Está en la página 1de 12

EL LADO OSCURO DE LA VIDA

15 de marzo del 2017.

Oh el despertador no ha sonado, ya son las 7:30 am voy 30 minutos tarde a mi trabajo debo
apresurarme o me dejara el tren directo y deberé coger el fastidioso que para en cada estación,
mientras me baño y me alisto de afán me reprocho a mí misma diciendo: María que te pasa este
trabajo si lo debes conservar llevas apenas 2 meses y vas a llegar tarde, apurada salgo de mi
apartamento hacia el subterráneo son las 8:15 am ya ha pasado el directo, ¡ maldicionnnnn ¡ grito
y una señora de edad voltea a verme sin saber que decirme, debo marcar mi tarjeta a las 9:00 am o
en el hospital me llamaran la atención, mientras espero recuerdo que no he tomado mi pastilla,
apresurada la saco del bolso, tan solo me quedan 2 tomo una y hago una nota mental que las debo
comprar hoy mismo.

Ha llegado el tren me subo y me siento en la ventana dos puestos adelante veo una pareja de
enamorados al parecer muy alegres, se están riendo él le habla al oído y ella ríe, yo apenas recuerdo
la última vez que sentí un hombre a mi lado y aunque no soy fea me considero muy tímida y poco
sociable, en diagonal va un hombre solo debe ser casi de mi edad 30 y algos va mirando por la
ventana, de algún modo me quedo mirándolo como hipnotizada es muy guapo y atlético, entramos
a un túnel la oscuridad invade el tren no se ve nada de nada todo es negro el túnel dura 4 minutos
y salimos nuevamente a la luz, ahora él me está mirando me da un poco de pena y le aparto la
mirada, se baja una estación antes que yo si cruzar las miradas.

En el trabajo todo normal he llegado a tiempo corriendo, mi mejor amiga Antonia siempre me
colabora mucho en mi trabajo y todos los días cuando llego me pregunta si he tomado mis pastillas
es muy amable parecemos amigas de toda la vida y nos contamos todo, el día se pasa rápido en el
hospital siempre hay mucho que hacer, tender camas, barrer, trapear, organizar papeles uf todo el
día se vive ocupada.

De vuelta hacia mi apartamento recuerdo a aquel hombre del tren por algún motivo se ha metido
en mi cabeza.

16 marzo del 2017

Hoy si me he levantado a tiempo, he desayunada despacio, caminado normalmente y de aposta he


dejado ir el directo no si tal vez esperar volverle a ver, me he sentado en la misma silla, la pareja de
novio ahora está a 3 sillas y él está exactamente en la misma silla de ayer, está más guapo hoy, lo
miro de reojo parece distraído mira por la ventana y no aparta la vista.

- Buenos días María “me saluda Entonela”


- Buenos días Antonela. Respondo con una sonrisa.
- ¿Has tomado tu medicina?

Mierda lo he olvidado.

- No lo he olvidado, me apresuro a sacar el frasco del bolso y llenar un vaso con agua,
inmediatamente me la tomo, es la última hoy debo salir a comprarlas.
- Parece mi trabajo cuidar de ti “me dice con una sonrisa de oreja a oreja”, ahora vamos a
trabajar que hay mucho que hacer.
Como siempre el día se ha pasado súper rápido y cuando menos me doy cuenta he llegado a mi
apartamento, tengo deseos de llamar a mi mama, hace mucho que no hablamos, nuestra relación
se dañó hace 1 año cuando papa falleció y ella se fue a vivir con otro hombre.

Le marco y contesta.

- ¿María? dice con voz de emoción y alegría.


- Hola mama, le respondo secamente.
- ¿Cómo esta hija? te había querido llamar pero que seguías enfadada.
- Lo sigo, “al fondo se escucha a su nuevo marido diciéndole vuelva a la cama que mañana
debe madrugar”
- Hija dime cuando podemos tomarnos un café, podríamos ir de comprar, salir como unas
amigas, quisiera hablar contigo.
- Otro día mama, ahora ve a descansar que te están esperando, adiós mama.
- Adiós hija que descan.

