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El amor y el sexo son dos drogas  


que no se combinan.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
Tan callada, tan sumisa, tan poca cosa para la sociedad. Así crecí yo, con 
este pensamiento me fui formando durante toda mi niñez y adolescencia. 
Siempre fui débil ante todo el mundo, me podían humillar y me quedaba en 
silencio, inclinaba mi cabeza hacia el suelo sin palabra alguna. Esto siguió 
igual durante muchos años, en este tiempo conocí muchas personas que me 
lastimaron, me volvieron más débil y más sumisa. 
Un día como cualquier otro llegue a mi casa, muy cansada y aburrida de 
todo, decidí cambiarme de ropa y poner algo de música, tenía el reproductor 
en aleatorio y justo en ese momento salió una canción de esas romaticonas 
que te hacen abrir los ojos y ver las cosas de diferente manera. Se me 
vinieron muchas cosas a la cabeza, todo lo que sentía en ese momento se 
unió y mi mejor opción fue llorar, casi no me gusta hacer eso, pero como 
siempre estaba sola, es mejor hacerlo así. Llore y llore hasta no poder más y 
la música de fondo me ayudaba expresar mejor lo que sentía 
Suelta mi mano ya por favor 
Entiende que me tengo que ir 
Si ya no sientes más este amor 
No tengo nada más que decir 
No digas nada ya por favor 
Te entiendo, pero entiéndeme a mí 
Cada palabra aumenta el dolor 
Y una lágrima quiere salir 
  
Después de una rato ya me calme y fui al baño 
- Ya no puedo seguir con esta mierda. Me mire al espejo y me 
lave la cara, de tanto llorar se me hincharon los ojos bastante.   
Seguí escuchando música, me puse a hacer algunos deberes que tenía 
pendientes y tratar de no pensar en cosas negativas. Cuando se llegó la 
tarde noche mi mamá volvió de trabajar, su nombre era Cinthia. 
Mi mamá siempre ha sido una mujer trabajadora y luchadora. Ella quedo en 
embarazo muy joven, a la edad de los 20 años, le tocó hacer todo sola, pero 
yo jamás fui un impedimento para que ella estudiara y saliera adelante, al 
contrario fui su mayor motivación para hacer todo lo que quería en la vida. 
Hablamos con mi mamá un rato mientras cenábamos, yo prepare una pasta 
a la boloñesa, esa era nuestra comida favorita. Mi mama me conto que su 
día había sido bastante agotador, tenía inconvenientes en la empresa y yo le 
dije que mi día había sido muy normal como siempre, aunque muy en el 
fondo de mi corazón no era así. Pasamos un buen rato hablando y ya 
después cada una se fue a descansar en su habitación. 
En mi habitación no quise encender la tv ni nada, solo me conecte a mis 
auriculares y escuche música mientras me cogía el sueño, pero me puse a 
pensar que ya era hora de un cambio, sentí que debía dejar de ser la sumisa, 
la derrotada y la que todo el mundo puede humillar. Debía ser una mujer 
nueva con mucho carácter y empoderamiento, una mujer que disfrutaba la 
vida. 
  
 
Dos semanas después 
Tuve que dirigirme a otro colegio a realizar unas prácticas, estando allá los 
demás estudiantes me miraban extraño, así que trate de no mirar a nadie 
mientras iba a la oficina de mi tío donde me estaba esperando el coordinador 
de primaria, quien me diría que tendría que hacer con los niños, me distraje 
un poco en el celular y sin querer me tropecé con un grupo de estudiantes e 
inmediatamente me puse roja como un tomate, pues todo el grupo era de 
sólo hombres. 
- Que pena no me fijé por donde iba​. 
 
