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OTRA ESTIRPE cuelgan las brisas sus celestes pífanos

en el follaje. Las cabezas pardas


EROS, yo quiero guiarte, Padre ciego ... de los búhos acechan.
Pido a tus manos todo poderosas las flores se abren más, como asombradas.
¡su cuerpo excelso derramado en fuego Los cisnes de marfil tienden los cuellos
Sobre mi cuerpo desmayado en rosas! en las lagunas pálidas.
Selene mira del azul. Las frondas
La eléctrica corola que hoy despliego tiemblan... y todo! hasta el silencio, calla...
Brinda el nectario de un jardín de Esposas;
Para sus buitres en mi carne entrego Es que ella pasa con su boca triste
Todo un enjambre de palomas rosas. y el gran misterio de sus ojos de ámbar,
a través de la noche, hacia el olvido,
Da a las dos sierpes de su abrazo, crueles, como una estrella fugitiva y blanca.
Mi grato tallo febril. .. Absintio, mieles, como una destronada reina exótica
viérteme de sus venas, de su boca ... de bellos gestos y palabras raras.

¡Así tendida, soy un surco ardiente Horizontes violados sus ojeras


Donde puede nutrirse la simiente dentro sus ojos -dos estrellas de ámbar-
De otra Estirpe sublimemente loca! se abren cansados y húmedos y tristes
como llagas de luz que quejaran.
(Los cálices vacíos, 1913)
Es un dolor que vive y que no espera,
LA MUSA es una aurora gris que se levanta
del gran lecho de sombras de la noche,
Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja; cansada ya, sin esplendor, sin ansias
con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales; y sus canciones son coruo hadas tristes
en su boca, una fruta perfumada y bermeja alhajadas de lágrimas ...
que destile más miel que los rubios panales.
Las cuerdas de la liras
A veces nos asalte un aguijón de abeja: son fibras de las almas.
úna raptos feroces a gestos imperiales
y sorprenda en tu risa el dolor de una queja; Sangre de amargas viñas, nobles viñas,
¡En-st:JS manos asombren caricias y puñales! en vasos regios de belleza, escancia
a manos de marfil, labios tallados
Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante, como blasones de una estirpe magna.
y sea águila, tigre, paloma en un instante,
que el Universo quepa en sus ansias divinas; ¡Príncipes raros del Ensueño! Ellos
han visto erguida su cabeza lánguida,
tenga una voz que hiele, que suspenda, que y la oyeron reír, porque a sus ojos
inflame, vibra y se expande en flor de aristocracias.
¡Y su alma limpia como el fuego alumbra,
y una frente que, erguida, su corona reclame
de rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas. como una estrella en sus pupilas de ámbar;
mas basta una mirada, un roce apenas,
el eco acaso de una voz profana,
(El libro blanco, 1907)
y el alma blanca y limpia se concentra
como una flor de luz que se cerrara!
MI MUSA TRISTE
(El libro blanco, 1907)
Vagos preludios. En la noche espléndida
su voz de perlas una fuente calla,
EL POETA Y LA DIOSA Con la fuerza de lo puro,
Vinos nuevos con reflejos
Entré temblando a la gruta Imprevistos y los dejos
Misteriosa cuya puerta De un sumo néctar futuro.
Cubre una mampara hirsuta
De cardos y de cicuta. Y gusté todos los vinos
Crucé temblando la incierta De la maga, todos finos
Y -¡oh Píos!.- de distintos modos,
Sombra de una galería todos deliciosos, bellos ...
En que acechar parecía La maga dijo: -¿Cuál de ellos? ... -
La guadaña de la muerte. -¡Poned un poco de todos!
-El Miedo erguido blandía
Como un triunfo mi alma fuerte.- (El libro blanco, 1907)

Un roce de terciopelo EL VAMPIRO


Siento en el rostro, en la mano:
-Arañas tendiendo un velo.- En el regazo·de la tarde triste
¡A cada paso en el suelo Y o invoqué tu dolor... Sentirlo era
Siento que aplasto un gusano! Sentirte el corazón! Palideciste
Hasta la voz, tus párpados de cera,
¡A una vaga luz de plata,
En cámara misteriosa, Bajaron... y callaste ... y pareciste
Mi fiera boca escarlata Oír pasar la Muerte ... Yo que abriera
Besó la olímpica nata Tu herida mordí en ella -¿me sentiste?-
Del albo pie de la diosa! Como en el oro de un panal mordiera !

