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LA PRESTIGIOSA CÁRCEL
—Lo sé. Es por eso que te digo que lo pienses solo esta
noche. El vuelo sale mañana por la tarde —me besa la sien—
sé que tomarás la respuesta correcta. Eres una buena niña.
Buena niña.
—Pero, papá...
Wow.
No puede ser.
No puede ser.
No puede ser.
Mis fotos.
Mi cuerpo.
Mi reputación.
La puerta fue tocada dos veces así que supuse que era mi
padre.
—Sí. Lo pensé.
—¿Y?
—Iré a ese colegio. Será bueno alejarme un buen tiempo de
aquí.
Me separé de él.
Me exalté.
—¿Qué haces?
—Lo siento. Pero llegamos.
—De nada. Es algo que hago por todos mis alumnos —sonríe
algo fingido.
Por ahora.
No puede ser.
Capítulo 2
DECLARANDO LA GUERRA
—Oi —saluda.
Me reí en su cara.
Capítulo 3
SU MIRADA OSCURA ME PENETRA
Genial.
Gemidos.
Por Dios.
—Claro —y se va.
Capítulo 4
LA FIESTA
—¿Qué tiene?
—El vestido parece más para ir a una playa, ¿no tienes algo
sexy por aquí? —se acerca y revisa mi ropa, escogiendo
algún vestido adecuado para ir a la fiesta de el gran Elder.
Era Mell.
—Bueno, vamos.
Bajamos por las mismas escaleras por las que había bajado
tan solo unas horas atrás y nos dirigimos a una puerta. Era la
puerta que estaba sellada. Inconscientemente miré hacia el
lugar en donde horas antes estaba Elder.
Mell toca tres veces en forma lenta para segundos después
ser abierta. Un tipo enorme y robusto sale.
Volteo a ver para todos lados hasta que doy con él. Está en
un rincón rodeado de mujeres, lleva unos pantalones de
vestir en negros, zapatillas negras y una camisa de vestir en
blanca, pero ésta tenía la mayoría de botones sueltos. Su
pelo estaba medio desarreglado y tomaba mientras le
besaba el cuello a una chica rubia.
En la tarde lo vi con otra chica y ahora estaba con otra. Elder
va a pescar algún tipo de enfermedad un día de estos.
No puede ser.
Trago y lo miro.
—¿¡Qué?! —espeta.
Capítulo 5
LUCES ROJAS
—Vayan.
Dios.
—Lo estoy.
Es hora de comer.
—Está bien.
Tenía razón.
—Lo haremos.
•
A la mañana siguiente Flavia y yo bajamos a desayunar al
patio, cerca de la piscina. Escogimos una mesa al fondo y
ordenamos el desayuno. Flavia usabas unos lentes de sol
oscuros y un vestido de playa.
Capítulo 6
EL LABORATORIO
—Lo sé.
—¿De verdad?
—Así es.
—Gracias, así no me sentiré sola en esto.
—Está bien.
La encuentro.
Genial.
—La tengo.
—Está bien.
Maldita sea.
Elder.
—No quiero tener nada que ver contigo así que... aléjate por
favor —ahora sí le pasamos a la par dejando a un Elder
confundido. Quizás no está acostumbrado a que las mujeres
lo rechacen. Siempre hay primeras veces, Elder,
acostúmbrate.
Cuando llegamos a la habitación, cerramos la puerta tras de
nosotras, pero no estábamos solas.
—No lo sé.
—Eso hice.
Era Mell.
—Extrañas.
Se ríe.
Capítulo 7
SOSPECHAS
—salut papa.
—¿Notaste eso?
Y además que recordé que ese grupito oculta algo, algo que
me juré que averiguaría. Así tendría que empezar a
involucrarme con ellos.
La suelto.
Nos sentamos.
No lo entendía.
•
Cuando salimos a almorzar, Flavia se acerca de inmediato a
mi.
—Hmm si tú lo dices.
—¿Quién?
Genial.
—Así es.
—¿Por que estás aquí? Tan lejos —lo miré un poco más
interesada.
Asentí entendiéndolo.
Capítulo 8
EL LAGO
Se ríe.
—¿Entonces?
—¿Por que eres tan impaciente? —niega con la cabeza— Te
llevaré a un lugar y ya, no lo pienses tanto.
Yo hago lo mismo.
Fruncí el ceño.
—¿Qué es mate?
—No lo sabía.
—Tampoco lo hacía.
—¿Y ahora lo haces?
No respondió.
—Dirás a ti.
Bueno, era obvio que Elder podía salir a la hora que quería y
nadie decía nada.
—Pues sí, a mi.
—Vámonos entonces.
—¿Por qué?
Capítulo 9
LLUVIA
Era la cocina.
—Yo pensé.
Apenas se conocen.
Apenas se conocen.
