadaen el cuerpo, en disposicionesinconscientes.Desconstruirla posición
del analistasocialrequiere,segúnél, adquirirconcienciade lascoordenadassociales(de clase,
sexo y etnia) del investigador,de la posiciónque éste ocupa en el campo académico,y, en
tercerlugar, dice Wacquant,de "la parcialidadintelectualista"que le hace imaginaral científico
que puede ver el mundo como un espectáculo.Me pareceque éste seríael punto de panida
para-reconociendo los distintoslugaresdesdelos que habla el investigador- poder descons-
truirlos,aunquesabiendoque es inútil ocultarsusposicionesporquepor másque intentehablar
desde el no lugar nunca logrará hacerdel mundo un espectáculoaséptico.
Cuaderno:De cómoClifford Geerlzy Pierre Bourdieu llegaron al exilio 37

COMENTARIOS
FINALES

1. Gran parte de los dilemas teóricos y metodológicosde las cienciassociales están


condensadosen los itinerariosde estosautores.La trayectoriade C1iffordGeertzes la de un
antropólogodedicadoa estudiosde caso,que rehusalasgeneralizaciones y la macroteoría,pero
terminapreguntándosepor las manerasen que construimoslos objetosde estudiocon los otros
dedistintassociedades,en la másamplia interculturalidad.El itinerariode PierreBourdieues el
de alguienque comenzótrabajando en Argelia como antropólogo, en pocos años replicó y
expandiósusestudiosen Franciaconstruyendouna macroteoríasociológicaque fue aplicando
en forma deductiva a objetos muy diversos,sin reconocersuficientementela especificidadde
cadaarte,de la literatura,de la políticay de las industriasculturales.Al primero le sigue impor-
tando hastaen.suúltima etapa el carácterdramáticode lasinteraccionessociales,por lo tanto su
sentidoindeciso,ambiguo, y lasvariacionesposicionalesnecesariasparacaptarlos juegosno
prevl-;tosen la codificaciónsocial;Bourdieu atacala dramatizaciónde las noticias en la televi-
sióny tratade proscribirlo dramáticode la reflexividadcientifica.La observacióncríticade la
subjetividaddel observadorpracticadapor Geertz, los etnometodólogosy los antropólogos
posmodemos, segúnel autor de Respuestas, "abrela puertaa una forma de relativismonihilista"
(Bourdieu-Wacquant: 46). Estaafirmaciónes demasiadotaxativarespectode los autores más
relativistaso "anarquistas"de la antropologíaposmodema,y francamenteinapropiadaante los
esfuerzosde construcciónde ciertaobjetividada partirde la sistematización de lo intersubjetivo
que hallamosen las obrasde Geertzy Rosaldo.
En verdad,no se tratasólo de una cuestiónepistemológicasino tambiénestética.Rosaldo
encuentracoincidenciascon el Bourdieu antropólogo, al recon.-;truirel análisissocial, a tal
puntoque cierrael capítulode Cultura y ¡,~daddedicadoa la indeterminacióndel tiempo indio
y lasimprovL-;aciones ilongoteapropiándosein exten.-;o de la descripciónbourdieuanadel ritmo
y la política de reciprocidadentre los campesinosde Argelia.Le atrae cómo el autor francés
describe,en la dialécticade ofensay venganza,la creaciónde espaciospara retrasarla revan-
cha,lasestrategiasque manejanel ritmo de la acción, apresurany sorprenden,o contieneny
posterganpara intensificarla amenaza.PeroRosaldodifiere de Bourdieuen algo que pareciera
unasutilezaexcesivaen la perspectivade un epl-;temólogo.Dice que el paradigmabourdieuano
de ;'retoy respuestasugierela estéticade las artes marciales.Los ilongotesy yo preferimos
enfatizarla gracia social,el ritmo y los pasosque moldeanla danzade la vida. Mi proyecto ha
sido describirla estt::tica
discrepanteque da forma al ritmo de la vida cotidianadonde el tiempo
del relojno es la sumarealidad"(Rosaldo:121).¿Porqué dar tantaimportanciaal ritmo?Porque
ensus movimientos,explicaRosaldo,se manifiestan"la reflexióny la negociaciónen curso, la
calidadde las relacionessocialesentre los participantes"(ídem).
Se diría que en su crítica al uso de los tiempos televisivos,su in.-;ensibilidadante los
ritmos del debatey lasindefinidasoportunidadesde negociacióny disputa,el Bourdieu soció-
logo olvidó su experienciaantropológicaen Argelia.Tampocotuvo en cuentalo que t::lmismo
escribió en su prefacio al libro de Paul Rabinow,Reflexionessobreun trabajo de campo el!
Manuecos,que este autor realizó bajo la direcciónde Clifford Geertz:aunquemalentiendela
obra de Geertzcomo "un positivismorenovado"por la descripcióndensa,que haría del cientí-
-Cuaderno: De cómoClifford Geertz,. PinTe Bourdieu llegaron al exilio 39