-Brilh;mte como una estrella, Y exprimí más, traidora, dulcemente


La diosa nubla su rar~ Tu c"orazón herido mortalmente,
Faz enigmática y bella, Por la cruel daga rara y exquisita
Con densa gasa: sin ella De un mal sin nombre, hasta sangrarlo en llanto!
dicen que el verla cegara.- Y las mil bocas de mi sed maldita
Tendí á esa fuente abierta en tu quebranto.
Ebrio de ensueños, del hada
-es hada y diosa- y la helada • o o • • • o o • o ~ • • • o o • o • o o • o o o • • • o • • • o ••

Luz de su mística estancia,


Alzo mi copa labrada ¿Por qué fui tu vampiro de amargura? ...
Y digo trémulo: ¡Estancia! ¿ Soy flor ó estirpe de una especie obscura
Que come llagas y que bebe el llanto ?
Con sus dedos sibilinos
Como un enigma que inspira, (Cantos de la mañana, 191 O)
En cien vasos opalinos
Escancióme raros vinos PLEGARIA
A la sombra de una lira ...
EROS: ¿acaso no sentiste nunca
Un verde licor violento Piedad de las estatuas?
Tras cuyos almos delirios Se dirían crisálidas de piedra
Acecha un diablo sangriento; De yo no sé qué formidable raza
Otro color pensamiento En una eterna espera inenarrable.
Con sueños a luz de cirios . .. Los cráteres dormidos de sus bocas
Dan la ceniza negra del Silencio,
Y nobles zumos añejos Mana de las columnas de sus hombros

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La mortaja copiosa de la Calma
Y fluye de sus órbitas la noche; Apuntales tus soles o tus rayos!
Victimas del Futuro o del Misterio,
En capullos terribles y magníficos Eros: acaso no sentiste nunca
Esperan a la Vida o a la Muerte. Piedad de las estatuas?...
Eros: acaso no sentiste nunca
Piedad de las estatuas?- (Los cálices vacíos, 1913)
Piedad para las vidas
Que no doran a fuego tus bonanzas ÍNTIMA
Ni riegan o desgajan tus tormentas;
Piedad para los cuerpos revestidos Yo te diré los sueños de mi vida
Del armiño solemne de la Calma, en lo más hondo de la noche azul...
Y las frentes en luz que sobrellevan Mi alma desnuda temblará en tus manos,
Grandes lirios marmóreos de pureza, sobre tus hombros pesará mi cruz.
Pesados y glaciales como témpanos;
Piedad-para las manos enguantadas Las cumbres de la vida son tan solas,
De hielo, que no arrancan ¡tan solas y tan frías! Yo encerré
Los frutos deleitosos de la Carne mis ansias en mí misma, y toda entera
Ni las flores fantásticas del alma; como una torre de marfil me alcé.
Piedad para los ojos que aletean
Espirituales párpados: Hoy abriré a tu alma el gran misterio;
Escamas de misterio, ella es capaz de penetrar en mí.
Negros telones de visiones rosas ... En el silencio hay vértigos de abismos:
Nunca ven nada por mirar tan lejos! yo vacilaba, me sostengo en ti.
Piedad para las pulcras cabelleras
-Misticas aureolas- Muero de ensueños; beberé en tus fuentes
Peinadas como lagos puras y frescas la verdad; yo sé
Que nunca airea el abanico negro, que está en el fondo magno de tu pecho
Negro y enorme de la tempestad; el manantial que vencerá mi sed.
Piedad para los ínclitos espiritus
Tallados en diamante, Y sé que en nuestras vidas se produjo
Altos, claros, extáticos el milagro inefable del reflejo ...
Pararrayos de cúpulas morales; En el silencio de la noche mi alma
Piedad para los labios como engarces llega a la tuya como un gran espejo.
Celestes donde fulge
Invisible la perla de la Hostia; ¡Imagina el amor que habré soñado
-Labios que nunca fueron, en la tumba glacial de mi silencio!
Que no apresaron nunca Más grande que la vida, más que el sueño,
Un vampiro de fuego bajo el azur sin fin se sintió preso.
Con más sed y más hambre que un abismo.-
Piedad para los sexos sacrosantos Imagina mi amor, mi amor que quiere
Que acoraza de una vida imposible, vida sobrehumana,
Hoja de viña astral la Castidad; tú sabes que si pesan, si consumen
Piedad para las plantas imantadas alma y sueños de olimpo en carne humana.
De eternidad que arrastran
Por el eterno azur Y cuando frente al alma que sentía
Las sandalias quemantes de sus llagas; poco el azur para bañar sus alas
Piedad, piedad, piedad como un gran horizonte aurisolado
Para todas las vidas que defiende o una playa de luz, se abrió tu alma:
De tus maravillosas intemperies
El mirador enhiesto del Orgullo; ¡Imagina! ¡Estrechar, vivo, radiante

