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El documento describe la sensación de faltarle algo a alguien mientras cuenta cosas apresuradamente con la luz de una hoguera en los ojos. Concluye que le falta uno con el alma quebrada. Luego describe un pueblo de desplazados llamado Corozal, trepando en sancos junto a un río salvaje y ruidoso, con viviendas torcidas que parecen jorobados borrachos.
El documento describe la sensación de faltarle algo a alguien mientras cuenta cosas apresuradamente con la luz de una hoguera en los ojos. Concluye que le falta uno con el alma quebrada. Luego describe un pueblo de desplazados llamado Corozal, trepando en sancos junto a un río salvaje y ruidoso, con viviendas torcidas que parecen jorobados borrachos.
El documento describe la sensación de faltarle algo a alguien mientras cuenta cosas apresuradamente con la luz de una hoguera en los ojos. Concluye que le falta uno con el alma quebrada. Luego describe un pueblo de desplazados llamado Corozal, trepando en sancos junto a un río salvaje y ruidoso, con viviendas torcidas que parecen jorobados borrachos.
Deletreando poco apoco un presentimiento escrito En letras negras y la frase le rastrillo en el celebro Como si rastrillara un fosforo para encenderla la Pajas cecas que impulsan la tormenta de fuego en Los hostigados rastrojos de pensamiento.
Siento que me falta uno, se pitio contándolos en
Formas apresuradas, con la luz de la hoguera encendida En los ojos y el abanico de la pestaña avivando las Llamas de la desesperación. El viento juguetón Acariciaba las copas de los árboles y agachado en el Fogón del atardecer como si su aliento fuera una Paleta de pintor, el sol soplaba las brasas del Crepúsculo para darle a las nubes los primeros Tonos rojizos. Me falta uno, concluyo con el alma quebrada en En pedacitos de infierno momentos antes de Congelarse es decir, en ese instante de mirada Fija y pasmo paralizado, en los seres enterados Se abandonan a la presunta desgracia. Por entre El ramaje, la palomas de bosque lanzaban sus Perezosos arrullos, un mirlo emitió dos notas Lentas y con las cosquillas de la briza la selva Entera reía, con esa riza verde y vegetal de los Espíritus burlones del monte.
En la espesura solitaria de la selva esta
Corozal, de pueblo de desplazados, trepando En sancos y plantando a orillas de un río Salvaje, ruidoso y lleno espumas que en el Invierno se desborda como la leche que Apenas hierve. Sus viviendas torcidas y encorvadas Parecen jorobados borrachos apoyados en Sus muletas; unas casa mirando al rio, otras Queriendo comerse el momento con los ojos y Las otras muchas son cosas si ventanas, Casas ciegas que miran hacia ninguna parte; Siempre refugios puestos al cabracho con Apenas una puerta pequeña que sirve de Entrada a eso oscuro mataderos de amor, Donde la gente se reproduce como conejos En sus madrigueras.