Apenas se conocen.
—Levántate.
—Tres...
—Dos...
Luego se va.
Asentí.
—Está bien.
Te cuento luego :)
Él medio sonríe.
—¿Y tú?
Se removió.
—Elder.
Capítulo 10
LUZ DE MAÑANA
Suspiré profundo.
—Bien ¿y tu?
Se encoge de hombros.
—¿Qué cosa?
Solo había una persona que pudo haber hecho eso, y fue el
mismo Elder, ¿quien más? Noté que varios chicos pasaba por
nuestra mesa y me miraban raro. Me sentía muy incómoda
con esta situación.
¡Maldita sea! ¡Soy una imbecil por confiar en él! Elder es una
basura y merece estar solo. Merece no encontrar la felicidad
nunca. Merece lo malo que le pase. Subí escaleras, busqué
en las secciones, en los lockers, en la cafetería y nada. No lo
encontraba por ningún lado ¿en donde estará?
—Ven, te llevo.
Capítulo 11
EL GOLPE
Qué inútil.
—¡Te mereces eso y más! —le dije, si él estaba enojado
entonces yo lo estaba más.
Elder asiente.
Dudé.
Nos sentamos.
Wade Wickham
Es lindo.
"¿Qué se siente ser una más que pasa por la cama de Elder
William?" Decía.
—Soy yo.
Contrólate.
¿Wuddie?
—Así es.
El se ríe.
Carraspeé.
—¿Qué te parece si después de clases almorzamos juntos
para que me platiques qué es lo que has hecho en todo este
tiempo? —propone.
—Lo sé.
—Fui muy claro ayer contigo, Amara, te dije que eres mía y
no pienso compartirte con nadie más, ¿entiendes? —su
mirada se oscurecía cada vez que hablaba de estas cosas, lo
pude notar. Pero no podía creer que siguiera con el maldito
juego de ayer. Ya logró lo que quería ahora que me deje en
paz.
—No. Soy. Tuya —le dejé claro en tono pausado, para que
entendiera de una buena vez— No tienes derecho sobre mi
así que puedo salir con quien yo quiera, ¿ok? Quítate.
Lo veo.
Capítulo 12
CULPABLE
Wade sonríe.
Él asiente.
—Lo sé.
—Mi padre tenía cosas que hacer así que... yo estaba mejor
aquí. —respondí sintiéndome un poco nerviosa por su
cercanía, además que no le diría las verdaderas razones que
me llevaron a aceptar venir aquí. Sería vergonzoso para mí.
Él ríe.
—Dime.
—¿Qué?
—¿Quienes?
—¿Yo que tengo que ver? —quise saber. No era mi culpa que
esos dos chicos se estuvieran peleando así que nada tenía
que ver aquí. No me importaba lo que le pasara a Elder. —
¿Sabes qué? Yo me voy —iba a dar media vuelta pero ella
me detuvo.
—Escúchame...
—Amara —ahora es Mell quien se acerca y me dice algo al
oído—: Louis habló sobre unas fotos con Elder y por eso se
están pelando, ¿me puedes decir qué pasa?
Maldición.
Maldición.
Maldición.
Él suspira.
¿Era bipolar?
—Elder.
Dios.
—No puedo hacer esto —le dije— ¿crees que soy tonta? No
caeré de nuevo en tu juego. ¿Qué harás después? ¿Dirás
que me trajiste al bosque para follarme? —me alejé—
Olvídalo, Elder, no confío en ti.
Temía que fueran mis fotos ese "algo nuevo de que hablar"
porque si era así preferiría que pensaran sobre Elder y yo a
qué me vieran así.
—Te acompaño.
—Está bien.
—Claro, dime.
—¿Segura?
Y se va.
—Es solo Mell, ¿por qué hacen tanto alboroto? —nos dice
Flavia.
Capítulo 14
LA PIJAMADA
Rieron.
—¿Qué haces?
Ay, Dios.
—Al fin llegas, ven, siéntate con nosotros —me anima Mell.
Estaba sentadas en un círculo y había una botella de cerveza
en el centro. Al parecer estaban jugando algún juego.
¿Qué? ¿Que les pasa? ¿Están bien? Porque más bien parece
una orgía de mujeres. No lo haría.
—¿Qué?
—Está celosa.
Me río.
—¿Celosa de que?
Oh.
—No lo creo.
Capítulo 15
TRAMPA
—Así es.
¿Qué le pasa?
—Está bien.
Desconocido:
—No me tardaré.
¿Y si es una trampa?
Qué extraño.
¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué hago esto? Puede ser
peligroso, o simplemente puede ser una broma de Mell. No
lo sé, todo puede pasar. En la esquina de un árbol noté otro
papel.
Capítulo 16
LA VÍCTIMA
¿Estaba muerta?
Se giraron a mi.
Lo pensé.
