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Pasaron las horas y finalmente nos pudimos ir a la casa con mi tío, llegué
cansada de estar allá toda la tarde. Eso se repitió por varias semanas, iba
ayudaba en las clases y me devolvía, en ese tiempo no volví a ver a Matías,
hasta que un día íbamos de salida con mi tío y apareció Matías para pedirle
un favor a mi tío.
- Andrés me dejo la ruta, será que me puede acercar a la casa por favor, dijo
Matías.
- Si hágale, no hay lío, dijo mi tío.
Me miró y nos saludamos normal. Nos subimos al carro y yo me hice
adelante por ser la consentida. Matías no hacía sino mirarme por el espejo y
yo trataba de no ponerle casi cuidado. Él le explicó a mi tío donde lo dejara,
llegamos al punto y Matías se bajó, sonrió y me dijo
- Espero verte más seguido, por supuesto me dio mucha pena y me puse súper
roja. Él se fue, yo me subí al carro y todos me empezaron a molestar.
Estando en la casa entre a mi red social y tenía una solicitud de amistad de
Matías Cepeda, yo quede impactada, por alguna razón extraña se me dibujó
una sonrisa de oreja a oreja. Me quedé pensando si aceptar la solicitud o no,
hasta que por fin me decidí y le di ACEPTAR.
A los segundos ya tenía un mensaje de Matías, donde decía
*Chat*
- Hola rabona
- Hola distraído
Así estuvimos hablando por un buen rato, me pregunto porque iba al colegio
tanto, le comenté todo y quedamos en cuadrar un día para hablar, nos
despedimos y yo me fui a dormir con una cara de ponqué y pensaba en lo
guapo que era Matías
.
La siguiente semana
Mi rutina volvió a ser la misma, pero ese día cuando llegué por la tarde al
colegio me di cuenta que Matías me estaba esperando en portería, al verlo
me sorprendí mucho, me acerqué a él y nos saludamos, me dijo
- Tengo que hablar contigo
- Para qué sería, le respondí
- Tienes tiempo o vas de afán, me pregunto
- Voy tarde, mejor nos vemos en el recreo, le dije
- Bueno, me respondió de una manera seca y cortante
Fui a la clase y se me hizo eterna de solo pensar que era lo que Matías
quería decirme no podía concentrarme con los niños, así que salí un
momento al baño a tomar aire para estar en la mejor disposición para ellos.
Cuando volví el profesor me preguntó
- Te pasa algo, ¿estás bien?
- Solo estoy un poco agotada profe, le dije
- Si quieres irte ya, puedes hacerlo no hay ningún inconveniente, mañana nos
vemos
- Bueno profe, gracias. Al salir del salón le escribí a Matías y le avisé que ya no
estaba en clase.
Nos vimos en una parte del colegio donde no circulaban muchas personas,
un lugar bastante solitario por cierto, yo estaba de espaldas cuando llegó él
y me abrazo por detrás, me apretó tan duro que sentí un enorme paquete
que se me hizo demasiado excitante, volví a sentir un escalofrío en todo el
cuerpo y me volteé para que quedáramos de frente. En ese momento Matías
me beso, no supe qué hacer, solo opte por seguirle el beso, este fue bastante
caliente y apasionado, digo caliente porque me hizo sentir cosas únicas que
para mí hasta el momento eran desconocidas. Nos separamos y
acompañamos eso con una sonrisa, yo le dije
- ¿Y eso que fue? ¿Qué pasó acá?
Matías me volvió a acerca a él para besarme de nuevo, pero esta vez me
acerco tanto a él que me rozo su enorme paquete sobre mí, el beso fue aún
más excitante, al punto que yo sin darme cuenta baje la mano y se lo toque,
a él le gusto y bajo las manos para apretarme las nalgas. Empecé a sentir
calor, mucho calor en todo el cuerpo y una humedad en mi vagina. Lo
separé de mí y le dije aquí no es el sitio.
- Entonces donde, me dijo
- Tú crees que voy a estar acá contigo, le pregunté yo
- Pues ya estamos entrando en calor, aprovechar de una vez. Yo lo mire con
una rabia que lo único que sentía en ese instante era ganas de cachetearlo y
así lo hice, le pegue una cachetada que le deje la mano marcada, decidí irme
y dejarlo ahí tirado.