No le dejo terminar la oración cuando ya he colgado, no sé por qué la he llamado al fin no me


importa lo que haga con su vida.

17 de marzo del 2017.

De aposta tomare la ruta larga quiero por algún motivo volverle a ver, subo al tren está casi vacío
pero él está en su asiento de siempre, bien vestido y tan guapo como puede estar, se me queda
mirando y yo a él, en un momento pareciera que me quiere saludar pero no lo hace, cuanto quisiera
que me dirigiera la palabra, hoy va alegre con la mirada alta, veo el color de sus ojos son azules
como el océano, de repente llegamos al túnel todo se vuelve negro por 4 minutos y después
volvemos a salir a la luz, me está mirando a mi o tal vez a la mujer que va detrás mío hablando por
celular y maldiciendo, agacho la mirada hago como si revisara algo en mi móvil me mantengo así
hasta cuando se baja.

- Buenos días María “me saluda Antonela”


- Buenos días Antonela. Respondo con una sonrisa.
- Hoy te vez muy alegre, ¿Has tomado tu medicina?

Mierda lo he olvidado comprarla y ayer me tome la última, para no preocuparla le dijo una mentira
piadosa, y hago una nota mental de ir a comprarla.

- Si claro esta mañana junto con mi desayuno, gracias por preguntar. “respondo
tranquilamente”
- Hoy te vez diferente “me dice mirándome de arriba abajo” más guapa, ¿acaso haz
conseguido novio?
- No respondo rápidamente con una sonrisa “cambio de tema rápidamente” vamos a trabajar
que hay muchísimas cosas por hacer.
- Como mande jefa “responde alegremente”

Como todos los días se pasado rapidísimo el día cuando menos me doy cuenta estoy de nevó en mi
apartamento, hoy estoy súper agotada y mientras estoy en mi cama recuerdo que no he comprado
mis pastillas, pero para mí dijo que ya me siento bien que ya no las necesito, aunque igual mañana
las comprare.

18 de marzo del 2017.

He llegado temprano a la estación el tren directo para justo delante mío, pero no lo tomare quiero
volverlo a ver, pero ¿Por qué?, no lo sé, pero quiero volverlo a ver.

¿Entro al tren ahora está sentado una silla más cerca de mi quedamos en diagonal, lo hará hecho
de aposta para estar más cerca ?, hoy si me saludara ?, ojalá lo haga.

Todo el viaje parece que me estuviera mirando fijamente, yo apenas puedo verlo de reojo para no
ponerme roja como una manzana, ya veo el túnel de repente todo esta oscuro, pero siento que
alguien se sienta a mi lado, debe ser el no hay duda, huele riquísimo creo que es una loción Lacaste,

- Buenos días mi nombre es Pedro, “su voz es suave pero firme a la vez parece tener mucha
confianza en sí mismo”, disculpa si te molesto, pero quería saludarte.
- No es ninguna molestia “respondo rápidamente casi tartamudeando”, mi nombre es María,
te daría la mano, pero no la veo “comento para romper el hielo”

Estamos llegando al final del túnel siento cuando se levanta y se va para su silla, y antes de que
vuelva la luz esta nuevamente sentado donde estaba antes.

Han sido 4 minutos en la oscuridad total, pero a mí me ha parecido una eternidad, al bajarse
nuestras miradas se cruzan y sonreímos.

Mierda he llegado tarde al trabajo por estar pensando en Pedro, en la recepción del hospital esta
Antonela, parece estar de mal genio.