Uno de los muchachos que por cierto a mi concepto era bastante guapo, sólo 
sonrió, (pero qué sonrisa tan sexy) y siguieron su camino. 
Llegue a la oficina y mi tío estaba algo ocupado así que me senté y lo espere, 
mientras lo esperaba pensaba en el chico de sonrisa sexy, me preguntaba si 
tenía novia, en qué curso iba y cuantos años tenía, mil preguntas rondaban 
por mi cabeza mientras estaba en esa oficina. 
Mi tío me llamó para hablar con Jaime, el coordinador, él me explicó que iba 
a ser el apoyo de un profesor en las clases de inglés, donde iba a estar al 
pendiente de unos niños y ya. En eso también me comentaron cómo era la 
formación de los niños de allá, pues la zona donde está el colegio es muy 
humilde y algunos niños tienen algunas dificultades con su aseo personal y 
alimentación.  
Ese día realmente no hice nada, solo fue una socialización tanto con el 
colegio como con los niños. El resto de la tarde quede sin hacer nada y tenía 
que esperar a mi Tío para irme con él a la casa. Me dio mucha pereza 
quedarme en la oficina, así que quise ir a conocer un poco el colegio, este era 
bastante grande, tenía una biblioteca gigante con mil libros maravillosos de 
todos los temas posibles, tanto para niños como para grandes, era realmente 
increíble. Cuando se llegó el recreo me fui para donde mi tío porque seguían 
mirándome extraño, creí que de pronto veía al chico guapo, pero no. Entre a 
la oficina y él estaba ahí, me sonroje un poco y mi tío me pregunto   
- ¿Qué le dijeron?, yo le respondí 
- No nada en especial, solo que mañana iniciaba. En ese momento me sentí 
súper intimidada porque el muchacho solo me miraba y le dijo a mi tío  
- Tiene una sobrina muy linda, pero es como algo distraída. Yo por supuesto 
me puse de mil colores y mi tío le dijo 
- ¿Cómo así? 
- Si ella iba distraída en el celular y se estrelló con todos nosotros, a lo que yo 
refute 
- ¡Si no estoy mal les pedí disculpas! lo dije con un tono fuerte. Él abrió los 
ojos y dijo 
- Si tranquila, solo estoy diciendo, mi tío se empezó a reír y dijo 
- Deberían presentarse primero antes de estar peleando  
 
 
Yo estiré la mano y le dije mucho gusto Helen, me cogió la mano y sentí un 
escalofrío espantoso y me dijo -Yo soy Matías Cepeda y le sonreí de manera 
amable. A los segundos de presentarnos el muy descarado va y me dice 
- Deberías darme tu número y así nos conocemos mejor, yo miré a mi tío y 
solté una carcajada y le dijo 

- Creo que hay mejores formas de conocerse y no chateando, primero eso y 


segundo no le doy mi número a cualquier desconocido. Lo que no sabía yo 
es que esas palabras me iban a costar más adelante. 

 
Pasaron las horas y finalmente nos pudimos ir a la casa con mi tío, llegué 
cansada de estar allá toda la tarde. Eso se repitió por varias semanas, iba 
ayudaba en las clases y me devolvía, en ese tiempo no volví a ver a Matías, 
hasta que un día íbamos de salida con mi tío y apareció Matías para pedirle 
un favor a mi tío.  
- Andrés me dejo la ruta, será que me puede acercar a la casa por favor, dijo 
Matías. 
- Si hágale, no hay lío, dijo mi tío. 
 
Me miró y nos saludamos normal. Nos subimos al carro y yo me hice 
adelante por ser la consentida. Matías no hacía sino mirarme por el espejo y 
yo trataba de no ponerle casi cuidado. Él le explicó a mi tío donde lo dejara, 
llegamos al punto y Matías se bajó, sonrió y me dijo 
- Espero verte más seguido, por supuesto me dio mucha pena y me puse súper 
roja. Él se fue, yo me subí al carro y todos me empezaron a molestar. 
 
Estando en la casa entre a mi red social y tenía una solicitud de amistad de 
Matías Cepeda, yo quede impactada, por alguna razón extraña se me dibujó 
una sonrisa de oreja a oreja. Me quedé pensando si aceptar la solicitud o no, 
hasta que por fin me decidí y le di ACEPTAR. 
A los segundos ya tenía un mensaje de Matías, donde decía 
*Chat* 

- Hola rabona 

- Hola distraído 

- Como esta rabona 

- Deja de decirme así 

- Pues como más te puedo decir  

 
Así estuvimos hablando por un buen rato, me pregunto porque iba al colegio 
tanto, le comenté todo y quedamos en cuadrar un día para hablar, nos 
despedimos y yo me fui a dormir con una cara de ponqué y pensaba en lo 
guapo que era Matías 

