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SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SHOCKS NEGATIVOS EN EL PERÙ RURAL

El concepto que la FAO dio sobre Seguridad Alimentaria (1996) la define como:

La seguridad alimentaria existe cuando todas la personas, en todo momento, tienen


acceso físico y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos que reúnan , en
busca de una vida activa y saludable, necesidades dietéticas y preferencias por
alimentos.

se observa que solo representa de forma superficial las características que facilitan a un
individuo el acceso a estas. Pero-según el autor- no ofrece una mirada de cómo este (las
familias) responde a los cambios adversos. Postulando la presencia de una dimensión
dinámica para esta cuestión. Añadiendo que las investigaciones realizadas a este tema solo
enfocan factores estructurales que explican resultados alimentarios de corto y largo plazo.

Asimismo, para este caso, se emplea el concepto de Vulnerabilidad Alimentaria. Esto se


relaciona con la exposición de los grupos de familia a factores adversos, como los
escenarios coyunturales que se susciten(shocks). Y a su vez el shock presenta dos tipos:
idiosincrático y covariado. En primer lugar, el idiosincrático. Es el que afecta de forma
individual a los hogares, ya sea causado por enfermedades, muertes, etc. En segundo lugar,
los covariados. Son aquellos eventos de forma generalizada que afectan a todos los lugares
de una localidad, relacionado a los efectos climatológicos. Volviendo al concepto de
Vulnerabilidad Alimentaria, resulta evidente que esto abre un campo para el análisis.
“Específicamente, Christiaensen define el concepto de vulnerabilidad alimentaria como la
situación potencial de un hogar o individuo de enfrentar un resultado alimentario negativo
en el futuro.” (Figallo y Espinoza,2012, p. 332)

Pero ¿por qué el autor busca ampliar el análisis de seguridad alimentaria mediante el de
vulnerabilidad alimentaria? Pues el autor indica que durante periodos largos las personas
vuelven a entrar a la inseguridad alimentaria. Esto quiere decir, que no hay un lugar fijo
uno vez alcanzado la seguridad alimentaria, ya que dependerá de la estructura interna del
hogar. Por ello, los autores describen que la inseguridad alimentaria, en este sentido, no
necesariamente es estática o crónica, y esta puede ser temporal o estacional. En donde os
hogares vulnerables a los shocks negativos podrían ser caídas permanentes o transitorias.
Por otro lado ¿por qué se hace referencia a un shock “relativamente” negativo? Pues esto al
hacer referencia a los problemas que se suscitan producto de cambios adversos para el
hogar o la localidad. En contraste, existe un shock positivo y esto supone al
aprovechamiento que el individuo pueda sacar del shock. Es decir, un comerciante en el
área urbana puede aumentar el precio de sus productos, sabiendo que hay un problema en el
área rural (quien le abastece de productos), generando de este modo un desbalance en la
dieta alimentaria. Esto resulta ser un dato que se tiene que tomar a consideración para la
cuestión de seguridad alimentaria.

Asimismo, el tema central del texto, además, gira entorno a analizar los dos tipos de shocks
en las zonas rurales y urbanas, y estos a su vez tiene relación con la Seguridad Alimentaria.
Para esto, el autor selecciona tres elementos que se desprenden del concepto que la FAO
(1996) designa para Seguridad Alimentaria: accesos alimentarios, utilización biológica y
estabilidad. En término, acceso alimentario, hace referencia a la cantidad de nutrientes que
se consume en el hogar y la probabilidad que tienen para elaborar una dieta que satisfaga
sus requerimientos nutricionales. En segundo término, utilización biológica, establece los
parámetros que cada individuo debe consumir según sus características. Por último,
estabilidad, està relacionado con el concepto de vulnerabilidad alimentaria.