- Buenos días María


- Buenos días Antonela. Respondo en voz baja
- ¿Has tomado tu medicina?
- “por qué le importa tanto, acaso se cree mi mama ?, por evitar le voy a decir que si” Si claro
esta mañana.
- Llegaste 15 minutos tarde, sabes que el horario acá es muy estricto y que cualquier retraso
no los debes informar “¿me está regañando? Su voz suena dura y firme”
- Lo siento se me ha pasado el directo, no volverá a suceder. “dijo agachando la cabeza como
en forma de disculpa, a fin y al cabo ella es mi jefe y puede llamarme la atención”
- Me ha llamado tu mama a preguntar como estas, me ha dicho que ya casi no la llamas “ella
y mama son buenas amigas y gracias a esto es que tengo este trabajo”.
- La he llamado, pero ya sabes que todavía no estoy preparada para hablar con ella, además
estaba con su nuevo esposo.
- Deberías hablar con ella ya ha pasado mucho tiempo “me dice con voz más suave, casi
aconsejándome”
- Lo voy a pensar, ahora a trabajar “lo dijo con una sonrisa para que olvide mi retraso”.

En todo el día no he hecho sino pensar en pedro, todavía huelo su deliciosa fragancia. Solo espero
que mañana para verlo.
19 de marzo del 2017.

Hoy es domingo, no me debería levantar ya que no trabajo hoy es mi día de descanso, pero no me
importa me levanto como todos los días, voy a la estación el tren se detiene y subo, lo busco con la
mirada por todos lados, pero no lo encuentro, maldición hoy no debe trabajar.

Aprovechare el día para salir de compras y no se tal vez ir a cine, me gustaría tener alguien con quien
salir, pero no tengo amigos ni amigas, Antonela de seguro estará con su esposo y sus 2 hijas, pasare
el día sola.

De regreso al apartamento suena mi móvil, es mama, ¿Qué querrá? Contesto de mala gana.

- María hija ¿Cómo estás? Te he pensado mucho.


- Hola mama bien, “respondo de manera muy calmada si demostrar sentimiento alguno”
- Hija me gustaría verte, he hablamos con Antonela y me ha dicho que estas muy bien.

He llegado a mi estación ya debo bajarme.

- Mama he llegado a mi estación cuando pueda te devuelvo la llamada.


- María ¿Dónde has estado? “me dice con voz de preocupación”
- De compras mama, y he ido al cine.
- ¿con quién has estado?
- Con nadie mama, debo colgar adiós mama otro día te llamo.

Cuelgo sin darle la oportunidad de que se despida.

20 de marzo del 2017

Me despierto y solo puedo pensar en Pedro, su aroma, su voz, tengo tantas preguntas que hacerle,
sin darme cuenta me he maquillado más de lo normal, me he recogido el cabello, hoy me siento
más bonita que de costumbre, ojalá y lo note.

Llego a la estación justo a tiempo, lo primero que hago es dirigir la marida directamente a su silla, y
ahí está el, hoy lee el periódico parece buscando alguna noticia, el ruido del cierre de la puerta y el
arranque de tren me hace volver en sí, me siento en mi silla se siempre en diagonal a la de él me
mira por encima del periódico, le respondo con una sonrisa, nos acercamos al túnel de repente ya
está oscuro todo, siento su aroma a mi lado y su dulce voz.

- ¿Qué tu fin de semana hiciste algo especial? “pregunta en voz suave, no lo puedo ver, pero
si lo siento”
- Salí de compras al bulevar, y he ido a cine “le respondo con la voz entrecortada”
- ¿Con tu novio?
- No “respondo y hago un movimiento como tratando de mirarle a los ojos, pero no puedo
está muy escuro”, he ido sola, soy soltera, ¿y tú fin de semana?
- Ya sabes trabajar, he estado todo el fin de semana acompañado de mi perro.
- Tienes un perro “pregunto sorprendida” ¿Cómo es su nombre?

Desde pequeña me han encantado los perros cuando vivíamos con mi papa teníamos un perro
ovejero, se llamaba Max corría todo el día por la casa, cuando mis padres se separaron mi papa se
quedó con él, pero después de lo sucedido …………………………. Tuvimos que entregarlo a un vecino
ya que ni mama ni yo podíamos tenerlo.