La siguiente semana  
Mi rutina volvió a ser la misma, pero ese día cuando llegué por la tarde al 
colegio me di cuenta que Matías me estaba esperando en portería, al verlo 
me sorprendí mucho, me acerqué a él y nos saludamos, me dijo 
- Tengo que hablar contigo 
- Para qué sería, le respondí 
- Tienes tiempo o vas de afán, me pregunto 
- Voy tarde, mejor nos vemos en el recreo, le dije 
- Bueno, me respondió de una manera seca y cortante  

 
Fui a la clase y se me hizo eterna de solo pensar que era lo que Matías 
quería decirme no podía concentrarme con los niños, así que salí un 
momento al baño a tomar aire para estar en la mejor disposición para ellos. 
Cuando volví el profesor me preguntó 
- Te pasa algo, ¿estás bien? 
- Solo estoy un poco agotada profe, le dije 
- Si quieres irte ya, puedes hacerlo no hay ningún inconveniente, mañana nos 
vemos 
- Bueno profe, gracias. Al salir del salón le escribí a Matías y le avisé que ya no 
estaba en clase. 

 
Nos vimos en una parte del colegio donde no circulaban muchas personas, 
un lugar bastante solitario por cierto, yo estaba de espaldas cuando llegó él 
y me abrazo por detrás, me apretó tan duro que sentí un enorme paquete 
que se me hizo demasiado excitante, volví a sentir un escalofrío en todo el 
cuerpo y me volteé para que quedáramos de frente. En ese momento Matías 
me beso, no supe qué hacer, solo opte por seguirle el beso, este fue bastante 
caliente y apasionado, digo caliente porque me hizo sentir cosas únicas que 
para mí hasta el momento eran desconocidas. Nos separamos y 
acompañamos eso con una sonrisa, yo le dije 
- ¿Y eso que fue? ¿Qué pasó acá? 

- Helen tú me gustas demasiado y no pude contener las ganas de darte un 


beso, me dijo Matías, yo me sonrojé muchísimo y no supe qué decirle  

 
Matías me volvió a acerca a él para besarme de nuevo, pero esta vez me 
acerco tanto a él que me rozo su enorme paquete sobre mí, el beso fue aún 
más excitante, al punto que yo sin darme cuenta baje la mano y se lo toque, 
a él le gusto y bajo las manos para apretarme las nalgas. Empecé a sentir 
calor, mucho calor en todo el cuerpo y una humedad en mi vagina. Lo 
separé de mí y le dije aquí no es el sitio. 
- Entonces donde, me dijo 
- Tú crees que voy a estar acá contigo, le pregunté yo 
- Pues ya estamos entrando en calor, aprovechar de una vez. Yo lo mire con 
una rabia que lo único que sentía en ese instante era ganas de cachetearlo y 
así lo hice, le pegue una cachetada que le deje la mano marcada, decidí irme 
y dejarlo ahí tirado. 
 
Iba hacia la oficina de mi tío, pero primero entre a un baño y expulse toda la 
rabia que tenía contra el lavado de manos. Le di un golpe tan fuerte que se 
me puso la mano roja y se hincho de una vez, al ratico estaba llorando del 
dolor y la rabia, trate de calmarme y seguir el camino. No fue mucho lo que 
mi tío se demoró y nos fuimos para la casa. 
Al llegar a la casa tenía mucho mal genio, ahí si como dicen estaba que me 
llevaba el diablo, no quería seguir pasando por lo mismo, no quería sufrir ni 
nada por el estilo. Sin embargo, Matías me estaba llamando mucho la 
atención, además porque era demasiado guapo y tenía prácticamente todo lo 
que me gustaba en un hombre. 
Por varios días no quise hablar con Matías, ni saber cómo estaba ni nada. 
En ese tiempo me dedique a pensar que era lo que yo realmente quería, si 
estar con Matías o simplemente dejarlo pasar. 
Tuve unos días caóticos en el colegio donde estudiaba, así que no podía ir a 
ayudar a las clases en el otro lado. Hasta después de tres semanas pude 
volver y apenas llegué al colegio vi a Matías hablando con un grupo de 
chicos que en el momento no preste atención, pero luego me di cuenta que 
era el mismo grupo con el que me había estrellado aquel día, estaban 
mirándome demasiado y a los cinco minutos me llego un mensaje de Matías 
*Chat* 
- ​ Por favor quiero que nos veamos, no me ignores más 
- ​Nos vemos donde la vez pasada, besos (emoticón beso) 
- ​¿A qué hora nos vemos? 
- ​Te escribo cuando salga. 
 