ala produccióny el uso del saber,a vecessegeneranconocimientosy tambiénoportunidades


intditas-como ocurre con lasempresas,conlos medios- para~ehacernuestrotrabajointelec-
tualdesdelugaresdistintos a la universidad,que no pienso (ni en sentidoteórico, ni político)
quepuedanconsiderar1ie no lugare1i.
4. Al mismotiempo que algunoslugaresde accióny de conocimientosedesdibujan,los
dispositivosmercantilestienden a subordinara todos a su lógica. El mercadono es un lugar,
comopodríadecirsedel Estadoo de la universidad,sino una lógicaorganizativade las interac-
cion~ssociales.Entonces,la oposiciónque tantasvece1ise hace entre Estadoy mercadono
d~b~versecomo confrontaciónentredos entidades.Másque un lugar social, el mercadoes ese
modo de organizar la circulación de los bienes,mensajesy servicio1icomo mercancías,que
tiend~en la actualidada reducirlas interacdonessocialesa su valor económicode cambio.
¿Cuáles el1ientido,entonces,de hablarde mercadossimbólicos? El uso metafóricode esa
~xpr~sióneconómicanecesitaacompañarsede una reflexióny autorreflexiónacercade lo que
~n la producciónliteraria, artística,mediáticay política trasciendela circulaciónmercantil:pro-
ducciónde conocimientoe infonnación, búsquedasestéticas,defensade derechoshumanosy
otrasrazonespor las <.-uales los sereshumanosy las culturasinteractúan.
¿Cómoejercerestareflexióny autorreflexión?Lo que aconteceen este fin de siglo lleva a
dudar,con Bourdieu,de que la televi1iiónpuedacriticarsea símismaen la televisión,y también
a ~ersuspicacesconlos intentosdel relativismoantropológicode ayudara lasculturasa superar
~u~tnocentrismoautojustificatorio.Tampocoes posible confiar en que el campocientífico sea
capazde <.-umplir desinteresada menteestetrabajocrítico sobresímismo,despuésde las dificul-
tade~exhibidas,entre otros, por los estudiosde Bourdieu sobre el campo acadtmico,y por
G~ertzy los antropólogosposmodemossobre los obstáculosa la reflexividad en la escrituray
en lasinstitucionesantropológicas.
llegamos asíno a una conclusión,sino a una hipótesispara el trabajofuturo. Tal vez dos
tareasestratégicas para salir del ensimismamientode las disciplinasy las instituciones,de su
reorganizadónacríticabajo el mercado,y para reencontrarel interés público, seanéstas:a)
permitirque 10.-;objetosde estudioy acciónde cadacampo seanconfrontados,es dedr desafia-
dos,por los otros con los que tienen relación(por ejemplo, las artes de élite y las culturas
folclóricaspor los medios,los mediospor las interacdonessocialesno mediáticas);b) dejarque
dentrode la globalizaciónemerjanlas preguntasde la interculturalidad,de las fronterasque no
caeno 1iólocambiande lugar,de lasdiferencia1i y de1iigualdades no diluibles en la globalización.
Por tanto, los objetos de estudio de las ciencia1isocialesno pueden ser identidades
1ieparadas, ni cultura1irelativistamentedesconectada1i,ni camposabsolutamente autónomos.Las
evidentesinteraccionesentre ellos no 1ieentiendensi lasconcebimoscomo simple yuxtaposi-
ción. En un tiempo de globalización,el objeto de estudio másrevelador,máscuestionadorde
lasp1ieudocertezas etnocéntricaso disciplinariases la interculturalidad.El científico socialpue-
de. mediantela inve1itigación empíricade reladonesinter<.-ulturalesy la críticaautorreflexivade
lasfortalezasdisciplinarias,intentarpen.~arahora desdeel exilio. Estudiarla cultura requiere,
entonce1i, convertirseen un especiali1ita de las intersecciones.