- Si un pastor alemán su nombre es ………….

Siento como se levanta suavemente y cuando vuelve la luz ya está sentado nuevamente leyendo el
diario, parece haber encontrado la noticia que estaba buscando pues está concentrado en ella y no
levanta la mirada, en su bajada nos cruzamos un par de sonrisas, vaya es tan guapo.

- Buenos días María


- Buenos días Antonela. Respondo en voz baja
- ¿Has tomado tu medicina?
- “Me gustaría decirle que ya no la necesito, que no me duele nada, pero parece mi mama,
así que prefiero mentirle” si con mi desayuno esta mañana.
- Hoy te vez muy bonita, el cabello te queda bien recogido.
- Bueno es que he conocido a alguien “es mi mejor y única amiga, a alguien se lo debo contar”,
es un joven muy guapo y aunque solo hemos hablamos un par de veces creo que hay
química.
- Que bien bueno, ¿estas segura que has tomado tu medicina?, “que sí, pienso le estoy
contando de pedro y ella pregunta por las pastillas”
- Si claro como todos los días.
- y como se llama “pregunta con una sonrisa!”
- Pedro “respondo emocionada”
- ¿Y a que se dedica? “ups no le he preguntado”
- No hemos hablado de eso, mañana le preguntare y te contare, ahora a trabajar que hay
mucho que hacer.

El día se ha pasado mucho más rápido de lo normal y solo espero mañana para volverlo a ver,

Llego como de costumbre a casa, me estoy colocando la pijama cuando suena mi móvil, es mama,
pero ahora no quiero contestar estoy muy contenta como para amargarme la noche.

21 de marzo del 2017.

Me he levantado 30 minutos más temprano de lo normal, la idea es ver que vestido me queda mejor,
me mido 3 vestidos y me decido por uno negro con un escote pronunciado, tal vez le gusten las
mujeres atrevidas, sonrió y me pongo roja para mí, llego a la estación 15 minutos antes, para el
directo y yo tan solo puedo pensar que ya casi es hora de verlo.

Llega el tren y hay esta como siempre impecable, se me queda viendo y siento como su mirada se
me mete en mi escote, levanta la mirada y sonríe le da algo de pena, yo sonrió y me pongo roja,
miro por la ventana para que no se me note, estamos llegando al túnel, como siempre siento su
fragancia a mi lado.

- Te vez muy guapa el día de hoy, ese vestido te hace ver regia “me dice con una voz dulce”
- Gracias, tú también estas muy guapo, dime ¿en que trabajas?
- En el fisco soy contador, nada del otro mundo, reviso números todo el día, ya sabes de
rutina.
- Así que mi retraso en mis impuestos, tu eres el encargado de irme a cobrar “siento como
ríe, es una sonrisa suave de esas que enamoran, me gustaría verle sonreír pero por más que
me esfuerzo está muy oscuro”
- No solo reviso números ¿y tú que haces?
- Bueno yo trabajo ………………………………….

De repente se levanta de la silla, estamos llegando al final del túnel ya vuelve la luz, me está mirando
fijamente sonriendo, yo le devuelvo la sonrisa, ha llegado a su estación me mira fijamente y yo
espero que se despida, pero no lo hace voltea al frente y se va.

- Buenos días María


- Buenos días Antonela
- Te presento al doctor Arthur él te va a hacer unos exámenes y unas preguntas de rutina,
cosas del hospital.

El doctor Arthur es un señor mayor parecido a mu abuelo con barba larga y blanca al igual que su
pelo, y una barriga prominente.

- Buenos días María ¨”me dice con voz amable y descomplicada”, sígueme por favor.
- Me lleva a un consultorio aparte y cierra la puerta.
- Hola María como estas el día de hoy, siéntate por favor “y me señala el asiento”
- Bien gracias “respondo algo desconfiada”

Coge unos papeles que tenía encima de su escritorio, como una historia médica.