Estuve en la clase con los niños, fue muy divertida, realmente casi siempre 
eran así, pues los niños son un amor, con besos y abrazos me dijeron entre lo 
poco que sabían pronunciar. 
- Teacher te extrañamos. 

 
Todo fue común y corriente, se acabó la clase y era la hora del recreo, o sea 
hora de verme con Matías, le avise y me fui al lugar de la cita con los nervios 
de punta y no teniendo ni puta idea que iba a hacer, solo sabía que mi 
cuerpo lo deseaba de alguna u otra manera. Antes de que yo llegará Matías 
ya estaba ahí esperándome. Nos saludamos con un tierno beso, Matías me 
dijo 
- Perdóname por lo del otr… no lo deje terminar y le puse el dedo en la 
boca 
- No te preocupes, pasa que con ese beso sentí cosas inexplicables y para 
mí no era el momento ni el lugar de hacer lo que nuestros cuerpos pedían, 
por eso razón reaccione de manera agresiva.  

 
Me agarró por la cintura y me beso, nuevamente sentí como todo mi cuerpo 
ardía de pasión, sentí que ya no me importaba nada, solo quería probar eso 
que tanto el restregaba ante mí. Casualmente donde nos encontrábamos 
había un cuarto oscuro que casi siempre estaba solo, ese día pareciera que 
todo estuviera jugando a nuestro favor, yo estaba nerviosa porque para mí 
era algo totalmente desconocido, tenía miedo, pero se iban con las ganas que 
sentía por estar con Matías, su mirada me decía lo mucho que me deseaba y 
lo mucho que quería estar conmigo.  
Entramos al cuarto y pusimos seguro a la puerta por si cualquier cosa. 
Seguimos besándonos hasta que la ropa se fue cayendo de a poquito, no 
dejábamos de estar abrazados hacía un frío impresionante. Quedamos 
totalmente desnudos y por primera vez tenía un pene al frente y lo tenía en 
mis manos, era muy grande pues estaba erecto, tocarlo me parecía algo 
súper excitante y ni se diga cuándo Matías me dijo 
- Haz lo que se te antoje con el, yo me arrodille para cogerlo e ingerirlo en mi 
boca, eso fue demasiado excitante y placentero para ambos.  
 
 
Dure un buen rato brindándole placer, su cara me demostraba lo mucho que 
le gustaba lo que yo estaba haciendo. En un momento me alejo de él y me 
acostó sobre la chaqueta en el suelo, me abrió las piernas y empezó a 
besarme la pelvis, fue bajando y comenzó a jugar con mi clítoris, lo mordía 
de una manera muy sutil, lo succionaba y volvía a lamer. En esos instantes 
sentí que mi cuerpo estaba ardiendo de placer, con su lengua hacía 
movimientos para que yo me retorcía de placer, se me salían gemidos de a 
poquito, el placer que sentía me iban a volver loca en ese pequeño espacio. 
En un momento paro, me miro a los ojos y me pregunto: 
​- ¿Estas lista? 

- Si, Matías follame por favor, mi cuerpo ardía de placer y fue lo único que le 
pude decir. 

Lentamente la cabeza de su pene pasó por mi vagina estimulando la zona, 


realmente estaba muy húmeda y excitada, sin pensarlo dos veces me 
penetro, pero lo hizo de una manera muy suave, él sabía y sentía que era mi 
primera vez. Siguió su penetración con movimientos muy suaves y 
placenteros que como dicen por ahí me llevaban al cielo. 
Fue aumentando la excitación por parte de ambos, Matías aumento el ritmo 
de la penetración y mi cuerpo cada vez pedía más, mucho más y con más 
fuerza, yo no podía hablar duro así que le susurre al odio 
- Dame tan duro como puedas, sé todo lo salvaje que quieras, en ese momento 
eso lo volvió loco. 