La presencia del shock afecta a el nivel de seguridad alimentaria, conforme este sea
idiosincrásico o covariado. Pero sin importar el tipo de shock este afectará en relación de su
nivel de vulnerabilidad. Así, pues Figallo y Espinoza (2012) postula que:

“Este a su vez se define por los riesgos a los que está expuesto el hogar y por la
capacidad existente de manejarlos. Así, un hogar menos vulnerable no es,
necesariamente, aquel que està expuesto a menos shocks adversos, sino aquel, que , dado
el nivel de exposición a estos, es capaz de enfrentar y manejar los efectos negativos que
generan. (p. 337)

Esto quiere decir , que la capacidad para afrontar el problema adverso dependerá de que tan
expuesto se encuentren las familias a la vulnerabilidad alimentaria, y su suficiente
capacidad para replantear la situación en favor suyo. Por eso, la importancia yace en
observar cómo las personas van a responder ante el escenario planteado por el shock.
Continuando con la idea, Figallo y Espinoza (2012) plantea que:
“Dicha capacidad dependerá, de manera directa, de los activos y las características del
hogar que son impactados por los mismos shocks que afectan la seguridad alimentaria.
Por lo tanto, un mismo shock define las variaciones en el nivel de seguridad alimentaria
y, a la vez, incide en el nivel de vulnerabilidad de los hogares.” (p. 337)

Considerando el cuadro número 1, que expresa las transiciones en el déficit calórico (2002-
2006). Para este caso resulta importante resaltar , Figallo y Espinoza (2012) que:

“ En la ENAHO es posible anotar la existencia de ochos shocks-pèrdida del empleo de


algún miembro, quiebra del negocio familiar, muerte de algún perceptor de ingresos del
hogar, enfermedad o accidente grave de algún miembro del hogar, abandono de jefe del
hogar, incendio de la vivienda/ negocio/ propiedad, hecho delictivo (robo, asalto,etc) y
desastres naturales( sequía, tormenta, plaga, inundación- que serán analizados.” (p. 342)

O sea, haciendo referencia al shock de carácter idiosincrático, los factores descritos son los
que llevan al individuo a una vulnerabilidad alimentaria. En la cual, situándolo en una
sociedad urbanizada, por ejemplo, Lima, en donde las dinámicas de economía son distintas
a la del plano rural. Hablamos de elementos potencialmente contraproducentes, para este
caso. Mientras que para la zona rural el shock covariado sería más determinante, pues esta
al no tener un mercado desarrollo, la cuestión se centraría en sus campos de cultivo. En
consecuencia, facilitaría el escenario para la vulnerabilidad alimentaria. En síntesis, los
efectos que estos puedan tener resultan de forma diferenciada para con la seguridad
alimentaria de los hogares dependiendo los tipos de vulnerabilidad que presenten los
grupos. Pues, si observamos en el área urbana, estas características serían màs notorias,
pues llevaría a la inestabilidad dentro del hogar, ya sea por cualquiera de las ya
mencionadas contribuirá a la vulnerabilidad alimentaria. De igual forma para el área rural,
en donde los fenómenos naturales juegan un papel importante en la vulnerabilidad
alimentaria.

Pues al analizar los impactos diferenciados de los shocks para el área urbana y rural,
resaltan dos principales resultados. En primer lugar, los shocks idiosincráticos no explican
las variaciones de seguridad alimentaria de hogares rurales, mientras que sì tiene un
impacto negativo en espacios urbanos. En segundo lugar, con respecto a los shocks
naturales resulta que parece no tener relación alguna con el cumplimiento calórico, sin
importar el espacio geográfico donde son evaluados. Además, la presencia de
organizaciones sociales, que brinda apoya es un factor que inhibe, aunque no de forma
total, a evitar la vulnerabilidad alimentaria.

Finalmente, la importancia de conocer el shock en sus dos ámbitos (idiosincrático y


covariado) resulta fundamental para realizar un análisis sobre los mecanismos que emplean
las familias en respuesta de resultados adversos. Conociendo estos mecanismos nos permite
comprender cada vez de forma más aproximada, la realidad de nuestra accidentada
geografía reflejada en el concepto de seguridad alimentaria. Pues esta mantiene una
relación para con la explicación del nivel de seguridad alimentaria.

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