- Acá dice que llevas 2 meses trabajando en el hospital. ¿Cómo te has sentido?
- Muy bien todos son muy amables conmigo.
- Ok, también dice … vamos a ver …. Que tomas unas pastillas, ¿las tomas todos los días?

Mierda las pastillas me he olvidado completamente de ellas.

- Si señor junto con mi desayuno.


- Y cuéntame tu familia vive contigo

A que va todo esto parece un interrogatorio.

- Mi mama vive en florida, mi papa falleció hace pocos meses, y no tengo hermanos.
- ¿Y a tu papa que le paso?
- Choco su coche contra un árbol.

Fue una noche lluviosa, él había visto a mama con otro hombre entrando a un hotel, y pudo
comprobar la infidelidad de la que ya había venido sospechando, se fue a un bar a embriagarse y de
camino a casa perdió el control y choco con un árbol, yo siempre he culpado a mama por la muerte
de papa y por eso nuestra relación se rompió, más aún cuando me entere que el hombre con quien
la vio esa noche es su actual novio.

- Y cuéntame María ¿haz comido bien, dormido bien, pesadillas.?


- No doctor todo bien.
- Así que vives sola ¿cuéntame cómo te has sentido?
- Bien trabajo todo el día acá y casi no tengo tiempo llego cansada a dormir.
- Ok María hemos terminado, gracias, ah una última cosa María dime ¿Cómo es mi nombre?
- A …… “demonios lo he olvidado” lo siento doctor no lo recuerdo.
- Gracias maría buen día.
- Buen día doctor Arthur.

Miro mi reloj son las 5 pm, vaya si se ha pasado rápido este día más de lo normal, me siento muy
cansada, me apresuro para irme a descansar, paso por el frente del consultorio del doctor …. como
se llame, esta con Antonela parecen estar teniendo una discusión, Antonela parece alterada ….

- No está mejorando “le dice el doctor con voz severa y alta”


- Claro que si ya casi hemos terminado, si logramos pasar de este mes sería un avance.
- No, no voy a perder más mi tiempo, fue un intento pero se perdió, debe volver a la realidad.

Doy un paso y hago ruido con los zapatos Antonela y el doctor giran bruscamente, Antonela se
levanta rápidamente y cierra la puerta a sus espaldas.

- ¿Ya te vas? “pregunta amablemente”


- Eh si ya me voy que tengas buena tarde, nos vemos mañana.
- Ok te espero temprano, que descanses “y vuelve al consultorio cerrando la puerta”

Llego a mi apartamento estoy muy cansado tan solo pienso en dormir ….

22 de marzo del 2017.

Me levanto como de costumbre, solo pienso en ver y hablar con pedro, hoy le preguntare si tiene
novia o esposa, espero que me diga que no; hoy me siento algo raro como pensativa, distraída, debe
ser que esta semana he tenido mucho trabajo y estoy muy cansada.

Demonios ya es tarde, salgo corriendo al tren, llego a la estación justo a tiempo para abordarlo, y
ahí está el hoy lo veo distraído como mirando las noticias, me gustaría preguntarle qué le pasa pero
no me animo, esperare a que se siente a mi lado para conversar.

Llegamos al túnel como de costumbre siento como se levanta de su asiento,

- Hola ¿Cómo estás?


- Bien ¿y tú? “contesto con una sonrisa, aunque en esta oscuridad no debe verla, me rio para
mí misma”
- ¿Qué tal tu trabajo?
- Bien un poco cansada, oye pedro ¿tienes novia, esposa, hijos?, “vaya parece que fui muy al
grano, pero sé que al terminar el túnel el volverá a su silla, por que debo ser lo más directa
que pueda”
- No, toda mi vida la he dedicado a mi trabajo, y ya sabes no he tenido tiempo para organizar
una familia “responde con una voz firme y segura, dice la verdad”

Mi corazón empieza a palpitar más fuerte y por dentro me da mucha alegría.