.I
~-

40 Causas y azares

BIBLlOGRAFIA I

Arjun APPAD~RAI, Modernity at La/-ge:Culfl¡ral Dime/lSio/1S oi Globa/ization, Minneapoli.~,University of


MinnesotaPress,1996.
Marc AI;GÉ,Hacia una antropologíade los mundoscontemporáneos, Barcelona,Gedisa,1995.
PierreBOl'RDIEI.., La distinction: crltiq¡Jesocialedu jugement,LesÉditionsDe Minuit, 1979.
Sociologíay cultura, México, Grijalb<),1990.
Lesl-égles de /'art: genéseetstn¡cfl¡re du cbamp littéraire, Éditionsdu Seuil. 1992.
Sur la télévision,Liber, 1996.
"Analyse d'un passageá l' antenne", Maniérede voir hors-série,LeMonde d!plomatique,marzo,
1997a
"El nuevo capital, introduccióna una lecturajaponesade La noblezadeEstadd' y "Entrevistasobre
la educación". en Capital CUlfl¡ral,escuelay espaciosocial,México, Sigloveintiuno, 1997b.
Pierre BOURDIEI.. y Jean-ClaudePA.~SERON, Mitosociología,Barcelona,Fontanella,1975. i
Pierre BOl1illIEl..y Lo!cJ. D. WACQl'A,\T. Respuestas: por una antropología reflexiva,México, Grijalbo, 1995. i
JamesCUFFORD y GeorgesMARQS (eds.), Retóricasde la anh'opología,Barcelona,Júcar,1991.
.Tames CUFFORD, Dilemasde la culfl¡ra, Barcelona,Gedisa,1995.
Clifford GEERTZ, La intelpretación de las culturas, Barcelona,Gedisa,1987.
El antropólogo comoauto/; Barcelona,PaidósStudio,1989.
Conocimientolocal. Barcelona,Paidós,1994.
Losusoslle la di/~I~dad,Barcelona, Paidós,1996.
ClaudeGRlGNON y Jean-ClaudePASSERON, Lo cultoy lopopular: miserabilismoy populismo ensociologíay en
literaflnu, Buenos Aires, NuevaVisión, 19<)1.
Ulf H.~XXERZ, T/unsnational Conections.Londres,NuevaYork, Routledge,1996.
RenatoOR"nZ, Mundialización y cultura, Buenos Aires,Alianza,1997.
Paul R~8I:'iOW, Refle.\io/lessobre un trabajo de Ca1l1po en Mam¡ecos,Barcelona,Júcar Universidad,1992
(posfacio de Pierre Bourdieu.)
RenatoROSAUX), Cultura y I~rdad, México, Grijalbo, 1989.
Daniel SCHXEIDER.\IA",X, "Répon.~eá Pierre Bourdieu", Maniérede voir hors-série,LeMonde d!plomatique,
marzo. 1997.
RaymondWlLUA.\IS. Malxismo y literatu/u, EdicionesPenínsula,1980.
La política del mOllernismo,Manantial,1997.

~
..-n¡;.:\,j'rin,.~J:.
'c:,r;.. t,j!1";'Jj;:t:3f;¡¡~lG~

'., t)f¡i:i' .-"t:'¡")JfitiJ~;!

..,",.:!'!?:;J~:¡')I)tJ;é;~ff"~!
.,.;:'" Ir ',;,;!!;:;'ill 'lb
¡¡,i("c~lb;~'.J¡¡;fflii;¿b¡
"c'i:t'lf)jj/"lOí..;OC)J¡;J~

También podría gustarte