Iba hacia la oficina de mi tío, pero primero entre a un baño y expulse toda la
rabia que tenía contra el lavado de manos. Le di un golpe tan fuerte que se
me puso la mano roja y se hincho de una vez, al ratico estaba llorando del
dolor y la rabia, trate de calmarme y seguir el camino. No fue mucho lo que
mi tío se demoró y nos fuimos para la casa.
Al llegar a la casa tenía mucho mal genio, ahí si como dicen estaba que me
llevaba el diablo, no quería seguir pasando por lo mismo, no quería sufrir ni
nada por el estilo. Sin embargo, Matías me estaba llamando mucho la
atención, además porque era demasiado guapo y tenía prácticamente todo lo
que me gustaba en un hombre.
Por varios días no quise hablar con Matías, ni saber cómo estaba ni nada.
En ese tiempo me dedique a pensar que era lo que yo realmente quería, si
estar con Matías o simplemente dejarlo pasar.
Tuve unos días caóticos en el colegio donde estudiaba, así que no podía ir a
ayudar a las clases en el otro lado. Hasta después de tres semanas pude
volver y apenas llegué al colegio vi a Matías hablando con un grupo de
chicos que en el momento no preste atención, pero luego me di cuenta que
era el mismo grupo con el que me había estrellado aquel día, estaban
mirándome demasiado y a los cinco minutos me llego un mensaje de Matías
*Chat*
- Por favor quiero que nos veamos, no me ignores más
- Nos vemos donde la vez pasada, besos (emoticón beso)
- ¿A qué hora nos vemos?
- Te escribo cuando salga.
Estuve en la clase con los niños, fue muy divertida, realmente casi siempre
eran así, pues los niños son un amor, con besos y abrazos me dijeron entre lo
poco que sabían pronunciar.
- Teacher te extrañamos.
Todo fue común y corriente, se acabó la clase y era la hora del recreo, o sea
hora de verme con Matías, le avise y me fui al lugar de la cita con los nervios
de punta y no teniendo ni puta idea que iba a hacer, solo sabía que mi
cuerpo lo deseaba de alguna u otra manera. Antes de que yo llegará Matías
ya estaba ahí esperándome. Nos saludamos con un tierno beso, Matías me
dijo
- Perdóname por lo del otr… no lo deje terminar y le puse el dedo en la
boca
- No te preocupes, pasa que con ese beso sentí cosas inexplicables y para
mí no era el momento ni el lugar de hacer lo que nuestros cuerpos pedían,
por eso razón reaccione de manera agresiva.
Me agarró por la cintura y me beso, nuevamente sentí como todo mi cuerpo
ardía de pasión, sentí que ya no me importaba nada, solo quería probar eso
que tanto el restregaba ante mí. Casualmente donde nos encontrábamos
había un cuarto oscuro que casi siempre estaba solo, ese día pareciera que
todo estuviera jugando a nuestro favor, yo estaba nerviosa porque para mí
era algo totalmente desconocido, tenía miedo, pero se iban con las ganas que
sentía por estar con Matías, su mirada me decía lo mucho que me deseaba y
lo mucho que quería estar conmigo.
Entramos al cuarto y pusimos seguro a la puerta por si cualquier cosa.
Seguimos besándonos hasta que la ropa se fue cayendo de a poquito, no
dejábamos de estar abrazados hacía un frío impresionante. Quedamos
totalmente desnudos y por primera vez tenía un pene al frente y lo tenía en
mis manos, era muy grande pues estaba erecto, tocarlo me parecía algo
súper excitante y ni se diga cuándo Matías me dijo
- Haz lo que se te antoje con el, yo me arrodille para cogerlo e ingerirlo en mi
boca, eso fue demasiado excitante y placentero para ambos.
Dure un buen rato brindándole placer, su cara me demostraba lo mucho que
le gustaba lo que yo estaba haciendo. En un momento me alejo de él y me
acostó sobre la chaqueta en el suelo, me abrió las piernas y empezó a
besarme la pelvis, fue bajando y comenzó a jugar con mi clítoris, lo mordía
de una manera muy sutil, lo succionaba y volvía a lamer. En esos instantes
sentí que mi cuerpo estaba ardiendo de placer, con su lengua hacía
movimientos para que yo me retorcía de placer, se me salían gemidos de a
poquito, el placer que sentía me iban a volver loca en ese pequeño espacio.