Eso solo me confirma que él tenía algo que ver en todo esto.
Capítulo 17
EL PACTO
—¿Como estas?
—Bien —miento.
—¿Bien?
—¿Qué decía?
Lo miro horrorizada.
Asiente.
Me pongo de pie.
—Eso creo. Y estoy muy feliz por ellas —la miro y sonrío, es
una sonrisa hipócrita que espero que haya entendido.
Vuelvo a mi cuaderno.
—Claro, ¿sabías que Elder salió con Melania? Creo que él le
daría un regalo por haber cumplido una semana juntos.
Casi reí.
Qué ridiculos.
Capítulo 18
CRIATURAS
Me pongo de pie y las miro: se veían tan cómodas las dos allí
que se me hizo feo unirme a ellas e incomodarlas.
—¿Y?
Ellas sonrieron.
Oh.
—Te quedan tres minutos, Amara —me dice Elder del otro
lado de la puerta.
—Agh, qué insoportable —me quejo.
—No es cierto.
—No.
Se detiene y me mira.
—Quiero que no hables más con Mell —dijo de repente.
—¿Mell es...?
Dudé.
Antes pensaba que las cosas reales eran sólo las que
conocíamos, pero había más. Habían otras criaturas a parte
de nosotros.
Sonreí de lado.
Capítulo 19
LA FOGATA
Él frunce el ceño.
Jamás.
Casi reí.
Reí.
—Ya quisieras, Elder William, ya quisieras —me separé de él
y empecé a caminar— Muévete que quiero regresar
temprano.
—Sí.
Me zafé de su agarré.
—Llegamos.
Pero no me contestó.
Capítulo 20
LA CINTA
Sentí escalofríos.
—¿Ahora me crees?
Lo miré.
—Eso creo.
Elder suspira.
Su toque es cálido.
—Por supuesto que sí, esas bestias son asesinos así que es
obvio que me aterran —respondí con sinceridad.
Y cerré.
Estaba mojado.
¡Dios mío!
—Está bien, te dejaré dormir aquí solo por esta vez pero
suéltame —acepté, aceptaría lo que sea para evitar sentir...
eso bajo de mi.
—Elder...
—Shhh no hables.
—Está bien.
—¿Te divertiste?
—¡Ey, William!
Era mi oportunidad.
—Creo que iré al baño —les digo a mis dos amigos a la par
mientras me pongo de pie.
No se dio cuenta.
Elder William.
Pierce Chevallier.
¿Qué tiene que ver mi padre con esas donaciones, con esa
fecha y con este lugar? Tendría que hablar muy seriamente
con él. Dejé las hojas a como estaban y guardé todo en su
lugar, rodeé el escritorio para salir pero olvidaba las llaves.
Me volví sobre mis talones y las tomé, sin embargo, sentí
cuando la puerta principal se abrió, cosa que hizo que me
quedara estática en el mismo lugar.
Joder.
Capítulo 22
VÍNCULO
—¿Segura?
—Así es.
Él ríe.
—Amara, eres tan ingenua —se sienta en la silla del director
y pone sus pies encima de la mesa como si estuviera en su
propia casa.
•
Huir del pasado me estaba resultando más difícil de lo que
creía. El problema es que huí, no lo enfrenté, y éste por eso
me persigue.
—Sé que no. Sea lo que sea por lo que estés pasando yo
estaré aquí para ti. Puedes confiar en mí porque yo no te
juzgaré.
—¡Bájame!
Me tensé.
No otra vez.
Se queda callado.
¿Será posible...?
Elder ríe más fuerte, una risa que me hizo sentir... tonta. Era
verdad, Elder William no podría ponerse celoso de mí. En el
fondo me dolió un poco, lo admito, pero me tragué ese dolor.
No le daría el poder de hacerme sentir mal.
Lo miré.
Y le creí.
Se acerca más.
—Porque no.
—¿Por qué me dices todas estas cosas? ¿Por qué eres así
conmigo? ¿Por qué estando aquí eres diferente y cuando
volvemos a clases eres otro?
Él suspira.
Genial.
—¿Seguro?
—¿Qué? Yo...
Capítulo 24
DUDAS
—No me toques.
Él sonríe un poco.
—¿Eso en un sí?
¿Me arrepentiría después?
Probablemente.
—Sí.
El de Melania, pensé.
—¿Tú crees?
—Ven aquí.
—Voltéate —mandé.
—Elder, no soy como las otras chicas con las que estas
acostumbro a salir —le dije pero no lo miraba.
Dios mío.
Capítulo 25
JUNTOS
—¡Elder!
—Cuidadito —amenazo.
Gemí.
—Sí.
—¿Te gusta?
—Sí.
—¿Segura?
—No importa.
¡Mierda!
Yo estaba jadeante.
Gemí.
Maldita sea.
