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GURANIES

En el centro de América del Sur se había asentado -tras lentas migraciones de América Central- un grupo
étnico con una gran extensión territorial: los Tupi-Guaraní.

Antes del inicio de la Era Cristiana, se generó movimiento migratorio que produjo una escisión. Por una
parte los tupies se dirigieron hacia la costa atlántica y hacia el norte, tomando el curso del Amazonas y
sus afluentes. Por la otra parte, el grupo de guaraníes se movía hacia el oeste y sudeste, tomando la
cuenca del Río de la Plata.

Las migraciones se dieron por diferentes motivos, uno de ellos fue la búsqueda de la "tierra-sin-mal". Se
trata de una tierra fértil y apacible, donde se puede vivir a gusto, Pero a ella puede sobrevenir el mal,
entonces hay que superarlo o abandonarla. Son males para los guaraníes una tierra agotada, que ya no
es apta para la agricultura, o que en ella se produzcan muchas enfermedades, epidemias y muertes; o si
hubiera desorden, desentendimiento y conflictos sociales o políticos entre los miembros y familias de la
comunidad.

Los guaraníes, empleando canoas y balsas para viajar por los ríos, escogían un lugar para instalarse que
debía cumplir los requisitos del típico "paisaje guaraní": terrenos surcados por ríos, de alturas más bien
bajas y temperaturas moderadas. Se trata de pueblos migrantes, lo que no quiere decir nómadas sin
residencia fija, buscaban tierras aptas para desarrollar su agricultura muy productiva de maíz, mandioca,
batata, porotos, maní, calabazas y zapallos, bananas, ananás, algodón, tabaco y muchas hierbas
medicinales, cuyos excedentes motivaban grandes fiestas y distribución equitativa de productos
conforme a una buena economía de reciprocidad y de dones.)

CHANA TIMBU

( a región centro sur de la mesopotamia argentina, distingue las regiones de los esteros correntinos, las
cuchillas entrerrianas y las tierras bajas del delta, los ríos Paraná y Uruguay la flanquean. Sus particulares
características permitieron la fluida comunicación con otras áreas culturales: la chaqueña, la selva
atlántica y la pampeana.

Los charrúas desde el este, los kaingang desde el noreste y especialmete los guaraníes con su sólida
organización tiñeron culturalmente el territorio, donde un conjunto de parcialidades de forma de vida
similar se incluían en una cultura mayor: el "Grupo canoeros del litoral" o Chaná-Timbú.

Basados en un estilo de vida nómada con una economía de subsistencia, se establecieron próximos a los
ríos, arroyos y lagunas; estas tierras con rasgos topográficos particulares donde obtenían sus recursos,
les dieron un sello cultural propio.
Se los cree emparentados con los guaycurúes, que llegaron a la región remontado el río Uruguay; los
restos arqueológicos evidencian influencias amazónicas. )

KAINGANG

( Se agrupa históricamente a los káingang en cuatro grandes divisiones: los coroados, en el Guayrá; los
camperos (o cabelludos); los gualachíes o gualachos, en Misiones (luego refugiados en el Guayrá), y la de
los ibirayarás en el medio río Uruguay (entre ellos posiblemente los yaros).

En la región de los gualachíes, los jesuitas Antonio Ruiz de Montoya y Francisco Díaz Taño fundaron la
reducción de Purísima Concepción (o Inmaculada Concepción) en 1627, y José Cataldino fundó la de San
Pedro en los Pinares en 1628. Ambas reducciones fueron destruidas por los bandeirantes en 1630, y sus
habitantes participaron del éxodo guayreño hacia Misiones a fines de 1631. Ruiz de Montoya hizo un
perdido catecismo en lengua gualachí. En 1633 el jesuita Francisco Jiménez fundó la reducción de Santa
Teresa en la región del Tapé, incluyendo posiblemente a algunos káingang.

Los primeros españoles que llegaron a la zona norte de la mesopotamia argentina se encontraron con
estos pueblos, que posteriormente fueron suplantados allí por guaraníes y charrúas.

A fines del siglo XIX todavía se encontraba una tribu káingang en la zona de San Pedro en la provincia
argentina de Misiones. Juan Bautista Ambrosetti, quien realizó entre 1892 y 1894 tres viajes a Misiones,
recogió un vocabulario kaingáng a partir de su estadía entre ellos, publicado como Los indios
Kaingangues de San Pedro (Misiones), con un vocabulario. Al morir su último cacique, Bonifacio
Maidana, la tribu se dispersó y desapareció. Es probable que hayan emigrado desde el Guayrá en el siglo
XIX, ya que parecen estaban emparentados con los coroados. Como apéndice de su primera publicación,
Ambrosetti publicó en 1894 el Vocabulario Kaingángue (Coroado) del Pikiry (al norte del Guayra), con el
trabajo de recolección realizado por el teniente brasileño Edmundo Barros. En 1896 Ambrosetti publicó
Materiales para el estudio de las lenguas del grupo Kaingangue (Alto Paraná), un vocabulario de los
ingáin o tains, quienes según Ambrosetti vivían en el alto Paraná y que él catalogó como káingang. Sin
embargo, otros autores ponen en duda la existencia de los ingáin ya que obtuvo el vocabulario de
indígenas peones de estancias sin visitar a esos pueblos.4)

CANCIONES

( La música litoraleña argentina2 forma parte de una región musical más amplia que abarca también a la
música paraguaya influenciada por la cultura guaraní, a la música gaúcha del sur de Brasil y a la música
litoraleña del Uruguay. También recibió la influencia de las tradiciones de las comunidades de origen
ruso-alemán o alemanes del Volga establecidas en Río Grande do Sul y en Entre Ríos durante el último
cuarto del siglo XIX y el primer cuarto del siglo pasado. Aunque como todos los géneros folklóricos
argentinos y rioplatenses tienen raíces principales en la música indígena, criolla y española.
Entre los estilos musicales y danzas que integran la música litoraleña se encuentran:

el balerón.

la canción o purajhéi litoraleña (inventada por Chacho Muller).

la canción misionera.

el chamamé.

la chamarrita.

el chotis.

la galopa misionera.

el gualambao (inventado por Ramón Ayala).

la guarania.

CARNAVAL
( Las culturas indígenas del norte se fusionaron con la influencia española, un sincretismo del que
nacieron carnavales únicos como los que se celebran en Jujuy, Salta o La Rioja. Por el litoral, en los
carnavales de Gualeguaychú y Corrientes, dominan las comparsas de influencia brasileña, que a su vez
heredaron las costumbres africanas y europeas.

Estos festejos tuvieron diferentes periodos, dependiendo la situación social que transcurría en la
Argentina. Por ejemplo, durante la dictadura, se detuvieron este tipo de manifestaciones callejeras, para
que luego, a partir de 1983, se retomara con la actividad.

Sin embargo, en el siglo XIX tuvieron una relevancia y una magnitud comparables a los festejos de Río de
Janeiro. La sucesión de juegos con agua, desfiles de comparsas y los bailes en los clubes demostraron el
carácter multiétnico del carnaval porteño. Ya entrado el siglo XX, uno de los momentos de mayor
esplendor de estas celebraciones se produjo en el marco del centenario de la Revolución de Mayo. En los
festejos oficiales de carnaval en la Avenida de Mayo, desfilaron un gran número de personas disfrazadas,
sociedades, coros, orquestas, carruajes y grupos gauchescos.)

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