En un momento paro, me miro a los ojos y me pregunto:
- ¿Estas lista?
- Si, Matías follame por favor, mi cuerpo ardía de placer y fue lo único que le
pude decir.
Sus embestidas cada vez eran con más salvajismo, mis piernas temblaban
de placer y por un momento quise ser yo quien tuviera el control, así que
cambiamos de posición. Matías quedó en el suelo y yo encima de él. Me
senté, cogí su pene y me lo introduje en la vagina, y lo mire a los ojos, él me
cogió de la cintura y yo empecé a ser movimientos suaves arriba y abajo,
luego de un rato cabalgaba sobre Matías como si no hubiera mañana, me
sentía poderosa sobre ese hombre y me encantaba sentir su enorme pene
dentro de mí, no había cosa más deliciosa y excitante en el mundo que eso y
la excitación llegó al punto máximo cuando él se vino y logramos una
conexión única.
Por un momento se nos olvidó el lugar en el que nos encontrábamos y
escuchamos a alguien acercarse al cuarto y nos asustamos muchísimo, tan
así que nos vestimos en menos de 5 minutos, salí primero para avisarle a
Matías que no había nadie por ahí y que todo estaba normal. La ventaja de
ese colegio es que tiene atajos por muchos lados, entonces Matías se fue por
un lado y yo entre a uno de los baños.
Me vi al espejo y estaba como una loca, literal estaba muy despeinada y mal
vestida, trate de medio organizarme para no levantar sospecha. Todavía
quedaban diez minutos de descanso y fui a saludar a mi tío y sin yo cruzar la
puerta inició con el interrogatorio.
- Usted dónde estaba, me preguntó muy serio
- Por ahí dando una vuelta, ¿por qué?
- La he estado llamando y usted no contesta, me dijo un poco alterado
- Usted sabe que a mi acá no me coge casi la señal, entonces no es mi culpa y
no me quedo en la oficina porque me aburro
- Jumm, refuto, váyase que ya tiene clase
- Chao nos vemos más tarde
Salí de esa oficina con una sonrisa de oreja a oreja, como si me hubiera
pasado lo mejor de la vida, en ese preciso momento creía que era así. Llegue
al salón y los niños estaban muy alborotados, los trate con toda la paciencia
del caso y la clase fluyó de manera tranquila, los niños se portaron bien y
participaron en todo lo que se les explicó.
Llegaron las 6 de la tarde y se acabaron las clases. Matías me escribió y me
dijo
- Amor ya estoy en la ruta, te aviso cuando llegue a la casa
- Bueno (emoticón beso)
Fui donde mi Tío para irnos, el noto que estaba más feliz que una lombriz,
pero no quiso preguntarme nada, él nunca se metía en las cosas de uno, más
bien era bastante reservado. Nos montamos al carro y puso música, nos
fuimos cantando todo el camino, había una canción que nos gustaba mucho y
la cantamos a grito entero.
Por si no te acuerdas
Yo estuve en tus zapatos
Fuiste mi verdugo y la culpable
De que hoy me alivie tu fracaso
Hoy que te arde el alma
Y te cuesta cada paso
No vengas a pedirme que te abrace
Y que recoja los pedazos
No vengas porque así me sentí
Me sonó el celular y era el mensaje de Matías donde me avisaba que ya
había llegado, no le respondí en el momento y le escribí solo hasta que llegue
a la casa. Hablamos por un buen rato
*Chat*
- No pensé que me fuera a sentir tan bien, le dije
- Y te vas a seguir sintiendo mejor mi amor, te prometo que así será.
- No me lo prometas, cúmplelo ¡por favor!
Nuevamente en la cena hable con mi mamá y ella me decía que me notaba
algo extraña o que notaba algo diferente en mí, le cambie el tema y
hablamos de otras cosas menos aburridas. Cuando me fui a descansar, me
conecte los auriculares y escuche música por un buen rato, pensaba si lo que
había hecho estaba bien o la había embarrado en algo, quizás en estar con
un extraño que decía quererme y no sabía si realmente era así. Esa noche
pasaron muchas cosas inciertas por mi cabeza, no le hallaba lógica a nada,
realmente no logré conciliar el sueño.