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el imposible! ¡La ilusión vivida! y mancho ·mortalmente el labio que me toca;
Bendije a Dios, al sol, la flor, el aire, mi beso es flor sombría de un Otofio muy largo ...
¡la vida toda porque tú eras vida! Exprimido en tus labios dará un sabor amargo,
y todo el Mal del Mundo florecerá en tu boca!
Si con angustia yo compré esta dicha,
¡bendito el llanto que manchó mis ojos! Bajo la aurora fúlgida de tu ilusión, mi vida
¡Todas las llagas del pasado ríen extenderá las ruinas de un apagado Averno;
al sol naciente por sus labios rojos! vengo como el vampiro de una noche aterida
a embriagarme en tu sangre nueva: llego á tu vida
¡Ah! Tú sabrás mi amor; mas vamos lejos, derramada en capullos, como un cefiudo Invierno!
a través de la noche florecida;
acá lo humano asusta, acá se oye, -!Cómo en pétalos flojos yo desmayo á tu
se ve, se siente sin cesar la vida. hechizo!. ..
Traga siniestro buitre mi pobre corazón!
Vamos más lejos en la noche, vamos En tus manos mi espíritu es dúctil como un rizo ...
donde ni un eco repercuta en mí, El .corazón me lleva á tu siniestro hechizo
como una flor nocturna allá en la sombra como el barco inconsciente el ala del timón!
me abriré dulcemente para ti.
Comulga con mi cuerpo devoradora sima!
(El libro blanco, 1907) Mi alma clavo en tu alma como una estrella de oro;
florecerá tu frente como una tierra opima,
cuando en tu almohada trágica y honda como una
SUPREMO IDILIO sima,
Boceto de un poema mis rizos se derramen como una fuente de oro!

. En el balcón romántico de un castillo adormido -Mi alma es negra tumba, fría como la Nieve ...
que los ojos suspensos de la noche adiamantan, -Buscaré una rendija para filtrarme en luz !
una figura blanca hasta la luz... Erguido -Albo lirio !. .. A tocarte ni mi sombra se atreve ...
bajo el balcón romántico del castillo adormido, -Te abro; ¡oh mancha de lodo! mi gran cáliz de
un cuerpo tenebroso ... Alternándose cantan. nieve
y tiendo á ti eucarísticos mis brazos, negra cruz!
-¡Oh tú, flor augural de una estirpe suprema
que doblará los pétalos sensitivos del alma, Enróscate; ¡oh serpiente caída de mi Estrella
nata de azules sangres, aurisolar diadema sombría! a mi ardoroso tronco primaveral...
florecida en las sienes de la Raza!... Suprema- Y o apagaré tu Noche ó me incrustaré en ella:
Mente pulso en la noche tu corazón en calma! seré en tus cielos negros el fanal de una estrella
seré en tus mares turbios la estrella de un fanal!
-¡Oh tú que surges pálido de un gran fondo de
enigma Sé mi bien ó mi mal, yo viviré en tu vida!
como el retrato incógnito de una tela remota!... Yo enlazo á tus espinas mi hiedra de Ilusión ...
Tu sello puede ser un blasón ó un estigma; Seré en ti una paloma que en una ruina anida;
en las aguas cambiantes de tus ojos de enigma soy blanca, y dulce, y leve; llévame por la Vida
un corazón herido -y acaso muerto- flota! prendida como un lirio sobre tu corazón!

