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¿Cómo deben afrontar los exámenes los niños

lentos?

La mayoría de los padres de niños “lentos” se desesperan porque no ven que exista
relación entre el tiempo que dedican sus hijos a estudiar, lo aparentemente bien que
llevan preparadas las materias y los resultados de los exámenes (en la mayoría de las
ocasiones pobres para lo que estudió o, incluso, insuficientes). Estos resultados no sólo
afectan a las familias, sino de manera esencial a los niños, que cada vez sienten menor
control sobre su rendimiento académico, muestran más baja autoestima y, con el tiempo,
menor tolerancia a hacer esfuerzos al estudiar. Pueden existir muchas razones por las
que no haya una correlación lógica entre esfuerzo, estudio y resultados en los exámenes:

1.Pensamientos negativos. los pensamientos negativos que estos niños pueden tener a la
hora de realizar un examen, asociados al miedo al fracaso o a la presión que siente el niño
en su entorno por aprobar las diferentes asignaturas pueden producirle una
sintomatología reactiva de ansiedad que provoca la liberación de adrenalina, una hormona
que prepara al cuerpo para reaccionar ante el peligro y provoca los siguientes síntomas
corporales: dolor de cabeza, dolor de estómago, musculatura tensa, temblor de manos,
sudoración, aceleración de la respiración y del pulso cardíaco. Ésta es un tipo de ansiedad
de ejecución, experimentada en situaciones donde importa mucho el rendimiento o la
correcta ejecución de una tarea, existiendo una gran presión por hacer las cosas bien. Si
tenemos demasiados pensamientos como éstos, no nos quedará espacio en la mente para
concentrarnos en las preguntas del examen.
2.Falta de tiempo para terminar el examen. Debido a las características cognitivas de
estos niños con procesamiento lento es muy frecuente (aunque no siempre) que la mayoría
de ellos encuentren dificultad a la hora de realizar los exámenes dentro del tiempo
estimado, dejando preguntas sin hacer, o respondiendo a todo pero con pocos aciertos.

3.Errores por falta de atención. Dejar preguntas sin realizar por descuido, confundir
un autor, olvidarse las que se lleva en matemáticas o no ver que el examen continuaba por
detrás son errores comunes por falta de atención.

4.Suspensos por la pérdida de puntos debido a la ortografía. Algunos de estos niños


tienen mala ortografía influyendo este aspecto en la comprensión de sus escritos y en sus
resultados académicos.

5.Dificultad para volcar lo que saben, de forma completa, organizada y por escrito.
Muchos de estos niños son cognitivamente impulsivos, abordan las tareas con "el pronto",
o vuelcan la información de forma incompleta y desorganizada. Por tanto, necesitan
entrenarse en realizar exámenes escritos.

Estas son algunas estrategias que recomiendo para afrontar los exámenes con éxito…

1.Hacerles ver que deben pedir ayuda. El mero hecho de hablar con alguien (madre,
padre, profesor, psicólogo escolar, etc.) sobre su ansiedad ante los exámenes puede
ayudarle a sentirse mejor. Es deseable que nos describan qué les ocurre cuando se
enfrentan a un examen para que podamos ayudarles a encontrar algunas soluciones. Por
ejemplo, podemos ayudarles a aprender técnicas de estudio que aumenten su confianza,
así como realizar algunas técnicas de relajación.

2.Hacer que se prepare bien para el examen. Es importante que adopte un enfoque
activo, que el estrés previo le recuerde que debe prepararse bien el examen con
antelación. Que sea consciente de que debe prestar atención en clase, hacer los deberes,
estudiar para el examen. Si lo hace, será más probable que el día del examen tenga la
sensación de que domina la materia. Algunos niños creen que lo único que necesitan para
aprenderse la materia y hacer bien los exámenes es asistir a clase. Pero para aprenderse
una materia hace falta mucho más que intentar absorber toda la información en clase.
Por eso son tan importantes los buenos hábitos de estudio y las buenas técnicas de
estudio. Muchos niños comprueban que su a ansiedad ante los exámenes disminuye cuando
empiezan a estudiar mejor o más regularmente. Cuanto mejor se sepa la materia, más
seguro se sentirá y esperará hacerlo mejor.

3.Hacerles entender que deben esperar lo mejor. Una vez se hayan preparado para el
examen, debemos enseñarles a pensar en positivo. Que se digan a sí mismos: "He
estudiado y estoy preparado para dar lo máximo de mí mismo". Si esperan hacerlo bien,
estarán más relajados mientras hacen el examen después de los primeros momentos de
nerviosismo.

4.Ayudarles a controlar los pensamientos. Es importante hacer que se fijen en


cualquier mensaje negativo que se puedan estar enviando a sí mismos, ya que ese tipo de
mensajes pueden contribuir a su ansiedad. Si se dan cuenta de que están teniendo
pensamientos negativos ("No se me dan bien los exámenes" o "Si suspendo este examen,
lo tengo fatal"), les enseñaremos a sustituirlos por pensamientos positivos, por mensajes
prácticos y verdaderos, como: "He estudiado y me sé la materia, de modo que estoy
preparado para hacerlo lo mejor que puedo".

5.Ayudarles a aceptar los errores: todo el mundo se equivoca. Debemos ayudarles a


ser más condescendientes con sus propios errores, sobre todo si se han preparado para
el examen y para rendir al máximo. Debemos hacerles entender que el error forma parte
del aprendizaje, los errores son "oportunidades de aprendizaje". Aprender a tolerar los
errores sin importancia (como el problema que hizo mal en el examen sorpresa de
matemáticas) es una facultad muy valiosa.

6.Enseñarles a respirar mejor. Los ejercicios de respiración pueden ayudarle a


calmarse en los exámenes, sobre todo si se trata de una respiración profunda (llamada
respiración diafragmática).Así es como deben respirar: inhalar (inspirar) lenta y
profundamente cogiendo aire por la nariz, y después exhalar (espirar) soltando
lentamente el aire por la boca. Realizarlo cuatro veces seguidas. Si practican un poco,
varias veces, tal vez les resulte más fácil respirar la próxima vez que hagan un examen y
su cuerpo aprenderá a ver esos ejercicios como una señal para relajarse.

7.Recordarles que hay que cuidarse. Rendirán mejor si dedican suficiente tiempo a
jugar, duermen lo suficiente y se alimentan bien. Esto es importante todos los días, pero
debemos asegurarnos sobre todo de que lo cumplan el día antes del examen.

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