 
Sus embestidas cada vez eran con más salvajismo, mis piernas temblaban 
de placer y por un momento quise ser yo quien tuviera el control, así que 
cambiamos de posición. Matías quedó en el suelo y yo encima de él. Me 
senté, cogí su pene y me lo introduje en la vagina, y lo mire a los ojos, él me 
cogió de la cintura y yo empecé a ser movimientos suaves arriba y abajo, 
luego de un rato cabalgaba sobre Matías como si no hubiera mañana, me 
sentía poderosa sobre ese hombre y me encantaba sentir su enorme pene 
dentro de mí, no había cosa más deliciosa y excitante en el mundo que eso y 
la excitación llegó al punto máximo cuando él se vino y logramos una 
conexión única. 
Por un momento se nos olvidó el lugar en el que nos encontrábamos y 
escuchamos a alguien acercarse al cuarto y nos asustamos muchísimo, tan 
así que nos vestimos en menos de 5 minutos, salí primero para avisarle a 
Matías que no había nadie por ahí y que todo estaba normal. La ventaja de 
ese colegio es que tiene atajos por muchos lados, entonces Matías se fue por 
un lado y yo entre a uno de los baños. 
Me vi al espejo y estaba como una loca, literal estaba muy despeinada y mal 
vestida, trate de medio organizarme para no levantar sospecha. Todavía 
quedaban diez minutos de descanso y fui a saludar a mi tío y sin yo cruzar la 
puerta inició con el interrogatorio.   
- Usted dónde estaba, me preguntó muy serio 
- Por ahí dando una vuelta, ¿por qué? 
- La he estado llamando y usted no contesta, me dijo un poco alterado 
- Usted sabe que a mi acá no me coge casi la señal, entonces no es mi culpa y 
no me quedo en la oficina porque me aburro 
- Jumm, refuto, váyase que ya tiene clase 
- Chao nos vemos más tarde 
 
Salí de esa oficina con una sonrisa de oreja a oreja, como si me hubiera 
pasado lo mejor de la vida, en ese preciso momento creía que era así. Llegue 
al salón y los niños estaban muy alborotados, los trate con toda la paciencia 
del caso y la clase fluyó de manera tranquila, los niños se portaron bien y 
participaron en todo lo que se les explicó. 
Llegaron las 6 de la tarde y se acabaron las clases. Matías me escribió y me 
dijo 
- Amor ya estoy en la ruta, te aviso cuando llegue a la casa 
- Bueno (emoticón beso) 
 
Fui donde mi Tío para irnos, el noto que estaba más feliz que una lombriz, 
pero no quiso preguntarme nada, él nunca se metía en las cosas de uno, más 
bien era bastante reservado. Nos montamos al carro y puso música, nos 
fuimos cantando todo el camino, había una canción que nos gustaba mucho y 
la cantamos a grito entero. 
Por si no te acuerdas  
Yo estuve en tus zapatos  
Fuiste mi verdugo y la culpable  
De que hoy me alivie tu fracaso  
 
Hoy que te arde el alma  
Y te cuesta cada paso  
No vengas a pedirme que te abrace  
Y que recoja los pedazos  
No vengas porque así me sentí  
 
Me sonó el celular y era el mensaje de Matías donde me avisaba que ya 
había llegado, no le respondí en el momento y le escribí solo hasta que llegue 
a la casa. Hablamos por un buen rato 
*Chat* 
- ​No pensé que me fuera a sentir tan bien, le dije 
- ​Y te vas a seguir sintiendo mejor mi amor, te prometo que así será. 
- ​No me lo prometas, cúmplelo ¡por favor! 
 
Nuevamente en la cena hable con mi mamá y ella me decía que me notaba 
algo extraña o que notaba algo diferente en mí, le cambie el tema y 
hablamos de otras cosas menos aburridas. Cuando me fui a descansar, me 
conecte los auriculares y escuche música por un buen rato, pensaba si lo que 
había hecho estaba bien o la había embarrado en algo, quizás en estar con 
un extraño que decía quererme y no sabía si realmente era así. Esa noche 
pasaron muchas cosas inciertas por mi cabeza, no le hallaba lógica a nada, 
realmente no logré conciliar el sueño. 
Lamentablemente al otro día tenía que madrugar y como no dormí nada, me 
levante con unas ojeras terribles, pareciera que hubiera llorado toda la 
noche, lo único lindo de cuando me desperté fue el mensaje de Matías. 
*Chat* 
- Buenos días princesa, espero tengas un gran día, ​yo le respondí  
- Buenos días, espero que tu igual  

Ese día hablamos muy poco realmente, yo estaba algo ocupada y estresada 
con cosas del colegio, estaba finalizando once y el proyecto de grado me tenía 
algo estresada. Matías me escribía todo el tiempo para saber si iba al colegio 
o no, la verdad sentía mil cosas y tampoco quería hablar con él, así que le 
hable hasta en la noche  
*Chat* 

- ​Discúlpame por no escribirte en todo el día estaba muy estresada y ocupada, 


mañana subiré al colegio 

Pasaron como dos horas y él no me respondía así que supuse que estaba 
enojado y le volví a escribir 
 

- Oye perdóname enserio por ser tan ingrata, mañana nos vemos ¿sí?, ​después 
de esperar un buen rato me escribió y me dijo  
- Sí, quiero verte, hablamos mañana estoy cansado, besos. 
 