Lamentablemente al otro día tenía que madrugar y como no dormí nada, me
levante con unas ojeras terribles, pareciera que hubiera llorado toda la
noche, lo único lindo de cuando me desperté fue el mensaje de Matías.
*Chat*
- Buenos días princesa, espero tengas un gran día, yo le respondí
- Buenos días, espero que tu igual
Ese día hablamos muy poco realmente, yo estaba algo ocupada y estresada
con cosas del colegio, estaba finalizando once y el proyecto de grado me tenía
algo estresada. Matías me escribía todo el tiempo para saber si iba al colegio
o no, la verdad sentía mil cosas y tampoco quería hablar con él, así que le
hable hasta en la noche
*Chat*
Pasaron como dos horas y él no me respondía así que supuse que estaba
enojado y le volví a escribir
- Oye perdóname enserio por ser tan ingrata, mañana nos vemos ¿sí?, después
de esperar un buen rato me escribió y me dijo
- Sí, quiero verte, hablamos mañana estoy cansado, besos.
Con ese último mensaje me di cuenta que estaba muy enojado, pero no quise
pensar nada que tuviera que ver con él y lo que había sucedido, tampoco
discutir por alguna bobada sin sentido entonces mejor cene y me acosté a
dormir, necesitaba descansar, ese día fue demasiado caótico.
Se llegó un nuevo día que pintaba de mil maravillas, me levante muy feliz,
pero esta vez sin mensaje de Matías, yo sabía que estaba enojado, así que le
escribí yo
- Buenos días señor Matías, espero verte muy guapo como siempre el día de
hoy, besos
Eso hizo que me fuera al colegio con una sonrisa de oreja a oreja, donde
todos se preguntaban porque estaba tan feliz, en la puerta me encontré a
una de mis mejores amigas del colegio, ella se llamaba Daniela, éramos
inseparables desde que tengo memoria, nos dimos un enorme abrazo y me
dijo
- Me tienes que contar todo lo que está pasando con ese tal Matías
- Claro que si amiga, en el descanso te cuento absolutamente todo
Nos fuimos corriendo para clase porque como raro íbamos tarde las dos, en
el colegio cerraban puertas a las 6:30 am y nosotras siempre íbamos tarde,
el coordinador ya nos conocía y nos decía
- Rápido señoritas que ya se va a cerrar
Entramos al salón y nos sentamos en el rincón de siempre, el rincón de
nuestras locuras, nuestras risas, nuestros llantos, casi todo lo habíamos
vivido ahí. Las clases fueron bastante aburridas, pues Daniela estaba re
ansiosa porque le contará lo que había pasado con Matías, yo no confiaba en
otra persona como confiaba en ella. Se llegó el descanso y me jalo del brazo
para que saliéramos de primeras y escogiéramos un lugar donde nadie nos
molestara para poder contarle todo.
Le conté que habíamos estado juntos y que me estaba gustando mucho, pero
que me daba miedo arriesgarme y otra vez equivocarme, con él había
experimentado algo que con nadie más había hecho, eso de alguna manera
nos unía. Ella en cada cosa que le contaba pegaba un brinco de asombro y
felicidad que me daba risa, pero yo le decía que disimulara porque había
mucha gente mirándola y pega un grito
- No me importa cómo me miren yo soy feliz si tú lo eres, y me abrazo, luego se
calmó y me dijo Si tú quieres arriesgarte hazlo, al fin y al cabo nada puedes
perder.
Las clases fueron igual que siempre, muy sencillas y todo, pero los niños de
hoy son los más insoportables y mamones, son inquietos y bullosos, yo ni les
ponía cuidado e incluso en muchas ocasiones me hacían reír y el profesor se
molestaba porque yo tenía que estar seria con ellos. Se acabó esa pequeña
clase tediosa y llegaba de verme con mi amor aventurero.
Le avise y nos vimos, me cogió a picos de una manera tan tierna que yo
juraba que lo que estaba viviendo era un sueño y no me quería estrellar.
Matías me dijo que teníamos que hablar, porque él estaba sintiendo cosas
fuertes por mí y quería que hiciéramos las cosas bien.
- Como así que quieres hacer las cosas bien, le dije yo, no te entiendo
- Antes de explicarte ven y me das un beso, me dijo