- ¿y tú? “pregunta haciéndome volver en si”


- No, me ha pasado lo mismo que a ti.
- Bueno María hasta mañana.
Veo la luz al final de túnel y con ella pedro se levanta y vuelve a su silla, cuando logro volver a ver él
está exactamente en la misma posición como si no se hubiera levantado, en el fondo me gusta el
juego por lo que le hago una mirada de cómplice y le regalo una sonrisa, a lo cual responde con otra
hermosa sonrisa.

Llego al hospital 3 minutos tarde, Antonela me va llamar nuevamente la atención, pero no me


importa Pedro vale la pena, veo a Antonela esta triste y pensativa.

- Buenos días Antonela.


- Buenos días María.

Que extraño no me pregunto por mis pastillas y como había amanecido, parece muy triste.

- ¿Cómo estás? “pregunto colocándole la mano en la espalda”


- Bien, bien ponte a trabajar que has llegado tarde.

Y sale hacia el consultorio de doctor Arthur, que extraño recuerdo como se llama. Bueno debo
ocuparme tengo muchísimo trabajo.

Durante el día pienso en papa, en mama ¿Por qué no me volvería a llamar?, debería llamarla, voy a
hacerlo:

- Hola mama “por alguna razón ya no estoy tan disgustada con ella”
- Hola hija, te estaba pensando mañana llegare a la ciudad, y no se tal vez me pueda quedar
contigo.
- Si mama no hay problema “al fin y al cabo ella paga la renta”
- Ok hija nos vemos mañana.
- Mama una última cosa, ven sola.
- Claro hija.

El día pasa muy rápido ya son las 5 pm y debo salir lo más temprano posible a arreglar el
apartamento, vaya no quiero que mama lo encuentre desordenado.

- Antonela, mama viene mañana y voy a arreglar el apartamento, queda todo al día.
- Ok María me alegro mucho habla con tu mama recuerda que ella te quiere mucho por favor
habla con ella.

Antonela ha estado triste todo el día, y algo alegada, me pregunto qué le pasa, pero sé que es muy
reservada sea lo que sea no me lo contara.

Llego a casa, lavo platos, barro, trapeo, en fin dejo el apartamento reluciente.

23 de marzo del 2017.

Voy en un túnel oscuro y no veo nada al final del túnel veo una pequeña luz encendida parece una
bombilla, voy hacia ella, pero no logro alcanzarla de repente se rompe y queda todo negro en una
oscuridad total, me despierto sudando y agitada, vaya sueño tan raro miro el reloj es la 1 am, tengo
mucho sueño y me quedo dormida rápidamente. Como siempre me levanto tarde, debo apurarme
o me dejara el tren y no podre ver Pedro me apresuro en vestirme me medio me peino y salgo
corriendo, como de costumbre me siento en la misma silla y él está en diagonal distraído mirando
hacia la ventana, vamos llegando al túnel no veo la hora de sentirlo a mi lado ¿algún día tendré el
valor de saludarme a la luz, sin haber entrado al túnel?, ojala no lo haga me gusta como esta parece
una relación de cuento de hadas en la oscuridad, se me sale una sonrisa de esas de cuando las niñas
están jugando con el novio, llegamos a al túnel.

- Hola ¿Cómo ha estado tu día?, me pregunta con esa hermosa y dulce voz.
- Bien –respondo alegremente- ¿y el tuyo que tal?
- Con muchísimo trabajo ya sales lleno de papeles por todos lados, al lado donde trabajo han
puesto un café y preparan una tarta de manzana deliciosa, tal vez si quieres podemos ir a
eso de las 5 pm.

¡vaya me invito a Salir! Y la tarta de manzana es mi favorita, ¿Qué dijo? ¿será muy pronto para
aceptarle la invitación? ¿y si me niego tal vez piense que no me gusta y dejara de hablarme?

- Ok, está bien ¿Dónde queda?


- Avenida Portland No 123. Te espero a las 5 pm ¿te parece está bien?
- Claro ahí estaré.