Con ese último mensaje me di cuenta que estaba muy enojado, pero no quise 
pensar nada que tuviera que ver con él y lo que había sucedido, tampoco 
discutir por alguna bobada sin sentido entonces mejor cene y me acosté a 
dormir, necesitaba descansar, ese día fue demasiado caótico. 
Se llegó un nuevo día que pintaba de mil maravillas, me levante muy feliz, 
pero esta vez sin mensaje de Matías, yo sabía que estaba enojado, así que le 
escribí yo  
- Buenos días señor Matías, espero verte muy guapo como siempre el día de 
hoy, besos  
 

Me entré a bañar muy feliz y contenta, mientras sonaba música de fondo, 


bailaba en la ducha, me di un delicioso baño, salí de la ducha y me organice 
para irme a estudiar y hasta el momento el día iba fluyendo de maravilla, 
antes de salir de la casa Matías por fin me respondió y me dijo  
- Buenos días señorita, claro que si como siempre cuando te veo 
 

Eso hizo que me fuera al colegio con una sonrisa de oreja a oreja, donde 
todos se preguntaban porque estaba tan feliz, en la puerta me encontré a 
una de mis mejores amigas del colegio, ella se llamaba Daniela, éramos 
inseparables desde que tengo memoria, nos dimos un enorme abrazo y me 
dijo  
- Me tienes que contar todo lo que está pasando con ese tal Matías  
- Claro que si amiga, en el descanso te cuento absolutamente todo  
 

Nos fuimos corriendo para clase porque como raro íbamos tarde las dos, en 
el colegio cerraban puertas a las 6:30 am y nosotras siempre íbamos tarde, 
el coordinador ya nos conocía y nos decía  
- Rápido señoritas que ya se va a cerrar 

 
Entramos al salón y nos sentamos en el rincón de siempre, el rincón de 
nuestras locuras, nuestras risas, nuestros llantos, casi todo lo habíamos 
vivido ahí. Las clases fueron bastante aburridas, pues Daniela estaba re 
ansiosa porque le contará lo que había pasado con Matías, yo no confiaba en 
otra persona como confiaba en ella. Se llegó el descanso y me jalo del brazo 
para que saliéramos de primeras y escogiéramos un lugar donde nadie nos 
molestara para poder contarle todo.  
Le conté que habíamos estado juntos y que me estaba gustando mucho, pero 
que me daba miedo arriesgarme y otra vez equivocarme, con él había 
experimentado algo que con nadie más había hecho, eso de alguna manera 
nos unía. Ella en cada cosa que le contaba pegaba un brinco de asombro y 
felicidad que me daba risa, pero yo le decía que disimulara porque había 
mucha gente mirándola y pega un grito  
- No me importa cómo me miren yo soy feliz si tú lo eres, ​y me abrazo, luego se 
calmó y me dijo ​Si tú quieres arriesgarte hazlo, al fin y al cabo nada puedes 
perder.  

Yo la abrace y la cogí a picos, se acabó el descanso y fuimos nuevamente a 


clase, estuvieron algo más agradable, salimos y Daniela y yo hablamos un 
rato, pero yo me tenía que ir al otro colegio, nos despedimos y me fui.  
Llegue a mi casa, me organice súper rápido, almorcé y me fui, cuando salí no 
le quise avisar a Matías que ya iba para allá quería darle una sorpresa.  
Llegando al colegio, me encontré en la entrada a mi Tío me invito a comer 
algo antes de que yo fuera a clase, fuimos a la cafetería y ahí estaba Matías 
con su grupo de amigos, se quedó mirándome y se le salió una sonrisa de 
oreja a oreja inmediatamente cogió, me abrazo y me dio un piquito sin que 
nadie se diera cuenta, mi tío se sorprendió y dijo  
- Ve y hace unos días pareciera que se odiaran, ​Matías le respondió  
- No Andrés, ella es una chica súper linda y chévere 
 