Elder gimió.
—Sí —exclamo.
—Dios —susurré.
Capítulo 26
EL MISMO
—¿Qué pasa?
Ella suspira.
—¿Eso dijo?
—Está bien.
Sonreí.
—Ni yo.
—No hay nada que nos lleve a saber qué fue lo que pasó. Es
obvio que fueron lobos pero ¿por qué no quieren que se
sepa? ¿Por qué incinerarlas para no dejar rastro? Eso me
tiene sin dormir.
—¿Por qué?
Mi mano picó.
Capítulo 27
PELEA
•
Cuando salimos de la clase de matemáticas, Elder me
intercepta en el pasillo.
Lo leí:
Esto tiene que ser una trampa como la de la otra vez, sería
idiota si caigo. Pero también pensé en que quizás sea
Melania queriendo desquitarse de mí y sería muy cobarde de
mi parte si no voy. Sabía que esa chica no se quedaría así
como así. Melania era de esas que querían ganar a cómo
diera lugar.
Capítulo 28
RAPTADA
Cadenas, pensé.
Genial.
—Entonces vete y avísame cómo está todo por allá —le dice
Melania— Me quedaré sola con ella.
—¿Estas segura?
—Sí, ya vete.
La miré.
Ella se rió.
—Solo es algo pasajero, tonta —me rodea también— Luego
te botará como a todas.
—No puede ser ¿eres tú? Con mucha más razón tengo que
quitarte de su camino —en cuanto ella planea acercarse
para atacarme, yo me acerco al bulto de cosas y se los hago
caer encima. Ella cae al suelo intentando esquivar todo, pero
no puede. Subo las escaleras lo más rápido posible y salgo
del sótano. Me doy cuenta de que estoy en la casa de Elder.
Apresuré el paso y salí por la puerta principal. El día estaba
nublado, parece que llovería pronto.
Mierda.
Es mi fin.
Capítulo 29
MENTIRAS
—Lo sé —responde.
Fruncí el ceño.
—¿Nosotros? —inquirí.
Me sobé la sien.
Elder.
Se acerca.
Suspiró.
—¿Eres un asesino?
No respondí.
—¿Qué pasa?
No dice nada.
No me jodas.
Capítulo 30
LOS VERDADEROS ENEMIGOS
Tragué grueso.
—No te entiendo.
Mierda.
—Karla siempre ha sido excluida por todos en la manada de
Elder. Este año ambos ideamos un plan para destruir a Elder
y su pequeño imperio. Pero no contamos que este año
vendría su querida mate a su rescate. —Wade aún me
apuntaba con esa pistola y eso me ponía muy nerviosa.
Wade se ríe.
Wade arranca.
—No te creo —me soca las cadenas de las manos. Eso hace
que haga una mueca de dolor pero me contengo. Estaban
muy apretadas que hasta se estaban poniendo rojas— Lo
dices solo para despistarme —de pone de pie— Pero no lo
lograrás —se va.
Era ella.
La miré.
—Dime.
—Listo.
Lo miré.
Capítulo 31
OTRA OPORTUNIDAD
—¿Qué pasa?
—Elder, por favor habla de una buena vez —me puse de pie
cruzándome de brazos.
Espera... ¿qué?
—¿Me convirtió?
Asintió.
—¿En qué?
Qué extraño.
—Alemania.
—Ve tranquilo.
Sonríe.
Un mes después...
—Te entiendo.
—No.
Melania jamás volvió al colegio así que las cosas desde ese
día han estado tranquilas. Nada interesante volvió a pasar
por aquí. Mell no resultó ser la mala así que le dimos una
oportunidad en nuestro grupo de amigas.
—Sí, eso creo.
—¿Cómo?
Y se va.
Torneo de Hockey.
Octubre.
Parte loba.
Nada feliz.
Capítulo 32
REGRESO
Se ve un poco hipócrita.
Me hizo convivir con ella todas las vacaciones para que nos
conociéramos más, pero no, la evitaba todo el tiempo. Esa
chica me odia y la odio. Respecto al nombre de mi padre en
los papeles de los donadores en el colegio, lo que me dijo
fue que quería ayudar. Donar algo de su dinero no lo iba a
dejar en la calle así que por eso lo hizo. Se lo creí.
Elder.
—Papá—llamé su atención.
Ellos me miran.
—Ya estas lista. Vamos al auto, perderás ese avión —él abre
la puerta y sale con su mujer, mientras que yo los sigo.
—Algo así.
—Te entiendo, la primera vez que tuve que ir a un internado
en Suecia no conocía a nadie y... —Alessandra empezó a
decir uno de sus tantos monólogos, había notado que
hablaba mucho. Y todo el viaje al aéreo puerto estuvo
hablando.
Me tensé.
El auto se va.
Genial.
Me tapé de inmediato.