El tren sale del túnel y el como siempre ya está sentado mirando hacia la ventana como si nunca se
hubiera levantado. Pero estoy muy feliz tengo una sonrisa que no puedo disimular, cuando sale
intercambiamos miradas y sonrisas, vaya es tan lindo……

Entrando al hospital veo que a Antonela hablando con el doctor Arthur y a mama, parecen estar
discutiendo, cuando me ven se quedan en silencio, solo mama salta de repente a saludarme me da
un abrazo y un beso, pero en su cara veo un poco de preocupación.

- Hija ¿Cómo has estado?, me saluda sonriente.


- Bien mama ¿Qué haces acá?
- Vine a saludar a Antonela, ¿pero cuéntame cómo te has sentido?

De golpe Antonela interrumpe el fraternal saludo de mi mama.

- Ok, basta de saludos ella debe ir a trabajar, Dice Antonela con voz suave.
- Vale si quieres hablamos más tarde, te quiero hija – me da un beso y se vuelve a continuar
con la conversación-

Son las 2 de la tarde, solo pienso en mi cita con Pedro, estoy acabando de organizar unos papeles,
cuando de repente escucho a mi mama llorar, están en el consultorio del doctor ……. No me acuerdo
como se llama …. Pongo atención a la discusión.

- Mama está muy alterada y diciendo: porque doctor si usted me prometió que el tratamiento
iba a dar resultado.
- Lo se señora, pero nadie puede predecir los resultados, es una droga experimental y los
efectos secundarios son desconocidos. – le dice el doctor -
- Y ahora cuales son los pasos a seguir doctor – le dice Antonela – ¿debemos seguir o parar
con el tratamiento?
- Debemos detener el tratamiento. – afirma el doctor-

Mama se ofusca y yo entro a la sala preocupada.


- Entra María te estábamos esperando siéntate – me dice con voz autoritaria el doctor –
¿María te acuerdas de mí?
- Claro estuvimos hablando hace unos 3 días, hablamos sobre mi familia y me hizo unas
preguntas.
- ¿y antes maría?
- No, nunca antes lo había visto,
- ¿Qué recuerdas antes de hace 1 semana?

Vaya no recuerdo nada, que me pasa, ya me estoy preocupando, me pongo pálida trato de recordar,
pero no recuerdo nada.

- María – me hace en volver en si el doctor- ¿te has tomado tus pastillas?

Creo que es mejor decir la verdad.

- La verdad se me ha acabado hace 5 días, y no las volví a tomar.

El doctor filmina con la mirada a Antonela, quien responde con una mirada de asombro.

- María ¿te acuerdas cuando estabas hospitalizada acá?

Pero si este hospital es para personas con problemas mentales, eso quiere decir que ……. un
escalofrió me pasa de pies a cabeza, no puede ser, doy un grito silencioso y me duele la cabeza,
mama se encuentra llorando, quiero salir corriendo y de hecho lo hare necesito pensar, sin mediar
palabra salgo del consultorio corriendo sin rumbo, siento que mama, Antonela y Arthur salen detrás
mío diciéndome que me detenga, pero no quiero.

Corro y corro de repente me detengo leo Avenida Portland, acá es donde me había quedado de ver
con pedro, lo buscare el si me apoyara.

Es una zona de fábricas, ¿acaso no trabajaba en el fisco?, ¿Qué pasa? Mi cabeza me duele
muchísimo, de repente lo veo, lleva un uniforme está sucio parece que estuviera operando alguna
máquina.

- Pedro –grito con fuerza-

El no voltea ni siquiera se inmuta, pare no haberme escuchado, veo a mis perseguidores al otro lado
de la calle, corro hacia Pedro, llego y me detengo frente a él cogiéndole fuertemente el brazo.