Me sonroje muchísimo porque si mi tío supiera lo que realmente paso 


seguramente me asesina, me regaña o bueno yo no sé, él no se mete en las 
cosas de nadie, pero yo siempre he sido uno de sus tesoros. En fin, comimos 
algo y no fuimos, yo para clase y mi tío para su oficina.  
Al momento Matías me escribió y me dijo 
*Chat* 
- Amor nos vemos donde siempre, ¿sí? 
- Claro que sí, un beso  

Las clases fueron igual que siempre, muy sencillas y todo, pero los niños de 
hoy son los más insoportables y mamones, son inquietos y bullosos, yo ni les 
ponía cuidado e incluso en muchas ocasiones me hacían reír y el profesor se 
molestaba porque yo tenía que estar seria con ellos. Se acabó esa pequeña 
clase tediosa y llegaba de verme con mi amor aventurero.  
Le avise y nos vimos, me cogió a picos de una manera tan tierna que yo 
juraba que lo que estaba viviendo era un sueño y no me quería estrellar. 
Matías me dijo que teníamos que hablar, porque él estaba sintiendo cosas 
fuertes por mí y quería que hiciéramos las cosas bien. 
- Como así que quieres hacer las cosas bien, le dije yo, no te entiendo  
- Antes de explicarte ven y me das un beso, me dijo 
 

Me acerque y lo bese con picardía, a él le encantaba eso y me lo demostraba 


cuando me agarraba la nalga, nos besamos con muchísima pasión y sentí ese 
enorme paquete rozando por mi pelvis que tanto me encantaba y me 
excitaba. Nuestros cuerpos quisieron volver a pecar y nos metimos al 
cuartico de la vez pasada. 
Nos besábamos y no tocábamos, él me mordía con mucha suavidad los labios 
y me excitaba nuevamente, mi vagina empezaba a humedecerse del calor, 
nos tocábamos todo y lentamente la ropa se fue desapareciendo, y nosotros 
empezábamos nuestro baile de pasión donde la conexión nos llevaba a otros 
mundos.  
Nos tocamos y él estaba con su pene muy erecto y duro, yo estaba húmeda y 
muy excitada, me pidió que me pusiera en posición de perrito y me penetro 
sin piedad que sin querer dentro de mi salió un gemido por la excitación 
inexplicable que sentí con esa embestida, yo me arquee para sentir más 
placer dentro de mí. Matías me cogió del cabello y me jalaba, eso de alguna 
manera me calentaba aún más y con la otra mano me iba tocando y 
estimulando mi clítoris, hacia movimientos circulares que me hacían arder 
de pasión. Mi cuerpo se movía pidiéndole más y más, era como si cada vez 
necesitara que me diera más duro y más rápido.  
Por eso me quite y lo puse en el suelo para hacerme encima de él y empezar 
lo que tanto me gustaba a mí, dominar. Culiamos por un buen rato hasta 
que llegar al punto máximo de placer, lo más rico es que nos ocurría al 
tiempo y eso nos conectaba.Nos abrazamos después y nos besamos.  
- Amor yo quiero estar contigo de una manera más seria, me dijo Matías 
- Pero no es muy pronto para formalizar las cosas, le dije yo  
- Podemos conocernos y salir de vez en cuando, no sólo tener sexo, 
aunque estoy contigo me encanta realmente, me haces sentir tan bien  
- Hagamos que todo funcione y todo fluya, le di un beso en la frente y me 
vestí  
 
 
Dos meses después 
Las cosas entre Matías y yo iban demasiado bien, teníamos sexo de vez en 
cuando en algún lugar, pero hacíamos otros planes como salir a cine, comer 
helado e incluso a veces nos quedábamos todo el descanso hablando de 
bobadas que para las dos eran quizás no eran bobadas, sino especiales.  
En una de esas charlas Matías me pregunto cual había sido mi última 
relación y yo le dije  
- Algo que quiero que tengamos claro y es que de mi vida pasada no se 
habla, no me gusta, ahora lo importante es lo que tu y yo estamos 
construyendo, ¿Bueno? 
- Cómo tu digas amor 
 
 
 

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