-Los ojos son la Carne y son el Alma: mira! -Oh dulce, dulce lirio!. .. Llave de las alburas!
Yo soy la Aristocracia lívida del Dolor Tú has abierto la sala blanca en mi alma sombría,
que forja los pufiales, las cruces y las liras, la sala en que silentes las Ilusiones puras
que en las llagas sonríe y en los labios suspira ... en dorados sitiales, tejen mallas de alburas!. ..
Satán pudiera ser mi semilla ó mi flor! -Tu alma se vuelve blanca porque va siendo mía!

Soy fruto de aspereza y maldición: yo amargo -Oh leyes de Milagro!... yo, hijo de la sombra

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Morder tu carne rubia: oh fruto de los soles! Y llevo
-Soy tuya fatalmente: mi silencio te nombra, selladas mis heridas como las bocas muertas,
y si la tocas tiembla como un alma mi sombra!... y por tus buenas manos vendadas de delicias.
Oh maga flor del Oro brotada en mis crisoles!
Cuando el frío me ciñe doloroso sudario,
-Los surcos azurados del Ensueño sembremos lívida vengo a ti, .
de alguna palpitante simiente inconcebida como al rincón dorado del hogar,
que arda en florecimientos imprevistos y extremos; ¡como al Hogar universal del Sol!. ..
y al amparo inefable de los cielos sembremos . Y vuelvo toda en rosas como una primavera,
de besos extrahumanos las cumbres de la Vida! arropada en t1,1 fuego.

Amor es milagroso, invencible y eterno; A ti vengo en mi orgullo


la vida formidable florece entre sus labios ... como a la torre dúctil,
Raíz nutrida en la entraña del Cielo y del Averno, como a la torre única
viene á dar á la tierra el fuerte fruto etem~ ¡que me izará sobre las cosas todas!
cuyo sangriento zumo se bebe á cuatro labios! ¡Sobre la cumbre misma,
arriscada y creciente,
Amor es todo el Bien y todo el Mal, el Cielo de mi eterno capricho!
todo es la arcada ardiente de sus alas cernidas .. .
Bajar de un plinto vano es remontar el vuelo .. . Para mi vida hambrienta
Y Él te impulsa á mis brazos abiertos como el ¡eres la presa única!
Cielo, ¡Eres la presa eterna!
oh suma flor con alma, á deshojar en vidas! ... El olor de tu sangre,
el color de tu sangre
flamean en los picos ávidos de mis águilas.
En el balcón romántico de un castillo adormido
que los ojos suspensos en la Noche adiamantan, Vengo a ti en mi deseo
el Silencio y la Sombra se acarician sin ruido ... como en mil devorantes abismos, toda abierta
Bajo el balcón romántico del castillo adormido el alma incontenible ...
un fuerte claro-oscuro y dos voces que cantan... ¡Y me lo ofreces todo!...
Los mares misteriosos florecidos en mundos,
(Cantos de la mañana, 1910) los cielos misteriosos florecidos en astros,
¡los astros y los mundos!
VIDA ... Y las constelaciones de e'Spíritus suspensas
entre mundos y astros ...
A ti vengo en mis horas de sed como a una fuente ... Y los sueños que viven más allá de los astros,
límpida, fresca, mansa, colosal... más acá de los mundos ...
y las punzantes sierpes de fuego mueren siempre
en la corriente blanda y poderosa ¿Cómo dejarte? -¡Vida!-
cómo salir del dulce corazón
Vengo a ti en mi cansancio, como al umbroso hospitalario y pródigo
bosque como una patria fértil? ...
en cuyos terciopelos profundos la fatiga Si para mí la tierra,
se aduerme dulcemente, con música de brisas, si para mí el espacio,
de pájaros y aguas ... ¡todos! ¡son los que abarca
y del umbroso bosque salgo siempre radiante el horizonte puro de tus brazos!. ..
y despierta como un amanecer. ¡Si para mí tu más allá es la Muerte,
sencillamente, prodigiosamente! ...
Vengo a ti en mis heridas, como al vaso de
bálsamos (Cantos de la mañana, 191 O)
en que el dolor se embriaga hasta morir de olvido ...