- Pedro por favor ayúdame – le dijo con voz de desesperada- el me mira con cara de
desconcierto.
- María por favor acompáñanos y lo hablaremos – me dice el doctor Arthur-
- Pedro por favor ayúdame le dijo casi llorando.
- Perdóneme señorita creo que me está confundiendo con otra persona mi nombre es Sergio.
– me dice con cara de asustado-
- ¡Qué te pasa! Si hemos estado hablando en tren todos estos días, me has contado de que
eres soltero de que tienes un perro y hasta quedarnos de vernos hoy en el café. – le dijo de
forma airada-
- Mira yo nunca he hablado contigo mi nombre es Sergio soy casado, tengo 2 hijos y no me
gustan los perros.
- María –dice el doctor- ven con nosotros y te lo explicaremos todo.

Me alejo con lágrimas en mis ojos, mientras Pedro o Sergio o quien sea se queda mirándome con
cara de preocupación y un poco de susto.

Llegamos al hospital me siento mareada y con dolor de cabeza.

- María –dice el doctor- ¿me escuchas?, asiento con la cabeza, has sufrido un trauma
neurológico, es una cosa de herencia, a veces imaginas cosas y te alejas de la realidad, creas
recuerdos que no existieron, eso mismo le pasaba a tu papa, cogiste todos esos recuerdos
y los metiste en tu cabeza con llave como si fuera un cofre que no quieres abrir.

Mama está llorando lo cual me da más dolor de cabeza, le dijo que se calle.

- Mama calla ve con tu novio, ese con el que le fuiste infiel a papa y que provoco su muerte y
a mi déjame en paz – le dijo con en voz alta y de manera ofuscada –
- Hija yo ………. no estoy saliendo con nadie, nunca le fui infiel a tu papa y su muerte fue culpa
………….
- Basta! Grita Antonela, mira María solo queremos ayudarte nadie quiere lastimarte, tan solo
estas pasando por un mal momento, por favor quédate un tiempo con nosotros acá en el
hospital seguramente ya después estarás mejor – me dice con una voz suave de cariño-

Estoy confundida no sé qué pensar, ¿Qué me está pasando? ¿estoy loca?, me echó a llorar sin
entender que está pasando.

- El doctor saca de su cajón un tarro de pastillas de las solía tomar – María por favor toma
una de estas y no dejes de tomártelas veras que pronto estarás mejor-

Me acerca una pastilla con un vaso de agua. Me paso la pastilla. Antonela me coge de un brazo
suavemente me levanta de la silla y me lleva hacia uno de los cuartos del hospital, me sienta en
la cama.

- Acá estarás bien solo recuéstate y firma estos papeles – me dice con una voz cálida y dulce
que me calma-

Firmo los papeles y ella sale de la habitación siento cuando pone el seguro de la puerta, igual ahora
lo menos que quiero es salir de estas 4 paredes.

En el consultorio esta la mama de María y el doctor Arthur esperando con ansias a Antonela quien
entra a la sala con una sonrisa de oreja a oreja.

- Ha firmado todo – le dice al doctor Arthur y le pone los papeles en el escritorio-


- Si ve señora ha funcionado, está más confundida que nunca, las pastillas han sido un éxito
total, con estos papeles ningún juez le negara que usted sea la heredera absoluta de todo.
- Gracias doctor – le dice la mama de María con una sonrisa metiendo los papeles en su bolso
y sacando un sobre- acá tiene doctor lo acordado, Antonela muchas gracias también hay
algo para ti –saca otro sobre y se lo da-
- Muchas gracias señora – dice Antonela con una sonrisa-
- Docto Arthur por favor salúdeme a su hijo, es muy buen actor y muy guapo – dice con una
sonrisa la mama de María –
- Gracias señora, salúdeme a su esposo de mi parte espero que tenga una feliz luna de miel –
le responde el doctor Arthur-
- Espero que no me juzguen, pero como ya saben el irresponsable de mi esposo le dejo todo
a nuestra malcriada hija y esta fue la solución más racional para todos.
- No se preocupe la mitad de las personas que están acá realmente están más cuerdas que
usted y yo

Los tres ríen a carcajadas mientras la mama de Antonela sale del consultorio.

También podría gustarte