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EL SURTIDOR DE ORO Selle, mi musa, el surtidor de oro
la taza rosa de tu boca en besos;
Vibre, mi musa, el surtidor de oro el amante ideal, el esculpido
la taza rosa de tu boca en besos; en prodigios de almas y de cuerpos,
de las espumas armoniosas surja arraigando las uñas extrahumanas
vivo, supremo, misterioso, eterno, en mi carne, solloza en mis ensueños:
. el amante ideal, el esculpido -Yo no quiero más vida que tu vida,
en prodigios de almas y de cuerpos; son en ti los supremos elementos;
debe ser vivo a fuerza de soñado, déjame bajo el cielo de tu alma,
que sangre y alma se me va en los sueños; en la cálida tierra de tu cuerpo!-
ha de nacer a deslumbrar la vida, -Selle, mi musa, el surtidor de oro
y ha de ser un dios nuevo! la taza rosa de tu boca en besos!
Las culebras azules de sus venas
se nutren de milagro en mi cerebro ... (Los cálices vacíos, 1913)

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EL CISNE Del rubí de la lujuria
Su testa está coronada;
Pupila azul de mi parque Y va arrastrando el deseo
Es el sensitivo espejo En una cauda rosada...
De un lago claro, muy claro!...
Tan claro que a veces creo Agua le doy en mis manos
Que en su cristalina página Y él parece beber fuego;
Se imprime mi pensamiento. Y yo parezco ofrecerle
Todo el vaso de mi cuerpo...
Flor del aire, flor del agua
Alma del lago es un cisne Y vive tanto en mis sueños,
Con dos pupilas humanas, Y ahonda tanto en mi carne,
Grave y gentil como un príncipe; Que a veces pienso si el cisne
Alas lirio, remos, rosa... Con sus dos alas fugaces,
Pico en fuego, cuello triste Sus raros ojos humanos
Y orgulloso, y la blancura Y el rojo pico quemante,
Y la suavidad de un cisne... Es sólo un cisne en mi lago
O es en mi vida un amante...
El ave cándida y grave
Tiene un maléfico encanto; Al margen del lago claro
—Clavel vestido de lirio, Yo le interrogo en silencio...
Trasciende a llama y milagro!... Y el silencio es una rosa
Sus alas blancas me turban Sobre su pico de fuego...
Como dos cálidos brazos; Pero en su carne me habla
Ningunos labios ardieron Y yo en mi carne le entiendo.
Como su pico en mis manos, —A veces ¡toda! soy alma;
Ninguna testa ha caído Y a veces ¡toda! soy cuerpo.—
Tan lánguida en mi regazo; Hunde el pico en mi regazo
Ninguna carne tan viva, Y se queda como muerto...
Ha padecido o gozado:
Viborean en sus venas Y en la cristalina página,
Filtros dos veces humanos! En el sensitivo espejo
Del lago que algunas veces
Refleja mi pensamiento,
El cisne asusta de rojo,
Y yo de blanca doy miedo!

(Los cálices vacíos, 1913)

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